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Lo que verdaderamente sucedió en el infierno por MrsCollins

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Notas del fanfic:

Este fic está basado en un comentario en tumblr que básicamente dice que tal vez Castiel mire de esa manera a Dean cuando lo ve porque se enamoraron en el infierno. Yo solo le he dado forma a esa idea.

Notas del capitulo:

Ni Sobrenatural ni sus personajes me pertenecen, solo me divierto escribiendo sobre ellos. Este es mi primer fic, y acepto todo tipo de críticas (si son constructivas mejor).

Dean miró sus manos cubiertas de sangre de la última pobre alma a la que había torturado. Como cada día sentía asco de sí mismo, de en lo que se había convertido. Posó sus ojos una vez más por todas las herramientas que había usado, algunas que escapan a la imaginación de los demás humanos, en la mesa llena de sangre que acababa de dejar libre, y la angustia creció dentro de él. No debería haber cedido, tendría que haber aguantado más tiempo sus propias torturas. ¿Qué clase de persona era?. Bueno, si es que se le podía llamar persona. Entonces no pudo seguir aguantándolo y, como todos los días, se derrumbó y lloró, asustado de lo que era capaz de hacer, del dolor que podía causar. Y como cada día, pensaba en Sam, en cómo estaría, en qué pensaría si lo viera así.

 

 

 

-Sammy...

 

 

 

De repente, una luz de un blanco cegador iluminó todos los rincones del lugar, iluminando el nivel del Averno en el que se encontraba, tan potente que tuvo que cerrar los ojos e incluso cubrirse la cara. Se escuchó un enorme estruendo, por encima de los truenos que sonaban a cada momento en el Infierno, y entre todo ese caos una figura aterrizó justo en frente de Dean, envuelto en esa luz casi tranquilizadora, doblando sus piernas por el impacto pero de una forma que se podría denominar elegante. En ese momento la luz se hizo menos intensa, y al abrir los ojos pudo distinguir en ese sujeto unos ojos del azul más puro, profundo, inocente y triste que haya visto en su vida, en contraste con el pelo negro azabache desordenado. Parecía un hombre, pero ningún ser humano podría llegar al infierno de la forma que éste había llegado. Solo entonces se dio cuenta del par de alas negras que le salían de la espalda, las cuales me mantenían erguidas en una posición de alerta. Un ángel. Él, Dean Winchester, el hombre más desgraciado y el que más se merecía pasar los tormentos que estaba pasando, estaba en presencia de nada más y nada menos que un ángel.

 

 

 

-Dean Winchester. -Su voz, ronca y uniforme, se escuchó en todos los rincones del Averno.

 

 

 

-...¿Q-quién eres?- Cruzó los dedos para que no se hubiera notado mucho el titubeo.

 

 

 

-Soy Castiel, un ángel del Señor, y voy a cogerte y a salvarte de la perdición. -De no ser porque lo estaba viendo, se reiría amargamente, ya que su padre siempre le ha enseñado que los ángeles no existen en ese mundo de mierda, que no son más que historias para irse a dormir, por mucho que Sam diga lo contrario.

 

 

 

-P-pero eso es imposible, no me merezco salir de aquí, he hecho cosas horribles y-

 

 

 

-Dios tiene grandes planes para ti, Dean -Su mirada se suavizó un poco- y no tenemos tiempo, ya vienen.

 

 

 

-¿Qué significa eso? ¿Y quién viene?...oh.

 

 

 

Porque, en efecto, ahora que la luz era menos insistente, se veían cientos de demonios acechando desde todos los rincones, demonios en su forma más pura, ya que no necesitaban de un cuerpo en su entorno, y el humo negro solo era necesario en el exterior. Eso le llevó a preguntarse si ese ángel... ¿cómo había dicho que se llamaba?...¿Castiel?... estaría usando un cuerpo humano que no fuera suyo. La sola idea le produjo náuseas.

 

En frente de todos los demonios, pudo reconocer a Alastair dando órdenes.

 

 

 

-¡Que no escapen!¡Atacad, atacad u os aseguro que os arranco la piel a tiras!¡Y traedme la cabeza de ese maldito ángel!¡Rápido!

 

 

 

En ese momento Castiel se puso entre la horda de demonios y Dean, extendiendo sus alas formando una especie de escudo alrededor del mismo, y de las mangas de la gabardina color café claro que llevaba (en otra ocasión Dean no habría perdido ni un segundo en hacer un comentario sobre esa prenda que le estaba grande) salió una espada que parecía de plata, no muy larga, y de hoja casi circular. La extendió entre su cuerpo y Alastair, quien había llevado una espada de piedra negra, de forma similar a la del ángel.

 

 

 

-Alastair, te ordeno que dejes libre a Dean Winchester.

 

 

 

-¿O si no qué?

 

 

 

-O si no no me dejas otra opción que llevármelo por la fuerza.

 

 

 

La risa del demonio resonó escalofriantemente por todos los rincones, haciendo que Dean en contra de su voluntad temblara de puro terror y se aparte de todo lo que estaba sucediendo a su alrededor, no sin antes coger casi con miedo un cuchillo que se había caído de la mesa, y limpió la sangre del mismo en lo poco que quedaba de su camiseta.

 

 

 

Cuando las dos espadas hechas de fuerzas opuestas chocaron, el ruido hizo temblar hasta los cimientos, si es que los tenía, del infierno con un eco ancestral.

 

 

 

Las dos criaturas estuvieron intercambiando golpes y esquivándolos mientras el resto de demonios llegaban, hasta que Alastair encontró un sitio desprotegido en el cuerpo del ángel y clavó su espada en su costilla derecha con un grito triunfante, haciendo que éste se tambaleara hasta la mesa donde estaba Dean. Al ver llegar a Alastair para terminar su trabajo, el humano usando todo su odio lanzó el cuchillo hacia el cuello del demonio, siendo vagamente consciente de que estaba salvando al ángel. Del dolor se echó para atrás, dándole tiempo a Castiel de reaccionar.

 

 

 

-Tenemos que irnos Dean.

 

 

 

Y extendiendo sus alas se impulsó cogiéndole del hombro izquierdo. El primer contacto entre las dos criaturas, tan diferentes la una de la otra quemó como fuego mismo, haciendo a Dean gritar de dolor mientras se elevaban sobre la mesa de tortura y el ejército de demonios que acababan de llegar y ya se estaban escondiendo ante la sombra de las alas del ángel. Mientras tanto entre el dolor el único humano que había entre todo eso vio la sangre correr en la costilla de Castiel, y lo último que pensó antes de desmayarse fue que ese rescate iba a ser de todo menos corto y aburrido.

Notas finales:

Como ya he dicho, este es mi primer fic (se ve en que he tenido que intentar subirlo como cinco veces). Muchas gracias a los que lo lean y a los que dejen un comentario.


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