Aoi, luego de hacer una muestra de desprecio y escuchar el suspiro de su visitante, volvió a colocarse el auricular que le habían quitado y se sumió de nuevo en la música, un horrible y desgarrador dolor abarcó su corazón, el recuerdo de lo acontecido con su, ahora, ex-pareja estaba muy fresco en su memoria.
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Recordaba claramente la indiferencia y el desprecio que se percibía en las palabras de Kazuki al decirle que se había hartado de estar a su lado, que su sola presencia le era una molestia, sus besos ya no le causaban nada, que ya no le importaba lo que sucediera con él porque ya no lo amaba, su amor se había acabado hace su mucho y si seguía con él era por el hecho de no saber cómo terminar la relación.
Aoi se sintió morir, le respondió que no fuese cruel con él, que podría haber una manera para que su relación se salvara, tal vez sólo era porque casi no se veían que decía que ya no lo amaba, pronto sería su aniversario y ese día en el lugar al que pensaba llevarlo todo se arreglaría, y serían felices de nuevo; eso último lo dijo con una suave sonrisa y ojos esperanzados que luego, de las palabras de Kazuki que siguieron las suyas, perdieron todo brillo y mataron las esperanzas de un nuevo inicio junto con el corazón del pelinegro.
Sus palabras exactas fueron: “Esto ya no se puede arreglar porque primero: ya no siento nada por ti, Yuu, más que el respeto como guitarrista; segundo: Hay alguien que se adueñó de mis pensamientos y mis sentimientos, además de que esa persona me corresponde. Lamento no haber podido terminar esto de buena forma, realmente lo disfruté mientras duró, pero ahora ya no hay nada que nos ate, no de mi parte. Adiós, Yuu.”
Cuando vio que el castaño de encaminaba a la salida sintió que una parte de su vida se iba, no podía permitirlo, se interpuso en la salida, la negativa del castaño lo enfureció y orgulloso como sólo él no lo acepto, sumándole el revoltijo que eran los sentimientos de ambos en ese momento empezaron una confrontación que pasó de las palabras a romper cualquier objeto que se encontrara cerca de sus manos, intento por descargar todo.
Así fue cómo consiguió las heridas en sus manos y manchó su rostro tratando de enjugar las lágrimas de dolor.
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Salió de sus recuerdos cuando sintió que era movido del sitio duro de donde estaba y era ubicado sobre una superficie suave y mullida que identificó como su cama, abrió los ojos y se quitó los auriculares, centró su vista en su amigo que se encontraba sentado a su lado en la orilla de la cama.
─ Yo no te llamé.─
─ Lo sé, vine por mi cuenta.─
─ ¿Por qué?─
─ Porque… ─ dudó, no se atrevería confesar sus sentimientos, no en esa situación.─ me preocupo por ti al igual que me preocupo por Taka, Kou y Aki.─
─ Si es por la banda esto no interferirá con las actividades.─ apartó la vista.
─ No.─ negó con la cabeza─ No es por eso, es por ti. No sólo eres mi compañero de banda, no sólo soy tu líder, eres… mi amigo.─ cómo le hubiese gustado decir otra palabra.
─ Somos amigos.─ sonrío, aun en su borrachera agradecía que Yutaka estuviera ahí, por suerte no era un borracho agresivo, sólo era grosero, por eso no lo había echado a patadas y porque se sentía bien a su lado. Aprovechó que Yutaka estaba sentado cerca de él y jaló haciendo que quedara acostado a su lado, se abrazó a su pecho y se acomodó.─ Gracias por estar aquí, conmigo. Gracias por ser mi amigo.─ los efectos del alcohol y lo cálido que sintió a Kai hicieron que cayera dormido casi al instante, por eso no pudo ver cómo el rostro de Kai se deformaba en una mueca de tristeza y apretaba sus labios.
─Siempre estaré contigo, Yuu.─ lo atrajo más hacía sí, al menos disfrutaría de ese momento y se encargaría de que hubieran más como ese, de sentirlo cerca como… su amigo.
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1 año y medio después…
Desde la ruptura de la relación de Aoi y Kazuki, estos no se hablaban ni veían más de lo estrictamente necesario y sólo si el trabajo lo requería.
Kai y Aoi se habían vuelto más cercanos, iban al apartamento del otro y a veces pasaban la noche, componían juntos o se reunían a practicar… solos los dos; había ocasiones, como los días libres, que salían los cinco a cualquier lugar a hacer cualquier cosa, pero luego que cada quien se iba a su hogar ellos dos quedaban de verse de nuevo, les gustaba compartir con los demás pero les gustaba más compartir… solos los dos.
El batero al principio se había propuesto conquistar al guitarrista, pero decidió dejarlo, si debía pasar, pasaría;"Su amistad está bien", se decía a sí mismo.
El contacto amistoso que tenían poco a poco fue tornándose más cariñoso, los abrazos duraban más, cada que se veían se abrazaban, tomaban descanso del ensayo se pegaban como si tuvieran un imán, Aoi a veces se quedaba con él ayudándole con papeleo o con lo que el batero necesitara ayuda si no simplemente lo veía trabajar. Algunos veían una fuerte amistad, otros decían que tal vez algo más, pero no estaban seguros así que lo dejaban en amistad, pero sus compañeros de banda estaban seguros que de esa tierna y simpática amistad podría surgir un empalagoso (según ellos), apasionante y bien correspondido amor; no lo creían simplemente por los abrazos sino por el trato que se daban, los motes por los que se llamaban ‘Yuu-chan’ y ‘Yuk-kun’, a veces iban cogidos de la mano, sus sonrisas y ojos brillaban cada que estaban juntos, sin embargo lo que hacía que estuvieran más seguros de que se querían eran los besos… empezaron por besos en las mejillas, otros en la frente y últimamente los besos eran cerca de la boca, por la comisura de los labios… además de que se celaban entre ellos sin ser (aparentemente) consciente de eso y los otros tres se divertían viendo cómo se les arrugaba la cara como si hubieran chupado un limón cuando cada que uno (o para más diversión dos) de ellos se guindaban como niños de Kai o Aoi y empezaban a repartir besitos por el rostro con chillones ‘te quiero’.
Esperaban que pronto se confesaran sus sentimientos, les deseaban felicidad.
La confesión llegó más pronto de lo que esperaban.
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Habían detenido el ensayo porque el manager se apareció en su sala para llevarse a Kai, les dijo que sólo serían unos minutos, pues, ya pasaban de los 20 minutos y estaban aburridos, querían largase a sus hogares, lanzarse a su cama para dormir y nunca despertar.
Harto de tanta espera, Reita propuso que uno de ellos lo fuera a buscar o mejor que se largaran sin decirle nada a nadie, de todos modos ya no podían continuar porque faltaba poco para la hora de finalizar, pero Aoi no se iba a ir sin el otro pelinegro, así que fue en su busca. Recorría los pasillos buscando la cabellera negra corta del hombre con el que tanto compartía y le hacía sentir tantas cosas, cuando lo divisó al dar vuelta en una esquina sintió de nuevo esa opresión en su corazón, se tensó y sus ojos ardieron por retener las lágrimas que querían salir, pero su rostro no mostraba emoción alguna, se mantenía seria; el cigarrillo que estaba a medio camino de su boca terminó el recorrido, caló y al expulsar el humo susurró…
─ Qué lindo.─ dio media vuelta regresando sobre sus pasos, terminó el resto del cigarrillo en una calada y arrojó la colilla.
─ ¿Y Yutaka?─ preguntó el castaño vocal al ver entrar solo al pelinegro guitarrista.
─ Teniendo una aventura.─ tomó su bolso─ Yo me largo, nos vemos.─
Confundidos por la respuesta del guitarrista sólo veían la puerta por donde había salido, luego se vieron entre ellos como preguntándose "¿A qué demonios se refería?"; dieron un brinquito cuando la puerta se volvió a abrir y esta vez por ella entró el líder con ceño fruncido, se veía muy molesto y algo aturdido, de nuevo se vieron entre ellos preguntándose mentalmente "¿Y ahora qué con este?"
─ ¿Qué te pasa?─ Reita fue quien exteriorizó sus dudas.
Hizo un sonido con la boca y volteó a verlos─ Nada, no ha sido nada.─ notó que faltaba alguien.─ ¿Dónde está Yuu?─
─ Se fue.─ dijeron al unísono.
─ Salió a buscarte…─ dijo Uruha al captar la pregunta muda de Kai.
─ Regresó serio y al parecer muy molesto...─ siguió Reita.
─ Tomó sus cosas y salió azotando la puerta… como si la pobre le hubiera hecho algo.─ terminó Ruki.
"¿Qué le habrá pasado?" fue el pensamiento colectivo.
─ Bueno.─ se aclaró la garganta─ Ya podemos irnos.─
─ ¡Al fin!─ exclamó el rubio bajista.
─ De hecho, pudieron haberse ido hace…─ miró su reloj de pulsera─ 10 minutos, la verdad pensé que cuando regresara ya habrían salido corriendo y no habría nadie aquí.─ sonrió.
─ ¿¡Qué!?─ molesto bajista─ ¿¡Lo ven!? Les dije que no largáramos sin decir nada, pero no me escucharon.─ amurrado.
Vocal y guitarra, ambos castaños, pusieron los ojos en blanco e ignoraron al molesto bajista.
─ Pudiste enviar un mensaje.─entrecerró los ojos el castaño más alto.
─ Se me presentó un inconveniente y no lo pensé.─quería olvidar ese inconveniente.
─ Bueno, ya no importa, sólo vámonos de aquí que estoy cansado.─ pasó el dorso de una mano por sus ojos.─ Por cierto, Akira, sólo a mí me lucen bien los pucheros.─ puso sus labios en forma de puchero y con voz caprichosa dijo─ ¡Ya larguémonos!─
Rieron por la molestia del bajista, tomaron sus cosas y salieron de la compañía, el batero se dirigía al apartamento de cierto guitarrista pelinegro al cual quería mucho.
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Tenía pensado llegar mínimo en 10 minutos al apartamento de Aoi, pero el tráfico estaba estancado, tardó media hora en llegar y estaba desesperado por ver a su pelinegro.
Subió al ascensor, al arribar al piso correspondiente aceleró el paso, introdujo la llave que el guitarrista le había facilitado un tiempo atrás e ingresó; todo estaba a oscuras, tenía un sentimiento extraño, encendió las luces y tuvo un dejá vú, esa escena ya la había vivido sólo que esta vez dos cosas cambiaron: no había sangre y no había guitarra hecha añicos. Se preocupó al ver a Aoi de nuevo en el piso, se arrodilló a un lado y lo tomó entre sus brazos.
─ Yuu, ¿qué te pasó? ─
─ Por favor, vete al infierno con tu preocupación… y dile ‘Hola’ a esa maldita zorra. ─contestó, luego se quitó el cigarrillo de la boca haciendo que el humo llegara al rostro de Kai, estaba borracho.
─ ¿Qué? ─ sorprendido y confundido, no recordaba haber estado con alguna chi… ah, su mente olvidadiza había recordado lo que sucedió luego de que el manager al fin lo soltara: se había topado con una chica en uno de los pasillos de la compañía, distraído como sólo él no se fijó que interponiéndose en su camino se encontraba un cuerpo menudo y delicado que al parecer esperaba por él, sintió algo blando y cálido posarse en sus labios, abrió los ojos sorprendido y se encontró con que una chica lo estaba besando; retrocedió un par de pasos para separarse aun en su confusión por lo recién acontecido logró ver la sonrisa de triunfo y satisfacción de la chica, frunció el ceño realmente molesto, trató de calmarse y no gritarle, simplemente le dijo que no volviera a atrever a hacer eso y pasó de ella como si fuera un mueble más.
Si el segundo guitarra le estaba reclamando por eso era porque lo había visto, más obvio no podía ser ¿no?, pero se preguntaba por qué le reclamaba si no eran nada, a menos que lo que escuchaba decir a otras personas y lo que la persona que sabía de sus sentimientos le decía tuviera razón, tal vez Aoi le correspondía y eso que sentía eran… celos. Sonrió y atrajo más el cuerpo del otro hacia sí.
─ ¿Podría ser que… estás celoso? ─ tomó el rostro de Aoi con una de sus manos para que lo viera.
─ Dije que te pudras. ─ apartó su rostro de la mano cálida de Kai y trató de zafarse de los brazos que lo rodeaban. ─Déjame sólo.─ se revolvía en los brazos del pelinegro corto, pero no lograba liberarse, el otro sujetaba más fuerte, sintió que lo elevaba y comenzaba a caminar, se enojó aún más, pataleaba, gritaba, daba manotazos no demasiado fuertes, no lo quería lastimar sólo quería que lo bajara y dejara solo para ahogarse en sus penas.
Dejó de moverse cuando sintió sus pies tocar el piso y casi gritó cuando sintió caer agua fría sobre su cabeza, mojando su ropa; estaban en el baño.
─ ¡Mierda!─ llevó sus manos al rostro para evitar que agua entrara en sus ojos, logró abrirlos, se sorprendió y ruborizó al ver frente suyo a Kai… quitándose la camisa.
El pelinegro corto se acercó a él hasta dejar sus frentes juntas y sus labios casi rozándose.
─ Contéstame, Yuu… ¿Eso que percibí en tu voz son celos?─
─ No sé de qué hablas.─ movió su cabeza a un lado haciendo que la frente del otro quedara apoyada en su sien izquierda, sus mejillas teñidas de un claro carmín, estaba nervioso por tenerlo tan cerca.
─ Entonces… ¿Por qué el gran Shiroyama Yuu, el Superstar Aoi me reclamaría por haber visto que una chica me besaba si no fuera porque tiene celos?─ tomó la barbilla del contrario para que lo viera los ojos volviendo así a rozar sus labios.
─ Yo…─ tartamudeaba, no sabía qué decirle, ahora que el agua había espantando la mayoría de su borrachera se dio cuenta de que en verdad le había reclamado y había sonado como una novia celosa desesperada, sus mejillas enrojecieron aún más dándole un aspecto realmente tierno y adorable según el batero.
─ No me molestó que me reclamaras, al contrario, me dio esperanzas.─ sus ojos y sonrisa tan brillantes casi ciegan al guitarritas.
Tragó saliva.─ ¿A qué te refieres?─ cada vez más nervioso, un ligero temblor en su cuerpo era visible.
─ A que…─ posó ligeramente sus labios sobre los del otro.─ Me gustas, Yuu.─
Sus ojos se abrieron lo más que pudieron, esto… no podía ser cierto, se negaba a creerlo, seguro sólo era una alucinación producto del alcohol que aún recorría sus venas, seguro dentro de poco despertaría echado en el piso de su sala y se daría cuenta de que sólo había sido un sueño, que Kai no estaba con él y que mucho menos le había dicho que le gustaba, maldito alcohol.
─ Esto es real, Yuu.─ tomó una de las manos contrarias y la posó en su pecho, justo sobre su corazón─ ¿Lo sientes? Palpita igual o más rápido que el tuyo.─ puso su propia mano en el pecho de Aoi. Se encontraba sorprendido, el corazón de Kai parecía como si golpeara con fuerza para salir del pecho y poder llegar hasta su mano, igual que el suyo, también quería salir y llegar a la mano de Kai. ─ No sólo me gustas y esto no es reciente, ha pasado tiempo desde que tengo sentimientos por ti, el suficiente tiempo para decirte más que un simple ‘Te quiero’.─ terminó, el batero le dedicaba una sutil sonrisa y una mirada que desbordaba cariño, y algo más que gritaba ‘Amor’.
─ Yutaka…─ quería decirle tantas cosas, decirle todo lo que sentía, pero nunca fue bueno con las palabras como el otro, todo era un revoltijo y lo único que atinó a hacer fue lanzarse contra el otro pelinegro enrollando sus brazos alrededor del cuello y dejando su cabeza en el hueco que se formaba entre hombro y cuello.─ Aunque por ahora sólo pueda decir un ‘Te quiero’, ten por seguro que es sincero y que en lo que menos te imaginas podría ser más que algo tan simple.─
Levantó una de las manos que tenía posada en la espalda contraria, acarició los negros cabellos del hombre entre sus brazos, luego llevó esa mano hasta la barbilla, la elevó hasta hacer que sus miradas se encontraran, presionó sus labios con los carnosos frente a él; ambos con los ojos cerrados disfrutaban de esa suave presión, comenzaron a moverlos lentamente, no tenían prisa, querían que ese momento durara lo más posible.
Se separaron, el oxígeno siempre jugando en contra, se miraban fijamente, hipnotizados por la mirada oscura de enfrente, sus labios volvieron a juntarse en besos cortos.
Kai salió del baño dejando a Aoi solo para que se duchara y se quitara la peste a alcohol, cuando el guitarrista salió Kai estaba sin pantalón ni zapatos, ya que estos se había mojado y no tenía ropa para ponerse, lo esperaba cerca de la cama con una taza llena de café humeante, se cohibió al tener la penetrante mirada del otro pelinegro recorriendo su cuerpo apenas cubierto por una toalla atada a su cintura; se acercó hasta la cama sentándose y aceptado la taza que le ofrecía Kai, quien se quedó de pie cerca de él, habiendo terminad de tomar dejó la taza sobre la mesita de noche, palmeó a un lado suyo en una muda propuesta a Kai de que se sentara a su lado, el menor así lo hizo, estuvieron unos minutos viéndose fijamente perdidos en el encanto de sus miradas, no se daban cuenta que cada vez estaban más cerca hasta que volvieron a unir sus bocas en un beso, esta vez, apasionado sin perder la dulzura y el cuidado de no lastimarse con los diente cuando sus lenguas entraron en juego.
Lentamente Kai fue recostando a Aoi en la cama, se regalaban caricias superficiales apenas rozándose la piel del torso, el pelinegro corto descendió una mano para acariciar las piernas del otro haciendo que jadeara dentro del beso, se separaron.
─ Quiero estar contigo, Yuu.─ el mayor captó el significado de esas palabras… iban más allá del plano sexual. Los ojos del mayor se cristalizaron y asintió, Kai se acercó a él y acarició su mejilla, unió sus labios en un corto, tierno y dulce beso.
Ambos sonrieron con cariño, olvidándose de todo. El menor volvió a inclinarse un poco para besar nuevamente los labios de su pareja, el cuerpo de Kai sobre el de Aoi apoyado a cuatro puntos para no lastimarlo, sus manos estaban entrelazadas, sus labios se unían una y otra vez. Las caricias cada vez eran más exigentes, los labios del mayor estaban rojos. Kai logró acomodarse entre las piernas del pelinegro mayor (deshaciendo su anterior posición), acariciaba sus costados, deslizó sus manos por todo el torso del mayor rozando sus botoncitos, mientras Aoi recorría la ancha espalda del pelinegro menor.
Kai separó sus labios para besar su cuello y el mayor soltó suspiros bajos, descendió hasta su pecho dejando marcas en el transcurso, acarició una de sus tetillas con el pulgar, llevó la punta de su lengua hasta el botoncito rosado acariciándolo con ella y tomando el otro botón entre sus dedos índice y medio, ante el contacto el mayor elevó sus caderas haciendo un roce exquisito entre sus miembros.
─Yutaka… ─el mayor gimió y movió sus caderas simulando embestidas-
─Yuu, te deseo tanto...─
Cambiaron posiciones, Kaise acostó por completo y Aoi se sentó sobre sus piernas, el cual tenía perfecta vista de todo el torso del menor, se mordió el labio inferior al ver el cuerpo bien formado de su pareja, se inclinó besando su cuello, bajó hasta su tetillas tironeando de ellas, pasó su lengua en cada rincón del abdomen marcado, el otro sólo disfrutaba de las atenciones recibidas.
Llegó hasta el bóxer, un bulto muy notable sobresalía, poco a poco fue quitándolo y lo lanzó por ahí, la gran erección de Kai se dejó ver, las mejillas del Aoi se tiñeron de rojo, era la primera vez que veía a Kai desnudo y se puso nervioso al ser plenamente consciente de que haría ‘eso’ con él, subió la vista y encontró al menor mordiéndose el labio inferior, apoyado en sus antebrazos para verlo.
─Si no quieres...─
Lo dejó con la palabra en la boca, había rozado con la lengua la punta de su miembro, lamió desde la base hasta la punta, escuchaba como el pelinegro menor dejaba salir pequeños gruñidos; Kai observaba cómo el mayor ponía la punta en sus labios y sacaba apenas esa juguetona lengua, ese acto hizo que se estremeciera, cuando el mayor adentró por completo el miembro a su boca Kai dejó caer la cabeza hacia atrás dejando salir un gemido.
─ Yuu... sí...─ Inconscientemente movía sus caderas, penetrando más profundo la boca del mayor, quien bajaba y subía su cabeza al ritmo de los movimientos de Kai. ─Espera, Yuu... ─retiró la cabeza del otro de su miembro haciendo un sonido húmedo─ Quiero terminar unido a ti.─
Aoi se estremeció, en las últimas tres relaciones que había tenido él era quien desarrollaba el rol de activo, pero Kai quería serlo y… pensándolo bien, la idea de ser poseído por Kai no le desagradaba para nada, así que aceptó.
Kai elevó la cabeza de Aoi hasta unirde nuevo sus labios, volvieron a cambiar de posición quedando Kai arriba, le desató el nudo de la toalla, una vez sin nada que les estorbara la visión y el tacto… comenzó a darle lamidas a la erección del mayor.
─ Yuta...ka ─el pelinegro mayor se mordía el labio inferior con algo de fuerza tratando de no dejar salir algún sonido.
Kai introdujo el miembro del mayor en su boca, llevó dos de sus dígitos a la boca de Aoi, este comenzó a lamerlos, chuparlos y dar ligeras mordidas, cuando el pelinegro menor consideró que era suficiente los sacó, dirigió un dedo al trasero del mayor, Aoi llevó su mano a su boca mordiéndose entre el índice y el pulgar, Kai seguía moviendo su cabeza de arriba abajo.
─Kai… otro...─movió sus caderas en busca de que un dígito más se adentrara.
El menor llevó un dedo más a la entrada del mayor, sacó de su boca el miembro haciendo un ruidito acuoso y causando que la erección rebotara en el abdomen del contrario, comenzó a dar embestidas con sus dedos, estos entraban y salían abriéndose como tijeras, los movía en círculos.
─ Más… Yu…ta ─
El batero retiró los dedos del interior del guitarrista, quien sintió un incómodo vacío,se acomodó mejor entre las piernas de este apoyando una mano al lado de uno de los hombros, con la otra mano tomó su propia erección perfilándola contra la palpitante y sonrosada entrada que ansiosa esperaba por ser penetrada, se inclinó hacia abajo dando un corto beso sobre los labios del mayor antes de empezar a ingresar de manera lenta; Aoi podía sentir cómo el miembro de Kai se abría paso en su interior, jadeaba al sentir cómo sus paredes se dilataban recibiendo gustosas la hombría del ser al que se estaba entregando, apoyaba sus manos en los hombros del otro apretándolos, encajando sus uñas pintadas de negro.
Ambos dejaron salir un suspiro y un jadeo cuando la virilidad de Kai había entrado por completo en Aoi,así el menor dio inicio a un lento vaivén, la estrechez del mayor rodeaba su falo oprimiéndolo deliciosamente, los gemidos del mayor salían sin ninguna vergüenza. El batero se aferró a las caderas del guitarrista embistiendo más fuerte cuando este lo pidió, el sonido de las penetraciones estaban en sincronía con los gemidos del mayor, quien pidió ser embestido con más velocidad e intensidad, el cabezal de la cama chocaba repetidas veces contra la pared.
De boca de Aoi escapó un gemido casi grito cuando Kai cambió el ángulo de las embestidas y golpeó directo contra su próstata haciendo que le faltara el aire y tirara su cabeza hacía atrás, enarcando la espalda. Sus besos duraban lo que la falta de aire les permitía, se mordían, chupaban los labios y la lengua, se rasguñaban en distintas partes intentando liberar aunque sea un poco de lo que estaban sintiendo.
Aoi se abrazó más fuerte al menor que seguía embistiéndolo y gruñía de manera ronca, de un momento a otro el mayor dejó caer sus brazos en la cama a ambos lados de su cabeza, el batero entrelazó sus dedos, dejándose caer sobre el torso del otro escondiendo el rostro en su cuello, dando besitos y ligeras mordidas.
Estaban llegando al límite, los gemidos de Aoi cada vez eran más agudos y lágrimas resbalaban por sus sienes, apretaba más las manos de Kai entre las suyas y movía sus caderas queriendo acelerar las estocadas; Kai viendo el estado del otro aumentó los movimientos de caderas, el miembro del mayor era aplastado entre ambos abdómenes, los roces constantes eran una buena estimulación y sentir la respiración acelerada de Kai en su cuello hacía que corrientes continuas de escalofríos le recorrieran hasta llegar al sur de su ombligo.
No soportando ya tanto placer el guitarrista se corrió manchando ambos vientres y parte del pecho, sintió como si su miembro hubiera explotado, como si su semen no dejara de salir, el batero al sentir las contracciones de las paredes internas del otro y que ejercían una gran presión sobre su miembro no aguantó más, dio las últimas embestidas y se corrió copiosamente en aquel caliente interior; llegaron al final, ambos quedaron jadeantes, sus cuerpos perlados por el sudor que bañaba sus cuerpos, Kaisalió con cuidado y se acostó al lado de Aoi cuando ambos pudieron normalizar casi por completo sus respiraciones, lo rodeó con sus brazos y besó su frente, cubrió sus cuerpos desnudos con las sábanas, el mayor sonrió con ojos entrecerrados por el cansancio.
Al parecer el bastardo de Morfeo no quería arrastrarlos a su mundo, el celular de Aoi no dejaba de anunciar una llamada entrante con un tono estridente difícil de ignorar, el aparato del demonio (como le llamó Kai en su mente) se encontraba en la mesita de noche justo al lado en el que se encontraba él, lastimosamente tuvo que separarse de Aoi para poder contestar, quien apenas dejó de escuchar el escándalo que hacia el celular fue arrastrado al mundo de los sueños del bastardo aquel, Kai suspiró antes de contestar al ver de quién se trataba.
─ ¡No! ¡Deja eso!─ tremendo grito fue lo que castigó a su pobre oído al contestar.─ ¡Oh, ya atendió! ¡Yuu! ¡Amigo mío!─ escuchó la voz grave de su bajista, al parecer borracho.
─ ¿Qué quieres, Akira? ─ contestó de mala gana, cosa que sólo sucedía cuando sus compañeros lo fastidiaban.
─ ¿Eh? ¿Hola? ¡Tú no eres Yuu! ¿¡Dónde está Yuu!? ¿¡Qué le hiciste maldito!?─ los gritos del bajista al parecer alarmaron a sus otros dos compañeros que estaban con él, al oír que no había sido Aoi quien atendió.
─ ¡Ya! ¡Cálmense!─ pero seguían gritando incoherencias─ ¡Maldita sea! ¡Soy Yutaka! ─ gritó ya exasperado, volteó alarmado creyendo haber despertado al otro pelinegro, pero este sólo se removió un poco, suspiró aliviado.
─ ¡Oh, Líder-san!─ ya tranquilos, comenzaron otro escándalo saludándolo. ─ ¡Oh, vaya vocabulario el que te guardas ¿no, líder?! ─risas y burlas de parte de ese trío de locos.
─ Lo que sea. ¿Para qué llamas a esta hora? Ya es tarde.─ vio el reloj que tenía cerca, marcaba las 11:30 pm.
─ Era para decirle buenas noches a Yuu.─
─ ¿Sólo para eso? ─ frunció el ceño, vaya tontera para la que llamaba.
─ Sí. Es que últimamente está muy triste y lo llamo o me llama para hablar un rato porque alguien era muy tonto que no se daba cuenta de nada, ─ en verdad sí lo había sido ─ pero si estás con él a esta hora quiere decir que ya no estará sólo y tendrá con quién hablar y que le haga cariñitos.─ se ruborizó. ─ Te dije que sí te quiere.─ susurró.
─ Y cosas cochinas.─ escuchó decir al guitarrista castaño, seguido de risas.
─ Que suerte tiene Yuu, aparte de que tendrá a quien se la meta también tendrá quien le cocine…─ aunque se escuchaba todo distorsionado por la lejano que al parecer estaba el vocal pudo escuchar bien lo que dijo.
─ Si van seguir hablando sólo mierdas…─ verdaderas, por cierto.─ Voy a colgar.─
Terminó la llamada escuchando las risas tontas de sus compañeros de banda, dejó el celular de nuevo sobre la mesita y regresó al lado de su pelinegro amor, se cubrió con las sabanas teniendo cuidado de no despertarlo; Aoi al sentir la calidez de Kai cerca se abrazó a su torso casi quedando encima, rodeando el cuerpo de Aoi con sus brazos y aspirando el aroma que desprendían sus cabellos el pelinegro menor al fin fue noqueado y llevado por el bastardo de Morfeo al mundo de los sueños.