Empacando el amor en Soriana.
Pov. Juan Pablo.
[—/—/2014].
Era un día normal. Común. Nada fuera de lo normal. Me aliste para ir a mi trabajo de empacador en Soriana, salí de mi casa y camine unas cuadras para tomar el camión para mi trabajo. No es que estuviera muy lejos de mi casa pero me daba flojera caminar y no me gustaba llegar sudado al trabajo.
Ser coordinador no es tan fácil como parece, pero tiene sus beneficios. Pero no me gusta cuando llega gente nueva, es una pérdida de mi tiempo.
Inicie el turno como de costumbre pero había algo raro... Betty no me estaba pidiendo el reporte del día anterior, empecé a buscarla -cosa que no era difícil pues era enorme-. Y cuando la encontré estaba hablando con un muchacho un poco más alto que yo, estaba de espaldas pero podría ver que tenía el cabello de un tono claro natural y era delgado... Tenía buena figu—.. ¡¿Qué mierda estoy pensando?!
–. Juan Pablo, que bien que llegas, necesito que me pases el reporte de las bolsas y faltas del día de ayer y...
–. Sí Betty, ya lo dejé en tu caja para que lo revises y selles.
–. Oh, muy bien Juan Pablo,.. ¡Oh, sí! Se me olvidaba...
Y todo empezó en ese momento, en ese lugar,.. Esa persona...
–Él es Erubiel, comenzara a trabajar aquí desde hoy, enseñarle todo lo que debe saber, las reglas, por donde debe de entrar y salir y hazle compañía al menos hasta que haga amigos. ¿Sí?
Y antes de que pudiera decir algo en contra Betty ya se había ido...
¡M I E R D A!
–. Hola... ¿Erubiel?
Me molesta tener que hacerme cargo de los novatos.
–. Hola... ¿Juan Pablo?
Me limité a sonreír de forma sutilmente fingida. Asentí y me plante frente a el extendiéndole mi mano.
No podía negar que era un chico guapo.
Casi al momento tomo mi mano y la estrecho suavemente a forma de continuar el saludo y las formalidades devolviéndome la sonrisa, por alguna razón parecía natural.
–. Bien, te enseñare por donde debes de entrar y checar, ahí también es donde debes de ir al baño y después de eso volveremos para que te enseñe lo básico de caja.
–. No hay mucho que debas enseñarme, vengo de trabajar en Wal-Mart y Chedraui, se empacar bastante bien y no te daré más molestias.
¿Enserio?.. Oh por dios eso sería genial.
–. Igual debo de echarte un ojo, eres nuevo para mí y no me gusta que la gente me dé problemas.
–. Ok.
Después del pequeño recorrido de las cajas a la salida de empleados y de regreso comentamos cosas sin mucha importancia, era un chico agradable y un tanto simpático. Igual era idiota.
Como era nuevo decidí presentarlo rápidamente a los demás empacadores y mandarlos a trabajar enseguida, a todos menos a él.
Me senté en la mesa donde colocamos las bolsas y el frente a mí.
La ventaja más grande de ser coordinador era que podía mandarme solo, había una cajera con la que particularmente me gustaba trabajar así que casi siempre la esperaba para trabajar.
Me quede un rato platicando con Erubiel, digamos que nos hicimos amigos.
En alguna parte de nuestra conversación me pidió que le dijera Eru.
–. Ya, ya.
Bueno, ¿Y en qué escuela estudia, Eru?
–. Cumbres.
–. ¡¿De verdad?!
Whoa... Yo igual. Es increíble que no te haya reconocido, bueno, no es que me vaya fijando en los chicos.
–. Sí... Yo tampoco recuerdo haberte visto... Y bueno, ¿Vives lejos de aquí?
–. Ah... No... No tan lejos, ¿Y tú?
–. Yo vivo muy cerca, cruzando la avenida por las casas detrás de la farmacia.
–. Oh... Ya.
–. Igual y nos podemos regresar juntos si no te va muy lejos.
–. Seguro.
El trabajo continuo tranquilo, enseguida llego Diana me metí a caja y meto a Eru en la caja de a un lado, debía mantenerlo vigilado.
Y aún empacando seguíamos hablando...
Tenía unos ojos bonitos y aún que mantenía una cara seria no tenía nada que ver con su personalidad, tenía una forma peculiar de empacar y...
¡¿Por qué mierda vuelvo a pensar así?!
Nonononononono.
Ni lo conozco.
Además de que parezco chica enamorada.
Iugh.
Amor.
Terminamos de trabajar. Realizar el conteo de bolsas y las asistencias, anote a Eru en la lista de empleados y después fuimos juntos a la salida de empleados.
Iba a cambiarme de ropa como de costumbre pero antes de que pudiera hacer algo él ya se estaba quitando la ropa y por alguna razón me dieron ganas de huir de ahí.
No me cambie, tome mis cosas y decidí esperarlo afuera, después de todo había quedado en regresar con él.
Mierda.
Salió del pequeño lugar y caminamos hacia la farmacia mientras hablábamos, cruzamos el estacionamiento y justo cuando íbamos a cruzar él tomo mi mano y sentí que iba a morir.
Mi corazón se acelero, mis ojos y mente se pusieron en blanco, perdí el control de mi cuerpo y mis piernas se movían solas, justo cuando cruzamos las dos pequeñas avenidas me soltó la mano mientras seguía hablando de no sé qué mierda.
Le perdí la conversación.
–. ¿Qué fue eso?
–. ¿El qué?
–. ¿Por qué me tomaste la mano hace un momento para cruzar?
–. Oh, eso... ¿Te molesto?
Es que es un mal hábito... Cuando cruzo la calle con alguien cerca.
–. Ah, ya.
–. No quería incomodarte, solo que no puedo controlarlo.
–. No, no. Que va. Ni que fuera Gay.
Reímos y de pronto todo tuvo sentido por un momento.
Yo era Gay.