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Sin ti no muero, pero tampoco vivo por MissTakarai

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Notas del capitulo:

Lamento la demora, y espero que este capitulo responda a muchas de sus preguntas, solo recuerden que este capitulo termina donde comienza mi prologo :3

CUANDO UNA VIDA DE ENGAÑOS LLEGA A SU FIN

 

— ¡AHHHHHHHHHHH!

Gritaba desesperado luego de haber sido poseído por el espíritu de Hyde Takarai, luego de haberlo recordado todo. Incluso aquellos que habían sido encomendados para quitarlo de en medio se alejaron asustados ante los gritos que profería.

— ¡Alto! ¡Policía!

Hacían su ingreso un grupo de oficiales apuntando sus armas a los presentes, los cuales de principio trataron de huir pero luego, ante la orden de levantar las manos o arrojarse al piso fueron arrestados sin más remedio. Más Hyde con los ojos bien cerrados continuaba gritando.

— ¡AHHHHH! ¡BASTA! ¡BASTA!

— ¡Señor! ¡Señor! ¡Tranquilo, ya está todo bien! — le decía uno de los policías mientras lo desataba.

— ¡YA BASTA! — Una vez suelto, se puso de pie de forma casi salvaje y se abalanzó contra uno de ellos — ¡QUITEN ESTAS IMÁGENES DE MI CABEZA!

Lo sujetaron de ambos brazos y lo estrellaron contra la pared, pensaron que estaba agrediendo al policía, pero éste poniéndose de pie, dijo que estaba bien, que de seguro se debía al impacto de lo ocurrido. Así, aún gritando y forcejeando lo redujeron hasta que cansado comenzó a detenerse, pasaron unos largos minutos hasta que se detuvo por completo, lo sentaron y le pusieron una cobija encima mientras registraban el lugar y esperaban la ambulancia, ya se habían llevado a los delincuentes presos, mientras él, temblando miraba hacia la nada, ya estaba a punto de amanecer.

— ¿Qué pasó aquí oficial? — interrogaba el detective que acababa de llegar.

—Con la novedad señor de que ante la llamada de una señora que vive ahí… — señaló un edificio justo en frente — se nos informó que cerca a las cuatro de la mañana se había levantado a espantar a un gato que la despertó, y cuando miró por su balcón fue testigo de cómo los sospechosos introducían al joven — lo señaló con la cabeza — inconsciente, a este depósito abandonado.

— ¿Aún no lo llevaron al hospital?

—No señor, aún no ha llegado la ambulancia.

—Iré a hablar con él…

—No se lo recomiendo señor, está muy afectado, fue toda una lucha para calmarlo, cuando llegamos no hacía más que gritar cosas sin sentido, y ahora está así, inmóvil, temblando pese a la cobija.

— ¿Al menos su nombre?

—No dice nada, se cerró por completo… y no porta consigo ninguna identificación…

—Ok, aquí viene la ambulancia, llévenlo a un hospital rápido, necesitamos algunos análisis, luego iré yo a interrogarlo junto a un psicólogo.

 

Unas tediosas horas más tarde, y luego de haberse encargado de otras cosas, el detective caminaba por entre los pasillos de aquel hospital, buscando la recepción.

—Buenos días señorita, ¿En qué sala está el joven que trajeron aquí esta mañana? — mostraba su placa.

— ¿El que vino con unos policías?

—Sí.

—Sala 22.

—Muchas gracias… sígame por favor. — Le decía al hombre de profesión psicólogo que lo seguía.

Llegaron, y la silla fuera de la sala donde debía estar sentado un policía vigilando, estaba vacía.

— ¿Y el oficial a cargo…? — abrió las cortinas de la sala y se sorprendió cuando vio que también estaba vacía.

Al momento, el policía volvía por el pasillo secándose las manos con una toalla de papel.

— ¿Y la victima? — le preguntó frunciendo el ceño.

— ¿Qué…? Estaba ahí… — observó el cubículo vacío. — No puede ser, pero…pero...

— No se preocupen, a lo mejor fue al baño también. — sugería el psicólogo.

—Es posible pero…

— ¡Ay cielos! — decía el policía mirando el asiento donde debía estar sentado vigilando.

— ¿Qué pasa?

—Mi arma no está…

— ¡¿Qué?! ¡¿La dejó ahí?!

—Sólo… sólo… ¡Sólo fue por un segundo! La dejé junto al cinturón, no quería llevarla al baño…

— ¡¿Cómo se le ocurre dejarla ahí?!

— ¡Pero señor! ¡Él era la víctima no el sospechoso! ¡Que me iba a imaginar que…!

Salieron casi corriendo del lugar, el detective hablaba por su intercomunicador.

— ¡Atención! ¡Cierren todos los accesos y salidas al hospital! ¡Joven de unos veinte años, no lleva bata, vestido de forma convencional! ¡Está armado, repito está armado!

._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

Cerca de la una de la tarde se llevaba a cabo la audiencia preliminar del estado de nueva York contra Tetsuya Ogawa por intento de homicidio.

— Bien señores… — decía el juez — luego de haber leído el informe, entiendo que ambas partes han llegado a un acuerdo.

—Así es su señoría — hablaba Ken — la parte en este caso demandante decidió no presentar ningún cargo en contra de mi cliente, como podrá ver, ahí se incluye una carta firmada por el presidente del Reborn Bank, Satoru Okabe, en donde desiste de presentar cargos, con su puño y letra.

—Pero aún así se cometió un delito — dijo el fiscal — por lo que llegando a un acuerdo aceptamos reducir la condena a: robo en primer grado con agravante de posesión de arma de fuego.

— ¿La defensa está de acuerdo? — preguntó el juez.

—Sí, su señoría.

—Y ¿En cuanto a la doble documentación? 

—Su señoría, mi cliente se encuentra muy arrepentido por lo que hizo, mire, él pasó por una situación muy traumática cuando vivió en Japón por lo que llegando a este país decidió cambiarse el nombre para comenzar una nueva vida. Como podrá ver, según los registros de antecedentes penales de los Estados Unidos y del Japón, mi cliente no cometió ningún tipo de crimen, ni bajo el nombre de Yun Sawada ni de Tetsuya Ogawa, lo que demuestra que su intención nunca fue cambiarse el nombre para poder delinquir, de hecho, cuando pasó lo del banco se presentó como Tetsuya Ogawa, su verdadero nombre.

—Muy bien, entonces desestimo los cargos por posesión de doble documentación y en el primer caso, doy una sentencia de seis meses en prisión o en su defecto, quinientos mil dólares como fianza. — le dio fin al conflicto con un golpe de su mazo.

Muchos se retiraban y algunos flashes de cámaras se hacían presentes. Tetsuya abrazó a Ken, habían ganado.

—Gracias…

—Bien Tetsu, ahora hay que ir y pagar la fianza… — se acercó a él para hablarle confidencialmente — Y ahora que acabo de mentir por ti… necesito que me des una explicación.

— ¿Mentir?

—Acabo de decir que obtuviste doble documentación para huir de tu pasado, no para cometer algún delito… pero amigo, lo que hiciste con Hyde…

Se quedó un momento en silencio…

—Necesito hallarlo… ¿No puede esperar?

—No Tetsu, primero lo primero.

—Está bien… en mi departamento…

—Hai.

._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

Gackt conducía como loco por todo Nueva York, había ido a la plaza donde trabajaba, al café donde se reunieron por primera vez, incluso a su departamento, llamó y llamó a la puerta pero nadie salió. Seguramente estaba en el juicio de Tetsuya, pero tenía a su mayordomo ahí quien debía informarle si Hyde estaba ahí, pero nada. ¿Dónde estaría? ¿Cómo? De seguro ya se enteró lo que pasó entre Ogawa y él, pero no lo hallaba. Entonces reconociendo a alguien saliendo de un bar se detuvo y bajó a su encuentro.

— ¡Ey! Chachamaru ¿Verdad?

— ¡Ahhh! — Salió corriendo, pero debido a sus altos tacones no pudo ir muy lejos antes de que Gackt lo alcance — ¡Déjame en paz! ¡¿Qué quieres conmigo?!

—Por favor cálmate, sólo quiero preguntarte por Hy… digo Hideto, ¿Lo has visto? Tú debes saber dónde está.

— ¡Claro que no! Y si lo supiera no te lo diría. — Se quitó el agarre con violencia — ¡Ya déjalo en paz! Todo esto es tu culpa, si no hubieras aparecido para ofrecerle ese tipo de tonterías… él era muy feliz antes de conocerte, incluso estaba a punto de comprometerse con Yun, tú le metiste ideas y ahora todo en su vida está de cabeza. Ya hiciste suficiente daño, incluso estuviste a punto de morir, ¿No te parece que es mejor hacerse a un lado?  

—Por favor… — dijo luego de un rato — por favor… yo necesito encontrarlo… — cayó de rodillas sollozando.

—Ey… chotto… — avergonzado miraba hacia la gente que contemplaba la escena. — ¿Qué haces?

—Ayúdame  por favor… Yo… lo necesito… yo… ya no puedo concebir mi vida sin él…

Por un minuto Chachamaru se paralizó ante la reacción del tipo aquel, pero luego se le puso a la par, mirándolo con asombro y tristeza.

— ¿Es eso cierto?

—Te lo juro por lo más sagrado…

—uffff… —suspiró rendido — Una de las cosas que he aprendido a lo largo de mi trabajo, es diferenciar cuando alguien es sincero o no… y de verdad que me gustaría ayudarte, pero créeme que no tengo idea de donde está, anoche salió de aquí corriendo. Supongo que fue a la cárcel a ver a su Yun… de verdad lo lamento…

Poco a poco se puso de pie, siendo ayudado por Chacha, le agradeció mucho y sin más se dirigió a su auto. El amigo de Hyde lo miraba con tristeza… ¿Sería correcto? Decírselo…

—Espere…

Con la mano ya en la puerta de su coche se giró.

—Okabe-san… no sé dónde está Hideto, pero… si te interesa el consejo de alguien como yo… sigue a tu corazón… busca a Hideto y cuando lo encuentres no lo dejes ir… casi puedo decir que el sentimiento entre ustedes dos es mutuo…

—Gracias por todo… — y subiendo a su coche se fue.

 ._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

—Bien Tet-chan… te escucho…

Ya sentados frente a frente en la sala del departamento que compartía con Hyde, ambos amigos de infancia, y cómplices en tantas situaciones hasta entonces, estaban a punto de aclarar las cosas.

—Ken… yo… quiero que sepas que todo lo que hice, fue únicamente por amor…

—Eso lo sé, no temas prejuicios de mi parte.

Mirando el piso alfombrado, buscaba las palabras correctas, así comenzó a contarle lo sucedido ese trágico día…

 

Cansado de tanto correr se detuvo en medio de una calle, respiraba agitado tratando de recuperarse y continuar con la búsqueda de Hyde. Entonces su teléfono comenzó a sonar. Tomó su móvil, pero antes de que pudiera si quiera ver en la pantalla quien era, el sonido de los pitazos de un automóvil que se le acercaba a toda velocidad lo inundó por completo. La gente gritaba, los frenos chirreaban y el celular sonaba, simplemente se petrificó. Cerró los ojos esperando el golpe.

— ¡MALDITO MOCOSO IDIOTA! — despotricaba el chofer quien luego de presionar los frenos a todo lo que daban, logró evitar atropellar a ese chico por tan sólo unos milímetros. — ¡¿QUÉ DEMONIOS HACES AHÍ PARADOTE?!

Obligando a sus piernas a reaccionar se subió a la acera, el chofer arrancó gritando otro tanto de sandeces. Su corazón parecía salírsele por el pecho, hasta que nuevamente sonó su celular. Miró la pantalla, sorprendido pero esperanzado hizo parar un taxi.

—A la Avenida Industrial— le instruyó al taxista y contestó — ¿Aló?

—Ogawa-san… — era la madre de Hyde.

—Señora Takarai… ¿Hyde-kun volvió?

Se escuchaban sus sollozos, ella lloraba.

— ¿Qué pasa? ¿Señora está bien?

—Hay un favor muy grande que… que debo pedirle…

—Lo que sea…

— Por favor… cuide de mi pequeño… sólo usted se ha preocupado por él, sé que con usted él estará muy bien…

— ¿Señora…?

—Un favor más… llame a la policía, y dígales que fui yo… y solamente yo quien mató a mi marido… — lloraba más fuerte.

— ¿Qué ha pasado…? Mizuki-san…

— ¡El maldito está lastimando a mi hijo! ¿Cómo…pudo? Pero ya todo llegará a su fin… — ya sólo sollozaba — obviamente esto también es mi culpa… así que yo también debo pagar por ello…

—Tranquilícese señora, por favor… ¿Dónde está usted?

—Afuera, a punto de entrar nuevamente a mi casa… luego de verlo… y ahora tengo en mis manos el arma que mi Hyde tenía en la maleta… ya es hora… hasta siempre, y no se olvide del favor que le pedí, muchas gracias…

— ¡No señora Mizuki! ¡Espere por favor! — pero ya el sonido de llamada finalizada estaba presente.

 

Ahora casi recostado en el respaldo del sillón miraba hacia el techo. Cualquier lugar era propicio para no mirar de frente al atónito Ken.

—Y como ya estaba en camino, no tardé mucho en llegar al lugar. Todo estaba tranquilo, al parecer nada había pasado… pero luego entré a la casa… Jamás podré olvidar aquel momento…

 

 

Entró con sigilo, pues todo estaba en silencio. No había ningún movimiento, pero eso sí, un olor a alcohol, pólvora y sangre inundaba el lugar. Caminó por el pasillo, dejando atrás algunas habitaciones oscuras y vacías, éste corredor era iluminado por una luz que se escapaba de la ranura de una puerta al final. Al parecer la única que gozaba de vida en ese lóbrego lugar.

Más cuando abrió la puerta, lo único que reinaba ahí era la muerte. Se tapó la boca para evitar gritar ante las imágenes que llegaban a su cerebro a través de sus ojos. Casi a sus pies estaba el cuerpo de la señora Mizuki, con un pequeño charco de sangre que al parecer salía de su cabeza. Caminó un poco más y se topó con el cadáver del que fue el padrastro de Hyde, completamente desnudo e inerte, con sangre ya seca en el piso proveniente de dos orificios, uno en el pecho y otro en el estomago. Y junto a éste, la camisa desgarrada de Hyde. Con horror vio la cama, en el respaldo hallábase una cuerda atada, manchada con algo de sangre. Observó toda la cama con cuidado, era obvio lo que había pasado ahí, entonces sintió que la sangre comenzaba a hervirle por la ira. Buscó el arma, quería darle un par de disparos más a ese infeliz para saciar su odio y asegurarse de que este bien muerto. Pero justo cuando vio por la ventana en esa habitación y que daba a un extenso terreno baldío, pudo verlo, ya muy lejos corriendo y alejándose del lugar.

—Hyde…

De pronto se empezaron a oír las sirenas patrulleras, seguramente los vecinos llamaron a la policía ante el estruendo de los disparos. Sin pensarlo dos veces se subió a la ventana y saltó hacia abajo cayendo de forma incorrecta, se torció el pie, maldijo, pero aún así daba su mejor esfuerzo para correr. Lo veía muy a lo lejos, incluso gritaba su nombre pero Hyde no lo oía. Tomó su celular nuevamente y llamó.

— ¡¿Dónde demonios estás?!

—Salí en cuanto me lo dijo, Tetsuya-sama… Ya estoy cerca de la casa de Takarai-sama.

— ¡No, Steven, lo veo ahora! ¡Va por la calle 6, ya no está en su casa!

—Yo estoy muy cerca de ahí.

— ¡Síguelo!

Sin colgar, el guardaespaldas principal de Tetsu aceleró, y justo cuando dobló por una esquina vio a Hyde corriendo por entre los automóviles dirigiéndose a la calle 7 donde había una gasolinera, lo siguió, así observó cuando el joven sacó algo del bolsillo del pantalón con la mano izquierda pues en la derecha llevaba una botella de licor, y se acercaba a un taxista que estaba allí, llenando el tanque de gasolina.

—Tetsuya-sama, lo veo, está en la gasolinera de la calle 7.

—Estoy cerca. — y colgó

El guarda se detuvo y bajó, iba a decirle que su joven patrón lo estaba buscando y que ellos lo ayudarían. Sin embargo, faltándole aún mucho para llegar a él, vio claramente cuando encañonaba al taxista y éste haciéndose a un lado temiendo por su vida le entregó las llaves ante los gritos amenazadores que profería el muchacho. Lo vio subirse y arrancar a toda velocidad.

— ¡TAKARAI-SAMA! — Gritó — ¡ESPERE POR FAVOR!

Pero Hyde ya se alejaba velozmente. El guarda personal corría de vuelta hacia su automóvil, fue cuando apareció Tetsu, venía cojeando.

— ¡¿Dónde está?!

— ¡Tetsuya-sama! ¡¿Está bien?!

— ¡No es nada! ¡¿Y Hyde?!

— ¡Allá va, acaba de robar un taxi!

— ¡¿Qué?! ¡Hay que seguirlo!

Ambos se subieron al automóvil y partieron tratando de alcanzar a Hyde...

 

 

— Luego de eso, tratamos de seguirlo… — continuó contándole a Ken — casi lo perdimos en una intersección donde había un montón de taxis… afortunadamente Steven era muy bueno para esas cosas, como un ex narcotraficante... y logramos retomar el camino… pero estaba muy lejos…

— ¿Y entonces?

Tetsu se cubrió el rostro y quitando sus manos comenzó a llorar desconsoladamente.

— ¡Lo…lo seguimos hasta que salimos de la ciudad! ¡Todo el tiempo con luces apagadas… para que al vernos no acelerara más tratando de huir! ¡Y aún así… no pudimos alcanzarlo! ¡LO VÍ CUANDO SE ESTRELLÓ CONTRA LA BARDA Y CAYÓ AL PRECIPICIO!

Se tapó nuevamente el rostro llorando profusamente. Ken guardó silencio, sabía que aún faltaba para el final de la historia. Se calmó un poco y continuó.

—Entonces llegamos al lugar, yo gritaba… y vimos unas gradas que daban hacia el fondo del barranco pues más allá, a unas millas había un pueblo y un puente que lo unía con la ciudad… y cuando llegamos, el auto había dado varios vuelcos pero había caído de pie, como loco me acerqué y traté de sacarlo de ahí pero Steven me detuvo y fue él quien acercándose lo revisó… estaba muy mal herido, inconsciente… y aunque muy débil, respiraba. Le dije a Steven que llamáramos a una ambulancia pero me detuvo…

 

 

—No es conveniente que haga eso señor…

— ¡¿De qué demonios hablas?! ¡¿Quieres que se muera ahí?!

—Por lo que me contó mientras lo seguíamos… es muy posible que si sobreviviera lo hallen culpable de la muerte de sus padres…y pase en prisión el resto de su vida.

— ¡¿Acaso no me oíste?! ¡ÉL FUE LA VICTIMA!

— ¿Y por qué huyó? — Tetsu se quedó en silencio — Mire, yo le creo, y si él me lo dice lo creeré también… pero tal y como pasó, las cosas pintan muy mal para él…

—Su madre me llamó y me dijo que le dijera a la policía que ella había matado a su esposo y que luego se suicidaría…

— ¿Existe alguna grabación de esa conversación? No ¿Verdad? Yo sé de estas cosas señor… cuando puede, la justicia se ensaña con los más débiles y los condena así no sean culpables, a mi me pasó… me encerraron 10 años por un delito menor cuando los cabecillas de los cárteles pasan una noche en la delegación como si fuera un hotel…

 

La mirada de Tetsu estaba pérdida aún recordando, ya no lloraba, Ken lo miraba pasmado.

—Por un momento dudé… pero cuando lo pensé mejor… eso era increíblemente oportuno… ni tanto por evitar que lo encerraran, sino para evitar que Gackt se le volviera a acercar… que lo siguiera atormentando… podría ser el inicio de una nueva vida para Hyde, y para mí a su lado… así que acepté…

Miró por la ventana, hacia el cielo donde al sol ya le faltaba un poco para entrarse. Ken supo que lo siguiente a decirse sería la clave de todo, ¿Hasta dónde habían sido capaces de llegar él junto a su sirviente?

—El plan era llevarnos a Hyde de ahí. Al menos era lo que yo pensaba… pero no iba a ser tan sencillo… ya que si nos íbamos dejando el auto, tarde o temprano lo hallarían ¡Y comenzarían a buscar a Hyde por cielo y tierra! Entonces lo entendí… Hyde debía morir… y para eso, se necesitaba un cuerpo…

A Ken lo recorrió un escalofrió de pies a cabeza

— ¿Qué hiciste Tetsu…? — Susurró asustado

—Steven fue al pueblo… y luego volvió, ya Hyde estaba en mi auto, yo esperaba a su lado, diciéndole que todo estaría bien… pero él estaba muy mal, a momentos yo me preguntaba si de verdad estaba vivo… — su mente volvió a perderse en ese mar de recuerdos.

 

 

—Encontré a uno perfecto señor… es un muchacho que vive bajo el puente… tiene casi la misma edad que Takarai-sama. Si quiere… voy y luego…

—No Steven… eso es algo que yo debo hacer…

Por un camino alterno, condujeron y llegaron al puente, se bajaron, ahí estaba aquel joven, dormía sobre un cartón, el tipo perfecto, nadie lo extrañaría. Tomó con fuerza el arma y si bien dudó por un segundo, jaló del gatillo.

 

—Luego nos deshicimos de las cosas del tipo, lo pusimos en el maletero, y volvimos al lugar. A duras penas lo metimos entre los fierros doblados de la carrocería... le quité a Hyde el anillo de su madre que llevaba en el dedo, lo conocía bien, de las veces que fui a visitarla… y se lo puse al reemplazante… sabía que todo se consumiría, pero la piedra era de granate, así que eso permanecería y a todos no les cabría duda de que era Hyde Takarai quien había muerto ahí…

Ken abría los ojos de par en par, incluso había matado a alguien para proteger a Hyde ¿Protegerlo?

—Hizo que me alejara, y Steven le dio un disparo preciso al tanque, entonces el auto explotó y se cubrió de fuego en un instante… el resto, fue sencillo, el dinero puede hacer mucho, y más cuando sabes dónde moverlo… al único que necesité comprar fue al forense… le di una muestra del ADN de Hyde, y él lo cambió con el del desconocido del puente. Las pruebas fueron concluyentes, Hyde había muerto en un accidente de tránsito.

Ken estaba más que petrificado, le horrorizaba escuchar todo aquello que su amigo había sido capaz de hacer, se quedaron así, en silencio por unos minutos, hasta que decidió preguntar algo de sobremanera importante.

— ¿Y qué pasó con Hyde? ¿Cómo terminaste con él aquí, al otro lado del mundo?

—Esa fue la mejor parte… —Sonrió de forma tétrica — Steven se lo llevó a un departamento privado que compré a escondidas de mi padre… ahí lo atendieron médicos externos a los que se les pagó muy bien por su silencio. Ya para cuando despertó, no recordaba nada… ni siquiera cómo se llamaba…

— ¿Y fuiste tú quien…?

—Si ken, yo le dije lo que debía recordar…

—Tetsu…

—Obviamente dejé el colegio, y eso te consta. Me aparté de todo, razón por la que mi padre me envió aquí, y sin que lo supiera me vine con Hyde también… ya tenía todo, incluyendo los nombres falsos y la documentación, ya para cuando murió mi papá yo me hice cargo de todo mediante unos abogados, a Steven lo envié lejos, aún le mando un cheque mensual para que viva bien de por vida. ¡Pero debes entenderme Ken! ¡Yo lo hice por Hyde, sólo por él!

—Tetsu… yo…

— ¿Ahora vas a darme la espalda?

—No amigo, no estoy de acuerdo con lo que hiciste, pero creo que lo más importante ahora es buscarlo, y cuando lo encontremos deberás decirle la verdad.

—Ken…

— ¡Debes hacerlo! Si lo amas, harás lo correcto… ¡Vamos a buscarlo!

—Sí, claro…

Y ambos salieron del departamento.

 

 

Unos largos minutos más tarde, la puerta de un pequeño closet que había cerca del pasillo se abrió, y de éste salió Hyde, con la cara cubierta de lágrimas temblando como una hoja sacudida por el viento. No sólo lo había recordado todo, sino que acababa de enterarse de labios del mismísimo “Yun” lo que había pasado luego del accidente, de cómo lo había engañado todos estos años. Luego de escaparse del hospital había ido hasta su departamento a buscar alguna cosa que le diese una pista sobre lo que había pasado, luego del accidente, pero cuando se disponía a desbaratar todo el lugar, escuchó pasos y voces, se escondió ahí y por la ranura vio a Tetsu junto a Ken, ahora lo reconocía, y pudo escucharlo todo. ¿Cómo pudo? ¿Cómo pudo robarle su pasado?

._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

Entró en su mansión como un loco, fue hasta su despacho y comenzó a botar los papeles y abrir los cajones desordenando todo, buscaba algo. El palacete estaba vacío, Gackt había puesto a todo el mundo a buscar a Hyde y a los mayores los había mandado a casa.

—Maldita sea… ¿Dónde está?

Desesperado buscaba la tarjeta de presentación de su detective, el mismo que se encargó de averiguar acerca de Hyde cuando lo reencontró. Pero al tipo se lo había tragado la tierra, hace tiempo que no aparecía, ni siquiera había completado su trabajo. Estaba furioso con él, pero ahora lo necesitaba para que lo ayude a encontrar al pequeño, y para su desgracia no tenía el número registrado

De pronto comenzaron a golpear la puerta. Al principio le valió un comino, pero insistían. Siguió con su labor, pero la puerta ya retumbaba, así que pensó que mejor sería ir a abrir, ni tanto por temor a que la rompan sino porque podía ser uno de sus empleados con noticias de Hyde. Bajó corriendo los escalones diciendo “Ya voy”.

El sol ya casi se juntaba con la tierra y sus rayos de color naranja intenso se colaban por entre los grandes ventanales, la puerta se hallaba de frente al horizonte por lo que al abrir de principio no pudo ver con claridad a quien tenía en frente a él. Poco a poco su visión se aclaró, era la visión más hermosa que jamás se había esperado encontrar luego de todo lo que pasó, ahí estaba su pequeño ángel.

—Hideto…

Así, prácticamente se le arrojó encima y fundió sus labios con los de él, en un beso lleno de amor y calidez. Debido a la acción intempestiva, Gackt retrocedió un poco así ya dentro, el otro cerró la puerta empujándola con el pie. Gackt se sentía en el mismo paraíso, teniendo de nuevo en sus brazos a la razón de su vida. Sin embargo, debido a la falta de aire se separaron, entonces el de menor estatura lo abrazó con posesión quedándose así, sin soltarlo. Pero ese abrazo se sentía extraño, él temblaba.

— ¿Hideto?

—Te extrañé…

—Jajajaja, tranquilo, ya estamos juntos de nuevo…

—Si, después de tanto tiempo…

— ¿De qué estás hablando amor? Apenas fue ayer cuando te fuiste, no ha pasado tanto tiempo…

— ¿Ayer? No, te equivocas, no fue sólo ayer, fueron años, desde que nos vimos por última vez en Japón, mi querido Satoru… o debería decirte ¿Gackt?

Gackt se separó con violencia de Hyde viendo con horror tanto a él como el arma que tenía en las manos.

— ¿Qué pasa? ¿Ahora me temes? ¿A mí o a mis recuerdos?

—Hyde…

—Exacto… Hyde… ya no más… ¡Se acabaron las mentiras! ¡Se acabó el juego! ¡Todos ustedes lo único que han estado haciendo es burlarse de mí! Todo este tiempo… haciendo que viva en un engaño…

—No, Hyde, ¿No lo recuerdas? Cuando reencontramos aquí yo te reconocí como Hyde, yo…

— ¡Pero luego continuaste con la farsa! Porque te convenía ¿Verdad? Que yo no recuerde todo lo que me hiciste… ¡Pero ya no más!

—Hyde…escucha…

— ¡NO! ¡¿QUE VAS A DECIRME?! ¡¿MÁS MENTIRAS?! ¡NO QUIERO OIRTE!

— ¡HYDE! ¡Debes oírme! ¡Yo…!

— ¡NOOOOO! — Respiraba agitado y sus ojos estaban cargados de ira, no dejaba de apuntarle el arma — No voy a oírte… No después de tanto tiempo y tantas cosas que tuve que vivir por tu culpa… por lo que me hiciste…

—Lo pagué muy caro… Hyde…

—Ajá… — sonrió con ironía — Entonces ahora ¿Debo sentir compasión por ti? Cuando tú no la tuviste por mí… ¿Por qué? ¡¿Por qué me hiciste eso?! ¡Cuando lo único que yo quería era amar y que alguien me amara! Yo me entregué por completo, ¡Mientras que lo único que tú buscabas era destruirme!

—No Hyde, no fue así…

— ¡¿NO?! ¡¿Por qué me grabaste?!

Gackt bajó la cabeza, había llegado el momento de ser sincero.

—Lo que te hice no tiene perdón… Hyde… y debes saber que de un principio todo se trató de una especie de venganza… yo odiaba con todo mi ser a Tetsuya, por ser como era… y cuando mis amigos se enteraron de que tú le gustabas…

— ¿Entonces fue por eso? Fue por Tetsu… — preguntó incrédulo — ¡Destruiste MI vida por vengarte de él! No, no puede ser…

— ¡Escúchame! ¡Si, lo hice por fastidiar a Tetsuya! ¡Así fue al principio! Pero luego…

— ¡YA CÁLLATE!  — Se tomó la cabeza con las manos, se salía de control — ¡HICISTE DE MI VIDA UN INFIERNO SÓLO POR UNA ESTÚPIDA VENGANZA! — de pronto se quedó quieto, con la mirada perdida — Yo estaba en lo correcto… luego de recordarlo todo… y de escuchar a Tetsu… todo lo que había pasado… mis estudios, mi madre, mi vida… pensé que él… pero el único culpable de todo… eres tú…

Volvió a apuntar el arma hacia Gackt. Y ahora luego de escuchar  a Hyde, ya no cabían más dudas, había hecho algo terrible, no sólo con él sino también con otro ser especial. De pronto sus pensamientos fueron hasta You, también lo había herido, ya no podía seguir mintiéndose, él era una especie de monstruo destinado a herir gravemente a cuanto se atreviera a amarlo. Y así, el momento de afrontar las consecuencias de sus acciones había llegado.

—Hyde… tienes toda la razón… — de pie frente a él extendió los brazos — Yo te destruí y he destruido a otros, lo único que merezco por eso es la muerte… así que puedes hacerlo, dispara, acaba conmigo de una vez, y habrás librado al mundo de alguien como yo…

Hyde lo miraba atónito.

—Sólo hay algo que quiero que sepas antes…  sólo quiero que sepas que yo… hasta mi último suspiro…

—Muérete maldito infeliz…

—…Te amaré

Entonces resonó un disparo.

 

Continuará…  

Notas finales:

Comentarios??


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