Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Jugador por xlhsmlkt

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Aclaración: Ninguno de los nombres que aquí aparecen me pertenecen, lo hacen a sus respectivas empresas y han sido utilizados únicamente para entretenimiento. 

Notas del capitulo:

¡Hola! Aquí de nuevo yo♥.

 

Primero que nada quiero disculparme por haber borrado Lucky, pero tuve ciertos problemas además de que el segundo capítulo jamás pudo ser terminado y no quería teniendo esperándolos por actualización como siempre, además, se me metió otra idea y no ha querido salir de mi cabeza por lo que me puse a desarrollar la idea, que es esta lol y para aclarar, ya tengo cuatro capítulos terminados por lo que si estaré actualizando un poco más rápido que de costumbre♥.

 

Quiero agradecer por el apoyo que me dieron con Love Hangover, y espero que esta historia también les guste, ojala que sí porque me he esforzado mucho en ella y bueno... Denle una oportunidad, ¿sí?

 

Sin querer retrasarlos más... ¡Pasen a leer! Les dejo mis redes sociales por si gustan agregarme y preguntarme lo que sea :').

Twitter: @jkvyam
Tumblr: http://exotictrend.tumblr.com/

Capítulo 1

Que inicie el juego.

 

 

Lanzo las prendas de mi armario al suelo de mi habitación en un intento desesperado de dar con aquella prenda de cuero que necesitaba usar esa noche. Era frustrante, tal vez debía ser un poco más ordenado con mis cosas, pues todo era un caos.

 

—       ¡Kyungsoo! —  le llamo—. ¡Soo! ¿Has visto mi chamarra de cuero negra? La que tiene varios cierres al frente. — Me alejó del armario y respiro en frustración yendo al pasillo que estaba fuera de mi habitación, buscando a aquella pequeña figura.

 

Oigo el familiar sonido de sus pies arrastrando sobre el piso desde el fondo de la sala y sonrió aliviado al ver que Kyungsoo tenía mi chamarra colgando de un gancho, dentro de una bolsa larga de plástico transparente que tenía como marca de agua ‘Tintorería Max’, había olvidado por completo que la había mandado a ese lugar.

 

—       Justo en la tarde la trajeron de la tintorería, tonto — me lanzó la chamarra y la atrape. Caminó hasta mí sin quitarme sus ojos de encima con esa mirada tan profunda y peligrosa que si fuera capaz de asesinar, yo habría muerto desde hace mucho, mucho tiempo. — ¿Es necesario que vuelvas a hacer esto Chanyeol? ¿No te estás cansando de todo esto?

 

Sabía perfectamente a donde quería llegar con la conversación así que mejor opté por darle la espalda yendo de regreso a mi habitación, pues me estaba retrasando.

 

—       Ya sabes la respuesta, Soo — respondí—. No es como si pudiera echarme para atrás, ya me han pagado y estoy prácticamente listo. 

 

En el espejo de cuerpo completo de mi habitación vi mi reflejo y quede completamente satisfecho cuando la chamarra de cuero negra ya estaba cubriendo mi torso de una manera elegante. Me veía realmente atractivo y no iba a ser generoso en negarlo, sabía lo que tenía y me gustaba aprovecharlo.

 

—       Esa es la peor parte de todo. Cobras por esto — arquee una ceja ante sus palabras y giré una vez más hacía él, encontrándolo con los brazos cruzados sobre su pecho, intensificando su mirada a través de sus gafas —. ¿Y ahora de quien se trata, si se puede saber?

—       Seo Yuna — respondí—. Es la novia de un compañero que tuve en la carrera y están a punto de casarse. — Como si fuese lo más normal del mundo, comencé a contar todo a Kyungsoo mientras analizaba mi aspecto en busca de fallas.

 

Mi chamarra combinaba a la perfección con mis pantalones negros algo ajustados y con las botas negras de cuero de punta cuadrada que me hacía lucir incluso más alto de lo que era, teniendo como un toque final a mi atuendo aquella camisa blanca de algodón que daba un ligero toque relajado a mi aspecto. 

 

—       ¿Te meterás con una mujer comprometida? ¿No crees que esto ya está saliéndose de control? — negué —. Chanyeol, ¿jamás has tenido remordimientos por seducir a mujeres que no están libres y todo por dinero?

 

Doy vueltas a sus palabras pensando cuidadosamente en mi respuesta. ¿Alguna vez había tenido remordimiento por seducir mujeres? , la respuesta era sí, la primera vez que había hecho eso no había podido pegar el ojo al sentirme mal, pero después me di cuenta que no valía la pena ponerme así, al fin y al cabo quienes me buscaban para seducir a esas mujeres, eran sus mismas parejas inseguras.

 

—       El remordimiento ya no pasa a formar parte de mí, Soo — reí en respuesta. — Al contrario, sólo estoy haciéndoles un bien al ayudar a que se den cuenta que clase de mujeres tienen a su lado, ¿no crees? — Kyungsoo me miró con mayor profundidad, sin responder. — Mira — suspiré—. Si ellas son buenas, no caen en mis provocaciones y pasan la prueba, pero ellas siempre caen, ¿no crees que eso es mejor a que terminen casándose y siendo infieles cuando ya están unidos en matrimonio? Así que no, no tengo más remordimientos por esto, al contrario, es divertido ver como los humanos son tan vulnerables.

 

—       Lo dices como si no fueras un humano y tú jamás fueses a caer en uno de tus jueguitos, Chanyeol. — Tome una pequeña botella de cera para el cabello poniendo sólo un par de gotas en mis manos para con ellas ayudar a amoldar el mío. — Sólo espero que un día de estos no te vayas a meter en un gran problema con estas mujeres.

 

—       No te preocupes, no soy tan tonto como para caer en uno de mis jueguitos. — Terminé de amoldar mi cabello hacia atrás y quede aún más satisfecho con mi aspecto. — Y no me pasará nada, todo está planeado para que parezca algo casual, así que tranquilo Soo.

 

—       Estaré tranquilo cuando dejes toda esta porquería de jugar al playboy. — Inevitablemente reí y caminé hasta él, colocando mis manos sobre sus hombros, mirándolo.

 

—       ¿Playboy? — sonreí—. Puede que lo sea, pero sabes que existe otra razón para que yo lo sea, ¿no? Y sabes que por eso es que he continuado haciendo esto, ¿verdad?

 

Pasaron unos segundos hasta que Kyungsoo asintió, resignado por que sabía que no conseguiría nada con esta conversación.

 

—       Lo sé, tus padres — asentí—. Pero podrías buscarte algo más decente en que trabajar, ¿no?

 

—       Sabes que a veces Luhan me habla para que le ayude en su negocio, pero no es nada fijo, así que esto está bien por ahora — dije. Suspiré y miré sus ojos, esperanzado de que eso fuera suficiente como para que dejara de hablar del tema y al parecer funcionó porque su mirada se suavizó un poco. — Prometo que algún día dejaré todo esto, ¿sí?

 

—       Chanyeol, no me prometas nada, el beneficio es para ti, no para mí. — Con sus pequeñas manos tomó mis muñecas y las alejó de sus hombros, retrocediendo un par de pasos. — Además no es la primera vez que lo prometes y no lo cumples, así que prefiero que lo dejes así, sólo dime que te cuidarás y que esto no se saldrá de tus manos, porque aunque no lo creas, me preocupo por ti, eres mi mejor amigo.

 

Me sentí tocado por sus palabras. Sabía que él deseaba mi bien y por eso yo trataba de mantenerlo al margen de todo esto y no meterlo en problemas o en un aprieto por mi causa.

 

—       Lo haré, así que no te preocupes —respondí con una sonrisa —. Por ahora tengo que irme, que estoy retrasándome.

 

Una nueva mueca surcó sus labios, pero pretendí no verla y tome mi juego de llaves junto con mi celular y cartera.

 

—       ¿Debería esperar despierto a que vuelvas? — preguntó y negué. — Esta bien, lo entiendo, tan sólo cuídate y no vayas a hacer algo más estúpido que esto, ¿quieres?

 

Negué divertido yendo a la puerta pues en verdad se me estaba haciendo tarde.

 

—       Trataré de ser un poco más prudente, ¿de acuerdo? No haré algo más estúpido que esto. — Kyungsoo finalmente asintió y se volvió por el pasillo para ir hacía su habitación en el momento justo que salí del apartamento.

 

Había ocasiones —justo como ahora— que estás conversaciones con Kyungsoo me hacían replantearme el camino que estaba llevando mi vida al hacer esto. Muchas veces creía que él exageraba en sus preocupaciones, pues no veía algo malo en lo que hacía. Sí, me dedicaba a seducir a las mujeres por encargo de sus novios. Sí, podía parecer algo desgraciado, pero como había dicho a Kyungsoo, esto era una ayuda para saber qué clase de mujeres eran ellas, si estaban enamoradas de sus novios no caerían en mis juegos, pero desgraciadamente siempre lo hacían y, por ese mismo motivo era que me sentía satisfecho por mi trabajo; evitaba que ellos pasaran el resto de sus vidas con mujeres que no los amaban y respetaban.

 

Por ese motivo no tenía planes de dejar esto, o no por lo pronto, además de que el dinero que obtenía por esto era muy bueno, era un dinero extra que no podía obtener del trabajo que en ocasiones Luhan me daba en su librería, realmente me era de mucha utilidad ya que con esto podía enviarles dinero a mis padres y sobrevivir en lo que encontraba un trabajo estable.

 

Cuando llegué al final del pasillo, presioné el botón del elevador y espere a que este llegará.

 

—       Seo Yuna — dije recordando el nombre de la mujer que sería mi próximo objetivo.

 

Entre al elevador y presioné el botón que me llevaría al lobby en el momento justo que mi celular comenzó a sonar. No tarde en responder, sabía de quien se trataba.

 

—       Hey Chanyeol, ya estoy esperándote fuera del edificio. — escuché la voz masculina al otro lado e inmediatamente la reconocí como la de Sungyeol, el novio de Yuna.

—       Estoy por salir, así que espérame — respondí, para finalmente añadir —: y por favor, tranquilízate.

 

Colgué después de un segundo. Desde que él había pronunciado la primera palabra, supe que estaba nervioso; su voz se escuchó temblorosa, dudosa y no me sorprendí, al contrario, de alguna manera había desarrollado un tipo de empatía hacía esos hombres.

El elevador no tardo en detenerse, produciendo un cosquilleo en mi estómago a causa del cambio en la gravedad; cuando las puertas de este se abrieron, salí fuera del edificio en busca de Sungyeol, esperando que luciera exactamente como la última vez que lo había visto.

Y era gracioso, pues habíamos permanecido un año sin saber el uno del otro, hasta que me contacto dos días atrás buscando mi ayuda.  

 

—       Hey, Sungyeol. —  Saludé cuando lo encontré recargado contra un auto color rojo y me dirigí hacía él, mostrando una pequeña sonrisa. Pretendería al menos darle un poco de confianza.

 

—       Chanyeol — dijo, mirándome—. Qué bueno que has bajado, mis nervios están hechos un desastre con esta situación— respiró pesadamente y asentí. Podía imaginarlo.

 

—       Antes que nada, quiero asegurarme de nuevo — miré hacía él, prosiguiendo— ¿Estás completamente seguro que quieres hacer esto? ¿Sabes lo que puede pasar esta noche, cierto? Aún estás a tiempo de retirarte y puedo regresarte el dinero, pero si me dices ahora que estás seguro y estando allá te arrepientes, si el plan está en marcha, no habrá nada más que hacer.

 

Crucé mis brazos esperando su respuesta. A pesar de todo, tenía muy claro que había una posibilidad de que al final alguien se terminará arrepintiendo, me había pasado una vez, aunque al final me enteré que se ese hombre se casó y la esposa terminó dejándolo por otro, pero eso ya era otro asunto que no me concernía a mí. Lo único que quería era saber que Sungyeol estaba seguro para dar inicio al plan.

 

—       Lo he pensado mucho y aunque estoy nervioso, quiero que lo hagas, pero — calló unos segundos, como si dudará en seguir hablando—. Quiero estar seguro… ¿Hasta dónde llegarías con ella, en todo caso?

 

«La pregunta de siempre», pensé en mis adentros sin evitar curvear mis labios en una sonrisa.

 

—       ¿Hasta dónde estarías dispuesto a dejarme llegar con ella? — mantuve mi vista sobre él. — ¿No habías pensado siquiera en eso? — Su mandíbula se tensó y comprendí que aún dudaba de esto que estábamos por hacer. — Mira, si no confías, no lo hagamos y ya, no quiero meterme en problemas por esto.

 

—       Confió, pero tengo miedo del resultado — suspiró, frotando su rostro —. Necesito saber si ella me ama y sé que esta es la única manera, pero no quisiera verte llegar muy lejos con ella.

 

—       Entonces no hay problema con eso — dije para darle más confianza y caminé hasta llegar frente a él, a una distancia más corta —. Únicamente llegaré hasta el punto donde caiga o en el mejor de los casos: me rechacé. Con eso será suficiente.

 

—       Eso sería mejor — sonrió con un poco más de seguridad. En el fondo él esperaba que su novia tuviera la fuerza de rechazarme y yo de alguna manera lo esperaba también, pero no estaba tan optimista, pues hasta ahora ninguna se había resistido a mí.

 

De acuerdo, podía que yo fuese algo egocéntrico y confiado en mis habilidades, pero los resultados hablaban por si solos.

 

Un par de minutos después, Sungyeol abordó su automóvil, haciendo yo lo mismo en mi Honda Génesis plateado que acababa de salir de la agencia de autos hace un par de semanas — y que por cierto, aún no terminaba de pagar—. Lo confieso, mi amor por ese auto podía asemejarse al amor de pareja, estaba enamorado hasta los huesos de él, de sus asientos de cuero que eran espectacularmente hermosos y cómodos, así como su sofisticado sistema de navegación sin mencionar si quiera la facilidad y el disfrute que era manejarlo.  

 

Después de haber estado manejando entre las calles de Gangnam-gu —donde vivía junto a Kyungsoo—, estacione mi auto a un par de metros del antro que estaba de moda; Heaven’s door, el cual me parecía un excelente nombre para ese lugar, pues con sólo entrar era como si te adentraras a un paraíso que estaba conformado de música, bebida, luces y cuerpos sudorosos. Algo sumamente excitante.

 

Cuando baje de mi auto, busqué con la mirada el auto rojo de Sungyeol, al ubicarlo, sonreí y le hice una señal de que esto estaba por iniciar.

 

—       ¡Jiho! — dirigí ese saludo entusiasmado hacía el portero del antro, a quien conocía desde hace algunos meses, cuando me había iniciado en este ‘trabajo’.

 

—       ¡Chanyeol! Siempre es un gusto verte — reí y me acerqué a él, ignorando las protestas de las personas que hacían cola para ingresar — ¿Vienes a cazar? — cuestionó con una sonrisa cómplice. Él sabía perfecto a que iba.

 

—       Sí y voy un poco retrasado — miro mi reloj y suspiro —.  Así que, ¿puedo?  — señalo la cadena que impedía mi entrada y no tuve que repetirlo dos veces antes de que Jiho desenganche esa de un tubo metálico, dándome el libre acceso.

 

—       Siempre eres bienvenido, hombre —  no dude en caminar al interior, mientras él calló a varias personas que se quejaron al ver que entre sin ninguna dificultad, ¿pero que podía hacer? Así se manejaban las cosas en este tipo de lugares.

 

—       Gracias. — sonreí y agradecí con la promesa de que un día de estos le invitaría un trago.

 

Al dar el primer paso dentro del antro, me di un segundo para coger aire pues daría inicio a todo.

 

« ¡Vamos a jugar!»

 

Conforme atravesé el vestíbulo, el olor a alcohol se hizo más intenso, el aroma a cigarro flotaba en el aire y el retumbe de la música a través de las bocinas hacía vibrar cada célula de mi cuerpo y fibra de mi ropa, llevándome a un estado de satisfacción que era difícil de explicar; tenías que vivir la sensación para poder imaginarla.

Con algo de trabajo me costó moverme entre las personas, hoy había mucha más gente que de costumbre aunque seguramente se debía a que era viernes en plena hora del clímax y ciertamente yo tenía unas tremendas ganas de unirme a la fiesta, pero ahora debía concentrarme en una sola cosa: ubicar a Yuna.

« ¿Dónde estará?», me cuestione mentalmente y saque mi celular mirando una vez más la foto de la chica. Ella era linda, demasiado, así que no tendría tantas dificultades en encontrar a alguien como ella.

Guarde el celular en mi bolsillo y con paso decidido me mezcle entre la muchedumbre, observando cuidadoso a mi entorno; cuando vi la barra de bebidas, sonreí. Ahí estaba ella, bailando junto a unas amigas mientras una copa era sostenía con su diestra.

 

« Era hora de iniciar. »

 

Con paso decidido caminé en dirección a ella y mantuve mi mirada fija sobre su esbelta silueta que bailaba con sensualidad; no podía dejar de verla, quería que ella sintiera mi presencia y, sin mucho esfuerzo lo logre. Fue fácil saberlo porque ella giro en mi dirección y sonrió. Desde ya comencé a sentirme mal por Sungyeol pues sabía perfectamente en que iba a resultar esto: Yuna caería, estaba cien por ciento seguro.

Sus caderas se movieron de una manera más provocativa y sensual de lo que había sido segundos antes. Esta, claramente, era una respuesta a mi coqueteo. Ella me estaba invitando a perderme en ella, en su cuerpo y claramente no desaprovecharía la oportunidad.

Pase de ella y llegué directo a la barra de bebidas pidiendo un vodka, pero en ningún momento quite mi mirada de su rostro, de su cuerpo, yo la observaba de pies a cabeza como si quisiera devorarla, tenerla únicamente para mí y ella una vez más se dio cuenta del tipo de mirada que tenía sobre ella, y le gusto.

No, corrección: le encanto.

 

—      Jamás había visto a alguien bailar de esta manera tan maravillosa y sensual. — En cuestión de un segundo me encontré susurrando esas palabras a su oído, con vodka en mano y una sonrisa ladeada en mis labios. — Y lo es aún más porque pareciera que lo haces especialmente para mí.

 

Pude observar con una sonrisa aún más amplia en mis labios como fue que su cuerpo reaccionó ante el pequeño susurro que deje caer sobre su oído y como mi aliento provocó que su piel se erizará al instante.

 

 

—      Gracias — respondió y alzó su mirada a mí. — Jamás te había visto en este lugar, ¿es tu primera vez por acá?

 

 

Di un trago a mi vodka, empujando un poco el cuerpo de ella con el mío, tratando de alejarla de sus amigas que nos miraban impresionadas, pero no horrorizadas; era como si estuvieran celebrando su hazaña. Linda sorpresa se llevaría después.

 

 

—      Suelo venir, pero nunca encuentro nada interesante, por lo que termino yéndome — suspiré contra su cuello y mi mano libre dio a parar sobre su cintura, acercando su cuerpo aún más al mío, que comencé a mover al ritmo de la música—. Pero creo que hoy estoy de suerte.

 

Una risa fue pronunciada de sus labios y sonreí complacido; ella estaba resultando demasiado fácil.

 

—      Creo que esta noche puede ser aún más interesante — dijo con coquetería en su voz, llevando su delgada mano a mí pecho, el que delineo sin patrón alguno—. ¿Qué dices?

 

—      Me parece perfecto — sonreí terminando mi vodka, dejando el vaso de cristal vació sobre la barra que estaba a nuestro costado, quitando de su mano la copa que tenía con el resto de lo que parecía ser un mojito de menta—. Esta noche no la vas a olvidar, te lo prometo.

 

Aferré bien su cuerpo contra el mío y la guie al fondo del antro, justo en un lugar donde la música no sonaba tan estruendosa y las luces no iluminaban demasiado y, que además, era el lugar donde había acordado estaría para que Sungyeol fuese testigo del resultado.

 

—      Eso me agrada —su voz contra mi oído me despertó de mis pensamientos y sonreí hacía ella, deslizando mis manos sobre su cintura con determinación—. Mh, me gusta el toque de tus manos…  — Susurró quedo, apegándose más a mí.

 

—      Puedo hacer que te guste aún más — me incliné y con mis labios roce la suave piel que quedaba expuesta de su cuello gracias a que había ladeado su cabeza únicamente para mí, sin algún tipo de duda o miramientos—. Hueles demasiado rico que me dan ganas de comerte…

 

Jadeó y aferro sus manos a mi camisa. Ya no habría ningún tipo de retorne en este punto.

 

Mis labios cobraron vida propia cuando se deslizaron por la extensión de su bronceado cuello perlado de sudor que se mezclaba con su perfume, dando como resultado un aroma que llegó a agradarme y eso era bueno, pues así sería mucho más sencillo el continuar.

 

Con un empujón de mis caderas, provoqué que ella retrocediera un par de pasos hasta que la acorrale contra mi cuerpo y una pared, permitiendo que mis labios llegaran a los suyos para dar el primer beso de la noche.

 

Al primer toque de nuestros labios, ella se derritió con una gran facilidad e intento de demostrarme la gran agilidad que ella tenía a la hora de besar y vaya, besaba muy bien, aunque sus labios eran fríos y con un sabor a menta; yo sinceramente prefería unos labios cálidos y dulces, por lo que este beso no estaba teniendo un efecto en mí.

 

«Contrario a ella. »

 

Una lucha se dio inicio cuando nuestras lenguas se conocieron por primera vez, adentrándonos a una intimidad mucho más profunda cuando ella sobó su pecho contra el mío.

 

«Ella ansiaba subir de nivel. »

 

Jadee. En un suave y lento movimiento que provocó agonía en ella, deslicé mis manos hasta sus muslos que quedaban parcialmente al descubierto gracias al cortísimo vestido que llevaba puesto. Parecía como si hubiera ido preparada por si algo como esto llegaba a pasar.

 

 

—      Vámonos de aquí — reí ante el tonó excitado de su voz, y la giré entre mis brazos hasta que su espalda dio contra mi pecho.

 

Pero no me moví, sabía que era la hora de que esto se descubriera.

 

Sungyeol estaba frente a nosotros, con un rostro inexpresivo, confundido, lleno de sorpresa, como si la única esperanza que hubiera albergado, se hubiese roto y esfumado en cuestión de un segundo. Bien, esta era la parte que me resultaba más incómoda.

 

—      ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó Yuna al verlo, tensando su cuerpo entre mis brazos. Estaba sorprendida.

 

—      Muchos me lo dijeron pero yo no le creí a nadie, Yuna. — Sungyeol caminó hacia nosotros, por lo que solté el cuerpo de la chica y retrocedí un par de pasos. — Gracias por tu ayuda Chanyeol.

 

Crucé mis brazos sobre mi pecho, negué suave mostrando una pequeña sonrisa al mismo tiempo que Yuna se volvió a mí, echándome una mirada que se mezcló en desconcierto y confusión.

 

 

—      ¿Gracias? ¡¿Ustedes se conocen?! — volvió su cuerpo a Sungyeol, aparentemente ofendida. — ¡Me tendiste una trampa!

 

—      ¡Sólo quería saber si me eras infiel! — la voz de Sungyeol se alzó un poco más y en ese momento me di cuenta que mi trabajo había terminado.

 

 

Sin decir palabra alguna, me di vuelta sobre los talones y caminé directo a la salida del antro pues repentinamente sentí que las ganas de divertirme se habían esfumado. Tal vez fue porque Yuna había comenzado a montar una escena y me estaba viendo involucrado en ello o era posiblemente porque conocía a Sungyeol y sentía un poco de pena por él. Fuera lo que fuera, decidí regresar pronto  a casa.

 

 

 

De vuelta en el apartamento, la oscuridad era una constante, sólo una muy leve luz atravesaba por las cortinas blancas que cubrían las ventanas.

 

 

—      ¿Chanyeol, eres tú? — justo cuando me agache para quitarme las botas y no hacer ruido, escuché esa voz, por lo que deje incompleta la tarea.

 

—      Sí, soy yo Soo — atientas camine hasta dar con el interruptor de la luz, para así encender el foco del techo—. Creí que estarías dormido y que no me esperarías despierto.

 

—      Estaba trabajando en mi tesis— eche un vistazo a él. Ya estaba con su pijama puesta y con una gran y humeante taza de café en mano—. Creí que ibas a llegar más tarde.

 

Asentí terminando de quitarme las botas para posteriormente quitarme la chamarra en el trayecto a mi habitación, siendo seguido por Kyungsoo.

 

—      Y yo, pero las cosas fueron más rápidas— contesté y me lancé sobre mi cama dando un gran suspiro; de repente tenía mucho sueño—. Ella fue muy fácil —suspiré y lo miré. — Aunque de alguna forma me siento mal por Sungyeol, creo que él sí la quería, pero ella cayó. Al menos se dio cuenta de cómo era su noviecita de una vez por todas.


Cerré los ojos, acomodé mi cabeza sobre la almohada y escuché un suspiro de Kyungsoo.

 

—      Si así te sientes tú, imagínate como ha de estar él. — Por un segundo hice lo que Kyungsoo dijo y traté de imaginarme en el lugar de Sungyeol. Creo que no sería muy agradable ver a la persona que amas teniendo intimidad con otra persona que no seas tú.

—      Prefiero no imaginarlo— dije algo tarde, pues ya lo había hecho pero decidí no prestar más atención.

—      Eso creí— abrí uno de mis ojos y encontré su mirada seria—. Seguiré con mi tesis. Duerme, que luces algo cansado. — Se acercó a la cama y me dio un par de palmaditas en la espalda, dejando la seriedad a un lado, sonriendo para mí— Buenas noches, Chanyeol.

—      Buenas noches, Kyungsoo— sonreí.

 

Cuando me encontré solo, suspiré hondo y mire durante unos segundos el techo hasta que sentí mis parpados pesados, por lo que estos se cerraron para quedar profundamente dormido.

 

(«»)

 

—      ¡Chanyeol! Qué bueno que has llegado — el tintineo de las campanas se hizo escuchar cuando atravesé la puerta, encontrándome con una cabellera rubia algo despeinada y desesperada. Reír fue inevitable—. Disculpa que te hiciera venir así de improviso, pero Junmyeon me habló esta mañana diciendo que no podría venir porque tiene una fuerte fiebre.

 

—      Luhan. Tranquilo— apoye mis manos sobre sus hombros y sonreír aún más—. Respira hondo y habla con más calma que se te está saliendo el acento chino. —Me gané una pequeña mirada de reproche por su parte y negué riendo.

 

—      Eish, que molesto eres— rodó los ojos y se soltó de mi agarré, caminando hacía el mostrador—. Pero de todas formas, gracias por venir, hoy habrá un poco de trabajo porque llegarán nuevos libros y habrá que inventariarlos.

 

Asentí y caminé cerca de él, mirando las listas de los nuevos títulos que llegarían el día de hoy. Por lo que descubrí, la mayoría de los libros estaban divididos en dos categorías: novelas románticas y libros referentes a la veterinaria.

 

—      ¿Por qué tantos títulos de veterinaria? — Pregunté curioso al notar como una pequeña sonrisa aparecía en sus labios—. ¿Acaso te pondrás a estudiar esa carrera? 

 

—      Claro que no, soy algo viejo ya como para volver a estudiar otra carrera— dijo riendo, mirándome con un brillo distinto en sus ojos—. Últimamente han venido muchas personas a buscar libros de esa temática, por lo que decidí pedirlos.

 

Entrecerré los ojos sin estar del todo convencido. Podía que estuviera diciendo la verdad, pero sabía que había algo más detrás de ello.

 

—      Sí, seguro— reí alzando mis cejas y giré en dirección a la calle a ver como un camión se estacionaba fuera de la librería—. Creo que ya han llegado.

 

—      Sí, vayamos por ellos— asentí ante las palabras de Luhan y ambos salimos para recibir los libros.

 

Pero desde un inicio debí sospechar cual era su urgencia por la que viniera hoy a cubrir a Junmyeon: él necesitaba a alguien que cargará las pesadas cajas. Es decir, necesitaba un burro de carga.

 

—      ¿Podrías por lo menos ayudarme a abrir la maldita puerta? — respiré profundo y agarré la caja con toda la fuerza que tuve en mis brazos en un intento porque esa no se me cayera de las manos mientras trataba de abrir la puerta. Pero rayos, ¿qué había en esas cajas? ¿Libros o piedras?

 

—      Bah, no seas tan exagerado Chanyeol — la puerta fue abierta e ingresé rápidamente para dejar esa ultima caja en el suelo, siendo seguido por Luhan—. Siempre te vi como un hombre fuerte, no me decepciones ahora. — Su suave risa llegó a mis oídos y no pude evitar sonreír.

 

De alguna forma, el pasar tiempo con Luhan me ponía de buen humor.

 

—      Ya quisiera verte cargando una de esas cajas, te aseguro que no podrías dar ni dos pasos con ellas— dije en un intento por defenderme de sus ataques—. Mejor comencemos a acomodar todo, porque se ve que son muchos libros.

 

Luhan asintió y así, empezamos a abrir las cajas para revisar que todos los libros estuvieran y que ninguno faltara; cuando veíamos que estaban en la lista, proseguimos a acomodarlos en las estanterías que estaban libres.

 

Aunque siempre tuve la creencia que el trabajo en una librería era tranquilo, ligero, nada cansado y hasta cierto punto aburrido, en momentos como estos me daba cuenta que no era así, pues sentí que los libros no se acababan y mis fuerzas sí.

 

 

—      ¡Por Dios Luhan! ¿Cuántos libros has encargado? — Pregunté tumbándome sobre una silla, masajeando mis hombros—. Llevamos casi dos horas y aún faltan unos pocos más libros de acomodar.

 

—      No te quejes Chanyeol, eran los que hacían falta— sentí la tapa de su pluma hundirse en mi mejilla y rápido aparte el rostro, resoplando.

 

—      Aun así creo que has exagerado esta vez— volví mi rostro a una de las cajas abiertas y tomé un libro de pasta gruesa y leí el título en voz alta—. ‘Veterinaria y zootecnia’. En verdad, creo que hay demasiados de estos libros, Lu.

 

—      ¡Oh! Ese es el que estaba esperando ver— arrebató el libro de mis manos y sonrió caminando hacía el mostrador, guardando el libro.

 

—      ¿Seguro que no quieres estudiar la carrera? — pregunte enarcando una ceja, pero una vez más negó.

 

—      No, este es un regalo— sonrió con un poco de discreción y en ese momento comprendí todo.

 

—      Oh, ¿una nueva conquista? — Cuestioné ganándome una mirada nerviosa por su parte, así como una negación torpe por cortesía de su cabeza—. Seguro, te creo.

 

Reí poniéndome de pie dispuesto a seguir acomodando los libros, pero en ese instante el tintineo de las campanas se escuchó, así que gire en dirección a la puerta e hice una ligera inclinación a modo de saludo al nuevo cliente.

 

 

—      Buenas tardes— salude con una sonrisa, dispuesto a volver a lo mío hasta que me di cuenta que la mujer que había entrado, me miraba.

 

—      Disculpa, ¿tú eres Park Chanyeol? — mis ojos se abrieron un poco más en sorpresa porque no tenía idea quien era esa mujer.

 

—      Sí, soy yo, ¿Quién es usted? — pregunté extrañado, observándola.

 

 

Pude notar que esa mujer estaba dentro de las cuatro décadas de edad, pero lo que me impresionaba un poco más, era que esa mujer se veía que era de mundo, su ropa lo decía. Usaba un vestido negro, tacones a juego y un saco en color esmeralda que la hacía lucir elegante, sin mencionar su maquillaje y peinados perfectos, teniendo como accesorios joyas doradas y un bolso de marca reconocida así que no, no entendía como una mujer así me buscaba. No podía imaginar una razón.

 

 

—      Eso es lo que menos importa, quiero hablar contigo. A solas. — me desconcerté un poco al escuchar sus palabras y ella fue capaz de notarlo—. Quiero tratar algunos negocios contigo, me han recomendado que viniera a ti por el problema que tengo.

 

 

Durante un segundo me quede quieto. Había sólo un tipo de negocios que yo hacía y nada tenían que ver con la librería de Luhan.

 

 

—      ¿Negocios? — pregunte tratando de estar seguro de lo que había escuchado y ella asintió—. Ya veo — Susurré y rasque mi nuca mirando a Luhan, quien nos observaba con cara de no entender nada.

 

 

Y eso se debía a una sola cosa: él no tenía idea de los negocios que yo hacía.

 

 

—      Sí, así que, ¿podríamos hablar un poco, por favor? — hice una mueca con mis labios, pues no me gustaba que esto se mezclará con mi vida diaria, aunque finalmente suspiré y asentí excusándome un momento, pues tendría que pedir permiso a Luhan.

 

—      Lu, ¿podrías darme unos minutos para hablar con la señora? — pregunte deseando que él no fuera lo suficientemente curioso como para cuestionarme sobre los negocios.

 

—      De acuerdo, pero no tardes mucho ya que no me gusta quedarme solo— asentí suavemente, agradecido; pero supe que al regresar me preguntaría lo que se le viniera a la mente. Pude saberlo ante el brillo de curiosidad de tenía en sus ojos.

 

 

Regresé con la mujer y ella sonrió, saliendo de la librería por lo que no me quedo más que seguirla; en tan sólo un par de minutos pude ver la cafetería que estaba en la misma cuadra de la librería, frente a mí.

 

 

—      ¿Qué clase de negocios quiere hacer conmigo? — cuestione cuando estuvimos finalmente sentados en una mesa, con dos tazas humeantes de café frente a nosotros.

 

—      Tú sabes qué tipo de negocios son — respondió tomando la taza con elegancia, dando un pequeño sorbo para evitar quemarse con el café—. Negocios que están involucrados en separar parejas y jugar con muchachitas.

 

 

Torcí mis labios en un gesto incomodo, pues si lo decía de esa forma, sonaba como si yo fuera un monstruo. Aunque… Tal vez sí lo era.

 

 

—      ¿Entonces quiere que separe a una pareja? — sostuve la taza entre mis manos esperando su respuesta, por lo que cuando su cabeza afirmo, reí un poco—. Creo que usted está confundiendo un poco a qué me dedico— dije finalmente dando un sorbo a mi bebida, dejando después la taza sobre la mesa.

 

—      No, no me estoy confundiendo— sonrió para después suspirar hondamente—. Necesito que alejes a una persona de mi hijo — alzó su rostro hacía mí, para verme directamente. — Es una persona que no le conviene, sólo le busca por interés y no soporto ver como mi hijo dice estar enamorado, por eso necesito tu ayuda.

 

—      Señora— suspiré y frote un momento mi frente—. Si su hijo está enamorado y no se ha dado cuenta que ella lo sigue por interés, no podré hacer nada— me crucé de brazos mirándola; algo dentro de mí me decía que ella no me llevaría a nada bueno.

 

—      Por eso quiero que tú entres y le hagas ver la realidad—su voz sonó algo exasperada y me hizo creer que tal vez ella tenía razón—. Pero necesito que hagas un trabajo especial, no de una sola noche como me han contado que trabajas. Tú pon la cuota que yo pagare lo que sea para que deje tranquilo a mi hijo.

 

 

Me quede pensando un momento. Claramente era una oferta tentadora pues esto prometía una buena cantidad de dinero que yo necesitaba, pero aceptar esto era ir en contra de una de mis reglas: no estar más de una noche con una persona.

 

 

—      Lo siento, pero yo no hago trabajos más de una noche, es una regla que tengo— dije, respirando hondamente. — Así que me disculpo y le sugiero buscar por otro lado.

 

 

Cuando estuve a punto de ponerme de pie, sentí como la mujer me aferro de la muñeca, tratando de detenerme.

 

 

—      Por favor, espera un segundo— cerré mis ojos un momento y me detuve—. Sólo tú puedes ayudarme, por favor, hazlo, te pagaré lo que necesites— soltó el agarre que tenía sobre mí y rebusco algo dentro de su bolso, sacando un sobre tamaño carta en color manila junto a una chequera. — Dime, ¿cuánto necesitan tus padres para no perder su casa?

 

 

Cuando la escuché, mis ojos se abrieron por segunda vez en sorpresa en lo que iba del día… ¿Cómo es que ella sabía eso?

 

 

—      ¿Usted?… ¿Cómo? — confundido volví a sentarme en la silla, viendo una pequeña sonrisa surcar sus labios.

 

—      Siempre suelo investigar a las personas que trabajaran para mí— susurró como si nada, escribiendo sobre el talón de la chequera, la corto y la tendió hacía mí—. No te estoy pidiendo mucho, sólo que alejes a ese tipo de mi hijo.

 

 

Bajé mi rostro hacía su mano mirando el cheque, pero antes de ser capaz de procesar la información, algo me saco de mis pensamientos.

 

 

—      ¿Tipo? — pregunté confundido y ella asintio—. ¿Se trata de un hombre? — volví a cuestionar y ella volvió a asentir.

 

 

No, por nada haría esto.

 

 

—      Por eso estoy desesperada, porque mi hijo no puede estar con un hombre… — en su voz pude encontrar un rastro de desprecio—. Si él lo quisiera, tal vez podría hacerme a la idea, pero este no es el caso.

 

—      No, yo no trabajo con hombres, así que olvídelo — fruncí mi entrecejo, dispuesto a levantarme, pero ella tomó el sobre y el cheque, tendiendolos con insistencia hacía mí.

 

—      Vine hasta ti porque me dijeron que eras capaz de hacer esto, me dijeron que eras alguien profesional — desvié mi mirada hacia el interior de la cafetería, encontrando la mirada de varias personas sobre nosotros y cubrí un momento mi rostro. Esta escena podría prestarse a mal entendidos. —  Por favor, acepta, no te pido que lo enamores, sólo que te acerques a él y hagas que se distancie de mi hijo.

 

—      Bien, en todo caso que yo aceptara, ¿no dice que ese hombre esta acercándose a su hijo por interés? ¿Cómo se supone que lo atraeré si no soy rico? — trate de zafarme de ella con ese argumento, aunque sabía que era ridículo pues varías veces había trabajado de esa manera.

 

—      Tú tienes las herramientas para lograrlo— se acercó un poco hacía mí sobre la mesa y coloco ambos objetos en mis manos—. Si necesitas algo para lograr lo que te pido, no dudes en llamarme, dentro del sobre esta mi número de teléfono y la información de ese hombre.

 

—      Jamás dije que aceptaría— estuve a punto de regresarle las cosas pero ella se puso de pie, observándome de manera intimidatoria.

 

—      No te conviene declinar mi oferta. No aceptaré un no como respuesta — rio sin dejar de verme—. ¿Sabes? Tengo el dinero suficiente como para adquirir una nueva casa de campo a las afueras de la ciudad.

 

 

La observé sin entender porque me decía eso, hasta que recordé a mis padres. Estaban a nada de perder su casa que estaba a las afueras de la ciudad por tener deudas con el banco que, en su mayoría, habían obtenido por mi culpa, por pagar mi carrera la cual, ni siquiera había logrado conseguir un trabajo.

 

Ese era justo el problema y la raíz por la que yo seguía haciendo esto.

 

Así que comprendí que una vez más tendría que dejar lo que tenía de dignidad a un lado y aceptar.

 

 

—      De acuerdo, lo haré. — musité sin querer verla—. Pero será a mi ritmo, bajo mis condiciones. — Dije alzando finalmente mi rostro, observándola. — Y necesito saber el nombre de usted y el de su hijo.

 

Ella se negó rotundamente cuando pedí lo último, por lo que suspiré frustrado.

 

 

—      De eso nada, no descubriré a mi hijo y a mi familia— dijo tajantemente y asentí. Había entendido el punto de esto. Ella quería cuidar su prestigio. — Bien, ya que hemos aclarado esto, creo que me retiro. Espero prontas noticias, joven Park. — mostro una sonrisa que llegó a ser un poco desagradable para terminar yéndose de la cafetería, dejándome solo con aquel sobre manila y el cheque.

 

 

Jamás había aceptado hacer algo como esto así que esperaba no estar equivocándome enormemente.

 

Siempre los trabajos para los que me contrataban, eran para una sola noche, donde bastaba que la chica se dejará guiar por mis besos y caricias para terminar mi trabajo, no hacía falta más pues sus novios siempre llegaban antes de que pudiera ocurrir otra cosa, sin embargo, esta vez sería muy diferente.

 

En primer lugar; debía prácticamente asechar a esa persona en su vida diaria, no sería cosa de sólo una vez; lo que me molestaba. Odiaba involucrarme más allá, pero, lo que realmente estaba fuera de lugar era que se trataba de un hombre. Sí, un hombre, no una chica como siempre lo hacía, aunque no debería ser gran problema desde que yo me había considerado bisexual desde que estaba en preparatoria.

 

 

—      Estoy dándole demasiadas vueltas al asunto — me dije en voz alta, tratando de aclarar mi mente, dejando en la mesa el dinero por los cafés, para ponerme de pie y salir de allí con la mente hecha un caos.

 

 

Pues ahora tendría que pensar y planear exactamente qué es lo que haría.

 

 

 

(«»)

 

 

 

—      ¿Puedes decirme que hay dentro de ese sobre? Desde que llegaste de la librería no has dejado de verlo — desvié mi mirada hacía  Kyungsoo durante un segundo, para volver a mirar aquel sobre manila el cual no me había atrevido a abrir desde que me lo había entregado esa mujer—. Chanyeol, ¿me estás escuchando?

 

 

—      Sí— respondí rápido y tome el sobre entre mis manos—. Es sólo qué…

 

 

Cuando estuve a punto de contar todo, el timbre de la puerta sonó y respiré aliviado, pues no sabía como iba a contarle a Kyungsoo lo que estaba a punto de hacer.

 

 

—      ¡Ya voy!— la frente de Kyungsoo se arrugo y se levantó del sofá para ir hacía la puerta para abrirla. — ¿Quién será? No espero a nadie.

 

 

Mientras él se alejó, decidí ir a mi habitación para ver lo que contenía el sobre. Debía aceptarlo, me sentía un poco nervioso porque esto era algo nuevo, algo desconocido, pero estaba con algo en mente:

 

« Él era uno más. Él no era diferente de esas chicas.»

 

 

Y pensarlo, increíblemente me fue de ayuda.

 

 

 

—      ¡Chanyeol, ven rápido! — Quite mi vista del sobre al escuchar la voz fuerte de Kyungsoo y sin pensarlo más, salí de mi habitación hasta regresar a la sala, llevándome una gran sorpresa al ver a la persona que estaba ahí, frente a mí.

 

 

—      ¿Jongin? ¿Qué haces aquí? ¿Qué te ha pasado? — rápido caminé hasta él, sin poder quitar la sorpresa de mi rostro, no tanto por tenerlo frente a mí, sino por como lucía.

 

 

—      Me salí de la casa de mis padres— su voz se escuchó temblorosa y lo observe fijamente: su cuerpo también temblaba por lo que tome sus hombros hasta guiarlo al sofá para que se sentara—. Ya no podía con ellos, era demasiada presión, además…—guardó silencio un momento y alzó su rostro para verme a los ojos—. Deje la carrera.

 

 

—      ¿Qué? — pregunté sin creerlo y, sin poder evitarlo, sonreí un poco— ¿Por qué has hecho eso?

 

—      Me di cuenta que debo seguir lo que yo quiero y no lo que ellos desean — él también sonrió un poco, calmándose poco a poco sus temblores—. Descubrí que no quiero terminar como mi padre, detrás de un escritorio, haciendo negocios, así que… Lo deje y se han enojado demasiado.

 

Miré un momento hacía Kyungsoo quien se mantenía al margen de esto, pues ellos si acaso se habían visto un par de veces desde que yo había conocido a Jongin un día en la librería; justo el día que Luhan tuvo un ataque de celos por su antiguo novio y Jongin hacía sido un espectador de aquella bochornosa escena, por lo que le hice platica para distraerlo de aquel suceso. Desde ese día nos habíamos vuelto amigos.

 

 

—      Me alegra que al fin te decidieras a hacer lo que te gusta Jongin— dije con sinceridad y me senté finalmente a su lado, pues había permanecido de pie frente a él—. ¿Y ahora qué es lo que harás?

 

 

—      Buscar un trabajo ya que me fui sin dinero o ropa— respondió con un notorio cansancio en su rostro, pero sin perder su ligera sonrisa—. De hecho, quería pedirte un favor Chanyeol.  

 

 

Noté como jugueteo con sus manos y sonreí, podía imaginar lo que pediría.

 

 

—      Si hablas sobre donde quedarte, sabes que puedes quedarte aquí, no habrá problemas, ¿verdad Soo? — dirigí mi mirada hacía mi mejor amigo, tratando de suplicarle con la mirada, pues él siempre había sido algo renuente en dejar que otras personas se quedarán en el apartamento, pero al parecer la historia de Jongin le tocó en el corazón, pues no tardo ni un segundo en asentir.

 

 

—      No, no hay problema, eres bienvenido para quedarte aquí el tiempo que necesites, Jongin— sonreí aún más y noté a Kyungsoo sentarse en la mesa central de la sala, para quedar justo frente al más moreno.

 

—      ¿Necesitas algo? ¿Tienes hambre o quisieras ir a descansar? Luces un poco cansado a decir verdad — pregunté pero él negó suave y sonrió un poco más.

 

—      En realidad no tengo hambre, aunque sí quisiera descansar un poco… — suspiró y se puso de pie—. Estuve vagando desde la tarde porque no estaba seguro a donde ir sin que mis padres se dieran cuenta, hasta que decidí venir aquí.

 

—      Si quieres puedes dormir en mi habitación, ¿te parece bien? — asintió a mis palabras y lo guie hasta ahí—. Puedes dormir lo que quieras, si necesitas algo, dinos, ¿de acuerdo?

 

 

Lo vi asentir de nuevo y recostarse sobre la cama dejando que un jadeo de cansancio saliera de sus labios.

 

 

—      Gracias Chanyeol y gracias a ti también Kyungsoo, por ayudarme— sonrió mirándonos agradecido—. Si necesito algo les diré, pero no quiero molestar más — por un momento sus ojos se cerraron y comprendimos que estaba empezando a dormitar.

 

—      No hay de qué. Descansa. — tomé el sobre manila y salí de la habitación junto con Kyungsoo hasta volver a la sala.

 

 

Estando ahí, volví a sentarme sobre el sofá y suspiré al ver el sobre.

 

 

—      Espero que tu amigo este bien. — Escuché decir a Kyungsoo y asentí; realmente estaba preocupado por él. La decisión que había tomado era difícil pues a lo que Jongin me había contado, sus padres tenían la ilusión que él siguiera los negocios de la familia, pero era claro que él no lo deseaba, pues su pasión era el baile y la música, así que de alguna forma me sentí orgulloso de que se decidiera a seguir su sueño.

 

—      Lo estará — traté de decir lo más tranquilo que pude, aferrando el sobre entre mis manos.

 

 

Debería abrirlo de una vez y hacer que esto que estaba por iniciar, terminará lo más rápido posible.

 

 

—      ¿Aún sigues con el sobre? — asentí ante la pregunta de Kyungsoo y él sólo suspiro—. ¿Lo abríras tú o tengo que ayudarte? Ya me ha dado curiosidad de lo que hay dentro al verte tan indeciso.

 

—      También quiero ver que hay dentro. — Musité y me decidí a abrir el sobre con cuidado de no romperlo. 

 

 

Al tener el sobre abierto, pude ver que había sólo una hoja de papel dentro de él y fotografías. Dudé una milésima de segundo, pero al final me decidí por sacar primero la hoja.

 

 

—      ¿Qué es? — sentí a Kyungsoo sentarse a mi lado para leer lo que la hoja decía—. Eso parecer ser una biografia, ¿de quién es? — Cuestionó y se acercó un poco más a la hoja para leerla, pues no traía puesta sus gafas— ¿Quién es Byun Baekhyun?

 

 

Ladee el rostro y sonreí sin saber como decirle lo que iba a hacer.

 

 

—      Digamos que es… — me quedé pensando en las palabras más sutiles y correctas—. ¿Un nuevo trabajo? — Con duda dije, sintiendo la mirada de Kyungsoo sobre mí, pero decidí no voltear a verlo porque estaba seguro que con su mirada me asesinaría.

 

 

—      ¿Un nuevo trabajo? — Su voz sonó confusa al inicio, pero luego pareció reaccionar—. Es una broma, ¿cierto?

 

 

—      No— negué y respondí esa simple palabra, dejando la hoja con esos datos sobre mis piernas, para sacar las fotos que contenía el sobre.

 

 

—      ¿Ahora te meterás con hombres? — la voz a un lado de mi salió algo contrariada e incrédula, pero no puse mucha atención en él, pues estaba concentrado mirando las fotos.

 

 

Bien, ahora podía respirar tranquilo al saber que no era un hombre feo, calvo y gordo, al contrario, era un chico… Lindo. Podía entender hasta cierto punto por que el hijo de aquella señora no quería dejarlo.

 

Durante unos segundos analice la primera foto y me enganche durante un segundo ante su imagen tan… Normal y hasta cierto punto inocente. En la foto él estaba vistiendo un sueter a rayas en color negro y amarillo mientras abrazaba a un pequeño cachorro entre sus brazos. Subí un poco más mí vista por su imagen y noté que su cabello era de un castaño claro además de que usaba unas gafas muy parecidas a las de Kyungsoo cubriendo la mitad de su rostro.

 

—      Chanyeol, ¡por favor! Responde, ¿ahora te meterás con hombres? — giré lento para ver a Kyungsoo, encontrándome con su rostro un tanto sorprendido.

 

—      Esto es algo diferente— dije sin atreverme a añadir algo más y tomé de nuevo la hoja con sus datos entre mis manos, empezando a leerla.

 

—      Por supuesto que es diferente, tú jamás te habias metido con hombres Chanyeol— sentí como trató de quitarme las fotos y la hoja, por lo que rápido me puse de pie, observandolo—. Dame eso, no dejaré que lo hagas Chanyeol, no quiero que jodas más tu vida.

 

—      Kyungsoo, por favor, yo sé lo que hago, ¿de acuerdo? Además, hombre o mujer, ¿qué más da? Mientras me paguen, estará bien— respondí sin pensar bien en lo que decía—. Es una persona más, así que no tienes por qué preocuparte— traté de calmar a Kyungsoo, pero al parecer mis palabras sólo habían logrado alterarlo más.

 

—      ¿Uno más? Chanyeol, ¿te estás escuchando? ¡Puedes herir a personas inocentes con esa actitud que estás tomando! — resoplé. Guarde las cosas de vuelta en el sobre y caminé hacía la puerta de mi habitación—. ¿A dónde vas? ¿Piensas despertar a Jongin?

 

 

Escuché sus pequeñas pisadas siguiéndome y yo tan sólo negué y entre con sigilo a mi habitación para asaltar mi armario. Estaba decidido.

 

 

«Esa misma noche actuaría.»

 

 

 

(«»)

 

 

He de decir que hoy fue la primera vez en mi vida que tuve que luchar contra Kyungsoo para que me dejará salir de nuestro apartamento, pero es que era patético, ¿cómo se le había ocurrido anclarse al marco de la puerta impidiendo que me fuera? Era ridículo. Sabía que se preocupaba por mí, pero tenía que hacer esto, aunque también tuviera mis dudas.

 

Suspiré y negué con la cabeza. No debía tener dudas. Ninguna.

 

Viré mi rostro hacía el asiento del copiloto y volví a mirar la foto de Byun Baekhyun y la hoja con sus datos.

 

 

—      Los sábados suele salir con sus amigos al karaoke bar, Moonlight… — terminé de leer aquella línea un poco sorprendido de la información detallada que había en esa hoja y finalmente suspiré viendo fuera de la ventanilla. Me encontraba fuera de ese lugar, en el distrito de Jongno-gu.

 

 

Sin esperar más guardé las cosas de vuelta en el sobre y lo metí dentro de la guantera de mi auto y salí de este, comenzando con mi plan.

 

Aunque sinceramente no tenía un plan fijo, pues no sabía mis límites y dentro de qué ambiente me desenvolvería ya que estos no eran mis territorios.

 

 

—      Sólo haz lo que siempre haces, Chanyeol— me dije con una sonrisa, elevando mi confianza, mirándome por última vez en la ventanilla de mi auto.

 

 

Esta noche no había podido arreglarme tanto como acostumbraba a trabajar, pero aun así tenía un aspecto decente y me veía atractivo. Eso era lo importante.

 

Una vez terminé de verme en mi reflejo sobre la ventanilla, sonreí y camine a la entrada del karaoke bar. Conforme me acercaba, me di cuenta que ese era un lugar muy distinto al antro que anoche había visitado, la primera razón por la que creía eso, era porque no había que hacer una fila para ingresar, al contrario, no había personas delante de mí, lo que me hizo sentir un poco más tranquilo, pues lo que necesitaba era pensar y sabía que con una gran cantidad de personas no podría hacerlo.

 

La segunda razón la descubrí al entrar: era un lugar que era prácticamente como una cafetería, exceptuando que todo estaba iluminado por luces tenues, dando una sensación de total privacidad e intimidad. De alguna manera esto me gustaba.

 

No obstante decidí no reparar en más detalles y decidí buscar a ese tal Baekhyun con la mirada, pero para mi desgracia —o fortuna— no di con él. Tal vez hoy no se presentaría.

 

 

—      No sé porque me siento ridículo— fruncí mi frente y caminé hacía una pequeña barra donde un hombre de mediana edad servía tragos—. Buenas noches—. Saludé cuando llegué hasta él, siendo recibido con un amable saludo y una sonrisa. — Una cerveza por favor.

 

—      En seguida— me senté en una banca alta, observando como servía mi cerveza de manera rápida, por lo cual agradecí y tome el tarro con el líquido refrescante, girando sobre la banca para vigilar la puerta de entrada. No podía permitir que se me escapará.

 

 

Pero conforme la noche avanzaba, mi cerveza disminuía y mis oídos sangraban ante las chicas que pasaban al frente a cantar sintiéndose Ailee, empecé a ponerme de mal humor. Esto no estaba resultando como yo deseaba.

 

Por lo regular, cuando tenía que ir en busca de una chica, era sencillo. Ellas siempre se encontraban bailando con sus amigas y, cuando las observaba, no bastaba más para tenerlas en la palma de mi mano. Pero nunca me había tocado esperar.

 

 

—      ¿Espera a alguien joven? — escuché la voz dirigirse a mí y giré para encontrarme con el rostro curioso del hombre que me había servido la cerveza.

 

Di un trago a esta y suspiré.

 

 

—      Podría decirse que vine a buscar a alguien —lo miré curioso y me quede pensativo. Si el dato en la hoja era cierto y Baekhyun venía aquí todos los sábados, era probable que este hombre lo conociera—. Vine a buscar a Byun Baekhyun… — Dije con algo de cautela, mirando el rostro de ese hombre en busca de alguna respuesta.

 

 

Pero con sólo mencionar ese nombre, su rostro mostro una sonrisa y asintió varias veces.

 

 

—      ¡Oh, Baekhyunnie! Sí, lo conozco— con un trapo viejo comenzó a limpiar la barra, sin dejar de observarme—. Él siempre viene con sus amigos, así que no creo que tarde en llegar— escuchar eso de alguna forma me hizo sentir más tranquilo, al menos sabía que la noche no se desperdiciaría en nada. — Así que espérelo un poco más.

 

 

Arquee mi ceja ante el tonó que el señor uso en su voz por lo que decidí sonreír un poco y me gire de nuevo hacía la puerta para vigilarla, mientras escuchaba una chica desafinar en el micrófono.

 

Alguien debería decirle que no cante, me dije en mis adentros, dando un largo trago a mi cerveza, volviendo toda mi atención a la puerta.

 

No paso más de un minuto cuando por esa puerta entro un grupo de hombres que eran aproximadamente de mi edad, por lo que supe que Baekhyun podía estar entre ellos. Sin embargo, no parecía ser así.

 

 

—      ¿A qué hora llegara? — mire el reloj de mi muñeca algo impaciente, se estaba haciendo pasada de media noche y no había señales de él.

 

 

Respiré frustrado y volví a observar a ese grupo que había llegado, concentrando mi atención específicamente en uno de ellos. Lucía como Baekhyun, pero… No, no era él. No podía ser él.

 

Enfoque mi vista y sentí mi pulso acelerarse cuando lo vi caminar al pequeño escenario junto con otro chico, el cual, en definitiva no era Baekhyun.

 

 

—      ¡Buenas noches! — Escuché la voz del último chico por el micrófono, y no pude evitar ponerles atención—. ¿Cómo se la están pasando esta noche?

 

 

Como respuesta, el público que ahí se encontraba coreo un fuerte bien, mientras sonreían y aplaudían con emoción. No comprendía muy bien lo que pasaba.

 

 

—      Ese es el chico— escuché una voz detrás de mí, encontrando al mismo señor de antes—. Baekhyun y Jongdae siempre suelen venir aquí a cantar por diversión y bueno, incluso se han ganado algunas fans.

 

 

Vire de nuevo al escenario y analicé bien al chico castaño que lucía como Baekhyun, pero me rehusaba a creer que fuera él.  

 

En la foto que me había entregado aquella mujer, él lucía como un chico lindo, pero normal, como cualquier otro que pudiera ver en la calle y, claramente la persona que estaba en el escenario no lucía así.

 

Lo primero que note fue que no estaba usando aquellas gafas de pasta negra y gruesa, al contrario, su mirada era completamente distinta, pues el delineador negro enmarcaba sus ojos perfectamente, dándole una visión un tanto felina, y no pude negarlo; eso me gustaba.

 

 

—      ¡Qué bien! Ahora les cantaremos una canción con la cual Baekhyun y yo hemos estado traumados estos días— me levante del banco y caminé entre las mesas que había frente al escenario, hasta que me senté justamente en una que estaba a escasamente a un metro del escenario, dándome una mejor vista de él. De Baekhyun. — ¡Touch my body!

 

Cuando aquel otro chico  pronuncio el nombre de la canción, salté en susto cuando un grupo de chicas en la mesa contigua comenzaron a gritar emocionadas. Él hombre de la barra de bebidas no mentía cuando dijo que incluso tenían fans.

 

Cuando la música comenzó a sonar, deje de prestarles atención al grupo de chiquillas y miré al escenario, completamente sorprendido con lo que veía.

 

Baekhyun repentinamente había tomado el micrófono, empezando a cantar las primeras líneas mientras contoneaban sus caderas junto a aquel chico que también comenzó a cantar. Comencé a reír.

 

¡¿Cómo es que se atrevían a hacer eso?! Todas las personas que habían pasado al escenario desde que yo había llegado habían tratado de cantar e impresionar haciendo lo que creían era una ‘fiel’ imitación de sus artistas favoritos.

 

Pero no. Aquí estaba frente a mi Byun Baekhyun y su amigo, haciendo una imitación de un grupo de chicas, cantando y bailando de una forma graciosa pero que dentro de todo, encontré sensual.

 

 

—      ¿Acaso está loco? — cubrí un momento mis labios cuando la risa salió más fuerte de mis labios e intente no prestar atención a las chicas que me miraron como si estuviera loco por reírme de ellos. Pero fue inevitable, más, cuando ellos también sonreían y trataban de contener las risas mientras actuaban frente a la gente.

 

 

Sin darme cuenta el tiempo paso y cuando reaccione, Baekhyun y el otro chico ya estaban despidiéndose y regresando a la mesa con sus amigos, mientras reían entre sí. Parecía que ellos solían divertirse así.

 

Por mi parte, decidí regresar a la barra y pedir otra cerveza mientras mantenía la sonrisa en mis labios.

 

La señora me había pintado a Baekhyun como alguien interesado, por lo que creí que sería una persona distinta, así justo como las otras chicas, pero al parecer él era diferente.

 

 

—      ¡Señor Jung! Quiero cuatro cervezas bien frías por favor—con algo de discreción giré a mi izquierda y sonreí al ver a Baekhyun a mi costado. Esta era mi oportunidad.

 

—      Hola— salude, llamando su atención—. Su presentación fue muy divertida, ¿siempre suelen hacer eso? Parece como si ya tuvieran experiencia. — Decidí emprender la charla normal, para ganarme un poco su confianza y al parecer funcionó, pues mostro una gran sonrisa en respuesta y asintió.

 

—      Sí, Jongdae y yo siempre solemos hacer eso cuando venimos, es divertido, refrescante y te quita el estrés— una risa salió de sus labios y no pude dejar de verlo. Ahora que lo tenía cerca, me di cuenta de que sus ojos lucían aún más llamativos, además de que sus labios eran rosados y su piel lucía suave, tersa y muy blanca. Demonios, no sería difícil resistirme a él.

 

—      Tal vez alguna vez lo intente — murmuré con una sonrisa, acercándome un poco más a él por impulso—. ¿Te gustaría que tomaramos un trago juntos? — por un momento quise acercarme a su cuerpo y susurrar esas palabras a su oído justo como siempre lo hacía con las chicas pero me contuve.

 

—      Me encantaría pero vengo con mis amigos, será para la próxima— tomó  sus cervezas y me sonrió dejándome solo sin comprender exactamente lo que había pasado.

 

 

« ¿Me había rechazado?»

 

 

Entrecerré los ojos y miré como se sentó con sus amigos, dando un largo trago a su cerveza mientras yo, tome mi segunda cerveza de la noche y me quede mirando fijamente hacía él, tratando de que volteará a verme. Pero no lo hizo. Siguió hablando con sus amigos entre risas y sonrisas hasta que volvió a pararse junto a su amigo para subir de nuevo al escenario y volver a cantar.

 

Esta vez no pude identificar la canción, tan sólo fui capaz de observarlo a él y el movimiento de su cuerpo y de sus labios al ritmo de esa melodía. Tendría que actuar mejor si quería salir esta noche con algún resultado.

 

 

—      Esto parece que será más dificil— suspiré y volví a dar un trago de cerveza.

 

 

Al cabo de unos minutos, Baekhyun bajo del escenario dejando a su amigo y caminó directamente al baño. Esa era mi segunda oportunidad.

 

Rápido deje la cerveza, sintiendo un leve malestar por no haber comido nada durante todo el día, pero lo deje pasar y me adentre al baño detrás de él.

 

El plan sería fácil. Tan sólo iría a él para hacerle un poco de plática casual y le pediría su número de teléfono; no podía excederme, tampoco quería asustarlo y ahuyentarlo.

 

A los segundos de haber entrado, escuché un retrete ser bajado e inmediatamente me giré hacía el lavabo para lavar mis manos, mirando de reojo como Baekhyun salía del cubículo del baño para llegar al lava manos que estaba a un costado de mí.

 

 

—      Oh, de nuevo tú— traté de decir de manera casual, llamado su atención por segunda vez en la noche.

 

 

Pero quien había obtenido la atención había sido él, pues no pude dejar de verlo fijamente. La luz del baño me hizo poder apreciar un poco mejor su rostro.

 

 

—      Y de nuevo tú—negó con su cabeza, cerró la llave y caminó un par de pasos para tomar una servilleta y secar sus manos, dejándome observar su perfil detenidamente.

 

 

Sin poder detenerme, caminé hasta él por instinto para observar su rostro aun mejor. La distancia que nos separaba no era más de veinte centímetros y fui capaz de sentir su aroma mezclado con el aroma de la cerveza.

 

«Me encantó.»

 

 

—      Disculpa… ¿Todo bien? — dio un par de pasos hacia atrás arrugando su frente.

 

Debí de haber tomado eso como una advertencia de que estaba incomodándolo, pero no hice caso a ello. No pude.

 

 

—      Todo bien— respondí después de unos segundos y eleve mis brazos hasta poder aferrar su cintura con delicadeza, tomándolo por completo de sorpresa. — Es sólo que no puedo dejar de verte, eres hermoso… — me incliné hacía su oreja y deje caer esas palabras de la manera más dulce y sutil que pude. De alguna manera me nació ser así.

 

 

Cerré mis ojos y me permití disfrutar una milésima de segundo del delicioso aroma que su cuello desprendía y me incline a besar su blanquecina piel, pero antes de ser capaz de hacerlo, sucedió algo que no vi venir.

 

 

—      ¡¿Qué crees que haces?! — repentinamente sentí una golpe en mi estómago y al segundo sentí mi rostro golpear contra la fría baldosa del lavabo, mientras mi brazo era sujetado con fuerza detrás de mi espalda—. Desde que te vi, supe que eras un completo pervertido, así que hazme un favor y deja de joderme si no quieres morir aquí mismo.

 

 

No fui capaz de responder con algo coherente, lo único que pude hacer fue lanzar un quejido de dolor e intente recuperar el aire que había perdido a causa del golpe; cuando pude reaccionar, Baekhyun ya me había soltado y había salido del baño tras un fuerte portazo, dejándome recostado en una posición algo vergonzosa, mientras analizaba lo que había ocurrido.

 

No sólo Baekhyun me había rechazado la primera vez mi invitación a tomar un trago; ahora había sido golpeado y rechazado por segunda vez con una amenaza de muerte.

 

Al parecer esto no iba a ser nada « sencillo ».

 

 

 

 

Notas finales:

¡Hola de nuevo /o/! ¿Qué les pareció el capítulo? Realmente espero que sí les haya gustado :), en verdad♥. 

Y si no les gusto, denle una oportunidad, sé que no se arrepentirán(?), porque lo que viene estará bueno—se da ánimos a sí misma—.

 

Creo que ya es todo... Estaré viniendo la próxima semana a actualizar :), así que denme un poquito de amor en forma de review :* 

Besos♥.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).