PLEASE DON’T GO!
“Anoche entre mis sueños, te acercaste a mí. Susurraste aquellas palabras, y tu suave cabello rozo mi rostro.”
-¡Te amo! – Dijiste con una hermosa sonrisa en tu rostro – Te amo más que nada en este mundo – bajaste la mirada, aun recuerdo el hermoso sonrojo en tus mejillas – Y te amare por siempre.
Esas palabras no dejan de sonar en mi mente…. Aun no…
“Cuando desperté de mi sueño, todo fue muy claro. Que tu presencia no era más que un sueño. Las lágrimas en mis ojos me lo dijeron.”
Enciendo las luces y miro mi habitación, el lugar donde mis dos débiles ojos se enfocaron. Es donde puse tu regalo de cumpleaños, que aun no he tirado, no puedo hacerlo. Donde esta todo lo tuyo.
Me dirijo hacia ese lugar, aun con lágrimas en los ojos. En uno de los cajones de mi escritorio, estabas escondido entre ellos. Una foto tuya encontré, en una caja, debajo de una capa de polvo. Junto con ella, una carta de amor, aquella que me diste cuando empezamos a salir.
- ¿No te parece cursi que aun la guardo? ¿No te parece tonto que aun conserve aquella bola de papel con la que accidentalmente te golpee cuando nos conocimos, Kibum? – pregunte a la nada, mis ojos se inundan en lagrimas de nuevo, porque tú no estás aquí. Ya no.
Me derrumbo en la silla frente al escritorio. Cierro los ojos en esta noche sin sueño. Y tu apareces en mis pensamientos, trayendo aquellos recuerdos, bellas memorias que no deseo olvidar. Recordando el primer día que te vi. El más importante de mi vida. Porque fue ese día, el día que te conocí. Fue ese el día en que, sin darme cuenta, me enamore perdidamente de ti.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Sentado en una banca, solo, lejos de todo lo que pudiera resultar una distracción. Un pequeño jardín al cual nadie parecía acudir, salvo por el jardinero. Un lugar en todo el campus que me resulto ser el indicado para concentrarme en mi tarea. Saco mi teléfono para poner algo de música, esperando que me sirva de inspiración, y lleguen a mí las ideas.
El tiempo pasa rápido. Miro el montón de bolas de papel que se amontonan a mi lado, todas las ideas desechadas. Ninguna de ellas parecía lo suficientemente buena.
Miro mi reloj. Una hora sin conseguir nada, las ideas parecían simplemente no querer presentarse. Regreso la mirada a mi cuaderno, lleno de rayones.
- ¿Por qué no tengo nada aun? – digo en voz alta. Arranco la hoja, molesto, y la hago bola. No podía creer que no pudiera escribir absolutamente nada – AHHHHHHHHHHHHHH!!!- deje escapar un grito lleno de frustración, y junto con él, lanzo la bola de papel con todas mis fuerzas hacia enfrente.
-Auch!!! – oí a alguien quejarse. Levante la mirada sorprendido, pensé que nadie se paseaba por ahí – que estés molesto no significa que puedas lanzarle objetos a las demás personas – dijo sobándose el ojo izquierdo.
No podía creerlo, en mi patético intento de sacar mi coraje, había herido a alguien accidentalmente.
- Lo siento, realmente lo siento – me levante de la banca, dejando todo de lado, dirigiéndome hacia la persona que fue víctima de mi bola de papel - no pensé que alguien estuviera rondando por aquí, por lo general es un lugar al que nadie viene. – Me plante frente a la persona - ¿Te encuentras bien? - pregunte algo preocupado, mirando a los ojos de aquel chico frente a mí.
Una mirada que jamás he sido capaz de olvidar.
- Sí, estoy bien – contesto, sonriendo tímidamente - aunque tu pequeño acto pudo dejarme ciego ¿sabes? – comento con un ligero tono sarcástico, ampliando su sonrisa.
Me le quede viendo, embobado, perdido en su mirada, en aquellos hermosos ojos que figuraban a los de un felino, en su sonrisa, su hermosa y perfecta sonrisa.
- Lo siento, de verdad lo siento - volví a disculparme, sintiendo que no era capaz de pronunciar alguna otra cosa. Le dedique una sonrisa a modo de disculpa. - ¿Seguro que estas bien?, ¿quieres que llame a una ambulancia o te lleve con el doctor? – ¡OK! Creo que eso fue demasiado estúpido… ¿en serio? ¿Una ambulancia? ¿Doctor? ¿Qué diablos te pasa? Me dije mentalmente.
Una carcajada me saco de mis pensamientos. Me estoy comportando como un completo idiota.
- Estoy bien. No te preocupes – dijo después de mi comentario, que fue de lo más torpe. Sonreí como tonto al verlo reír. Por alguna extraña razón, este chico me ponía nervioso, es decir, ¡mis manos estaban sudando!
- Me llamo Jinki, por cierto – me presente sin borrar la sonrisa de idiota en mi rostro – Lee Jinki – extendí mi sudorosa mano hacia él.
- Kibum – dijo, tomando mi mano – Kim Kibum –
- En verdad lamento lo de la bola de papel – comente apenado- no era mi intención herir a alguien. Siento que hayas sido víctima de mi acto imprudente, por intentar liberar mi frustración – dije frotando mi cabeza por el nerviosismo.
- No te preocupes. ¿Trabajos finales? – pregunto señalando la bola de papel en el piso, dibujando una sonrisa en sus labios.
- Ammm, si – conteste, aun mas apenado. Baje la mirada – estoy tratando de componer algo para una clase, pero por alguna razón me he bloqueado – lo mire tímidamente - ¿eres nuevo en el colegio? – Pregunte – nunca te había visto en el campus – levante la bola de papel del suelo, no había un basurero cerca, por lo que la guarde en el bolsillo de mis pantalones, ya encontraría donde tirarlo mas tarde.
- No. De hecho vine a buscar a alguien… - respondió – mi primo estudia aquí, vine de visita unos días a la ciudad, y quede de encontrarme con el aquí, pero no lo encuentro por ningún lado – sonrió tímido – le envié un mensaje de texto, me dijo que lo esperara, que él me buscaría en cuanto se desocupara… y pues, aquí estoy – rio musicalmente. Una risa que me dejo atónito. ¿Cómo alguien que acabo de conocer puede dejarme embobado con solo una risa?
- Deberías sentarte en lo que esperas, son finales de semestre, así que tal vez tu primo tarde en desocuparse – Lo conduje hasta la banca donde había estado sentado antes del pequeño y vergonzoso accidente, olvide que había dejado todas mis cosas ahí, incluyendo mi teléfono, el cual aun seguía reproduciendo música.
- ¡OH! – Exclamo – amo esa canción – dijo con una sonrisa. Y comenzó a cantar.
¡Santo cielo! Su voz era como si los mismísimos ángeles estuvieran cantando.
A primera vista, Kibum no parecía una persona tímida, al contrario, se veía como alguien muy social… me sentía cómodo estando con él, y apenas lo conozco.
Por lo general me gusta disfrutar de mi sola compañía, suelo ser muy solitario y muy antisocial, había comentado mi mejor amigo en alguna ocasión. Pero con Kibum, había algo diferente. No me molestaba su compañía. Era como si lo conociera de hace años, y no alguien a quien acababa de conocer.
Me uní a él, en el coro de la canción, después de todo, “The name I loved” era una de mis canciones favoritas.
- “Naega saranghaetdeon geu ireum. Bulleoboryeo nagalsurok neomu meoreojyeotdeon. Geu ireum ijen jeogeonoko na ulmeogyeo. Nae ane sumgo sipeojyeo. Neol saranghal subakke eobseotdeon. Geu nareul ijen arajwoyo. Irul su eomneun sarangdo saranginikka” –
- Tienes una hermosa voz Kibum – comente al finalizar la canción - ¿no has pensado entrar al colegio de artes? Estoy seguro que encajarías muy bien en lugar así – dije con una sonrisa. Su voz aun resonaba en mi cabeza… ¿A caso?... ¿Estaré experimentando, a lo que llaman “amor a primera vista”? No negare que el chico a mi lado es muy atractivo… ¡Jinki!... ¿En qué diablos estas pensando? Me regañe mentalmente.
- De hecho, - inició – mi pasión es… - su teléfono comenzó a sonar, se dibujo una sonrisa automáticamente en su rostro, al ver el nombre de quien llamaba en la pantalla del teléfono.