"El asesino serial de la Rosa Blanca ha cobrado a su quinta víctima el día de hoy. Una chica se ha encontrado muerta en su propio departamento esta mañana. La policía aún no tiene ninguna pista de quién está detrás de este asesinato o de los otros cuatro. Uno de los vecinos de la reciente víctima alega que-"
Antes de que el presentador de noticias pudiera continuar con la premisa, el televisor ya había sido apagado. Maldiciendo, el oficial de policía se puso de pie, con las manos posadas sobre sus caderas. Mientras el anterior estaba caminando por el lugar en círculos de manera nerviosa, un oficial más joven entró a la habitación y se sentó en silencio.
"Ese chico... ¡Ese chico está loco!" Comentó el mayor, mientras el otro solo soltaba un suspiro.
"Escucha, Kwangsun..." El menor se puso de pie mientras apoyaba su mano en el hombro del contrario, para luego continuar. "Yo sé que quieres atrapar a ese psicópata pronto, pero para eso necesitamos ayuda. Y no puedes decirme lo contrario, demonios... ¡Han pasado seis meses y aún no tenemos ninguna pista! No tenemos nada. Creo que es momento de escuchar los consejos del Señor Park".
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"Es un placer conocerlo, Hwan Kiwoon." Dijo el oficial más joven mientras hacía una venia a la persona que acababa de llegar a la Estación de policía. "Soy Lee Kibum y él es Kim Kwangsun." Habló nuevamente, haciendo un pequeño movimiento con su mano hacia su colega.
"El placer es mío." Comentó el recién llegado, que se notaba de más edad que todos los que se encontraban allí. "Soy Hwan Kiwoon, como usted ya sabe, y este es mi ayudante, Oh Sehun."
"Es un placer conocerlos." Sehun, el ayudante que parecía mucho más joven que los presentes, se inclinó en sinónimo de respeto. Kibum se limitó a sonreír, mientras que Kwangsun lo miró con suspicacia. Ese mocoso no se veía exactamente como el asistente de un detective altamente profesional como lo era Hwan. Su cabello estaba tinturado de un color marrón claro, era alto, pero un poco escuálido y para colmo llevaba una expresión estoica y aburrida, como la de un adolescente malhumorado.
"Entiendo que estamos tratando con un asesino serial bastante profesional, ¿no es así?" Declaró Kiwoon en todo de pregunta.
"Así es. Con el asesino de la rosa blanca, como se le ha dado a conocer. Sí quieren venir, vamos a mostrarles toda la información que hemos reunido." Dijo Kibum. El detective y su ayudante siguieron a los dos policías a una habitación levemente más pequeña a la anterior. En una de las paredes de esta, colgaba una gran pizarra con fotos y escritos por todos lados.
"Entonces... ¿esto es todo lo que tienen hasta el momento?" Preguntó Kiwoon mirando atentamente a la pizarra frente a él.
"Bueno, no hay mucho para ser honesto. Este chico trabaja de una manera muy limpia, él verdaderamente sabe lo que está haciendo. Los asesinatos no son sucios, no tienen ninguna marca de lucha de las víctimas." Dijo Kwangsun, tratando que no se notara el desespero en su voz.
"Y, ¿él no los ha drogado?" Preguntó el asistente del detective, mirando directamente a Kwangsun.
"No, no hemos encontrado ningún tipo de drogas en el cuerpo de las víctimas. Ni siquiera una pizca de alcohol."
"¿Y las rosas?" Cuestionó Kiwoon, mirando las variadas fotos de rosas blancas sobre la pizarra.
"Todas y cada una de las víctimas recibió una de ellas días antes de su muerte. Y hablando con los familiares y amistades de estas, nos hemos dado cuenta que les entregó la rosa justo una semana antes de entrar en acción."
"Así que... Todo lo que saben hasta ahora es que las víctimas recibían una rosa blanca y a los pocos días se les encontraba fallecidas."
"Lamentablemente sí... es lo único que sabemos." Dijo Kibum. "Hemos enviado mensajes a diferentes canales de noticias, para que la gente que reciba esta rosa se acerque a nosotros de manera automática."
"Muy buena idea, si es que a alguien le sucede lo mejor es informarlo inmediatamente s ustedes."
"Claro."
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"¡Mami! ¡Mami!" Apartándose de la ropa que estaba colgando en esos momentos, una bella mujer sonrió al ver como su pequeño hijo se acercaba a ella.
"¿Qué pasó, Minseok?" Le preguntó a su hijo que tenía nueve años de edad y que ahora se encontraba frente a ella.
"¡Mira lo que tengo, mamá!" La expresión tranquila y feliz de la madre fue reemplazado pronto por una de horror y pánico... Su hijo en estos momentos, estaba sosteniendo una rosa blanca con su mano derecha.
"Minseok..." Ella comenzó a hablar mientras se agachaba a la altura del pequeño. Luego tomó la rosa de las manos de su hijo mientras preguntaba. "¿De dónde has sacado esto?"
El menor hizo un leve puchero. Al parecer su madre o se había emocionado de la misma manera que él por la rosa blanca.
"Un hombre me la regaló." Dijo en voz baja, mientras bajaba su cabeza.
"Minseok, ¿no te he dicho que no hables con extraños? Y lo más importante... ¿que no debes recibir cosas de ellos?" El pequeño asintió, y murmuró un tranquilo lo siento, mamá.
La mujer tomó a su pequeño en brazos y entró rápidamente a su hogar, sin molestarse de terminar de colgar la ropa. Cerró la puerta detrás de ella con llave, y cogió el teléfono marcando el número de la policía.
"Hola buenas. Ha llamado a la policía, ¿en qué le podemos ayudar?"
"Hola, llamo por el caso de las rosas blancas. Mi hijo ha recibido una de un extraño y... Yo, yo no sé-" La persona que había contestado el teléfono interrumpió a la mujer cuando notó el pánico en su voz.
"Señorita, ¿me podría dar su dirección? Inmediatamente voy a enviar a los detectives que estan trabajando en este caso."
"S-sí, está bien... Muchas gracias. "Minseok parecía confundido por como su madre le había hablado a la persona del teléfono. La culpa se había acumulado en su interior, él no entendía exactamente por qué, pero sabía que él era culpable del estado de ánimo extraño que tenía su madre en estos momentos. Frunció el ceño de nuevo.
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No pasó mucho tiempo para que tocaran la puerta del hogar. La madre de Minseok lentamente abrió, sintiéndose totalmente aliviada cuando se dio cuenta, por las placas, que se trataban de los oficiales.
Los ojos de Sehun se abrieron un poco más de lo normal al ver al pequeño chico que se escondía tras su madre. Miró a Kibum, que igualmente parecía sorprendido.
"Señor Hwan... ¿cree que esto pueda ser una broma?" Preguntó Kwangsun, dejando en claro que el también se encontraba sorprendido a la gran diferencia que tenían las anteriores víctimas con el chico que tenían frente a ellos.
"Lamentablemente, no. No es exactamente el comportamiento del asesino en serie con el que estamos tratando... pero lo más probable es que quiera llamar nuestra atención con esto." Respondió Kiwoon. "Señora Kim, ¿le importaría si mi asistente y yo hablamos con su hijo en privado?"
"Supongo que no." Dijo en voz baja la madre de Minseok, dejando la habitación junto a los dos oficiales. Pero sin antes darle a su hijo una sonrisa alentadora.
"Hola Minseok, ¿ese es tu nombre verdad?" Kiwoon miró expectante al chico, quien solo se limitó a asentir. "Es un placer conocerte. Mi nombre es Hwan Kiwoon y él es Oh Sehun." Una vez más, Minseok solo asintió.
El detective suspiró, era completamente consiente de lo mal que se podía relacionar con los niños. Rara vez podía mantener la calma junto a uno de ellos. Miró a Sehun, dándole a entender que necesitaba de su ayuda para continuar. Él solo asintió mientras se agachaba a la altura de Minseok, antes tomando la rosa que se encontraba sobre la mesa.
"Esta rosa es tuya, ¿verdad? ¿Es un regalo?" El pequeño se encogió de hombros. "Creo que así es." Declaró Sehun, mientras que Minseok solo le dedicó una sonrisa. Así que prosiguió.
"La persona que te la dio... ¿era bonita?" Minseok abrió la boca para responder, pero antes de hacerlo volvió a cerrarla. Volviendo a encoger sus hombros. "¿No sabes?" El pequeño negó con la cabeza.
"No pude ver su rostro." Kiwoon levantó una ceja ante l dicho por Minseok.
"¿Cómo es eso?" Preguntó Sehun. Minseok frunció los labios y miró de manera pensativa al mayor.
"Él llevaba un sombrero grande. Era de color oscuro, creo." Sehun asintió, sin dejar de mirar al menor. "Y un abrigo... un abrigo largo. ¡Como Sherlock Holmes!" Minseok sonrió y Sehun le devolvió el gesto. Kiwoon se acercó un poco más a su ayudante, susurrando algo en su oído.
"¿No pudiste ver de qué color era su cabello? o ¿cómo era su rostro?" Preguntó Sehun, a lo cual en respuesta, Minseok solo se dedicó a negar con la cabeza.
"Bueno, muchas gracias por ayudarnos, Minseok."
Sehun y Kiwoon abandonaron la sala y fueron a la cocina, en donde encontraron a la madre de Minseok hablar con los dos oficiales.
"Oh... Señor Hwan. Estabamos hablando con la Señora Kim de ver la posibilidad de que Minseok viva con otra persona por el momento..." Dijo Kibum. "Por su seguridad."
"Me parece buena idea. Pero, Señora Kim... ¿Cree que a Minseok le acomodaría vivir con alguien que no conoce?"
"¿Por qué? ¿A quién tiene en mente?" Preguntó la madre del menor con preocupación.
"A Sehun." Ante la mención de su nombre, Sehun miró con los ojos muy abiertos al detective. "De esa manera, si necesito a Minseok sabré dónde está y lo tendré cerca. Además, Sehun sabe cómo utilizar armas, estoy seguro que él va a mantener a su hijo seguro."
"Bueno, si usted piensa que es lo mejor..."
"Por favor señora, confíe en mi."