Ambas corrían por los pasillos enormes de la Inmensa, iluminados por luces tenues rojas y moradas, luego de un largo momento lleno de silencio después de lo sucedido.
-…-miró si había alguien cuando estuvo oculta detrás de la pared-todavía no aparece nadie, parece que todos se fueron, seguro tiene que ver con el temblor de hace unos minutos-mencionó-mejor vámonos.
-no me des órdenes-replicó Gaz detrás de ella.
-ya se me hacía extraño que no dijeras nada así-dijo mientras seguía avanzando-me pregunto quién será el pobre tonto que se esté enfrentando a la Inmensa-pensó.
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-¡¿Qué crees que estás haciendo?, muévete!-se quejó el irken en un susurro, molesto por la incomodidad.
-¡no grites o nos encontrará!-respondió de igual manera el humano.
Ambos se encontraban escondidos en un laboratorio de La Inmensa, exactamente en el armario de éste, quizás en el que su hermana y la irken habían estado anteriormente, pero no lo sabían aún. Había sido un difícil escape de la celda, ya que se habían topado con ese pequeño problema.
-¿Por qué no la golpeaste o algo?-preguntó confundido el irken.
-¡¿estás loco?, es una niña, ¿tú por qué no lo hiciste?!
-¡ah pues porque desactivaron varias funciones de mi PAK, en especial las de ataque!
-no puede ser.
-¿y ya planeaste como escapar?-cambió de tema.
-bueno, pensé que Gaz me ayudaría pero desapareció, también traje mi computadora por si acaso, si funcionó hackear con algunas cosas para ayudarte a escapar de esa horrible celda, podría funcionar para todo.
-no creas que será tan fácil, es casi imposible, tu inferior tecnología no serviría para…
En eso escucharon que alguien entró en el laboratorio y arrojó las cosas que había a medida que caminaba por el lugar. Ciertamente era casi completamente inútil lo que querrían hacer. Sí, escaparon, pero algo en esa chiquilla hacia que no pudiesen acabar con ella y ella tampoco desaprovechaba esa ventaja, puesto que apenas terminaron de hablar, se puso a atacarlos con todo lo que tenía. Definitivamente, mucho tiempo sin pelear entre ellos los puso fuera de forma en cuanto a las tácticas de ataque, otra desventaja.
-¡salgan de donde quiera que estén!-gritó mientras sus pisadas parecían escucharse menos.
-creo que se fue-ambos dieron un suspiro de alivio.
Hasta que de repente la puerta fue atravesada con una extremidad biónica, asustando en el proceso a ambos y luego se abrió la misma casi rompiéndose en el proceso.
-¿Qué pasa, no pueden golpearme?
-¡¿Qué es lo que eres y porque nos odias?!-preguntó el humano mirándola con extrañeza.
-bueno, hasta hace poco me enteré de que…no soy una irken pura.
Podían verla otra vez, algo en ella se les hacía bastante familiar, algo oculto en esa mirada infantil. Que extraño, parecía alguna escena de película de terror.
-como sea-intervino Zim-estaba teniéndote algo de piedad pero si quieres pelear, así será, el increíble Zim no huye jamás de sus peleas-mencionó con arrogancia.
-pero…-esta vez respondió Dib, tratando de detenerlo.
-¡podemos contra ella, será muy fácil!-exclamó levantando los brazos.
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-¡jajaja, son tan estúpidos al creer que pueden con nosotros!-se burló Púrpura al ver por la enorme pantalla, que daba con el exterior de la Inmensa, como la otra nave seguía atacando pero no les hacía ni el más mínimo daño; y mientras lo hacía comía sus rosquillas.
-disculpen Mis Altos, pero nos parece extraño que no nos hayan pedido que los destruyamos en un instante…como siempre lo hacen-mencionó uno de los técnicos confundido.
-es porque darles un poco de esperanza nos divierte demasiado, ahora sigue disparándole-ordenó Púrpura luego de justificarse.
En eso llegó un guardia e hizo una seña militar al acercarse a ellos.
-¿Qué quieres?
-disculpen Mis Altos-se veía afligido-pero como yo y mis compañeros nos preocupamos, fuimos a ver los motivos de los temblores, descuidamos la celda y el ex-invasor Zim escapó.
-¡¿Qué?!-preguntó Purpura no creyéndolo, pero luego notando que Rojo no pareció sorprendido-¡¿no lo escuchaste?, Zim escapó…!
-así que ya empezó…-sonrió con malicia.
-¡Rojo, ¿sabes algo que yo no sepa?!-reclamó el contrario molesto.
-tu sabes de que se trata, pero yo sé más de lo que crees-respondió con simpleza.
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-esto sí que toma mucho tiempo.
-¿Qué esperabas?
En eso recién volvieron algunos guardias, por lo que ella, usó sus extremidades biónicas para subirse a la ventilación y a Gaz con ella. No lo hacía por tener miedo, oh no, es solo que lo mejor era aún no levantar sospechas, mas Gaz se percató de esto a medida que avanzaban, sabía que había algo más oculto.
-haces esto porque aun quieres ser invasora, ¿verdad?
-¿de qué hablas?
-de que no puedes atacar a nadie porque quieres seguir con tu rango.
-me costó mucho y lo sabes, descuida yo me encargare de que no destruyan tu planeta y por eso necesito que te vayas lo más pronto posible al llegar.
-como sea-susurró sabiendo esto, después de todo, no podía esperar que la contraria le siguiese y se fueran juntas como en cualquier novela o cuento para dormir, ella sabía que todo podría acabar de esta manera…ni siquiera podría intentar que fuera así, esto era lo mejor.
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La contienda una vez que inicio, Zim ya tuvo un plan que esperaba no fuera malo, pero primero debería enseñar a esa pequeña quien mandaba, ya que solo ella le ayudaría y al parecer sería fácil hacerlo más que a cualquiera, quizás debió influenciar a Skoodge primero ahora que lo meditaba, él era el más influenciable después de todo.
Ella era bastante escurridiza y por su menor tamaño llegaba a cualquier lugar con facilidad y sin ser vista, mientras buscaba el lugar perfecto para atacar. Dib analizó los movimientos, no quedándose atrás, pero mientras lo hacía, intentaba en su computadora reactivar las funciones de ataque de Zim, imaginando que el PAK de Zim era como cualquier dispositivo irken que había tenido en su poder.
-¡ya te atrapé!-exclamo Zim una vez que había levantado algo parecido a una tubería que estaba por allí, arrancándola por supuesto, y calculó minutos antes que su contrincante se había lanzado nuevamente a su ataque, más ella sorprendió cuando la golpeó con eso en el rostro.
-¡auch, eso duele!-ella se quejó cubriendo su rostro con sus manos-¡¿Qué diablos te sucede?!
-¿Qué, te dolió?-se burló el irken.
-¡¿a quién no?, Zim de verdad te excediste!-le reprochó Dib.
-¡como sea, ahora está a mi merced y ella fue la que empezó!-sostuvo el pequeño cuello y la estampó contra una pared-¡eso te enseñará a no meterte con el grandioso Zim, ahora que has perdido te ordeno que reactives las funciones de ataque de mi PAK!
-¡nunca!-sacó sus cuatro patas robóticas, luego lo empujó tratando de escapar y apuntando en su próximo ataque esta vez al humano-¡ahora voy por ti, criatura inferior y apestosa…!
-¡no lo harás!-el irken una vez más había levantado el tubo de metal y en el momento preciso la había golpeado en la espalda destrozando en el proceso el PAK de ella.
-mi…PAK-se percató y cayó pesadamente contra el suelo.
-espera un momento, ¿Qué fue lo que dijo hace un momento?-se preguntó mentalmente percatándose de lo ocurrido-eso sonó como a…
-sabía que no serías capaz de derrotarme, niñita-se burló Zim mirándola con arrogancia.
-¿sabes que no lo necesito?-sonrió con la misma arrogancia.
-pero no veo con que puedas defenderte-la amenazó-perdiste.
-¡no!-ella gritó negando lo que ocurría.
-¡ahora vuelve a activar las funciones de ataque de mi PAK o te destruiré!
-…-bufo resignada y luego rodó los ojos-bien, tu ganas.
En eso ella se puso a reparar el PAK, abriéndolo por un momento y haciendo unos cuantos ajustes.
-ni se te ocurra hacer algo extraño, porque Dib te matará-le advirtió.
-está bien-siguió con su trabajo de mala gana.
Hasta que finalmente acabo sonando un pequeño sonido de confirmación y, en cuanto lo hizo, Zim lo comprobó sacando sus extremidades biónicas y con el fin de acabar con su presa.
-no creo que sea lo correcto-finalmente habló Dib interviniendo.
-debes estar bromeando, ella acaba de atacarnos.
-¡pero es una niña, ay no lo sé, algo en ella es tan…!
-¡podrás derrotarme pero el imperio…!-no pudo terminar porque un trapo con cloroformo estuvo en su cara y cayó inconsciente.
-¡bien, de todos modos no quiero ensuciar mis manos!-apartó finalmente el trapo-solo es cuestión de minutos para que muera, vámonos-ordenó y el humano le siguió, pero este no sin antes mirar atrás por escuchar algo que la niña inconsciente dijo.
-lo sabe…
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Poco más tarde…
-¿estas segura de que se verían justo aquí?-pregunto hastiada Tak.
Ambas habían logrado llegar después de un muy largo tiempo, ya que estaban al otro lado de la Inmensa, y por suerte, sin contratiempos.
-sí, llegamos y pusimos la nave en la que vinimos junto a las demás, así no se vería extraño y si nos separábamos aquí nos encontraríamos según él.
-está bien, al menos nadie se enteró de que estabas aquí-suspiró con alivio-quizás están muertos, ¿por qué no te vas sola?
-no puedo irme sin ellos.
-¿te preocupas por tu hermano y su novio?-enarcó una ceja incrédulamente.
-claro que no, los que están afuera tienen un trato con él por lo que yo no responderé por eso-se excusó.
-¡bien, pero si algo te llega a pasar…!
-uy que lindo, te preocupas por mí-dijo en tono sarcástico-lástima que se cuidarme sola y que exactamente no soy una “señorita delicada”.
-tienes suerte de no serlo, sino no me agradarías siquiera-mencionó y se acercó más a ella sonriendo, besándola nuevamente, pero por un corto tiempo.
-¡qué demonios!-gritó Dib enfadado con lo que veía.
Al fin habían llegado ambos, interrumpiéndolos.
-hasta que apareces-dijo Gaz.
-¡ni siquiera me seguiste, ¿solo desapareciste como si nada para...?!
-¡tú!-señaló a Tak-¡sí que tienes un gran descaro para guiar a Zim a su propia muerte y aparecer de nuevo como si nada!-vociferó fúrico el irken olvidando la escena anterior.
-¡cállate, te estoy ayudando!
-¡¿tú, ayudarme?!
-¡ni que yo quisiera hacerlo, de hecho, es mejor para mí que te maten, después de todo, aun no te perdono por ese día!
-¡ya basta los dos, es hora de irnos y rápido!-los detuvo la menor y juntos entraron al lugar extenso de almacenaje de naves, por suerte, encontraron rápido la nave en la que llegaron.
-¡¿ustedes tenían mi nave este tiempo?, ¿Por qué no me lo dijiste?!-reclamó la irken molesta.
-¡porque no confiaba en ti, así que mejor cállate y vámonos!-replicó Gaz.
-…me parece extraño que nadie haya interferido todavía-mencionó la irken de repente, ya que este lugar estaba sin soldados, guardias o alguien siquiera.
…
Y justamente en ese momento se vieron rodeados por varios soldados, que ya estaban apuntándoles con sus armas.
-¿creyeron que podían irse tan pronto?-habló uno de ellos y claramente podían reconocer la voz de…el Más Alto Rojo.
-maldición-susurró Tak.
-¿creían que no sabríamos de esto?, todo ya estaba dicho al llegar nuestra arma secreta…ya sabíamos que nos defraudarías Tak, ya sabíamos que de alguna manera los estúpidos Resisty hallarían la forma de distraernos y luego encontrar cosas que nos debiliten, de hecho, hay una parte de la historia que no sabes Zim-sonrió con malicia.
-y esa es la parte más divertida-continuó Púrpura, mientras chasqueó los dedos y trajeron a la niña, que estaba esposada y aun inconsciente-trata del como ella llegó aquí, quien es exactamente y, al parecer, él porque es un fracaso al igual que tú.
-¿a qué se refieren?-preguntó molesto ahora.
-a nada, solo queremos decirte… ¡saluda a tu linda descendiente jajaja!-rió burlándose, su compañero le siguió y luego todos los demás que estaban allí.
-¡¡¡ ¿Qué?!!!-ambos quedaron perplejos.
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Continuará…