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Lo aprendí todo de ti por Yuuki Hachiken

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Notas del capitulo:

Hola!

 

Aqui un capitulo de cierto personaje que no veiamos en un rato.

 

El antiguo capitán del Inazuma Japón se encontraba divagando por las calles de una ciudad que no conocía, de nuevo había llegado a los límites de su paciencia y las ganas de mandar todo al demonio estaban ganando en la toma de sus decisiones.

 

Decidió tomar el tren y no bajar de él durante horas, que se le hacían segundos, escuchando solo a la gente mientras mantenía la mirada baja, no tenía un rumbo en específico ya que eso no le ayudaría a encontrar paz en sus pensamientos, algunas personas dejaban revistas, mangas o periódicos en la parte de los vagones, eso no llamaría su atención hasta que un niño pequeño que hacía un berrinche a su padre recibió una bofetada justo al lado de Endou, quien al igual que las demás personas en el lugar no hicieron nada ante tal reprimenda, se lo llevó consigo casi arrastrándolo y el antiguo capitán noto como éste dejó al lado suyo una revista deportiva, que por la portada llamó su atención como si se tratara de un recordatorio de lo que perdió.

 

  • Tachimukai… - Susurró en voz baja una vez que tomo la revista entre sus manos.

Al abrirla y encontrar el artículo principal con algo de prisa no pudo evitar hacer una mueca al leer el titular, “De perro faldero de Endou Mamoru al mejor portero del mundo”, definitivamente los medios seguían aprovechándose de los hechos de hace tiempo para darle un toque amarillista a los artículos.

 

En el texto, se mencionaban las habilidades de Tachimukai de una manera injusta, apenas nombrado su esfuerzo y comparándolo siempre con Endou, a pesar de que había abandonado la escena deportiva… organizó la hoja del artículo ya que de la rabia las había arrugado de golpe sin querer, más adelante había una entrevista con Tachimukai, que a pesar de las preguntas bastantes ofensivas y con claras intenciones de que el entrevistado dijera algo que se pudiera malinterpretar, no dio pie a ningún malentendido y se mostraba como alguien humilde, pero para nada tímido a la hora de expresar su deseo de seguir mejorando.

 

Pero una respuesta, preocupo totalmente a Endou, al punto de sacarlo de su depresión.

 

Entrevistador: En vista de que es el mejor del mundo actualmente, ¿tiene algún desafío en mente para el torneo interclubes de Ares?

 

Tachimukai: No me considero el mejor del mundo, pero escuché que algunas personas interesantes formarán parte de él (posiblemente refiriéndose a los miembros de Inazuma Japón dispersos en los clubs participantes) y una vez que me mida con ellos… si es que ganó, creo que me retiraré.

 

Entrevistado: ¿¡Retirarse!?, ¿¡Pero acaso no es demasiado joven!?

 

Tachimukai: Lo soy, pero estuve esperando un tiempo y al parecer mi rival no aparecerá por cobardía.

 

Endou sintió una punzada en el pecho… Tachimukai se estaba volviendo alguien que no disfrutaba el fútbol, si no que entre líneas quería aplastar a todos los que una vez lo traicionaron de forma absoluta.

 

Bajo en la estación siguiente con algo de prisa, al parecer se encontraba en las afueras de la ciudad, hacía mucho frío y eran altas horas de la noche, había pasado una eternidad desde que se subió y su estómago rugía, con las manos bien abiertas se dio un fuerte golpe en sus mejillas lo cual hacía desaparecer volando las lágrimas de sus ojos.

 

¿Qué Tachimukai dejé el fútbol es la única motivación que tenía?, definitivamente no.

 

Quería demostrarle a la persona que dentro de sí sabía que todavía amaba, que no podía dar las cosas por hecho y que ante todo, deseaba con todas sus fuerzas ver de nuevo a su rival.

 

Corrió todo el camino a casa, en medio de la nieve y cayéndose en más de una ocasión, pero no quería dejar ir ese sentimiento que parecía sostener con los puños cerrados, quizás estaba loco, pensaba eso por ratos ya que no era ni la sombra de lo que era y esa determinación podría ser efímera, pero Tachimukai lo esperaba… Eso entendía de la entrevista.

 

Endou llegó casi a la madrugada a su casa, todavía no salía el sol y podía ver la luz encendida en la casa de sus padres, seguramente estaban preocupados por él, pero decidió escabullirse a su propia recidencial sin llamar la atención, abrió la puerta con cuidado y pudo ver a Fubuki dormido en su sillón, seguramente había estado en vela desde que decidió hacer como si se lo hubiera comido la tierra, decidió avanzar en cuclillas y empaco con algo de prisa algunas cosas básicas, todavía no sabía realmente qué hacer, si quería unirse a aquel torneo necesitaba pertenecer a algún club… ¿Qué clase de club lo aceptaría con una temporada apunto de empezar?, puede que fuera el capitán del Inazuma Japón tiempo atrás pero no gozaba de una buena fama hoy en día.

 

Recordó que entre el montón de cosas que le traía su amigo, estaba una catálogo bastante particular, donde se mostraban los ranking de los clubs a nivel nacional, lo tomó sin dudar y lo empaco entre su ropa, la cual estaba apilada en una mochila de acampar que sus padres le compraron con la esperanza de que saliera de su encierro.

 

Endou suspiro con tranquilidad una vez que salió de su casa, se llevó las manos a la cabeza al no dejar una nota… pero no se quería arriesgar a ser descubierto y detenido por Fubuki… el apodo de “Asesino de osos” que heredó de su hermano no lo llevaba en vano.

 

De esa manera Endou Mamoru, emprendió su viaje por el país con la esperanza… claro, de manera discreta, de formar parte de un club deportivo para poder ver de nuevo a Tachimukai.

 

Una vez que subió al tren bala, se le ocurrió la brillante idea de unirse a algún club decente, pero seguramente lo rechazaron al instante, por lo que tomó la decisión de probar suerte en algunos nuevos o menos reconocidos.

 

Algo que era más fácil decirlo que hacerlo para alguien quien apenas tenía dinero en sus bolsillos.



Ya habian pasado dias desde que Endou mamoru empezó su viaje por la redención a nivel futbolista y personal, aunque se encontraba muerto de hambre, logró de alguna manera llegar a un pueblo caminando, el cual parecía estar perdido en medio de las montañas, el equipaje que llevo consigo le hacia recordar el peso de las llantas de entrenamiento… sus rodillas temblaban y se dejó caer a la sombra de un árbol.

 

- ¿Estas bien? - Preguntó un niño con ropa muy veraniega de campo quien tocaba a Endou con la punta de su red de cazar bichos.

 

- … - El agotado chico intentaba decir algo pero su garganta se encontraba demasiado seca para poder emitir voz, el cazador de bichos se dio cuenta y amablemente le ofreció su botella de agua.

 

- Debes estar perdido…

 

- G-Gracias, no estoy tan perdido. - Endou le enseñó un mapa bastante viejo que se lo llevó una fuerte brisa al instante por la falta de fuerza en su agarre. - ¡Nooooooo! - Intento alcanzarlo con desesperación pero apenas tenía energía, pero para su sorpresa, aquel chico tan amable se adelantó de un salto, tan fuerte que dejó atrás sus sandalias y su red, por lo que Endou quien apenas podía ver su figura por el fuerte sol, se quedó perplejo al ver la distancia de su salto y como atrapo de alguna manera el mapa en un instante.

 

- Wow…

 

- Disculpa. - Endou se percató que había atrapado el mapa con su boca. - No quería llenar tu mapa de babas.

 

- ¡Eres realmente increible! - Los ojos de Endou se iluminaron como no lo habían hecho antes al ver a alguien con tanto potencial para el fútbol.

 

- ¿Eh?, no soy para nada increible, simplemente… - El muchacho se sonrojo al ver como el agotado forastero le admiraba. - Pense que era un escarabajo muy raro.

 

-  Creeme que he visto a gente muy buena y no se que clase de entrenamiento llevas pero es realmente sorprendente.

 

- Anda, no exageres… además soy algo impaciente por lo que no suelo atrapar ningún bicho. - Endou observó como efectivamente ninguno de sus tuppers para atrapar bichos se encontraba con algo insecto.

 

- quizás te estás equivocando hacia donde debes llevar tus habilidades y esfuerzos. - El talentoso portero se sorprendió por la forma que uso para expresarse. - Por cierto, soy Endou, gracias por ayudarme.

 

- Quizás tienes razón...  - Endou observo como este limpiaba desesperadamente al mapa a pesar de que no veia ningun rastro de saliva. - Mucho gusto en conocerte, Endou San, soy Noboru.

 

Cuando se estrecharon la mano, Endou pudo admirar mejor al chico, su cabello rojizo bastante corto pero desordenado, sus ojos castaños oscuros y su piel levemente morena por el sol le pareció bastante peculiar, tenía un apretón firme y su contextura física no era la gran cosa.

 

- ¿Que te trae por aquí? - Pregunto Noboru con una sonrisa en su rostro mientras Endou salía de sus pensamientos.

 

- Bueno… estoy buscando un lugar, ¿conoces el colegio Tonegawa Tousen?, escuche que tienen un equipo de fútbol y buscan jugadores…

 

Noboru  lo observó de manera pensativa pero parecía saber de que podrían estarle hablando, tomó del brazo a Endou y sin decirle nada parecía querer llevarlo al lugar que le preguntó.

 

- Calma…no me siento muy bien…. - Endou comenzó a sentirse mareado y un último rugido de su estómago fue el preludio de su desmayo, Noboru logró atraparlo y se preocupo demasiado al verlo así, no sabía si debería ir a buscar a un adulto… pero su imaginación lo llevó a alertarse del ataque de un posible oso o peor, que alguien se aprovechara de lo vulnerable que estaba.

 

Dando un pequeño suspiro, Noboru se calmó y puso a Endou sobre su espalda, le llamo la atencion lo liviano que estaba para ser más grande que él y  no pudo evitar preocuparse aún más, con su otra mano libre intentó llevar la mochila del desmayado pero estaba muy pesada, eso lo llevó a dejar tirada sus cosas entre las raíces del árbol y darle prioridad a las de Endou.

 

Sabía que no podía llevarlo a la escuela tal y como prometió en silencio, primero debía ayudarle.

 

Para las personas en aquel pequeño pueblo, en el cual el sonido de las cigarras eran protagonistas en dicha época, el sol abrazador y el viento abanicando los campos de arroz, los niños corrían de un lugar a otro con paletas en sus bocas y los ancianos les vigilaban atentamente, por lo cual fueron los primeros en darse cuenta de lo que cargaba Noboru y alertaron a los demás adultos de lo ocurrido, era un pueblo pequeño y era normal que se ayudarán mucho entre ellos ya que todos se conocían.

 

Endou tuvo un sueño, en el cual estaba en una mejor época… una donde creía fervientemente en sus amigos y disfrutaba entrenando con Tachimukai, sentía que el mundo entero les apoyaba y que no existía nadie que les pudiera pasar, claro, si existe alguien asi el estaria emocionado de enfrentarlo junto a sus amigos, los entrenamientos exclusivos de porteros eran excusas que él daba para estar a solas con Tachimukai, eran las oportunidades ideales para decirle sin verguenza cuanto lo quería y las ganas que tenia de que estuvieran juntos por siempre.

 

Pero no lo hizo y se arrepintió toda su vida.

 

Endou se despertó con la respiración agitada, sudando y sintiéndose dolorido en todo su cuerpo, se percató que estaba en un lugar que no reconocía y que se encontraba desnudo… con un suero intravenosa en su brazo izquierdo y mucha medicina a su lado.

 

- ¿Donde estoy? - Pregunto totalmente confundido y algo aterrado por la apariencia algo vieja del edificio, no se encontraba en una camilla así que deducía que no era un hospital y el sonido de las cigarras evidenciaban que seguía en los perímetros de aquella montaña.

 

El joven escuchó como alguien se acercaba ya que los pasos de una vieja madera no daban pie a la discreción.

 

- Por fin despertaste. - Dijo un chico en voz alta al cual Endou reconoció su voz al instante, cuando este abrió la puerta, se encontraba semidesnudo con nada más que su ropa interior y cargaba consigo una bandeja de comida junto con medicina. - disculpame por como me veo… pero los abuelos me dijeron que debía buscar unas hierbas especiales en las montañas y….

 

- No es problema. - Intervino rápidamente Endou al ver el esfuerzo que había hecho por el. - disculpame a mi por causarte tantos problemas.

 

- Hubieras hecho lo mismo por mi, eres alguien gentil. - Endou se quedó extrañado ante las palabras de Noboru, antes de que pudiera decir algo, este le entregó la bandeja y se acercó a una bolsa la cual le tiro casi en la cara. - Es normal que te enfermes de esa forma si te alimentas así y consumes esa porqueria.

 

- … - Solo podía sentir vergüenza al ver que en la bolsa se encontraban las botellas de alcohol y cajas de cigarrillos que había usado dias atrás.

 

- Mira, Endou. - Noboru se sentó en la cama del enfermo. - realmente no me interesa quien eres o porque clase de cosa pasaste.

 

- Gra…

 

- Más que nada porque aquí no tenemos internet y me resulta muy difícil buscar sobre ti.



Luego de decir eso, ambos no se atrevieron a hablarse y Noboru se limitó a ayudarle a comer y suministrarle la medicina.

 

- Noboru… - Endou cortó el silencio ya que necesitaba saber dónde estaba.  - ¿enserio no sabes quien soy?

 

El pelirrojo comenzó a cerrar los puños, dejó los palillos a un lado y cruzó miradas con Endou.

 

- ¡Que no lo se! - Gritó con cólera ante la insistencia de a quien intentaba ayudar. - ¡ERES UN ALCOHÓLICO Y DROGADICTO ASÍ QUE POR FAVOR CÁLLATE!

 

Para la sorpresa del indefenso Endou, Noboru le tomó de la mano con fuerza y no le importo dejar tirada la bandeja, Endou había tomado la medicina antes y la cólera lo impulsó a llevarlo consigo a tomar un baño.

 

Llegaron a pesar de que el enfermo portero había sido arrastrado porque la fiebre le dio un golpe de calor en su cuerpo, a pesar de eso Noboru no se fijó en ello y abrió el baño de golpe, tirando a Endou dentro por lo que no dudo en comenzar a desvestirse la ropa interior que le quedaba sin pena alguno ante el.

 

- ¿Que tanto me ves? - Endou se encontraba mirando la entrepierna de Noboru desde el suelo y tenía un ángulo bastante bueno de su intimidad.

 

- N...Nada….

 

- ¿Acaso también eres un degenerado? - Noboru lo juzgaba con la mirada. - Debe ser la fiebre…

 

- Si que tienes un buen cuerpo….

 

Noboru terminó de ponerse como un tomate, al mismo tono que su cabello y de la cólera le dio una patada a Endou en el abdomen haciendo que este casi vomitara por la fuerza.

 

Cuando este se calmo, no se dirigieron la palabra mientras se aseaban, Endou necesitaba pedirle disculpas por sus comentarios y que se refería a que estaba bastante tonificado para su edad, seguramente tenía un año menos que Tachimukai, ósea la edad de Toramaru y la verdad, sus facciones eran bastante jóvenes, podría hacerse pasar por un chico aun mas menor.

 

- Déjame tallarte la espalda. - Dijo Noboru haciéndole sentir un escalofrío a Endou por su tono enojado de voz. - La fiebre te hace soltar demasiadas estupideces… - La primera frotada en la espalda del enfermo pareció más un arañazo, Noboru estaba aplicando demasiada fuerza.

 

- Auch…  

 

- Parece que no te has bañado en días así que no te quejes. - El pelirrojo ya había notado como Endou se encontraba en una condición bastante horrible, eso reafirma su pensamiento de que había huido de casa o se había metido en problemas con algunas personas.  - ¿Tus padres te golpeaban?

 

- ¿Eh?, no… digamos que quiero remediar las cosas y dejar de ser un drogadicto y alcoholico de mierda.

 

- No entiendo como alguien apenas un poco mayor que yo y que se nota que se esfuerza, llegara a caer así.

 

- Jamás debes confiar plenamente en nadie, Noboru.

 

- ¿Ni siquiera en ti ahora mismo?

 

- No se, tu lo has dicho, podría ser un pervertido o peor.

 

- Jajaja no creo, ambos somos chicos y obviamente no tendrías ningún interés en mi. - Endou no podia creer que el no supiera que dos personas del mismo sexo podrían… fue entonces cuando se le vino a la mente el rostro enojado de Tachimukai como una imagen vivida.

 

- Disculpa.

 

- ¿Que?

 

- Ah nada nada, es solo que… me pregunto, ¿dónde están tus padres? - Endou no había visto a ningún adulto desde que despertó.

 

- Ellos trabajan en la ciudad así que la mayoría del tiempo estoy solo… los abuelos del lugar me cuidan y son como parte de mi familia. - Noboru tomó una pequeña pausa en su labor de tallar la espalda y procuro respirar hondo. - Endou, si necesitas ayuda y dejas de hacer tonterías… puedes contar conmigo.

 

- Enserio te pido disculpas por mi actitud.

 

- Bueno ya tendremos tiempo para comprenderte, según los abuelos tienes un virus que suele afectar a los forasteros asi que te quedaras unos días aquí.

 

- No quiero causar problemas… - Endou recibió un golpe con la toalla en su espalda. - Auch…

 

Noboru no quería ser honesto del todo y decirle que también era porque se sentía solo ya que no había muchos niños en la escuela, para los demás el era solo un chico solitario y extraño, Endou era una persona nueva y como no podría salir, tendría la oportunidad de volverse su amigo, aunque consideraba a las personas de la ciudad bastante aburridas.

 

Finalmente ambos estaban listos para entrar a la tina, Endou siendo el primero por lo que Noboru se aseguro de que este no se tropezara o peor, se lastimara la cabeza con el borde.

 

Ambos se encontraban totalmente relajados, Endou sentía que su cuerpo se derrite en el agua de una manera muy calmada y que disfrutaba, siempre había deseado tomar un baño asi con Tachimukai o ir a unas aguas termales como habían hecho Handa y Max, solo imaginarse al castaño totalmente desnudo y apenado le lograba calentar más que el mismo agua caliente.

 

- ¿Estás pensando en tu novia? - Noboru lo sacó de sus pensamientos y le guiñaba el ojo.

 

- Ah… sí. - Obviamente estaba mintiendo pero no quería sufrir alguna clase de rechazo como paso años atras. - Es algo timida y… determinada.

 

- Jajaja se nota que te gusta mucho. - Endou no sabia a que se refiere el pelirrojo hasta que vio su entrepierna.  - Tranquilo hombre, no tienes que tener pena, eso me pasa tambien a veces cuando pienso en alguna chica linda.

 

- Creo que necesito agua fría…

 

- Espera. - Noboru detuvo a Endou antes de que saliera de la tina.

 

- … Tu…¿lo has hecho con tu novia? - Preguntó al instante y el enfermo se sintió como si le hubieran pateado de nuevo.

 

- Si, ¡CLARO QUE SI! - Endou intentó escapar de nuevo pero Noboru no le dejó. - Oye debo solucionar este asunto.

 

- Cerraré los ojos y si quieres hazlo pero a cambio… cuentame como lo hiciste con ella.

 

Endou se quedó perplejo ante la proposición del pelirrojo y no estaba muy seguro de que tan inocente era.

 

-  ¿Acaso te gustan los chicos?

 

- ¿Eh?, no para nada, pero si ambos tenemos lo mismo… y tengo curiosidad de saber sobre cómo es eso, ademas he escuchado que otros chicos hacen eso juntos… ¿qué tiene de malo? - Noboru tartamudeaba con cada palabra así que Endou prefirió darle lo que quería saber a pesar de que todo iba a ser mentira.

 

- Esta bien pero cierra los ojos. - Noboru obedeció al instante y a pesar de que Endou tenía vía libre de aliviar la presión en su entrepierna, se mantuvo al margen. - Bueno… ella era una chica que conoci en un viaje, se había matado entrenando con algo que había dejado mi abuelo tiempo atrás en su escuela… sus lindas manos estaban dañadas y sus ojos azules… cabello castaño y pequeña figura, fue algo que me robo el corazón al instante.

 

- Desearía conocer a una chica asi de linda. - Dijo Noboru en voz alta con los ojos cerrados.

 

- Bueno, se necesitó de una invasión alienígena para que a mi me pasara. - Comentó Endou entre risas.

 

- ¿Eh?

 

- Nada nada, bueno… yo era algo así como el ejemplo para esa persona, ambos solíamos escaparnos a entrenar solos ya que jugábamos en la misma posición, levantábamos mucho peso y corríamos por largos trayectos, más de una vez quedamos agotados y al ver su cara toda colorada… no podía evitar robarle besos y… francamente use mis manos por su cuerpo. - Endou cerró los ojos también y comenzó a imaginarse esa etapa de su vida. - Reíamos aunque su personalidad seria a veces me obligaba a apretarle las mejillas.

 

- Se nota que se divertían…. Endou cuenta las cosas calientes.

 

- Que impaciente… bueno, a mi me gustaba lamerle abajo a pesar de que eso no le gustaba, normalmente prefería más hacermelo a mi, pero su aroma y el sabor era casi adictivo… a veces como no nos poniamos de acuerdo de quién iría primero, hacíamos una posición en la que yo tenía acceso a lo suyo y esa persona a lo mio, no se si conoces la posición de 69.

 

- Una vez vi una revista que tenía eso, continua.

 

- Bueno… me gustaban sus gemidos y… - Endou se perdió enteramente en sus pensamientos. - no pude aguantar mas y comence a meterle dedos en el culo.

 

- WOW, ¡¿tuviste sexo anal?! - El pelirrojo comenzó a emocionarse cada vez más y a admirar a Endou.

 

- S..Si y sabes, se sintió muy bien.

 

- Sigue contando.

 

- Era muy apretado y caliente, le tome de la cintura y comencé a mover mis caderas al ritmo que le tocaba su entrepierna. - Era inevitable para Endou el comenzar a tocarse, abrió de reojo uno de sus ojos y Noboru estaba totalmente calmado y quieto aparentemente, con los ojos cerrados como prometió. - Fueron los mejores momentos de mi vida porque no solo… me sentía conectado a esa persona si no es que me estaba sintiendo genial en cada segundo.

 

Endou comenzó a sentirse un poco triste de recordar que eso nunca pasó y quizás nunca pasara asi que comenzo a dejar caer unas lagrimas pero finalmente, acabó, logro venirse pero eso solo logró hundirlo en más depresión.

 

- Noboru… - Endou abrió los ojos totalmente al notar que el pelirrojo ya se había venido y podía apostar de que algo le había salpicado en el hombro. - ¡AGHHHHHH!



De esa manera, Endou y Noboru empezaron a entablar una amistad...algo peculiar.

Notas finales:

 

Espero que lo disfrutaran!


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