Como una hoja al comenzar el otoño, te he perdido de vista, así como si se tratara de un espejismo, de un indeseable espejismo el cual me hubiera gustado tanto estar en el, sentirte, como si fueras real, como si aún existieras…
«Él se está yendo, no puedo hacer nada, el amor se ha ido…»
Camino sin rumbo por la ciudad, perdido, desolado, desamparado.. ¿Cómo es que todo terminó? Que simplemente te he dejado ir, porque, al parecer éramos incompatibles, no nos merecíamos… No merecíamos estar atados el uno con el otro. Gruesas, dolorosas y saladas lágrimas se hacen presentes en mis mejillas en cuanto comienzo a recordarte, como si fueras un simple recuerdo un pensamiento que vaga en mi retorcido y lastimero ser.
«Estoy de pie con un aire ausente, como un tonto»
Si tan solo hubiera sido capaz de detenerte, de hacerte saber lo mucho que te quería, lo mucho que te amaba.. quizá hubieran sido diferentes las cosas, quizá, solo quizá hubieras estado a mi lado, disfrutándonos, amándonos…
«Mirando a la espalda que se va desapareciendo como un pequeño punto. ¿Me sentiré sin brillo cuando el tiempo pase?»
Así es como recuerdo tu pequeño ser, el cual desapareció ante mis ojos, atentos a cualquier cambio, rogando porque te giraras y busques mi mirada, y que vuelvas como si nada, arrepintiéndote de todo lo que nos había pasado, de aquella irremediable decisión que tomaste, porque sí, solo tú la tomaste… Porque decías que yo ya no te tenía en cuenta que solo me encontraba conmigo por costumbre, por lástima…
«Pensando en los viejos tiempos, pensado en ti»
Tu recuerdo vaga por todo mi ser como si fuera una dolorosa corona de espinas que se expande por cada extremidad de mi cuerpo, hundiéndome todavía más si eso fuera posible, recordándote, sin remedio, con la esperanza de algún día volverte a encontrar, con la esperanza de que tú, mi bello JiYong, lograras perdonarme por lo mal que te hice sentir estos últimos meses juntos, en los que te hice más que miserable.
«Si tú… Si tú… Si no es demasiado tarde. ¿No podemos volver atrás?»
¿Cómo sería todo si no te hubieras marchado? ¿Estaríamos juntos, luchando por recuperarnos el uno con el otro?... ¿No podemos volver atrás? ¿No es posible? No.. no lo es.
«Si tú… Si tú… Si sientes que esto es demasiado duro igual que yo ¿No podemos ir a la parte más fácil? Debí ser bueno cuando estabas a mi alrededor»
Suspiro sin remedio mientras lágrimas incesantes no dejan de caer sobre la tela de mi pantalón y otras se pierden sobre mi delineado mentón. ¿Por qué no aproveché cuando aún estabas conmigo, por qué no pude ver lo mal que estabas? Lentamente me fuiste diciendo adiós, con cada beso, con cada caricia, caricias que al recordarlas no hacen más que lastimar a mi moribundo corazón, que pide a gritos tu presencia, que no entiende a palabras necias que no entiende lo que significa un adiós… un adiós definitivo.
« ¿Cómo estás? ¿Estás realmente bien? Parece que realmente es una ruptura. Debo dejarte ir pero no es fácil»
Ojala y todo fuera tan simple, como ir hasta tu domicilio y rogarte perdón, pedirte con el corazón en la mano que volviéramos a estar juntos, que sí, fui un idiota al dejarte ir, a no ver lo mal que te encontrabas, al no detenerte… Ahora ya es demasiado tarde…
«Mirando a la espalda que se va, desapareciendo como un pequeño punto. Si conociera a alguien más, ¿Me consolaría?»
Incontables veces traté de olvidarte, de hacer como si nunca hubieses existido, tantas veces intenté buscar consuelo en brazos ajenos, que jamás me pertenecieron, que no eran los que debían rodearme jamás, que no encajaban como nuestros brazos, nuestra mente, nuestro corazón, siempre fuimos y seremos uno eso nunca nadie logrará que se desvanezca, que nos deje de pertenecer. Eso es nuestro, únicamente nuestro.
«Pensando en los viejos tiempos, pensando en ti»
Esos bellos recuerdos que tengo grabados en mi mente y tatuados en el corazón, esos recuerdos que vivieron, viven, y vivirán por siempre dentro de mi, cuando te acunaba entre mis brazos hasta que te quedabas dormido, cuando llorabas, cuando necesitabas un consuelo, yo siempre estuve ahí, siempre quise curar tus heridas, no dándome cuenta que parte de ellas las había ocasionado yo, porque fui y seré siempre un idiota, alguien que no merece estar con nadie ni ser feliz, alguien que sin darse cuenta lastima a quienes tiene a su alrededor, ya sea con palabras o acciones, solo siendo yo.
«Si tú… Si tú… Si no es demasiado tarde ¿No podemos volver atrás?»
Como me gustaría tener solo un momento más contigo a tu lado, disfrutar de tu angelical compañía, sentir que me perteneces una vez más, poder tocar tu Nivea piel, esa tersa piel que una vez supe poseer entre mis manos, que pude besar, saborear, poseer…
«Si tú… Si tú… Si sientes que esto es demasiado duro igual que yo ¿No podemos ir a la parte más fácil? Debí ser bueno cuando estabas a mi alrededor»
Ojala fuera tan fácil como volver atrás, ojala todo fuera tan fácil como una disculpa, que se lograra solucionar con un simple reto que me dijeras “SeungHyun fuiste un verdadero idiota y me hiciste daño hasta más no poder, pero a pesar de todo te perdono, porque nuestro amor es fuerte¿Verdad?...” Pero tú ya no estás presente, ya no estás para formular esas simples pero concretas palabras, simplemente no estás…
«Al igual que hoy, en un día de llovizna pienso en tu sombra»
Fue una dolorosa noche de lluvia, la cual incesante no dejaba de golpetear contra el techo del toldo de nuestra casa, porque, a pesar de todo, sigue siendo nuestra casa… Aún se respira tu aroma, aún por las habitaciones noto tu presencia, tu silueta, tu sombra… Inconfundible ante mis ojos. Aún recuerdo tu partida, cuando desapareciste ante mis ojos, con aquel paraguas que evitaba así que tu esbelto cuerpo fuese mojado, desaparecías de mi vista, para siempre, para jamás volverte a ver, al menos de la forma en la que yo deseaba…
«El recuerdo de nosotros que secretamente puse en un cajón lo saco y miro hacia atrás solo»
Tanto pensar en ti nuevamente hace que pierda el sentido de ubicación, sintiéndome mareado por un momento, hace perderme en tu brillante sonrisa, en tus incontables pucheros que pasan por mis ojos como si de una película se tratase, unos tras otros, sin cesar sin darme respiro para tomar alguna bocanada de aire, hacen que caiga de rodillas al suelo mientras intento recuperarme de aquella avalancha de recuerdos que no me deja avanzar hasta mi objetivo final.
« ¿Por qué no supe el peso de la tristeza llamado ruptura?»
Si hubiera sabido de antemano que sufriría tanto como lo hago ahora, jamás te hubiera dejado ir, jamás hubiera permitido que te alejes de mi lado, ni se me hubiese pasado por la cabeza la sola idea de dejarte ir como terminé haciéndolo, como mi lamentable ser dejó que me marcharas, para nunca más volverte a ver, para que solo permanezcan en mi dolorosos recuerdos de ti, que no hacen más que matarme en silencio, en un oscuro y tortuoso silencio.
«Si tú… Si tú… Si no es demasiado tarde ¿No podemos volver atrás?»
Soy un ser miserable que no hace más que mirar hacia el pasado, preguntándome en lo que fue y en lo que pudo llegar a ser si no fuera por mi maldito orgullo, ese orgullo que ahora mismo me tortura, no me deja respirar, ese orgullo que combinado con mi tristeza y mi culpa no me dejan vivir.
«Si tú… Si tú… Si sientes que esto es demasiado duro igual que yo ¿No podemos ir a la parte más fácil? Debí ser bueno cuando estabas a mi alrededor»
Al final esta vez si he logrado llegar a mi objetivo final. Camino con temor por esas angostas callecitas de color grisáceo, que sumado con aquellos árboles viejos y descuidados le dan un toque tenebroso y entristecedor. Miro hacia los lados, buscándote, buscando tu nombre pero no logro encontrarte y eso me llega a desesperar. El cielo parece llorar conmigo ya que la llovizna terminó por convertirse en una lluvia incesante, bañándome con aquella agua fría, como si me diera lo que merezco: congoja. Al fin, logro dar contigo y un golpeteo en mi pecho me hace saber que el momento ha llegado. Mis ojos se entrecierran y camino con dolor hacia tu lápida, la cual está adornada con escasas flores pues tu mismo lo pediste, no querías que te visiten, no querías que sufran, tal y como lo estoy haciendo yo.
Me arrodillo sobre tu monumento color beige mientras mi boca empieza a temblar de puro dolor y temor, al final nos encontramos, no como quería que fuese, pero es una forma al fin. Tomo coraje y extiendo una de mis manos desocupadas hacia la foto que eligieron de ti tus familiares, te veías tan radiante, tan vivo… Me ahogo en mi propio llanto, siento que mis ojos explotaran de tanto llorar, pero es lo que me toca llorarte, porque tenerte ya no puedo.
“—Perdóname… Perdóname por no estar a tu lado, por no cuidarte más por no abrazarte cuando más lo necesitaste.. pe-perdóname por no despedirte como era debido… T-te amé, amo y amaré para siempre…—“ Murmuré observando tu foto para, finalmente dejar las flores que había comprado con anterioridad sobre tu tumba, hundiéndome en mi depresión en mi sensación de vacío, en mi desolador desconsuelo de no tenerte más, en no poder verte ni tocarte, en solo verte por fotos o en mis propios recuerdos... En no poder entender el significado de tu partida.
“—Debí ser bueno cuando estabas a mi alrededor.—“
Susurré al viento mientras nuevas lágrimas se hacían presentes en mis cansados ojos que mezcladas con la lluvia hacían que mi corazón muera en su totalidad. No podré olvidarte jamás, no superaré nunca tu partida, nunca.