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Lo aprendí todo de ti por Yuuki Hachiken

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Notas del capitulo:

Hola!

 

Pido disculpas por no haber publicado en tiempo, estuve algo ocupado y sin portatil pero ya todo esta bien, gracias por la paciencia.

 

Pd: Agradezco a Endoukun por haber publicado el capitulo en el foro de Shotasekai.

Una vez que estalló el escándalo que envolvió a Inazuma Japan, Toramaru tuvo
mucho miedo de que algunas personas se enteraran de su confesión a Goenji y que por eso corriera el mismo destino que sus amigos, a pesar de todo se mantuvo firme y con valentía, entre las pocas personas que repudiaron el ataque de los medios hacia Endou y Tachimukai…
 
Incluso intentando hacer que Endou se calmara cuando en un momento llegó a odiar a todo su equipo por cómo le dieron la espalda, cuando esté confío en ellos cuando más lo necesitaban, pero solo vio como uno a uno daba un paso atrás y se alejaban, eso incluyó a Toramaru que presa del miedo, no se mantuvo hasta el final como sí lo hicieron Handa y Max una vez que volvieron de su viaje.
 
Quien fue una pieza angular para Endou también lo fue para el, Fubuki, quien les ofreció consejo y ayuda… quien además para el pequeño tigre fue su nueva fijación, pero por miedo a la experiencia pasada no tuvo el valor para decirle lo que sentía.
 
El momento en que Toramaru decidió dejar Japón atrás, fue luego de recibir una jugosa oferta para unirse a un reconocido club de Estados Unidos que le ayudará a mejorar la estabilidad económica de su familia, conformada solamente por su madre quien jamás hizo que le faltara nada en su vida y quien no tuvo nada que ver con su decisión, pero motivado por Fubuki quien le ayudaba a entrenar en secreto cuando le visitaba, el nunca se le olvidaba en decirle lo talentoso que era y en más de una vez le daba noticias de Endou.
 
A pesar de ser feliz, sobre todo luego de comprender que Goenji no era la persona en la que él creía, llegó a la conclusión de que  no era su amor y mucho menos era su amigo, el pequeño tigre se dedicó más a ayudar en las labores del hogar, aunque secretamente no dejaba el fútbol pero se convirtió en algo que lentamente odiaba en unos meses cuando sentía que debió ser más valiente y estar para sus amigos, el fútbol lo llevo a conocer a gente buena pero a su vez, a personas terribles.
 
Quizás resignarse y dedicarse a ser un niño normal era el camino fácil, pero cada vez que lo intentaba no pasaba ni una semana cuando tenía una recaída y volvía al fútbol.
 
Si no podía huir del fútbol… al menos intentaría sacar algo bueno de ello, se repetía una y otra vez mientras abrazaba a su madre quien con lágrimas en los ojos le deseaba lo mejor a su pequeño, cuando Toramaru subía al avión noto de reojo a alguien con una capucha roja, tal y como la que usaba Goenji… al parecer venía hacia él a los lejos, por un segundo pensó en despedirse de forma apropiada dándole una  y paliza o al menos mandarlo al demonio como era debido, pero no quería arruinar su oportunidad… no por ese cretino.
 
Toramaru avanzo sin mirar atrás hacia la zona de abordaje y de esa forma, empezó su largo viaje, por suerte la única compañía que tenía era una amable abuelita que le regalaba galletas y le contaba anécdotas de sus nietos, para el pequeño era fascinante dicha compañía ya que aunque no lo dijera, se preguntaba si su abuela le trataría así si permaneciera con vida.
 
Una vez que llegó a esa escuela con aquel nombre que le costaba pronunciar y su cuerpo todavía entumecido por aquel pesado viaje en la que además tuvo que tomar más de una escala en avión y un largo recorrido en autobús por una extraña montaña que por la noche tenía una apariencia bastante tenebrosa.
 
- Buenas noches. - Toramaru se llevó casi un susto de muerte cuando de una de las bocinas una voz algo siniestra pero adormilada le saludaba en inglés y que levemente el logro entenderle - Acerca tu rostro a la cámara y si eres un estudiante nuevo, tu membresía.
 
El pequeño delantero se tomó un momento para calmarse y aún temblando en la oscuridad de la entrada de la escuela, buscó entre sus cosas la tan mencionada tarjeta… una vez que la encontró hizo una mueca al ver la expresión que mantenía en la fotografía, quizás tan nervioso como ahora, pero no estaría así, si alguien le hubiera buscado en el aeropuerto.
 
- Aunque no acepte el servicio porque creí que me costaría mucho… - Acepto su estupidez ya que creía que era alguna clase de UBER.
 
- ¿Todavía sigues por aquí? - Preguntó el guardia de seguridad desde otra bocina que llamó la atención del muchacho y le indicaba dónde estaba la cámara de seguridad.
 
- D-Disculpa es que está muy oscuro y mi equipaje pesa un poco. - Para empeorar sus nervios, Toramaru escucho a lo lejos los aullidos de unos lobos y luego la vibración de su teléfono que le notifica a que había perdido toda su carga. - Aquí está mi membresía. - El pequeño forzó una sonrisa hacia la cámara y en un instante se abrió de golpe la puerta de seguridad del instituto. - Gracias…
 
- Hey - De nuevo aquella voz de alguna de las bocinas. - Espera en una de las sillas a la izquierda, uno de los estudiantes del dormitorio deportivo vendrá a buscarte para que no te pierdas por el campus.
 
- Gracias… señor. - Gritó en voz alta mientras hacía una reverencia.
 
- No grites niño, ¿no ves la hora que es? - Toramaru reviso su reloj, aunque tuvo que calcular la diferencia horaria, se percató de que ya era casi medianoche. - Seguramente tienes hambre… espero que aquel malcriado traiga algo para ti… ¿de dónde eres?
 
- Vengo de Japón. - Contestó de manera apresurada. - Me llamo Toramaru.
 
- ¿Otro japonés?, Cielos, de todos ellos eres el que tiene peor inglés.
 
Toramaru se sintió algo avergonzado, quizás debió estudiar más para evitar esa clase de comentarios pero esperaba que estando ya un tiempo en el país pudiera adaptarse y expresarse mejor, aún así… ¿acaso había otros chicos en la institución?, el no esperaba ser el único japonés pero un aire de confianza le invadió, quizás podría hacerse amigo de esos chicos y preguntarle cosas que a otros no les haría por vergüenza.
 
Al parecer el guardia quería decirle algo por las bocinas pero un carrito parecido a uno de golf llegó con velocidad y frenó justo ante él, levantando mucha tierra en el proceso.
 
- ¡Bienvenido novato! - Dijo una voz animada que se le hacía algo familiar. - Anda pero si es el tigre de Japón. - Luego de toser un poco y frotar sus ojos, Toramaru se dió cuenta de que quien conducía el vehículo era aquel chico de Unicorn de Estados Unidos quien nunca se quitaba esos lentes oscuros, aunque fuera de noche.
 
- ¿Dolan? - Intento adivinar el nombre del chico.
 
- Jajaja - El rubio llevó sus manos a su estómago mientras intentaba no ahogarse de la risa. - Es Dylan, mi nombre es Dylan.
 
- Lo lamento. - Toramaru intentaba hacer una reverencia para disculparse pero Dylan pasó a su lado y aprovechó la oportunidad para darle una nalgada por la posición que tenía. - ¡Oye!
 
- Deja de ser tan formal, estás en otro país no en Japón. - A pesar de todo el amigable chico tomó el equipaje de Toramaru y aunque no fue muy delicado la ubico en el peculiar vehículo. - Vamos, aprovecharé para darte un recorrido.
 
El pequeño tigre prefirió no decirle nada y subió al asiento de copiloto, Dylan encendió la radio y comenzó a sonar una canción algo animada pero pegajosa, eso hizo que Toramaru comenzará a mover su pierna al ritmo de la música sin darse cuenta.
 
- Quién lo diría, no esperaba a otro compañero del Funk. - Susurro el conductor mientras abrochaba su cinturón.
 
- ¿Funk?
 
- Jajaja creo que en Japón no tienen ni idea de eso.
 
- ¿Tampoco es como si sepa muchas cosas verdad? - Al parecer Dylan noto como su pasajero se ofendió por sus comentarios.
 
- Se llama Rick James quien canta esa canción. - Aceleró el carrito de golpe y prosiguió. - La canción se llama "Super Freak"
 
- ¿¡Estás seguro que sabes por dónde vamos!? - Toramaru intentó agarrarse de cualquier cosa por miedo a salir despedido del auto ya que Dylan conducía como un demente. - ¿¡Esos lentes no te dejan ver verdad!?
 
- ¡Claro que puedo ver! - Decía entre carcajadas mientras aceleraba por un pequeño montículo y hacia saltar el auto.
 
Al principio Toramaru solo gritaba pero la risa maniática de Dylan se le hacía contagiosa a pesar de que quizás solo estaban haciendo vandalismo.
 
El pequeño tigre se distinguía por alguna que otra travesura que hiciera pero esto era llevado a otro nivel, Dylan era todo un causador de problemas ya que parecía solo enfocarse en la diversión y no media el caos que causaba a su paso, llegaron incluso a casi caer por una de las fuentes de la escuela y un gran recorrido de papeleras de basura.
 
Cuando finalmente llegaron a lo que parecían ser las habitaciones, el par de chicos estaban jadeando y riendo de la emoción, ambos se miraron como cómplices y sintieron algo de tensión, solo observándose entre risas.
 
- A la próxima te dejaré conducir a ti. - Dijo Dylan rodeándolo con uno de sus brazos.
 
- No se conducir. - Respondió apenado Toramaru.
 
- Yo tampoco pero eso no lo hace menos divertido jajajaja
 
Toramaru le miró extrañado pero no pudo contener la risa, jamás había conocido a nadie tan loco pero la verdad se alegraba porque si las demás personas de aquí eran como él, la pasaría genial.
 
- Vamos a ver si nada de tu equipaje salió volando. - Eso último si sacó de las risas al pequeño.
 
- No hagas esa cara, desde aquí puedo ver que todo está bien.
 
Un suspiro muy pesado se hizo presente y el ruido de dos chicos cargando una pesada maleta de viaje por un silencioso dormitorio hizo eco.
 
- ¿Cual es tu habitación? - Preguntó el de lentes mientras presionaba el botón del ascensor.
 
- Se suponía que el supervisor debía decirme eso…
 
- Yo no tengo idea, pero si quieres puedes pasar la noche en mi habitación y mañana buscamos la tuya. - Toramaru dudo un poco pero la verdad estaba bastante cansado y molestar a alguien más a esa hora sería problemático. - Para mí no es ninguna clase de problema.
 
Una vez que Toramaru aceptó, los dos se acercaron hacia el vehículo y avanzaron un poco hacia el edificio de los titulares, para el nuevo la diferencia se hizo demasiado abrumadora, el lugar era notablemente más lujoso y con unas instalaciones deportivas de punta.
 
 - No me esperaba de que fueras un titular.

- Yo tampoco me lo creo a veces, no era un jugador que destacó por sí solo pero tuve que aprender a hacerlo. - Se cruzó de brazos el de lentes mientras lo miraba de reojo.

- Mi posición está en riesgo con tu presencia pero no me molestas.
 
- Debería molestarte, ya que supongo que eres un delantero como yo.
 
- Wow, el tigre saca las garras. - Mencionó mientras sacaba las llaves y tarjeta de su habitación. - Puede que seas un delantero pero dudo que alguien como  yo - Le saco la lengua mientras abría por fin la puerta. - Bienvenido a mi humilde morada.
 
Ante Toramaru estaba la peculiar habitación de Dylan, mitad súper fanático del fútbol y la otra mitad de ella tenía un extraño estilo de lujo total, ordenado a pesar de todo pero con algunas cosillas que el pequeño no alcanzo a identificar.
 
- Jajaja no tienes que quitarte los zapatos para entrar. - Le interrumpió el dueño de la habitación su peculiar acción. - Pasa, siéntete como en casa.
 
- Gracias…
 
- Bueno dejaré que te acomodes mientras voy a tomar una ducha, si quieres puedes venir conmigo. - Dylan tomó una toalla que tenía a su alcance y se quitó su camisas, zapatos y calcetines. - A pesar de que tuve un permiso especial para ir a buscarte, el entrenamiento fue demasiado agotador.
 
- Yo… creo que me quedaré aquí. - Dijo con algo de pena Toramaru. - Necesito buscar el cargador de mi teléfono y avisar de que llegue bien.
 
- Está bien, pero si cambias de parecer, el baño está al final del pasillo ~. - Finalmente el rubio se despidió con una sonrisa y antes de salir dejó sus pantalones junto con su ropa interior.
 
- Los americanos sí que están locos… - Se dijo a sí mismo el pequeño tigre mientras buscaba la llave de su maleta, realmente quería hablar con su madre y su amigo Fubuki.
 
Mientras tanto en su camino nudista al baño, Dylan sentía un escalofrío en su trasero ya que los dormitorios se sentían realmente solos, pero se alegraba de que pudiera descansar un poco más y sobre todo, tener la oportunidad de conocer al nuevo… ¿Tachimukai sabría que alguien de Inazuma Japón vendría al equipo?, muy posiblemente no, pero eso solo haría los días venideros más interesantes, fue inevitable que pensara en la figura de aquel chico, más allá de un estudio de un posible rival, sentía que ese pequeño tenía algo… ¿talento?, no, podría ser que le considerará alguien bueno para probar cosas, Dylan no sabía si era porque le gustaba ver cómo reaccionan los nuevos a eso, a la peculiar tradición de la escuela que protagonizaban alguno de los estudiantes titulares… pero realmente ese pequeño tenía su atención.
 
- Jajaja no puedo disimular mi excitación. - Susurró mientras abría la puerta al baño con una clara erección. - Aunque… no estoy seguro si podría compartirlo, se ve demasiado puro.
 
De esa forma cerró la puerta del baño detrás de él, sin poder sacarse al chico que recién acabo de conocer de sus pensamientos, ¿acaso le gustaría dar o recibir?, ¿y… si no tenía idea?, quizás él tendría la responsabilidad de darle un “curso inicial” para saber qué le gustaba, se decía a sí mismo mientras se masturbaba con la posible idea de que ese pequeño tigre pudiera abrir la puerta y descubrirlo con las manos en la masa, sería la oportunidad perfecta para iniciar algo aunque fuera en los baños.
 
Aún así, en su interior debía contenerse ya que eso rompía las reglas, Fidio lo torturaria si se enteraba de que se adelantó injustamente a Los demás y se adueñó del nuevo, por lo que simplemente termino de masturbarse hasta eyacular fuertemente debajo del chorro cálido de la regadera y siguió bañándose, al parecer Toramaru se quedó dormido o todavía seguía hablando por teléfono y no vendría.
 
Aunque algo decepcionado, seco su cuerpo y cabello para luego llevarse su toalla a la cintura, a pesar de que sus lentes oscuros estaban empañados por el vapor, Dylan siguió la ruta que conocía muy bien hasta su habitación y luego de abrir su puerta, se percató luego de limpiar sus lentes un poco que Toramaru no estaba, pero sus cosas seguían en la habitación y viendo bien el suelo, su ropa hacía un extraño recorrido como si fueran migajas hasta su baño secreto, si, su habitación contaba con un baño propio al igual que el de los demás titulares pero no solía usarlo porque disfrutaba más la compañía de los baños públicos, así que ese apartado de su habitación quedaba relegado solo para refrescarse una vez que había acabado de tener sexo con alguien.
 
Pensó por un momento en espiar a Toramaru pero se le ocurrió algo mejor…
 
- Toramaru ~ - Abrió la puerta de su baño mientras estaba totalmente desnudo y solo llevando sus lentes. - Se acabó el agua caliente en el otro baño, ¿no te molesta que te dé algo de compañía verdad?
 
Pero Dylan se quedó algo mudo al ver a su nuevo amigo, con las manos en su pequeño pene, no sabía si estaba por masturbarse o se estaba limpiando lo pero… la imagen que tenía en esos momentos era demasiado adorable y pervertida, al punto de que apenas podía contener su excitación en bien de poder seguir disimulando.
 
- Dylan yo… - Antes de que el pequeño pudiera justificarse de alguna manera el de lentes de le acercó por detrás y tomo su pene junto con su mano. - Agh…
 
- Si que eres travieso… ¿porque no me pediste ayuda con esto si soy tu anfitrión? - Le susurró al oído al pequeño que simplemente recostaba su espalda en su pecho.
 
A pesar de que el americano se sentía en una posición privilegiada y su pene rozaba con las nalgas del japonés, podía percibir un extraño aroma que antes pasó por desapercibido, viendo bien la espalda del pequeño se percató de que su figura evidenciaba ciertos matices extraños o que no encajaban en su pensamiento en esos momentos.
 
- Es mejor que te detengas si crees que serás el primero o si me amas…- respondió Toramaru. - además estoy sucio, tuve que “hacer” mucho para conseguir que me trajeran hasta aquí.
 
Así que era lo que sospechaba, al parecer el tigre ya tenía mucha experiencia en cuanto al sexo se refiere y de hecho al parecer había tenido mucho hace poco, Dylan mordió su labio inferior, este chico era una caja de sorpresas.
 
- ¿¡Aghhhhhh qué estás haciendo!? - Grito el pequeño al sentir como el americano metía sus dedos en su interior.
 
- Estas bastante lleno y pegajoso por aquí. - Exclamó Dylan mientras le enseñaba sus dedos pegajosos. - ¿Lo hiciste unas tres veces no?
 
- Dos veces. - Respondió como si nada.
 
- ¿Quienes fueron?
 
Realmente Toramaru sentía que no tenía que darle explicaciones a nadie y mucho menos a Dylan a quien acaba a de conocer, ciertamente no le diría que se trataba de un camionero y un un adolescente de fraternidad algo extraño quienes le hicieron de aventón hasta esta escuela.
 
- Conformate con que todos quedaron felices con el intercambio. - Por esa respuesta Dylan no tuvo piedad alguna para volver a meterle sus dedos dentro, esta vez siendo tres que no dejaban de moverse de un lugar a otro.
 
- Normalmente me gusta ser el segundo pero bueno… ¿tu no tendrás problemas con que sea el tercero?
 
- A mí ya me da igual todo…
 
Ciertamente que le daba igual todo, por lo que podía sentir el pene del americano no era ni remotamente el más grande que ha tenido dentro y a estas alturas casi nada le sorprendía, desde que Goenji lo trato como porquería y los años de frustración por una figura paterna lo llevaron a buscar afecto del peor lugar posible.
 
Un día en que empezó a llover y no llevaba un paraguas, justo después de perder el último tren luego de ir a jugar en una cancha sintética de fútbol sala en una ciudad vecina donde nadie podría reconocerle, fue en ese momento donde un hombre que llevaba un traje muy impecable le ofreció su paraguas y una oferta, que si no tenía a donde ir y a cambio de un poco de dinero, le llevaría a casa una vez que pasara un poco de tiempo divertido con el.  
 
Toramaru sabía que no debía acercarse a un extraño y que jamás haría algo así por dinero, pero en ese momento sentía que no valía nada y pensó de forma apresurada que si Goenji se lo perdía, que si nadie lo quería y que si le gustaba a alguien… esa persona merecía más en el momento que otros y ese hombre desconocido robaría su virginidad si lo deseaba.
 
Fue de esa manera que el pequeño empezó a buscar afecto con hombres mayores, con grupos de adolescentes y con cualquiera que siquiera fuera un poco amable con él, sin pedir nada a cambio pero intentando llenar un vacío emocional que solo se hacía cada vez más grande.
 
Dylan no era distinto a los otros, simplemente un chico de su edad que quería lo mismo que muchos otros, cogerlo y dejarlo abandonado.
 
De esa forma el delantero de lentes comenzó a abrirse paso por el interior del pequeño quien a pesar de estar bastante usado sabía apretar para causarle una fuerte sensación al mayor, aunque incluso tenía semen en su interior, Toramaru le daba una sensación demasiado buena a Dylan.
 
El pequeño tigre separado quien recibía el agua de la ducha con las piernas separadas y sentado sobre el americano que no dejaba de penetrarle frenéticamente reconocía que a pesar de todo, se sentía distinto, aunque fuera solo sexo, quizás era porque este le abrazaba y le plantaba besos en la espalda, pero no, eso ya lo habían hecho muchos otros, ¿quizás por la forma en la que se divirtieron antes que ya no le consideraba un desconocido?, no tenía ni idea y sin darse cuenta él también comenzó a moverse.
 
Dylan no pudo evitar venirse dentro de Toramaru, contribuyendo al líquido que se escapaba de su entrada, estaba jadeando… pero fue más su asombro cuando notó como Toramaru seguía excitado y antes de que pudiera hacer algo, el pequeño le tomó de los tobillos y usando el líquido que se le escapa de trasero en su pene, comenzó a intentar penetrar al mayor de forma algo torpe, rozando el miembro sensible del americano.
 
En una de esas estocadas logró meter la punta de su pene en la apretada entrada de Dylan quien intentaba oponer resistencia, y cómo no, el jamás había sido pasivo.
 
- Estás muy apretado senpai… - Le susurró Toramaru quien le tenía de la cintura. - pero tienes unas nalgas muy suaves. - El mayor podía sentir como este le apretaba las nalgas de forma provocadora. - creo que eres virgen aquí así que necesito que respires profundamente ~ - Dylan sentía un terrible escalofrío al pensar en cómo demonios la situación se invirtió.
 
- Creo que deberíamos parar…
 
- nada de que pararemos, además tú pene es muy honesto. - Y eso era muy cierto ya que a pesar de que Dylan había eyaculado hace poco, su pene estaba más que excitado y emocionado. - Respira profundo.
 
Dylan no tuvo de otra más que obedecer y sentía como el pene de Toramaru se abría paso mientras esté mantenía una expresión bastante sucia en su ser, hasta que las bolas de Dylan no tocaron el abdomen del pequeño pudo percatarse que la agonía había acabado un poco, realmente se sentía incómodo y tenía ganas de rendirse pero el japonés no se lo permitía.
 
Toramaru ya había tenido experiencia con activos que jamás habían tenido algo adentro así que para aliviar su dolor empezó a masturbarle, para Dylan era un cóctel de demasiadas sensaciones, ni siquiera sabía porque le estaba permitiendo eso a él, maldita sea si alguien se enterara de que el delantero principal titular estaba siendo sodomizado por un novato.
 
Sin mucha prisa, Toramaru empezó a empujar y a sacar su miembro, evitando causarle dolor al mayor lo más posible y buscando su punto g para que tuviera placer.
 
Era increíble el ritmo que mantenía al penetrarle a pesar de estar causándole una terrible contradicción a su orgullo de activo, a pesar de que el sexo para Toramaru había dejado de ser emocionaba, le encontraba un gusto muy particular a quebrar la moral de algunas personas y particularmente el de los dichosos activos que jamás habían tenido algo detrás, quizás por eso seguía manteniendo su imagen de niño bueno (aunque internamente lo hacía para no preocupar a su madre y mantenerla libre de sospecha)
 
Dylan hacía todo el esfuerzo para no doblegarse y demostrarle a ese enano atrevido que ya hace unas cinco embestidas golpeaba su punto G y lo estaba llevando a un éxtasis, pero él no lo aceptaría y en parte, la ventaja de tener lentes y en la posición en la que estaba le servía para que su “activo” no se percatara de que tan excitado estaba.
 
Fue casi una eternidad donde las piernas del mayor cedieron y el pequeño demostró su fuerza para sostener sus caderas, buscando una nueva forma para seguir embistiendo, de cierta forma podía sentir los gemidos que contenía Dylan y cuando se la sacaba solo para metérsela con fuerza, podía notar claramente que estaba excitado.
 
De esa forma a pesar de que estaba por terminar, saco su pene rápidamente y dejó caer a Dylan en el suelo, haciendo que este se sorprendiera y a duras penas pudiera conservar el equilibrio.
 
- ¡¿Que demonios te pasa?! - Se quejó pero al notar que Toramaru se masturba cerrando sus ojos se extrañó aún más por la situación.
 
- Es que es tan aburrido follarse a un asco de carne que ni pone su parte ~ - Respondió en tono de burla mientras se masturbaba.
 
Dylan se enfado cada vez más, ¿pero porque?, por fin se había logrado liberar de aquel dolor de culo, literalmente hablando, pero estaba por acabar y aunque le costara admitirlo, se sentía bien, pero sobre todo quería venirse.
 
- Lo lamento pero debo acabar. -Dijo Dylan con un semblante oscuro en su mirada. - tú también debes acabar pero me importa una mierda si te gusta o no.
 
Antes de que Toramaru pudiera decir nada, el americano lo empujó hasta hacerle caer en la cama y siendo sometido totalmente comenzó a ser penetrado de nuevo salvajemente, su pene se frotaba contra el colchón y la manera tan abusiva del trato de Dylan de cierta forma le estaba llevando su excitación a otro nivel.
 
No pasó mucho para que ambos finalmente se vinieran, en el caso del pequeño tigre, este acabó en las sábanas del mayor, pero este último contribuyó a lo que ya de por sí tenía adentro Toramaru, por segunda vez de hecho.
 
Ambos quedaron totalmente agotados, con sus cuerpos totalmente desnudos hasta que llegó el siguiente día y se levantaron a Las 9:00 AM, sobra decir que Dylan casi muere regañado porque no se apareció hasta las 10:30 AM porque mientras que llevaba a Toramaru a su habitación y posteriormente a probarse el uniforme, estos dos acabaron teniendo más sexo en los vestuarios.
 
Toramaru se demoró un poco menos que Dylan y llegó hasta el lugar de entrenamiento del equipo Titular, quedó perplejo ante las instalaciones, todo era tecnología de punta pero más que nada le sorprendía la cantidad de científicos que había en el lugar, monitoreaban cada aspecto de los jugadores y sus nombres, así que aprovecho para acercarse a una de las pantallas y pudo notar muchos nombres familiares como Fidio Aldena de Orpheo, Dylan a quien ya había probado antes e incluso estaba Nice de Australia.
 
- Wow este si que es un lugar genial. - Exclamó el pequeño bastante impresionado.
 
Fue entonces cuando sintió la mano de un adulto apoyándose en su hombro.
 
- Debes ser el nuevo jugador. - Al girarse pudo notar a un joven hombre bastante desaliñado, de cabello rojizo casi anaranjado y en su rostro se notaba que no había dormido mucho en días, un aroma a cigarrillo impregna su persona y se hacía notar a pesar de que no estuviera fumando nada.
 
- Mucho gusto señor, soy Toramaru. - Por un momento casi hace su típica reverencia pero recordó lo que menciono Dylan, el que fuera informal no era algo mal visto así que se limitó a ofrecerle la mano al señor. - Un placer conocerle.
 
- Qué bueno ver a niños educados por aquí para variar. - Exclamó el hombre mientras acariciaba su nuca. - Soy el profesor Tess, me puedes llamar Julián, soy el encargado del desarrollo de nueva tecnología para la evolución de habilidades cognitivas y físicas de los jugadores.
 
- Disculpa por no entender bien pero…
 
- Tranquilo, debí ser más claro. - El profesor comenzó a observarlo de arriba a abajo y se tomó la libertad de tocar la parte trasera de la rodilla derecha de Toramaru. - Está es tu pierna dominante, veo que no has sufrido lesiones por partidos pero tuviste una caída que conlleva a un esguince que te tuvo fuera unos meses, ¿no es así?
 
Toramaru se quedó totalmente impresionado, el profesor era tan bueno que podía deducir muchas cosas con solo tocarle y observarlo.
 
-Tranquilo, tengo una política de confidencialidad con los estudiantes así que no mencionaré alguna de tus actividades extraescolares. - Acaso el pudo saber… - Tengo algunas ideas claras de un equipo que te podría ayudar, aunque todavía no lo he creado. - Julián tomó a Toramaru con prisa y una vez que se acercó a una silla de oficina lo hizo sentarlo en su regazo mientras se impulsaba hasta su escritorio. - Todo el equipo que hago es de uso personal y exclusivo de cada jugador, ¿tienes alguna meta para tu futuro?
 
- ¿Alguna meta?… creo que no tengo ninguna. - Toramaru salió de su sentimiento de apenado una vez que vio el último proyecto del profesor, era un traje casi completo, como una malla… pero lo que le hizo dar un sobresalto fue ver el nombre de la persona que lo usaría, Tachimukai Yuki. - Él estaba aquí todo este tiempo.
 
- Ah… pensé que no le conocías y asumí que al ser ambos japoneses era improbable que se conocieran. - El pequeño intentó levantarse rápidamente para ir a buscarlo pero fue detenido por el profesor quien le tomó del brazo con fuerza. - Cuales son tus intenciones con el señor esfuerzo, no me malinterpretes, no desconfío de ti pero deseo saber una respuesta concreta.
 
- Yo soy su amigo, o… quiero creer que todavía lo soy. - Toramaru trago hondo al ver cómo el profesor lo escuchaba sin parpadear. - Solo quiero hablar con el.
 
- Él está aquí, chico. - De nuevo el profesor le detuvo ya que la impaciencia del pequeño no le dejaba terminar de hablar. - No te dejarán pasar al menos que tengas mi permiso, ¿te parece bien jugar un rato? - Una sonrisa se mostró en su agotado rostro y al ver como su nuevo proyecto andante aceptaba el trato, dieron camino a donde se encontraba Tachimukai.
 
En el camino el profesor le propuso usar una chaqueta que cubría su rostro parcialmente, se justificaba en el hecho de que de otra forma, Tachimukai no se tomaría en serio el detener uno de sus tiros.
 
- Yo no soy para nada débil. - Exclamó el pequeño tigre sintiéndose algo subestimado.
 
- Por lo que deduzco, no le has visto jugar en un buen tiempo…
 
- Reconozco que era muy talentoso, pero siempre intentaba comparar con Endou San.
 
- Lamento decírtelo pero ese tiempo ya pasó, ahora puedo decirte que Tachimukai es el portero más fuerte del mundo, aunque él mismo se limite. - Julián se acercó a Toramaru y le susurró al oído. - No soy alguien que se apoye en el lado emocional pero aunque no lo diga, ese chico guarda mucho rencor en su corazón.
 
- No puedo creer algo así...es el chico más inocente que he conocido. - Respondió incrédulo mientras que se acercaron a una puerta de seguridad mi grande.
 
Para su sorpresa, el profesor se acercó al él y le observó por un segundo, acercó su mano a su cabello y lo acomodo un poco, dándole un aspecto algo distinto.
 
Toramaru no se percató de lo que había hecho el mayor y simplemente le sonrió ante el gesto, una vez de que Julián le acomodo la capucha y le di una palmadita en la espalda mientras se abría la puerta, Toramaru tuvo la determinación de ponerse a prueba.
 
Ante él, estaba su amigo, que a pesar de todo, parecía tan distinto e incluso hasta de cierta forma tan intimidante a pesar de que no mostrará agresión alguna o una actitud altanera.
 
El pequeño tigre ubico el esférico entre sus piernas, adoptó la posición que tan bien conocía y de nuevo, como si un viejo fuego despertara de su pecho, se preparó para disparar con todas sus fuerzas.
 
No sin antes cruzar algunas palabras con el portero quien no le reconoció., haciendo que Toramaru se enojara un poco y mediante su tiro le haría recordar quién es.
 
Quizás fue el Tiger Drive más genial, fuerte y técnico que hubiera hecho en toda su vida, pero el disparo se esfumó como si nada una vez que Tachimukai sin problema alguno lo detuviera como si nada.
 
- Así que eres tú. - Dijo finalmente Tachimukai. - ha pasado un tiempo.
 
- Jajaja si que te demoraste en reconocerme. - Toramaru intentó acercarse a Tachimukai pero fue detenido en seco ya que el portero de cabello esponjoso le tiró el balón de vuelta con mucha fuerza.
 
- Dispara de nuevo.
 
Toramaru obedeció, aunque se sorprendió al ver cómo el lenguaje corporal de su amigo cambio, pudo notar desde la distancia como Tachimukai daba un bufido y resoplaba, tenía un extraño escalofrío en su cuerpo por dicha acción pero igual contuvo el temblor de sus rodillas.
 
- No me contendre. - Advirtió Toramaru mientras se preparaba.
 
No recibió ninguna respuesta, pero aún así, se dispuso a intentar mejorar su disparo, aunque no tuviera la menor idea de cómo, pero recordó lo que mencionó el profesor, quizás de alguna forma aquel accidente le limitaba, bueno él no había dicho eso pero Toramaru intento verlo como un consejo.
 
De alguna forma logró borrar la idea de que alguna vez fue lastimado, concentró toda la fuerza que tenía y busco un disparo con fuerza más explosiva.
 
Una vez que disparo llegó a caerse, de una forma algo lenta pero todavía observaba el balón yendo hacia la portería, a diferencia de la vez anterior, Tachimukai hizo un extraño movimiento y por un breve instante, Toramaru sintió un golpe me fui en el abdomen que le hizo girar antes de tocar el suelo.
 
El pequeño llegó a desmayarse, cuando apenas alcanzaba a abrir los ojos, pudo notar al profesor Julián cargándose.
 
- Snack, asegúrate que sus costillas no estén rotas. - Grito el profesor mientras intentaba mantener despierto a Toramaru.
 
- Profesor… - Intentaba llamarle con el poco aire que le quedaba.
 
De nuevo la oscuridad se apoderó de él, no sabía que había pasado pero aún así, se sintió algo triste por alguna razón, realmente su amigo era el mejor portero y él estaba lejos de ser el mejor goleador.
 
Por suerte Toramaru no sufrió nada serio, salvó un gran hematoma en su abdomen que con el paso del tiempo, se volvería año de color púrpura oscuro.
 
El doctor Snack y el profesor Julián quienes no le quitaron el ojo de encima, sobre todo este último que llegó a traer parte de su equipo de investigación consigo para ser algo práctico, los dos hombres se aseguraron de explicarle que pasó y si podían darle de alta.
 
- ¿Cuantos dedos ves? - Preguntó el doctor Snack enseñándole tres dedos al pequeño quien a duras penas logró recomponerse y sentarse en la cama. -
 
- Tres dedos, señor.
 
- ¿Te sientes mareado? - Toramaru miraba de reojo a Julián quien parecía desesperarse ante la actitud de su compañero.
 
- Snack, ya te dije que le pregunté todo eso antes de que volvieras del baño, mejor examinale la herida y enviémosle a descansar. - Reclamo el profesor evidentemente molesto.
 
- Para empezar no eres un doctor y te crees con el derecho de decirme con hacer las cosas. - El doctor se acercó a Julián y lo miró de forma desafiante. - De por sí tus experimentos son algo “cuestionables”, Tess.
 
- Ya te gustaría poder hacer lo que yo hago ~ - Julián pasó ante el doctor y le susurró algo imperceptible para Toramaru pero sea lo que le dijera esto le hizo sonrojar al hombre rellenito. - En fin, supongo que tienes unas preguntas, pequeño.
 
- Por un instante creo que vi algo. - El pequeño tigre recordó los breves instantes antes de que perdiera el conocimiento. - No sé cómo el balón llegó con tanta fuerza a mi.
 
- Fue un contraataque. - Julián sacó de uno de los bolsillos de su bata, una pequeña tablet donde tenía registrado los eventos ocurridos en video. - Tuviste la suerte de perder el equilibrio ya que normalmente es preciso en devolver el balón a su posición inicial.
 
- ¿Es alguna clase de técnica?, no entiendo porque él haría algo que podría causarme daño… - Un escalofrío recorrió su cuerpo entero.
 
- Está confirmado que es una habilidad pasiva que desarrollo, tiene una probabilidad muy baja de que ocurra pero es bastante destructiva. - Intervino el profesor Snack robándose la palabra de Julián quien le hizo una mueca. - No puedo ahondar en el tema más, pero al parecer fue ocasionado por un experiencia traumática.
 
- ¿Experiencia traumática?
 
- Tachimukai es bastante feliz aquí, pero sabemos que todo es autoconvencimiento. - Prosiguió Snack.
 
- A diferencia del gordito considero que son puras tonterías, el chico solo se está autoexigenciendo - Julián y Snack parecían dos niños discutiendo. - ¿Solo porque no le interesa volver a ser débil y la sombra de alguien.
 
La explicación de ambos parecía extenderse hasta una pelea, ambos tenían puntos de vista tan fuertes que Toramaru simplemente se levantó y tomando sus cosas, no dudó en cambiarse ante ellos, algo adolorido claro está, pero sin vergüenza alguna ya que ni le prestaban atención, una vez que terminó, se acercó a ambos hablándoles de sus respectivas batas.
 
- ¿Puedo ir a mi habitación verdad? - El pequeño se intentó mostrar lo más amable para que dejaran de pelear ya que Snack tenía del cuello al profesor Tess mientras éste le picaba un ojo con su pulgar.
 
- No veo porque no, ¿necesitas que alguien te lleve? - Dijeron ambos al mismo tiempo y parecía que en cualquier momento empezarían a pelear de nuevo.
 
- Disculpen, creo que sería buena idea de que venga conmigo. - Dylan se encontraba justo detrás de Toramaru, de alguna manera había logrado sorprenderlo pero tomando en cuenta lo mareado que estaba no era algo raro. - ¿No fue nada serio verdad? - Susurro en voz baja al ver la situación de los adultos.
 
- Tranquilo estoy bien, solo tengo un hematoma. - Antes de irse Toramaru se despidió de los dos adultos quienes seguían discutiendo y luego prosiguió con Dylan quien le miraba de manera sospechosa. - ¿Que tanto me ves? - Pregunto de una vez dándole un sobresalto al mayor.
 
- Es que si estás herido, podría ser una mala idea llevarte a aquel sitio. - Susurro Dylan.
 
- ¿Tenías planeado llevarme a algún lado?
 
- Shhhh baja la voz. - Le regaño en voz baja ya que habían pasado cerca de algunos estudiantes quienes les saludaron. - Es algo muy exclusivo y como te fue tan bien durante la prueba, consideramos que eres un fuerte candidato para unirte a los titulares. - Prosiguió una vez que salieron de la enfermería. - Tomando en cuenta como eres, seguro te gustará la iniciación especial.
 
Dylan apretó una de las nalgas de Toramaru cuando nadie les veía y recordaba lo bien que la pasaron ayer y durante la mañana, a veces dudaba que pudiera seguirle el ritmo pero le preocupaba más la falta de expresiones del pequeño a la hora de hacerlo.
 
Quizás era una mala idea pero ya no podía dar marcha atrás, pero aún así, pensó que lo mejor era ser claro.
 
- Toramaru.
 
- ¿Si? - Pregunto extrañado el pequeño quien ya se había adelantado y subió al carrito de golf de Dylan.
 
- Yo quería saber, si bueno, digamos que en esa iniciación… - El mayor trago hondo. - Si no te molestaría hacerlo con varias personas.
 
Dylan se imaginó cualquier escenario, desde una simple negación hasta que el pequeño condujera torpemente el auto e intentará atropellarlo del enojó, pero nada de eso se acercó a la realidad ya que este simplemente le sonrió.
 
- No veo ninguna clase de problema, sempai.
 
De esa forma, el mayor se libró de un peso de encima, Toramaru estaba de acuerdo y eso significaba que se adaptaría bien al equipo, de alguna forma como premio le enseñó a conducir el carrito a medida de que pasaba la tarde, era como si esa conversación no hubiera pasado mientras perdían el tiempo riéndose, haciendo tonterías e intentando hacer que el pequeño quien estaba sentado en las piernas de Dylan, comprendiera cómo funcionaba el vehículo.
 
No fue hasta que llegó el atardecer en la que Dylan tuvo que darle fin a la diversión, aunque para él era una sensación algo adictiva ya que no la pasaba tan bien desde que estaba con Mark, era un dolor en su pecho pensar en su amigo a veces, después de todo es de las pocas personas con la cual sentía esa confianza al igual que con Tachimukai y ahora, con Toramaru.
 
- Realmente fue divertido. - Exclamó Toramaru sacándolo de sus pensamientos. - Ahora soy todo un conductor.
 
- Jajaja suenas tan orgulloso.
 
- Es que tengo un buen maestro de conducción ~ - Esa sonrisa tan sincera que tenía Toramaru le llenaba el corazón a Dylan de un extraño calor llevándole a sonrojarse y apartando la vista del pequeño conductor que tenía todavía muchas cosas por mejorar. - ¿Podrias poner aquella canción que me gusta?
 
Fue entonces cuando una alarma en el teléfono de Dylan sacó a ambos de la conversación y la atmósfera tan simpática cambio por una de nerviosismo.
 
- Debemos prepararnos.  - Dijo el mayor rompiendo el silencio.
 
De esa manera ambos avanzaron cada uno hasta su respectivo dormitorio, se bañaron y cambiaron con la sudadera deportiva de la escuela, tal y como Dylan mencionó que debían ir, al cabo de 30 minutos ambos estaban de nuevo en el peculiar vehículo en dirección hacia un lugar que ya conocía Toramaru, a pesar de que había alguno que otro estudiante en los alrededores, la mayoría iba con vestido de la misma forma que ellos.
 
- Por favor, ponte la capucha. - Dijo claramente Dylan al pequeño y este obedeció. - No hables con nadie, debes confiar en mí ya que soy quien te está iniciando.
 
- Está bien. - Respondió Toramaru quien recogió sus piernas para abrazarlas ya que tenía algo de frío.
 
- Tengo una manta debajo de tu asiento, ya estamos cerca pero no quiero que te…
 
- Estoy bien.
 
Dylan sentía algo de dudas de nuevo, definitivamente aunque Toramaru le dijera que no había problema alguno, se sentía en el ambiente que algo no estaba bien.
 
- Oye… si no quieres ir podríamos inventarnos alguna excusa. - Freno en seco el vehículo y espero la respuesta de su amigo.
 
- Quiero hacerlo, además es solo sexo, no es la gran cosa. - El de lentes no se creía la facilidad con la que se entregaba a la situación. - Tu me lo sugeriste así que a la larga debe ser algo bueno para mí.
 
- Pero…
 
- ¿Después podemos ir a comer algo?
 
- Si…
 
De esa forma continuaron, sin más interrupciones hasta llegar al centro de pruebas, rehabilitación y entrenamiento de la escuela, solo que entraron por la parte de atrás, donde ingresaban los materiales y paquetes que solicitaban los profesores.
 
El vehículo se acercó hacia la ranura de una puerta en la que Dylan solo tuvo que acercar su identificación, que fue escaneada y sin demora, debajo de ellos, la tierra comenzó lentamente a descender, por un impulso, Dylan tomó la mano de Toramaru y este pudo sentir como temblaba, no era por el lugar, si no por el terrible miedo que le tenía a caer.
 
- ¿Estas bien? - Preguntó en voz baja Toramaru quien no soltaba la mano de su amigo con fuerza.
 
- Mark…
 
- ¿Eh?
 
El pequeño tuvo que quedarse con la duda ya que por fin el elevador se iluminó y ante ellos se encontraba un lugar secreto de la escuela, que parecía ser unos baños públicos bastantes tecnológicos.
 
- ¡WOW! - Exclamó Toramaru quien se percató que no había soltado la mano de su amigo quien parecía contener sus sollozos. - ¿Dylan estás bien?
 
- … - El mayor no le observaba y parecía querer mantener la distancia.
 
- Vamos amigo, ¿que sucede?
 
- Nada, vamos. - Como si nada Dylan intentó marcharse pero Toramaru no le soltó y le hizo sentarse de un tirón.
 
- Luego hablaremos de esto, ¿esta bien? - Insistió el pequeño con mirada decidida.
 
- Está bien…
 
De esa forma ambos se prometieron tratar luego aquel tema, aunque Toramaru se preocupaba de meter las narices en un tema delicado y Dylan no tenía sabía que pensaría su amigo sobre el luego de hablar aquello… si es que no pasaba algo malo con lo que venía a continuación.
 
De un rincón oscuro de un pasillo que hasta el momento estaba iluminado, el pequeño tigre quien caminaba con algo de seguridad con su amigo, todavía de la mano pudo escuchar muchos gemidos ahogados y de cierta forma, eso le causaba más curiosidad que miedo alguno.
 
Ante ellos una puerta que parecía ser el portal al origen de aquel lugar donde tendría su iniciación se hizo presente, Dylan le invito a desnudarse junto con él, sin haberlo planeado uno le ayudaba al otro a desvestirse sin cruzar muchas palabras, de cierta forma ambos se sintieron mejor al notar la clara erección del otro.
 
Ambos cruzaron la puerta y el aroma a sexo invadió sus fosas nasales, el lugar estaba iluminado de forma tenía y la atmósfera se sentía de ensueño, Dylan parecía quejarse porque habían empezado antes de lo previsto, Toramaru no conocía a las personas presentes aunque le parecía  a reconocer a algunos del equipo B quienes intentaban diversos tipos de cosas, desde sexo oral, trios e intentos imprudentes de penetración doble sin mucho éxito.
 
- ¿Estas nervioso? - Pregunto Dylan quien no se separaba del pequeño.
 
- Bueno es la primera vez con tanta gente. - Toramaru podía contar unas 25 personas más o menos. - ¿Son chicos del equipo de fútbol?
 
- Algunos sí y otros son de confianza así que puedes estar tranquilo. - Dylan acomodo sus lentes oscuros y le abrazo por el cuello. - Seguro les caerás bien pero tienes que tener en claro que debes ser discreto con esto.
 
- Entiendo…
 
- Muchos de ellos están emocionados de conocerte. - Ambos mantuvieron silencio por unos segundos hasta que el mayor prosiguió. - Me da algo de celos la verdad.
 
- Ah… - Toramaru se sonrojo hasta las orejas.
 
De repente algunos chicos se acercaron a Dylan, salvo que Toramaru había pasado por algo que estos traían unos antifaces en sus rostros y sus cuerpos algo sudados.
 
- Wow el nuevo es bastante lindo.
 
- Tiene un cuerpo bien formado… seguramente podremos hacer buenas cosas.
 
- Me gustan sus nalgas ~
 
Cada vez más Toramaru se volvía el centro de la atención y recibía comentarios de diferente índole, uno cada vez más provocador que el otro y no se demoró alguien en atreverse a tocar su cuerpo, empezando por su espalda baja, Toramaru no se mostró renuente al contacto y simplemente sonreía hasta que Dylan calmó a los chicos como si regañara a unos perros hambrientos.
 
- Recuerden que yo lo traje así que es mi deber empezar. - Exclamó el talentoso delantero con recelo llevándose abucheos.  - Es la tradición idiotas.
 
- Esto… - Toramaru se sonrojo ante la atención. - ¿Que quieren que haga?
 
Quizás sin quererlo al decir eso, encendió la mecha de la imaginación de muchos quienes no esperaban para poder hacer algo con el chico a pesar de que ya algunos estaban algo agotados luego de haber hecho alguna que otra cosa.
 
- Bueno, soy el primero. - Reafirmó Dylan.
 
El mayor aprovechando que estaba detrás de Toramaru, comenzó a acariciar su cuerpo suavemente hasta alcanzar el pequeño pene de su amigo que por la impresión, se encontraba flácido, no tardó en jugar con sus dedos con él mientras le besaba la nuca de una forma algo posesiva.
 
El pequeño comenzó a gemir y jadear mientras su amigo proseguía con el contacto, pero eso no le impedía observar a los chicos que le rodeaban quienes habían empezado a masturbarse o algunos se hartaron de esperar y comenzó a hacer cosas entre ellos.
 
Luego de un momento, Toramaru sintió cómo algo se abría espacio entre sus nalgas, Dylan estaba realmente excitado y parecía querer ser más dominante que las veces anteriores, por lo que este último sin dudarlo le empujó suavemente para tener una mejor posición para penetrarle y apenas lubricado su entrada, comenzó a abrirse paso en su interior con firmeza mientras agarraba firmemente sus nalgas.
 
Las embestidas de Dylan eran muy fuertes y Toramaru intentaba con todas sus fuerzas intentaba no gemir ya que al parecer que su amigo se volvió más preciso en darle en su punto más sensible, de cierta forma podía sentir que está era su venganza por haberle cogido de aquella forma tan dura.
 
- Dylan… - Interrumpió un chico de cabello marrón, algo bajito en comparación a los demás pero resaltaba ya que estaba bastante excitado.
 
- ¿No ves que estoy ocupado? - Contestó entre jadeos mientras no desaceleran sus estocadas y se regocijaba de los gemidos que escapaban de su amigo.
 
- Quiero que me la chupe. - Insistió el chico mientras tomaba su pene erecto de la base mientras mordía su labio inferior. - Prometo que luego podrán hacer conmigo lo que quieran.
 
- Maldita sea Jorge, ¿cuantas veces lo han hecho ya contigo?
 
- Creo que unas tres veces ya, o más. - Contestó con una sonrisa
 
Dylan pensó por un momento que hacer y sonrió al llegar a una buena conclusión al ver la figura del pequeño chico de Argentina.
 
- Con una condición. - Dijo Dylan mientras le hacía una señal con los dedos a aquel quien pedía algo de participación. - Tendrás que hacer que el nuevo te llene un poquito más.
 
Toramaru se sorprendió un poco pero Jorge simplemente se acercó al pequeño japonés y comenzó a susurrarle cosas al oído con algo de malicia, haciendo que este se sonrojarse más.
 
- ¿Entonces cuál posición prefieres? - Mencionó sin más mientras le acariciaba la mejilla.
 
- Toramaru, él es Jorge López, no sé si lo recuerdas pero fue mediocampista de los emperadores de Argentina en el FFI, es un pervertido de primera. - Le introdujo Dylan al castaño.
 
- Un placer che.
 
Toramaru pidió entre tartamudeos que deseaba que estuviera en la misma posición en la que lo tenía Dylan, la cual era de perrito, el pequeño tigre notó cómo se vería algo de semen del interior del argentino y comenzó a metérsela sin más, sorprendiendose por lo fácil que era, obviamente por el líquido que tenía este en su interior, una vez que pudo dar la primera embestida su actitud cambió de nuevo, siendo lo que Dylan quería, aquel chico desafiante que no dudaba en atacar.
 
- Aghhhhhh… - Jadeo en voz alta Toramaru mientras aumentaba el ritmo.
 
- Tora ~ - Por un momento Toramaru había olvidado en la clase de lugar en el que estaba. - No puedo dejar que me dejes a la mitad. - Dylan de nuevo se acercó a su espalda y busco la forma de meter su pene en su amigo.
 
- Mételo de una buena vez. - Ordenó Toramaru evidentemente molesto porque en lo que esperaba a Dylan no podía seguir disfrutando del argentino.
 
- Wow con calma. - Respondió algo nervioso el americano mientras ingresaba su pene con dificultad ya que estaba muy apretado su interior, Toramaru no espero y el mismo se encargó de empujar hacia atrás para que Dylan pudiera entrar completamente en su interior, el japonés quien estaba en el medio se sentía totalmente extasiado y perdido, tener su pene ocupado al igual que su trasero era algo totalmente nuevo y el ritmo era algo que no podía marcar el solo.
 
El sexo estaba siendo algo grandioso y podía sentir como sus nuevos amigos se estaban sintiendo igual de bien que el, su juicio y mente comenzaban a guiarse casi automáticamente por el deseo sexual y su cuerpo se ponía cada vez más sensible, por lo cual luego de muchos minutos, Toramaru a cabo dentro de Jorge quien no dudó en salir de su posición y todavía totalmente excitado, una vez que cumplió con su parte del trato, inserto su pene dentro de la boca de Toramaru quien aunque se había venido, seguía siendo penetrado por Dylan.
 
- Eres grandioso amigo. - Dijo en voz alta elogiando al pequeño tigre. - Deberíamos juntarnos luego de esto para hacerlo más.
 
- No lo sé. - Dylan parecía querer quedarse con la exclusividad de Toramaru luego de que acabara esto. - Es demasiado bueno…
 
A pesar de que Toramaru y Jorge tuvieran casi la misma estatura, la resistencia de este último se hacía notable ya que pese a que Toramaru intentaba hacerle terminar, este no dejaba de empujar su pene contra su garganta sin parar.
 
- Creo que voy a acabar… - Finalmente dió aviso Jorge que ya tenía un buen rato disfrutando.
 
- Yo también. - Añadió Dylan quien aceleró sus embestidas.
 
El pequeño tigre intentaba avisarles que no acabarán dentro de él pero era imposible con la boca llena, finalmente los dos acabaron y llenaron sus respectivos lugares, Toramaru comenzó a toser una vez que Jorge sacó su pene de su boca y se preocupó al verlo de esa forma.
 
- Enserio que te pasas. - Le regaño Dylan que sacaba con delicadeza su pene del interior de Toramaru y luego se dispuso a darle unas palmaditas.
 
- Oh vamos no fue nada, solo se está acostumbrando al ritmo. - Sonrió desafiante el argentino quien acariciaba un poco su trasero.
 
- Tranquilo… no pasa nada. - Contestó Toramaru con un semblante oscuro y se balanceo para alcanzar al argentino para que, sin dudarlo, ponerle en posición de misionero encima de él y comenzar de nuevo a penetrarle con un aire de desquite que aterró a Dylan.
 
De esa manera el ciclo se repetía de nuevo y las horas pasaban, la noche se hacía larga y cómo llegó Jorge, comenzaron a llegar cada vez otros interesados, sumándose de más en más y aportando cada uno algo distinto, el único que no se mostraba como un versátil era Dylan quien no se apartaba de Toramaru a pesar de que este lo hiciera con alguien más, dándole una extraña seguridad al pequeño.
 
-Ambos habían perdido la cantidad de veces que se habían venido pero la estaban pasando bien, pero algo extraño eventualmente ocurrió, justo cuando el delantero americano desfallecio por el agotamiento y se tiró un esto para tomar un respiro con los ojos cerrados por un tiempo en el que dudó si se había dormido.
 
Cuando se dio cuenta de que había pasado un buen rato, con nuevos aires dentro de sí, se dispuso a continuar teniendo sexo con un novato que le pidió hacerlo, no tardó en empezar con ello cuando se fijó en algo, había perdió de vista a Toramaru, inmediatamente salió del interior del chico al que penetraba al cual dejó bastante extrañado, busco con la esperanza de verle divirtiéndose tal y como lo había hecho pero no había resultado, su mirada comenzó a cambiar de preocupación a desesperación, a pesar de que el lugar era seguro y discreto, él no poder ubicarlo le desesperaba un poco más de lo usual.
 
- ¿Jorge has visto a Toramaru? - Pregunto obviamente impaciente al argentino que estaba siendo usado por dos chicos grandes.
 
- Creo que lo ví por el vestuario… agh.
 
Maldijo en sus pensamientos y eso no contribuía a su desespero, avanzó con prisa mientras ignoraba las peticiones de otros chicos que deseaban tener algo con él, ¿quizás solo se aburrió de todo?, si fuera de esa forma le hubiera preguntado dónde quedaba la salida pero no fue así.
 
Pero quizás le pudo preguntar a alguien más, después de todo no es como si dependiera de él y ya era lo suficientemente popular.
 
Un sentimiento desamparado invadió al de lentes oscuros que se quedó apoyado en la puerta que llevaba al vestuario donde horas antes estaba con su amigo, sin rastro de este y sin ninguna persona en los alrededores para poder preguntar por el, reviso el lugar y encontró en un rincón la ropa de Toramaru, el seguía desnudo por el lugar y no se lo imaginaba como un nudista para salir así.
 
Dylan se vistió con prisa y algo de torpeza por los nervios, llevando consigo la ropa de su amigo y su tarjeta de acceso que también había dejado, busco por doquier al pequeño sin éxito alguno y luego de llegar a su vehículo, sin encontrarlo, entre jadeos se alarmó al escuchar la alarma del lugar, había ocurrido una intrusión… y no era por ellos ya que se escucharon unos cuantos vidrios reventándose.
 
El joven delantero se subió a su vehículo y esperando para ver si su amigo aparecía entre los chicos que salían temerosos pero con prisa, pero no fue el caso, ¿y si la alerta tenía que ver con el?, De inmediato cuando todos salieron, tomo el ascensor y salio con prisa en medio de las alarmas, los alrededores estaban oscuros pero eso no le importo, mostrando algo de destreza en su manera de conducir se dirigió al dormitorio donde se encontraba la habitación de Toramaru a toda prisa, tocó durante varios minutos al punto de que despertó a otros chicos pero no consiguió nada.
 
- Maldita sea dónde estás… - murmuró entre dientes mientras apoyaba su cuerpo contra la puerta de su amigo y luego de propinarle un golpe a la puerta por la frustración, pensó en tener que pedirle un favor a Alguien un poco desagradable, Dylan sacó su teléfono y marcó una serie de números que le costaba recordar. - Antes de que digas algo necesito tu ayuda. - Habló rápidamente una vez que acabó el tono de espera.
 
- ¿Qué haces llamándome a esta hora? - Preguntó un hombre mayor al otro lado de la línea.
 
- Necesito buscar al chico japonés. -, Murmuró.
 
- ¿Tan rápido lo perdiste?, Esto es un nuevo récord, incluso para ti.
 
- Mira… Estoy desesperado para llamarte ahora mismo. - Sé sincero Dylan mientras apreciaba su mano herida. - Necesito que revises las grabaciones de las cámaras.
 
Hubo un silencio por un largo momento pero no sé atrevió a colgar la llamada.
 
- Solo lo hago porque el chico fue educado. - Contestó el hombre de la seguridad. - Más te vale que no me enteré que tu grupito de degenerados no le hiciera algo malo.
 
- Jamás haría algo que él no quisiera.
 
- Mierda…
 
- Hablo enserio.
 
- No es eso idiota, alguien saboteó las cámaras del perímetro.
 
- ¿Cómo lo sabes? - Fue en ese momento que un dron se acercó por la ventana del piso que se encontraba Dylan. - Enserio que está escuela exagera.
 
- Con todas las exageraciones que dices, alguien logró hacer un caos aquí y te recomiendo que vuelvas rápido a tu dormitorio, quedan unos cinco minutos para que el protocolo de seguridad se complete.
 
De esa forma Dylan colgó el teléfono y con mucha frustración, prisa y preocupación salió del dormitorio de su amigo en dirección al suyo, no se cruzó con nadie, normal, la mayoría seguramente estaban confinados en sus habitaciones por la hora o por la alerta de seguridad.
 
Tan pronto llegó a su habitación se dejó caer en la cama, sin poder conciliar el sueño a pesar de que había gastado demasiada energía.
 
Tuvo un sueño muy desagradable, vinculado a un viejo amigo que ya no estaba y prefirió quedarse en la ducha, sin agua alguna pero aquel lugar le hacía sentir seguro.
 
- Mark, ¿qué debería hacer? - Dijo para sí mismo como si se tratara de un pesado lamento.

Notas finales:

 

 

Espero que disfrutaran el capitulo.


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