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Lo aprendí todo de ti por Yuuki Hachiken

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Notas del capitulo:

 

Hola!

 

Aqui les traigo un nuevo capitulo de esta historia, espero que lo disfruten ya que estara protagonizado por uno de los nuevos personajes.

 

Espero que lo disfruten!

 

 

- ¡Capitán! – Demonios… justo cuando había terminado de organizar el entrenamiento de mañana - ¡Es una urgencia! – Espero que no sea una de las “emergencias” de Dylan, estoy algo harto de que haga “bromas” con la única finalidad de insinuárseme.


Me levante lo más rápido que mi adolorido cuerpo podía, lo que paso hace dos días me agoto demasiado y el agotamiento de los últimos partidos se estaba acumulando en mi cuerpo más de lo que yo mismo podía admitir, se suponía que ese encuentro era para relajarnos y bromear… pero bueno. Intente apoyarme en uno de los barandales cerca de mi cama, los instale para ayudarme a mí mismo durante las lesiones en mi tobillo, las cuales eran muy frecuentes desde que intente perfeccionar cada vez más disparos especiales.


- ¿¡Porque los italianos son tan vagos!? – Vocifero mi compañero de equipo en voz alta al otro lado de la puerta mientras me ponía una sudadera y mis zapatos ya que hacia algo de frio.

- Cuida tu lenguaje, Nice. – Le respondí finalmente una vez que abrí la puerta, pero su rostro era de total espanto, definitivamente esto era algo serio. - ¿Qué sucede?

- Uno de los estudiantes extranjeros parece que fue drogado o tuvo un ataque de ira y lastimo a otros estudiantes. – Lo mire directamente a los ojos, el había visto lo que paso y no fue nada lindo. – Contamos por lo menos a cinco heridos, dos de seriedad por lo menos.

- Nice. – Le tome de los hombros y a pesar de que era más alto que yo se encontraba temblando con descontrol. – ¿Ya llamaron a seguridad verdad?

- Si, lo hicimos capitán… pero aun así no creo que puedan con él.

- Quédate aquí, iré a ver qué puedo hacer. – Le conteste con firmeza intentando transmitirle algo de confianza.


¿Acaso era esta obra de la advertencia que habíamos recibido hace dos días?... esto debe ser una casualidad nada más, espero que lo sea o si no estaremos en un serio peligro.


Hace 2 días


Fue durante el partido que teníamos contra una escuela reconocida del país, Escola Academy, no eran precisamente una escuela que nos daría problema, pero el entrenador insistió en que podría ser perfecto para probar nuestro nuevo equipamiento y poder darle un poco más de reconocimiento al equipo, después de todo éramos nuevos.

Nuestro equipo estaba compuesto por los delanteros Dylan y Toramaru, en el medio campo estaríamos, Nice, Miguel, Julien y yo, en la defensa contábamos con Bjorn, Alexander, Chae Chan Soo y dirigiendo la defensa, Teres, como portero se encontraba Tachimukai quien se mostraba sereno como siempre, aunque apenas contábamos con alguno de nuestros jugadores titulares seguramente no tendríamos problemas, nuestra formación era la 4 – 4 – 2, ósea una diamamente, quizas algo defensiva pero nuestra intención no era ganar de forma aplastante.

Reuní a todo el equipo para dialogar sobre como actuaríamos, inmediatamente hicimos un circulo y me asegure de ver los rostros de cada uno… el único que no me daba confianza era Dylan quien parecía estar desvelado, quizas los rumores de que hacia cosas inapropiadas en los vestuarios era cierto, luego me tomare el tiempo de reprenderle de ser necesario.


- Toramaru. – Dije firmemente.

- ¿Si señor?

- Considera esto tu examen de entrada, sé que eres un gran jugador, después de todo tuve la oportunidad de jugar contra Japón en el FFI al igual que muchos de aquí, pero estamos en otra liga así que espero que por lo menos anotes un gol.

- ¡Está bien daré lo mejor de mí! – No podía evitar sonreír al ver su ánimo y disposición, había escuchado de Endou hace años que era el menor de Inazuma Japón y que solía temer a dar lo mejor de sí ya que creían que era un presumido, siendo honestos, quizas para el estilo de juego más “común” pueda parecer eso, pero aquí sería considerado como un jugador más.
 
- Todos los demás recuerden, ser titulares no es algo permanente y aquellos que no lo son, mantengan el hambre de querer robar esas posiciones.


Pude notar como la atmosfera se tensó, seguramente los titulares no dejarían que un chico nuevo les robara su posición y los no titulares añoraban formar parte del equipo principal, realmente me gusta ver esa determinación en sus miradas, sonara estúpido, pero a veces se necesita agitar un poco las aguas para que las personas den lo mejor de sí.

Salimos con calma a la cancha y desde mi posición podía ver claramente a los delanteros, Dylan como siempre estaba saludando a las gradas y perdiendo el tiempo, su forma de relajarse era casi molesta… a diferencia de Toramaru quien parecía no apartar sus ojos del esférico, ese chico tenia demasiadas ganas de anotar como si no hubiera jugado en mucho tiempo y eso me hacía alejarme de la idea de que era un niño con problemas.
Quizas Endou había exagerado, aunque obviamente seguiré su consejo de no preguntarle sobre Goenji, me sorprende que a pesar de los problemas que han involucrado al Inazuma Japón pueda seguir siendo amigo de tantos de sus jugadores, sobre todo de Endou y Tachimukai… aunque me mantengo al marguen con prudencia, Endou no tiene ni idea de que Tachimukai está en nuestro equipo y no lo sabe por petición del mismísimo Tachimukai quien más de una vez me ha contado entre lágrimas la frustración que le daba el tener que seguir adelante.

El silbato marco el inicio de un juego bastante entretenido, a pesar de que podríamos ser considerados los más fuertes no éramos el típico equipo de presumidos que no se esforzaban un poco en anotar, nos gustaba ganar pero también queríamos saber de qué eran capaz los demás, no paso mucho para que Dylan hiciera gala de sus habilidades y juegos mentales con el esférico, puede que parezca un pesado de primera pero entre sus “bromas” existía un gran control del balón, supongo que fue difícil ajustarse a que su fiel mejor amigo no pueda estar con él pero… aunque suene egoísta, Dylan ha podido llegar a otro nivel al estar solo.

Uno, dos y tres goles acabaron el primer tiempo, todos hechos por Dylan quien, aunque se reía y bromeaba solo parecía reafirmar él porque era un delantero titular, Toramaru lo veía algo asombrado, pero no dudaba ni un poco en rebatirle sus bromas, Dylan lo noto y le lanzaba alguna que otra frase para retarlo.


- Capitán, le necesitan al teléfono. – Me dijo Teres quien traía consigo mi teléfono, le agradecí que contestara y me alejé un poco del bullicio de los vestuarios para poder escuchar mejor. – Aquí Fidio, ¿con quién tengo el placer de hablar?

- Hola Fidio, hablas con Fubuki Shiro, uno de los jugadores del antiguo Inazuma Japón. – Su tono de voz parecía algo agitado.

- ¿En qué puedo ayudarte? – Quizas pude ser algo cortante pero ya más de una vez algunos han intentado buscar a Tachimukai y normalmente iban con malas intenciones.

- Endou ha desaparecido y su casa está hecha un desastre. – Espera… ¿Qué?

- ¿Esto no es una broma verdad?

- ¿Qué clase de persona bromearía con algo así?

- No sé, un tal Kazemaru quien no deja de amenazar siempre a alguien como si estuviera aquí.

- Es un idiota de primera, pero ahora mismo necesito pedirte un favor.

-  No puedo prometerte nada, pero puedo escucharte y por favor date prisa ya que estoy en medio de un juego. – De cierta forma me agrado demasiado la opinión que tenia del tal Kazemaru.

-  No sé qué también te lleves con él, pero sé que Tachimukai se encuentra en tu equipo, por favor evita que se entere de lo que está pasando con Endou y mantén un ojo encima de él.

- Soy su amigo, no su niñera, pero veré que puedo hacer y tu solo llámame cuando tengas noticias de Endou, ¿ok?, no quiero ser grosero, pero no te conozco. – Sin más di por terminada la llamada y acaricié mi cien con pesadez, ¿y si es verdad que Endou desapareció?

En su momento intente ignorar el tema, no me gustaba guardarle tantos secretos a Tachimukai quien siempre ha sido muy honesto conmigo, pero a pesar de todo no sabía si sería un error no decirle.

- Tachimukai. – Llame a mi amigo quien se estaba secando el sudor y bebía un poco de agua mineral.

Viéndolo bien ahora que se giraba al verme de nuevo, todavía me sorprendía el cambio que dio desde que llego, incluso su mirada parecía más tranquila y su cuerpo estaba tonificado, nadie sospecharía que es un chico muy sensible a simple vista, aunque eso no le quita lo adorable y lo digo como una persona que no siente ninguna atracción hacia los chicos.


- Hola, ¿Cómo estas Fidio? – Me sonrió al instante mientras me brindaba un poco de agua.

- Gracias. – Acepte y me senté a su lado un poco cerca de él sin incomodarle, a diferencia de las primeras veces en las que interactúe con él. – estoy bien, ¿Cómo estás?

- Pues… la verdad estoy algo preocupado. – Note como de nuevo el tic que tenia de tocarse los dedos se formó de nuevo, sentía vergüenza… oh Tachimukai que hiciste ahora.

- Tranquilo, si quieres podemos hablar de esto cuando acabe el partido.

- ¿Puedes venir a mi habitación luego? – Me sorprendió un poco pero solo pude dejarle en claro que iría.

- ¡Capitaaaaaaaaaaaaan! ~ - Fuimos interrumpidos por alguien que me tomo de la espalda y me hizo sentir algo incómodo en mi trasero. – Tranquilo, es una botella de agua.

- ¡Maldita sea Dylan! – Era sorprendente como mi serenidad podía ser aniquilada por él. - ¡Quítate de encima!

- No quiero ~

- Dylan enserio creo que deberías soltarle. – Se apresuró a decir Tachimukai mientras yo perdía un poco la calma.
 
- Pero sí parece que le gusta ~ - Mi incomodidad se elevó más cuando sentí su helada mano que seguramente sostenía la botella de agua pasando por mi pierna izquierda.


Luego de haberle dado una mini paliza a Dylan pudimos continuar con el partido, y para mi asombro, Toramaru se apresuró a robar el esférico de los delanteros enemigos, se movía con total soltura por el campo, incluso valiéndose de nosotros para los pases y así tomar más distancia, el estilo de juego de Toramaru se diferenciaba demasiado del de Dylan, ya que este lejos de ser un bromista, se encargaba de que los medio campistas avanzaran como si fueran depredadores guiados por un alpha.
 
Al terminar el partido logramos un marcador de 7 a 0, aunque Dylan fue quien tuvo la mayoría de goles a nivel individual, Toramaru anoto 2 y colaboro en los otros 2 mediante tiros en cadena o pases.

Estaba tan alegre de que al parecer habíamos encontrado a un delantero capaz, distinto y versátil para cualquier formación a pesar de su juventud, cuando entramos a los vestidores me apresuré para alcanzarle, pero para mi sorpresa, parecía escaparse sin llamar mucho la atención y pude reconocer que le temblaban las piernas.


- Hey. – Sorprendí al pequeño al punto de que cayó en su trasero y noté un quejido extraño de dolor, ¿se había lastimado durante el partido?, no había notado nada y estaba muy atento. - ¿estás bien?

- ¡E-estoy bien capitán Aldena! – Contesto totalmente nervioso mientras intentaba ponerse en pie, le ofrecí mi mano y el acepto con duda, pude sentir como estaba sudada… no por estar agitado por el partido si no que su temblor revelaba que estaba nervioso, viéndolo de cerca su rostro estaba algo sonrojado y sin más decidí tomarle la temperatura.

- Solo llámame Fidio.

- Esta bien… Fidio. – Note como desviaba la mirada, algo le estaba molestando e intentaba disimular que no pasaba nada.

- Disculpa la pregunta, pero… ¿Por qué no hablas con Tachimukai? – Fue directo al grano con una de las cosas que me perturbaba un poco, se supone que eran viejos amigos, pero aun así no había visto ninguna clase de contacto entre los dos desde que Tachimukai detuvo sin problemas su tiro aquel día.  – Creí que eran amigos.

- Creo que mi presencia le incomoda. – Respondió con un tono apagado.

- Entiendo…

- Tengo que ir a mi habitación.

- ¿No quieres tomar una ducha antes?

- No yo… me da algo de vergüenza.

- La verdad – Me acerque a él y le hable directamente al oído. - A mi también me da algo de vergüenza y volvía a los dormitorios cuando te vi a lo lejos, si te parece bien podemos volver juntos.
- Bueno… yo puedo volver solo.

- ¿Sabes volver a los dormitorios desde aquí? – Pregunte algo asombrado ya que normalmente los estudiantes nuevos solían perderse con facilidad.

- Dylan me guio por la escuela. – Note como una sonrisa se dibujó en su rostro, quizas Toramaru era demasiado inocente para saber qué tan pervertido podía ser Dylan… otro motivo más para hablar con él.

- Bueno, debemos apurarnos, creo que apestamos mucho y nos urge una ducha. – Le tome de la mano antes de que pudiera inventarse alguna nueva excusa y lo lleve conmigo hacia los dormitorios.


Durante el trayecto apenas hablamos, el que más hablaba era yo y en repetidas ocasiones fuimos interrumpidos por algunos estudiantes que me saludaban animadamente, la mayoría chicas y digo esto sin ánimos de presumir, el trayecto estuvo algo calmado y para mi sorpresa Toramaru me comento algunas cosas sin que yo le preguntara.


- Estuvimos años buscando a Tachimukai… tampoco tengo muchas noticias de Endou más allá de las que me daba Fubuki.

- ¿Fubuki?

- Era uno de los mejores jugadores de nuestro equipo, es un chico genial y amable. – Le sonrisa de Toramaru me hizo creer automáticamente en sus palabras, entonces si era posible que no me estuviera mintiendo con aquella llamada… - No sé si lo abras visto en el FFI, pero su cabello era plateado y una piel muy pálida. – Una vez que lo describió fue realmente fácil saber de quien se trataba.

- ¿Entonces no sabes nada de Endou?

- Ojalá pudiera saber algo de él, todo paso tan rápido ese día… todos tuvimos que cambiar. – Al ver que tan triste estaba decidí darle uno de los abrazos que llenaba de energía a Tachimukai en sus días mas grises, aunque había hecho esa pregunta sin ánimo de ponerle en ese estado, si no para saber si podía tocar el tema de la desaparición de Endou con él y bueno… supongo que por ahora debo guardármelo.  – Capit…

- Es Fidio. – Me apresure a corregirle. – Seguro todo saldrá bien y sabes, creo que Tachimukai está pensando que decirte ya que ha pasado mucho tiempo desde que no se ven.

- ¿De verdad?

- Estoy seguro, además me dijeron que vendrían algunos estudiantes más así que podrás hacer aún más amigos.


Después de eso parece que logre derribar una de las paredes de Toramaru, cada vez parecía hablar más y tenerme confianza, seguramente seriamos buenos amigos a partir de ahora.

Cuando finalmente llegamos a los dormitorios, lo guie a mi habitación y le ofrecí algo de comer de mi mini bar, no tenía demasiadas cosas, uno que otro dulce que traje conmigo de Italia y que a la larga había reducido su número desde que los use para premiar a los más indisciplinados una vez que hicieran bien su trabajo, tome la caja de chocolates y me acerque a Toramaru quien seguía inmóvil en la puerta de mi habitación, ¿quería huir o quizas era solo timidez?

- ¿Quieres uno?, están deliciosos. – Le ofrecí con una sonrisa en el rostro.

- Disculpa las molestias.

- No es ninguna molestia, solo toma uno y dime que tal te sabe.

- Gracias… - Finalmente tomo un chocolate blanco, se tomó su tiempo para saborearlo y pude notar en sus expresiones que estaba pensando que decir. – Su textura es genial y además, tiene algo que nunca había probado antes… ¿nuez?

- Si, es nuez, me alegra mucho que te gustara.

- Bueno, ya que estamos aquí, ¿quieres jugar un poco?

- ¡¿Eh?! – Se sobresaltó al instante y actuó como si le hubiera amenazado de muerte. - ….
- ¿No te gustan los…?

- Bueno… Fidio eres bastante conmigo y no me molestaría hacer eso contigo…

- Espera, ¿De que estas hablando?

-  Ah… - Su sonrojo cubrió todo su rostro- - Nada.

- Espera…  yo hablaba de jugar algún videojuego.

- Fidio, creo que lo mejor será de que me marche a mi habitación, huelo mal y bueno… - Se estaba dirigiendo a la puerta muy rápido, pero me le adelante y evite que escapara.

- Mira, si crees que soy un intolerante o algo así, estas mal, además puedes ducharte aquí si quieres, tu dame las llaves de tu habitación y te buscare un cambio de ropa.
- Yo…

- Nada de peros, Toramaru, soy el mejor amigo de Tachimukai y a él le gustan los chicos, tranquilo fue solo un mal entendido y para mi sigues siendo la misma persona. – Intente transmitirle algo de confianza, aunque la verdad me había sorprendido que creyera que… bueno, quisiera hacer algo así con él, finalmente note como buscaba algo en su bolsillo y me entrego una llave, su tarjeta de estudiante y su bolso deportivo. – Gracias por confiar en mí, puedes usar cualquier cosa de mi baño, no tardo.


Después de eso note como se esforzaba para quitarse su camisa, estaba algo pegada por el sudor, pero me atreví a ayudarle, solo para poder ver su rostro algo sonrojado una vez que se la retiro, preferí darle su espacio y abandone mi habitación, si la mía era una de las habitaciones titulares, seguramente el estaría en alguna de las de reserva que quedaban en el edificio de al lado.

Camine sin prisa, pensando en que ahora tendría un aliado más para poder ayudar a Tachimukai, aunque estoy feliz de que mi amigo lentamente a comenzado a dejar de estar tan triste… se honestamente que no está muy feliz y aunque no estoy seguro si todavía siente algo por Endou, pienso que todavía se preocupa por él y quizas si se reúnen puedan curar un poco las heridas emocionales que les dejo aquella experiencia.

Finalmente había llegado a los dormitorios de los jugadores de reserva, aunque el de los jugadores titulares eran mejores en cuanto apariencia o espacio estos no dejaban de ser buenos en comparación al de otras escuelas, por los menos a las que tenía mi equipo en Italia, algunos de los chicos que no fueron seleccionados a la práctica me saludaron animadamente y algunos estaban algo tímidos así que intente contagiarles de ánimo dándole algunos consejos rápidos.

Finalmente aprovechando que estaba socializando un poco llegue con algunas indicaciones a la habitación del “nuevo”, por así decirlo, no me demore en darme cuenta que no era el único nuevo y aparentemente no el único japonés, ya que en el pasillo me topé con un chico de un peculiar sombrero de rayas azules y rosas que me guiño el ojo mientras llevaba una bolsa de la farmacia de la escuela.

No le di mucha importancia en su momento, pero en un día las cosas cambiarían… ahora que lo pienso, quizas si le hubiera hablado como a los otros quizas pudiera haberle ayudado o quizas solo estoy pensando demasiado.
Una vez en la entrada de la habitación de Toramaru me sorprendí un poco al verla media abierta, estaba aparentemente cerrada, pero al querer ingresar la llave esta se abrió suavemente.


- Hola Tora… ¿Qué haces aquí?


Esa voz… no puede ser, entre finalmente a la habitación y lo vi, por desgracia lo vi y simplemente le regalé una mirada de reproche.


- No no no, ¿qué haces tú aquí y que haces medio desnudo? –  Intentaba buscar una explicación razonable al porque mi supuesto delantero principal estuviera en la habitación de Toramaru en esa condición. – Dylan que mierda haces aquí.

- Cálmate capi, solo quería darle una buena bienvenida al nuevo. – Su tono de voz era tan cínico.
- No seas mentiroso, el me dijo que tu tuviste la amabilidad de mostrarle la escuela. – Note como algo de sudor se mostró en el rostro al instante.

- ¿Te conto lo que paso en los vestuarios?

- ¿Qué cosa?

- Nada nada.

- No te abras pasado con el nuevo, ¿verdad? – Me acerque a él sin importarme como estaba vestido, estaba enojado con él, es increíble que pudiera defraudar la confianza que le había dado. – ¡Le hiciste algo a Toramaru?

- Sinceramente capitán, si lo hice y estuvo genial. – Me saco la lengua y la tome de la punta para su sorpresa.

- Te me vuelves a adelantar de nuevo y te asegurare que tendrás que lamer la suela de mis zapatos más seguido de lo sueles hacerlo. – Le mire atentamente mientras le empujaba hacia la cama de Toramaru y me asegure de que la puerta estuviera muy bien cerrada. – Recibirás tu castigo, Dylan.

- Capitán lo lamento yo…

- Shhhhh. – Retire fácilmente mi zapato y con mis calcetines impecables puestos le pise la boca a mi amigo sin lastimarle demasiado. – Cuantas veces tengo que decirte, que no debes acercarte a mis amigos más cercanos, tienes a cualquier otro chico de los dormitorios que acepte tener algo contigo, pero no, tenías que ir con alguien que me simpatiza.

- Pero… - Note como le costaba hablar así que retire mi pie de su boca y lo posicione sobre su pecho. – Capitán a ti no te gustan los chicos….

- ¿Y? – Presione su pecho. – Tu eres un gay con múltiples fetiches, no estás en posición de decirme que puedo o no puedo hacer. – Presione un poco más su pecho y sin demora lanzo un quejido de placer que me daba algo de asco.

- ¡Él fue quien empezó y por eso tuvimos sexo!

- Estas mintiendo…

- No estoy mintiendo, el parece un corderito, pero es un sucio. – Quizas si tenía algo de verdad en sus palabras.
- Tienes hasta mañana, Dylan. – Retire mi pie de su pecho y me baje de la cama para luego buscar algo de ropa para Toramaru.
 
- ¿Para qué?

- Para demostrarme que no me mientes, tienes que enseñarme que Toramaru es como dices o si no estarás metido en un gran problema conmigo. – Una vez que tome todo lo que necesitaba me acerque a la puerta. – Demuéstrame si es un chico problemático o útil para ayudarle a Tachimukai. – Le sonreí amigablemente mientras me iba. – Y cierra de una vez, no quiero verte en esta habitación de nuevo.


Pronto volverás a sonreír Tachimukai, solo si todo sale como lo tengo planeado.

Notas finales:

 

 

Gracias por leer!


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