This story is mine
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Capitulo # 4
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“Yo era su esperanza…”
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– ¡Yo…quiero odiarlo tanto, que simplemente no puedo!...Tantos años… de él no me lo esperaba; Le deseo un infierno, a pesar de que debería ayudarle a sobrellevarlo y felicitarlo – Llora la voz desde el otro lado.
–Tranquila, ya pasó… – Puedo reconocer también la segunda voz. Si había alguien sorprendido aquí era yo, no ellas.
– ¡No quiero calmarme, Cornelia! ¿Por qué me quitan lo único que quiero? ¡No es justo… ! – Chilla.
– Por todos los Santos, Euphemia, ya basta. Llorar no va a servirte de nada – Hay algunos minutos de silencio después de eso, pero sigo escuchando sollozos ahogados.
– Estaba tan segura de que me elegirían… Incluso había encargado muestras de tela para mi vestido… pensé que no tendría que irme, que viviría aquí… con Suzaku… tendríamos una hermosa familia– El tono que utiliza me hace sentir culpable, aunque sé que no debería. Igualmente si mi hermanita no sabía del complot no sería mucho tiempo el que pudiera disfrutar de un matrimonio feliz. Estoy haciendo lo mejor para todos y estoy dispuesto cualquier cosa, incluso si tengo que quebrar las ilusiones de mi propia sangre.
– A veces no todo es perfecto. Además, Lelouch no lo planeo… ¿Lo viste, cierto? Cuando el emperador lo llamó estaba a punto de llorar, apenas se recompuso. En esta situación está en desventaja; Lo separarán de los demás príncipes menores, las personas a las que cuidaba con tanto esmero, de su pueblo, de su hogar… Él es fuerte, pero también es sólo un niño. Estará deprimido de aquí hasta que muera, aunque lo oculte. Para él es una humillación, de todos modos – Lo que dice mi hermana mayor me impresiona y a la vez me alivia. Se tragaron mi actuación, por poco, me parece, pero lo hicieron. Piensan que sufriré mucho. En los años en los que estuve separado de ellos maduré más de lo que creen, así que estoy preparado para lo que venga.
–… ¿Sabes qué me dijo cuando se acercó? Que lo que hacía era un favor, que se alegraba que no hubiera sido yo la que sufriera por esto…Se notaba tan triste, incluso me besó la mejilla –Razonó Euphie.
– ¿Lo ves? Será peor para él. Y su matrimonio no será real, por lo que si quieres podría encontrar la forma de mantenerte muy, muy cerca del Emperador. Con tu belleza y carisma seguro que lo haces arrepentirse de no escogerte. Y si quedas embarazada antes que Lelouch y tu hijo es un niño el matrimonio quedará anulado y pasarás a ser automáticamente la emperatriz – No puedo creerlo. Mi familia siempre tiene planes retorcidos, pero esto se les ha ido de las manos. Mi enlace podrá no ser real, es cierto, pero voy a dejarle en claro a Suzaku que no toleraré ninguna infidelidad.
– ¡Pero es que yo no quiero ser solo la amante…! – Grita – Sería una deshonra para mí perder algo de esa magnitud sin estar casada, y peor aún que fuera con el marido de mi hermano. ¿Y si Lelouch queda embarazado al mismo tiempo que yo? Si mi hijo naciera antes y fuera varón, él sería exiliado. No soportaría arruinar a una familia – Pues si mi padre y hermanos pensaran igual que Euphie yo no estaría metido en este problema. ¿Se cree que es fácil para mí asumir que tendré que darle dos herederos a Suzaku con tal de proteger a los que aprecio de los ruines fines de mi país? Esos niños tendrán sentimientos, no son una cosa cualquiera, y yo no soy ni hoy ni nunca el indicado para tenerlos y criarlos, pero así lo haré. Me lo juego todo por esta carta.
– …
–…
–… ¿Entonces qué planeas hacer? Las respuestas no te llegarán así, de la nada –Le espetó Cornelia notablemente enojada.
– Nada, no puedo hacer algo aun si quisiera. ¿No lo ves? Es lo mejor dejarlo por la paz. Aun así no puedo evitar sentirme de esta manera…
–No es tu culpa. No es la culpa de nadie si te enamoraste, en realidad… – Trata de consolarla. Me siento incomodo escuchando una plática tan privada entre mis hermanas, pero al menos me han dado su punto de vista.
– Yo no me enamoré. Quería todo lo que una relación en Suzaku conllevaba; La corona, el lujo, las obligaciones, el aspecto público de nuestra vida…En realidad, con quién era algo irrelevante… – Las palabras de Euphemia chocan contra mí de manera estrambótica. En realidad, esto no lo planee.
–Si ese es tu objetivo, entonces, ¿Por qué dijiste antes que no querías destruir una familia?
– Mira a la nuestra, Cornelia. No deseo eso para nadie, y mi objetivo, en estos momentos, pasó a segundo plano. Acabamos de salir de una WW*, y nuestro país está bastante necesitado de un descanso. – De pronto, siento un dolor extraño en mi pecho. La influencia que han ejercido sobre Euphie es impresionante.
Mi hermana ya no es la tierna niña que una vez conocí. La guerra seguramente la cambió, dado que a ella sí le permitieron participar en el campo de batalla y la dejaron presenciar las reuniones del ejército. ¿Qué fue diferente para ella? ¿Qué es lo que tuvo que yo nunca conseguí? Por algún motivo, creo que fue por ser hijo de Marianne. No fui un bastardo, como otros de mis hermanos, y aun así nunca tuve el apoyo de la realeza. Dejando eso de lado, todo lo que escuché aquí me sorprende.
Había pensado, primero, que mi padre le había hablado para comunicarle que, seguramente, sería elegida para ser emperatriz, luego que gracias a unos cuantos comentarios ella había logrado convencerse a sí misma de ello, incluso pensé que estaba enamorada, pero…¿Actuar de esa manera por mero dinero y poder? Has caído muy bajo, hermanita.
Esa es, sin lugar a dudas, la razón por la que no te eligió. Mis motivos, de todas maneras, eran incluso más importantes que los tuyos; Lujos contra paz e igualdad… ¿Qué creías que ganaría? El no pensar en los otros candidatos fue tu único error, Euphemia. Te creía un poco más lista.
–Sigo sin creer que ese niñato fue el que opuso tanta resistencia…– Incómoda, Cornelia cambia de tema.
– Fue entrenado para eso. No era hijo del rey, sino de su hermano, el primer ministro, y como el emperador nunca mostró interés en tener pareja le eligió desde que nació para ser su sucesor. Lo separó de sus padres por el mero capricho de no tener compromisos. Justo igual que nosotros somos manipulados a conveniencia – Otro duro golpe contra mí.
–Euphemia, cuida de lo que dices. No quieres que te castiguen… ¿O sí? –Mi hermana mayor sisea en voz baja. A veces, pierdo un poco el hilo de la conversación por ello.
– ¿Crees que no lo sé, Cornelia? Ustedes también querían que me casara… – Debo reconocer que eso es…interesante.
–…Yo no quería. En realidad esperaba un milagro para que no sucediera, y mis súplicas fueron escuchadas…– El tono lastimero termina de asquearme, y decido que no necesito oír más.
Silenciosamente retomo mi camino, con la mente aun aturdida por la información. Ahora tengo aún más pistas de lo que en realidad están tramando. Como dije antes, cambiar una pieza no hará mayor diferencia, y tienen tiempo para preparar una nueva estrategia. Hasta entonces, voy a disfrutar de unos años apacibles. Espero que sean suficientes como para hacerme a la idea.
56…Ah, es aquí. La habitación de su Majestad.
– A-Alteza, disculpe, pero no puede entrar – Llama nerviosamente un de los guardias apostados a los lados de la puerta. Doy mi mejor sonrisa falsa antes de responder.
– No te preocupes, Suzaku me hizo llamar. Cumple con tu trabajo en calma…– Mi voz susurrante hace que los guardias se sientan atontados y adormilados, tanto como para oponer resistencia nula. A veces, hay cosas que tienen sus ventajas.
– Llegaste…– El castaño se levanta de la cama para recibirme, y noto por su postura que los guardias han sido una prueba.
– Perdón por la impuntualidad, Majestad, pero me topé con una conversación muy interesante –Caminando despreocupadamente tomo asiento en una de los sillones del cuarto – Oh, y para la próxima asegúrate de retarme de la manera correcta, esos guardias han sido muy fáciles.
– Mi error, buscaré mejor la próxima vez. Por cierto, ¿A qué conversación te refieres? – Mientras el monarca se sentaba frente a mí en otro sillón, yo respondí riendo. Saqué la legua y la golpee con mi dedo, casi jugando. Suzaku también rio.
– Ya veo. Mis sirvientes a veces no son los más discretos del mundo, como ya ha podido comprobar – Su respuesta fue para desviar la atención. Recuerdo haberle dicho de los micrófonos que podrían estar aquí. Igualmente, no será un problema engañarlos.
–No se preocupe por eso. Imagino que los reporteros debieron hacer de las suyas también. Ahora, cuénteme, Majestad, ¿Qué nuevos rumores han aparecido? – Cruzo las piernas y me recuesto, tratando de relajarme y encontrar un tema de conversación apropiado.
– Han estado hablando de mucho; Unos dicen que lo escogí porque la mayoría de los japoneses mostraban aceptación a su persona, otros creen que lo conocí durante la guerra…Si no recuerdo mal, inventaron un romance trágico, como si fuéramos Romeo y Julieta. La mayoría de nobles no hacen más que felicitarme, y todos afirman que soy afortunado al poderme casar con quien, seguramente, sostengo una relación romántica – Frunzo el ceño en un gesto de desagrado.
– Las personas a veces son bastante…Creativas…–Fuerzo.
–Oh, ilusas también, Príncipe.
–Majestad, no creo que sea educado decir ese tipo de cosas sobre sus súbditos – Trato de no alarmarme por eso. No sé a qué está jugando. Ni siquiera sé qué piensa, sus ojos son demasiado confusos. Es claro que ha pensado mal acerca de esta charla.
– Y tú no eres el indicado para decir eso.
Eso me descoloca aún más, ¿Qué trama? Ya que es completamente seguro que nadie puede vernos le hago una seña muy discreta con la mano, casi preguntando. Él solamente me sonríe, así que me asegura con eso que es pura actuación.
–… ¿Puedo preguntar de qué hablas, Suzaku?
– Te dejé en claro que en realidad no me interesas, y lo que hiciste con mi ejército…eso en verdad me enfureció, aunque estoy agradecido. No olvides que por muy bien que nos llevemos nuestro matrimonio es falso, y he dejado a muchas señoritas desilusionadas, ¿Sabes? Soy un hombre con necesidades – El fingido matiz de desconsuelo, muy sobre actuado, me repugna tanto que desearía poder golpearlo en este instante.
– Podrás hacer lo que quieres mientras seas discreto. De todos modos, el único que debe seguir portando su “tarjeta de honor”* aquí soy yo…– Mientras digo esto le señalo y seguidamente paso mi dedo por mi cuello, mostrándole mi opinión al respecto. Por un momento, se estremece ante mi advertencia.
– Sé que dije que esperaría, pero no tendríamos un problema de “desliz” si tú me dieras de vez en cuando un adelanto… – Bromeó, queriendo relajar el ambiente. No lo consiguió.
– Si me pone un dedo encima, Majestad, despídase de su vida sexual. Para siempre – Mi amenaza va enserio pero Suzaku la desprestigia con un movimiento de ojos.
– Soy alguien de sociedad, no un abusador. Me alegra saber que me tiene confianza.
– Tal vez más de lo que debería.
– No seas tan hostil, príncipe. Podemos solucionar el mal humor; Tengo un par de películas por ahí, ¿Bien?
Me deja esperando alrededor de 5 minutos mientras iba de aquí a allá, buscando. Trae un par de DVD y con dos aplausos hace bajar una televisión de pantalla plana justo frente a nosotros. Me sorprende que este palacio esté así de equipado pasando tan poco de su restauración.
«No, no es nada del otro mundo. Debieron habilitar este sitio para que incluso pudiera estar en reuniones sin salir y no exponerse. Maldición, es el emperador. Debe tener más seguridad y tecnología aquí de la que pensé…»
– ¿Te gusta la mitología? – Pregunta, y nuestros ojos brillan al mismo tiempo.
– Creo que estamos avanzando, Majestad.
Pone una película cualquiera y me invita a levantarme. Al principio no entiendo qué es lo que se propone, pero le dejo manipularme hasta que me incita a recostar mi cabeza en su regazo, abrazándome y haciéndome mimos.
–Cualquier cosa fuera de lugar y te golpearé… – Amenazo en un susurro, enterrando mi codo en sus costillas. Sonríe de vuelta.
–Lo dice un chico cuya piel huele aun a leche –Se burla en voz baja. ¿Yo? Nunca fui un niño consentido como para tener encima el olor de un bebé, pero supongo que era ironía.
–Ja, lo reclama alguien que debería ser lo suficientemente maduro como para no hablar de más.
Y así estuvimos jugando al “tira y afloja” durante un par de horas, hasta que caí rendido junto a él en el sofá.
¿A quién le importa que nos encuentre así mañana? Todo al demonio, quiero dormir. Me lo merezco.
O bueno, eso es lo que me hubiera gustado pensar y hacer. Todavía hay cosas que debo hacer… Sobre todo con respecto al qué pasará ahora con el geass y C.C. No debo dejar desatendido el asunto por mucho tiempo, o de lo contrario voy a arrepentirme.
Continuará…
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Especial Entrevista # 4
Conoce las opiniones de Cornelia acerca del cuarto capítulo
Especial Entrevista con Cornelia, 1 de agosto de 2015, 11:57 AM
– ¿Cuál fue tu participación en el capítulo?
– Oh, fue una cosa muy mínima. Grabé mi voz por separado, junto Euphie. Aun con eso, estuve rondado por el set frecuentemente. La autora aún tiene dudas con respecto a lo que haré en el futuro, así que…
– ¿Cuál es tu opinión acerca del desarrollo de la historia?
– En realidad no tengo una postura concreta. Yo le daría más tiempo para evaluarla.
– ¿Cuál fue tu parte favorita?
– Justo cuando Suzaku y Lelouch se recuestan a ver películas y él le dice que “Su piel huele a leche”, ¡…Dios, fue totalmente hilarante! No podré dejar de reírme en semanas.
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Notas de la A/T:
*ww: Con WW se refiere a World War, es decir, guerra mundial.
*Tarjeta de honor: Lelouch se refiere a pureza, o como la mayoría dice “Virginidad”.
*Cuya piel huele a leche: Suzaku se refiere al olor que desprende los niños/bebés que aun son amamantados o que disfrutan de su más tierna infancia (Que más que todo es dulce por las pomadas y los talcos además de su dieta) Además, es pura ironía. Él sabe que la madre de Lelouch murió hace mucho y él no es un niño en lo absoluto.