Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

We were born to be together por Yukiko Sumiko

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: Los personajes de Kuroko no Basket no me pertenecer, son de su respectivo autor Tadatoshi Fujimaki.

 

 

Notas del capitulo:

¡Hola! Volví con un One-Shot del KiKasa que es mi pareja favorita <3 

Espero que les guste tanto asi como a mi me gusto escribirlo *-*

Esta pequeña historia estuvo inspirada en una hermosa foto de Kise con el cabello negro *q* y las canciones de Lana del Rey "Born to die" y "Dark Paradise" de las que puse pequeños fragmentos que van en este orden.

A leer <3

Era una tarde soleada en Tokio, se podía notar el sol desaparecer en el cielo formando un bello atardecer, cubriendo el cielo de hermosos colores entre naranjos y rojos. A las afuera de la ciudad, en un campo de girasoles se podía ver a dos chicos correr y besarse por el lugar. En un momento se pudo observar a ambos caer sobre los girasoles en donde el menor, Kise Ryota se acercaba a su amado Sempai dejando un beso en su frente para mirarlo con aquellas característica sonrisas reservadas al mayor mientras le regalaba un girasol al otro.

-Sempai~ –Dijo el rubio con aquel tono alegre posando sus manos en las mejillas ajenas –Te amo~

Kasamatsu sonrojado cerró los ojos al sentir los tibios labios del otro sobre los propios correspondiendo el beso. Se separó luego de unos segundos sorprendido al sentir algo frio rodear su cuello. Llevó sus manos hasta dicho objeto notando un hermoso collar en forma de corazón en el que estaba grabado las iniciales R&Y. El mayor observó al rubio con sorpresa recibiendo del contrario una brillante sonrisa y un “Feliz cumpleaños Sempai”

-Idiota- Fue lo único que dijo el mayor con vergüenza demostrada en sus mejillas ruborizadas, sim embargo, alzó sus brazos para rodear el cuello del alto juntando sus labios en un dulce, separándose rápidamente del menor para mirarse a los ojos volviendo sus labios en un beso ahora más profundo y apasionado.

Mientras se besaban, Kise se apartó de los labios de su sempai al sentir como su arete era retirado de su oreja.  Miró al pelinegro quien tenía un pequeño sonrojo en las mejillas mientras en su oreja era colocado un nuevo arete de color azul. –Sempai, ¿Qué es esto? ~

-Es un regalo sencillo por haber entrado a la universidad, sé que no es la gran cosa pero es para que me tengas presente siempre –Habló con su mirada clavada en el suelo avergonzado evitando la mirada sorprendida del rubio.

Kise lo observó con sus ojos color miel bien abiertos por la emoción y una gran sonrisa completamente emocionado por aquel regalo que para él significaba mucho. Se abalanzó al mayor con un ruidoso “Sempai” llenándolo de besos recibiendo unas molestas palabras del pelinegro, pero aun así correspondió a todos los besos del rubio.

Luego de unas horas de compartir juntos ambos decidieron que ya era hora de volver a casa ya que estaba oscureciendo. Fueron a la estación donde compraron sus boletos de tren.

Al subir se acomodaron en uno de los vagones privados.

Se sentaron juntos en la cama perteneciente al vagón donde Kise se abrazó al mayor repartiendo suaves besos en el cuello del otro. El mayor, sabiendo las intenciones del su novio, intentó apartarlo pero no con la fuerza necesaria ya que poco a poco se rendía a las caricias de su rubio novio.

Kasamatsu se encontraba recostado sobre la cama con Kise sobre él llenándolo de besos y caricias en su cuello y pecho, mordiendo también de vez en cuando sus pezones. La luz de la luna se adentraba por las ventanas iluminando ambos cuerpos que se entregaban nuevamente al otro en aquella danza de amor y placer.

Acabada aquella demostración de amor, se acomodaron en la cama para poder descansar lo que les quedaba de viaje. Yukio se había dormido casi al instante dándole la espalda al alto quien se encontraba apoyado en uno de sus costados y su rostro descansando sobre su mano derecha observando a su amado Sempai dormir.

Sin poder evitarlo y como hipnotizado acarició los costados y los brazos del pelinegro disfrutando de su calor. Besó la nuca del ojiazul cuidando de no despertarlo, pasó un brazo por su cintura y cerró los ojos dispuesto a dormirse también.

Al llegar a la estación despertaron por el barullo de la gente. Se vistieron rápidamente bajando del tren.

Comenzaron a caminar uno al lado del otro, hombro con hombro. El rubio de vez en cuando rozaba sus dedos con los ajenos y este, al saber las intenciones del otro, entrelazó sus dedos con los del alto avergonzado.

Kise, ante el gesto del pelinegro miró a su sempai sorprendido ya que a este no le gustaban esas demostraciones en público, pero al mirarlo el ojiazul  se encontraba mirando hacia el otro lado con sus mejillas algo rojas y su ceño fruncido. Se limitó a sonreír con amplitud caminando al lado de su sempai por las calles poco concurridas en dirección a la casa de Kasamatsu.

Al estar cerca de la casa del ojiazul, se detuvieron unas calles antes ya que ambos sabían que no podían ir más allá debido a que nadie de la familia Kasamatsu sabía de su relación al ser estos homofóbicos, todo lo contrario a la familia de Kise quienes amaban a Yukio y lo recibían con los brazos abiertos cuando iba a casa del rubio.

-Sempai~ -

-¿Qué ocurre Kise? –Se detuvo mirando al otro.

-No quiero dejarte~ –Formó un infantil puchero cruzado de brazos.

-Oi, no te pongas así. Sabes que nos veremos pronto-

-Lo sé, pero aún así debo esperar mucho para verte porque estas más al pendiente de los asuntos de la universidad~ –Hizo otro puchero acercándose al mayor abrazándolo con fuerza.

-Idiota hablas como si te dejara mucho tiempo abandonado, además sabes que debo irme –Dijo el pelinegro apartando al otro de un golpe en el estómago el que luego se sobaba Kise.

-Al menos dame mi beso de despedida- Dijo ahora con una sonrisa agachándose un poco a la altura del mayor alzando su boca –Aquí~

Yukio suspiró mirando a todos lados para asegurarse de que nadie los veía para así acercarse dándole un beso al rubio quien alegre cerró sus ojos correspondiendo al beso.

Luego de unos cuantos besos más, ambos se separaron. Kasamatsu se alejó del rubio hacía su hogar y antes de entrar se giró hacía Kise quien aún estaba en el mismo lugar donde se despidieron. Movió su mano despidiéndose nuevamente para así poder entrar a su casa.

Sin embargo no sabía lo que le esperaba dentro.

Después de entrar se encaminó a las escaleras para ir a su habitación, pero al cruzar la sala su padre estaba allí, esperándolo.

Lo miró confundido ya que a estas horas su padre estaría trabajando en su oficina -¿Pasó algo?

-Sí-Fue la respuesta de su padre en un tono severo que preocupó al mayor. Se levantó del sofá donde estaba -¿Me quieres explicar que hacia besándote con un chico?

Kasamatsu lo miró con sorpresa. Abrió la boca para hablar o contradecir a su padre pero nada salía palabra alguna.

-No intentes negarte, los ví así que no te servirá de nada –Volvió a hablar con el mismo tono de antes, se podía notar lo furioso que estaba.

-Me estaba besando con mi novio-Habló luego de unos minutos de silencio con la mirada clavada en el suelo hasta que de pronto sintió un golpe en su mejilla derecha. Su padre acababa de golpearlo. Posó una de sus manos sobre su mejilla lastimada en la que seguramente quedaría alguna marca.

-¡Eres un asqueroso! Como puedes besarte con él, un chico. ¡Eres una vergüenza para esta familia! ¡Vas a dejarlo en este mismo instante! No te quiero ver cerca de ese rubio marica y prostituto nunca más –Hablaba el padre de Yukio con rabia moviéndose de un lado a otro señalando al chico como una vergüenza.

-¡No te permito que hables así de él, padre!, No es nada de lo que tú dices y para desgracias tuya no pienso dejarlo.

-Es una orden, vas a dejarlo. Es solo un confusión de tu edad, de seguro no lo tomas como algo serio ¡Así que vas a terminar con él ahora mismo! –Grito furioso.

-¿Qué es una confusión de mi edad? –Hablo con claro sarcasmo en su voz- Por favor, es la cosa más ridícula que he escuchado, padre. Para tu información llevamos dos años juntos, no creo que eso sea una confusión pasajera y tomo nuestra relación muy enserio.

-No lo volveré a repetir Kasamatsu Yukio, lo dejaras ¿Entiendes? A no ser de que quieras que a tu jodido novio le suceda algo-Se acercó con una sonrisa de maldad y suficiencia en su rostro.

-¿Qué harás?

-Puedo hacer muchas cosas y lo sabes. Tengo mucha influencia y si quiero que ase rubio le pase algo es porque le va a pasar algo ¿Entendiste? Si le ocurre algo quedará en tu conciencia Yukio –Y sin más que decir el mayor de los Kasamatsu salió del lugar dejando al pelinegro solo.

Yukio quedó allí, amaba a Kise y no quería dejarlo. Pero por otro lado no permitiría que algo le pasara por su egoísmo. Sabía muy bien que su padre era capaz de cualquier cosa y que, para su desgracia, siempre cumplía sus amenazas.

-Padre –Salió detrás el mayor mirándolo con tristeza, sabía que luego se arrepentiría de su decisión no podía hacer nada, prefería proteger a Kise. –Terminaré con él pero no le hagas nada.

Su padre sonrió conforme y dejó que su hijo fuera rápidamente a su habitación azotando la puerta al entrar para luego recostarse en la cama completamente abatido por la situación.

No sabía cuánto había pasado, se sentó en la cama abrazando sus piernas mientras miraba por la ventana. No había podido dejar de pensar en la conversación con su padre, no deseaba dejar a Kise, era feliz con él, llevaban dos años de relación y no podía echar esos por la borda. Pero también sabía que algo malo podía ocurrirle si continuaban juntos.

-Todo es tan complicado-Pensó el ojiazul revolviendo sus cabellos. Necesitaría ser indiferente frente a Kise o se rompería frente a él en el momento que terminara con él.

Había pasado ya una semana desde aquella discusión. No había visto a Kise ni respondido sus llamadas, quería permanecer indiferente y tener la fuerza suficiente antes de que llegara el fin de su relación.

Era día domingo, y otra de las numerosas llamadas de Kise se hacía presente. Pero está si la contestó.

-Hola-Respondió indiferente. Eso le recordaba a como era antes de su relación. No pudo evitar sonreír con algo de amargura.

-¡Sempai! ¿Por qué no respondías mis llamadas? Estaba preocupado.-Se podía escuchar la voz exaltada del chico al otro lado del teléfono.

-Tenía cosas que hacer… ¿Podríamos vernos hoy?

-Claro que sí sempai ¿Dónde nos vemos? –Respondía alegre y entusiasmado ya que podría ver a su sempai.

-Nos vemos en el parque de siempre ¿Si?

-¡Si sempai! Allí nos vemos –Se despidió alegremente antes de colgar.

Yukio se cambió de roa y salió de su casa para ir a reunirse con Kise. Al llegar al nombrado parque esperó unos minutos y vio al rubio llegar con una sonrisa.

-¡Hola Sempai!-Gritó Kise alegre mientras abrazaba al mayor con efusividad separándose al instante al no ser correspondido por el otro sino más bien siendo apartado. -¿Sempai?

-Kise, necesito decirte algo muy importante -.Kise solo pudo asentir ante las palabras tan frías y serias del pelinegro. –Ryota.. –Comenzó a hablar pero quedó en silencio al instante. Se sentía realmente nervioso.  Tomando aire finalmente habló  -Terminamos.

El rubio lo miró sorprendido negando con la cabeza sin creer lo que el otro le decía. -¡Es mentira! ¿Por qué juegas así sempai? No me gustan este tipo de bromas.

-Sabes que no suelo hacer bromas Kise-Lo miró con seriedad, una fingida seriedad.

-Pe…Pero ¿por qué? Nos amamos Yukio. No puedes simplemente terminar esto así –Dijo el rubio tomando al mayor de los hombros mirándolo con desesperación. No quería creer todo eso.

-Es verdad Kise, de verdad quiero acabar con esto... ya no quiero ni siento nada por ti. –El pelinegro estaba seguro de que esas palabras le habían dolido más a él que a Kise.

El rubio lo miró con sus ojos llorosos. No podía creer lo que estaba escuchando. Hace tan poco estaban tan bien juntos y ahora esto. Era como una broma, de muy mal gusto por  cierto.

-Por favor sempai, esto es una mentira horrible. Nos amamos ¿Por qué estás diciendo todo esto? No me gusta que juegues así –Tomaba el rostro del mayor acercándolo al propio.

-Basta Kise –Dijo el pelinegro apartando al rubio con un golpe en el estómago –No estoy mintiendo. Necesitamos terminar, me di cuenta de que quiero otro tipo de persona para mí. No negaré que fuiste una pareja increíble pero… el amor simplemente se acabó de mi parte. Esto será bueno para ambos, tendrás una persona mucho mejor que yo, una más cariñosa, más atenta incluso más bonita, no te faltarán pretendientes y…

-¡Basta! No es cierto, no es cierto. No pudo acabar el amor así como así ¿No te das cuenta de que con el único que sería feliz sería contigo? –Miró al mayor mientras las lágrimas caían por sus mejillas –Hace poco… estuvimos juntos incluso hicimos el amor… ¡No puedes decir esto ahora!

Yukio lo miró, sabía que Kise tenía razón, hace tan poco estuvieron juntos y que ahora venga con eso era lo más estúpido pero tenía que mantenerse firme, después de todo esto lo hacía por la protección del otro.

-Considera ese momento como el último en el que estaremos juntos –El pelinegro alzó su mano tomando la de Kise para depositar allí aquel collar que el rubio le había dado. –No lo merezco.

Kise abrió sus ojos en demasía por los cuales sus lágrimas caían con mayor fuerza que antes. Se llevó el collar al pecho volviendo a negar. -¿Hice algo mal?

-Tú no hiciste nada Kise… Terminamos, esto se acabó. –Dicho esto Yukio dio media vuelta y se fue por donde vino dejando allí a un destrozado Kise que caía al suelo de rodillas cubriéndose el rostro con las manos no pudiendo contener su llanto.

Por otro lado, al estar ya fuera del alcance de la vista de su ahora ex novio, Yukio tuvo la libertada de también derramar sus lágrimas contenidas minutos antes. Llorando silenciosamente mientras caminaba a casa.

Pies no me fallen ahora,

Llévenme hasta la línea final,

Oh, mi corazón se quiebra con cada paso que doy.

 

 

Ya han pasado cuatro meses desde su separación y ninguno de los dos la ha pasado bien durante todo este tiempo, ya que inevitablemente necesitaban de la cercanía del otro.

Kise por su parte había cambiado mucho. Su personalidad cambió a una rebelde y despreocupada y en su rostro ya no solía estar aquella mueca de felicidad y aquella sonrisa radiante que volvía locas a todas sus admiradoras.

Incluso su imagen había cambiado. En una reunión del antiguo equipo de Kaijo todos sus ex compañeros estaban muy sorprendidos al verlo llegar con el cabello teñido de negro y dos pircing adornando su labio inferior.

Un día, el ahora pelinegro, estaba caminando por el campus de la universidad en donde estudiaba para ser piloto sin embargo también había descuidado la carrera. Mientras caminaba se encontró con una chica muy bonita que estaba recogiendo unos papeles que se habían caído puesto que un chico antes la había empujado. Kise se acercó a ella ayudándola a recoger los papeles.

-Gracias –Dijo la chica con una sonrisa amplia y agradecida

-De nada-Dijo simplemente levantándose dispuesto a irse pero la chica lo detuvo de un brazos.

-¿Cómo te llamas? –Pregunto esta también levantándose del suelo.

-Kise Ryota.

-Mucho gusto, soy Natsumi Amane pero te contaré un secreto –Se acercó un poco a Kise – Pero pronto deberás llamarme Natsumi Kasamatsu. –Dijo con una sonrisa amplia.

-¿Qué? –Fue lo único que pudo decir el pelinegro completamente sorprendido.

-Lo que escuchaste ¡Me casaré con mi primo Kasamatsu Yukio! –Habló Natsumi alzando su mano para que Ryota pudiera observar el hermoso anillo en su dedo anular. Kise observó el anillo sintiéndose angustiado pero sin demostrarlo a la chica que parecía orgullosa de portar aquel objeto en su dedo.

-Me… Me alegro por ti, ya debo irme adiós –Se despidió rápidamente yéndose del lugar. –Me dejó por ella.. –Pensaba este corriendo a la salida de la universidad con los ojos llorosos en donde chocó con un chico.

-¿Kise? –Al escuchar su nombre alzó el rostro para ver de quien se trataba. Era Moriyama sempai quien estaba allí ya que hoy iba a haber un partido en un parque cercano para entrenar con los nuevos jugadores del equipo de Kaijo, que aunque ya no estuvieran en el equipo como sempais se sentían en la obligación de ayudarlos a crecer como jugadores. -¿Pasó algo?

-No es nada sempai, mejor vámonos que los chicos deben estar esperándonos –Dijo haciendo un intento de sonrisa que no convenció del todo al mayor.

-De acuerdo, vamos –Ambos caminaban hacía el parque donde había una cancha de basket cercana a la universidad.

Cuando llegaron los chicos estaban ya calentando. Los de primero al verlos llegar se acercaron a saludad a Kise ya que estaban muy entusiasmados por conocer al antiguo as de Kaijo.

Después de calentar comenzaron con un partido donde los de primero jugaron contra los antiguos jugadores. El partido había comenzado bien, pero Kise se encontraba jugando  algo torpe y algunas de sus jugadas eran violentas debido al enfado que tenía por las palabras de la chica.

En un momento Kise estaba de espaldas distraído, cuando de pronto uno de los jugadores de primero empujó a Kise golpeando su espalda con el codo. El chico comenzó a disculparse con el mayor, pero lo que nadie esperaba era que Kise se girara molesto con el puño alzado dispuesto a golpear al chico.

Estuvo a punto de lograrlo, sin embargo, Moriyama lo detuvo luego de salir de la impresión. Luego de unos segundos Kise logró tranquilizarse al darse cuenta d sus actos. Frente a esto el ambiente se volvió tenso y los demás tomaron la decisión de irse del lugar dejando solos a Kise y a Moriyama.

-Es la primera vez que actúas de ese modo- Dijo el mayor mirando al pelinegro que tenía la vista clavada en el suelo -¿Por qué lo hiciste?

-No sé, solo…  solo fue un impulso… estoy molesto –Se sinceró el pelinegro menor.

-¿Pasó algo malo? –Kise se mantuvo en silencio unos minutos sentándose en el césped que rodeaba la cancha –Sabes que puedes contarme Kise-Dijo sentándose a su lado.

-Lo que pasó es que me encontré con una chica en la universidad  -Comenzó su relato siendo interrumpido por el mayor al que le brillaron los ojos por la mención de la chica. –Se llama Natsumi Amane –Continuó –La prometida de Kasamatsu.

Moriyama cambió su expresión al escucharlo. Ciertamente la conocía ya que era la prima de Kasamatsu y se habían encontrado algunas veces y, además, sabía el que ella se casaría con su mejor amigo por obligación ya que realmente fue el padre de Yukio quién lo comprometió para que “se vuelva hombre”.

-Kasamatsu… él me dejo por ella-Dijo Kise con sus ojos llorosos nuevamente. –Aunque no lo culpo… ella es bonita y educada. Es mejor que yo.

-Kise, eso no es cierto.. –Intentó subirle el ánimo a Kise y lo único que obtuvo fue un Sempai, ¿Puede dejarme solo por favor? Ante el cual solo pudo levantarse del lugar e irse ya que sabía que sus palabras no cambiarían el pensar de Kise y que era mejor que estuviera solo y reflexionara sobre todo eso.

Cuando Moriyama se fue sus lágrimas caían silenciosas por sus mejillas mientras sus manos temblorosas buscaban sus cigarrillos en sus bolsillos del pantalón encendiéndolo con el encendedor que también traía consigo. Sabía que el cigarrillo le hacía mal y  empeoraba su piel y que por eso lo habían corrido de la agencia de modelaje, sin embargo, todo esto lo hacía por que recordaba que a Kasamatsu le disgustaba el humo del cigarrillo. Sabe que está siendo un infantil haciendo todo lo que Yukio odiaba pero no podía evitarlo. Incluso lo estaba haciendo con su cabello. Yukio una vez le dijo que le gustaba el tono de su cabello y lo había “alagado” por eso mismo es que cuando terminaron lo primero que hizo fue teñirlo de negro.

Llevó el cigarrillo a la boca aspirando este para luego soltar una bocanada de humo mientras miraba a la nada aun pensando en que Yukio lo había dejado por esa mujer. Kise, aun perdido en sus pensamientos, no se dio cuenta cuando Akashi, Kuroko, Kagami y Aomine habían llegado a la cancha.

Los chicos al verlo se acercaron a él, pero este no los tomaba en cuenta por lo que Kuroko decidió mecerlo un poco. – Kise-Kun.

-Oh… Hola Kurokocchi –Dijo simplemente sorprendiendo a los demás ya que, conociéndolo, se hubiera lanzado a Kuroko para abrazarlo.

-¿Te pasa algo? –Preguntó Kagami ahora acercándose un poco más ya que se notaba a simple vista que estaba deprimido.

-Nada Kagamicchi –Respondió liberando una bocanada de humo luego de aspirar el cigarrillo.

Akashi, que se había permanecido  observando la situación se acercó al pelinegro tomando el cigarrillo que estaba por llevarse a la boca y lo estampó  en el césped apagándolo con el pie para luego girarse a los demás. –Taiga, Daiki vayan a jugar Tetsuya y yo los alcanzaremos en unos minutos.

Los nombrados entendieron que Akashi quería hablar con Kise por lo que fueron a la cancha a jugar un one a one mientras que Akashi y Kuroko se sentaban cada uno al lado del pelinegro.

–Kise-Kun ¿Qué ocurrió? ¿Por qué el cambio?-Pregunto el peli celeste preocupado aunque no lo demostrara.

-Ya dije que no es nada Kurokocchi.

-Eres muy mal mentiroso, Ryota –Habló ahora el pelirrojo mirando a Kise estudiándolo con la mirada.

Kise suspiró ruidosamente mirando el suelo –Sempai terminó conmigo.

-Pero eso no es todo ¿verdad? –Comentó nuevamente Akashi.

Kise rio amargamente negando con la cabeza –Nada se te escapa ¿Verdad Akashicchi? … Es verdad, no es todo. Hoy me enteré de que Kasamatsu está comprometido con una chica.

Esta declaración tomó por sorpresa a ambos. Si bien Kasamatsu era alguien algo bruto con Kise por los golpes siempre se les veía felices juntos, sobre todo a Kise que siempre tenía esa sonrisa de tonto cuando estaba cerca del mayor.

-¿Estás seguro de todo esto, Kise-Kun?

-Si Kurokocchi, me encontré con ella por casualidad y me lo dijo… incluso me mostró el anillo de compromiso… el que le dio Yukio.

-Es normal que estés triste y afectado por todo esto, pero ¿Por qué el cambio? Ya no eres el mismo. Cuando te vi no fui capaz de reconocerte Ryota.

-Lo sé Akashicchi pero era necesario todo esto…

-Dudo que eso sea así Ryota –Interrumpió Akashi –Es decir tu cabello, tu personalidad incluso estabas fumando, todo esto no te hace bien. Además ¿Con qué propósito haces todo esto, Ryota? Esto  es solo una máscara que te perjudica a ti y que preocupa a tus amigos, familia y a nosotros. Sé que estás dolido y enojado y que haces todo esto para contrariar a Kasamatsu, porque sé que es así  te haces daño a ti mismo porque no eres feliz haciendo esto, solo estas resentido.

Kise se frotó el rostro con las manos. Sus ojos dolían. Todo lo que Akashi decía era cierto pero no podía evitarlo. Lo enfadaba verse en el espejo y ver lo que, supuestamente, le gustaba a Kasamatsu en su tiempo de noviazgo no haya sido lo suficiente para retenerlo consigo y que por su culpa se haya ido con otra persona.

-Lo sé Akashicchi pero no hay vuelta atrás… ahora quiero estar solo, nos vemos –Se despidió de ambos y se levantó del suelo colocándose el bolso en su hombro derecho para irse a paso rápido del parque.

-Creo que fuiste muy duro con él, Sei-Dijo Kuroko reprendiendo a su novio.

-Tiene que darse cuenta de que está actuando mal, Tetsuya.

Kagami y Aomine que estaban jugando en la cancha, al darse cuenta de que Kise se iba se acercaron a los otros para saber qué era lo que había pasado.

-¿Por qué se fue Kise? –Preguntó el moreno limpiándose el sudor con su sudadera.

-Dijo que quería estar solo y después se fue –Dijo el peli celeste.

-¿Y qué le pasó?-Preguntó ahora Kagami bebiendo de su botella de agua ya que luego de jugar estaba sediento.

-Yukio terminó con él –Respondió esta vez Akashi.

-Oh… -Fue lo único que pudieron decir los otros al mismo tiempo.

-Pobre Kise, debe estar pasándola muy mal para estar…uh… así –Dijo Kagami esta vez dejando el balón en el suelo.

-Pero eso no significa que esté así de raro –Contrarió el moreno mirando al tigre.

-Si alguien termina contigo es normal estar mal, Ahomine.

-Entonces si yo termino contigo ¿Te teñirás el cabello y te volverás dark y todo eso? –Preguntó el moreno cruzándose de brazos sin dejar de mirar a su tigre.

-No-Respondió simplemente el otro.

-¿Seguro?

-Sí, porque… porque no está en mis planes el que nosotros terminemos –Murmuró bajito Kagami mirando hacia un costado sonrojado mientras que en el rostro de Aomine aparecía una sonrisa arrogante, típica de él.

Kagami y Aomine habían comenzado a salir hace aproximadamente unos dos años y medio, algunos meses después de la Winter Cap. Aunque ambos se gustaban desde antes y tenían algunos encuentros para jugar basket solos ellos dos ambos eran bastante tercos y tímidos en ese tema así que fue gracias a la ayuda de Kuroko y Momoi que ambos pudieron declararse finalmente y desde ese día que están juntos, con sus peleas por supuesto pero nada que no se pueda superar.

–Kagami-Kun es muy cursi –Dijo Kuroko con un tono burlón.

-¡Cállate, Kuroko! –Kagami lo miró molesto manteniendo su rostro sonrojado por sus propias palabras.

Akashi suspiró al verlos nuevamente pelear y levantándose del suelo ayudó a Kuroko a ponerse de pie sacudiendo sus ropas. –Creo que ya deberíamos irnos.

-Sí, ya es tarde –Apoyó Kuroko a su novio.

Todos estuvieron de acuerdo  y caminaron a las afueras de la cancha. Al salir, Aomine invitó a Kagami a su casa ya que hoy sus padres no estaban y podrían pasar tiempo juntos ya que la escuela de policía donde estudiaba Aomine y al de bomberos donde estaba Kagami los absorbía demasiado que había semanas en que no se veían. Así que ambos se fueron en dirección opuesta a Kuroko y Akashi.

Akashi comenzó a caminar junto a Kuroko para llevar a este último a su casa. Uno al lado del otro con sus manos entrelazadas. Ambos se habían hecho pareja luego de derrotar a Rakuzan, partido en el cual Akashi había “vuelto a la normalidad”. Habían arreglado sus diferencias y pronto se declararon al otro volviéndose novios ya por tres años.

-Aún creo que fuiste muy duro con Kise-Kun –Dijo el de cabellos celestes.

-Pero sabes que tengo razón, Tetsuya. Él está actuando mal y solo se lo hice saber –Comentó el pelirrojo.

-Tienes razón…

-¿Estás preocupado por algo, Tetsuya?

-No es nada Sei –Negó con la cabeza mirando al frente.

-¿Estás seguro?

-¿No deberías saberlo? Después de todo tú lo sabes todo –Alzó su vista para mirar a su novio con su típica expresión.

-Tú siempre has sido impredecible para mi Tetsuya y no puedo negar que eso es lo que más me gusta de ti –Dijo con una suave sonrisa provocando un pequeño sonrojo en el de menor estatura, para luego inclinarse y darle un pequeño beso en los labios siendo correspondido por Kuroko.

Mientras caminaban pasaron por un sector de comercio y cafeterías, donde en una de ellas se encontraba Kasamatsu con una mujer. Kuroko al darse cuenta de esto intentó a alejar a Akashi de allí ya que no quería que su novio pelirrojo hiciera un escándalo, sin embargo, Akashi alcanzó a ver a las personas en la cafetería e ignorando las palabras de Kuroko entró al local acercándose a la mesa donde se encontraba Kasamatsu. –Yukio.

-Akashi –Pronunció Kasamatsu asombrado de ver al pelirrojo allí. Akashi desvió su vista de Kasamatsu a la chica que estaba con él, analizándola.

-Así que por ella cambiaste a Ryota.

Kasamatsu suspiró al saber por qué Akashi y Kuroko estaban allí e intentó soltarse del agarre de la chica que se mantenía abrazada a su brazo. Todas sus acciones siendo observadas por Kuroko.

Kasamatsu iba a hablar cuando la chica lo interrumpió: -Hola mi nombre es Natsumi Amane, su prometida ¡Mucho gusto! –Dijo con una sonrisa algo coqueta que desagrado a Akashi.

-Lamento no poder decir lo mismo –Dijo Akashi ante lo cual la sonrisa en el rostro de Natsumi se borró de sus labios.

Akashi volvió su atención a Kasamatsu mirándolo serio –Creí que eras una mejor persona, pero creo que esta vez me equivoqué. Solo jugaste con Ryota.

-No es lo que crees –Negó Kasamatsu.

-Oh, ¿De verdad? –Interrumpió al pelinegro –Me parece todo lo contrario. Ryota está sufriendo por tu culpa.

Antes de que Yukio pudiera contradecir a Akashi la chica nuevamente lo interrumpió levantándose de su asiento con las manos en la cintura encarando al pelirrojo. –No sé quién sea ese tal Kise pero no lo vuelvas a mencionar porque ahora su novia soy yo y debes respetarme como tal.

Akashi la miró unos momentos a los ojos a lo que la chica se sintió algo intimidada –Disculpa pero estoy hablando con Yukio, no contigo así que apreciaría mucho  que te fueras que estorbas aquí.

La chica al escucharlo se fue molesta de la mesa dirigiéndose al baño sacando su teléfono celular llamando justamente al padre de Kasamatsu, todo esto bajo la atenta mirada de Kuroko.

-Akashi escucha… -Comenzó el pelinegro siendo interrumpido nuevamente por el pelirrojo.

-No digas nada, el daño ya lo hiciste, lo creas o no Ryota es mi amigo y me preocupo por él. El ya no es feliz, él cambio completamente –Akashi lo miró a los ojos completamente serio. –Eres despreciable.

-¡Basta! Yo nunca quise que esto fuera así –Dijo Kasamatsu levantándose de su asiento golpeando la mesa –Nunca quise dejarlo, yo realmente lo quería… no, aun lo quiero pero todo era por su bien.

-Explícate. –Mencionó Akashi mirando al pelinegro al igual que Kuroko.

-Mi padre… él no acepta una relación homosexual. Es por eso que Kise y yo mantuvimos nuestra relación en secreto, pero un día nos vio juntos y me amenazó con hacerle daño si no terminaba con él. Fue por esto que acabé con la relación.

-¿Es por esto que estas comprometido? –Preguntó ahora Kuroko.

Kasamatsu solo asintió –Sí, papá quiso comprometerme con ella para “volverme hombre” de nuevo –Dijo manteniendo su ceño fruncido.

-Aun así pudiste haber luchado por él un poco más ¿No crees? –Dijo ahora el pelirrojo –Para mí tampoco fue fácil estar con Tetsuya, mi padre también era como el tuyo y también intentó comprometerme con otras personas pero me negué. Aun no acepta completamente a Tetsuya pero eso no me importa, tendrá que aceptarlo algún día quiera o no. Es mi vida, ya tuve suficiente con que él la manejara todo este tiempo.

-No quería que sufriera… -Dijo el pelinegro relajando su expresión a una de culpabilidad.

-Tú mismo lo estas dañando.

-Kise-Kun debe estar en su departamento ahora –Habló Kuroko a lo que Kasamatsu lo miró sorprendido.

-Si quieres verlo, solo debes apresurarte –Apoyó el pelirrojo las palabras de su pareja.

Kasamatsu mostró una pequeña sonrisa  al tiempo en que murmuraba un gracias caminando rápidamente a la puerta siendo seguido por la chica que se mantuvo todo este tiempo escuchando la conversación.

-Yukio ¿A dónde vas? –Dijo Natsumi deteniéndolo de un brazo.

-Me voy ¿Qué no ves? –Dijo molesto soltándose del agarre.

-¡Vuelve! –Gritó enojada cuando el pelinegro salía del local. Sin embargo, fuera del local, estaba su padre esperándolo en su auto saliendo a su encuentro al verlo salir.

-¿A dónde vas hijo?

-A buscar a Kise-Dijo frunciendo el ceño mirando a su padre.

-No puedes, estas comprometido ¿Por qué buscarlo a él?

-Porque amo a Kise, papá –Dijo lo más serio que pudo.

-No sabes lo que dices tú realmente no lo quieres, estas comprometido con una hermosa chica mucho mejor que él –Decía el mayor señalando a Natsumi que estaba a su lado.

-¡No digas eso! Tú no lo conoces, es una persona maravillosa tanto por fuera como por dentro. Yo lo amo papá, que te quede claro.

-No voy a permitir que vuelvas con él ¡No permitiré que mi hijo sea homosexual! –Gritó el padre del pelinegro.

-¡Pues ya lo soy! –Acabado de decir eso, Kasamatsu solo pudo sentir el puño de su padre en su mejilla dejando sorprendidos a todos los presentes y a las personas que pasaban por allí en ese momento. Yukio se llevó la mano a su mejilla dañada, que seguramente estaría morada en unas horas. Molesto observó a su padre –Si no quieres un hijo gay entonces olvídate de que algún día tuviste uno.

Dicho esto el ojiazul se fue del lugar sin escuchar ni detenerse ante los gritos de su padre y de Natsumi, ahora solo quería hablar con Kise y arreglar las cosas.

 

 

Cada vez que cierro los ojos

Veo un paraíso oscuro

Nadie se te compara

Pero esta noche no estás tú,

Excepto en mis sueños

…Esta noche no quiero despertar…

Kise estaba en su departamento, había llegado hace unos minutos atrás. Se dirigió al baño rápidamente observándose en el espejo ya que las palabras de Akashi permanecían en su cabeza. Vio sus cabellos negros, su nueva imagen y lo que veía no le gustaba. Alzó su puño molesto incrustándolo en el espejo el cual se rompió dejando pequeños cristales en su mano. Se miró nuevamente en el espejo mientras nuevas lágrimas caían por sus mejillas. Se dirigió a su habitación recostándose en la cama con sus ojos cerrados mientras su mano se mantenía al lado manchando de rojo sus sábanas. Esta noche no quería volver a despertar.

Mientras tanto Kasamatsu llegaba al departamento de Kise. Estuvo afuera unos minutos ya que, aunque no quiera admitirlo, temía la reacción del pelinegro. Luego de unos segundos acercó su mano a la puerta tocando dos veces pero nadie salía a abrir por lo que por sí mismo dándose cuenta de que no tenía seguro. Entró al departamento que estaba a oscuras y con un olor a cigarrillo y alcohol. Frunció el ceño mientras se cubría la nariz por el molesto olor.

Buscó a Kise por la sala, la cocina incluso el baño pero no estaba por lo que fue a la habitación del ahora pelinegro. La tristeza inundó a Yukio al ver  Kise. Se acercó a la cama sentándose en la orilla dando suaves caricias en los cabellos del chico fijándose también en la mano herida del menor quien comenzó a despertar lentamente por las caricias.  –Kise…

El pelinegro al escucharlo se sentó de golpe y desorientado fijando su vista en el otro. Al darse cuenta de quien estaba a su lado su rostro de sorpresa al verlo se transformó en uno de molestia y enojo. -¡¿Qué haces tú aquí?!

-Kise tranquilízate –Decía el pelinegro mayor intentando calmar a Kise.

-¡No me voy a tranquilizar! Responde ¿Qué haces aquí?

-Necesitamos hablar –Dijo seriamente Kasamatsu.

-No quiero hablar contigo Kasamatsu. Por favor vete y no vuelvas aquí –Dijo señalando la puerta de la habitación.

-¡No me iré hasta que me escuches! Debemos aclarar la situación.

-No quiero escucharte, ahora vete –Kise se levantó y tomó el brazo del más bajo jalándolo a la salida sin escuchar los reclamos del pelinegro.

-Basta Kise –Yukio logró zafarse del agarre antes de que Kise lo sacara fuera del departamento –No te comportes como un niño. Debemos dejar las cosas claras, yo nunca quise dejarte mi padre me obligo a hacerlo. Tú sabes cómo es él –Intentaba explicar Kasamatsu.

-¡Cállate! No te creo nada –Kise caminaba de un lado a otro moviendo sus brazos molesto –Dices mentiras, además si hubiera sido eso pudiste haberte quedado conmigo y enfrentar juntos el problema… incluso estás comprometido ¿Creíste que no me iba a enterar?

-Sabía que te ibas a enterar, pero quiero que sepas que nunca quise dejarte, todo fue por tu bien… Yo no amo a mi supuesta prometida. Yo te quiero a ti Kise. –Kasamatsu se acercó a Kise siendo apartado por este.

-Pues yo ya no te amo –Dijo Kise seriamente intentando el mismo creer las palabras que le ha dicho al más bajo, era obvio que seguía amando a Kasamatsu con todas sus fuerzas.

-Debes creerme Kise, déjame explicarte lo que pasó. Mi padre nos encontró ese día en que volvimos de nuestro viaje y cuando volví a casa me estaba esperando para hablar y me obligó a que te dejara o te haría daño y era obvio que no dejaría que algo te pasara –Decía mirando a Kise a los ojos.

-¿Y por eso mandaste por la borda dos años de noviazgo? Yo hubiera preferido mis veces estar contigo y haber luchado juntos por nuestra relación ¡Fuiste un egoísta Kasamatsu! –Dijo Kise señalándolo con sus ojos rojos ya que nuevas lágrimas querían salir.

-¡Entiende que lo hice por ti! No creas que fuiste el único que sufrió con esto –Kasamatsu se acercó al más alto sujetándolo por el cuello de su playera –Yo también sufrí con todo esto.

-No me importa, yo ya no te amo te olvidé. No quiero verte más –Dijo Kise furioso empujándolo para alejarlo de sí.

-Basta Kise… ¿De verdad no me amas? ¿Entonces porque el cambio?  ¿Por qué recurriste al alcohol y los cigarrillos? Esto es toda una máscara para ocultar el sufrimiento que te causé. No puedes decir que no me quieres por que ni yo mismo puedo negar mis sentimientos por ti… Así que si quieres rechazarme debes ser más convincente –Se acercó nuevamente a Kise tomándolo de la camisa para bajarlo a su altura y besarlo, sin embargo, este se intentó separar forcejeando. Luego de unos minutos lentamente Kise comenzó a tranquilizarse y corresponder el beso de Yukio mientras por sus mejillas caían pequeñas lágrimas.

Yukio separó sus labios sin evitar estar ruborizado ya que eran muy pocas las veces donde el tomaba la iniciativa de un beso. –Ryota…

-No… No quiero caer de nuevo –Dijo en un murmuro lastimero –Me volverás a dejar… realmente no he dejado de amarte –Suspiró cubriéndose el rostro con las manos.

-Ryota… Yo sé que fue una mala decisión pero si no lo hacía mi padre podría hacerte daño… Lo hice por tu seguridad –Dijo tomando el rostro del menor mirándolo a los ojos.

Kise continuaba llorando ahora con su rostro escondido en el hueco entre el hombro y cuello de Yukio aferrándose a él. – ¿No me volverás a dejar verdad? Nosotros podemos ser felices juntos, no me importa su tu padre o cualquier otra persona no esté de acuerdo –Decía sin apartarse de los brazos ajenos.

-No te preocupes Kise, te prometo que no volveré a cometer el mismo error dos veces –Comentó Yukio dándole caricias al cabello ajeno para tranquilizarlo.

-Es lamentable que tu familia considere que soy un error para ti –Kise alzó el rostro mirando al otro con una sonrisa que denotaba tristeza.

-Pero para mí eres el mejor error que he cometido –Dijo Kasamatsu sonrojado completamente por sus propias palabras.

Kise lo miró con sus ojos bien abiertos sorprendido por las palabras del mayor debido a que no era común que él dijera cosas como estas. Sonrió con amor tomando el rostro de Yukio para acercar sus labios a los ajenos comenzando así un beso dulce y con el sentimiento de que al fin están juntos.

Poco a poco el beso comenzó a subir de intensidad. Kise se mordió los labios del mayor mientras sus lenguas se encontraban en la cavidad del otro siendo Kise el que dominara el beso. Antes de separarse Yukio atrapó entre sus dientes aquellos pircing que tenía Kise en su labio inferior jalándolos deliciosamente que excitó a Kise.

Mientras recuperaban la respiración Kise cargó al más bajo haciendo que este rodeara su cadera con sus piernas llevándolo a la habitación besándose fogosamente y chocando con las paredes y objetos que se encontraban en el pasillo hasta llegar al cuarto donde el ojiazul fue recostado en la cama con Kise sobre él. La ropa comenzó a sobrar. Lo único que deseaban era sentir la piel del otro sobre la propia después de todo este tiempo separados.

Los gemidos comenzaron a llenar la habitación por parte del ojiazul quien estaba despojado de su ropa y completamente sonrojado por las caricias del otro. Yukio sentía su cuerpo erizarse por las caricias, besos y mordidas que el otro dejaba sobre su cuerpo haciéndolo sentir aún más avergonzado ya que Kise se dedicaba a dejar miles de marcas. Kise por su parte sentía que sus manos cosquilleaban por tocar completamente el cuerpo del ojiazul, quería poseerlo, marcarlo y nunca volver a soltarlo.

El pelinegro acabó de preparar al más bajo, quitó sus dedos del interior ajeno y comenzó a acomodarse entre las piernas del ojiazul ingresando lentamente para no dañarlo. Los jadeos y gemidos volvieron a aumentar por parte de ambos, los que se movían sincronizados con sus cuerpos sudados. Kise tenía su rostro en el cuello del otro dándole pequeños besos mientras arremetía con fuerza y velocidad en el interior ajeno provocando deliciosos espasmos al mayor que rasguñaba su espalda.

Se besaron nuevamente jugando con sus lenguas mientras Yukio seguía jalando los pircing ajenos cosa que solo lograba encender aún más el libido de Kise quien estaba fascinado con las acciones del mayor. Aumentó las embestidas hasta que Kise logró tocas un punto importante dentro de Kise que lo hiso estremecer. El pelinegro al darse cuenta aumentó las embestidas en ese lugar logrando que luego de unos minutos Yukio se corriera entre ambos cuerpos con un gemido vergonzoso mientras que Kise se corría dentro de él luego de unas embestidas más.

Kise salí el interior del ojiazul pero se mantuvo sobre él abrazándolo fuertemente mientras el mayor alcanzaba las sábanas para cubrir ambos cuerpos.

-Ahora mismo estoy tan feliz~ -Habló Kise en la penumbra de la habitación.

-Yo también lo estoy –Comentó Kasamatsu.

-No sabes cuánto te extrañé… Me hiciste tanta falta Yukio, te amo tanto~ –Escondió el rostro en el pecho del mayor cerrando los ojos.

-Yo también te extrañe… -Habló Yukio en un murmuro algo sonrojado.

-Ahora estaremos juntos para siempre… Vamos a ser felices juntos Yukio.

Ambos sonrieron para luego cerrar sus ojos y dormir alegremente junto al otro esperando que el resto de los días sigan así. Juntos.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado!

Dejen sus review que leeré con gusto y sus críticas constuctivas *-*

Nos vemos <3 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).