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Naturalmente por Sve

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Notas del fanfic:

Gente! Este es mi primer FanFiction de Free! Pido por favor dejen todo el feedback necesario, negativo o positivo.

Gracias!

I

—Es increíble, ¿verdad?

La señora Tachibana era una mujer sensata, pero también muy emocional. Por lo que confiar en el destino no era algo que le resultara inverisímil y ver las pruebas de éste frente a sus ojos la movilizaba con supremacía.

Frente a ella un acontecimiento sin duda producto del destino se daba lugar, su hijo de menos de un año estaba sentado en el suelo, aún hipaba un poco, pero no era nada en comparación con lo que había sido sólo cinco minutos antes. A su lado, otro niño se movía, moviendo las cosas con las que jugaba de un lado a otro y mirando a Makoto cada tanto. La otra madre en la habitación miraba también a los infantes.

—De hecho lo es — se proclamó mientras giraba un poco la cabeza y acomodaba las ropas de su hijo que se levantaban mientras éste gateaba—, aunque no entiendo muy bien por qué. Se han visto sólo un par de veces, como mucho, pero ya es así.

—Es el destino.

Sí. Otras cosas no podrían explicar la afinidad que se había presentado entre los dos niños. Hacía no más de diez minutos (y durante la anterior hora) Makoto había estado llorando inconsolablemente. La señora Tachibana había trato de calmarlo de cuanto modo se le ocurría; jugando, acurrucándolo en su cuna, cantándole, tratando de alimentarlo… pero nada había surtido efecto, hasta que había decidido salir y tomar el camino del altar, subir los escalones y llegar a la casa de los Nanase. No quería molestar, pero Haruka, el hijo de esa familia, tenía más o menos la misma edad que Makoto y tal vez ellos sabrían que podía hacer, diez meses o no de maternidad aún la hacían sentir bastante insegura en algunas áreas.

La señora Nanase había abierto las puertas de su hogar de un modo muy especial a su pequeña familia, asegurándoles que estarían para lo que la necesitaran. Esa parecía una buena oportunidad, por mal que la hiciera sentir.

Cuando llamó a la entrada de la casa y fue invitada a su interior el calor de hogar y la armonía la recibieron, sabía que había hecho bien en llegar hasta ahí.

Makoto aún lloraba en sus brazos cuando ambos entraron a la casa y mientras la madre explicaba qué era lo que pasaba, y parecía que no se detendría en ningún momento cercano. Quizás sentía también un poco de vergüenza con la situación, casi al punto de preguntarse qué era lo que hacía ahí, sin embargo cuando pasaron a la sala y su bebé dejó de llorar, supo que había hecho algo bien, y respiró agradecida. Una inspección unos segundos después explicó qué era lo que pasaba.

En el centro de la habitación y a no más de dos metros de sus pies, Haruka estaba sentado sobre una manta, rodeado de cubos suaves, parecía que había estado jugando, pero su vista (esos enormes ojos azules, realmente eran muy azules) estaba clavada en la pareja de recién llegados y Makoto parecía reciprocar la mirada.

Un minuto después estaban ambos sentados sobre la manta y Haruka volvía a jugar. Sus madres a unos pasos.

—Tal  vez algún día sean buenos amigos— había dicho la señora Nanase, una sonrisa suave en su rostro, todavía un poco sorprendida.

La madre Tachibana miró a su hijo, el llanto ya no existía, tampoco los sollozos, estaba tranquilo, con una mano cercana a su boca, parecía decidir si gatear hasta donde estaba Haruka o si morderse los dedos; bajó la mano y se acercó al otro niño, lo miró de cerca se sentó a su lado, con la mismo mano que había tenido anteriormente la duda, tocó el rostro del infante y luego sus ojos. Haruka no se molestó, no lloró, no se movió, solamente abrió y cerró la boca un par de veces, terminó por llevarse un cubo a la boca. Estaba todo bien.

—Sí, sí, serán buenos amigos— sonrió de oreja a oreja y ya no se sentía avergonzada, había hecho bien, sabía que era así y sabía que desde ese día en adelante sería siempre así, sólo lo sabía—. Es cosa del destino.

 

II

— ¿Haruka-chan, puede Piri-chan ser tu novia?

Era el primer día de clases en el jardín de infantes de Iwatobi, había sólo uno y los cursos eran populosos. Haruka se había sentido un poco abrumado en primera instancia ¿por qué eran tantos? ¿por qué tenían que hacer una fila y Makoto estaba delante de todo y Haruka al final? ¿Se suponía que usaran el sombrero todo el tiempo? A él no le gustaba demasiado, no era como el que usaba en la playa.

Había llegado hasta la puerta con su madre, su tía y su mejor amigo del mundo, pero sólo hasta ahí. Cuando se había dado cuenta, su madre ya no estaba más a su lado y una mujer diferente sostenía su mano, sabía que era quien sería su maestra, su abuela le había explicado la noche anterior qué sucedería en el jardín de infantes; pero Makoto no estaba tan bien. En el instante que cruzó la puerta había comenzado a llorar, mucho.

— ¡Mamá!— había llorado Makoto, sin apartar la vista de su madre, aún agarrado fuertemente a la mano de la maestra.

—Vamos Mako-chan, hay muchos niños adentro esperando a jugar contigo— cantaba la mujer. Haruka no entendió cómo podía ser una buena idea que hubiera más niños, si sólo jugando entro ellos dos siempre era suficiente.

Supuso que estaba en sus manos, si Makoto estaba triste o asustado, Haruka lo acompañaría en lo que fuera. Había dejado la mano que lo llevaba a él, y sólo se acercó a Makoto y tomó la suya. Su amigo lo había mirado, los ojos llenos de lágrimas. A Haruka le gustaba el agua, pero no le gustaba verla en los ojos de las personas.

El llanto había terminado y habían entrado a la escuela tomados de la mano, una de las maestras riendo tras ambos.

Las cosas no habían durado mucho así y pronto se habían formado como era debido, o eso habían dicho, las niñas por un lado, los niños por el otro, los más altos al final, lo más pequeños adelante. Había pasado poco tiempo, o eso parecía, pero Makoto ya estaba hablando con alguien delante en la fila.

Se habían presentado, y cuando escucharon el nombre de su amigo, el segundo en la fila, algunos niños se habían reído. Haruka no entendió qué tenía de gracioso.

Después de eso la clase había sido tranquila, habían jugado, había descubierto que la clase de niños más grandes tenía un acuario con peces, habían ocurrido varias cosas, entre ellas, que la niña de ojos grandes y boca rosada se acercara a él, cuando estaban haciendo la fila para salir.

— ¿Qué es una novia?

—Es cuando los niños se gustan— había contestado a la pregunta la niña frente a él. La miró un momento, ¿e él le gustaba esa niña? Tenía ojos grandes, a Haruka le gustaban los ojos grandes como los de su mamá, así que le gustaba.

—Me… gustan tus ojos grandes— había dicho, el rostro de la niña se iluminó.

— ¡A Piri-chan le gusta el nombre de Haruka-chan!

Y entonces, Nanase Haruka tenía una novia al final del primer día de clases en el único jardín de infantes de Iwatobi.

— ¡Y entonces, Mamoru-chan dijo que también le gustaba jugar con los cubos y jugamos los tres juntos!— Makoto agitaba los brazos mientras hablaba, tomado de la mano de su madre. Haruka lo observaba, él sólo sabía el nombre de Piri-chan, pero Makoto ya conocía a otros niños.

— ¿Y tú Haru-chan? Dime qué ha sucedido el día de hoy —había preguntado su mamá. La respuesta fue obvia.

—Piri-chan es mi novia.

Haruka miró a Makoto que había parado de reir a su lado ¿era malo que Piri-chan fuera su novia? La mamá de Makoto reía y la suya también, así que supuso que no.

—Wow Haru-chan. Pero es muy pronto para eso, jaja.

Makoto también había empezado a reir, Haruka no preguntó por qué, pero tampoco importaba. Quería llegar a casa y darse un baño.

—Makoto…

El segundo día de clases había pasado mucho más tranquilo que el primero. Haruka aprendió el nombre de algunos compañeros y había jugado con alguien más, Piri-chan había tomado su mano mientras caminaban al área de juego, estaba bien, él siempre tomaba la mano de Makoto para ir a cualquier lado, aunque ni el día anterior ni ese lo había hecho, por lo menos no después de entrar.

Sin embargo algo había que no estaba bien, el día anterior había ido a ver el acuario con Makoto, pero ese día, cuando llegó, Makoto ya estaba con otras dos niñas.

— ¿Si Haru-chan?

—¿Por qué estás aquí con…— ¿cómo se llamaban?— ellas?

—Oh, Haru-chan, ella es Kai-chan —señaló a la niña de la izquierda y luego a la derecha— y ella Hana-chan— hizo una pausa. Siguió—, ¡Son mis novias Haru-chan!

¿Eh?

— ¿Eh?— las niñas rieron, Haru no les dio importancia.

—Sí, porque me gusta el cabello de Kai y las sandalias de Hana— Makoto, parecía entuciasmado, pero todas las niñas tenían las mismas sandalias…—, tu dijiste que una novia era alguien que te gustaba y a mí me gustan ellas.

—Sí… —¿era así?

Las niñas siguieron mirando el acuario, tocando a los peces a través del vidrio. Haruka sabía que eso no estaba bien, su abuela se lo había dicho, a los peces les molesta.

— ¿Haru-chan?— miró a Makoto y éste giró la cabeza hacia un lado, pensante. No dijo nada.

— ¿Sí?

—A mí me gustan cuando Haru-chan toma mi mano, también los crayones de colores que tiene, y los ojos de Haru-chan son los más azules que el cielo— dijo extendiendo sus manos al aire, había utilizado mal las palabras, Haru no lo corrigió—, entonces ¿Quiere Haru-chan ser mi novia también?

Oh.

Haruka no contestó, pero tomó la mano de Makoto y fueron a jugar fuera del aula, al parque, como el día anterior.

A Haruka le gustaban los ojos de Piri-chan, porque eran parecidos a los de su mamá, pero más le gustaban los ojos de Makoto, porque eran de Makoto.

Notas finales:

Gracias por haber leído.

Vuelvan pronto!


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