“En el método científico encontrar algo que llame nuestra atención es solo la primer parte del problema [literalmente] lo más complicado viene después, puesto que hay que desarrollarlo de manera adecuada… ¿Y cómo se hace eso? Fácil, por medio de una hipótesis”
“Mantente alejado de Sherlock Holmes”
Esa frase de había quedado en su mente como grabada en fuego, como si fuera un disparate. ¿Por qué le estaba dando tanta importancia? ¡Ni siquiera conocía al hombre que lo había arrastrado a una escena del crimen! ¿Qué importancia tenía el tal Sherlock?
“Una hipótesis es el planteamiento de una pregunta en nuestra cabeza. Puede ser sobre cualquier tema, sobre cualquier motivo y lo más importante, tiende a incrementar nuestra curiosidad a pasos agigantados”
Las calles se veían diferentes en el momento en que John Watson caminaba en busca de un taxi, lucían simples y aburridas.
- ¡Taxi! – Dijo al tiempo que vehículo lo ignoraba y seguía con su marcha, tal vez esto lo habría molestado un poco más si no hubiese comenzado a sonar ese teléfono de la nada, pero justo cuando alguien más lo iba a contestar se había colgado.
Por lo que Watson siguió con su marcha, hasta que otro teléfono había comenzado a sonar en la cabina que tenía enfrente.
La indecisión entro en su interior, ¿Qué tan común podría ser que el mismo se repitiera dos veces?
“Somos seres curiosos… Aún más que los mismos animales, en nuestra mente la mayoría del tiempo habrá dudas, sobre cosas que incluso no nos incumben:
¿Qué?”
- ¿Hola? – Preguntó cuándo puso la bocina contra su rostro
- Hay una cámara de vigilancia a su izquierda, ¿puede verla? – Dijo la fuerte voz que se escuchaba del otro lado
- ¿Quién es? – Fue toda la respuesta que el doctor pudo ofrecer - ¿Quién habla?
- ¿Puede ver la cámara, doctor Watson? – Insistió con voz firme
- Sí, la veo
- Observe hay otra cámara, al otro lado… ¿La ve?
- Si
- Finalmente hay otra en el edificio de la derecha
- ¿Cómo está haciendo esto? – Debía admitir que eso lo había puesto un poco nervioso.
- Quiero que suba al auto, Doctor Watson… Podría amenazarlo, pero seguro su situación ya es bastante clara.
Y así fue como frente a él apareció un costoso auto negro, así que, dándole la razón a aquella extraña voz, entro al auto: su situación lo ameritaba.
La tensión se encontraba en cada fibra de su ser, mientras la mujer que estaba a su lado seguía escribiendo en su celular.
- hola… - Dijo con voz un poco nerviosa
- Hola – Respondió dándole una rápida sonrisa
- ¿Cuál es tu nombre? – Preguntó tratando de romper aquella tensión
- Ah… Altea – Esta vez no hubo miradas compartiéndose
- ¿Ese es tu nombre real?
- No – Y de nuevo ahí estaba esa sonrisa
- Soy John
- Si, ya sé
- ¿Gano algo al preguntar a donde me dirijo?
- Creo que no, John.
- Gracias
Y de nueva cuenta ahí estaba el silencio dentro del vehículo, ahora sabía que de nada servía preguntar algo.
El auto de detuvo en un lugar extraño, puesto que parecía una fábrica abandonada y cuando bajo del vehículo se encontró con un hombre alto de traje recargado en su paraguas, con una silla vacía enfrente de sí.
- toma siento John – Indicó la silla con su sombrilla
- Oye, tengo teléfono – Su voz sonó firme a pesar de desconocer el lugar ya la persona. Al tiempo que sus pasos se habían cada vez más rápidos – Muy astuto claro, pero pudiste llamarme… A mi teléfono – Ambos estaban frente a frente
- Cuando uno evade la atención de Sherlock Holmes: uno aprende a ser discreto. De ahí tu espacio. Tu pierna debe estar doliéndote. Siéntate – Agrego con una sonrisa, como si de una burla se tratase.
- No me quiero sentar – Agrego también firme.
- No te vez muy asustado
- No te vez muy atemorizante – De alguna manera el hecho de que “Sherlock” hubiese aparecido en la conversación lo había hecho sentirse incómodo. Aunque bien no sabía el por qué
- La valentía de un solado – Respondió después de unas cuantas risas - Aunque “valentía” es muchas veces sinónimos de la estupidez, ¿no es cierto? ¿Cuál es tu conexión con Sherlock Holmes?
- No tengo una – contesto instantáneamente, no porque quisiera negarlo a él… sino porque este hombre no le daba buena espina – Yo apenas lo conocí ayer
- Uhm… Desde ayer te mudaste con él y ahora resuelven sus crímenes juntos. ¿Deberíamos esperar un feliz anuncio para el fin de semana?
- ¿Quién eres? - Una persona interesada
– Interesada en Sherlock, ¿por qué? Adivino que no son amigos – Ese interés en el detective de verdad no le gustaba
– Lo conociste, dime cuántos amigos imaginas que tiene… Soy lo más cercano a un amigo que Sherlock Holmes puede tener
– ¿Y que sería? – Esa conversación le gustaba cada vez menos
- Un enemigo
- ¿Un enemigo?
- En su mente seguramente si le preguntas dirá: “Archienemigo”. Le encanta ser dramático
- Pues, que bueno que tú no lo eres – No tenía la menor idea de por qué estaba tan a la defensiva.
Ambos se miraban con cierto nivel de furia, y ambos más o menos por la misma situación, ninguno de ellos querían compartir a Sherlock.
Y como si el simple pensamiento de ambos lo hubiese invocado, la notificación de un mensaje arribo al celular del doctor.
“Baker Street, ven de inmediato si es conveniente
SH”
- ¿Planeas continuar tu sociedad con Sherlock Holmes?
- Podría estar mal, pero creo que eso no te incumbe – Eso, silenciosamente era un “por supuesto”
- Puede serlo
- Yo creo que no
- Si tú te mudas al 221B de Baker Street, me daría gusto pagarte una buena suma de dinero de forma regular. Facilitar tu camino
- ¿Por qué?
- Porque no eres un hombre rico
- ¿A cambio de qué?
- Información. Nada indiscreto, no quiero que te sientas… Nada incomodo, solo me dirás en que está Sherlock
- ¿Por qué?
- Estoy preocupado por él. Todos los días
- Qué gentil eres – Agregó de manera acida mientras sus manos de volvían puños lentamente. ¿Realmente pensaba que le iba a dar información sobre Sherlock?
- Pero prefiero por muchas razones que mi preocupación no se mencionara, tenemos lo que se dice “una relación complicada”
Ahora el ambiente estaba mucho más tenso cuando un segundo mensaje llego a su bandeja de entrada
“Si es inconveniente, ven de todos modos
SH”
En esos momentos el doctor tenía unas inmensas ganas de enseñarle aquel texto a aquel hombre y su nada “complicada relación” con el detective.
- No
- No he dicho una suma
- No te molestes – Jamás le daría información sobre ese detective a ese hombre
- Eres muy leal y en un solo día
- No, claro que no, solo que no estoy interesado - Por mucho que quisiera negarlo no quería traicionar a aquel delgado hombre
- Asuntos de confianza, bien lo dice aquí – Dijo al momento en que sacaba una pequeña libreta café de su elegante saco – podría ser que elegiste confiar en Sherlock Holmes, de todas las personas
- ¿Quién dijo que confió?
- No haces amigos con sencillez
- … - Lo había investigado, claro que lo había hecho - ¿Eso es todo?
- Tú dímelo
Ya no pudo más con eso y decidió darle la espalda.
- Imagino que las personas te advirtieron que te mantengas alejado de él, pero veo por tu mano izquierda que eso no va a pasar
Eso detuvo en seco a John, quien estaba más que furioso… ¿Qué diablos le importaba si quería estar cerca de Holmes o no?
- ¿Mi qué?
- Muéstrame
Ambos se acercaron, quedando frente a frente, por lo que aquel misterioso hombre se tomó la libertad de tomar la mano de Watson
- Impresionante
- ¿Qué?
- Muchas personas vagan por la ciudad y solo ven casas, autos, tiendas… Cuando caminas con Sherlock Holmes tu vez el campo de batalla. Y tú ya lo viste, ¿no es así?
- ¿Qué tiene mi mano?
- Tú tienes un temblor intermitente en la mano izquierda, tu terapeuta cree que es psicosomático, cree que te acechan las memorias de tu servicio militar
- ¿Quién rayos eres tú? ¿Quién te dijo eso?
- Despídela, está cometiendo errores. Estás bajo estrés ahora y tu mano está perfectamente bien. El sentimiento de la guerra no te persigue. La buscas. Bienvenido de vuelta – Dicho esto comenzó a irse, dejando a John con sus pensamientos en aquel lugar – Es hora de escoger un lado señor Watson
Y ahí estaba de nuevo el sonido del celular anunciando un mensaje
- ¿Ya quieres que te lleve?
“Podría ser riesgoso
SH”
Watson entonces miró su mano, dándose cuenta de que no había más temblor en ella. Y las palabras del misterioso hombre se hacían presentes en su cabeza, trayéndole más y más dudas
- ¿Dirección? – Preguntó aquella mujer del teléfono, refiriéndose sobre el lugar a donde debería llevar al doctor
- Baker Street… 221B, Baker Street – Sabía que estaba condenándose de alguna manera al decir esas palabras, lo sabía muy bien, pero si ya iba a hacerlo – Pero antes debo hacer una parada.
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Watson entró en su cuarto y tomó el arma, de nuevo aquella voz se hizo presente en su mente, la voz del hombre de la sombrilla “Es hora de elegir un bando”
Tal vez no había elegido un bando aún, pero ahora tenía una hipótesis en su cabeza.
Una la cual debía resolver o se volvería posiblemente loco.
¿Qué era lo que tenía Sherlock que lo volvía tan especial como para no traicionarlo?
“Las hipótesis son una parte fundamental, puesto que en ella se plantea lo que se quiere analizar… Y hace hincapié en una parte crucial del método científico… La experimentación”
Atte.
Sora Jigoku