¿Cómo habían llegado hasta éste punto? ¿En qué momento había pasado todo aquello? ¿Por que le habían dado rienda suelta a su deseo aun sabiendo que podrían ser descubiertos en cualquier instante?...
Ambos se encontraban en aquella habitación a puerta cerrada, jugando a lo "prohibido" mientras ignoraban el mundo exterior... Sentado, ahí, en la esquina inferior derecha de la cama, un pelinegro se deleitaba con la pequeña espalda de quien lo acompañaba, besaba con suma delicadeza el cuello, la nuca y sus hombros dejando pequeñas marcas rojizas, mientras recorría con sus manos ese blanco pecho cubierto de algunas "manchitas" oscuras y ese abdomen que lo volvía loco por ser tan natural, para nada trabajado con esmero, simple mente perfecto... Le hacia perder el control y tan solo su simple presencia detonaba todas esas sensaciones dentro de sí mismo en cuestión de segundos. El otro moreno posicionado justo entre las piernas del mayor se estremecía con cada roce del que era presa su piel, se sentía mucho mas que deseado, se encontraría envuelto en llamas si no fuese porque eso sucedía solo en su imaginación, se encontraba ahí disfrutando de cada atención que le era proporcionada y su piel se erizaba, su cuerpo respondía a aquello con un par de escalofríos ocasionales y sus ojos cerrados no hacían nada mas que acrecentar aquellas sensaciones.
De un momento a otro, el mayor bajó sus manos hasta las piernas de su acompañante, tocando toda su extensión, contorneando cada músculo de ellas, regresando de nuevo a su abdomen y a su pecho para jugar con sus pezones algo duros...
Esta vez el mas pequeño emitió un gemido, un sonido que fue como música para los oídos de quien los provocaba. Una nueva sensación lo había detonado, el contacto de una textura suave y húmeda se abría paso desde su lóbulo izquierdo hasta la parte baja de su cuello, un escalofrío más originó un roce en su trasero que lo hizo temblar, sintió esos dedos acercarse despacio a esa pequeña zona ya despierta, y fue que se dio cuenta... Cada momento, cada segundo que pasaba se volvía una tortura porque quería más, sentirse unido a aquel que lo tocaba de manera descarada, sentir sobre sí mismo el peso del cuerpo de su compañero, quería más...
Yuu hacia todo lo posible por controlarse, no quería terminar tan rápido aunque su excitación le pedía a gritos que se introdujera en el menor de una vez por todas... Pero perpetuar aquello era lo que quería... Se conformaría con recorrer toda esa piel que era solo para él, con cada gemido de placer que era emitido y cada movimiento espontáneo que su presa no podía reprimir. Una sonrisa obscena se posó sobre sus gruesos labios, se acercó lentamente al oído de Yutaka, ninguno tuvo el pudor de callar ese gemido que salió de ambas bocas, un beso en aquella oreja, las respiraciones que se hacían cada vez más complicadas, una voz con tintes de excitación se abrió paso en la habitación y aunque que fuese un susurro logró escucharse perfectamente
-Haré que lo disfrutes tanto como yo...
Tanabe comenzó a temblar. ¿Cuanto más podría disfrutar algo así? ¿Es que era posible llegar a mas? Estaba tan nervioso que por un momento dejo de sentir las manos de su amado, una y otra vez se preguntaba si esos encuentros eran reales o parte de un juego muy cruel, sabia a la perfección que aquello había comenzado de una manera por demás extraña, pero para él, cada vez que eso pasaba, su mente y corazón lo hacían parecer tan real que no le cabía duda alguna.
Una sensación por demás placentera lo sacó de su laguna mental, por más que tratara de evitar sus espasmos o dejar salir su ronca voz le fue imposible, se sintió en la gloria, Shiroyama había tomado su miembro, lo acariciaba lentamente, se las había arreglado para enredar sus piernas con las suyas y mantenerlas lo mas abiertas posible y evitar que las cerrara, impulso que, sabia de sobra trataría de llevar a cabo. De a poco fue aumentando la velocidad de sus manos, toda esa extensión recorrida que hacia temblar al otro entre sus brazos, esa corriente eléctrica que surgía desde la punta de su miembro hasta llegar a la punta de los pies y a la cabeza para regresar en un segundo a su punto de origen, lo estaba llevando al límite.
Yutaka echo su cabeza asía atrás topándose con el pecho de su pareja, gruñía con cada movimiento de aquellas manos expertas, automáticamente llevó sus manos a aquella zona que estaba siendo atendida de maravilla... Sentir los dedos de su pareja enredarse con los suyos y el aumento de la velocidad de su masaje obsceno le sentaba bien, y su cuerpo pedía más, mucho más, deseaba un contacto profundo, lo quería dentro. Comenzó a moverse simulando una penetración, cosa que enloqueció al mayor, su mensaje le había llegado sin alteración alguna y no solo porque el menor lo pidiera le cumpliría su deseo, también él tenia necesidades...
****
Había entrado a su habitación hecho una completa furia. ¿Es que a sus compañeros de banda no les quedaba claro? No daría explicaciones, no quería hacerlo, aun le molestaba el hecho de tener que aceptar a un nuevo integrante que reemplazara a quien amó tanto.... Analizando bien las cosas, eso no era lo que sucedía, lo que realmente estaba pasando era que odiaba a ese chico con todas sus fuerzas porque era tan parecido a quien se había marchado al otro mundo tan sólo dos meses atrás y constantemente lo hacía recordar ese dolor que le quitaba el sueño cada noche... Pero lo amaba, lo amaba porque, aunque fuese de una manera completamente contradictoria, lo hacía olvidarse de todo, lo sacaba de ese sufrimiento constante del que era presa cuando se encontraba a solas con él... Y lo que más llegaba a sacarle de sus casillas era el hecho de tener que sostener una mentira, la farsa de tener que odiarle frente a los demás integrantes de The GazettE solamente porque uno de ellos era el mejor amigo enamorado de su amante en vida y terminaría armando un escándalo monumental al enterarse de menudo asunto...
Y así se tiro en la cama, pensando en ello; quería hablar, decir lo que sentía y entonces una nueva melodía se abría paso en su ya enredada mente. Miró el techo de su habitación, una hermosa vista para los ojos de cualquiera... Alguien tocó la puerta, una voz familiar lo llamó desde fuera, su corazón comenzó a latir desbocado, se levantó y en un segundo se encontraba frente a esa persona, quien tenia una expresión consoladora y a la vez amorosa...
-Hola... Yo... No quiero que estés molesto... Se que lo estás, y mucho; de hecho yo tambien lo estoy y... De verdad... Lamento haber dicho eso, no debí abrir la boca...
-Kai, esto no tiene nada que ver contigo -mintió- Sólo... Trata de olvidarlo ¿Si? No importa, se que no fue a propósito...
-Bien...¿Puedo pasar?
-Claro...- sonrió
- Valla... Que desorden...
-Si, bueno... No acostumbro a poner las cosas en su lugar, y si lo hago siempre termino por olvidar en donde las he dejado...
-Si, ya lo noté-dijo el mas pequeño, que observaba con detenimiento la habitación- Increíble... ¿Como es que...- dijo mientras admiraba con detenimiento el techo.
-¿Te gusta?
-Es... Es asombroso -dijo mientras se abría paso en la cama
-Todas las constelaciones están ahí...
-¿Como lo hicieron? Dudo que hayas hecho solo todo el trabajo, no eres muy bueno para dibujar...
-Yune y yo lo pintamos, logramos terminarlo unos días antes de...
-Comprendo...
-Él no pudo verlo así... Contemplar su belleza junto a mi, la única vez que lo hizo fue cuando lo terminamos, aun estaba fresco, el salió de la habitación porque la pintura lo ahogaba y... No llegó a admirarlo por largo tiempo, ni buscar cada estrella...
-Yuu...
-No importa, yo...
-Aoi, daría todo por regresar el tiempo y verte feliz -cerró los ojos para evitar que se llenaran de lágrimas.
-No es necesario, poco a poco estás logrando que Yune parezca solo un vago recuerdo - se recostó justo a su lado y le dirigió una mirada dulce.
-Pero aún amas ese recuerdo...
-Si, amo ese recuerdo... Y será difícil olvidar ese sentimiento, pero tengo un consuelo; un consuelo que he comenzado a adorar verdaderamente... Siento... Siento que... Que está ganando terreno, que estoy enamorándome. Que pronto terminaré tan enamorado que no podré soltarlo, tanto así que ni podré vivir sin el...
-Pero aún no te has enamorado de eso... ¿O si?
-Lamentablemente si... Creo que ya es necesario en mi vida... Pero es peligroso amarlo... Porque podría acabar con todo lo que poseo.
-¿Es tan complicado?
-Lo es, y mucho, pero me encanta complicarme la vida...
Comenzó una guerra de besos, un juego de niños, las risas del mas joven eran audibles por toda la habitación... Besos en la frente, las mejillas, la barbilla, la nariz... Algo que seria realmente ofensivo para un beso pero nada de aquello les molestaba. Podrían pasar toda la vida allí, abrazados en la cama, mirando infinitamente el techo, simplemente compartiendo el tiempo, disfrutando de su compañía... Un momento de silencio, una mirada que es sostenida por ambos, poco a poco acercándose a sus labios, una serie de emociones que embargan al moreno de la magnífica sonrisa... Y los deseos del de ojos penetrantes por demostrar sus sentimientos se hacían mas grandes, pues sabía que cada negación para con sus compañeros lastimaba en gran medida al pequeño, y lo menos que quería era hacerlo sentir como un objeto que solamente le servía de satisfacción y consuelo cada vez que lo deseara... Besaba esos labios despacio, sin prisa, como si se tratase de una canción de amor, solo quería demostrar su sentir, solo amarlo... Y de a poco ese beso lento y tierno fue cobrando fuerza, intensificándose, abriendo paso a algo mas que un simple cariño. Aquel juego de labios anunciaba que el juego estaba a punto de comenzar...
****
Un gemido bastó para indicarle el momento, Yuu retiró sus manos de la erección de Yutaka, quien después de sentirse en la gloria se sorprendió ante aquello. Aoi se puso en pie llevando al mas pequeño consigo, tras morder uno de sus hombros lo giró con fuerza para dejarlo de frente y poder ver su rostro, un roce entre sus miembros los hizo jadear, lo empujó a la cama y se clocó sobre el a horcajadas... Un camino más de besos que fueron desde su pecho hasta su bajo vientre y de regreso...
-¿Te gustaría seguir el juego?- preguntó admirando a su niño, con una sonrisa ladina pegada en sus gruesos y por demás deseables labios mientras volvía a frotar aquella zona.
-Y-Yuu... Seré tu juguete... Ju-juega conmigo...
El pequeño no pudo evitar que su sonrojo se hiciera mas notable, era mucho mas que obvio que se avergonzada de la manera en que actuaba, pero para el mayor, aquello había sido (probablemente) lo mas tierno y excitante que podía ver, porque si bien era un patético intento de sonar "provocativamente sexy" había logrado disparar sus sentidos y aunque terminara siendo cómico debido a la situación, terminó por besarle nuevamente y repetirle al oído por millonésima vez un fuerte pero dulce "TE AMO" mientras una de sus manos se dirigía a su entrada. Comenzó a ejercer presión con uno de sus dedos, suave, lento, provocando espasmos en el contrario. Kai actuó por instinto, abrió mas las piernas para darle comodidad a su pareja, nuevamente cerró los ojos con fuerza, tomó la sábana entre sus dedos, los cuales apretó hasta dejar sus nudillos de un color pálido y sin previo aviso movió sus caderas asía abajo auto penetrándose. Aoi sonrió para sus adentros era notorio que el menor estaba ansioso. Pronto otro intruso se abrió paso al interior del mas pequeño quien trataba de evitar que sus gemidos subieran de volumen... El deseo cada vez mas grande, sus ganas de saciarlo cada vez mayor... Adentro-afuera, adentro-afuera... Perlas que comenzaban a cubrir sus cuerpos... Adentro-afuera, una vez más... Los sentidos siendo atacados por aquella deliciosa sensación. Kai invirtió la posición, no fue necesario buscar algo más cómodo, con desesperación notable se posó sobre su cadera... Esta vez quería tener una participación activa. Tomó el miembro de Aoi y lo dirigió a su entrada, una sonrisa hermosamente pícara fue lo que le mostró, sin llegar a penetrarse lo pasaba entre sus glúteos, llegaba a su entrada y repetía su operación jugueteando con aquella extensión que tenía entre manos. La locura estaba haciendo estragos en su mente, el mayor no lo soportaría mas, ambos pedían a gritos llegar más lejos, Kai terminó con su juego previo, toda pizca de inocencia quedó en el olvido, volvió a auto penetrarse reflejando automáticamente en su rostro una mezcla de placer y dolor. Aoi dejó caer su cabeza en el colchón, no seria necesario ver a su niño en dicha posición, ya tendría la oportunidad de hacerlo. Se dedicó a sentir aquella presión acompañada de cosquilleos y calor de en parte baja... Un completo paraíso, un nirvana sexual que los conectaba en cuerpo y alma, una unión que jamás podrían romper... Kai subía y bajaba imponiendo su propio ritmo, algunas veces rápido, otras lento, dejando a su pareja entrar y salí por completo, dejándose caer con fuerza y algunas veces detenerse a la mitad para volver a subir y dejarse caer. Una danza placentera...
No lo resistió, la tentación se hizo presente. Abrió sus ojos, miró a su pareja. Un panorama obsceno. Ahí desnudo frente a el viajando de arriba a bajo, nada comparado a ello, una belleza bruta que le hacia endurecerse más. Sus paredes estrechas, su calor corporal, el gracioso y delicioso rebote de su miembro erecto por el movimiento. Notó el esfuerzo que debía estar haciendo el menor, llevó sus manos a la cintura de su batero y de a poco fue aumentando la velocidad de aquello... Si algo no le gustaba era esperar a que el otro hiciera todo el trabajo, así que sin salir del menor se reacomodó en la cama para quedar sentado. Una, dos, tres embestidas más... Nada le era suficiente... Se tiro sobre el, aprisionó aquellas piernas que tanto le gustaba marcar y las colocó por sobre sus hombros; llevando el control de la situación comenzó a embestir cada vez más fuerte, aumentaba su velocidad, sus voces se escuchaban graves debido al placer recibido, los sonoros jadeos de Kai le indicaban que estaba haciendo un gran trabajo, que lo estaba haciendo disfrutar el momento...
Las embestidas eran rápidas, sus cabellos se pegaban a su frente y nuca gracias al sudor producto del esfuerzo, llevaba un ritmo errático, de vez en cuando se hacían presentes las espaldas arqueadas, los gestos y las contracciones que producían otro nivel de placer.
-Yuu mnmmnnhhhh
-So-solo un poco...
-Ve más... De-despacio.. Ahhhhmmmm
-¿Te gusta a-así Hmmmmnnn... Yutaka?
Aoi bajo la velocidad, era hora de regresar al juego, aunque fuese estúpido y así sonase decidió que seria lo mejor, podría resultar de lo mas placentero.. Después de todo... El sexo es un juego de dos jugadores... Tomó nuevamente las piernas del menor llevándolas más arriba, esta vez entraba y salia por completo de ese cuerpo que tenía debajo, había bajado notablemente el ritmo, pero asombrosamente su satisfacción era cada vez mayor, aun sin entender como, su pelvis ya se encontraba estrellándose contra el trasero del otro produciendo un sonido que le excitaba en demasía, le prestó atención al miembro de su niño, nuevamente dejó sus piernas por sobre sus hombros y lo aprisiono entre ambas manos...
-¡Ahhhhhh!
-Shhhhh... No.. No digas na-nada..
-Más... Aoi... Por favor... Dame más...
-No hagas eso... Aun no te cont-trai-gas...
-Es que... No puedo... Evitarlo...
Comenzó a masturbar al pequeño mientras seguía con su juego y poco a poco fue llegando a su límite. Una corriente le recorrió desde el glande hasta la punta de los pies, soltó un gemido que resonó en la habitación, estaba anunciando su final. Kai arqueaba su espalda, no podía evitar esos espasmos provocados por las estocadas y la sensación de su pene, las cuales hacían que se contrajera en beneficio de quien estaba brindándole atención. El paraíso, un paraíso bajo las estrellas... No pudo callar ese ultimo grito, uno que dejó en claro cuan satisfecho se sentía gracias a su guitarrista. Su esencia llegó hasta los dedos de su amante, quien después de notarlo y dar un par de embestidas más terminó dentro... Ahí sin ninguna clase de pudor, llevó sus dedos hasta su boca y de manera obscena lamió todo ese liquido blanquecino, cerró los ojos, sonrió satisfecho aun estando adentro, disfrutando de aquella situación, gozando la sensación de sentirse simplemente uno...
Todo se convirtió en silencio, ninguno de los dos se atrevió a alterar su entorno. Solamente su mirada, solo esa mirada sostenida por largos segundos para transmitir un mensaje que salía desde lo mas profundo de su corazón... No tenían ni idea de cuanto tiempo habían pasado así, podrían ser minutos, horas, días... Al fin Aoi se decidió a salir de su novio, quien soltó un gemido quedo, aun sobre ese pequeño cuerpo se acercó a su rostro, una nueva lluvia de besos se hizo presente finalizando con un ataque directo a sus labios, haciéndolos perder el aire, despegarse para inhalar y volver a besarse. Una mirada mas y Yuu se recostó sobre el pecho del más joven mirando el techo. No necesitaban palabras, no necesitaban enviar un código tan complicado para descifrar algo que ambos ya sabían de sobra...
-Kai...
-¿Hummm?
-Aquí hay un cielo nocturno
-El cielo siempre estará así en este lugar... ¿Pero y eso que?
-Quizá te has dado cuenta de que falta una luna...
-Supongo que no era necesaria...
-Yutaka... No habrá sido bajo la luna, pero si bajo un millón de estrellas...
-¿Qué quieres decir?
-Que esta vez te lo he entregado todo... Lo que soy, lo que siento, lo que poseo... Estoy intentando decirte que...
-Te amo... Yo... No creí que pasaría, incluso llegué a tenerte miedo, pero ahora estoy aquí junto a ti diciendo todo esto... Se que no es coherente y que incluso puede sonar estúpido, pero...
-Me hace feliz...
-Ahora yo también puedo serlo
-Solo... Quiero que hagas algo por mi...
-¿Qué?
-Ayúdame a pintar algo más
-Pero... Yuu, no puedes borrar eso, es algo hermoso, digno de quedarse aquí...
-Puede ser, pero creo... Siento que ya no pertenezco aquí
-Eres una persona completamente extraña... Te ayudaré pero quiero saber que es lo que vas a pintar ahora
-Eso lo decidirás tú
-¿Y que es lo que vamos a decirles? ¿Cómo se supone que inició esto?
-Bueno... Supongo que todo comenzó con videojuegos, palomitas y sex...
-Espero ansioso por esas palomitas...
-De acuerdo, pero ahora quiero estar así... Junto a ti
-Las palomitas pueden esperar
-Kai... Te odio, pero no soportaría que me odiaras... O perderte a ti también...
-Te costará deshacerte de mi
-Eso me parece perfecto, no deseo nada más
-Aoi... Estoy cansado...
-Bien... Cerraré la boca si me besas otra ves...
-Sueña lindo mi amor...