El sonido de un disparo. Un cuerpo de cabellos morenos y ojos miel cayéndose. Una suave melodía resuena por el inmenso jardín. Un esposo llorando ante tal escena....
« ▶Si pudiéramos comprender que este día es el final
▶Estaríamos sumergidos en el presente, lejos del futuro
▶Esperando el tren, con nuestros corazones enredados
▶Miramos con nuestros ojos el cielo»
- ¡Herbívoro! ¡No hables! ¡Esta herida es muy grave!
La fría mano del décimo se posó en la húmeda mejilla del azabache. Su casi inescuchable voz seguía cantando la última canción para quien le robó su corazón.
«▶“Di que nos volveremos a ver” esa fueron tus palabras
▶Permanecí en silencio y me comporté como un niño
▶Cuando nos volteemos, vamos a llorar
▶Y nos giramos bruscamente»
-Tsuna... Por qué... ¿Por que tuvistes que ser tú?
El tiempo seguía pasando y el moreno cantaba de alguna manera bien su despedida.
«b30;Es como un adiós, Es como un adiós
b30;Desde nuestro encuentro aquella primavera, pasamos por muchas cosas, ahh
b30;Adiós, adiós de mi- adiós, adiós de ti
▶Sin decir una palabra, ya es tiempo.»
Gota a gota, el blanco traje del ojimiel se teñía rojo como las rosas que Kyoya le regalaba a menudo, siendo acompañado por su tosca voz en la tan triste melodía.
«◀Perdido en mis pensamientos, lo que queda atrás es la soledad
▶El atardecer brillaba como aquel día
◀Dijiste “nos vemos” y tú te alejabas
b30;Soy incapaz de saber el paradero de estos sentimientos»
Las dos voces quedaron grabadas en la memoria de todos, viendo, sin poder hacer nada, como su amigo o su marido moría poco a poco.
«b30;Es como un adiós, Es como un adiós
◀Tu risa en aquella noche de fuegos artificiales
b30;Adiós, adiós de mi- adiós, adiós de ti
◀Sin poder hablar, sólo lloraba»
La mayoría de las personas que se encontraban allí lloraban desconsoladamente; Gokudera en el hombro de Yamamoto, Kyoko en los brazos de su hermano, Lambo en la espalda del arcobaleno y ex-tutor del Dame-tsuna y Chrome en la chaqueta de Mukuro, ya que se la había tirado encima de su cabeza para que nadie la viera llorando.
«▶Azul, rojo, dulce, amargo
◀Se alejan, se vuelven una memoria, y se apilan
▶En Un momento más tarde, nos sentimos heridos, llorados,
◀y luego estamos solos»
El carnívoro sujetaba fuertemente la mano del chico que se encontraba en sus piernas, besándola delicadamente.
«▶El tiempo es como un meteorito que se desvanece de lo monocromático
◀Sin poder hacer nada, simplemente nos despedimos
▶Incluso esa plataforma de la estación ¿Cuántas veces he venido? Ahhh,
b30;Con las caras sonrientes que hacías a veces
◀Y El polvo de mi vida diaria se acumulan»
Tsuna empezó a toser sangre en mitad del párrafo, haciendo que Hibari se preocupara aún más.
«◀Es como un adiós, Es como un adiós
▶Desde nuestra despedida aquel invierno, han pasado muchas cosas, ahh
◀Adiós, adiós de mi- adiós, adiós de ti
▶Sin poder decir algo, el tiempo ya llegó»
Con esa frase, Tsunayoshi dio su último exhalo, dejando a Hibari solo en ese mundo, que se despidió diciendo la última frase.
«◀Las palabras se desvanecieron sin poder ser escuchadas»
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De repente, Hibari saltó de la cama, todo sudoroso, con lágrimas en los ojos y su respiración estaba muy acelerada. Rápidamente, miró a su lado. Ahí dormía un inocente Tsuna ajeno a lo que había visto Hibari. Posó su mano en el enredado cabello del dormido, tranquilizándose.
-Sólo... Fue una pesadilla...
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