Belphegor se limitaba a tirarle cuchillos a Fran desde el sofá. Con éste, ya eran 7 días que se la había pasado así, intentando matar al estúpido kouhai que nunca quiso tener. Aunque, sin darse cuenta, desde hace un tiempo lo único que hacía era pensar en él, trayendo consigo algunos sentimientos que nunca pensó que tendría. Pero, para la mala suerte del chico, bel aún ignoraba el hecho que se había enamorado de éste.
- Bel-sempai, ¿va ha estar mucho tiempo lanzándome cuchillos?
- ¿Y a tí que te importa, ranucha? Shishishishi.
Fran ya se había hartado del comportamiento tan infantil del príncipe, por lo que cogió el libro que estuvo leyendo y se marchó, sin ninguna intención de volver al salón donde se encontraban. Fran tenía un límite, y Belphegor lo había superado.
..................................... Esa misma noche.................................
A Bel le comenzó entrar sueño y se marchó a su habitación, donde, para su sorpresa, se encontraba la rana haciendo una ilusión para que no se diera cuenta que estaba ahí.
El príncipe se fue a la ducha, dándose un caliente baño el cual cuando terminó, salió con sólo una toalla atada a su cintura. Fran aprovechó ese momento para cogerle de las muñecas t tirarlo a la cama, situándose encima de él.
Bel estaba a punto de decir algo, pero Fran lo acalló con un fogoso beso que hizo que Bel se estremeciera hasta la puntas de su sedoso cabello rubio, dejándole sin respiración.
-¿ qu-que crees que haces, ranucha?
- en ningún momento pensaste que tenía un límite,¿cierto?
-shishishishi... ¿Crees que vas a salir vivo de ésta, estúpida rana?
-oh~ entonces, ¿cuando termine de hacerte "cosas malas" matarás a la persona que amas?
-¿Persona que amo? ¿Desde cuándo?
-¿no aceptas el hecho de que me amas?
-¿amarte? Nunca lo hice y nunca lo haré. Después de todo, te odio.
- ¿estás seguro - Fran acerca sus labios a la oreja del príncipe, mordiéndola y lamiéndolo, haciendo que se estremeciera entre susurros.- que no te estás confundiendo?
Inevitablemente, el rubio gimió levemente, haciendo que el de cabellos verdes sonriera con malicia.
- Bel-sempai, si tanto insistes en que no me quieres, contéstame a unas preguntas.-Belphegor, aunque apenas se notara por la oscuridad y los largos cabellos, estaba rojo hasta la punta de sus orejas.- ¿acaso, no estuvo pensando en mí todo el tiempo?
-"Si".
Contestó en su cabeza el mayor.
-¿no es capaz de reconocerme aunque vista otras ropas y el lugar esté repleto de gente?
-"Cierto".
-¿no me busca con la mirada inconscientemente?
-"tal vez"
-¿no....desea tenerme para tí solo?
-"Quizás"
Fran se concentró en absorber y recorrer todo su cuello mientras decía su última pregunta:
-¿no quieres cada vez más y más de mí?
El mayor fue recordando cada vez que pensaba que el chico tenía buen cuerpo, cada vez que estúpidamente le buscaba en la mansión, cada vez que pasaba noches enteras despierto pensando en él, cada sueño que tuvo en el que él estaba, cada vez que sentía un malestar y unas ganas de matar a quien se le acercaba a Fran, sobre todo a Mukuro, cada vez que hacía alguna misión que les tocaba de pareja e inesperadamente estaba ¿feliz? De alguna manera todas las piezas encajaban, dejando a Bel en shock.
-parece ser que afirmaste en todas ¿cierto?
El menor cogió ambos brazos con una mano y los estiró por encima de su cabeza, mientras que con su mano comenzó a quitarle su camiseta.
Unas gotas húmedas cayeron al cálido pecho del rubio.
-¿sabes Bel-sempai? Desde hace mucho tiempo, estoy enamorado de tí. Pero tú nunca supiste qué era el amor y sufrí por ese largo periodo hasta hoy. Shishou supo sobre mis sentimientos y me dijo que, por tu comportamiento también me amas, pero que aún no sabías lo que era. Fue en ese momento en el que vi un rayo de luz. Porque, después de todo, eres mi primer amor. Irónico, ¿no crees? Mi primer amor es un psicópata que se hace llamar príncipe destripador.
Fran, a pesar de estar sonriendo levemente, las lágrimas de sus ojos no cesaban. Un príncipe psicópata no siente lástima, pero ver a su kouhai de ese modo hizo que, de alguna manera, le diera un fuerte dolor en el hueco donde debería estar su petrificado corazón.
-Tal vez.... Sólo tal vez.....t-te a-a-amo.
Belphegor no podía estar más rojo ante esa confesión, mientras que Fran sólo podía agradecer mentalmente a Mukuro, que le ayudó a que su sueño se hiciera realidad.
-jajajajaja... ¿Puedes repetirlo? No te he escuchado bien.
-shishishishi... Te mataré cuando pueda por hacer que un príncipe de sangre real se avergüence.
Fran se acercó aún más al cuerpo del sujeto que le acababa de amenazar, dispuesto a seguir con la acción que iba a hacer para vengarse de su sempai, que al final, aceptó completamente.
El dolor, el sudor que hacía que las sábanas se pegaran a la caliente piel de ambos inquietos cuerpos, que ardían con un fuego de placer y de fogosa necesidad, necesidad de volverse uno, de ser uno del otro, la oscura y tentadora noche que ninguno de ellos dos olvidarían, daba fin junto con aquel gesto de amor y pasión, pasión que ninguno creyó que existiera, amor que ninguno pensó en aceptar y que al final cayeron en el inmenso mundo del romance, sin saber cómo ni por qué, sólo dejándose llevar, como hoja mecida al viento, como pez llevado por la marea del océano.
A la mañana siguiente, una cegadora luz entró a los ojos de Bel, que era abrazado por su kouhai. Primero se preguntó que hacía así, para luego recordar lo que sucedió la noche anterior, dejando pálido a un tomate. Se dio cuenta de que Fran se encontraba dormido y aprovechó para acomodar sus brazos en su nuevo amante, y susurrarle en el oído dos palabras que hicieron que éste dejara de fingir que estaba dormido y lo besara dulcemente. No necesitaron más palabras, sólo bastaba con la mirada cruzada de sus ojos, que explicaban más de mil palabras.
- te amo.
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