CUANDO A LOS SUEÑOS LES LLEGA SU MOMENTO DE MORIR
Pasaron cerca de dos meses y Hyde estaba que se rompía la cabeza al no saber que más hacer. Había ido cada día de visita durante ese tiempo para tratar de hablar con Tetsu, pero cada vez que se hacía anunciar, éste se negaba. Lo había intentado todo, incluso llevarle sus panqueques, pero su ahora rencilloso ex novio no daba su brazo a torcer. Y no era para menos, lo había herido terriblemente, era una traición sin perdón, pues pese a que hizo todo lo que hizo por protegerlo, había terminado reconciliándose con Gackt justo cuando a él lo metían a prisión como consecuencia de esas acciones.
Llegó a casa luego de intentarlo una vez más, y entrando un aroma especial llenó sus sentidos.
— ¿Gac-chan?
Caminó por entre los pasillos de su ahora nuevo departamento, uno simple para el gusto de Gackt y perfectamente sobrio para su propio gusto, hasta llegar a la sala que se unía con el comedor. Observó la mesa y estaba divinamente arreglada, con velas y todo. Sin embargo no pudo concentrarse mucho en la mesa pues en el sofá de la sala estaba su adorado Gackt recostado con una mano sobre la cabeza.
— Gac-chan ¿Estás bien?
— ¿Ummm? — abrió los ojos mas no se levantó — Oh, Hyde… ya llegaste.
— ¿Qué pasó?
— ¿Eh? Nada… — se sentó sonriendo.
—Pero…
— ¿Esto? No es nada, es sólo que estaba muy cansado, tuve una migraña leve pero no pasa nada, ya estoy mejor — Se puso de pie y tomándolo de las manos hizo que se levantara también guiándolo hacia la mesa. — Te preparé algo especial.
—Pero Gac-chan… si estabas cansado…
—Jamás estaré cansado para consentirte.
Ambos se sentaron y admirándose por las habilidades de Gackt en la cocina, comenzó a comer degustando con felicidad al principio pero ya luego se quedó callado, su mente se había sumido en un mar de pensamientos.
— ¿Hyde?
— ¿Umm? ¡Ah! Lo siento Gac-chan…
—Aún no pudiste hablar con Tetsu ¿Verdad?
—No quiere verme ni en pintura…
—No te pongas así, no podrá resistirse para siempre… tarde o temprano se rendirá.
—Pero me inquieta todo lo que puede estar pensando… que yo…
— ¿Lo traicionaste?
—Si…
—No sigas culpándote por favor… que te parece si hablo con mis conocidos, conozco a un par de coroneles de la policía, no sé, ellos podrían mediar en esto…
—No quisiera que piense que lo estoy obligando… déjame que lo intente una vez más y si no resulta lo dejaré en tus manos.
—De acuerdo.
Al día siguiente, se hallaba caminando por entre una calle comercial luego de tratar de visitar a Tetsu, quien por enésima vez se había negado. Iba de camino a su nueva universidad, en la que ahora estudiaba luego de haberle dado un giro de 360º a su vida, en su país natal. Tomó su celular dispuesto a llamar a Gackt y decirle que había vuelto a fracasar y que mientras él estuviera estudiando que llamara a sus amigos policías. Miraba la pantalla conforme caminaba hasta que casi chocando con alguien levantó la mirada y luego de disculparse con la persona observó con detenimiento un establecimiento de aparatos electrónicos que había extendido sus instalaciones hasta afuera, exhibiendo en los aparadores algunos de los dispositivos más modernos.
— ¡ALTO! ¡ALTO! ¡DETENGANLO! ¡LADRÓN! — gritaba uno de los vendedores de dicha tienda unos segundo después.
Ante los gritos un par de oficiales se hicieron presentes comenzando a correr tras del susodicho, éste corría pero no lo hacía a gran velocidad por lo que no fue problema para ambos alcanzarlo y luego de jalarlo de la chaqueta reducirlo estrellándolo contra un muro.
— ¡Ey! ¡No es necesaria tanta violencia!
— ¡Cállate! —Lo esculcaban encontrando tan sólo un pequeño reproductor de MP3.
—Gracias al cielo lo atraparon… — llegaba el dueño corriendo.
— ¿Es esto suyo señor? — le dijeron al hombre.
—Si es esto… ¿No levantó nada más?
Lo volvieron a requisar.
—No… — lo esposaron ante la mirada furiosa del dueño y los curiosos — ¡¿Cuál es su nombre?!
—Takarai Hyde…
—Bien Takarai-san, queda arrestado por…
Le dictaban sus derechos mientras lo dirigían hacia el carro patrulla, una sonrisa se hacía presente en el rostro de Hyde.
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—Y bien Takarai-san… — lo increpaba un detective ya en la delegación. — Explíqueme por qué, ¿Por qué se robó un reproductor de música?
— ¿Por qué? Pues simplemente porque lo necesitaba.
— ¿Y no pudo comprárselo?
— No tengo dinero.
— ¡Eso no es cierto! — Golpeó la mesa con los puños — No olvide Takarai-san donde se encuentra, tenemos sus pertenencias, y en su billetera faltaba de todo menos dinero…
—Bueno… yo…
—Piense muy bien lo que va a decir Takarai-san… Además, Si a su alcance tenía todo un arsenal de mercaderías, ¿Por qué robar un pinche reproductor de MP3?
—No sé por qué diablos me hace este interrogatorio, si yo ya confesé, robé el reproductor ¿Y qué? ¿Qué tal si lo hice por gusto? Ya dejémonos de tonterías y llévenme a la cárcel.
El investigador se quedó boquiabierto, nunca antes le había tocado un tipo así, por lo general todos se negaban, pero éste…
—Claro que no, fue un delito, pero no fue grave así que sólo pague una multa y lárguese. — se puso de pie dispuesto a irse.
— ¡No, no, no! ¡No puede hacerme eso! ¡Debe enviarme a la cárcel!
— ¡¿Qué?!
— ¡Por favor! ¡O la próxima vez haré algo más grave!
— ¿Con que esas tenemos? — Ingresaba en la sala un fiscal — ¿Así que tenemos un loco? Bien, si lo que quiere es experimentar lo que es un día en la cárcel adelante... un chico tan apuesto como él tendrá toda la atención que requiera.
Hyde sonrió feliz sin entender el doble sentido del fiscal, pero ahora tendría la oportunidad que tanto deseaba de hablar con Tetsu.
Ya en el lugar, Incluso le habían dado su uniforme, se lo puso y fue trasladado a su celda, la examinaba con una sonrisa inocente mientras esperaba la hora del almuerzo donde buscaría a Tetsu.
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— ¡Ey! Oagawa… — le hablaba el tipo de la celda contigua, él trataba de dormir con una revista en la cara.
— ¿Qué quieres?
—Dicen que hoy llegó un nuevo.
— ¿Y a mí qué?
—Dicen que está lindo…
— ¿A sí?
— Algo bajito, pero con un cuerpo adorable y hermoso, dicen que tiene la piel clara, cabello oscuro y lindos ojos almendrados…
Pronto su mente se perdió en la persona que su corazón amaba y que coincidía con esa descripción. El dolor se hizo presente nuevamente.
—A toda costa quiero conocerlo y darle la bienvenida que se merece… — terminó hablando en un tono degenerado.
—Haz lo que quieras, ahora déjame dormir…
Cerró los ojos y de pronto el sonido de las cosas se hizo más claro, oía las conversaciones de algunos, incluyendo al de su lado que continuaba murmurando perversiones. De pronto, el murmullo de un preso llamó su atención, “Takarai…” oyó, muy claramente. Se puso de pie como un loco tratando de oír de donde vino ese golpe de voz, pero todos los sonidos volvían a mezclarse.
— ¡EY! — Gritó al de su lado — ¡¿Cómo se llama?!
— ¿Quién?
— ¡El nuevo!
—Yo qué sé, y no me importa, no preguntaré su nombre… jejejeje.
— ¡Averígualo!
— ¿Eh?
— ¡AVERÍGUALO!
—Ok, ok… que genio…
Una especie de timbre anunciaba la hora de almorzar. Hyde caminó por entre algunos pasillos mientras unos policías les gritaban que se dieran prisa. Conforme caminaba notó que muchos lo miraban, incluso algunos le sonreían, y tonta e incluso inocentemente él respondía a su sonrisa con otra. Pronto llegaron a un pasillo donde no había un solo policía, sintió como un tipo lo jalaba del brazo y lo acorralaba contra la pared.
—Hola lindura… — dijo éste — ¿Cómo te llamas?
Hyde comenzó a temer, se quedó sin habla.
—Vamos no seas tan huraño ¿Cómo te llamas?
—Si no te alejas de él sabrás cómo me llamo yo… — se escuchó a alguien detrás del tipo mascullando con ira.
— ¡Tet-chan!
Gritó Hyde feliz, ni tanto por haberse salvado de aquel tipo sino por haberlo encontrado. Se apartó y se fue hacia él comenzando a hablarle olvidándose de aquel tipo como si nada, Tetsuya quiso reír, vaya que Hyde era único.
— ¡EY TÚ! ¡ESPERA!
Aquél se abalanzó sobre Hyde, pero justo antes de que lo jalara hacia él, Tetsu lo hizo, puso a Hyde tras de sí mismo haciendo que ese hombre se detuviera en seco.
—Ponle un dedo encima, y te mato… — las palabras y el timbre de voz de Tetsu no daban lugar a dudas, el tipo se hizo a un lado y se fue.
— ¡Vaya! ¡A Tet-chan lo respetan mucho aquí! — terminó Hyde entusiasmado, pero pronto cambió su expresión animosa a una de miedo total cuando Tetsu lo tomó del brazo y lo estrelló contra la pared para luego acorralarlo mirándolo con ira.
— ¿Qué demonios haces aquí? ¿Acaso eres imbécil?
—Tet… yo…
— ¿Cómo te atreves a insultar mi sacrificio por ti apareciéndote aquí como si nada? Ya veo que después de todo sigues siendo un maldito egoísta…
—Por favor no me hables así… — comenzó a sollozar.
— ¡Deja de hacer eso! ¡Deja de usar esas artimañas para convencerme! Te dije que no quería volver a verte, y lo sostengo… aléjate de mí…
Comenzó a irse.
— ¡Pero yo sí! — gritó llorando. — ¡Yo sí quería verte! ¡Por eso hice lo que hice! ¡Robé para que me metieran aquí y así poder hablar contigo! ¡Sé que te he lastimado, pero tú me lastimas también haciéndote negar y dejándome plantado cada vez que te visito!
Tetsu se giró y lo vio ahí, de pie llorando inconsolable tapándose el rostro con las manos. Puede que fuera una artimaña, pero a Hyde le funcionaba muy bien, Tetsu simplemente no podía resistirse, sentía el corazón hacérsele trizas cada vez que lo veía llorar. Y ahora escuchar eso… esa tonta explicación de porqué estaba ahí, las tonterías que había hecho…
Sin más comenzó a reírse, el volumen de su risa se hacía cada vez más y más fuerte.
—JAJAJAJAJAJAJAJA
— ¡NO TE RÍAS TETCHAN!
—Ven acá pequeño idiota… — y jalándolo de la mano lo llevó hasta su celda.
Al principio estaban en silencio hasta que Tetsu rompió el hielo.
—Por un segundo llegué a pensar que esta vez habías conseguido matar a Camui — sonreía de forma sínica.
— ¡No digas eso Tet-chan! Yo… como te dije, robé para poder encontrarme contigo…
— ¿Y él lo sabe?
—Para nada, de hecho cuando se entere…
—Y ya, ¿Qué diablos quieres? — de pronto se puso agresivo nuevamente, le molestaba hablar de Gackt.
—No te pongas así Tetsu…
— ¡Y cómo quieres que me ponga! ¡¿Qué te reciba con un beso y un abrazo como si nada hubiera pasado?!
—Sé que te he lastimado… sé también que no tengo perdón, pero si fuera posible… sólo quisiera que las cosas queden en paz entre nosotros… no puedo soportar que tú estés aquí, odiándome y pensando que te traicioné mientras yo…
—Mientras tú te la pasas revolcándote con Camui…
Aquellas palabras lastimaron a Hyde, esa forma de hablar era única de su padrastro lo que le trajo mucho dolor. Algunas lágrimas se asomaban por sus parpados.
— ¡QUIERES DEJAR DE LLORAR! ¡DEJA DE HACERTE LA VICTIMA QUE NO LO ERES! — Se puso de pie y jalándolo hizo que se parara también. Lo sujetó de los hombros y comenzó a sacudirlo, la hora de increparlo por su traición había llegado. — ¡¿CÓMO TE ATREVES A VENIR HASTA AQUÍ A RECORDARMELO TODO?! ¡CUANDO YO ESTABA DISPUESTO A OLVIDARME DE TI! ¡¿CÓMO TE ATREVES A VENIR AQUÍ COMO SI NADA LUEGO DE LO QUE ME HICISTE?!
—Tet-chan…
Hyde temblaba en sus brazos, estaba odiando a ese pequeño frente a él, pero aún así aquella sensación se hizo presente nuevamente en su ser, ¿Y qué? Si de todas formas Hyde se lo debía. Entonces sin más lo arrojó en su cama y se posicionó sobre él comenzando a besarlo con posesión.
—Tet… Tetsu… — Suplicaba entre besos — por favor detente…
Pero no lo oía, sin más abrió su camisa color anaranjado de la prisión con tal violencia que los botones saltaron, ahora contemplaba el pecho desnudo de aquel pequeño traidor y sin esperar una autorización, desperdigaba besos por toda su piel sin cuidar de ser gentil, tratando de lastimarlo lo más que pueda para que sintiera físicamente lo que él sentía emocionalmente. Pronto notó que Hyde no se movía, levantó el rostro y lo miró, Hyde miraba el techo, con algunas lágrimas y suspirando resignado.
—Hyde…
—Adelante… Tetchan… — Tetsuya abrió los ojos perplejo — Si es lo que deseas, adelante… después de todo es justo… te lo debo… así que, puedes hacer lo que quieras conmigo, si eso te hace sentir mejor y hace que me perdones…
Pronto ya no sólo era Hyde, sino también Tetsu quien lloraba. Se le recostó encima y abrazándolo comenzó a llorar con más fuerza.
—Perdóname Tet-chan… por favor…
—No Hyde, perdóname tú a mí, por todo lo que te hice… fui egoísta, te quité tu pasado, te hice creer una mentira, te engañé durante años y ahora ¿Soy yo la victima? No merezco pedir que te disculpes cuando yo te hice tanto daño…
—Al contrario… fueron los días más felices de mi vida…
Una vez más levantó el rostro con perplejidad encontrándose con la mirada dulce de Hyde quien si bien lloraba, estaba sonriendo.
—Muchas veces me pregunté… ¿Qué hubiera sido de mí si sobreviviendo al accidente lo recordaba todo? Una vez ya quise suicidarme, como un completo niño inmaduro, y dudo mucho que mi reacción hubiera sido diferente si todos mis recuerdos se hubieran mantenido. Pero tú me diste otra oportunidad, me devolviste la vida… crecí a tu lado y me convertí en adulto… y te lo agradezco mucho… por haberme salvado y haberme amado tanto como para sacrificar incluso tu libertad, la vida no me alcanzará para demostrarte mi agradecimiento.
Volvieron a abrazarse. Lloraban como una par de niños pero aún así podían sentir como sus almas sanaban.
— ¿Y Camui? — Preguntó Tetsu luego de un rato — Tú…
—Si Tet-chan… nunca dejé de amarlo… y pese que había olvidado todo sobre él, cuando me encontró… algo en mí se despertó, aún mi subconsciente lo recordaba y volvieron esos sentimientos de antes, en el colegio y se han incrementado ahora… De verdad lamento todo eso Tetsu…
—No Hyde… — ambos se sentaron — nunca lamentes haberte enamorado… — Hyde lo veía atónito — Así como yo nunca lamentaré haberme enamorado de ti… y ahora que ya todo se ha arreglado, debo admitir que aún me duele, pero… — le dio un beso en la frente — déjame que te pida que seas muy feliz, y que tengas mucho cuidado, porque de todo corazón espero que no estés equivocándote con Camui…
—No Tet-chan… él ya ha pagado por lo que hizo, y no me refiero a lo del balazo que le di sino a…
Y entonces le contó todo lo que You le dijo en su tiempo.
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“Como un loco”; esa era la expresión correcta para describir como conducía su chofer. Y no era para menos, lo hacía luego que su joven patrón le exigiera que lo llevara hasta la cárcel estatal a toda velocidad. Finalmente frenó en la puerta del lugar y vio a su jefe salirse del automóvil casi en movimiento.
Gackt corrió hasta la puerta donde lo recibieron unos policías, lo requisaron y lo dejaron pasar hasta una recepción donde dijo el nombre de la persona a la que había venido a buscar. La secretaria leyó la orden y entonces lo dejó pasar con un policía el cual lo guió hasta una celda próxima a la salida. En el camino pensaba en todo lo acontecido, en como un investigador lo había llamado a su oficina y le dijo que luego de registrar todas sus pertenecías dieron con su número en el celular del ahora nuevo detenido Hyde Takarai, quien luego de un robo, rogó, casi imploró que lo metieran en la cárcel. Ahora él debía venir a recoger a “su loco” a la misma, ya que su delito fue menor, sólo quisieron darle una lección y que ahora debía irse. Gackt tenía la cabeza a punto de explotarle, ¿Qué había hecho ese pequeño idiota? ¿Y por qué? Aunque casi podía jurar que conocía bien la respuesta.
Esperó un momento, y luego de abrirse la puerta ingresó su Hyde, vistiendo un traje anaranjado de prisión. Aunque la camisa era muy grande, le quedaba casi como una tienda de campaña encima.
— ¡GAC-CHAN!
—Hola Hyde… — le dijo con un tono extraño, como si se reprimiera de gritar, mirándolo con ojos furiosos y una sonrisa extraña. — ¿Me quieres explicar qué demonios pasó?
—Jejeje, etto… Gac-chan…
—Vino a verme a mí… — Tetsuya hacía su aparición detrás de Hyde, Gackt retrocedió un poco — No te preocupes Camui… no voy a matarte, al menos no aquí ¿No ves que hay policías alrededor?
—¡Tet-chan! Gackt… yo… discúlpame por favor, no sabía que más hacer así que me robé un reproductor y…
—Ya el investigador me lo dijo, ahora vengo a recogerte, y… bueno, ahora a ofrecer mis disculpas a Ogawa…
—No digas nada más Camui, ya todo está arreglado, no arruines las cosas.
— ¿Eh?
—Que si es lo que te preocupa, ya no te guardo ningún rencor, todo está bien ahora, sólo déjame advertirte algo, lastima a este ángel una vez más, y te perseguiré hasta el infierno para matarte… ¿Me oíste?
— No, no te preocupes, jamás volveré a siquiera atreverme a gritarle… lo haré feliz durante lo que me quede de vida — trataba de no hacer notar su nerviosismo cuando Tetsu se le acercó hasta casi un metro.
—Y una cosa más… Cuida mucho a este idiota, no vuelvas a permitir que haga cosas tan tontas, si es posible ponle un guardaespaldas que lo vigile a sol y a sombra y que te informe de todo para que no vuelva a hacer estupideces….
— ¡Tet-chan malo!
—Lo haré…
— ¡¿Eh?!
Ambos rieron, luego Tetsuya extendió el brazo y ambos se estrecharon las manos.
Luego Gackt le dio sus cosas a Hyde para que se cambie y puedan irse, pero Gackt tenía una expresión rara en su rostro.
— ¿Estás bien? — preguntó Tetsu.
—Sí, parece que algo me cayó mal de la cena de anoche… — De pronto se llevó la mano a la boca y se alejó — disculpe — le dijo a un policía — ¿Me dice donde está el baño?
—Por allá…
—Gracias.
Y salió corriendo. Hyde y Tetsu lo vieron.
— ¿Eh? ¿No será que está embarazado?
— ¡TETSU! — lo golpeó sonrojado.
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— ¿Te sientes mejor? — preguntaba Hyde una vez fuera de la cárcel, al lado de Gackt quien conducía de vuelta a su trabajo, al menos era lo que él creía.
—Ahora que te tengo a mi lado de nuevo, sí. No te preocupes, como dije debe ser algo de la cena de anoche.
—Ok… — rió divertido.
— ¿Qué es tan gracioso?
—Pues cada uno tiene una amenaza de muerte pesando sobre su cabeza, ¿Lo notaste?
— ¿Te refieres a lo de You y Tetsu? Jajaja… Sí, y más nos vale no darles motivos para que las cumplan… por otra parte… ¿Ya la visitaste?
— ¿A quién?
—A tu mamá…
Hyde bajó el rostro entristecido. Hoy era el cumpleaños de ella, había pensado en ir, pero todo se dio sin que lo planeara. Y no podía negar que se sentía conmovido porque su novio lo hubiera recordado.
—Gac-chan…
— ¿Si?
— ¿Me llevarías?
—Por supuesto.
Llegaron al cementerio con un par de grandes ramos de rosas en las manos. Ya el atardecer se hacía presente pintando de un hermoso color anaranjado las lápidas, los árboles y todo cuanto se parase de frente al taciturno sol. Así la dedicatoria rezaba: “Mizuki Takarai, amada madre”
—Hola mamá… — comenzó hablando — lamento haber venido tan tarde… yo… yo… — comenzó a llorar — Feliz cumpleaños mamá… yo sólo quiero que sepas que estoy bien, que soy condenadamente feliz… y…
—Señora Takarai… — dijo Gackt sorprendiendo a Hyde — en este día sólo tengo dos cosas que agradecerle, una, que usted haya nacido y dos, que le haya dado la vida a mi ángel — le rodeó los hombros con un brazo aún ambos parados de frente a la lápida — muchas gracias, y le prometo que de ser por mí, haré que cada día de su vida sea feliz a mi lado, estese tranquila, yo lo protegeré por usted, de ahora y para siempre, claro si él me hace el honor de casarse conmigo.
Hyde casi se cae de espaldas, pero luego sonrió y aún con lágrimas en los ojos ambos se besaron sellando su pacto frente al ser más importante en la vida de Hyde, ya no hacían falta palabras, dentro de poco ambos unirían sus vidas para siempre.
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Un mes después…
La alarma sonaba comunicando muy ruidosamente que era hora de levantarse.
—Ummmm… maldición… — Hyde se levantaba sobre un codo mientras que con la otra mano apagaba el reloj, — siempre nos olvidamos apagar la alarma, aún siendo domingo…
A su lado se removía Gackt protestando.
— ¡Ay no! — De pronto Hyde recordaba algo — ya recuerdo para qué la puse, hoy será la exposición de uno de los más grandes artistas del Japón, y a mi clase le toca organizarla…
— ¿Por qué hacen las exposiciones en domingo? — Gackt hundía su cara en una almohada.
—Porque sólo los domingos la gente sale a pasear y puede visitar los museos Gac-chan… voy a alistarme… — se retiró las cobijas pero antes de que se levante por completo, sintió un fuerte agarre en su muñeca, entonces sin que se lo espere, Gackt lo había hecho acostarse de nuevo apareciendo él semi recostado encima.
— ¿A dónde crees que vas sin darme al menos un beso de buenos días? — le reclamó y luego se besaron.
— ¿Feliz? Ahora quítate, debo ir a darme una ducha y…
— Eso será rápido… ¿No crees que nos dé tiempo para un round antes de que te vayas? — sonreía con cinismo.
— Eres todo un pervertido Gac-chan… ¡Pero no! Llegaré tarde y… me…van a…regañar…
Ya Gackt besaba su cuello, odiaba ese juego sucio que usaba para obligarlo a hacer lo que quería, pronto su cuerpo reaccionaba de forma totalmente opuesta a lo que le decía su mente, en momentos como éste Hyde perdía por completo. Entonces Gackt se levantó nuevamente apoyado en sus manos mirándolo divertido desde arriba.
— ¿Y qué? ¿No te ibas?
—Ah no, no me dejarás así ahora… — lo jaló haciendo que se besaran con pasión, pronto sus manos se encontraban recorriendo el cuerpo amado ajeno.
Las caricias subían cada vez más de tono, después de todo no necesitaban mucho, ya estaban listos luego de la sesión de anoche. Gackt se concentraba en besar su pecho llevando a Hyde hacia la locura hasta que de repente se detuvo. Hyde lo miró extrañado, él estaba inmóvil, con una mano en la cama se sostenía sobre él y con la otra se sujetaba el estómago con un gesto de dolor en su rostro, entonces se arrojó a un costado sujetándose el vientre con ambas manos. Gemía de dolor.
— ¡Gac-chan! ¡¿Qué tienes?!
Pero no le contestó. Entonces poniéndose de pie se puso un pantalón y quiso correr hasta el teléfono en la pared.
—Hyde…
Se dio vuelta y volvió hacia él.
—Gac-chan…
— ¿Qué haces?
— ¡¿Cómo que qué?! ¡Trato de llamar una ambulancia!
—Jejejeje, que exagerado… — se sentó y estaba como si nada, sólo que aún mantenía una mano en su vientre. — No pasa nada…
— ¡¿Nada?! ¡Últimamente has estado teniendo problemas estomacales, eso no puede ser normal!
—Estás haciendo un monte de un grano de arena, sólo es una infección.
— ¿Y ahora eres médico?
—Hyde, Hyde… — movía la cabeza — Yo ya estaba muy acostumbrado a la comida de América, y ahora el cambio de sabores y gustos… algunas cosas me caen mal. Se pasará ya veras, no es nada que un analgésico no pueda resolver. Se puso de pie también, se vistió y caminó hasta el baño abriendo el botiquín. — Qué mala suerte, ya no quedan.
—Pero Gackt… — cruzaba los brazos con cierta molestia.
—Ok… escucha, hoy es domingo, así que en el hospital no hay más residentes y personal de emergencia, y así llame a mi médico personal me dirá que vaya al hospital… que te parece si ahora me tomo un analgésico y mañana vamos al hospital a primera hora, ¿Ne?
—De acuerdo… — aceptó haciendo un puchero — ahora déjame que vaya a comprarte el analgésico.
—Pero ¿Tu exposición…?
—Vamos Gac-chan, si teníamos tiempo para… para… ya sabes… tengo tiempo para comprarte algo ¿No? — se ponía una camisa y una chaqueta.
—Ok, mientras yo me alistaré para acompañarte…
— ¿Vendrás conmigo? — su mirada brillaba.
—Claro que sí.
—Bien, voy y vuelvo. — salió.
Detestaba las filas que a veces se hacían en las farmacias, pero sin tener otra opción tuvo que esperar y comprar lo que necesitaba. Pagó y salió de ahí, entonces su teléfono sonó.
—Moshi, moshi… ¡Ah, Ken-chan! Hace tiempo que no sabíamos nada de ti…
—“lo lamento, estuve ocupado, sólo llamaba para despedirme, viajaré a Corea por unas semanas a resolver algunas cosas de la herencia de mi mamá”
— ¿Eh? ¿Cuándo te vas?
—“De hecho ya falta un poco para que aborde.”
— Oh, me hubiera gustado ir a despedirte…
—“Pero si será por poco jajajaja, a propósito, ayer fui a ver a Tetsu… y está muy bien, de hecho muuuuy bien jejejeje…”
— ¿De qué hablas? Vamos conozco ese tonito tuyo.
—“Al parecer conoció a alguien…”
— ¡¿De verdad?! ¿Quién?
—“Un tal Yuki Awaji, dice que es policía… él no quería que te lo diga pero ya sabes cómo soy.”
—Me alegra mucho oírlo, Tet-chan se merece toda la felicidad del mundo.
— “Por cierto ¿Cómo va todo entre Gackt y tú?”
—Bien… — estuvo a punto de decirle lo de su estómago, pero a lo mejor estaba exagerando como dijo Gackt.
— “¿Hyde?”
— ¿Um? Ah, nada, nada… De hecho… nos comprometimos…
— “¡Vaya! ¡Felicidades! Y espero que me inviten al matrimonio ¿Eh?”
—Por supuesto.
—“Bueno ya me llaman.”
— Espero que te vaya bien en tu viaje.
—“Muchas gracias y me despides de Gackt ¿Si?”
— Claro…
—“Hasta pronto.”
—Mata ne…
Y colgó, ya estaba en la puerta del edificio, así entrando tomó el ascensor. Llegó a su piso y buscando entre sus bolsillos notó que había olvidado sus llaves.
—Uy, Gac-chan se molestará… espero que aún no haya entrado a la ducha… — llegando a la puerta tocó el timbre.
Esperó unos minutos, y él tardaba, a lo mejor sí se estaba duchando. Hyde pensaba qué hacer, hasta que luego de un rato más oyó los pasos de su Gac-chan quien venía para abrirle.
— ¡Hyde! — dijo de forma efusiva, riendo de forma nerviosa y apoyándose en el marco de la puerta con una mano en el cerrojo.
—Lo siento Gac-chan… olvidé mi llave, yo…
Pero a Gackt se lo veía raro, sonreía como si estuviera ebrio, totalmente recostado en el umbral, respirando agitadamente y sudando, se notaban las gotitas de sudor en su rostro y cuello.
— ¿Qué pasa Gac-chan? ¿Estás bien?
—No pensé que llegarías tan rápido… trataba de preparar algo para el desayuno… puse… puse… — hablaba desvariando ya casi en un susurro mientras veía la silueta de Hyde y su cara asustada hacerse borrosa — unas… yo… yo…
Y sin más se desplomó totalmente inconsciente. Hyde trató de agarrarlo haciendo que ambos cayeran, y ya en el piso Hyde lo volteó con fuerza comenzando a gritar.
— ¡GACKT! ¡GACKT! ¡AYUDENME POR FAVOR!
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Despertó por no se sabe qué vez en un hospital, con la visión algo borrosa notó que estaba sobre una camilla de emergencias aún con su ropa común.
— ¡Gac-chan! —Hyde estaba a su lado — ¡Despertaste! Gracias a Dios… — lo abrazó con calidez llorando mientras lo hacía.
—Hyde… ¿Qué pasó?
—Te desmayaste… me asusté mucho… Te dije que no era una simple infección debe ser algo más Gac-chan…
— ¿Qué dijo el doctor?
— Sólo se preocuparon en hacerte reaccionar, y ahora te harán los análisis.
— ¡Camui-san! — Su médico ingresaba de forma alegre con su expediente en manos. — Vaya que nos dio un susto, pero ahora que ha despertado debo pedirle que me cuente todo lo que siente, no omita detalle, luego comenzaremos con los análisis.
Entonces comenzó la entrevista, duró un buen tiempo, luego le realizaron unos largos y tediosos análisis incluyendo los de sangre que tanto odiaba. Así se la pasaron todo el día en el hospital, y Hyde no se separó de su lado ni un segundo, aún perdiéndose la exposición que tenía ese día.
—Bien Camui-san, eso es todo, sólo tómese esto… — le entregó unas pastillas — y con eso estará bien esta noche, ya mañana estarán los resultados, pero no es necesario que venga desde temprano, nosotros lo llamaremos para que venga por ellos ¿De acuerdo? — y salía.
—Muchas gracias doctor — dijeron ambos, Hyde se puso de pie e hizo una reverencia.
—Ahhh. Me alegra estar de nuevo en mi casa… — decía desperezándose y llevándose una mano al cuello, lo tenía algo entumido.
—No olvides tomar tu medicina Gac-chan.
—Ok.
Ya luego de un rato ambos estaban en la cama, ninguno podía dormir.
—Hyde… ¿Aún estás despierto?
—Gac-chan… — notó que sollozaba.
— ¿Qué pasa pequeño? — se sentó y luego de prender la luz Hyde se sentó con rapidez y se le arrojó abrazándolo con desesperación.
—Gac-chan… ¿Y si es algo grave?
—No seas tonto no pasará nada, a lo mejor es un desfase, no debes preocuparte tanto.
— ¿Y si no? Gac-chan, yo no soportaría si a ti… si te pasara algo malo…
—No me pasará nada malo… — le acariciaba la cabeza tratando de ocultar su ya evidente preocupación. — Después de todo tenemos algo muy importante, nuestro matrimonio, aún tenemos toda una vida por delante, no te preocupes todo estará bien.
— ¿De verdad?
— Por supuesto…
Así permanecieron un rato hasta que sintiendo la calidez de la persona amada, pudieron caer en los brazos de Morfeo incluso sin apagar la luz.
Al día siguiente ya ambos tomaban el desayuno, Gackt se sentía mejor así que desayunaba algo ligero, de pronto sonó su celular.
—Moshi, moshi.
—“Buenos días Camui-san, le hablo del hospital para informarle que ya tenemos los resultados de sus análisis, debe venir a la brevedad posible, su médico le dará la información y me pidió decirle que es mejor que venga con un familiar cercano.”
Por un minuto se quedó en silencio ¿A la brevedad? ¿Un familiar cercano? Sintió una opresión en el pecho.
—Ok, entiendo… ahí estaré. — colgó.
— ¿Era del hospital?
—Si Haidito, ya tienen los resultados.
—Entonces te acompaño.
—Claro que no pequeño irresponsable.
— ¡¿Qué?!
—Ayer ya faltaste a tu exposición y si mal no recuerdo hoy tienes una disertación, llevas preparándote para eso toda la semana.
—Pero…
—Nada de peros, ayer estuviste conmigo todo el día y ahora debes cumplir con tus responsabilidades.
Hyde lo miraba con algo de tristeza.
—Ok… pero llámame en cuanto tengas los resultados ¿Si? Te odiaré el resto de mi vida si lo olvidas.
—jajajaja, no lo olvidaré.
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—Buenos días Camui-san…
Ya en el hospital su médico lo saludaba, ambos sentados frente a frente separados por un escritorio, el médico de blanco, como se esperaba de un galeno y Gackt de traje, pues luego debía ir a su banco, prefirió hacerlo así, de forma optimista.
— Etto… ¿Vino solo…?
—Si doctor, ya soy un adulto, no necesito que alguien me traiga de la mano.
—Pero…
—Si se refiere al “Apoyo Familiar”, no lo necesito, simplemente dígame que tengo y luego se lo diré a mi familia, es mi derecho ¿No? Ya que soy el principal afectado, es mi derecho si quiero estar solo.
—Bueno… — el doctor estaba algo sorprendido. — Antes de que se lo diga, necesito hacerle algunas preguntas y le pido que sea sincero en sus respuestas… — Gackt asintió suspirando — según los análisis de sangre, su torrente sanguíneo lleva tiempo libre de residuos medicinales, eso significa que hace tiempo que usted no toma medicinas ¿Verdad?
—Así es.
—Y según su expediente, veo que usted estuvo internado en una clínica psiquiátrica hace ya tiempo, por alrededor de cinco años ¿Cierto? Ok, por las características de su enfermedad era obvio que le suministrarían varias medicinas, ansiolíticos, antidepresivos entre otros. Fue una gran cantidad, no obstante de acuerdo a lo soportable para el cuerpo, pero necesito que me diga si alguna vez tuvo una sobredosis con estos medicamentos, si en su juventud ya los tomaba o si consumió algunas drogas del tipo oral.
—Etto… cuando estaba en el instituto… yo sí consumí drogas, y si con oral se refiere a pastillas, sí, consumí pastillas, una vez lo hice en gran cantidad y tuve una sobredosis, una amigo me salvó y las dejé…
—Ese puede ser el origen…
— ¿Origen?
—No, nada, continúe por favor.
—Ya cuando ingresé el sanatorio, tenía mi prescripción pero…
— ¿Pero?
—A veces me robaba los medicamentos de los otros y me los tomaba todos al mismo tiempo, fui a parar muchas veces al hospital por sobredosis también… ya una vez que salí de ahí tuve una situación difícil y tomé ansiolíticos sin prescripción que me causó un leve infarto…
—Vaya… es la razón…
— ¿Qué tengo doctor? ¿Qué tiene todo esto que ver?
— Seguramente cuando se drogó en su juventud una pequeña ulcera se formó y ya luego con los años… una vida de medicamentos e incidentes estresantes… — hablaba para sí mismo.
— ¿Eh?
— Estoy tratando de decirle que…
— ¡Vamos doctor! ¡¿Qué tengo?! ¡Dígalo de una vez!
Hubo un largo silencio, ambos lo necesitaban.
—Es cáncer… Camui-san… Cáncer de estómago…
Continuará…