¿Porqué me defiendes?
Me encontraba totalmente destrozado, porque todo me pasaba a mi, ¿acaso no había un mejor propósito en mi vida? Sonreí subiendo mis pantalones y acomodándome el cabello. Era la 7 vez que lo hacia en toda la noche, y apenas era las 10:37 p.m. Desearía tener la suerte que muchos tienen en lugares como estos, encuentran un buen tipo y se van con el, quería salir de aquí pero si me iba no tenía a dónde ir.
-¿Ya terminaste de vestirte? –pregunto el guardia detrás de la puerta-
-Si. –respondí cortantemente, estaba harto de esta mierda, vender mi trasero por unos cuantos billetes-
Sentí que abrieron la puerta detrás de mí, voltee la cara para apreciar a mi siguiente cliente y Joder, que estaba increíble. Nunca había visto a alguien así. Pelo verde oscuro, tez bronceada, ojos púrpura, y esa mirada pérdida en lo que se podría llamar lujuria.
-¿Así que tu eres? –pregunte tímido, siempre me daban nervios hacer esto de nuevo, ya debería de estar acostumbrado pero no podía.
-Como si interesará. Solo has lo que tengas que hacer para complacerme-dijo cortante sentándose en la orilla de la cama esperando que me arrodillara en frente de el-
Hice lo que me pidió, me arrodille enfrente suyo y empece a bajar la cremallera de el Levis negro que andaba, subí su camisa manga larga hasta arriba de su ombligo y seguido empece a bajar sus bóxers lentamente, el me había ordenado mirarle a los ojos mientras lo hacia. Había dicho que tenía unos ojos muy bonitos, era la primera persona que me decía eso. Sonreí con solo pensarlo.
Quite sus bóxers completamente y empece a masajear su abdomen hasta llegar al ombligo y viceversa...
Tenía miedo, miedo que el me golpeara como los demás. Mis lágrimas querían engañarme y salir de donde pertenecían. Mientras lamía la base de su miembro podía escuchar sus gemidos graves, su mano viajaba desde mi columna vertebral hasta la nuca produciendo escalofríos en la parte baja de mi espalda. No tenía miedo, con el no. Tenía confianza, pero ¿porqué? Si era un simple extraño.
-Cojeras un resfriado si no cubres tus piernas –dijo sobando mi cabello delicadamente-
-¿Eh? –mire mis manos y estás estaban temblando, pero no era frío, era miedo a lo que el fuera hacer después- Jaja tranquilo, solo es un pequeño frío-respondí lamiendo la punta de su miembro, pude sentir cuando brinco de la leve lamida que le di.
-Oye-levanto mi mentón-tienes unos ojos lindos-sonrío de lado, podría jurar que fue la sonrisa mas bella que había visto en mi vida, mi corazón dio un salto.
-Gracias-dije tímido, era la primera ves que alguien me decía eso- tu pelo es bello-respondí torpemente, una risa burlona salió de su boca-
-¿Mi cabello?¿Seguro que solo eso? –susurro antes de fundir nuestros labios en un suave beso para después volver a su postura de antes-
Empece a lamer su miembro desde la base hasta la punta, el gemía y agarra mi cabello para guiar el movimiento adecuado.
-Así-dijo guiando mí cabeza mientras daba leves estocadas en mi boca, cada minuto se hacía más largo, cada minuto que pasaba no me arrepentía de el, a el le gustaba y a mi igual.
-Guh- quise vomitar de lo fuerte que movía sus caderas- guh –volví hacerlo, sentía mi saliva recorrer desde mi labio inferior hasta mi pecho-
Pude sentir su semen recorrer toda mi garganta, era como tomar leche tibia y era espeso como los colados cuando le dan a los bebés. No dejaba de toser, el me daba leves golpes en la espalda para que lo dejara de hacer.
-Shh-decía mientras miraba a mis ojos, me perdía, mirar sus ojos púrpuras era como mirar la galaxia infinita, mi corazón dio un segundo salto, creo que estaba enamorado y de un extraño.