Capítulo 6
“Dicciones “
Cuando somos adolecente, amaos con intensidad, pensado muchas veces que encontramos el amor verdadero, creemos que ese amor de adolescencia es para siempre.
Muchas veces es así, pero otras no y te das cuenta tarde, ¿Sera que a veces amar no es suficiente?, el amor es fundamental en una relación, pero es suficiente para que funcione.
-Lo siento Sakuragi, -Sendoh respondió de manera seria mirando el mar. – pero creo que nunca debí ofrecer eso.
-¡pero dijiste que me amas!
-Y lo hago. – respondió con tanta sinceridad que, Sakuragi pudo ver el dolor en esos ojos azules. – Pero yo no quiero ser el premio de consuelo, sabe que Koshino no merece esto, - suspiro derrotado. – No lo amo, pensé que me olvidarlo de ti, si me enfrascaba en una nueva relación, pero fui un iluso.
Hanamichi no sabía cómo responder a eso, tenía que ser franco nunca le importo mucho los sentimiento del hombre a su lado, siempre lo vio con un amigo, un amigo con derecho a sexo, pero solamente eso, siempre estuvo enamorado de Rukawa y nunca dejo de pensar en él, era tan ciego ese amor, que no vio lo que tenía a su lado y hoy 15 años más tarde se dio cuenta.
-Sendoh yo…
-No tienes que decir nada. – Susurro el mayor. – Necesitaba decirte esto, era algo que tenía guardado, creo que ahora estamos en paz ¿no?
El pelirrojo cayo a la fría arena, llevo sus rodillas al piso. – No sé qué va a pasar con mi familia ahora. – Susurro con voz rota como niño pequeño.
-¿Tu amas a Rukawa? – Hanamichi asintió. – Entonces debes luchar. – La sonrisa triste que esbozo el ex rey de los rebotes, hizo sentir a Sendoh como universitario nuevamente.
-Es difícil luchar solo, el amor unilateral no funciona. - Hanamichi pensaba en todo lo que había sucedido en todo estos años, fin de cuenta él fue que le pido a Rukawa volver una vez que este se mudó a Nueva York.- ¿Es egoísta desear solo una vez que tú seas la primera opción? – Sendoh no respondió a esa pregunta, no porque no quisiera, solo porque no sabía que responder a ella.
Muchas veces tapar el sol con un dedo es más fácil, que enfrentar las consecuencias, dicen que el amor verdadero es tan solo el primero y que los demás son tan solo para olvidar. ¿Qué tanta verdad abra en esa frase?
-Me gustaría retroceder el tiempo atrás. – El más alto hablo, demasiado bajo, pero el peli negro logro escuchar aquel murmullo.
-A mí no. – Respondió con voz firme, pero aun manteniendo esa inusual sonrisa, que hacía que Hanamichi se exasperara.
-¿Por qué? –Pregunto curioso
-Quizás no tome las mejores decisiones, que cuando supe que volverías con el zorro, pensé que me volvería loco, que esa opresión en el pecho me mataría. – Hanamichi lo miraba con admiración. – Muchas veces desee no haberte conocido. Pero también me di cuenta que lo que me sucedía era un forma que la vida me enseñaba que crecer era eso. – El pelirrojo lo observo, su corazón latía. – Darse cuenta que no se puede tener todo en la vida.
El silencio los invadió, la brisa y el mar chocar con las rocas, era lo único que se podía escuchar, el silencio no era incómodo.
-Cuando Koshino llego a mi vida, tengo que reconocer que fui un completo bastardo con él, pero me di cuenta a tiempo lo que tenía frente a él, entonces lo decidí.
-¿Decir qué?
-Que me daría una oportunidad de ser feliz, y así ese chico terco como él solo entro poco a poco, debo ser sincero lo que siento por tu es muy fuerte, pero con él encontré esa tranquilidad que tanto busque, gracias a su paciencia seguí adelante, formamos una familia, la cual estuve a punto de arruinar por idiota, Pero tú tienes razón en algo.
-¿En qué?
-El amor unilateral es cansador y ser egoísta de vez en cuando no es malo Hanamichi. –Sendoh se paró, palmeo el hombre es el hombre que le enseño amar. – Suerte Sakuragi.
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Kogure estaba mirando el hermoso paisaje que el centro vacacional le ofrecía, Mitsui sus ojos estaban rojo, pero sabía que la decisión que tomo era la correcta.
-¿Qué haces aquí? –La voz de su pareja y causante de su sufrimiento lo tomo por sorpresa.
-Te estaba esperando. – Mitsui rodo los ojos.
-No quiero pelear ahora. – El tirador de tres puntos dijo de manera cansina. – Mejor vamos a dormir y mañana hablamos con más calma.
-No, - Para sorpresa del más bajo su voz era calmada, eso le dio fuerza para seguir. – Quiero decirte, y no puedo esperar hasta mañana.
-Ok, ¡que eso tan importante? – Pregunto con sarcasmo.
-Quiero el divorcio. – La sonrisa arrogante que portaba el oji azul se borró al instante
-¿Qué estás diciendo?
-¡Lo que escuchaste! – Mitsui avanzo algunos pasos aun incrédulo.
-¡Vamos Kogure! – Trato de buscar algún rastro de broma en el rostro de su pareja, pero no lo encontró. - ¡No puedes echar a la basura todos estos años!, - La respiración de Mitsui era irregular el miedo se apodero de sus ojos. - ¡No me puedes separar de mi hijo!
-Y no lo hare puedes verlo las veces que quieras, nunca le negaría a mi hijo estar con su padre.
-Vamos amor dame otra oportunidad, lo que paso con Rukawa ya quedo en el pasado. – El más alto vio el dolor en los ojos de su pareja al nombrar a la ex estrella de su equipo de preparatoria.
-No Mitsui. – Susurro apretando los puños.- Es hora de darme una oportunidad a mí mismo.
-¿De qué hablas?
-¡Que yo también merezco ser feliz! – Grito con dolor, para luego irse, dejando a Mitsui solo.
-¡Soy un idiota! –Por primera vez el lloro, por haber perdido todo en una noche.
Dicen que las cosas las valoramos cuando ya es demasiado tarde y no las tenemos con nosotros.
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La mañana llego iluminándolo todo, el sol parecía que ese día reluciría más de lo acostumbrado. Cierto pelinegro descansaba en su cama tamaño King, pero por las ojeras que estaban bajos sus ojos se deducía que no durmió nada esa noche.
Tenía un mal presentimiento, Hanamichi no había vuelto, no sabía dónde estaba, pero tampoco lo fue a buscar el pelirrojo necesitaba espacio para pensar y así poder arreglar las cosas cuando regresara ya más calmado.
-¿Papi estas despierto? – La inocente voz de su hijo menor lo hizo sonreír.
-¡hey travieso! – Saludo de manera amble. Incorporándose de la cama. - ¿Tienes hambre? – El pequeño asintió corriendo para colarse en la cama de su padre, frunciendo el ceño cuando vio el lado de su padre perfectamente ordenado.
-Papi Hanamichi no durmió contigo. – Rukawa suspiro.
-No. – Respondió con sinceridad. – Papi decidió dar un paseo el necesita pensar.
-Oh bueno me hubiera avisado y te hubiera hecho compañía para que no durmieras solito. – Las inocente palabras de su hijo lo hicieron sentir como un miserable, sabía que estaba a pasos de perder todo lo que tenía.