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Empezar de nuevo (ChenMin) por TRB06

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Notas del capitulo:

Primero que nada, muchas gracias por sus lecturas y los comentarios, aún sigo algo nerviosa, haha como dije antes, es mi primer ChenMin hecho y derecho.

 

Espero este nuevo capítulo les guste =).  Perdón por cualquier error de ortografía =)

Deja de mentir Baozi, lo amas –dijo Luhan a su amigo –pero ese no es el problema. Jongdae tiene razón en algo, ya no se trata de ti o de él, sino del hijo de ambos.

 

Minseok arrugó su frente al escuchar aquellas palabras de la boca de su mejor amigo. Los dos se encontraban en la cocina, uno enfrente del otro.

 

_Precisamente por eso es que no quiero volver a su lado Lu, por el bien de mi hijo. Y por favor no defiendas a Jongdae ¿Puedes creer que hasta pensó que tu eres mi amante? –Minseok pensó que el rubio al oír semejante cosa se atragantaría con su café, pero no, en vez de eso rió fuerte y claro.

_Si, Sehun me dijo que había tratado de venderle ese cuento.

 

En ese momento, Xiumin se arrepintió de haber recurrido y elegido al novio de su mejor amigo como médico de cabecera, ya que era la misma persona que era el incondicional de Jongdae.

 

_Lo siento –dijo Minseok –si necesitas que yo…

_Pero ellos no son iguales en ese aspecto –le interrumpió Luhan –Sehun me cree y confía en mí, pero ese no es el tema, el tema es que ¿No te das cuenta? –El rubio articuló aquella pregunta como si fuera la cosa más obvia del mundo –la razón por la que tu marido es así es porque se muere de los celos. Él te quiere, y ese hermoso milagro que esperan puede llegar a hacer que cambie la forma en la que te ve, ya que es algo con lo que ni su familia puede intervenir.

 

Minseok se preguntó si su amigo llevaba la razón, si el hecho de esperar un hijo lograría cambiar su relación.

 

Sin embargo, no tardó mucho en encontrar la respuesta a su pregunta, la cual fue un gigante NO, pues Jongdae le amenazó con denunciarlo cuando él le planteó nuevamente su negativa a rehacer sus vidas juntos.

 

No ruegos, no nada, sólo amenazas, eso fue todo lo que escuchó de la boca de Jongdae.

 

 

Y así, luego de aquella charla con Luhan, y de la discusión con su marido, es que ahí estaba él, en la puerta de aquel departamento de donde hace tan sólo dos meses había huido cuando Jongdae le había tirado en la cara los papeles donde le pedía el divorcio.

 

Volver al sitio que había sido su hogar era muy difícil, ya que era donde había pasado de ser feliz a ser completamente infeliz.

 

Minseok trató de tragar saliva, pero su garganta no daba lugar.

 

La idea de volver a estar en aquella relación tormentosa, llena de gritos, de desconfianzas, con su hijo presenciando todo, no le apetecía para nada.

 

Pero Xiumin no tuvo más opción que aceptar volver a su vida matrimonial debido a que su marido poseía contactos, y dinero, mucho dinero.  

 

Se sentía exhausto, agotado de todo. Se sentía sentenciado a una vida que no quería, y para colmo, era el centro de atención en todos los tabloides, pues el impacto de que Kim Jongdae cancelara su supuesto futuro compromiso, con la hija de un importante empresario, lo había puesto en el centro de los chismes.

 

Ni hablar de la familia de su marido, porque pese a que también le habían tratado de convencer para que regresara con su hijo, aún veía el odio y la repugnancia en sus rostros.

 

Minseok jamás había deseado tener dinero hasta ese entonces. Si él tuviera mucho efectivo, no temería de las acciones que esa familia pudiera tomar contra él, pero no lo tenía, por lo que era incapaz de proteger a su pequeño milagro.

 

De repente, estando todavía parado en la puerta del que volvería a ser su hogar, un mareo lo azotó. Xiumin trató de sostenerse de algo, pero falló. Afortunadamente, Jongdae, quien cargaba con la maleta de su esposo, al verlo perder el equilibrio se apresuró para sujetarlo.

 

_¿Estás bien? –Minseok oía su voz muy lejos, y el mareo hizo que sus piernas cediera contra su peso –Minseok… Minseok –llamaba Jongdae mientras observaba como el color del rostro de su esposo empalidecía.

 

No le costó mucho esfuerzo cargar a Xiumin para llevarlo hasta sofá de la sala y recostarlo en él.

 

Minseok se preguntó ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que Jongdae había mostrado una muestra de cariño, de consideración?.

 

_Estoy bien –logró responder cuando el mareo finalmente se fue.

 

El embarazado sintió a Jongdae muy cerca suyo, tanto que era capaz de sentir su aliento sobre su rostro, provocando que le corazón le dieron un vuelco y empezara a latir descontroladamente.

 

Minseok recordó como Luhan, en aquellos dos meses que había vivido con él, le machacaba la cabeza con que Jongdae tenía derechos como padre, que debía saber, y pese a todo, en el fondo Xiumin sabía que su amigo tenía razón. Después de todo, ambos habían contribuido a crear a aquel pequeño milagro. Sabía, que pese a que Jongdae pensara lo peor de él, que aunque sus suegros dijeran todas las pestes que quieran de él, su marido jamás dejaría de amar a su hijo.

 

 

De la nada, Chen tomó las manos de su esposo, y sus miradas se cruzaron.

 

Minseok podía decir lo que quisiese, pero en fondo seguía amando a su marido, como lo hizo desde el primer día que lo vio.

 

Jongdae, por su lado, se había asustado terriblemente cuando había visto a su esposo ponerse tan pálido y a punto de caer al piso, porque pese a todo lo que pensaba que su esposo era, un maldito aprovechado y desarmado que lo único que le importaba era usar su dinero, le seguía amando. Y ahora, ese maldito amor había crecido al saber que tendrían un hijo, un pequeño ser que habían buscado en casi sus dos años de matrimonio.

 

Su pequeño milagro, tenía fecha para nacer cerca de la navidad, paradójicamente, día de pasarla en familia, junto a una chimenea, un árbol, y con nieve cayendo a montones decorando la ciudad. 

 

Su hijo de verdad sería hermoso y bello un milagro.

 

Si su esposo no fuera lo que era, tal vez todo sería perfecto, eso es lo que tenía en su mente  Jongdae.

 

Al final, cuando Minseok logró recuperase, subió a su cuarto y se dedicó a ocuparse de guardar sus prendas donde las guardaba antes de haberse ido de aquella casa. Cuando el reloj dio las ocho, estaba exhausto, y todo lo que quería era acostarse a dormir, por ello, dejó todo sin terminar, y se arrastró hacía la cama matrimonial, que al parecer volvería a compartir con su marido, y cerró sus ojos durmiéndose al instante en que su cabeza chocó con la almohada.

 

Pasaron unas horas hasta que Xiumin finalmente despertó, despertó debido un olor peculiar que embriago sus fosas nasales, y que le provocaron rugir las tripas de hambre.

 

_Carne –susurró mientras la boca se le hace agua.

 

Jongdae había subido las escaleras para invitar a su esposo a comer fuera, pero al encontrarlo profundamente dormido decidió dejarlo descansar, por ello volvió a bajar a la planta baja y hacer uso de sus escasas artes culinarias.

 

Mientras daba vuelta la carne que había colocado en la sartén, unas pisadas llamaron su atención, era Minseok que entraba a paso lento a la cocina.

 

_Veo que estas mejor, ¿Quieres comer? –conocía la expresión en el rostro de su esposo, era de hambre.

_Si, gracias…

 

Sin embargo, Xiumin, al ver a su marido cocinar, no sólo había despertado su apetito de comida, sino que también había generado otro tipo de atracción.

 

Mientras Jongdae servía los bifes, Minseok se encargó de buscar los vasos y las bebidas, y cuando los colocaba sobre la mesa sus manos se rozaron entre sí, provocando en ambos una corriente eléctrica que les recorrió el cuerpo entero.

 

Cuando terminaron de comer, llegó el momento de irse a dormir…

 

…juntos.

 

Sin embargo, la incomodidad les ganó.

 

Minseok terminó acurrucándose en una esquina mientras le daba la espalda a su marido, pero Jongdae estaba excitado, pues  mientras cenaban se había dedicado a observar cada gesto de su esposo.

 

Minseok era tierno, y lucia completamente inocente, pero también era sexy, cuando su lengua lamía sus propios labios, cuando bebía y en su boca quedaba un poco de jugo, cuando la remera se le ajustaba y le marcaba cada esquina de su cuerpo.

 

Con toda la delicadeza de la fue capaz, logró hacer que Xiumin quedara mirándole de frente.

Jongdae, cada vez que le veía se preguntaba ¿Cómo es que detrás de aquel rostro se escondía un ser tan perverso e interesado? pero su cuerpo le exigía que se acercara más, y así lo hizo. Se convenció a sí mismo de que lo que estaba haciendo estaba bien, pues eran un matrimonio, y eso es lo que los matrimonios hacen ¿Verdad?

 

Minseok veía el rostro de su marido, y mentiría si decía que quería escapar, porque lo que realmente quería era acercarse y pegar más su cuerpo al del otro.

 

Sus labios fueron lo primero que se rozaron, luego fueron sus lenguas las que se encontraron y exploraron la boca del otro.

 

Jongdae, al darse cuenta de la respuesta de su esposo, se colocó rápidamente arriba de su cuerpo, teniendo cuidado de no apretar su pequeño vientre.

 

Sin embargo, cuando Minseok sintió las manos de su marido sobre sus muslos, volvió en sí, y con fuerza, que no conocía que tenía, lo apartó.

 

_No… no quiero… es decir… no –se levantó y corrió hasta el cuarto que solía ser para los invitados, y acto seguido se encerró en él, luego se acostó en el colchón duro e incomodo de aquella cama. Se negaba rotundamente a volver a los brazos de Jongdae.

 

¿Por qué le rechazaba de aquella manera? Porque no quería quererlo como lo quería, porque no quería seguir siendo herido como sabía que lo sería si se dejaba llevar por sus sentimientos.

 

Jongdae quería a su hijo, y no a él.

 

Jongdae quería formar una familia falsa, y él quería una real.

Notas finales:

Hubiese subido esto antes, pero tuve un problema de configuraciones >x< y tuve que escribir todo de nuevo T0T!!!!


Espero que les guste, ¿Saben? tengo una obsesión con el mpreg haha, cualquier duda, consulta, crtica constructiva, todo es aceptado =D

Saludos


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