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Viaje en bus. por Sooki

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Notas del capitulo:

Hola, es mi primer Woogyu... tenía que aventurarme a escribirlo así que aquí está.

Two shot: Viaje en bus.


 


Cómo le explicaba a mi jefe que llegaría tarde… muy tarde para la conferencia… quizás, tan solo quizás, demasiado tarde… todo porque me había quedado dormido y había perdido el avión y ahora tenía que enfrentar un terrible viaje de 12 horas sentado en un maldito bus porque las aerolíneas, al parecer, se pusieron todas de acuerdo para no tener ni un solo boleto ni siquiera en la clase más económica.


 


Me estaba preparando mentalmente y física también, porque aproveché de comprar una almohada y algunos snacks para las horas que me esperaban. Tranquilo Woohyun, siempre has sido un hombre con suerte… A quién engaño, me despedirán. Miré mi teléfono que justo se iluminó mostrando en la pantalla la llamada entrante de mi querido jefe.


 


- H-hola – tartamudeé.


- Sabes que podría despedirte en este mismo momento, ¿Cierto? – pasé saliva, ¿Cómo era posible que ni me saludara?


- Sí, pero sé que no lo harás – respondí firme.


- Claro que no lo haré, no hay neurocirujanos tan buenos en este país como tú… aunque me cueste admitirlo.


- Vamos… mi calidad profesional no tiene nada que ver aquí. Sé que no lo harás porque acabas de casarte con mi hermano y estás en la etapa de luna de miel y todo es hermoso, precioso, perfecto y…


- Tu hermano me encanta y listo, pero eso no tiene que ver con TU puesto en MI hospital – suspiré, porque era la estúpida verdad – tienes suerte de que mi Jonggie salve tu cuello… siempre.


- Vamos Myung, eres mi amigo, además yo soy el mejor en lo que hago, pero también cometo errores, de hecho, ponte en mi lugar ¿Te imaginas ser hermoso, una eminencia en la neurología y a eso agregarle ser perfecto? La Tercera Guerra Mundial comenzaría por mi culpa


- Eres un arrogante… ¿Qué te pasó?


- Perdí el avión y todas la aerolíneas están copadas, no hay asiento en ninguna clase de ningún avión, entonces iré en bus, así que puedes reírte porque llegaré con el trasero cuadrado después de 12 horas de viaje – escuché su risa y después un silencio de unos dos minutos en los que se oían voces al otro lado de la línea.


- Nam Woohyun, deberías jugar a la lotería o algo porque tienes mucha suerte – después de esos dos minutos, retomó la conversación conmigo por lo que le pregunté la razón, quizás era mi oportunidad de hacerme millonario de la forma fácil – acaban de llamar para avisar que el  otro conferencista, que es más importante que tu – hizo énfasis en la última frase – también perdió su vuelo y llegará mañana, más o menos a la misma hora que tu según mis cálculos, así que hemos arreglado el cronograma en 1 minuto para que él y tu puedan exponer en dos días más.


- Partiré a jugar un boleto de lotería enseguida – de pronto sonó en la estación la voz que indicaba que el bus que tomaría había llegado al recinto – Myung, te dejo, me están llamando para abordar el bus.


- Despídete de tu trasero, Nam. Despídete de tu trasero – y colgó sin esperar una respuesta de mi parte. Maldito cuñado que me gané.


 


Mi hermano menor Sungjong, se había casado hace un mes con nuestro amigo de infancia Myungsoo, que era dueño del hospital en el que trabajaba e, inevitablemente, nos convertimos en familia. Recuerdo que desde jóvenes yo era el que apoyaba y rechazaba esa relación a la vez, porque, no lo negaré, son el uno para el otro y se complementan perfectamente, pero siempre tuve miedo de que arrancaran a mi hermanastro de mi lado, porque fue al primer chico que amé.


 


En aquel tiempo mi mamá estaba viva y Jong y yo íbamos al mismo colegio, pero cuando mamá murió, mi padre se enamoró de su mamá (viuda también) y él se convirtió en mi hermanastro, así que me vi forzado a transformar el amor de hombre que sentía por él a un amor de hermanos… con el tiempo lo superé y un día se lo confesé, ahora queda como algo de lo que nos acordamos cuando él, Myungsoo y yo nos juntamos a hablar de la vida y se nos pasan las copas. Me imagino su nueva vida de hombre casado y sonrío, para luego torcer mis labios y transformar la sonrisa en una mueca de asco, no quiero ni pensar en lo melosos que deben ser. Él casado y ¿Yo? Yo he tenido algunas parejas, pero nada serio… no hay nadie quién se haya ganado mi corazón aun.


 


Dejé mi maleta y recibí el ticket para retirarla cuando llegara a mi destino. Por suerte, aunque hubiese perdido el avión, encontré un pasaje en uno de esos buses de lujo que tienen asientos plegables en casi 180 grados y que puedes descansar buena parte del viaje, venía también con una mesita al costado y mantas.


 


Subí y busqué mi asiento mientras observaba como algunas personas dormían cómodamente, porque el bus venía desde otro lugar y hacía una parada acá para tomar algunos pasajeros. Llegué a mi puesto que estaba en el pasillo y en el lugar que daba a la ventana encontré a un chico que dormía recostado y con un montón de papeles sobre él. Llevaba los audífonos puestos y su computador estaba prendido frente a él con un documento abierto. Su cabeza estaba extrañamente doblada en una posición que de solo mirarla me hacía sentir adolorido y tenía la boca semi-abierta.


 


Universitario.


 


Intenté hacer la menor cantidad de movimiento y ruido para no molestar a mi compañero de viaje, pero grande fue mi susto cuando éste se removió un poco para luego abrir levemente sus ojos, mirarme y volver a su posición anterior. Contuve la respiración sin darme cuenta así que boté el aire de un tiro y me relajé. Me senté y esperé a que revisaran mi boleto.


 


Era realmente un suertudo, porque dentro de toda la desgracia que significaba perder un vuelo, esta era la oportunidad de llegar a tiempo a la conferencia que debía impartir en el otro lado del país. Lo que había pasado era realmente estúpido y, sí antes no sabía si reír o llorar, pues ahora definitivamente me da risa.


 


Yo, Nam Woohyun, un prestigioso neurocirujano de Corea del Sur, estaba invitado desde hace un mes a esta reunión de muchos profesionales de la salud en la cual tenía que hablar de mi área de desempeño, pero como aun soy joven y un poco olvidadizo, a mis 28 años de edad, había dejado la preparación de lo que diría para último momento… o sea que ayer no había dormido nada haciendo la bendita presentación y, cuando creí que estaba listo, decidí tomar una siesta… Se suponía que mi avión salía a las 5 de la tarde y desperté a las 5:30… Con los pelos de punta, me puse a buscar en cada agencia y aerolínea del país y todas, o estaban copadas, o no tenían pasajes hasta mi destino, o qué se yo; así que recurrí a mi última oportunidad rogando para que ocurriera un milagro y aquí estoy, son las 1 a.m. y estoy abordando un bus para ir al otro extremo del país.


 


Me dejé caer en el sueño y no tuve conciencia hasta que un rayo de luz golpeó mis ojos. Me incorporé lentamente para reencontrarme con el chico del lado que miraba atentamente hacia la ventana, imagino que viendo como el paisaje pasaba a su lado, después vi mi reloj y eran las 5 a.m. aun estaba oscuro y la luz que me llegaba a los ojos era de la lamparita que el chico había prendido.


 


- Disculpa… ¿Te molestaría apagar la luz? – pregunté bajito para no molestar al resto que dormía.


- ¡Oh! Perdón, pensé que estaba durmiendo – el chico se giró hacia mí y me contestó apenado, regalándome una sonrisa como disculpa.


- No te preocupes – le respondí con el mismo gesto. El chico apagó la luz y siguió observando por la ventana. Sonreía al ver el cielo, imagino que sería por las estrellas y de pronto cerraba los ojos para abrirlos y volver a sonreír, estuvo así unos diez minutos enteros en que lo observé.


- Pensé que seguiría durmiendo, pero me ha estado observando todo este rato – volvió a dirigirse a mí, nuevamente sonriendo.


- ¿En serio? – asintió – no me di cuenta.


- Lo noté por el reflejo de la ventana. Me llamo Sunggyu ¿Y usted es?


- ¡Ah! Woohyun, Nam Woohyun.


- Un gusto Woohyun-ssi – me sentí un viejo y eso que ni me veía tan mayor. Demonios… ¡Tengo 28! ¡28!


- El gusto es mío Sunggyu, pero no me digas así, tengo 28 años… no luzco tan viejo ¿O sí?


- Pues yo tengo 22 y me enseñaron que hay tratar con respeto a quienes sean mayor que uno. Pero no, no se ve viejo – volvió a sonreír.


- Bueno, gracias… supongo – rasqué mi nuca, me había puesto nervioso por alguna razón – y… ¿A dónde vas Sunggyu?


- Voy a un congreso de medicina. Soy neuroftalmólogo. Y sé lo que va a decir, que soy solo un niño, pero siempre he estado más avanzado que el resto, así que salí de esa carrera en solo 4 años siendo que dura 6… Del colegio salí a los 16, así que llevo dos años trabajando en esta área y me enamora cada día más.


- Wow, eres impresionante y somos casi colegas, porque yo soy neurocirujano… - le tendí la mano – ahora sí que puedes “tutearme”.


- ¿Le parece si le digo “Hyung”?, me sentiría incómodo tratándolo de tú – asentí y él me tomó la mano. En ese momento un escalofrío recorrió todo mi cuerpo ¿Qué diablos?...


 


Conversé con Sunggyu unas dos horas seguidas y luego el sueño se volvió a apoderar de nosotros. Con el rato él había entrado más en confianza, ya no hablaba tan formalmente y yo había descubierto que era un chico muy interesante de escuchar, pensé bastante rato en pedirle el número para que no perdiéramos el contacto… después de todo, trabajamos en áreas muy parecidas, era posible que un día pudiéramos hacernos favores profesionales.


 


Desperté otra vez a eso de las 11 de la mañana, ya con el sol alzándose en el cielo y grande fue mi sorpresa al encontrarme con el chico mirándome fijamente, cuando abrí los ojos definitivamente, él volvió a acomodarse en su asiento e hizo como si nada hubiera pasado.


 


- ¿Sucede algo? – pregunté.


- N-no… - respiró unos segundos – Woohyun-hyung… tú crees… quizás… tu… ¿P-podrías darme tu número? – los pequeños ojos del chico se abrieron esperando mi respuesta y noté el leve sonrojo en sus mejillas.


- Por supuesto, de hecho, yo también quería pedírtelo, pero no sabía si querrías – me pasó su teléfono y anoté mi número en él, en seguida me llamó y yo guarde el suyo.


 


Nos dedicamos a conversar el resto de viaje que no serían más de dos horas, increíblemente, el viaje que pensé que sería eterno, terminó haciéndose corto por lo bien que lo había pasado junto a Sunggyu y de pronto empecé a sentirme triste por tener que separarme del menor… me sentía extraño, como si fuera a perder a alguien importante… Había sentido una pequeña conexión con él desde que había abordado el bus… pero no pensé en sentirme así con el solo hecho de tener que llegar a mi destino y separarme de él… me sentía igual que cuando tuve que dejar ir a Sungjong… Pero era imposible, a este chico lo había conocido hace poco menos de doce horas y la verdad es que me había encantado hablar con él, era tan correcto, tan inteligente y divertido y no negaré que es bastante guapo, incluso sentí una gran presión en mi pecho cuando caí en que pronto llegaríamos a nuestro destino, pero…


 


- Sunggyu – y no lo pensé dos veces, apenas el chico me miró, tomé su rostro entre mis manos y deposité un casto beso en sus labios. Él no me rechazó, pero tampoco correspondió, solo abrió a más no poder sus ojos y los colores se fueron a sus mejillas. Me separé de él lentamente – lo siento… tenía que hacerlo, pero fue algo invol... – y no pude seguir hablando porque ahora era él el que me tenía preso en su boca.


 

Notas finales:

Hola de nuevo, traje este pequeño trabajito que se me ocurrió mientras viajaba de mi ciudad hasta la ciudad donde está mi universidad. 

Esta es una pequeña compensación por no haber actualizado "El camino hacia el amor", pero lo actualizaré pronto... lo que pasa es que estaba sin internet y no me venía la inspiración... ya saben los típicos problemas de escritoras, pero esto me vino y no podía no escribirlo.

Esop, me tení que aventurar con un Woogyu, porque lo había prometido :3 así que aqui está :)

Espero sus comentarios en un lindo review!


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