-¿al menos planeas ayudarme con algo?-preguntó a su hermana sin mirarla por estar conduciendo la nave, sonaba molesto.
-oye, te estoy acompañando, ¿eso no es suficiente?-dijo ella despreocupada, fulminándole con la mirada.
Oh si, había transcurrido cerca de unos días, fue más rápido de lo que creyó, después de todo, había mejorado la nave aún más, haciéndola mucho más rápida que antes, todo gracias a que un día finalmente, su padre lo obligó a ir a sus laboratorios para aprender acerca de los propulsores y muchas cosas relacionadas con la velocidad y la ciencia real.
-¿Cuánto falta?-preguntó ella aburrida, desde hace días que su videojuego no tenía baterías y comer solo frituras, al parecer no le agradaba.
-en primer lugar, no sé porque viniste si te estás aburriendo-mencionó extrañado el pelinegro.
-ya te dije que vine para ayudarte.
-eso es bastante extraño, tu jamás ayudas porque sí-enarcó una ceja incrédulo.
-quizá para patear traseros alienígenas, que te importa-le fulminó con la mirada, cansada de responder…lo cierto es que ella tampoco lo sabía, pero algo si era seguro…por extraña razón quería volver a ver a Tak, sin saber porque, últimamente solo pensaba en aquel día, tanto que perdía constantemente en sus videojuegos… ¿qué le había pasado?-aun no puedo creer que no pensaste en un plan para cuando lleguemos-la menor habló nuevamente tratando de cambiar de tema.
-la primero era ir, no quería llegar demasiado tarde ¿sí?-se justificó el pelinegro.
-como sea, morir no es un gran plan ¿lo sabias?-dijo en tono irónico.
-por Júpiter, espera hasta que se me ocurra algo, como siempre, no sabes apreciar mi inteligencia-se puso a pensar en algo, hasta que, como por arte de magia, apareció una gran nave detrás de ellos, a excepción de que ésta era gris y mucho más grande que la suya.
Justo en ese instante recibieron una video llamada, al parecer provenía de dicha nave.
-¿Qué es lo que querrán?-dicho esto, el amante de lo paranormal contestó y en eso apareció en la pantalla varias sombras, de las cuales solo eran distinguibles unos siniestros y brillantes ojos amarillos-ehmmm, ¿Quiénes son?-preguntó dudoso.
-¡esa es la misma pregunta que te hacemos a ti, nos estás estorbando!-dijo el que al parecer era el líder de la tripulación.
-¡sí, pero yo pregunte primero!
-¡oh, está bien!-suspiró resignado-¡yo soy el líder de esta tripulación, Lard Narr, y todos nosotros somos los Resisty, la resistencia en contra el Imperio Irken y vamos a atacarlos…!
-esperen un minuto-se percató de algo-¿piensan atacar a la Inmensa con esa nave?, no sé si dieron cuenta pero no son rivales para...
-¡silencio!-lo calló-¡a menos que quieras ser destruido!
Dicho esto, vio como los cañones láser de esa nave los apuntaba.
-¡espera, no lo hagas yo conozco todas las debilidades de los irkens, supongo que podríamos llegar a hacer un trato!-se apresuró a decir.
-mmm-se puso a pensarlo-¿y para que sería ese trato?
-es obvio que solos no podemos enfrentarnos a ellos, así que…-comenzó a pensar en un plan, ahora incluyendo este conveniente suceso, por lo que no le tomó mucho tiempo para que se le ocurriera algo. Hizo unos cuantos cálculos en una hoja de papel, mientras Gaz solo miraba como lo hacía.
Poco después le mostró al líder, por el tele comunicador, el plan que al poco tiempo había ideado, quizás no era perfecto, pero podría funcionar.
-mmm-siguió dudando, no podía desaprovechar ese trato y finalmente se vengaría por todo lo que su gente padeció por culpa de la “basura irken”-está bien, supongo que es un trato, solo por esta vez, espero que no nos traiciones o si no te destruiremos.
-no se preocupen, eso no pasará.
Dicho esto se cortó la transmisión, era obvio que los irkens no eran tontos como su gente, pero al menos con un poco de distracción podría ayudar a escapar a su amado…si aún seguía con vida.
:-.-:-.-:-.-:-.-:-.-:-.-:-.-:-.-:-.-:-.-:
Mientras tanto…
-ya llegaron, Mis Altos-informó uno de los soldados irken.
-¿Quiénes?-preguntó Púrpura confundido y despreocupado comiendo una golosina.
-ya sabes-dijo Rojo dándole una mirada cómplice-hazlos pasar-ordenó mientras seguía comiendo una rosquilla.
-en seguida-este hizo una reverencia y salió por la puerta principal.
Poco después éste volvió con Skoodge y Zim, aunque el último estaba aprisionado con unas esposas de la armada irken, seguramente imposibles de quitar.
-así que realmente estas vivo, que sorpresa, pensábamos que estabas muerto, aunque siendo francos, ya sabíamos que no sería tan fácil de creer-habló Rojo tratando de fingir sorpresa.
-así que toda una semana de celebración fue en vano-le siguió después Púrpura, fingiendo lamentarse.
-n-no entiendo c-como…-no sabía que decir, estaba realmente confundido, ¿cómo ellos sabían que él no estaba muerto?
-es simple verás…
No pudo terminar de hablar pues alguien entró estrepitosamente, nada más y nada menos que una irken furiosa, quien había estado persiguiéndolos todo este tiempo, ciertamente logro alcanzarlos pronto, mas no pudo atrapar al piloto de la nave contraria para vengarse.
-qué bueno que te nos unas en este instante, irken Tak-prosiguió Rojo.
-lamento esa horrible escena, pero no podía dejar que esta injusticia se quedará así, yo soy quien debió traer a Zim ante sus presencias mis Altos, descubrí que no estaba muerto después de todo.
-vaya, otra sorpresa, no sabíamos que aun seguías viva después de habernos decepcionado rotundamente aquella vez con tu plan fallido-dijo Púrpura molesto de recordar aquello.
-todo fue por culpa de Zim, Mis Altos, y por eso quería traerlo, para que ustedes lo destruyeran finalmente, eso es lo que realmente querían, ¿no es cierto?
-tienes la total razón, destruirlo es lo que buscábamos, pero lo pensamos mejor y como no se vería bien en el Imperio…así que no será así- sonrió con malicia Púrpura-no lo destruiremos nosotros.
-¿entonces quién?-preguntó ella confundida.
-de eso es lo que queríamos hablarles-sonrió Rojo de la misma manera que su compañero-en todo este tiempo transcurrido recibimos una visita de alguien, al parecer vino del futuro…todo comenzó cuando los científicos vortianos hicieron una máquina del tiempo para evitar la conquista de su planeta, desafortunadamente para ellos, nosotros nos enteramos y no les salio bien aquella absurda idea-rió un poco-y en ese momento, salió del portal una persona que al parecer fue enviada para destruir a Zim por parte del Imperio en el futuro, ésta también nos dijo que estabas vivo y no queríamos creerlo…luego concluimos que posiblemente eso sería verdad y como cada vez que tratamos de destruirlo algo sale mal, sabemos que esta persona no puede fallar.
-¿y de quien se supone que están hablando?-preguntó muy confundido Zim, quien trataba de asimilar todo lo dicho.
-te daré una pista-intervino Purpura-es alguien tan destructivo y molesto como tú, de hecho, rompió tu record a seis años en completa oscuridad en Irk, obviamente en su línea de tiempo, claro que no le dejaríamos hacer eso ahora-mencionó con algo de enfado.
-¿eh?-volvió a preguntar el más bajo confundido, ladeando la cabeza.
-lo comprenderás luego-suspiró frustrado-hazla pasar-ordenó nuevamente Rojo.
-de inmediato-el mismo soldado abrió la puerta y entró aquella persona.
Todos miraron hacia aquel lugar sombreado donde la luz no alcanzaba, esa persona era…era…
…
-esto es una broma, ¿verdad?-se mofó Zim, incrédulo de lo que veía.
-emmm no lo es-finalmente dijo algo Skoodge.
-ya veremos quien se ríe después, Zim-dijo Púrpura sonriendo malévolamente-llévenselo tú y Skoodge-le ordenó a la recién llegada y el mencionado, para el irken robusto fue fácil llevar a Zim solo y su acompañante solo lo seguía.
-¡no, suéltenme, esto no es gracioso, no pueden destruir al grandioso Zim!-gritó alterado, desapareciendo con ellos tras esa puerta de acero.
-jajaja… en cuanto a ti-miró a Tak-supongo que por tus intentos buscas alguna recompensa, ¿Por qué lo haríamos?
-porque ustedes saben que yo tengo un gran material para ser una soldado de élite, el único error fue que ese defectuoso me encerró cuando fue mi prueba, lo cerebros de control lo saben, Mis Altos-dijo ella, esperando que esa fuera razón suficiente.
-sí, recuerdo eso…primero que nada, para hacerlo te haremos una prueba de lealtad, verás, cuando Zim todavía creía que era invasor, nos habló acerca de que en ese planeta había varias cosas y factores que prácticamente podían usarse como armas mortales contra el imperio, supongo que si tú puedes afirmarlo te podemos dar una oportunidad-propuso Rojo con una sonrisa maliciosa.
-…-ella dudó por un momento, ¿era porque le importaba ese planeta o…por alguien que vivía en ella?...no, no estaba bien dudar, era una irken y finalmente lograría ser una invasora, solo debía decir algo, debía obedecer a sus líderes en todo-lo afirmo, sí, son varios, desde gérmenes hasta cosas mucho peores.
-muy bien hecho soldado-premió el de ojos carmesí-es hora de destruir ese planeta.
-¿q-que?-apenas pudo articular, sabía que esto pasaría, ¿pero tan pronto?
-¿Qué sucede, tienes algún problema con eso?-pregunto Púrpura enarcando una ceja.
-N-no, es solo que no entiendo porque destruirlo-mintió.
-nadie tiene que saber tales debilidades, espero que no te interpongas o tengas alguna objeción.
-…no claro que no, son solo criaturas inferiores...
-bien, preparémonos para destruir a la tal “Tierra”-sonrió Púrpura malicioso.
-…-ella simplemente salió del lugar-no puede ser…no, no tiene que importarme, todos son inferiores-pensó ella convenciéndose, ese día no tenía por qué significar algo en su vida de ahora en adelante, solo tenía que olvidar todo lo que pasó…
:-.-:-.-:-.-:-.-:-.-:-.-:-.-:-.-:-.-:-.-:
Continuará…