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Una mascota difícil de entrenar por Youkai No Natsuki

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Notas del fanfic:

Se que varios de ustedes ya lo deben de haber leido pero les pido le den otra oportunidad, corregi y modifique algunas cosas como es la forma en que esta narrado.

Notas del capitulo:

Bueno espero sea de su agrado y como dije es resubido el fic y tambien el primero que hago de este genero

¿Alguna vez has sentido que algo está por pasar? ¿Un presagio? que por alguna razón no debes de estar en cierto lugar pero la curiosidad te gana y aun así vas a dicho lugar solo para ver qué sucede.

 Inu no Taisho es un gran empresario de reconocido nombre. Es un tipo que por su carácter atrae a las personas con facilidad siendo esto lo que le permitió subir tan rápidamente a la cima. Por otro lado su hijo mayor Sesshomaru es de un carácter serio y reservado, realmente orgulloso, aunque muy inteligente ese carácter no le permitía progresar lo suficiente como para poder lograr hacerse cargo de la empresa de su padre o al menos Inu creía si su hijo no lograba aprender a convivir plenamente con los demás.

Era un día como cualquier otro. Ya era de noche y como clásico de la rutina diaria de Inu este siempre se quedaba hasta muy tarde terminado de revisar la montaña de papeles que siempre había en su escritorio.

Inu no Taisho a veces se arrepentía de tener tal fama pues todo gran poder conlleva a una gran responsabilidad y del mismo modo crea mucho enemigos disfrazados que solo lo buscaban por su dinero o simplemente buscaban formas de arruinarlo para quedarse con todo o solo sacarlo del camino.

Todo aparentemente seguía su rumbo rutinario hasta que al caer la noche todos los empleados se retiraron a sus respectivas casas. En ese momento el plan de alguien se había puesto en marcha.

Sesshomaru normalmente no le interesaba ir a visitar a su padre en la noche pero precisamente ese día le había sentido algo raro que le decía que no tenía que estar así pero como siempre la curiosidad le ganaba al joven que desde pequeño gustaba de explorar. Sus clases habían terminando un poco temprano por lo que al recordar que su padre aun estaría fue cuando se le ocurrió la idea de descubrir que sucedería por su presentimiento.

Se encontraba caminando por los grandes pasillos de la empresa. Todo estaba sumamente silencioso, pero no era un silencio cualquiera, era extraño y misterioso. Todo parecía tranquilo por lo que supuso que su presentimiento era una mera tontería y el estar ahí era una total pérdida de tiempo, eso era lo que pensaba  hasta que al dar media vuelta se escucharon raros ruidos provenientes de la oficina de su padre, al parecer varias cosas se habían caído y unas cuantas roto ¿pero porque? Su padre era realmente cuidadoso con todo. Ante ello se detuvo en seco y miro la puerta de la habitación. No sentí miedo alguno, era mejor dicho una especie de fisgoneo el que sentía iba dominando todo su ser. Sin más entró al lugar como si nada llevándose una gran sorpresa. Ahí, en esa oficina, estaba efectivamente su padre más no estaba solo. Había dos sujetos vestidos de negro  forcejeando con su él. Ante esta escena el joven se quedo mirando aquello en silencio, realmente le causaba asombro pero no lo demostraba, tenía una expresión seria e indiferente ante aquello.

—Padre —dijo con seriedad el joven peli plata.

—Hm —fue lo único que pudo responder en ese momento el mencionado—. Sesshomaru vete, corre —le rogo con dificultad pues aun retenía a ambos tipos.

Sesshomaru ante las palabras de su padre solo asintió con la cabeza  pero cuando estaba a punto de irse alguien se poso frente a él bloqueándole el paso.

—Tú  no iras a ningún lado —dijo un  sujeto con semblante imponente. El era un tanto más alto que el joven Taisho además de que poseía gran musculatura por lo que el menor decidió tener cuidado con él.

El Taisho menor  no le tomo importancia a sus palabras y sin más paso a un lado suyo con toda la tranquilidad del mundo.

—Te estás burlando de mi —alzo la voz el hombre que recién había hablado antes de sujetarlo de la ropa y levantarlo un tanto del suelo.

—Yo no eh hecho tal cosa —le respondió con seriedad Sesshomaru.

—Sesshomaru guarda silencio —­le pidió su padre.

—Deberías hacerle caso a él si no quieres que te vaya mal —le advirtió un joven de cabellera negra, larga y trenzada que al parecer era el líder por la forma en que los otros hombres bajaban un poco la mirada al verle.

—Si lo que buscas aquí es matarnos, hazlo, de que te sirve andar con rodeos —le respondió el menor mirando a otro lado sin interés en esos tipos— no sé que tanto esperas.

—Vaya, así que eres muy valiente, pero tú no morirás hoy como tu padre, a ti te ira peor, sufrirás mucho más y cuando eso suceda yo estaré disfrutándolo, Kyokotsu —Sonrió y le hizo una señal al hombre que sujetaba a Sesshomaru de que lo pusiera frente a él, y claro así lo hizo, después le miro aun sonriendo antes de darle un rodillazo en el estomago lo suficientemente fuerte que causo que Sesshomaru se doblegara y se quedara sin aire comenzando a toser. Le dejo caer al suelo y se hinco frente suyo negando con la cabeza.

—No, déjalo —grito el Taisho mayor haciendo a un lado a sus agresores.

— Renkotsu, Suikotsu —les llamo—. Háganse cargo —ordeno y los dos mencionados solo asintieron. Sujetaron con fuerza a Inu no Taisho sometiéndolo y deteniéndolo.

En esto un quinto hombre se hizo presente entrando al cuarto acompañado por otro de esos hombres vestidos de negro y una vez ahí miro realmente divertido la escena. Sesshomaru solo le miro de reojo aun sin poder respirar. El hombre al sentir la mirada del menor de igual manera le miro pero al hacerlo una expresión de molestia se formo en el —Creí decirte que a él no le hicieras nada —le reclamo al causante de que el joven estuviera en el suelo. Se le veía sumamente enojado.

—Lo sé señor —respondió Bankotsu mientras miraba al que parecía ser su jefe.

—Más te vale no haberle dejado alguna marca —advirtió con el mismo tono enojado.

—No se preocupe, solo le golpe en el estomago para inmovilizarlo pero la fuerza no fue tan grande como para dejarle marca alguna —le respondió intentado calmarlo.

—Eso espero Bankotsu —le dijo el tipo hincándose frente al joven peli plata descubriendo su abdomen para cerciorarse de que las palabras de Bankotsu eran verdaderas causando cierta molestia en el joven que yacía inmóvil en el suelo. Sesshomaru era incapaz de moverse para así impedirlo por lo que solo pudo mirar a otro lado—. Hm —sonrió sádicamente—. Eres un muy hermoso ejemplar —le dijo sin dejar de sonreír mientras pasaba su mano por el pecho del peli plata acariciando su piel causando que le joven se tensara. Después de unos segundos bajo sus caricias hasta su ombligo amenazo con bajar más pero se detuvo lo que causo cierto alivio en Sesshomaru quien le miraba con repugnancia—. No, aun no, yo no soy el que debe entrenarte —dijo con aquella sonrisa de antes causando gran confusión en el Taisho menor.

Sesshomaru dejo  libre un gruñido al sentir como aquel hombre seguía acariciando donde su ombligo mientras bajaba solo un poco más estando así varios segundos más. Sesshomaru se sentía impotente al no ser capaz de moverse pero a la vez se sentía gran vergüenza al ser tocado por otro hombre y no poder hacer nada para impedirlo.

—Bien pues es hora de irse… ­—dijo haciendo un movimiento con la mano— Mukotsu, dámelo —Ordeno.

— Claro señor —le dijo el pequeño hombre que en comparación era con todos los presentes era el de menor estatura. Este, tras buscar en una mochila que traía, le dio una jeringa.

Al ver esto, Sesshomaru trato de ponerse de pie pero de nueva cuenta Bankotsu lo sujeto dejándolo contra el suelo.

—Relájate o te dolerá más —Le dijo el tipo con la jeringa mientras descubría parte de su muslo.

—Deténganse —Inu no Taisho seguía peleando por su libertad. No soportaba ver lo que le hacían a su hijo y de igual manera Sesshomaru no se quedaba atrás.

—Ya deja de moverte, solo te cansaras en vano —Le dijo Bankotsu a Sesshomaru—. Tu esfuerzos son inútiles —se burlo de él.

—Aléjate —Sesshomaru gruño al sentir la sensación fría del alcohol ser untado en el.

—Ya te dije que te relajaras o te dolerá más —Le repitió aquel hombre con la jeringa antes de posar su mano en el muslo del peli plata e introducir la aguja atravesando su blanca piel.

Sesshomaru solo frunció el ceño al sentir el agudo dolor de la jeringa y como el liquido que contenía la misma entraba en el poco a poco.

—Vez que no era para tanto —Le dijo el misterioso hombre mientras le limpiaba la poca sangre que había salido—. Ahora solo relájate que pronto te hará efecto el sedante y es mejor que estés quieto —le sugirió.

Dicho y hecho, no paso mucho antes de que Sesshomaru sintiera pesados sus parparos. Y por más que intentaba no cerrar los ojos le era imposible y sin más se queda atrapado en un profundo sueño.

—Bien Inu no Taisho… tu existencia termia aquí… —Dijo Bankotsu muy sonriente.

—Hm, Bankotsu… déjale se me ocurre algo mejor y más divertido que la muerte… —el misterioso tipo comenzó a reír sin dejar de lado su sádica sonrisa que parecía como si fuera ya permanente.

—Vale, vale, como diga señor —Bankotsu de igual manera sonrio.

Después de eso lo único que se pudo escuchar fueron los pasos de varias personas seguido de azote de una puerta. ¿Quién era ese sujeto? Era todo lo que se preguntaba Sesshomaru en su mente, no podía abrir los ojos, estaba encerrado en un espacio completamente negro. No se podía apreciar nada, estaba desierto para cualquier lado al que voltease y por lo visto estaría un largo tiempo ahí ya que no veía esperanzas de que ese aparente sedante fuera a pasar rápido.

Las horas parecían transcurrir con tal lentitud que parecía que el pasar de una sola era toda una eternidad. Ese extraño hombre que aun era desconocido se había cubierto el rostro con una especie de mascara tipo bozal de color negro de una tela gruesa pero que se estiraba, tenía algo planeado pero no era nada bueno o al menos no para el peli plata que aun permanecía durmiendo dentro de una jaula con barrotes gruesos y macizos.

— Ja, ja, ja —el  hombre comenzó a reírse—. Sí, que sacare mucho dinero contigo, cachorro Taisho —dijo sin dejar de mirarlo de arriba abajo admirando todo su cuerpo de un modo lujurioso y una vez que el auto en que él iba se detuvo sonrió aun más aunque por su máscara no era posible verlo— Bien, ya saben qué hacer… ah y Jakotsu —Lo llamo.

— ¿Si señor? —le pregunto con una pequeña sonrisa en el rostro.

—Ayúdame a seleccionar una prenda que le siente bien al cachorro para hacer lo ver más llamativo, para que tiente a más personas… —Le ordeno y en su mirada se veía el deseo.

—Como digas, será muy divertido experimentar —Le contesto con la misma mirada.

Una vez todos terminaron su trabajo se limitaron a solo dormir. Por lo visto ya era de día pero el lugar era muy obscuro por lo que no les molestaba dormir. Todo parecía perfectamente planeado para un evento nocturno y todo eso los había dejado realmente agotados. Ahora todos en lo único que podían pensar era dejarse caer en sus camas que al parecer eran muy costosas, mejor dicho todo el lugar lo eras. La paredes eran un tanto altas con cuadros por todos lados, esculturas, y detallados en los muros.

Una vez los rayos del sol comenzaban a bajar todos aquellos hombres se arreglaban y terminaban los preparativos para lo que sea que fueran a hacer.

—Bien, Jakotsu ¿ya dejaste listo al Taisho para poder comenzar? –le pregunto el extraño aun con el bozal.

—Claro que si, ahora está ya en el lugar, solo queda esperar a que despierte pero los invitados ya están llegando.

—Perfecto, ahora vayan y asegúrense de que nadie desconocido entre –les ordeno antes de abrirse paso a través de un gran telón de color negro.

Sesshomaru ya comenzaba a despertarse aunque aun se sentía bastante mareado. Al levantar la mirada no pudo observar nada, además de que su vista aun estaba nublada lo único que pudo apreciar era un lugar completamente oscuro. No sabía dónde estaba pero lo que le importaba en ese momento era regresar en sí para poder irse de donde sea que estuviese, agitaba un poco la cabeza logrando aclarar poco a poco sus visión mientras intentaba mover sus brazos los cuales no se movían de donde estaban lo que le extraño pero al tratar de ponerse pie se dio cuenta de que le era imposible hacerlo, lo que lo desconcertó.

En esto varias luces se hicieron presentes apuntando hacia donde el peli plata se encontraba.

—Vaya, vaya así que por fin has despertado, ya era hora aunque justo a tiempo —Sesshomaru reconoció inmediatamente esa voz, era del hombre que lo había tocado causándole gran molestia.

— ¿Dónde estoy? –le pregunto mientras trataba de pararse nuevamente dándose cuenta de que sus muñecas estaban esposadas a un pilar bastante grueso de metal atornillado firmemente al suelo y al techo y que las esposas pasaban por un oyó en medio del pilar.

— Que más da donde estés, no tiene importancia que te diga, es más ni sirve de nada porque tu vida cambiara a partir de hoy —le respondió con seriedad.

— ¿De qué hablas? ¿Qué es este lugar? —Sesshomaru le exigía una respuesta clara.

—Solo te diré que estas en una subasta y tu eres lo que se subasta… pronto tendrás un amo y te convertirás en una mascota —Le respondió antes de reírse.

— ¡¿Eh?! —fue lo único que pudo decir el joven antes de escuchar las risas de varias personas más y darse cuenta de que él estaba prácticamente desnudo siendo la única prenda que le cubría unos bóxers negros ajustados con una huella de perro blanca en un costado, estos se le pegaban perfectamente haciendo que su hombría sobresaltara un poco lo que claro le incomodaba pero no se comparaba con la humillación que sentía en ese momento al ver que era observado por decenas de personas que le miraban con gran lujuria y perversión.

—Bien empecemos —El hombre a lado de Sesshomaru exclamo con gran energía—. Bien lo que hoy les traigo aquí es uno de los mejores ejemplares que eh logrado conseguir, es el hijo del mismísimo Inu no Taisho —al decir esto se escucharon muchos murmullos y aplausos—. Les presento a Sesshomaru Taisho, aunque puede que sea una mascota un tanto terca, fría y sin corazón yo considero que quien lo obtenga no desperdiciara su dinero, pues podrá probar todo lo que se le ocurra con él para así lograr domarlo poniéndose un gran reto —dicho esto todos los presentes le dieron la mayor atención posible—. Bien la subasta empezara con la cantidad pequeña cantidad de  millones de dólares —les informo y más de una persona levanto la mano— Bien así me gusta, haber ¿quién da quince? ­—siguió de esa forma por un buen rato hasta que toda esa energía se apago al escuchar una voz muy similar a la suya de otro hombre que iba saliendo lentamente a través del telón.

—Vaya, vaya hermanito parece ser que te atrape con las manos en la masa, creí que ya no hacías estas cosas —dijo el nuevo ser.

— Pero si eres tu Naraku —dijo con gran alivio sintiendo como su corazón se calmaba tras acelerarse por el susto—. No te aparezcas así, creía que eras alguna otra persona.

—Como sea —le dijo con desinterés—. Haber Onigumo ¿puedo saber que has traído ahora? —le pregunto mientras arqueaba una ceja.

—Algo que no se ve todos los días —fue lo único que dijo.

— ¿Qué es? ¿Un animal? ¿A caso conseguiste otro animal raro? —le pregunto mientras se acercaba.

—No, no, conseguí algo mucho mejor y todavía más exótico —le dijo con un extraño tono de voz que causo que un escalofrió recorriera toda la columna de Sesshomaru. Aquellas palabras causaron gran curiosidad en Naraku que al acercarse más logro apreciar al joven peli plata esposado al pilar de metal sorprendiéndose por lo que veía.

—Así que él es tu gran adquisición… debo admitir que esta vez si te has lucido Onigumo –admiro Naraku.

—Gracias hermano, dime ¿te gustaría tenerle? O prefieres esperarte hasta que consiga a mi siguiente presa que ya te había comentado —le pregunto mientras se hincaba al lado derecho de Sesshomaru y acariciaba su pecho ganándose un gruñido del joven.

—Admito que tu siguiente adquisición también es muy tentadora, pero esta vez quiero un verdadero reto porque la última adquisición que me ofreciste diciendo sería muy divertido entrenarle no duro mucho que digamos —dijo Naraku posándose frente a su hermano del otro lado de Sesshomaru.

—Bien, entonces ¿qué dices hermano? —Onigumo le pregunto sin dejar de acariciar el pecho de Sesshomaru.

— ¿Cuánto pides por él? ­—le pregunto mientras miraba a Sesshomaru.

—Yo no soy un objeto y jamás le perteneceré a alguien —Sesshomaru dijo realmente molesto por la situación.

— Sh, sh, sh —le dijo Onigumo al joven mientras le obligaba a abrir la boca poniéndole una mordaza con una pelotita y abrochándola—  ¿No lo entiendes aun? En el momento en que entraste a la oficina de tu padre y presencias lo que sucedía seguido de que Kyokotsu te sujetara tu libertad se acabo –le dijo mientras se quitaba el bozal y se revelaba nuevamente aquella sonrisa llena de perversión y lujuria.

— Entonces Onigumo ¿Cuánto por él? –repitió la pregunta esperando esta vez poder obtener la información que quería.

—Naraku, es una subasta, eso dependerá de la cantidad que ofrezcas —le explico mientras se cruzaba de brazos.

— ¿En cuánto esta? —le pregunto Naraku.

—Por el momento está en  70 millones de dólares —le dijo con una gran sonrisa.

—Bien entonces te ofrezco olvidar tu deuda conmigo —le dijo con una sonrisa en su rostro.

— ¿Estas bromeando no es así? –le pregunto con una mirada de asombro.

—No, no lo estoy

—Pero… —Onigumo no pudo terminar de hablar al ser interrumpido por su hermano.

— ¿A caso te debo recordar todo lo que me debes después de haber pagado tus fianza ya demasiadas veces, además de tus expediciones para buscar extraños ejemplares que vender entre muchas otras cosas? –le pregunto aun con aquella sonrisa.

—Vale, vale pues es una subasta, no puedo negarme a tal cantidad así que tu ganas –le dijo mientras se rascaba la cabeza— pues entonces sigamos con la siguiente —le dijo a su público—. Pero antes… — miro de nueva cuenta a Sesshomaru—. Toma hermano –le entrego un collar un poco grueso de color negro con picos de metal y una cadena—. Gracias por tu preferencia —le guiño el ojo.

— Ja, espero no se sigas metiendo en problemas –le advirtió antes de tomar el collar y correa poniéndoselo a Sesshomaru quien solo emitió un gruñido de insatisfacción—. Parece que contigo sí que tendré mucho trabajo para lograr entrenarte —le dijo con una sonrisa un tanto sádica en su rostro.

Notas finales:

Uff pues espero le den una oportunidad a mi fic, por fa comenten lo que les parecio y sus opiniones así podre mejorarlo para que sea mas de su agrado, sin mas gracias por tomarse unos minutos y leer mis ocurrencias


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