Egoísta
Sus manos comenzaron a temblar de manera incontrolable mientras sus ojos releían la página de aquella revista, el temblor viajó hasta sus labios y ojos ansiosos, hasta soltar la primera lágrima.
—Explicación... Necesito... Una explicación —Murmuró para sí mismo, tomando las llaves de su automóvil.
—Ey, maknae... ¿Qué haces? —Se apresuró a interrumpirle Ji Yong, intentando detener al menor. SeungRi se veía alterado, y nadie mejor que él sabía que sólo provocaba desastres.
— ¿Tú sabías esto? —Preguntó sobresaltado, tendiendo la revista a su mayor. Pronto TOP se acercó, quien se había mantenido en el sofá del estudio, al margen de todo.
Ambos mayores se miraron en silencio y Seung mayor negó para Ji Yong, sin embargo éste le ignoró.
—Ri... Young Bae... Él comentó que lo haría
— ¿Lo sabían? Ustedes...! ¿Por qué no me lo dijeron, ah? ¡Pudieron tomarse esa molestia al menos! —Gritó, arrebatando la revista bruscamente al líder.
— ¡Ri, espera! —Intentó detenerle Ji, sin embargo TOP le detuvo.
Para el Seung Hyun mayor Ri seguía siendo inmaduro e impulsivo, sin embargo aquella mirada desesperada en sus ojos le recordó a él, aquella mirada temerosa de perder a alguien importante.
...
Los pequeños ojos de Young Bae lucharon por abrirse y su cuerpo intentó levantarse del sofá al escuchar el sonido estrepitoso y repetitivo que irrumpía en su casa. Tuvo varios intentos fallidos, hasta que una lejana voz logró escuchar. Parecía ser SeungRi.
SeungRi, el ruidoso Ri… ¡SeungRi!
Fue hasta ese instante, cuando su cerebro despertó, que pudo ponerse de pie, y corrió a abrir la puerta, mientras tallaba sus ojos e intentaba disimular su aspecto adormilado.
— ¡Ey, Ri! —Sonrió al menor, disimulando su sorpresa, a decir verdad no estaba acostumbrado a ver a SeungRi ahí. — ¿Qué te trae por aquí, ah? —Dijo animadamente, dándole el pase al otro.
Seung Hyun repentinamente sintió quedarse sin habla, todo el camino del estudio a casa de Young Bae había estado fantaseando con los mil y un insultos que le arrojaría, había planeado las respuestas perfectas a cualquier reclamo de su mayor, sin embargo, justo en ese momento, frente a ese hombre…él se sentía vulnerable de nuevo.
—Hola, hyung…—Murmuró, entrando a la estancia. Se mantuvo en silencio hasta que fue conducido a la sala principal.
—Toma asiento, Ri, ¿Gustas alguna bebida? Tengo…—Ri observó aquellos rosados labios moverse, diciendo marcas y sabores de bebidas al azar, pero él no podía escucharle, tan sólo le observaba con atención.
Finalmente el menor negó con la cabeza y extendió lo que parecía un libro en la mesa de centro que los separaba.
—Yo quería preguntarte algo hyung…—Comenzó, abriendo la revista en la página exacta.
A ese punto su voz era demasiado calmada, se podría decir que tímida. Ri podía ser muy excéntrico y alegre, sin embargo si alguien lograba apaciguarlo era Young Bae, quien se sintió mareado al ver la nota periodística.
—Je… ¿Tú también, eh? —Comentó el mayor riendo tontamente, intentando mantener la calma.
Entonces SeungRi sintió su sangre hervir y, sin previo aviso, tomó la revista y la estampó en el rostro ajeno. No tuvo tiempo si quiera de arrepentirse o dudar, pues cuando volvió en sí, el arrugado librillo yacía a un costado de Young Bae, y éste lucía pálido.
Lee quiso disculparse de inmediato, sin embargo, al abrir la boca, sólo blasfemias salieron.
— ¡Eres un maldito hijo de puta! ¿Sabes? ¡Un cobarde! ¡Eres un jodido perdedor, Young Bae!
Taeyang parpadeó varias veces seguidas, intentando asegurarse de estar despierto. Sabía que el menor podía llegar a ser realmente creativo a la hora de insultar a alguien, conocía ese temperamento explosivo, casi igual al de Ji Yong, sin embargo no conocía la razón de su enojo.
— ¿Qué rayos te pasa, ah? No puedes venir a mi casa e insultarme, tonto. —Young Bae también quiso ser hiriente, sin embargo ¿Cómo podía insular a SeungRi? Si el menor desbordaba ternura incluso enojado.
— ¡Cállate! ¿Cómo puedes tú ir por la vida siendo un mentiroso, ah? ¡Te lo pregunté Young Bae! Yo…Te pregunté…—Su voz se agudizó un poco más, y las primeras lágrimas salieron, haciéndole girar rápidamente el rostro con enojo.
— ¿De qué jodidos hablas, Ri? —Bae podía ser muy paciente, pero temía que si permanecía calmado SeungRi cometiera alguna estupidez. —Yo…no estoy entendiendo. —Le hizo saber, volviendo a tomar su asiento, y como reflejo el menor también así lo hizo. — ¿Podrías explicarme, Ri? Por favor…
¿Cómo odiar a una persona tan dulce?
—Bae hyung… ¿Realmente sales con HyoRin?
La pregunta flotó en toda la habitación, mientras ambos observaban el artículo que hablaba al respecto.
—YG lo confirmo ¿no? —Algo se rompió dentro de Ri.
— ¡Ese no es el punto! Quiero escucharlo de ti ¿sabes?...Yo…quiero que lo digas…para…
Ri negó, decidiendo guardar silencio, había ido a obtener una respuesta, no a confesarse. Porque sí, estaba dolido, demasiado, estaba enamorado de ese tonto hombre y pensó, que sí Young Bae afirmaba su relación con aquella chica, entonces él podría dejarle libre.
—SeungRi… ¿Realmente importa?
Ri sonrió con nostalgia, sintiéndose afligido y desorientado. Aquella respuesta era tan sólo una afirmación. De acuerdo, había obtenido su respuesta, podía ponerse de pie y marcharse, continuar con su vida y ser feliz… ¿Entonces por qué sentía morir?
Para cuando quiso marcharse no podía ni siquiera ver adecuadamente, sus ojos se cristalizaron e irritaron, mientras soltaba todas aquellas lágrimas contenidas.
—A mi si… ¿Sabes? …Para mí si era importante saberlo.
Young Bae tan sólo podía observar como el otro se desmoronaba frente a él, y se comenzaba a arrepentir, después de todo había sido él el que había ido con YG para que dijera aquellas cosas, pensando que así podría librarse de aquellos malos pensamientos.
—Yo…Ri…No era mi intención lastimar a nadie. —Ya no sabía que decir, tan sólo pudo acercarse a un costado del menor, y palmear su espalda débilmente.
—Claro…Nunca es culpa de nadie. —Intentó sonreír, fallando en el intento, mientras limpiaba su rostro y sentía la calidez que emanaba la caricia de Young Bae sobre él.
Sus ojos se conectaron finalmente, fundiendo a ambos en un largo silencio, uno cómodo y tranquilo, hasta que el menor desvió la mirada, sabía que si seguía contemplando esa dulce mirada, él no sería capaz de apartarse nunca.
—Seung Hyun… ¿Por qué lloras?
Lee tan sólo sonrió, mirando el alfombrado de la estancia, intentando reprimir sus lágrimas.
— ¿La amas? —Preguntó repentinamente, encarando a Young Bae.
— ¿Qué?
— ¿Qué si la amas? ¿Lo haces, hyung? Tú…la amas a ella… ¿Quieres casarte con ella? ¿Tener hijos, una familia? ¿Quieres ser feliz con ella? —Su voz más allá de ser afligida era brusca y agresiva, dejando nuevamente perplejo a Bae. — ¡Contesta! ¿Es tan importante para ti?
—Ri…yo no… ¿De qué hablas?
— ¡Deja de divagar! Tan sólo hazlo… ¡Dime que sí, que es lo más importante para ti! Y sólo así voy a ser capaz de marcharme…di que la amas.
Young Bae contempló con asombro aquellos dulces ojos llorosos, y miró la desesperación ellos. Entonces lo supo, todo se reveló ante él.
—La amo. —Ri se doblegó de dolor. —Si dijera algo como eso…sería una mentira…Yo…no quiero que te vayas.
Todo había perdido sentido ya, ambos no sabían si era la realidad o un sueño más, sin embargo tan sólo pudieron ver sus ojos y labios ajenos, alternándose entre sí, hasta que el menor se abalanzó a la boca ajena, degustando el sabor prohibido.
El choque había sido eléctrico, tan rudo y necesitado. Ambos se movían a su ritmo, intentando prolongar el beso lo más posible y grabarlo en su memoria por si no volvía a ocurrir.
—No la amas…—Susurró Ri, contra los labios del mayor, depositando más pequeños besos.
—Espera, Ri…debo decirte algo…—Bae decidió que era hora de dar explicaciones, sin embargo fue callado por SeungRi.
—No digas nada…no lo arruines, hyung. —Sonrió. —Young Bae…Yo…no me importa si sales con ella ¿sabes? Yo…soy una pésima persona, tan egoísta y arrogante. No me interesa si tienes a alguien más…yo puedo estar a tu lado también…
El mayor abrió los ojos con sorpresa, horrorizado ante lo que escuchaba. ¿Ri le proponía ser amantes?
—Soy un egoísta, hyung…El peor de todos. —Se lamentó, al ver la expresión asustadiza del otro. —Creo que mejor me voy
—No, no, Ri, espera… ¡Ella no es mi novia! —Gritó, sintiéndose liberado.
— ¿Qué?
—Sí, Ri…yo…sólo quería intentar alejar mis sentimientos de ti ¿sabes? …El egoísta soy yo.
Aquellas palabras habían caído como un balde de agua fría para el menor, había estado sufriendo desde que se había enterado, y ahora Bae le decía que había sido una mentira. ¡Quería matarlo! Pero su mente no daba para mucho.
—Entonces… ¿No tengo que ser tu amante? —Nuevamente sintió ganas de llorar.
—No, no…Por supuesto que no… ¿Qué te parece ser mi novio? —Sonrió.
El rostro del menor enrojeció de inmediato, e incluso desvió la mirada apenado y negó.
— ¿No quieres?
— ¡No! Es decir ¡Sí! Sí, quiero. —El mayor sonrió ante la respuesta. —Como no querría serlo. —Murmuró.
Young Bae sonrió más ampliamente y tomó la mano del otro, para después llevar la libre a su rostro y besarle de nuevo. Al parecer toda aquella farsa le había dejado algo bueno al fin.
Su mutuo y dulce amor egoísta.