Cap3: salud! por la pareja eterna ante el mundo
Hace un tiempo deje la tinta y el papel para desahogarme, si me han leído hasta ahora y aun esperaban terminara de explicar mi historia lo lamento, las ganas y las fuerzas de alguien que lo tiene todo a veces flaquean.
Especialmente ahora, lo que me detiene a momentos de escribir, lo que hace que la pluma tiemble en mi mano y de vez en vez tome con furria las hojas y arroje con ellas mi ira, pero siempre vuelvo a iniciar con el mismo resultado, espero esta vez no se repita.
Lo que tengo que plasmar esta vez es algo que aun hoy hace mella en mí, aun duele la herida que no cierra pero menos, cada vez duele un poco menos, con mi adorado en este tiempo, con el que me fue dado por milagro he olvidado casi todo.
Pero bueno, no es ese el tema, no es mi remanso de tranquilidad el que los trajo aquí, no es el oasis del que bebo para calmar mi sed el que les interesa.
Dolor, pesar, todo aquello que los empatiza es lo que los trajo aquí, es lo que los fuerza a volver.
Como hace un tiempo les dije, frecuentaba aquella casa donde vivía mi amado y mi hermosa mujer demonio por cuestiones de mi trabajo me tuve que alejar de aquellas exquisitas criaturas, ho!! No se alteren!! Ustedes también son llamativos a mis ojos pero nunca como esos dos.
Estuve entre viajes, gentes y cosas que no había visto desde hace un periodo largo de tiempo y que en realidad en aquellos momentos me resultaba molesto.
Cuando por fin pude regresar a aquel nido que era mi felicidad supe que había perdido mucho tiempo, por primera vez en mi milenaria vida entendí que era perder tiempo.
Las hermosas criaturas que se habían adueñado de mi corazón se casaban, aún recuerdo con cierta gracia y dolor la cara de mi amado.
Se burlaba!! Se sentía superior a mí, se sentía ganador de algo que en realidad no le pertenecía.
Mi bella demonio me vio sorprendida y con pesar, nunca podre tener la certeza si de verdad aquella boda le produjo dolor o si en realidad era tan hermosamente ruin para llevarnos a aquel final.
Ho!! Pero me estoy adelantando! Disculpen, es la necesidad de esta atormentada alma de saltar las cosas más dolorosas.
Como les decía, aquellos dos castaños se casaron y vivieron como la pareja feliz y perfecta que se supone debían ser, porque él así lo quería, porque ella así obtenía de él lo que quería, porque así el mundo, la sociedad se los pedía.
Y no lo negare pequeñas criaturas, me aleje, me aleje por el dolor, porque los amaba tanto que si ellos así eran felices yo lo aceptaba.
Pero no todo en sus vidas es como en la mía, ustedes no saben el verdadero significado de consistencia, no pueden vivir sin tener ese mórbido mal metido en las venas, sin sentir que desafían algo, sin sentir que la tentación les gana.
Como les dije antes, ustedes son criaturas realmente asquerosas y dulces, esa fascinación por auto destruirse o destruir a sus congéneres es fascinante.
Pero en fin! Divago como siempre.
Regrese a la vida de ese par de criaturas, regrese mediante una invitación de ella a su hogar.
Y cuando por fin llego ese día, el día que ella estipulo para mi visita, la vi, la vi bajo esa luz que la mire cuando me prende de ella.
Se presentó ante mí con un vestido blanco vaporoso, con el cabello suelto y largo, con aquella mirada dulce y perversa… La deseaba.
Recuerdo tan bien ese día que con solo cerrar los ojos me trasporto de nuevo a ese lugar, a ese momento.
Aun puedo sentir su fragancia y su calidez.
Esa visita fue la primera de muchas otras, en algunas éramos solo nosotros en otras era con su entonces esposo, aquel que me tenía enamorado sin saberlo y en otras, sin que ella lo supiera, éramos solo él y yo.
Admito que me costó mucho llegar a él, nunca me había costado llegar a uno de ustedes quizás por ello era que me fascinaba tanto.
Pero no es eso lo que vine a contarles esta vez, no fue eso lo que quería escribir.
¿Lo ven? Es muy difícil escribir sobre uno, nunca entenderé porque dicen que es un medio de expresión.
Lo que en realidad quería decirles es que en una de esas noches toco a la puerta ese al que ustedes llaman satanás, belcebú, el diablo.
Una noche que fui a visitarles a ambos, una noche en la que ya tenía la confianza y cariño de ambos.
Y para mi desgracia esa noche el diablo entro conmigo, entro bajo un aroma hipnotizaste, bajo unos ojos borgoña y una sonrisa eterna, bajo un calor dulce y unos labios suaves.
Esa noche la hice mía.