Luhan caminaba con la mirada en el piso, se sentía cansado como para mirar al frente.
Todo le dolía, los recuerdos, su presente, y lo que quizás sería su futuro, había creído que su vida era perfecta, pues ser un chico de familia con buena posición económica, la cual era unida, no era malo, tener un excelente novio( a vista de sus padres)con quien estaba comprometido y se casaría el próximo mes, y estaba bien, llevaban 2 hermosos años de relación, era su ideal, o eso creía hasta que recibió ese mensaje y decidió ir a darle una sorpresa a su departamento.
+++++++++
Era su segundo aniversario, el pelinegro estaba feliz, irían a cenar y seguramente ahí le daría el anillo para reafirmar ese compromiso, algo cursi proveniente de él, pero realmente lo deseaba.
Dejo escapar un suspiro al recibir ese mensaje *lulu cariño, perdón estoy retrasado, me encuentro en una reunión de trabajo, te veo mañana ¿sí?* hizo un pucherito, tomo su chaqueta y sonrió.
No sería malo ir a darle una sorpresa para cuando llegara, así frio, pero le era soportable, salió de su casa, hoy pasaría la noche con él, si, ya era tiempo de dar ese paso, al fin y acabo se casarían ¿no?
En cuanto llego al departamento de su prometido subió por el ascensor con una amplia sonrisa marcando a lo traviesa, sentía nervios, sí que era un gran paso en su relación.
Sabía bien que él no estaría, hurgo en su bolsillo sacando esa llave que su prometido le había dado meses atrás, abrió lentamente la puerta, todo estaba oscuro, aunque era de esperarse.
Por eso no se le había hecho extraño pero si el haber tropezado con un zapato, que obviamente no podía ser de su prometido, al menos de que le gusten los de tacón de aguja, camino algo vacilante hasta la habitación que tenía las luces encendidas deteniéndose al momento de tomar la perilla para abrir la puerta, sintió algo en su interior removerse cuando escucho unos sonoros gemido con el nombre de su prometido, trago en seco y tomo valor para girar la perilla, algo le decía que no debía de hacerlo, que quizás y abriendo esa puerta todo cambiaria, esa vida perfecta.
Y lo hizo.
Y justo en ese momento se arrepintió de haberlo hecho, no debió de haberse enterado, que esa reunión de trabajo tenia pechos y vagina.
- Luhan!- el chico en la cama totalmente desnudo se sorprendió al verlo ahí parado frente a él, frente a esa cama que el pelinegro había pensado en compartir con él esa noche, como se arrepentía de ese pensamiento, Luhan trago amargamente frunciendo el ceño y apretando los puños con fuerza, quería golpearlo, si, golpearlo hasta dejarle inconsciente.
Pero no lo aria, eso no valdría la pena, salió corriendo de aquel lugar.
Dejo escapar un suspiro pesadamente, se encontraba sentado en una de las jardineras de una plaza cívica, muy escondido de todo, se abrazó las piernas mientras se sentaba en el césped tomando una botella de jugo de uva en sus manos mientras dejaba escapar pequeños sollozos.
- Eres un maldito bastardo!- grito lleno de rabia sorbiendo la nariz, tenía las majillas rojas y de su boca sacaba vaporcito, seguro enfermaría por el frio fuera.
- Con jugo de uva?- escucho una voz en su espalda, algo que le hizo estremecer, esperaba que no fuera un asaltante.- toma.- sintió algo frio en su mejilla, giro un poco su rostro encontrándose con una lata de cerveza y un chico con mirada seria pero parecía ser agradable, el cual se sentó a su lado destapándose una también.
- Que es esto?- cuestiono Luhan mirando la lata curiosamente, el chico lo miro con cierta incredulidad.- cerveza?
- Realmente no la conoces?- no podía creerlo, Luhan asintió asiendo un pequeño mohín con sus labios mientras sorbía su nariz, algo que le pareció realmente lindo y tierno al rubio cenizo.- bueno, eso te ayudara a aliviar tus penas lindo.
- Eh?
Quizás y esa lata de cerveza no podría borrar lo que estaba viviendo, pero al menos le había hecho olvidarlo momentáneamente, y ahora estaba riendo a carcajadas, bien, era la primera vez que ingería alcohol, no era un experto en eso.
- Y puedes creerlo? Me puso el cuerno a mí, a Xiao Luhan!-dramatizo acercándose demasiado al chico inexpresivo quien ahora estaba un poco impresionado.- es un maldito idiota.- sollozo nuevamente, le dolía que le hiciera eso, y el chico lo podía ver perfectamente.
- Lo quieres verdad- lo miro serio, Luhan neo con la cabeza pero sus acciones y palabras decían otra cosa. Puedo ayudarte.
- Cómo? Lo iras a golpear por mí?- el chico negó mostrado una sonrisa divertida, la cual atrapo completamente al pelinegro, su sonrisa era encantadora, algo hermoso.
- Entonces, como podrías ayudar…
El chico rubio lo tomo de la babilla acercándose a su rostro posando sus labios sobre los del pelinegro, quien abrió sus pequeños ojos hasta mas no poder, sus mejillas estaban rojas, pero no eran por el frio o por estar llorando, se quedó quieto, estático por el momento.
Los labios de aquel joven comenzaron a moverse contorno a los suyos, siendo suave y lento el rose, una de sus manos lo tomaba de la nuca y la otra había ido a su cintura regalándole una ligera y suave caricia que le hizo estremecer, era una sensación nueva le asustaba pero a la vez le gustaba, Luhan abrió sus labios permitiéndole llevar más allá ese rose de labios, sus manos se pasaron por el cuello del chico que aparentemente era mayor para él, el chico rubio lo atrajo más a su cuerpo acariciando su suave piel bajo la ropa del chico sin ir más allá de la cintura del pelinegro quien dejo escapar un pequeño y agudo gemido en sus labios al sentí el contacto de esa piel con la suya, era cálido, sin darse cuenta se había sentado a horcajadas sobre aquel chico de cabello rubios quien comenzó a subir sus ,anos por el entorno de su delgada y suave cintura, su piel era suave, le gustaba al igual que esos temblores que el chico pelinegro estaba presentando ante las caricias que esas amplias manos le propinaban bajo de sus labios por un camino de besos hacia ese níveo cuello, Luhan con los ojos cerrados y las mejillas sonrojadas hizo su cabeza hacia tras dándole más espacio lo cual el rubio aprovecho depositando exquisitos besos húmedos a lo cual el pelinegro respondía con leves gemidos, el más alto fue desabrochando uno a uno los botones de la camisa que el pelinegro llevaba puesta yendo descubriendo su blanco pecho, Luhan inconscientemente empezó a mover sus caderas contorno a la pelvis del rubio sintiendo algo crecer bajo su trasero.
Haciéndole estremecer, abrió sus ojos encontrándose con la mirada oscura del chico pelirrubio, sus respiraciones eran agitadas, totalmente jadeantes.
- Debemos parar.- dijo el más alto acariciándole delicadamente su bello rostro.- no crees?
- No lo creo.- dijo volviendo a unir sus labios, estaba cansado de su monótona vida, de hacer siempre lo correcto, quería hacer algo con su vida totalmente diferente y ahí estaba ese chico quien había dicho ayudarle, torpemente busco lo hebilla del cinturón ajeno quitando el seguro, el rubio no se negó a seguirlo besando, ese chico tenía unos labios exquisitos y por lo que sus mano sentían, un cuerpo perfecto.
Su entrepierna punzaba, sin esperar mucho siguió al pelinegro a quitarle las prendas que llevaba puestas, bajo el cierre del pantalón del pelinegro notando la dura y creciente erección bajo esa prenda azul que llevaba puesta, se relamió los labios ansioso, levanto un poco a Luhan bajándole el pantalón y el bóxer hasta donde su flexión se lo permitió no podiendo evitar masajear esos perfectos glúteos robándole un sonoro gemido sobre su oído.
Los labios de Luhan apresaron el lóbulo de la oreja del pelirubio quien apretó fuerte contra él.
- Vas a hacérmelo?- cuestiono el pelinegro jadeando un susurro sobre el odio del rubio sintiendo como sus glúteos eran separados.
- Quieres que te lo haga?-respondió con otra pregunta con voz ronca y lujuriosa, y es que nunca antes se había sentido así, era increíble las sensaciones en su cuerpo, Luhan miro a los ojos a ese chico y sonrió mordiéndose el labio sensualmente, no se reconocía, él no era aso, pero había algo en el rubio que le hacía desear más de él.
- Házmelo por el resto de la noche.- susurro uniendo sus labios, el rubio sonrió besándolo intensamente, sus bocas se acoplaban tan bien, parecían haber sido hechas a la medida, llevo uno de sus dedos a esa pequeña, estrecha y virginal entrada tentando levemente, Luhan se estremeció al tacto.
Un miedo lo invadió pero no lo detuvo, era incomodo sentir esa intromisión en su interior, apretó fuerte sus dedos contra los hombros del chico frunciendo el ceño, el rubio metió y saco una y otra vez sus dedos yendo agregando hasta que cuatro dedos se abrían paso en el interior del pelinegro quien dejaba escapar jadeos y uno que otro gemido cuando los dedos del alto profundizaban llegando a tocar su punto dulce.
Las manos algo temblorosas de Luhan descendieron el cierre del pantalón ajeno, trago saliva, ese chico era grande y no de estatura, coloco sus manos en ambos lados de su cadera indicándole con una mirada necesitada que se levantara un poco, el miembro del rubio fue liberado dando un pequeño rebote, no tenía idea de lo que realmente era hacer ^eso^ llevo una de sus manos a ese falo ardiente, grande u grueso, así se sentía, era perfecto y sorprendente, movió su mano lentamente de arriba abajo haciendo disfrutar al rubio ese movimiento de mano.
- A lu..han.- gimió su nombre al sentir como el pulgar del más bajo jugaba con su glande.- Dios!
Apreso sus labios en un fogoso beso rosando sus lenguas y de mas, mordió el labios del bajito haciéndole gemir en su boca, levanto un poco las caderas del pelinegro tomando su miembro erecto llevándolo a esa estrecha entrada ya dilatada, la cual estaba ansiosa por recibirlo, perfilo su miembro sobre ella, Luhan se tensó un poco sintiendo un gran placer por la forma en la cual vacilaba con entrar o no en él.
- Por favor.- jadeo sobre sus labios apretando con fuerza sus mejillas.- entra ya.- suplico estresado, el rubio sonrió divertido empujando lentamente retirándose enseguida, le gustaba ver y sentir como Luhan se desesperaba, apreso una vez más sus labios entrando de una sola estocada.- Aah
Gimió fuerte y un poco doloso por la intromisión, era grande y grueso, pero se sentía bien, el rubio se quedó quieto unos segundos esperando que el chico sobre suyo se relajara un poco, sus estrechas paredes ahorcaban deliciosamente su miembro.- mue, vete.- musito con los ojos cerrados, el asintió empezando un movimiento lento, entraña y salía y una y otra vez hasta que llevaron un ritmo ni acelerado ni lento, era placentero.
El rubio tocaba ese punto dulce en su interior haciéndole vibrar cada célula de su cuerpo, eran gemidos, besos, caricias, peticiones de más, ahí, eres perfecto.
Las mejillas de Luhan estaban más que sonrojados ¿qué era eso que sentía?
Todo su ser se estremecía al sentir los labios de ese chico sobre su piel, las envestidas eran certeras, llenas de placer, ambos lo estaban disfrutando y lo demostraban con esos besos necesitados y gemidos ahogados en sus labios, un par de estocadas más y ambos llegaron al clímax
- Aah!- liberaron un devastador orgasmo, presentando leves convulsiones en sus cuerpos, Luhan apoyo su frente en el pecho del rubio respirando agitado dejando escapar una sonrisa ¿ que había hecho?
- Luhan?- el chico busco su mirada sonriendo enternecido al ver ese rostro sonrojado.- estas bien?
- Respecto a qué?- pregunto divertido sintiendo aun dentro de el a aquel chico, quien acaricio su rostro delicadamente.- porque si es respecto a esto, lo sabré hasta que quiera caminar, y si es lo otro, no lo sé.- puchereo.
El chico rubio sonrió acercándose a sus labios en los cuales deposito un beso suave, lento y pausado, saboreando esos labios que le resultaban tan perfectos.
+++++++
Había pasado ya un mes y medio, la boda se canceló, Luhan no podía casarse con el idiota de su ex prometido, en cuanto su padre se enteró lo hecho de la empresa, y prácticamente dejo en la ruina a su familia, porque si, con los Xiao nadie se mete, claro, fue doloroso para Luhan aceptar y realidad, la persona que quería , con quien compartiría su vida, le había mentido, pero su depresión se iba al recordar al chico de cabellos rubios y de rostro inexpresivo, esa noche había sido totalmente rara, y a pesar de todo la había amado, su primera experiencia con un extraño.
Porque lo era, ni siquiera sabía su nombre, solo se habían acomodado la ropa y vieron las estrellas, unas horas después se despidieron uniendo sus labios por última vez regalándose una sonrisa traviesa y coquita *hermoso, no vuelvas a llorar por esa persona, no vale la pena, tu puedes tener a tus pies cuantas personas quieras, porque simplemente eres perfecto* eso le había dicho al despedirse y después, todo paso tan rápido…
Se encontraba esperando que su padre terminara su llamada telefónica, mientras movía su pie con impaciencia.
- Gracias.- finalizo la llamada telefónica.- hijo, hoy quiero que conozcas al hijo de uno de mis socios, quizás y…
- Papa, dije que no quería saber nada de nadie más.- frunció el ceño, no quería conocer a mas patanes.- así que olvídalo, no veré a nadie y…
- Buenos días señor Xiao.- esa voz, Luhan sintió algo moverse en su interior.-lamento interrumpir.
- Hombre pasa, te presentare a mi querido hijo.- sonrió.- Luhan él es oh sehun, de quien quería hablarte.- dijo a su hijo quien temía girarse a verlo, el joven nombrado se acercó a él.
- Encantado de verte de nuevo Xiao Luhan, el chico del jugo de uva, soy oh sehun.- dijo ofreciéndole su mano, Luhan lo miro sorprendió sintiendo su corazón ir a mil por hora, era el, el chico de esa noche, tomo su mano temerosamente recordándolo lo suave que era y lo mucho que le había gustado que le tocase.
Quizás y no sería mala idea reconsiderar la propuesta de su padre y conocer a ese chico de cabellos rubios.