CUANDO MI INFIERNO COMENZÓ
La puerta se abrió estruendosamente, como si la hubieran pateado para hacerlo.
— ¡¿QUÉ DEMONIOS HAN HECHO?!
El timbre anunciando el comienzo de la jornada escolar aún no había sonado y todos los que ya se encontraban en el aula se sobresaltaron ante el intempestivo ingreso y alaridos del millonario Camui. Sus amigos más cercanos lo miraban con intriga ante la pregunta, no entendían de qué estaba hablando.
—Fuera de aquí… — ordenó a los otros alumnos, aquellos que no pertenecían a su pandilla. — ¡DIJE FUERA!
Todos se levantaron y salieron sin rechistar, nadie podía decirle que no a Gackt por ser quien era. Una vez que el último salió cerró de un portazo tras de éste.
— ¿Qué pasó? ¿Por qué nos gritas? — preguntó uno de ellos, uno del grupo de cinco que lo veían curiosos.
— ¡¿CÓMO QUE QUÉ PASÓ?! ¡¿POR QUÉ PUBLICARON EL VIDEO SIN CONSULTARME?!
— ¿Sin consultarte? ¿Por qué tendríamos que hacerlo? Si fue lo convenido desde el principio… — contestó otro sonriendo sínicamente.
Gackt se quedó frio, sin saber que argumento dar ahora.
— ¡Lo sé! ¡Pero…! Pero…
— ¿Estás diciendo que te arrepentiste?
—… — se quedó en total silencio.
—Jefe… — habló otro — la idea de todo esto fue nuestra, eso sí, pero usted estuvo de acuerdo, dijo que no soportaba al tal Takarai, que detestaba como siempre parecía estar cubierto de esa “pureza” y que quería comprobar si era tan inocente como aparentaba… Pues lo conseguimos jefe, pudimos confirmar que el tal Hyde no es más que un tipo promiscuo que se oculta tras esa facha de mojigato… — todos rieron.
— ¡NO NECESITO QUE ME RECUERDES LO QUE DIJE! Es sólo que… creo que nos equivocamos…
— ¿Nos equivocamos?
— Él no es así… ¡Hyde Takarai no es así! ¡Él es un ser especial, un ser puro que carece de malicia! ¡Yo pude comprobarlo, él no se merecía esto! ¡NO SE MERECÍA LO QUE LE HICIMOS! ¡DEBIERON PREGUNTARME ANTES DE PUBLICARLO YO YA NO QUERÍA HACERLO! ¡ÉL es…! Él es un ángel!
—Si claro, un ángel que se acuesta con cualquiera que se lo pida — comentó uno y todos estallaron en risas.
—Me arrepiento… — luego de un rato Gackt susurró como si hablara consigo mismo, los otros guardaron silencio.
— ¿Qué se arrepiente? Pero jefe, usted jamás se arrepintió de nada, creo que ya está envejeciendo — volvieron a reír.
—Sí, me arrepiento de lo que hice, pero más que nada me arrepiento de haberlos conocido, de haber formado este grupo, así que, más les vale que mañana no los vea yo aquí y que se vayan muy lejos a otro colegio o van a saber de mí…
Los miró fijamente todo el tiempo hasta que se dio vuelta y salió del aula con un portazo tras de sí. Caminó por el pasillo totalmente furioso haciendo que todos los alumnos que se ponían en su camino se alejaran aterrados. Estaba consumido por la ira, porque sabía que lo que había dicho aquel tipo al final era cierto: Gackt Camui jamás se había arrepentido de nada, entonces ¿Por qué lo hacía ahora? ¿Qué le estaba pasando? ¿Qué le hizo ese tal Hyde? La cabeza le reventaba con estas preguntas, además de no saber qué hacer ahora, quería encontrarlo, eso lo tenía bien claro, pero no sabía dónde buscarlo, lo más probable era que estuviera en su aula, pero ahí también estaría Tetsuya Ogawa.
“Ese maldito…” pensó, pues lo odiaba. La fortuna de Ogawa era sólo uno poco inferior a la suya siendo considerado el tercero más poderoso del Japón, y aún así, pese a tener tanto poder nunca se aprovechó de nadie ni se vio envuelto en problema alguno, de hecho era el mejor alumno del colegio luego de Hyde, era ejemplar y correcto, cosa que su padre nunca dejaba que olvidara, comparándolo constantemente con él. Así, Gackt aceptó hacer todo esto no sólo para hacer caer a Takarai, sino para fastidiar a Tetsuya, pues era bien sabido en el colegio que andaba enamorado de Hyde.
Pero todo se salió de control, ahora él era quien… creía que… se había… — ¡No! No es posible— se dijo sacudiendo la cabeza. Necesitaba encontrar a Hyde lo más pronto posible y alejarlo del colegio para que no se enterara de lo del video, claro, si no lo había hecho ya.
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A él le habían enviado el video completo, ya que este no estaba editado con la gradación de censura al igual que el de Ken y el resto del colegio. Él sabía bien con quien había estado su adorado Hyde por lo que ahora no quería verlo, tenía roto el corazón.
— Camui… maldito infeliz — mascullaba apoyado pesadamente sobre uno de los barandales, en una terraza del último piso de ese bloque con vista a las montañas.
Quería estar solo, pero entonces una puerta tras él, se abrió estruendosamente.
— ¡TETSU! — Era ken quien entraba totalmente descontrolado.
— ¿Qué pasó?
—Es Hyde… está en la enfermería…
Sin esperar por una explicación, lo rebasó y salió corriendo bajando las gradas a toda velocidad, Ken lo siguió, ambos corrieron hasta la enfermería y una vez ahí entraron intempestivamente. El pequeño estaba sobre una camilla del lugar y una de las enfermeras estaba a su lado, le tomaba el pulso.
— ¡¿QUÉ LE PASÓ?! — sin medir su volumen Tetsu le estaba gritando a la enfermera.
— ¡No puede gritar en este lugar!
No le importaba, es más, la hizo a un lado.
— ¡¿Y el doctor?!
—Ya viene amigo… por favor tranquilízate.
— ¡¿CÓMO ME PIDES ESO?! ¡¿DIME QUE PASÓ?!
—Ya se enteró de lo del video…
— ¿Qué…? ¿Cómo que se enteró? — Estaba atónito — ¡¿Acaso no lo sabía?!
— ¡¿Por qué crees que está así?! ¡No sabía nada! Cuando le mencioné lo del video… debiste ver su cara… se lo mostré y…
—Le tendieron una trampa… — Ogawa sentía que su pecho le iba a reventar — ¡LO ENGAÑARON KEN!
— ¡Debemos averiguar quién fue y hacer que pague por esto!
— ¡No hay necesidad de hacerlo! — Estaba sollozando ya — Fue Camui Gackt…
— ¿Qué…? No, no es cierto… — no lo podía creer pues él conocía a Gackt desde siempre y si bien conocía de sus malos pasos nunca lo creyó capaz de algo así.
— ¡LO ES! ¡¿QUIERES CONVENCERTE?! — prácticamente le arrojó su celular, Ken lo cogió y viendo el video se quedó mudo. — ¡ESE INFELIZ LO HIZO!
Corrió hasta una esquina donde había un atizador de chimenea. Ken supo lo que pretendía así que trató de detenerlo, ambos forcejeaban pero justo en ese momento Hyde abrió los ojos aterrado como si despertara de una pesadilla.
— ¡Hyde! Augh…— Tetsu no comprendió de principio lo que le pasó, pero ya estaba casi sobre la camilla de enfrente luego del terrible puñetazo que recibió en la mejilla izquierda al momento que se separó de Ken y quiso abrazar a Hyde.
Entonces dentro de la enfermería se oyó un grito desgarrador.
— ¡AAAAAHHHHHHHHH!
Hyde estaba fuera de control. Se bajó de la camilla y corrió hacia una de las esquinas donde se acurrucó abrazándose a si mismo llorando y temblando en total descontrol, Ken no supo cómo reaccionar, ¿A quién debía ayudar? ¿A Tetsuya o a Hyde? Afortunadamente Tetsu se incorporó y velozmente se arrodilló a un par de metros cerca de Hyde. Ken se puso tras de él mientras la enfermera salía corriendo buscando al doctor o a los de seguridad.
—Hyde… — Tetsu trataba de calmarlo acercándose de a pocos. — Hyde soy yo… Y también está Ken…
— ¡ALÉJENSE! ¡ALÉJENSE DE MÍ! — se encontraba en un limbo entre la realidad y su pesadilla.
—Hyde… mírame… por favor cálmate… Soy yo, Tetsuya…
— ¿Tetsu?
—Si… estoy aquí a tu lado, estoy aquí para ayudarte — se acercó y logró poner una mano sobre su hombro izquierdo, pero ese fue un error.
— ¡NO ME TOQUES! —Hyde volvió a gritar.
Se puso de pie y empujó con violencia a su amigo que cayó de espaldas sobre las piernas de Ken, quien por el peso trastabilló a punto de caer. Entonces Hyde halló un espacio para poder escapar y, saliendo corrió sin oír los gritos de sus amigos exclamando su nombre. No le importaba, es más, no quería ver a Tetsu, no quería estar cerca de él, pues algo le había quedado bien claro: que todos lo buscaban sólo para eso, para usarlo, no le quedaba duda de que si le hubiera dado la oportunidad, lo primero que Tetsuya hubiera hecho sería haberlo llevado a la cama. Ya no le quedaba nada, ya no confiaba en nadie, lloraba desesperadamente corriendo por entre los pasillos tratando de salir de ese lugar que, maldita sea, era tan grande. Pero antes debía encontrarlo, debía encontrar a Gackt y debía pedirle una explicación. ¿Una explicación? ¿Por qué debía pedirle una? Si estaba todo claro, ¿Qué le preguntaría? ¿Por qué lo hizo? Que pregunta más tonta. Entonces redujo el paso, su mente se había perdido en un punto en el vacío, mientras ahora caminaba con la mente totalmente en blanco. Entonces las escuchó.
— ¿Te enteraste? Dicen que Camui-sama se irá del país cuando termine el colegio. — decía una muchacha a su amiga sacando algunas cosas de su casillero.
— ¿De verdad? ¿A dónde?
—A los Estados Unidos, dicen que ganó una beca en Harvard para estudiar derecho.
—Claro, después de todo es su último año en secundaria… ¿Pero se ganó la beca o es que su papito le pagó a todo el mundo para que lo aceptaran?
— Escuché que la ganó…
Y se fueron hablando.
Entonces sonrió. “Que estúpido” pensó para sí, ¿En qué estaba pensando? ¿Cómo pudo creer que en algún universo por muy paralelo que fuera su camino podría llegar a ser el mismo que el de Camui? Entonces lo entendió, el único culpable de todo era él mismo.
La única vida que se había detenido era la suya, pues todo seguiría su curso, incluso Gackt se iría al extranjero y su vida sería tan normal como siempre, incluso Tetsuya, incluso Ken, todo pasaría para ellos, menos para él. Todo se detuvo, “Ya todo se terminó” pensó, fue sólo su error y ahora debía pagar por ello.
Caminó como autómata por entre los pasillos, ahora sabía bien a donde debía ir.
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Corría totalmente desesperado, fue hacia el curso del pequeño y no lo encontró, es más, cuando preguntó por Hyde Takarai todos se rieron, era obvio que ya el video se había propagado por el colegio como un virus, afortunadamente uno de ellos le dijo entre risas que se lo habían llevado a la enfermería; corrió entonces hasta allá y tanto el doctor como algunos guardias de seguridad lo buscaban también, pues al parecer se había escapado de allí totalmente descontrolado. Ya era tonto preguntarse si había visto o no el video. Volvió a correr sin saber bien a donde iba, quería encontrarlo, pero ¿Para qué…? Entonces dejó de correr, ya sólo caminaba con la mirada perdida. ¿Para qué lo buscaba? ¿Qué le iba a decir, que él (aunque era una mentira) no sabía nada de que los habían grabado? ¿O que simplemente lo disculpara?
Perdido en estas cavilaciones lo vio. Estaba a casi cinco metros de él y, pese a la distancia ambos se vieron fijamente, Hyde tenía las mejillas cubiertas de lágrimas. Gackt avanzó unos pasos llamándolo por su nombre en un susurro extendiendo un brazo como si así fuera a alcanzarlo, deseaba tanto abrazarlo, pero entonces Hyde sacudió la cabeza con fuerza y sin más se puso a correr en dirección opuesta a Gackt.
— ¡HYDE ESPERA! — corría tras de él.
Estaba bastante lejos de su ángel, pero no se daría por vencido. Corrió por ese extenso pasillo llamándolo, hasta que llegó a la esquina que unía ese pasillo con otro, pero de pronto se detuvo en seco retrocediendo de forma violenta para esquivar un florero que había sido arrojado directamente contra su persona. Ya detenido, miró desde dónde había venido el ataque. Ahí estaban parados Tetsuya Ogawa y Ken Kitamura, éste último lanzaba miradas aterradas a ambos sin poder creer que Tetsu hubiera arrojado uno de los tantos floreros que había en todos los pasillos de esa elegante escuela en contra de la humanidad de Camui. Entonces Ogawa se acercó caminando desafiante, Gackt se preparó para una pelea, pero en su lugar, Tetsu giró por la esquina y se fue corriendo tras de Hyde llamándolo con gritos suplicantes. Gackt quiso correr también pero de un momento a otro fue empujado con fuerza contra los casilleros en el costado derecho siendo acorralado por su amigo de la infancia Ken.
—Ni siquiera lo intentes Camui… — le susurraba lleno de ira amenazándolo — Tú menos que nadie debe acercársele a Hyde, será mejor que te alejes lo más que puedas de él o terminaré por mandar al diablo toda nuestra amistad de la que ahora me arrepiento y te arrojaré por la primera terraza que encuentre… — lo soltó dirigiéndose en dirección a la que se había ido Tetsu, dejando a su ex amigo totalmente congelado.
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— ¡Maldita sea ¿Dónde está?! — gritaba para sí Tetsu, mientras miraba por todas partes sin visualizar por ninguna a Hyde.
Se reprochaba el haberse detenido para arrojarle ese florero a Gackt, pero debía alejarlo de su pequeño. Estaba como loco sin saber para donde había ido Hyde, a lo mejor ya había salido del colegio.
Por un rato sólo caminó pues ya no daba más, se odiaba ahora mismo por ser tan poco atlético, entonces oyó el grito de una chica. Al ser el colegio de los niños y jóvenes más ricos del Japón, ese lugar era tan grande que contaba incluso con un pequeño puente que pasaba por encima de un rio, ahora caudaloso por las lluvias suscitadas durante la última semana. Y ante tal grito alzó la mirada notando que provenía de una alumna, ella miraba con horror a Hyde parado en el barandal del puente a punto de lanzarse al rio.
Hyde no miraba a ningún lado, incluso no le prestó atención a la joven que gritaba, se irguió completamente de espaldas al rio y estiró los brazos. Tetsu corrió hacia él con todas sus fuerzas subiendo la pendiente del puente. Una lágrima corría por las mejillas del pequeño al momento en que se dejó caer…
— ¡ESPERAAAA! — se subió al barandal lanzándose también, se impulsó con la pierna izquierda ganando velocidad para ponerse a la par de él, lo abrazó en el aire y así ambos cayeron al agua.
Continuará…