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Improper Therapy por Akira-san

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Notas del capitulo:

Le deje de lado tanto tiempo a pesar de mis ganas por terminarlo en algún momento de mi vida. Deje atrás el hobby por los estudios, la vida y trabajo, pero de alguna manera nunca lo olvide.

Siempre en mi mente, por mas de un año dando vueltas sin final.

Lo continuo ahora para cerrar un ciclo. Por mi y por las chicas que en algun momento lo leyeron cuando comencé con esto.

Mil cariños.

Akira.san

Capítulo 3: Nueva vida

El dormitorio le resultaba un lugar ajeno e inseguro. Las luces apagadas le recordaban a ese miedo infantil en que algún ser monstruoso aparecería por cualquier esquina, al asecho, expectante la más mínima distracción.

Tenía miedo de lo que le habían advertido, ¿Quién era ese hombre que había conversado con él hace unas cuantas horas? No era su ídolo, no podía ser así; Ryuichi era más amable, respetuoso, era… los sinónimos que asociaba al peli verde pararon  de golpe cuando se percató de algo que no había dimensionado hasta ese momento: no lo conocía en lo absoluto.

-Necesito verte…-murmuró entre la colcha y su almohada. Quería conversar, hablar todo lo que no dijo en la cesión. Se sentía estúpido, absurdo, cuando tuvo la oportunidad de desahogarse se negó por la cara imponente e inquebrantable de ese rubio que le ofrecía su ayuda. Contar más allá de lo que en ese momento considero superficial, ¿Por qué no le dijo todo de un tirón y calló los detalles que tal vez harían la diferencia?...Le causaba rechazo esa mirada tan fría, le daba la impresión de que se guardaba cosas tristes que no había superado y eso le hacía pensar en lo injusto de contar todo lo que sentía sin recibir alguna confidencia a cambio.

<< No somos amigos ni nada, ¿Por qué debería? >>

Se levantó al medio de la noche esperando encontrar alguna distracción para poder relajarse y lograr dormir. Tenía que contarle con mayor profundidad lo que estaba pasando. Necesitaba darle exacto detalle para que pudiese ayudarle de alguna forma.

<< Es absurdo creer que alguien pueda ayudarme >>

 A pesar de tener algunos indicios de que trataría su participación en ese canal le resultaba extraña la ambientación tradicional. Abrió la puerta de su cuarto y empezó a recorrer lo que sería su hogar por quien sabe cuánto tiempo.

Las luces permanecían encendidas aunque que nadie las ocupase. De una forma tenue como si fuera cómplice de los secretos que la casa albergaba. La calidez le abrazaba dándole fuerzas para continuar con su expedición. Un pasillo largo era lo primero que podía contemplar, luces en fila alternadas con puertas que temía abrir. No sabía cuál era la habitación provisoria de Ryuichi, no sabía si es que se encontraba durmiendo en el mismo pabellón o simplemente con el enojo se habría ido a un hotel elegante y moderno.

<< No quiero encontrarle…>>

Tras su plática con Ryuichi no había ido a comer cuando Kuba se lo señaló. Se encerró en la habitación que le ofrecieron y se cubrió por completo, como si eso le transportase a una dimensión diferente, a una vida nueva.

El estómago le dolía de una manera demencial, con mucha suerte había ingerido ese té de sabor extraño que su terapeuta le había ofrecido, un par de galletas y agua.  Necesitaba encontrar la cocina para sacar algo que le calmase la fatiga por lo menos hasta el desayuno de mañana.

-Hey, ¿Qué haces despierto a esta hora?-le sorprendió de pronto un hombre de cabellera larga y ojos marrones con traje oscuro y camisa.- No te conviene que te vean merodear así, pensarán que te quieres escapar o algo…-

<< Es bastante mono… justo como dijo el señor Kuba >>

-Perdón, yo solo…-su estómago se adelantó a develar el motivo por el que husmeaba los pasillos de la residencia, crujió de una manera tan fuerte que la vergüenza se manifestó rápidamente en sus mejillas con un tono rojo suave-

-Jajaja, ya comprendo. Ven sígueme, te llevaré a la cocina…-ofreció caminando frente al peli rosa- mi nombre es Hiro, trabajo tiempo completo acá, bueno no sé por qué te digo esto si todos trabajamos tiempo completo-se frotaba nuca con una risa tonta mientras seguía caminando-hago el aseo por las noches con una chica de cabello corto llamada Aom-continuó sin mirarle directamente a la cara. Temía encontrarse con el señor Kuba y que eso le ocasionara algún problema- que no te extrañe si a veces no te responde o solo te queda mirando, ella es tailandesa así que muchas veces no entiende que le estamos diciendo. Solo Kuba puede hablar fluidamente con ella, cuando quiere claro, es media reservada-sentenció-ya llegamos.

-Gracias Hiro, ¿te puedo llamar así?-

-Claro, después de todo, yo estoy para servirles a ti y  el señor Ryuichi- sonrió dándole una palmada en la espalda. Para Shuichi la cercanía de Hiro era el apoyo que necesitaba- sabes, aquí todos somos algo así como una familia, trabajamos en las producciones de don Daishi y estábamos bajo el mando de su mayordomo, Kuba. Él es un buen hombre aunque se vea serio, siempre he pensado que no quiere defraudar a su jefe así que nos exige tanto como se exige a él. Puede que te parezca extraño si controla tus horas de salida y entrada pero…-se detuvo en eso que le servía un pocillo con galletas- sé que eso no es idea del señor Kuba…- no sabía cómo plantearle la situación al chico que estaba frente a sus ojos sin desalentarlo.

-¿Entonces quién?- necesitaba saber por qué si ya había vendido su vida a un grupo de mafiosos para ese programa de televisión no podía salir sin que alguien lo estuviera presionando con las horas y los lugares-¿no podré hacer nada de lo que me guste?

<< No podré cantar, sé que me mienten >>

- Ryuichi pidió expresamente que le informásemos cada movimiento que das, hacia donde y a qué hora vuelves… Shuichi, ten cuidado, ese hombre es extraño, en ocasiones es afable y se preocupa de nuestro bienestar y en otras se vuelve controlador y nos grita…-calló.- hemos estado un poco más de tiempo que tú en este lugar, no lo conozco mucho pero aun así prefiero que tengas cuidado, alguien normal no es así.

-No me parece muy cortes andar difamando a sus caseros Hiro, te recomiendo continúes con tus labores o si ya no te queda nada que hacer vayas a tu recamara. Mañana tienes mucho trabajo que hacer junto a Aom, sabes que queda poco para que este proyecto se ponga en marcha y todo tiene que salir perfecto para nuestro jefe.-con tan solo una mirada Hiro supo que debía obedecer. Tener problemas con Kuba significaba pasar las penurias del infierno por lo menos una semana completa. No volvería a hacer el loco como hace un año atrás, no de nuevo.

-Bien señorito, su manager le debió haber advertido que el sistema de este lugar rige con horarias que usted debe saber y obedecer para que todo funcione correctamente. Si necesita alguna cosa o tiene inquietudes acerca de eso a la persona que debe consultar es a mí  y no a otro. Soy el encargado de este lugar y estoy en pie para trabajar por la perfección necesaria. No le estoy prohibiendo conversar con los empleados, pero le sugiero que no se deje llevar por las opiniones de los demás en esta casa y se arme sus propias opiniones. No crea que por ser rígido usted no podrá contar conmigo en cualquier caso, le repito que estoy para servirle y servirle al dueño de este canal y es mi deber moverme por su satisfacción.-le miraba parado a una distancia tal que a Shuichi le resulto un tanto ajeno- recuérdelo y no dude en acercarse a mí.

~*~

Apenas abrió la puerta de su departamento colgó su chaqueta en el perchero de su pieza para colocarse un par de pantuflas color plomo.  En ocasiones el trabajo le mosqueaba un poco, tantas historias tristes, infelices, incapaces de luchar por su propio bien.

-A veces Eiri la gente se lamentará porque no pueden hacer nada para alcanzar su realización personal. No los culpes, los problemas suelen cegarnos al punto de incapacitarnos por completo. No siempre lo que nos hace feliz es lo convencional, míranos… ¿tú crees que está bien mirado que tú estés con tu profesor de cátedra?

Caían las hojas frente a sus ojos. Los niños corrían no muy lejos, dando vueltas alrededor de los columpios y las bancas más lejanas.

-Le diré a mi padre.-

-No me resulta apropiado que le digas a tu padre algo como esto Eiri.-refutó- Él es un hombre conservador, muy tradicional y mayor. No siempre hay que ser frontal, si deseamos que esto continúe por más tiempo debemos ser discretos y disfrutarlo. Yo te trataré como cualquier otro chico de tu edad en el salón de clases, no podemos levantar sospechas.

-Usted no es ético en ningún sentido… ¿Qué es lo que me estás enseñando?-bromeó con esa sonrisa que solo su maestro conocía, complacido por un abrazo como respuesta-Cuando termine los estudios…-

-Uno se mueve por su propia verdad Eiri, en la profesión puede que trates a alguien que te haga sentir especial como me hiciste sentir tú. Siempre se habla acerca de las distancias que se debe mantener cuando eres psicólogo, yo lo predico constantemente pero necesitas intimidad con tu paciente para que te cuente cosas, o tal vez para que pase algo más allá… no olvides que eres humano.

- A pesar de todo-el fin de su relación vino de golpe. Ese momento en que su vida prácticamente se vino abajo y Yuki no estuvo para acompañarlo: el intento de matrimonio forzado por su familia, el destape de su homosexualidad y su relación oculta en la universidad.

Miró el celular cuando caminaba por la cocina en la búsqueda de alguna agua con sabor a granada. Tohma le había insistido de una manera tan persistente que dejara de asociar los bebestibles con café o tragos fuertes que ya hace unos siete meses se encontraba tomando ese “trago de mujer”.

Un mensaje se asomaba por su buzón de entrada. Era de su nuevo paciente, ese que sin saber por qué quebranto sus estándares y busco la intimidad para saber más de su vida. << Quiero hablar>> decía, solo eso y supo que lo superfluo de toda la información que le había propiciado se pondría peor.

-Me sirvió.-culminó en eso que texteo un mensaje de vuelta. Suponía que lo correcto sería fijar una hora antes de lo previsto, dentro de pocos días en su oficina para conversar con las cabalidad acerca de lo que lo había motivado a escribirle y como se sentía con su nueva vida.

Tenía claro que debía ayudarle de alguna manera, pero primero necesitaba conocer todo su historial para no cometer un error que afectara su inestable estado emocional.

<< Nos vemos dentro de dos días >>

~*~

Los productores llegaron tres horas antes de lo presupuestado. Kuba adornaba la habitación como Ryuichi le señaló por teléfono desde NG a eso de la media tarde. Los trámites para la supuesta boda se terminaron de realizar unilateralmente por los ejecutivos del canal para apresurar el capítulo tan anunciado por las revistas asociadas a Golden Fantasy como “The secret Golden” o “My sweet fantasy”.

-Shuichi dentro de poco deberá ir conmigo a vestuario para que comience las grabaciones-le dijo Kuba al asomarse en la habitación del peli rosa. Shuichi no le miró, seguía con la vista perdida en lo despejado del cielo.

~*~

-Hey Tohma, ¿de qué trata la participación de Shuichi en Golden Fantasy?- ese día Mika había invitado a cenar a Eiri a su casa para asegurarse por lo menos una noche que la alimentación de su hermano era la adecuada.

Ordenó comida francesa a petición su marido. Unos crepé de champiñón y jamón dulce de entrada, un magret de pato con salsa de naranja y de postre una torta de chocolate negro con frambuesas.

-La propuesta para el capítulo inicial era la noche de bodas así que…-paró para dar un bocado oportuno capaz de callar la verdad que le incomodaba mencionar-deben hacer lo que todo el mundo hace.

-Lo bueno es que admira a Ryuichi. Cuando era joven me hubiera acostado feliz con mi cantante favorito.-rio tratando de alivianar el ambiente tras una pregunta poco propicia para esa hora.

El mensaje de texto apareció en su mente de pronto. Tal vez en ese mismo instante el chiquillo se había enterado de que tan comprometido tenía que estar con el cantante pop. La rabia cayó de pronto en sus hombros, le cito para un día después de que todo pasara y el muchacho llegaría con un trauma peor del que lo llevó a su consulta.

-Mierda-gruño al golpear la mesa con uno de sus puños.-no tengo hambre, permiso.

Caminó hasta la habitación de invitados con una botella de wisky añejo que tenía guardado en la licorera de su yerno. El programa empezaría dentro de poco así que se encerró sin haber consumido más allá de dos bocados de cortesía.

~*~

-Debe cumplir esto como si fuese cualquier trabajo joven Shuichi. Así estos años se le pasarán volando y no le quitaran el sueño-le pasó un kimono color rojo escarlata con bordados blancos y dorados en su espalda.

La flor de loto demostraba su pureza. Esa que estaba a minutos de perder y de alguna forma ya lo había aceptado con resignación, ¿Cuál Ryuichi vería ese día, el hombre amable que conoció en los pasillos de NG o el que lo hizo sentir como un objeto?

 -Quiero hablar con K antes de salir, ¿puede llamarlo?-necesitaba informarle la próxima cita que tendría con su terapeuta. Sabía que si no lo mencionaba a tiempo el único escape para afrontar esta situación se vería frustrado.

-Lo llamaré enseguida. Permiso-

<< Por lo menos esto puedo hacer por usted… lo siento >>

~*~

-¡Y ACCIÓN!

Ryuichi tomó a Shuichi en brazos como típica escena de recién casados para ingresarlo a la habitación llena de luces y cámaras.

-voy a tratarte bien, no tienes por qué estar tan rígido- susurró el mayor un poco antes de reposar al oji violeta en la cama-

La suavidad con la que lo depositó le resultó irónica. Le miraba con una cara de enamorado, como si lo conociera de toda la vida, si realmente hubieran dedicado tiempo al romance y la conquista, como si fuesen una pareja normal.

-Conocernos ha sido lo mejor que me ha pasado Shu-chan, desde que te vi en NG y supe lo talentoso que eras me llamaste la atención… a veces siento que es el destino-recitó en un discurso perfectamente ensayado-el hecho de conversar, de ser parte de un proyecto tan vanguardista y los intereses comunes me hacen pensar que no me he equivocado en lo absoluto-continuó mirándole directamente a los ojos- Shuichi no olvides nunca que te amo, te amo tanto que las ansias por este día me tienen completamente embriagado.

<< Finalmente podré marcarte como mío >>

Shuichi intentó desviar la mirada, no para evitar la cara de su ídolo diciéndole todo tipo de frases amorosas, sino para evadir generar rechazo a esas palabras cuando provinieran de otra persona.

Se besaron, el peli rosa tomo parte en el show que se estaba exhibiendo en esos momentos por el canal para adultos. Su compañero deslizó su mano desde la nuca de su amante hasta un poco más abajo de la cintura del muchacho, el kimono reposaba ya arrugado en las piernas de Shuichi y sus manos tímidamente fueron participe con una que otra caricia en el rostro.

-Me gustas tanto, creo que se nota-sonrió colocando la mano blanca y delgada sobre su entrepierna.-ya no aguanto.

-Hagámoslo.

<< Pronto, terminemos pronto >>

~*~

El ímpetu con el que Eiri salió del dormitorio para encarar a Tohma descolocó a todo quien lo vio, estaba consternado, descolocado, enterarse mediante el televisor hasta qué punto el contrato abusaría de ese joven le irritaba a un punto insospechado.

No podían hacerle eso, simplemente no podían forzar a alguien a amar a otra persona, ni mucho menos tener una cercanía falsa como si la vida de quien era parte de la relación no fuese la propia. Ahora le comprendía mejor, pensó. Entendía cada palabra suelta que salió de su boca como si fuese un calvario que tuviera que atravesar él.

Estaba indignado.

-¿Por qué no me dijiste que tendría que rebajarse hasta este punto?-gruño sin la necesidad de contextualizar más allá. Tohma tenía claro de quien se trataba.

-Eiri, no te lo conté puesto que yo no tengo un conocimiento cabal de su contrato-respondió esperando sacar la culpabilidad de su cuerpo.- además si es que supiera sabes que los contratos requieren la confidencialidad de ambas partes y me pareció poco ético contarte desde mi punto de vista la vida que llevaría tu cliente.

La palabra estrella llegó para instaurarse nuevamente en la vida del profesional. ¿Qué había hecho la ética en la vida del psicólogo?

<< Que se joda >>

Sacó su chaqueta y fue por un cigarrillo.

~*~

-Para por favor-le susurró entre lágrimas luego de la última ronda de mordisqueos voraces-ya te lo di todo-

Una sonrisa recibió de respuesta. Ryuichi no podía estar más dichoso de poder hacer y deshacer con aquel gentil muchacho, el morbo le estaba matando, ver como se retorcía y asomaba los dientes tras cada embestida. Le hervía la sangre notar como sus cejas se torcían mientras sus ojos no fijaban la vista en ningún punto.

-¡ah!-suspiro en su tercera corrida. El cuerpo le dolía como si hubiese recibido una paliza de aquellas, estaba destrozado, maldecía cada instante  en que su padre comenzó a creer que él era un pago justo, maldecía la compañía y a Ryuichi, sus besos, sus abrazos y cada te amo que le quemaba más fuerte que el ácido.

-Te haré caso por que fuiste obediente-respondió en su oído con un beso de despedida en la mejilla. Se puso la bata color cobre para alejarse irse de la habitación por un poco de agua.

¡CORTEN!

~*~

Los presentimientos son parte de quien trabaja de las interacciones humanas. Las intuiciones y el juicio que una que otra vez se vuelve valórico se mezclan en un tira y afloja que no lleva a ninguna parte o bien, a todas.

Decidió corromper todo lo que se creyera correcto. Por Shuichi lo haría, por esas pocas palabras que le hicieron sentirse responsable de su bienestar emocional y le recordaron de alguna forma a quien le guio a su edad, hace tantos años, a alcanzar la felicidad.

Sería difícil, lo sabía, pero de contactos están hechos los hombres que tenían un poco más que el resto del pueblo. Y él tenía el mejor contacto de todos para este caso.

<< No olvides que eres humano >> -resonó en su cabeza en el momento que culmino la llama del vicio.

Continuara….

Notas finales:

Nos vemos


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