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Erróneo Acierto por Atria

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Notas del capitulo: Disclaimer.- Ninguno de los personajes de Evangelion me pertenecen.

"Pensamientos"

Erróneo Acierto

 

III

 

Familiarizando

 

Shinji se había levantado muy temprano aquella mañana. Pese a que por la noche no había podido dormir del todo bien, sus ansias le habían despertado sin que tuviera que escuchar la alarma del despertador.

Cuando estuvo listo, bajó a la cocina y se encontró con su padre que leía el periódico, mientras su madre bebía un vaso de jugo de naranja.

- Shinji, cariño, madrugaste - señaló su madre con una sonrisa -. ¿Qué quieres de desayunar?

- En realidad no tengo hambre, mamá.

- Oh, vamos, es el primer día de clases. Debes comer algo a menos que quieras  dejar escapar un ruidito nada agradable proveniente de tu estómago.

Shinji miró de reojo a su padre, pero éste pareció no notar nada.

- Creo que con fruta tendré suficiente.

- Bien, siéntate, en un momento estará listo.

Gendou dejó el periódico luego de leer lo que le interesaba y tomó un sorbo del café humeante a su derecha.

- Bien, me voy. Tengo mucho trabajo el día de hoy, así que no me esperen para comer.

Dicho esto, se levantó de la mesa y salió de la casa.

Shinji suspiró pesadamente, cuánta tensión podía respirarse cuando su padre andaba cerca...

- Shinji, ¿podrías ir a despertar a Rei? Es hora de que lo haga si no quiere que lleguemos tarde.

- Claro, mamá.

La pintora observó a su hijo mientras esparcía un poco de granola en su desayuno. Shinji finalmente entraría al último año de preparatoria y después se iría a la universidad.

- Cómo pasa el tiempo...

Por otro lado, Shinji movía ligeramente a su hermanita, pero ésta parecía estar más cómoda en su profundo sueño; así que el joven tomó la decisión de practicar el arma infalible: Las cosquillas.

Rei comenzó con una sonrisita asomándose en sus labios y terminó con carcajadas muy sonoras.

- ¡Hermano, basta! No soporto más - decía en medio de sus risas.

Shinji se detuvo luego de reír divertido junto con su hermana. La niña se sentó sobre la cama y empezó a frotarse los ojos. El ojiazul le pasó el uniforme y el listón rojo que acostumbraba llevar como diadema.

- Hermano, ¡hoy verás de nuevo a Kaworu!

El mayor se sonrojó y desvió la mirada, para luego dirigirse inmediatamente a la puerta.

- Ehm... sí. Apúrate, Rei, o no tendrás tiempo para desayunar - dijo antes de cerrar la puerta y prácticamente huir de ahí.

- Listo, mamá, Rei no tardará en bajar - aseguró, suspirando.

- Amaneciste con el suspiro como tu lenguaje más usado - bromeó la mujer.

- Es sólo que tengo sueño - mintió, ruborizándose apenas perceptiblemente.

Se sentó y comenzó a comer, despacio. Al poco rato llegó Rei para desayunar también, las dos platicando acerca de los planes de la pequeña para el primer día de clases, pero Shinji se mantuvo ausente por todo el tiempo, incluso dentro del coche de su madre cuando ésta les llevaba a la escuela.

- Cuídate mucho, Rei y no olvides ser amable.

- ¡Adiós, mami, Shinji!

Shinji llegó a su escuela minutos después.

- Que te vaya bien, hijo - le dijo su madre con una sonrisa antes de que abandonase el auto.

En realidad, presentía que no le iría muy bien. En su anterior escuela no había sido el chico más popular de su clase precisamente, en realidad no tenía gran chiste: Era un chico normal que tenía que esforzarse como todos para las buenas notas. No veía porqué tendría que ser diferente en esa escuela.

Tan sumido en sus pensamientos estaba, que no se dio cuenta de que alguien más estaba de la misma forma, hasta que chocaron. Las mochilas fueron a dar un poco lejos de sus dueños y ambos cayeron hacia atrás.

- ¡Fíjate por dónde caminas! - le gritó la muchacha con la que había chocado.

- Pe-perdón - balbuceó.

- ¡Ay! Mi uniforme se empolvó, tonto.

La pelirroja se levantó y tomó sus cosas, furiosa.

- ¡A ver si para la próxima usas eso que tienes por ojos! - le espetó antes de marcharse.

Shinji tardó un par de segundos en reaccionar para ponerse de pie y tomar sus cosas.

¿Toda la gente de esa escuela era así de... aireada?

Por su parte, Kaworu se encontraba ya en el salón de clases. Acostumbraba llegar temprano para poder trabajar un rato antes de que las clases comenzasen, aunque ese día fue por un motivo distinto: Había esperado encontrarse con el ojiazul que había conocido la noche anterior.

- Asuka en verdad vino de muy mal humor a la escuela este día - escuchó decir a uno de sus compañeros.

- ¿Por qué lo dices?

- Hace rato chocó contra un chico de segundo, que al menos yo no había visto antes, y fue muy grosera con el pobre. Hay que tener cuidado de cruzarnos con ella. Es bonita, pero tiene un carácter del demonio.

Kaworu rodó los ojos, para variar Asuka tenía que salir a relucir en el primer rumor de la mañana...

Cerró su portátil y se levantó, podría ser que Shinji ya hubiese llegado al colegio y, sinceramente, tenía ganas de verlo. Ya había notado que el chico era muy tímido y por eso mismo tenía tantas ganas de toparse con él de nuevo...

- ¡Kaworu-kun! - le llamó una de las chicas del comité estudiantil.

- ¿Sí, Ryoko-chan?

- Bueno, sabrás que se acerca el baile de otoño y me gustaría contar con tu apoyo para la organización de éste. ¿Qué dices?

- Ryoko-chan, sabes que suelo estar muy ocupado y por ello no puedo aceptar tu oferta por más que quisiera...

- Bueno, pero lo que yo buscaba era...

- Shinji... - susurró el peliplateado al ver al añorado pasando por el salón. De pronto, una idea se le ocurrió -. Ryoko-chan, creo que sé de alguien que podría ayudarte mejor que yo.

Ryoko asintió, todavía algo perpleja por el interés que brillaba en los ojos del empresario.

- ¡Shinji! - le llamó el joven.

El ojiazul se detuvo y Kaworu se apresuró a alcanzar a Shinji, siendo seguido por la jovencita.

- Kaworu-kun - susurró el pequeño.

Nagisa sonrió cálidamente.

- Es bueno verte. Te presento a Kawamura Ryoko, es la Presidenta del Consejo Estudiantil y está buscando apoyos para la organización del baile de otoño que será dentro de algunas semanas. Ryoko, él es Ikari Shinji, fue trasladado hoy precisamente.

- Un placer, Shinji-kun - saludó la muchacha.

- Igualmente.

- Me parece que Shinji podría ser un excelente colaborador, además le ayudarías mucho a que se integrase en la escuela por el tiempo que todavía nos queda.

Ryoko miró al muchacho, que se ruborizó al sentirse observado, y sonrió.

- De acuerdo, sólo falta que aceptes, Shinji.

El ojiazul le echó un vistazo a Kaworu y éste le guiñó el ojo, ocasionando que su sonrojo se notase todavía más.

- Sí, está bien - cedió.

- ¡Excelente! Nos reuniremos mañana después de clase en el salón audiovisual, vendré por ti para llevarte ahí. Por cierto, ¿en qué año y grupo estás?

- Tercer año grupo B.

- ¿En serio? Juraría que eras de segundo - admitió la chica sin perder su sonrisa -. Entonces mi problema está arreglado, lo que necesites estoy aquí para ayudarte. Voy en tercero A y les dejo, tengo que ir a informarle a mis demás vocales de esto. ¡Que disfrutes tu primer día, Ikari-kun!

La chica se fue rápidamente, dejando a ambos chicos solos.

- Ryoko es una persona muy simpática, apuesto a que te llevarás bien con ella - le dijo Kaworu.

- Eso creo...

El timbre que anunciaba el inicio de clases sonó. Kaworu se acercó a Shinji, quien retrocedió instintivamente un par de pasos hasta que la pared le impidió moverse más. El mayor posó su mano sobre su mejilla y sonrió.

- Que tengas suerte - susurró, marchándose a su salón segundos después.

Shinji frunció el ceño, ¿por qué tenía que sonrojarse cada vez que ése chico se le acercaba? Eso ya comenzaba a hartarle en sobremanera. Se dio media vuelta y se apresuró a llegar a su aula.

- Bien, chicos, quiero presentarles a su nuevo compañero a partir de hoy. Su nombre es Ikari Shinji.

Shinji avanzó cuando fue presentado e hizo una pequeña reverencia ante el alumnado que tenía los ojos puestos únicamente en él.

- Mucho gusto, soy Shinji.

- Ikari, tu lugar está junto al joven Kensuke.

El chico, de lentes y cabello castaño corto, alzó la mano para que Shinji lo ubicase. Todavía muy nervioso, atravesó el pasillo hasta que se topó con la mirada fría de alguien que no había parado de verlo de mala forma desde que había entrado al salón.

- Así que tendré que soportarte - susurró agresivamente la chica.

Shinji hizo caso omiso al comentario de la chica y se dedicó a prestar atención a la clase.

La misma pelirroja estaba delante de él y su sola presencia no era precisamente la que Shinji más había deseado para ese día...

- ¿Y qué opinas de nuestra escuela hasta ahora? - le preguntó Kensuke cuando llegó la hora del descanso.

- Es agradable - respondió.

- ¿Sólo eso? - peguntó uno de los chicos del salón.

Shinji se encogió de hombros y desvió la mirada.

- ¿De dónde conoces a Asuka? - preguntó otro de los chicos, aunque éste tenía un aspecto amenazador.

- No sé de quién me están hablando - contestó.

- ¿Cómo que no sabes? Ella te habló cuando pasaste a su lado y no le habla a nadie a menos que lo conozca.

- Ah, entonces Asuka es el nombre de esa niña...

- Chiquillo, te hicimos una pregunta.

Kensuke abrió los ojos al notar la tensión en el ambiente y jaló a Shinji de la camisa.

- Bueno, queda claro que el chico no sabe de qué le hablan y además ya nos íbamos, ¿verdad, Shinji? Cuídense y nos vemos cuando continúen las clases.

Al terminar de decir esto, tomó a Shinji del brazo y se escurrió entre los fortachones para salir del salón rápidamente. Sólo hasta que llegaron a un pasillo cercano a donde hubieran más alumnos, Kensuke se detuvo.

- Creo que no has comenzado especialmente bien el último semestre...

- ¿Por qué lo dices?

- Verás, ése tipo de aspecto terrorífico se llama Toji y ha estado enamorado de Asuka desde que llegó a esta escuela, pero ella no le ha dirigido la palabra por voluntad propia en ninguna ocasión y, bueno, el hecho de que lo hiciera contigo le ha despertado los celos; o al menos eso creo...

- No lo sabía...

- Claro que no, todavía no sabes muchas cosas y ya estás en semejante lío. Deberías cuidarte un poco más de ahora en adelante y también tratar de no buscar a Asuka...

- Yo no la busqué, sólo tropecé con ella.

Kensuke sostuvo su mentón en un gesto pensativo y cerró los ojos.

- Peor aún... Mi estimado Shinji, lamento informarte que tu tumba fue cavada...

Shinji parpadeó, visiblemente confundido, y bajó la mirada.

- ¿Shinji? - le llamó alguien por detrás.

Dio un respingo al reconocer el tono y se mantuvo firme en no apartar la mirada del piso.

- Nagisa-san - saludó el de lentes.

- ¿Qué hacen aquí? Deberían estar comiendo su almuerzo.

- Shinji, ¡lo tengo! - exclamó el castaño al formársele una brillante idea -. ¿Por qué no le dices a Nagisa-san de los chicos que...

Shinji reaccionó rápidamente ante lo que su compañero iba a decir y le cubrió la boca con las manos para evitar que contase el vergonzoso incidente.

- ¿Decirme qué? - preguntó Kaworu, inquisitivo.

- Que me ha ido muy bien, eso era todo, ¿verdad Kensuke-kun? - preguntó con tono ligeramente amenazador al chico al que aún limitaba del habla, por lo que éste sólo asintió. Sólo entonces Shinji lo soltó.

- Pero ¿qué hace por aquí, Nagisa-san? - preguntó el castaño, limpiándose sus lentes.

- Iba al salón de profesores, la profesora Misato me citó a estas horas.

- Entonces no te hacemos perder tu tiempo, nosotros ya nos íbamos - dijo Shinji rápidamente antes de que a Kensuke se le ocurriera alguna otra cosa -. ¡Nos vemos!

Y se llevó con toda rapidez a Kensuke por la manga de la camisa.

Kaworu suspiró, le había creído una nada a Shinji porque el chico no sabía mentir en lo absoluto. Lo que le preocupaba era lo que el otro chico había estado a punto de decirle... sospechaba que no era nada bueno, así que tendría que investigar por su cuenta.

- Aunque tendré que hacerlo luego de hablar con la profesora - se dijo, suspirando apesadumbrado.

Ya en el jardín, Shinji había soltado a un castaño que volvía a limpiar sus ojos con una cara de pocos amigos.

- ¿Por qué no me dejaste decirle nada a Nagisa-san? Él podría haber usado su poder para que esos chicos no te molesten nunca más - le reclamó Kensuke.

- Porque no quiero que se meta, además tampoco tendría porqué...

- Yo no pienso lo mismo, se le notaba muy bien que estaba bastante interesado en lo que te sucediera. ¿Desde cuándo lo conoces?

Shinji se sonrojó y levantó una mano con sólo un dedo levantado.

- ¿Un año?

Shinji negó.

- ¿Un mes?

Sucedió lo mismo.

- ¿Una semana?

Shinji volvió a negar. Kensuke palideció.

- ¡¿Cómo rayos es que se preocupa por ti como si te conociera de toda la vida cuando ha sido por un día?!

- ¡No lo grites! - replicó Shinji, asustado porque alguien pudiese oír su conversación.

Kensuke masajeó sus sienes y se sentó en el pasto.

- Perdona - se disculpó -. Déjame ver si entendí: ¿Conoces a este famoso empresario desde ayer y él pareció tomarte afecto; hoy acabas de firmar sin querer tu sentencia de muerte y cuando aparece tu ángel salvador, tú le despides así como si nada porque crees que no tiene porqué a pesar de que es obvio que sí es de su incumbencia dada la atención que te ha dado?

- Tampoco es para tanto, solamente me preguntó qué hacíamos ahí, no es como si fuese a tener mucha curiosidad sólo porque no te deje terminar de hablar...

El otro le miró con la mandíbula bien abierta, no creyendo lo que su pequeño e inexperto amigo decía.

- Número uno: Nagisa-san JAMÁS le ha puesto atención a ningún estudiante para preguntarle qué anda haciendo merodeando por los pasillos de la escuela. A ti que te conoce de un día ¿por qué más habría de ser diferente si no es porque le interesas?

- Eso es muy cierto, además el número dos sería que cualquier empresario es curioso por naturaleza y si algo se le dice a medias, es lógico que su curiosidad aumente y trate de averiguar las cosas.

Shinji se asustó al oír esta voz y sólo dio un pequeño brinco.

- Ryoko-san, ¿qué hace aquí?

- Andaba buscándote y sin querer oí su conversación - se disculpó guiñándoles un ojo -. Yo estoy de acuerdo con Kensuke-kun, pero creo que de eso deberás darte cuenta tú solo con el paso de los días.

- Esto no es nada - dijo Shinji, comenzando a enojarse -. Les voy a pedir que no mencionen más nada de esto, es muy molesto.

Shinji dejó a los dos jóvenes para marcharse de vuelta al salón. Si tenía que enfrentarse con el tal Toji, pues estaba listo porque el enojo que tenía era muy grande y necesitaba descargarlo con algo.

- Fue un error conocerlo - se dijo al llegar al salón que estaba vacío.

Se sentó en su mesa-banco y se acomodó para dormitar un rato. El hambre se la había pasado y lo que más deseaba en ese momento era escaparse de esa realidad tan tonta que de pronto se había formado.

"Como si alguien como Kaworu podría fijarse en mí..."

 

CONTINUARÁ...

 

Notas finales: Lamento la demora...

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