Gruesas nubes tapaban las estrellas mientras la noche avanzaba en la ciudad. La interminable oscuridad parecía consumir todo. La luna era el único toque de luz que iluminaba el cielo manchado con tinta oscura. Hasta hace algunas horas, el sol brillaba a través de las nubes, volviéndolas en un tono naranja profundo con manchas rosadas. Ahora todo aquello se había ido y la gente ya había sucumbido al sueño. Excepto por cierta persona.
“Jongdae.” Minseok susurró tirando repetitivamente de la camiseta holgada de su novio. “¿Aún estás despierto?”
Jongdae, quien ya estaba en el mundo de los sueños, rodó un poco los ojos para luego parpadear tratando de ajustar su visión al ambiente, soltó una pequeña carcajada al ver al otro mirándolo con ojos curiosos. “Sí… ahora lo estoy.”
“Lo siento.” Minseok hizo un puchero. Por la voz de Jongdae podía ver que él aún estaba medio dormido. Se sintió culpable de haber despertado al menor.
“¿Por?”
“Por despertarte.”
Una risa suave llenó la silenciosa habitación y Minseok solo podía suspirar de satisfacción.
Escuchar la melodiosa risa de Jongdae lo tranquilizó. “¿Puedo saber la razón por la que decidiste despertarme en medio de la noche?”
“Hace frío.” El pelirrojo se quejó enrollándose en las sabanas.
El menor ronroneó mientras se sentaba en la cama, arrastrándose para estar más cerca de Minseok. Le rodeó con sus brazos desnudos para darle su calor. “Deberías estar usando ropa de dormir en vez de usar solo mis camisas.”
“Me gusta dormir con tu ropa.” Minseok se defendió.
“Lo sé, pero mis camisas no son lo suficientemente cálidas, además temo que te enfermes.”
“Eso no hará que deje de usarlas.”
“También te quedan un poco grandes.”
“¿Pero no me veo bien en ellas?” El más bajo tiró su cabeza hacia un lado con curiosidad, jugueteando con el dobladillo de la camisa blanca que usaba.
“Claro que sí, no tienes idea de cuánto tengo que controlarme en este momento.” Jongdae admitió sonrojándose un poco, Minseok soltó una risita. Felizmente, la habitación estaba oscura como para que el otro lo notase.
“¿Puedo dormir en tus brazos?”
Automáticamente sus brazos rodearon el delgado cuerpo Minseok, empujándolo hacia su cuerpo. Una vez que estuvieron cómodos, Jongdae tiro de las sabanas para para cubrirlos. Miró cariñosamente a su novio, “¿Ahora sí, caliente?”
“Mhmm.” El más bajo movió su cabeza en respuesta y colocando su rostro en la curva del cuello de Jongdae, respiró del aroma al que ya era adicto. “Quiero que estemos así para siempre.” Confesó, disfrutando de la calidez que se impregnaba en lo más profundo de su piel.
“Yo también.” Jongdae susurró y se incorporó un poco para presionar sus labios contra los de Minseok, besándolo suave y dulcemente. Aceptando con gusto, Minseok correspondió al beso tan pronto como sus labios comenzaron a moverse en sincronía, dejó escapar un gemido inocente, se ruborizó por ello.
“Puedes ser ruidoso si deseas.” El pelinegro sonrió ampliamente moviendo sus cejas. Sus dedos recorrían la piel sensible debajo de la camisa del otro.
“Yo…” Minseok susurró casi indefenso, tratando de pensar en qué responder. Enterró su rostro sonrojado en el pecho del otro. Jongdae no pudo evitar reír ante la ternura de su novio. “B-buenas noches.”
Jongdae abrió la boca para responder, pero fue interrumpido por un débil ronquido proveniente del chico en sus brazos. Jongdae simplemente sonrió y después de asegurarse de que su novio esté lo suficientemente cálido, dejó caer su cabeza en la almohada y cerró los ojos sabiendo que soñaría con Minseok.
“Buenas noches.”