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The demon who stole my heart por Rokuta

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Notas del capitulo:

Yay el capitulo 2 :3

.CAPITULO 2

"La maldad tiene mil formas y tamaños pero solo esta presente en una raza, la humana" Fernan Labeau

Me sentía en las nubes con el delgado cuerpo de ese chico pegado al mío, a ángel no parecía importarle pues hacia frío y el calor de mi cuerpo lo reconfortaba, tampoco oponía ninguna resistencia al insistente roze de mi pecho contra su espalda. Tan solo sentir su delicado ser estando tan cerca del mío me hacia querer abrazarlo y poseerlo en formas tan variadas y perversas que me sorprendí asustado de mis propios pensamientos, quizás ese era el poder tan embriagador que poseían los súcubos.
Antes de que me diera cuenta mi mano se movía por el brazo del chico, suave y perfecto como el resto de su cuerpo que se encontraba oculto tan solo por un overol delgado y desgastado. baje lentamente hacia su cintura y su cadera mientras una gota de sudor recorría mi frente.

-si sigues con eso romperás tus votos de castidad... Y yo romperé algo mas que eso- dijo ángel girando sobre si y tomando entre sus manos mis testículos por sobre el pantalón del uniforme de una forma nada amable o cuidadosa.
-entiendo perfect...tamente lamento haberme pasado contigo- le dije en una disculpa que ni yo mismo creí pero que pareció ser suficiente para el. Me separe un poco de su brusco agarre y lo mire inquisitivamente mientras el se sentaba y recargaba su espalda contra la pared del derruido refugio.
por que quieres estar conmigo si soy un estúpido sacerdote...-
-no olvides pervertido- me interrumpió ángel -...estúpido sacerdote pervertido entonces ¿por que no seguir por tu cuenta?- el rubio me miro por un momento y
Luego respondió de una manera tan poco natural que parecía como si hubiese estado intentando aprendérsela de memoria -por que tu puedes protegerme de los demonios eres un soldado de dios... O al menos te han enseñado los ritos suficientes para alejarlos de ti- "un soldado de dios" por un momento estuve a punto de reír pero recordé que para ángel yo era un sacerdote. Quizás lo mejor seria que lo siguiese creyendo.

-y ¿que es lo que haremos ahora? Tenemos que salir de este pueblo pronto o los soldados enemigos estarán por todos lados- el rubio no me escuchaba, su rostro bronceado se había puesto blanco y sus ojos mostraban un terror indescriptible . -soldados enemigos... Ese es el menor de nuestros problemas justo ahora...- cuando dirigí la mirada hacia donde sus ojos estaban fijos un escalofrío recorrió mi espalda y un sudor frío comenzó a bañarme, ante mi se encontraba la criatura más horrible que había visto nunca, media unos dos metros y no tenia piel, solo músculos que cubrían todo su cuerpo con uno que otro hueso asomándose. Parecía estar cubierta de un liquido rojo y viscoso que al caer al suelo liberaba un vapor hediondo y pútrido. Su rostro era lo peor de todo. Sus facciones no parecían ser en lo absoluto humanas, tenia un esqueleto ancho y deforme y tres ojos a cada lado de su cráneo. Unos enormes cuernos de carnero se asomaban por encima de su cabeza y un par de colmillos ondulados se encontraban con estos. Sus brazos eran fuertes y sus manos estaban llenas de garras afiladas. Hasta el mas valiente soldado se habría orinado encima ante semejante visión infernal. Yo estuve a punto de hacerlo hasta que la voz de ángel me saco del shock. -¿que estas esperando? es solo un carroñero has algo!- sin pensarlo demasiado me puse entre el horrible monstruo y el rubio mientras sostenía la Biblia en alto como esperando que el solo hecho de mostrársela a aquella bestia sirviera de algo. El espantoso ser comenzó a avanzar hacia mi a paso lento pero con movimientos antinaturales que me hacían querer huir despavorido, aun que algo dentro de mi me dijo que en cuanto le diese la espalda a aquel monstruo me podía considerar hombre muerto. -HAS ALGO!!!- el grito lleno de terror de ángel me dio todo el valor que necesitaba, mire hacia aquel esperpento y con un movimiento firme y certero le lance la Biblia a la cara. El monstruo pareció reaccionar al toque de aquel libro sagrado pues profirió gritos horribles y desgarradores de dolor mientras el rubio me miraba incrédulo. -corre...- le dije y ambos corrimos fuera de aquel edificio sin pensarlo demasiado. Aquel carroñero parecía habernos perdido el rastro por lo que después de andar un par de horas nos refugiamos en una antigua oficina postal que tenia una única entrada de apariencia solida.

Cuando estuvimos dentro pude notar que ángel seguía mirándome con esa expresión en el rostro de sorpresa y confusión. Estuve a punto de hablar pero el me interrumpió. -de entre todas las cosas se te ocurrió lanzarle tu arma mas poderosa a un simple carroñero... Lanzársela! ¿En que diablos estabas pensando?... Pudiste alejarlo con una oración simple en latín o acabarlo con un ritual de exorcismo... ¿Sabes lo cerca que estuviste de morir allí?- sus ojos me miraban en señal de reproche y una lagrima rodaba por su mejilla -ambos estuvimos cerca de morir- le dije mientras limpiaba la lagrima con mi dedo. -ya te dije que ellos me quieren vivo pero tu no les sirves...¿por que te arriesgaste de esa manera?- me dijo a punto de llorar. lo mire preocupado pero al final decidí que decirle la verdad era lo mejor así que le explique el como había acabado en esa situación. -ahora ya lo sabes, entiendo si no quieres verme y decides seguir por tu cuenta - el rubio me miro con aquellos ojos suyos que se clavaban en el fondo de mi alma, pensé que estallaría de repente o que se iría pero tan solo se puso en pie y se acerco a mi, de nuevo sentí su cálido aliento en mi rostro. -eres un idiota, eso lo explica todo.- por un momento parecía que ángel se lanzaría hacia mi pero al ultimo momento cambio de opinión y se alejo de mi. -no puedes protegerme asi- me dijo y se dirigió hacia la puerta mientras yo miraba el suelo apenado, queria detenerlo pero el estaba en lo cierto yo no podría protegerlo y de alguna manera el hecho de pensar que ángel podría salir herido por mi culpa me contenía de hacerlo. Cuando levante la mirada el chico se había ido y yo estaba allí solo. 

Decidí que lo mejor seria seguir moviéndome hacia el norte, hacia territorio enemigo pues el cuerpo principal de su ejercito se movía hacia mi país. Me quite la desgastada chaqueta del uniforme y la desgarre para proteger mi rostro del polvo que había levantado la batalla, al salir de la oficina postal pude ver mas claramente el escenario a mi alrededor. Aquello había sido una masacre total, era bastante obvio que algo así pasaría pues el canciller mando a las tropas mas entrenadas y veteranas a invadir la frontera enemiga pero luego dejo solo a los nuevos reclutas y retiro a los veteranos a la capital para defenderla de la oleada de enemigos que se aproximaba. Eran tan solo niños, a mi lado se encontraba el cuerpo de un chico de no mas de 14 años que había sido masacrado a tiros, su cuerpo se encontraba reconocible gracias al tremendo frío de este país infernal al que decidimos invadir. Y como él cientos de cadáveres estaban regados por las calles sin ningún pudor, pude ver el cuerpo de un niño de unos 3 años abrazado al cadáver de su madre. Comprendí con un escalofrío que aquello no era obra de el ejercito enemigo, los civiles habían sido masacrados y alineados en orden y sus cuerpos mostraban mas signos de descomposición que los soldados. ¿Como podía nuestro ejercito que ante los ojos del mundo eran los justos y valerosos hacer algo de semejante calibre?.
Seguí avanzando por entre las callejuelas infestadas de muerte por un buen rato ensimismado en mis propios pensamientos hasta que sin saber como, termine enfrente de una fogata y dos soldados que charlaban con alegría hasta que se percataron de mi presencia. Uno de ellos se puso en pie y apunto su rifle hacia mi mas cuando vio que no portaba armas y que mis ropas no eran mas que harapos la bajo un poco sin dejar de lucir amenazador.
halt! Wer bist du?- (alto! Quien eres tu?) yo no sabia hablar en el idioma de aquellos hombres así que solo me quede mirándolos con las manos en alto esperando que no decidieran dispararme. -WER BIST DU? BEANTWORTE MEINE FRAGE!!- (quien eres? Contesta mi pregunta!) el soldado puso su rifle en alto y apunto directo a mi pecho hasta que noto la enorme cruz de plata que colgaba de mi cuello. - er ist nur ein dummes Priester!!! Hahaha ha- (solo es un estúpido sacerdote!) dijo el soldado a su compañero mientras se preparaba para dispararme.

No pude hacer nada mas que cerrar los ojos hasta que un ruido sordo como de acero hizo que diera un brinco aterrorizado. Pero aquel sonido era demasiado leve para haber sido un disparo así que abrí los ojos y me encontré con ambos soldados En el suelo y parado en medio de ellos se encontraba ángel sosteniendo lo que parecía ser un sartén. -pero es mi estúpido sacerdote!- dijo soltando el sartén y dirigiéndose hacia mi, no pude moverme tan solo me quede allí parado como un idiota mientras ángel se ponía enfrente mío. -por favor esconde el crucifijo, me molesta un poco- me dijo y yo obedecí sin chistar. Entonces en un rápido movimiento el rubio se lanzo hacia mi y planto sus suaves y carnosos labios en los míos. Me quede petrificado sin poder reaccionar mientras el chico se quedaba allí con sus labios muy apretados contra los míos y los ojos cerrados, me di cuenta de que nunca antes había hecho eso y sin quererlo solté una risita tonta lo que al parecer ofendió a ángel que se separo de mi con una mirada de reproche - no se supone que te rías idiota!- tome su barbilla con mi mano derecha mientras que empujaba su cadera hacia hacia mi. -es que lo estabas haciendo mal- le dije mientras unía mis labios con los suyos, frotándolos suavemente mientras le daba una que otra mordida. Cuando mi lengua invadió su boca pude sentir como el rubio se tensaba por un segundo pero luego se dejaba llevar por el movimiento de mi lengua contra la suya. Estuvimos así un buen rato hasta que el rubio me empujo y tomo una gran bocanada de aire. -eso fue... Interesante, te traje esto- dijo lanzando un bulto a mis pies. Se trataba de una Biblia envuelta en un montón de telas.
-no puedo tocarla directamente- dijo ángel explicándose -así me puedes defender de los demonios- bajo la mirada apenado y no pude resistirme a darle un fuerte abrazo. 

-¿por que no simplemente tienen muchos bebes con humanos? y así no tendrían que comer nunca mas de ellos- le pregunte mientras nos dirigíamos hacia el vehículo de aquellos dos soldados enemigos -no pueden, si fuera tan fácil no seríamos raros los mitad demonio. Solo cuando un humano y un súcubo se enamoran de verdad pueden tener un hijo y relaciones sin que el humano se vuelva loco, y los demonios son seres perversos y orgullosos solo unos pocos considerarían siquiera hacerse amigos de los humanos -
Ambos nos disfrazamos con los uniformes que habían en el camión y nos dirigimos lo mas hacia el norte que pudimos, el camino era frío y el camión hacia un ruido infernal pero esperábamos que nadie nos detuviese. Después de un rato de conducir ángel se recostó sobre mi regazo y el sentir su calor contra esa parte de mi cuerpo me genero una voluminosa erección involuntaria. -lo siento no puedo evitarlo! Puedes usar mi hombro si quieres.- le dije de verdad apenado -esta bien me gusta el calor y el aroma- dijo ángel mientras frotaba su cabeza contra mi entrepierna. Aquel iba a ser un viaje muy largo.


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