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Sin ti no muero, pero tampoco vivo por MissTakarai

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Notas del capitulo:

Ya prontito se acerca el final uuuuu :(

CUANDO UNA VIDA NO ES SUFICIENTE

 

Se sentía terrible, la cabeza le daba vueltas, incluso el efecto de la medicina parecía estar pasando pues volvía a sentir dolor. Y ya recostado en su cama, intentaba ponerse de pie cuando de pronto llamaron a la puerta.

—Vaya… ya se estaba tardando…

Caminó con las fuerzas que le quedaban hasta la puerta y la abrió.

—Ya era hora de que llegaras Ken, ya… — levantó el rostro y la palidez que tenía se hizo más acentuada cuando vio a la persona que tenía en frente. — No puede ser…

Por un segundo creyó que las alucinaciones que había padecido los últimos días debido a la temperatura que tenía con frecuencia le estaba jugando una mala pasada. Frente a él estaba Hyde, respirando agitado como si hubiera corrido y con algunas lágrimas bañándole las mejillas.

—Gackt…

— ¡No! Esto no puede ser… no puede estar pasando…

Se alejó de la puerta conforme Hyde se internaba en el lugar, retrocedía aterrado sin saber por qué, hasta que la pared se puso en su camino, estaba acorralado. Y justo entonces el dolor se hizo presente nuevamente y sin poder evitarlo, necesitaba ir al sanitario. Se llevó una mano a la boca y corrió por un costado alejándose de Hyde y llegando a la puerta del baño. Entró y cerró la puerta con llave para que nadie entrara.

— ¿Gackt…?

Lo vio correr alejándose de él con una mano en la boca, quiso seguirlo pero ya Gackt se había encerrado. Entonces llegó Ken quien corriendo también entró.

—Vamos Hyde… pudiste… espe… esperarme…

— ¡Gackt!

— ¿Qué pasa Hyde?

— ¡Gackt! ¡Ábreme por favor!

Ken se acercó a la puerta del sanitario también, aquella a la que Hyde golpeaba con desesperación.

— ¡Gackt!

— ¡NO! — gritó desde dentro.

— ¡Gackt! — Gritó Ken llamando también a la puerta — ¡Por favor, abre! 

Entonces lo oyeron vomitar.

— ¡GACKT! —  gritó Hyde golpeando con mayor desesperación.

— ¡LARGATE! — Gritó desde dentro — ¡LARGATE, NO QUIERO VERTE! ¡VETE!

Por un instante Hyde se petrificó mientras Ken iba hacia la mesita de noche a tomar las llaves para abrir la puerta, pero vana fue su acción porque al volverse para abrir, Hyde ya le había dado una patada a la puerta abriéndola con violencia.

Nunca antes había reaccionado de esa manera, pero oír a Gackt, sentir esa impotencia de no poder hacer nada por él mientras sentía mucho dolor lo hicieron reaccionar así. Había pateado la puerta y sin dudarlo ingresó, y lo que vio le envió un escalofrió mortal a través de todo su cuerpo, sintió como su vista comenzaba a nublarse por el shock amenazando con hacerle perder el conocimiento, pero sacando fuerzas de dondepudo logró quedarse de pie, más no reaccionaba. Ken ingresó al lugar también y hablando un par de cosas ayudó a Gackt a levantarse y sentarse sobre una esquina de la puerta. 

En el proceso Gackt hablaba con Ken y le reclamaba, le pedía explicaciones del por qué le había dicho a Hyde dónde estaba.

— ¿Por qué me hiciste esto…? — Estaba tan débil, lo que no le permitió golpearlo — Confié en ti Ken…

Pero no le contestó, se enfocó en rehuirle a su mirada y en alejarse para arreglar el desastre de la puerta, pero al mirar al interior del inodoro, se quedó igual que Hyde. Lo que ahí había era sangre pura.

— ¿Me preguntas por qué? ¡¿Por qué?! ¡Por esto Gackt!

Gackt nunca antes lo había visto de esa forma. Por un momento se estremeció.

— ¡Yo no te pedí que hicieras nada! ¡Sólo te pedí que me ayudaras a guardar el secreto! ¡Yo…!

Pero pronto ya no pudo ver más a Ken pues frente a su visión apareció el estomago de Hyde, levantó la mirada y lo miró de frente pero no duró mucho así. Ken sólo pudo oír el fuerte sonido de una cachetada que resonó por toda la habitación.

Y aún así, ladeado por la bofetada sintió como las manos de Hyde recorrían su rostro de forma gentil haciendo que lo mirara, entonces lo soltó y se alejó, ambos lo miraban intrigados hasta que lo vieron volver con una fuente de agua y unas toallas.

—Tienes fiebre… — le dijo con la voz quebrada introduciendo una toalla y humedeciéndola para luego ponérsela sobre la frente mientras que con otra le limpiaba la comisura de la boca, no lo miraba a los ojos sólo se concentraba en su labor.

Más luego de un rato Gackt le tomó las manos y las alejó de él.  

—Hyde… por favor… no…

—Ya estoy harto… — dijo con la voz aún más quebrada, Gackt lo miró con intriga — Ya estoy tan cansado de ser siempre la víctima, de ser el débil, de ser aquel al que todo el mundo debe proteger… — ahora lloraba — Perdóname Gac-chan…

—Hyde…

—Fui un idiota sacando mis propias conclusiones, y ahora no voy a preguntarte “por qué” pues la respuesta es obvia… pero déjame decirte algo, yo ya no soy el mismo Hyde de antes… ¡No lo soy! — Lo tomó del rostro y lo besó, Gackt simplemente se perdió en ese beso — Ahora déjame que sea yo quien te proteja… quien te cuide, quien vele por ti… ¿Me lo permitirías?

—Hyde… yo no quiero que me veas así… — grandes cantidades de lágrimas corrían por sus mejillas — Ya pasaste por muchas cosas, no quiero que vivas este infierno… no quiero que…

—Gac-chan… — le puso un dedo sobre la boca silenciándolo — ¿Olvidaste lo que te dije? Si tuviera que pasar por el infierno nuevamente para alcanzar el paraíso, lo haré una y mil veces si con eso lo alcanzo junto a ti…

Esta vez fue Gackt quien lo besó. Un gran peso se había caído de sus espaldas ahora que tenía a Hyde a su lado de nuevo, pese a todo. Se besaban con pasión, pequeños besos llenos de alegría y dolor hasta que se abrazaron con fuerza, como si de un anhelado reencuentro se tratase.

— Perdóname Hyde…

—No tengo nada que perdonarte Gac-chan… yo te amo, es todo lo que debe importarte…

Ken los miraba y luego de un rato salía tratando de dejarlos un rato a solas. Sonreía ahora que había vuelto a arreglar las cosas por enésima vez. “Ufff,  ¿Cómo es que siempre termino metido en estas cosas?” se preguntaba mientras suspiraba sonreía y negaba con la cabeza. De pronto escuchó los gritos de Hyde.

— ¿Gackt? ¡¿Gackt?! ¡GAC-CHAN!

Volvió a entrar y esta vez Hyde sostenía en sus brazos a un Gackt totalmente inconsciente.     

._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

—Ahora está estable. — respondía el doctor ante la pregunta intempestiva de Hyde cuando salió a informarlos. — Pero debo ser honesto… las cosas avanzaron más rápido de lo que me esperaba… deberá quedarse aquí, ya ni tanto por el tratamiento sino para hacer que sus últimos momentos los pase con el menor dolor posible…

—Hyde… — Ken lo vio alejarse con los ojos abiertos de par en par, pensó que en cualquier momento se desmayaría, — Hyde… tranquilo…

—No Ken… ya lo dije, estoy harto de ser siempre la victima… ¿Podemos verlo doctor?

—Por supuesto…

Ambos entraron a la sala y Gackt estaba ahí, durmiendo, con varios aparatos conectados a él. Hyde se puso a su lado y comenzó a acariciarle la cabeza. Para ken eso era asombroso, que Hyde no hubiera perdido el control, que se mantuviera tan frio ante la situación.

—Hyde… no es necesario que hagas esto…

— ¿A qué te refieres?

—A que hasta ahora sólo estas siendo condescendiente… estás tomando esto mejor de lo que pensaba, ¿O debería decir peor? Si deseas llorar sólo hazlo.

—No, Ken… él no necesita eso, necesita a alguien que seque sus lágrimas cuando llore, debo ser valiente ahora, se acabaron las lágrimas, se acabó la debilidad…

—Pero Hyde, y… y cuando él…cuando muera…

— ¡Cállate!

—…

—Lo siento… pero no vuelvas a decir eso ni en broma…

Ken comenzó a sentirse terriblemente mal, estaba bien que Hyde reflejara valentía más que nada por ser el principal apoyo de Gackt, pero de ahí a que negara el inevitable desenlace… claro, él tampoco quería aceptar que Gackt moriría, eso lo estaba destrozando por dentro, pero de ahí a negarlo… eso sería peor cuando…

 

El tiempo transcurría, y Gackt parecía estar bien, lo que hacía que la esperanza de Hyde creciera cada vez más, aunque debía aceptar que cada vez estaba más débil, pero sacudía la cabeza y prefería pensar positivamente. Sin embargo, cada vez que Gackt sentía dolor, su fuerte temple se desvanecía y le daba tantas ganas de salir corriendo, pero había logrado hacer frente a esa situación gracias a Ken quien estaba siempre a su lado y le decía que todo estaría bien, cuando los sacaban de la habitación y no podían hacer nada más que con impotencia oír los gritos. Afortunadamente contaba con mucho apoyo. You había vuelto de América, y los acompañaba siempre, era una persona increíble pues usaba de sus habilidades profesionales para darles  ánimos, incluso había conocido a Yuki Awaji, quien venía en representación de Tetsu quien le brindó todo su apoyo y que junto a Ken hacían todo lo posible para conseguir que lo permitieran salir al menos por unas horas y acompañarlo.

Ya luego de casi un mes, cierto día lo habían convencido de que fuera a casa a descansar pero sólo duró unas horas y volvió, llamó a Ken para decirle que volvía así que no le importó las veces que le dijo que se tomara el día, él ya estaba en camino. Bajó del taxi e ingresó en el hospital, llevaba en sus manos un par de gelatinas “Aiyu” un postre Taiwanés que a Gackt le gustaba mucho. Caminó por entre los pasillos hasta llegar a la habitación, entonces entrando como acostumbraba un grito lo asustó.

— ¡SORPRESA!

Casi se va de espaldas al ver a todos sus amigos ahí gritando y sonriéndole. Se quedó mudo.

—Hyde… — dijo Gackt haciendo que todos guardaran silencio y se apartaran formando un camino hacia su cama. — Hyde… ¿Me harías el honor de casarte conmigo?

Ante las palabras Hyde dejó caer la bolsa donde llevaba las gelatinas y tapándose la cara se puso a llorar. Ken fue hasta él y lo abrazó, muchos aplaudían.

— ¡Ey Hyde!  — escuchó una voz tras de sí.

— ¡Tetsu! — corrió hasta él y se abrazaron pese a las esposas que tenía, Hyde no paraba de llorar.

—Vamos pequeño, no hicimos tantas cosas junto a Ken para que pueda salir y pasármela viéndote llorar ¿Cierto? — se separaron.

—Hola cariño…

— ¡Chacha! — no podía creer que su preciado amigo de Estados Unidos haya venido para estar presente en su matrimonio, así lo abrazó.

—Vamos cariño, seca esas lágrimas, es cierto que te ves adorable cuando lloras, pero ahora no es el momento… venga…

Lo tomó de una mano y lo separó de él, entonces con una mano le mostró el camino hacia Gackt.

—Gac-chan…  

El estaba sentado en la cama, se veía increíblemente bien, incluso Hyde podía jurar que estaba totalmente sano. Gackt extendió una mano y tomó la suya, puso una cajita en su palma, Hyde la abrió y vio un hermoso anillo, se tapó la boca y lloró con más fuerza. Muchos reían, le daban palmaditas en la espalda y le acariciaban el cabello, sin duda pese a las lágrimas este era el momento más feliz de su vida.

Esperaron a que se calmara un poco y entonces entró un sacerdote. Todos los presentes guardaron silencio y así el religioso comenzó la ceremonia. Dijo muchas cosas, fue un lindo discurso que reflejaba todo lo que ambos habían pasado para poder estar juntos, pero algo llamó la atención de Hyde, y fue cuando el Padre dijo que muchas veces una vida no es suficiente, que es insignificante comparada con la felicidad venidera de una vida eterna al lado de los seres amados. Hyde no pudo evitar soltar un par de lágrimas ante aquellas palabras.

Entonces llegó el momento de sellar el pacto.

Ambos tenían los anillos en sus manos y Gackt puso uno  en el dedo de Hyde y Hyde el otro en el dedo de Gackt.

—Con estas alianzas unen sus vidas y ahora son uno, de ahora y para siempre. Sean muy felices. — terminó diciendo el sacerdote

Los bendijo y se fue.

Los aplausos se hicieron presentes una vez más cuando ambos se besaron con tanto amor que incluso la hermana de Gackt lloraba. Pronto los abrazaron y felicitaron.

Pasaba el tiempo y poco a poco todos se retiraban, no era posible que se quedaran por mucho debido a que estaban en un hospital. El primero en irse fue Tetsu ya que debía volver a una hora específica, se retiró junto a Yuki.

—Muchas felicidades Takarai-san…

—Por favor, sólo dime Hyde… ya eres parte de todos nosotros.

—Muy bien Hyde, te deseo toda la felicidad del mundo.

—Hyde… — se acercó Tetsu, y volvieron a abrazarse. — escucha… ten fe…

—Nunca la he perdido Tet-chan.

—Sabes que siempre puedes contar conmigo, así que deseo que seas muy feliz, ahora y siempre ¿Si? Te lo mereces…

Poco a poco todos se fueron, incluso Ken quien aunque siempre los acompañaba prefirió dejarlos solos esa noche.

Pasaron las horas y tanto Hyde como Gackt estaban acostados en aquella cama de hospital, abrazados, sintiéndose las personas más felices del mundo, ahora que habían unido sus vidas no importaba todo lo que les rodeaba, así fuera un lujoso hotel o un hospital, lo importante es que se tenían el uno al otro.

— ¿Qué te parece si vamos a Francia para nuestra luna de miel? — dijo Gackt de pronto.

— ¿Francia? Pero Gac-chan…

—Comprendo bien la situación… sé que tal vez sea imposible… pero me gusta mucho soñar despierto…

— ¡No digas eso Gac-chan! — Se sentó mirándolo con el ceño fruncido — por supuesto que iremos…  ya lo veras… haré todo lo posible y hasta lo imposible para que podamos ir, tú no te preocupes por nada, estoy seguro que saldremos de esto…

—Sí ¿Verdad…? — Sonrió

—Iremos por las calles parisinas… — volvió a acostarse — y atravesaremos el arco del triunfo… nos sacaremos fotos en la torre Eiffel…

—Y haremos el amor en los campos Elíseos…

— ¡Gac-chan!

—Jajajaja

—Además los campos Elíseos es un lugar público… — estaba sonrojado.

—Lo sé… pero la verdad… tengo tantas ganas de salir ahora y gritarle a todo el mundo que ahora estamos casados… que la felicidad no cabe en mi pecho Hyde… al fin estamos unidos…

—Gac-chan… — se abrazó a él con más fuerza.

—Hyde… Mi Hyde… que bien suena eso, y ¿Sabes? Es como si estos anillos tuvieran un vínculo especial que hace que me transmitas toda tu energía… todo tu amor… que me siento tan bien, de verdad, no me había sentido así hace mucho, es casi como si no tuviera nada…

— ¡Eso es muy bueno Gac-chan! — dijo con gran alegría, ¿Era posible, tal vez que se esté recuperando?

— Y me pregunto, si dicen que el amor es capaz de hacerlo todo ¿Si éste no podría hacer un milagro?

—Puede Gac-chan, el amor lo puede todo… — se besaron con pasión, hasta que la falta de aire los hizo separarse.

Ambos volvieron a acomodarse abrazados el uno al otro y se quedaron en silencio hasta que Hyde sintió lo húmedo de las lágrimas de Gackt en su frente.

— ¿Qué pasa Gac-chan? ¿Te duele? — volvió a sentarse preocupado.

—Nada amor… — lo hizo recostarse y lo volvió a abrazar. — Lloro de felicidad… Te amo… te amo con todo mi ser…

—Yo también te amo Gac-chan… con mi alma, mi cuerpo, mi mente…

— Una vida no será suficiente…

—No lo será… — recordó las palabras de sacerdote, pero con un sopapo mental prefirió alejar esos pensamientos de su ser.

—Te amo…

—Te amo…

Se quedaron así, abrazados, diciéndose el uno al otro cuanto se amaban, hasta que sin poder más se quedaron dormidos.

._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

Caminaba por un lugar sumido en la oscuridad, no sabía dónde estaba, sólo andaba a tientas llamando a grandes voces los nombres de sus amigos. De pronto cuando dio un paso más el suelo desapareció y comenzó a caer en picada hacia la nada, lo único que podía hacer era gritar y gritar mientras caía. De pronto una luz comenzó a hacerse presente delante de él, iluminando aquella caverna por la que caía, miró hacia atrás y pudo ver con horror que abajo lo esperaban un montón de rocas afiladas como agujas, continuó gritando hasta que escuchó una voz.

—Hyde…

Miro nuevamente hacia adelante y ahí estaba Gackt, era él quien irradiaba luz como un bello ángel que caía junto a él. Entonces Gackt lo tomó de un brazo con ambas manos, se giró en el aire y con gran fuerza se impulsó arrojándolo hacia arriba. Hyde ahora veía con horror mientras ascendía que Gackt caía en su lugar hacia aquellas rocas.

— ¡Gackt!

Éste sonreía en un gesto de despedida.

— ¡GAAAAACKT!

 

Se levantó sobresaltado, sudando, al menos era lo que él creía, pero cuando se tocó el rostro sólo un lado estaba húmedo, vio a Gackt y éste temblaba descontroladamente sudando y gimiendo de dolor.

— ¿Gac-chan…? ¡GAC-CHAN!

Al no abrir los ojos se puso de pie de un brinco y salió corriendo.

— ¡Ayudaaa! ¡Ayúdenme por favor!

Un grupo de enfermeras corrieron junto a los médicos. Se hizo presente el doctor principal de Gackt.

— ¿Qué pasó? — le preguntó a Hyde mientras entraba y sacaba su estetoscopio

— ¡No lo sé! Estaba todo bien — lloraba y temblaba descontrolado — estuvimos hablando, pero me dormí por un rato y cuando desperté…

El doctor abrió la bata de Gackt y comenzó a oír su corazón. Se levantó asustado y llamó a un especialista, daba órdenes por aquí y por allá, enfermeras las acataban mientras corrían presurosas, le inyectaban sueros mientras un residente entubaba a Gackt. Hyde sólo miraba con horror.

— ¿Qué pasa? ¡¿Qué está pasando?! — Comenzó a descontrolarse — ¡Dígame!

— ¡Por favor Takarai-san debe salir de aquí!

— ¡No! ¡DÍGAME QUE GAC-CHAN SE PONDRÁ BIEN! ¡DIGAMELO POR FAVOR!

—seguridad por favor…

Unos oficiales sujetaron a Hyde y lo sacaron casi arrastras mientras él sólo llamaba a su amado a grandes voces.

 

Ken corría como un loco por entre los pasillos del hospital, ya eran cerca de las tres de la mañana cuando arribó luego que lo hicieran llamar para decirle que Camui se había puesto mal y que Hyde estaba totalmente descontrolado. Pero para cuando llegó vio a Hyde sentado en una de las bancas frente a la  habitación de Gackt con un par de oficiales de seguridad a ambos lados.

—Hyde…

— ¡KEN! — se arrojó sobre él y lo abrazó llorando incontrolablemente.

— ¡¿Qué pasó pequeño?! 

— ¡No lo sé! ¡Estaba todo bien hasta que me dormí! ¡Ahora ellos entran y salen como locos y no me dicen nada! ¡Entran toda clase de médicos llevando algunos aparatos y yo no sé qué pasa!

En efecto Ken observaba el movimiento que había, gente vestida de blanco saliendo y entrando. Pasaron unos minutos más y todo quedó en silencio.

Ken y Hyde se separaron conteniendo la respiración. Pasaron unos segundos y el doctor principal salió de la habitación. Hyde se le acercó con parsimonia escuchando el sonido de sus pasos y su respiración.

—Doctor…

—…

— Doctor por favor…

—Lo lamento mucho Takarai-san…

Continuará…

 

Notas finales:

Cometarios jejejeje


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