Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El calor de tu ser por Jess1406

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Declaración: Los personajes de One Piece no me pertenecen, son propiedad de Eiichiro Oda. Ésta Viñeta es parte de la convocatoria de parejas Crack organizado por "El Burdel de Kida". Con el fin de ver el mundo arder.

hue, hue, hue y aquí llego con otra historia por la que siento que me van a ahorcar, pero bien, les digo que si sus ojos sangran, lloran o no vuelven a ser funcionales no es mi culpa, sin mas espero que no me abofeteen.

disfruten~

Tomó el abrigo que tenía en su perchero y se lo colocó sobre los hombros, aspiró el aire helado que el clima le brindaba y comenzó a caminar hacia la salida, para ir hacia su auto y comenzar su viaje hasta la junta de trabajo, en la que ahora solicitaban su presencia.

Frío.

Frío era lo que sentía y no sólo por el clima, sino por todo en general, se había acoplado tanto a éste estilo de vida que su sentido humanitario se perdía a cada segundo que pasaba.

Ya no veía a las personas como seres que luchaban por conseguir algo mejor, si no como meras inversiones que le harían subir o bajar un poco más en la banca. 
¿Qué le había pasado? ¿Por qué todo había terminado así? 
Aspiró nuevamente el aire, ésta vez gélido, que llegó a sus pulmones y salió por dónde vino. 
No iba del todo concentrado, tantas cosas y al mismo tiempo nada pasaban por su mente que no prestaba atención a sus alrededores. Y sin percatarse su auto se estrelló contra algo, pero que fastidio ¿Qué era? ¿De dónde había salido?, detuvo su andar y bajó para verificar si su medio de transporte había sufrido algún daño. 
Sólo unos cuantos rasguños en la facia delantera a causa del golpe, pero nada de lo que debiera preocuparse realmente. 
Se incorporó y fue a ver que era lo que había arrollado, seguramente un perro o alguna otra mascota que había escapado de casa y había perecido en su intento de libertinaje o algún montículo de nieve que había caído de los árboles. 
Pero no era así.

Abrió los ojos de manera desmesurada y con pánico observó lo que había hecho, maldición, esto era un verdadero problema. 
Un joven de unos 27 años aproximadamente, de cabellos grises y complexión corpulenta estaba tendido en la acera. ¿Ahora que debía hacer? Podría dejarlo y seguir después de todo los animales del lugar terminarían devorando las evidencias en su contra. Se frotó las manos tratando de calentárselas para quitarse esa sensación que comenzaba a invadirle.

Frío, mucho frío.

Su casa estaba ubicada lejos de la ciudad para evitar que algún imbécil se fuera a meter con él, por lo que no había mucha civilización en los alrededores, con poca frecuencia tenía problemas con lobos u oseznos pero con unas rejas electrificadas el problema se había solucionado. Ahora ¿Cómo debía lidiar con lo que tenía enfrente? Se acercó al joven que tenía vendado e inconsciente en su sofá. Realmente no quería esto, pero ¿Acaso se lo merecía? No, no podía ser eso. Miró por la gran ventana de la casona en la que residía y pudo ver que había comenzado a nevar. Al menos tendría una excusa para no haber llegado al trabajo. Miró nuevamente al joven y su mano sin darse cuenta se posó en su frente, tenía fiebre, sin percatarse totalmente de ello comenzó a preguntarse si el joven en algún momento despertaría y si lo haría con bien, quería saber de él ¿Qué hacía por esos lugares mientras que el tiempo era simplemente helado? ¿Por qué se había atravesado en su camino? Pero eso no sería resuelto hasta que el individuo despertara.

Se quitó el abrigo de los hombros y fue a cambiarse, además de conseguir unos trapos para el joven de cabellos grises que estaba en el sofá. 
Miró vagamente su mano penando en el tacto que había dado, la piel era suave y a pesar de estar inconsciente tenía las mejillas de una ligera tonalidad rojiza haciéndole ver vulnerable... Cuando se percató de lo que estaba pensando se golpeó mentalmente.

"Crocodile, cálmate ¿Que te sucede? Lo arrollas, lo traes a tu casa y ahora quieres tocarlo. Maldición ¡Cálmate!"

Prosiguió su camino por la ya conocida residencia y llegó a los baños dónde se mojó el rostro para despejarse más alejó las manos casi por reflejo al sentir el agua helada ¿Que acaso el calentador se había averiado?

En la planta baja el invitado comenzaba a recobrar el sentido.  Se acomodó inconscientemente buscando un punto de calor en la superficie en la que estaba, al sentir la mullida superficie bajo su peso abrió los ojos de golpe, llevando una de sus manos a su frente por el repentino dolor en la cabeza, que tenía vendada.

¿Dónde estaba? ¿Por que ya no sentía frío en su pecho como hace unas horas?

Crocodile había conseguido todo, más había desistido del agua por la temperatura de ésta. Cuando llegó pudo observar que el chico estaba sentado. "Vaya, eso ha sido rápido".
Con su elegancia natural y con el orgullo de su persona reflejado en cada uno de sus movimientos llegó a donde estaba el sillón con las cosas en manos. Las dejó sobre la mesilla que tenía en frente y observó con detenimiento al chico. Gestos ahora duros, mirada seria y puede que esté preguntándose algo ya que no dejaba de ver el lugar y al que suponía era el propietario de ésta. Más no podría estar más alejado a la realidad. Apenas había despertado un fuerte deseo había aplacado el frío que había tenido y eso, internamente, el chico se lo atribuía al líquido que le habían introducido antes de que lograra escapar.
Crocodile suspiró, nunca le había resultado simple relacionarse con la gente si no era para los negocios y ésta no era la excepción. 
Tomó una de las pastillas y una de las toallas y se las tendió al chico, quien desorientado miró los objetos. Ni una palabra, ni un movimiento, sólo miradas que no le indicaban nada más que confusión.

Smoker miraba alternadamente a la persona que había llegado y el piso, esperando quedarse nuevamente solo, no le gustaba mostrar debilidad y cada vez se sentía peor, desde que había sido consciente de que no estaba muerto su cuerpo había empezado a darle señales que no dejaban de alarmarle. Su pulso se había disparado, podía sentirlo sin siquiera presionar en la muñeca ¿A cuánto estaría latiendo su corazón? ¿Cuánto tardaría en exceder el límite de pulsaciones? Su mente a cada segundo que pasaba procesaba todo de manera más lenta y pegajosa llegando a conclusiones extremadamente estúpidas. Había notado que el que hacía de anfitrión le ofrecía algo ¿qué era? Mas pastillas ¿qué acaso todos le querían como una maldita rata de laboratorio? Estaba harto no toleraría ni un abuso más. Ya tenía suficiente y el calor que tenía estancado en su cuerpo no hacía mas que molestarle ¿Qué debía hacer? Sus instintos le daban una solución para aplacar el calor, pero su poca moral le dejaba en claro que no le gustaría la solución,  sin embargo ¿moriría de una forma tan molesta? Ya comenzaba a notar que el cuerpo le pesaba y los parpados le caían amenazándole con caer en un sueño caliente, como una manta de primavera en medio del frio invierno, pero del cual no podría despertar.  Suspiró, si estos serían sus últimos momentos los tendría de manera decente.

No contaba con que sus piernas le fallarían en el acto de querer ponerse de pie y si no hubiese sido por la cercanía del otro en el asiento adyacente se habría estampado contra la meseta que tenía enfrente.

-¿Te encuentras bien?- casi de manera instantánea le había preguntado al de cabellos grises lo que era más que obvio, pero fue lo primero que había salido de sus labios. Lo acomodó en sus brazos como no lo había hecho con nadie hacia mucho y esperó al que el más joven buscase retirarse. Pero no lo hizo. Extrañamente disfrutaba del contacto lo que le llevaba a viejos recuerdos que se había asegurado de bloquear. Abrazos, besos, calor, sentimientos. Lo había tenido todo, pero de eso ya pasaba mucho. El otro se removió y pensó que se alejaría que ya había tenido suficiente de él, pero no, muy al contrario de lo que esperaba el alvino buscó sus labios y los atrapó en un roce débil, como buscando protección sin saber si la recibiría.  No sé apartó pero tampoco hizo el ademán de responderle, no pensaba en nada, simplemente sintió como el frio que le había acompañado durante años se desvanecía. ¿Cómo era posible esto? Él siendo un completo extraño le había besado sin su consentimiento y aun así el se sentía bien con ello, esto iba en contra de todo lo que anteriormente había pensado.

Bien, no se había quitado el endemoniado calor y el estar entre los brazos de aquel hombre le había hecho sentir tan bien, que antes de que todo se le escapara de las manos mejor le agradecería sin palabras, solo con un simple gesto y un beso le pareció lo mas factible y sincero que podría darle. Sin más las fuerzas comenzaron a abandonarle junto con el calor que había sentido.

¿Cómo todo un panorama podía cambiar en un par de segundos? No quería, se arrepentía. ¿Por qué había tenido que lastimarle? Nunca se había arrepentido de nada pero ésta vez había sido diferente, sentía tristeza, pesar, remordimiento y lo peor de todo es que no podía hacer nada para alejarlos y que todo se desembocaba por un desconocido que le había devuelto su humanidad. No tenía palabras y tampoco pensaba en dedicarle algo al joven que no le había dado más que un beso antes de desfallecer en sus brazos.

Frio, mucho Frio.  O tal vez, ya no tanto.

La ligera nevada se había convertido en una tormenta abrazadora. La casa abrigada por dentro, se quejaba con el crujir de las ventanas por el viento. Crocodile sentado en el piso aun con el joven, esta vez en su regazo, se había dado cuenta de cuanto mal había hecho. Y todo por culpa del maldito frio.

 

 

Notas finales:

espero alguna que otra bofetada y que mi querida organizadora Maki ya no me castigue con tabla xD bueno sin mas me despido antes de que se la traigan en mi contra. 

yanne~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).