Desde un parque para niños, escondidos tras los arbustos, dos jovenes de mirada melancólica veían la puerta de entrada de un edificio empresarial.
No, no lo entiendo. Sencillamente no lo entiendo. ¿Por qué a mi?, ¿Por qué yo? Estoy cansado de sufrir joder. Esto duele, duele mucho, mierda. Y-yo, yo… he vuelto a caer…en jodido y estúpido amor.- Decía un joven y precioso rubio arrugando un informe médico, mirando a su jefe que salía del edificio desde dicho parque mientras lágrimas amargas caían de su tierno rostro.
No t-te preocupes Ni-nii-chan…hic... E-estoy seguro que…hic… que ambos lo-lograremos salir adelante. Todo sea por nuestros pequeños cachorros.- Decía otro hermoso y joven rubio con una triste sonrisa animando a su preciado hermano mayor y viendo al acompañante del jefe de su hermano.
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Bueno, henos aquí chicos. Creo, que lo mejor será presentarme primero. Mi nombre es Alibaba Dracgneel. Soy de estatura media, tez blanca cómo la de mi padre, mi cabello es corto y rubio, mis ojos son de color miel. La otra persona que se encuentra conmigo es mi hermano mellizo, Naruto Dracgneel y ambos tenemos 22 años, soy mayor que él por unos minutos. También es de estatura media, posee unos preciosos ojos azules y su tez es morena, cómo nuestra madre. Ambos somos bastantes hiperactivos, nos encanta divertirnos, lo que nos diferencia es que; Naruto es más decidido y actúa antes de pensar. En cambio, yo soy más reservado y trato de buscar otras salidas ante los problemas. Vale, sí. Salgo huyendo de ellos. –Suspiro-. No me llaméis cobarde. ¿Sabéis una cosa? Según mi madre, somos unos donceles muy hermosos los cuales hemos salido de su divina vag…
Cre-creo que esa información no es necesaria je-je( Ríe nerviosamente). El caso, es que eso dice ella, pero entonces, ¿Por qué mierda tengo que sufrir tanto? ¿Por qué tengo que ser yo el que siempre se lleve la peor parte de todo sufrimiento? ¿Qué de malo tiene enamorarse otra vez… aunque eso signifique… un desengaño más?
Yo… acepto que le tengo envidia a mi hermano. Naruto siempre ha sido el más decidido y abierto con sus sentimientos. Muchas veces he deseado ser como él; siendo abierto con su sensualidad, su forma de vestir, la forma en que atrae a las personas. A ver, no es que no vista bien ni mucho menos, solo que me cuesta dejar ver mi sensualidad, no me gustan las miradas de lujuria de hombres y mujeres, excepto la de él, mi actual Jefe. De quién no debí enamorarme… ya he sufrido suficiente...y aún así...no aprendo la lección jaja. Es triste saber que te han usado como un simple objeto sexual.
Como sea, desde hace dos años, Naruto y yo empezamos a trabajar en una de las grandes empresas, está guiada por dos jefes-directores: Itachi y Sinbad Di Parthevia, apellido de sus padres. Ambos son primos y huérfanos. Por lo que la empresa de ambos se llama ''Sindria&Uchiha Corp'' según nos dijeron ellos, por honor a los apellidos de sus difuntas madres, que según ellos, eran grandes amigas. Primero, empezaré por mi historia:
FLASHBACK
Empecé a trabajar con 19 como ayudante para Itachi Uchiha y así, poder pagar mi carrera en la Universidad. Yo le ayudaba con el papeleo empresarial o llevando cafés a los de la plantilla. No puedo negar que a primera vista, sentí cierto cosquilleo en el estómago, tampoco puedo evitar sonrojarme cuando pienso en ese hombre o sentirme nervioso a la hora de tratarnos, con sus miradas o sonrisas disimuladas. Pero no podía acercarme más de lo debido, se que era un hombre mujeriego, le daba igual con quién se acostaba, yo mismo veía su comportamiento. Aunque cada vez sentía mucha más atracción, no me permitía avanzar con este sentimiento. ¿La razón? Pues era que tenía novio, no podía traicionar así a Kassim…aún que este, cada que le daba la gana me maltrataba o me tomaba como una simple puta. Lo curioso de todo, era que me daba lástima dejarle, supongo que aún le quería, a pesar de empezar amar a otro hombre.
Para mí, creo que ya era normal sufrir siempre en las relaciones. Me toman como un objeto o un saco de boxeo, cuando yo, sólo quería darles mis sentimientos. Incluso ahora, no poseo amigos, todos se alejaron de mi por estar con Kassim. Pero un día, todo cambió justo una semana después de haber cumplido mis 20 años, Kassim entró en la empresa borracho, vino a pegarme, como siempre hacía cada que bebía. Por un lado, tenía miedo, por otro, me alegraba, ya que era tarde y los empleados se habían ido. Harto de todo, le grité a Kassim, este me empujó y caí al suelo, de inmediato sabía lo que iba hacer… el muy cabrón tenía pensado violarme. Empezó a romper mi ropa mientras me gritaba todo tipo de insultos... yo solo gritaba, lloraba y forcejeaba, pero no tenia más fuerza, ya estaba cansado de todo, de esta situación, así que opté por cerrar los ojos cuando vi que Kassim sacaba un puñal. Pero nunca lo sentí, de hecho, no sentí su peso encima de mí hasta que abrí los ojos, y entonces vi a mi jefe neutralizando a Kassim, cuando escuché los llantos y el abrazo de Naruto, me alegré de que fuera él. Puesto que pude respirar mientras veía como el señor Sinbad se llevaba a Kassim junto a la policía. Hasta que me di cuenta de que aún no salía del shock provocado por Kassim y más aún cuando era mi propio jefe el que me había salvado.
-¿Se encuentra usted bien joven Dracgneel?- preguntó su jefe
-S-sí señor. Gra-gracias po-por ayudarme…- respondió Alibaba
-Hm. Sinbad, podrías llevarte al joven Naruto a su casa. Necesito hablar con su hermano.-Preguntaba Itachi posando su mirada en Alibaba.
-¡¿Qué?! ¡Ni hablar! No pienso dejar a mi hermano solo después de lo que ha pasado. Se viene a casa conmigo, no hace falta que nos lleven.- Respondió Naruto.
-Naru-chan, está bien. Ve a casa, no seas irrespetuoso con el Señor Sinbad..- respondió Alibaba.
-No pienso dejart…
-¡NARUTO!- gritó Alibaba.- Vete a casa.
-Está bien..-dijo Naruto.- Por favor Señor Uchiha, traiga lo antes posible a mi hermano a casa. Con su permiso.
Una vez que Naruto salió con Sinbad, Itachi se acercó hacia Alibaba para percatarse de que ese loco no le había apuñalado, pero cuando se acercó:
-¡¡N-NO ME TOQUE!!- grtó Alibaba cerrando los ojos, abrazándose así mismo.
-Lo siento, no quería asustarle.- le respondió Itachi al verlo temblar.- Sólo quería comprobar que no estuviera herido.
Pero entonces, Alibaba reaccionó y recordó que su jefe se había enfrentado a su actual exnovio, que poseía un puñal.
-¡Oh, Dios Mio! ¿Está usted bien? ¿Le ha herido en algún lado?- preguntaba desesperado mientras revisaba el torso del cuerpo de su jefe sin percatarse de lo que hacía.
-Pff ja..jjajajaja
-¡¡S-se puede saber que es lo que le hace tanta gracia, pudo haber salido herido!!!-preguntaba rojo como un tomate al percatarse de que sólo le faltaba estar encima de él como última revisión. Entonces entendió de qué se reía su querido jefe.
-Es sólo que.. Fue usted el herido y no yo. Más aún, en la forma en la que me toca, la poca ropa rasgada que lleva encima… estoy seguro que quién llegue a entrar por esa puerta pensaría otra cosa. ¿No cree usted joven?- le decía Itachi al menor con una sonrisa ladina al ver su rostro hecho un tomate.- Vamos, tengo un poco de mi ropa, no será su talla, pero así dejamos atrás la tentación de tocarle.
-H-hai…-decía Alibaba mientras seguía al mayor.
Mientras tanto, su corazón latía a mil, a pesar de todo lo sucedido, cosa que le entristeció y no pasó desapercibido por el mayor. Itachi le prestó uno de sus trajes que solía guardar como recambio en otra habitación. Una vez que Alibaba regresó vestido a la oficina de su jefe, Alibaba le quería dar las gracias e irse, pero fue atrapado por un abrazo de su jefe.
-I-itachi-sama… ¿po-porqué me e-está abrazando?¿po-podría so-soltarme? Tengo que ir a casa o Naru se pre-preocupará…- Trataba de decir Alibaba debido a sus nervios.
-No te pienso soltar hasta que me cuentes, grites o llores todo lo que llevas guardando desde hace un tiempo, Alibaba. Tu hermano puede esperar un poco más.- respondió el Uchiha sonriendo cuando empezó a sentir las lágrimas del menor en su hombro.
Al día siguiente, Naru me dijo que Itachi-sama me había traído a casa, según dijo él, me había quedado dormido y me trajo en sus brazos. Dios, que vergüenza, se puede saber ahora… ¿Cómo voy hacer para mirarlo a la cara? En fin, la historia no se acaba aquí, pasamos un año conociéndonos e intimando poco a poco, fui accediendo a sus encantos, hasta terminar teniendo sexo. Yo… lo sé. Se que no debía enamorarme de él, incluso a mis 21 años cumplidos y sin tener una relación seria, pero…pero… el corazón es el que elige siempre antes que la mente, ¿no es así?