-Papá...- casi me daba vergüenza mi propio gemido...
-Que te quede claro que que tú... eres mi perra...
No entendía como mierda esa palabra me excitaba más que nada... solo pude cerrar mis ojos al sentir las manos de mi propio padre sobre mi cuerpo, acariciando mi pecho, mi estómago, llegando a mi pene y masturbándome fuertemente. Sentí como mi cabeza golpeó contra el espaldar de su cama mientras que me embestía duramente. Mis manos se hicieron puños cuando lo sentí hasta sus bolas.
-Maldición... papá...- volví a gemir.
Él me jaló el cabello fuertemente, haciendo que mi cabeza se levantara para morderme el cuello, marcándome duramente.
-Cállate perra...
-S-soy... soy... ah...- gemí nuevamente cuando mi padre apretó fuertemente mi erección.
-Eres mi... perra...
Mi padre me mordió el hombro antes de embestirme más fuerte, haciendo que mi cabeza quedara a centímetros del espaldar nuevamente. Me mordí el labio inferior para no gemir nuevamente.
Sentí que su mano dejó de masturbarme para golpear mi trasero fuertemente haciendo que me saltaran algunas lágrimas.
-No te... ah... muerdas el labio... gime...
Simplemente era su títere... su títere de su misma sangre... el títere de Kim Dong Hyun...
Y su pregunta seguramente es ¿Cómo llegamos a ésto? ¿Cómo llegó un hijo a acceder acostarse con su padre? Se los dejaré presente haciendo un pequeño retroceso y para eso necesito contarles toda la "dulce" historia paternal y sobre nuestro nacimiento.
Para empezar, mi madre en su tiempo fue bella pero alcoholica. Siguiendo, mi padre... un mujeriego y guapo abogado, con renombre y todas las farfarulladas que quieras ponerle.
Se encontraron en una disco, bebieron de más, el mete y saca empezó en la cama de un motel y ¡Ups! Como que el globito se olvidó de colocarse en su lugar. Un mes después mi madre se dio cuenta que estaba embarazada de gemelos, otros meses más y ella dio a luz a Jo Kwang min y Jo Young min.
Por suerte para mi madre el hecho de que dos pequeñas criaturas se posaron entre sus brazos hizo que su cabeza hiciera un ¡click! y decidió entrar a AA. Pasó el tiempo y ella decidió valorarse un poco más... ahora es una humilde dueña de las cadenas "Love´s", una famosa empresa de organización de eventos.
Como sea, era humilde... pero tan humilde que hasta era estúpida. Hasta hace un tiempo atrás ella contacto con mi padre, lo convenció de pasar tiempo con alguno de nosotros para "afianzar el lazo padre-hijo" entre alguno de los dos.
Young min, en cuanto mamá nos dio la noticia, pateó una pequeña mesa y se encerró en la habitación. Yo, por el contrario, acepté... no porque quisiera, sino porque lo hacía por la mujer que estaba llorando frente a mí. Jamás me gustó que una mujer llorara, y menos si esa mujer era mamá.
Unas horas después, Young min había bajado a pedirle disculpas por lo que pasó pero no se retractaba de su decisión... igualmente yo ya había decidido... ¡Gracias hermanito!
Y después de eso solo bastó un poco tiempo para que mi mamá armara mis maletas y me mandara a la casa de mi estúpido, arrogante, filántropo, mujeriego y vanal padre... Kim Dong Hyun.
Y todas esas cosas las supe en el momento en que él me abrió la puerta.
-Tu cuarto es el último- me dijo mirándome de pies a cabeza como si fuera bicho raro... ¿Cuál era su problema?
-Solo me quedaré por un corto tiempo- le dije entre dientes tomando mis maletas y entrando a aquella casona. Sinceramente era más grande que la de mi madre... ¿Cómo un simple abogado podía tener todo eso?
-No te preocupes, no me interesa- me respondió y tuve ganas de girarme y estrellarle mi puño en su boca.
-Aquí deberás obedecerme... y no seas vanal.
-Míra quién habla- gruñí y, antes de lo que pensaba, la mano de mi padre me empujó hacia atrás y me encontré muy cerca de él.
-No te permito que me hables así- me respondió y sentí que una leve excitación se apoderó de mí al reconocer lo que a mi madre la había hecho caer como una boba.
Su piel era demasiado blanca, sus ojos cafes oscuros recorrían mi rostro lentamente, su cabello negro era completamente atractivo y, al tener una remera sin mangas, me dí cuenta que sus biceps se habían hinchado... ¡Demasiado sexy para mí! ¿Qué? ¿Les sorpende? Un pequeño secreto que solo Young min sabe: soy bisexual... y tengo novia.
Me reí en su cara antes de soltarme y largarme de allí. Subí las escaleras y mientras caminaba hacia memoria de todo lo que había traido para mi estadía con mi "dulce y tierno" papá... aunque sinceramente lo odiaba.
Cerré de un portazo la puerta antes de reírme a carcajadas... podía ser divertido si lo quería.
A la otra mañana misma mi novia había aparecido en la piscina de él solamente con un bikini... y no ocultaba mucho a la imaginación y, con una mano en el corazón, ¿Qué hombre se resistiría a una pequeña cintura, grandes tetas y un buen culo?
Y ahí estaba yo, prácticamente follándola contra la pared de la piscina que me hacía dar la espalda a la puerta que daba hacia dentro de la casa. Ella gimió en mi oído fuertemente antes de que algo duro se estrellara contra mi cabeza. Giré la misma para ver que una pelota de baloncesto fue el meterito que golpeó mi planeta encima de mis hombros y un furioso Dong Hyun de traje estaba con el ceño fruncido.
Él solo caminó hasta mi y mi novia, a ella la tomó de un brazo y la sacó fuera de la casa. Yo me quedé riendo por el espectáculo antes de que él viniera e hundiera todo yo bajo el agua. Observé bajo el agua que Dong Hyun se había sacado su saco y la corbata y algunos botones de su camisa blanca estaban desprendidos.
Como pude lo tomé del cuello de la camisa y lo hundí en el agua conmigo.
-Pendejo de mierda- me dijo él cuando levantó su cabeza fuera del agua, liberándome a mí.
-Viejo... ¡Puedes irte al carajo!- le grité antes de intentar irme, solo que Dong me giró en el agua y me estrelló contra la pared en donde hacían escasos minutos había estado casi follando a mi novia... mejor dicho... a mi puta, sí, ese sería el término correcto.
Su pierna se estrelló contra mi estómago, haciendome doblar un poco debido al dolor.
-Chupapollas- le gruñí entre dientes.
-¿Quién?- preguntó él sosteniendome fuertemente de mi mandíbula- ¿Tú? ¿Quieres chuparmela? ¡Pero qué descarado!- me dijo mi... padre.
Levanté rápidamente mi cabeza para darle un fuerte empujón.
-¡Claro que no!- su sonrisita de autosuficiencia me bastó para saber que se estaba diviertiendo- ¡Eres un completo viejo verde, estúpido, vanal y encima una porquería de hombre y persona!
-¿Solo por abandonar a la puta de tu madre?
Ni siquiera pensé en el momento, solo me lancé hacia él y le dí un puñetazo. Él, para no caerse, se agarró de mí y los dos nos estrellamos contra la pared de la piscina, teniendo como resultado que yo le mordiera el hombro por encima de su camisa.
-¡Perra!- me gritó Dong Hyun.
-¡Solo me molestas!- le grité antes de levantarme del agua y salir de la piscina.
Horas más tarde, lo escuché abrir la puerta de mi habitación. Estaba sin camiseta, y con una toalla sobre su cuello, ¡Por Dios si era un Dios en la tierra! Lastima que no sea igual de atractivo por dentro.
Suspirando me giré en el asiento antes de que él pudiera decirme una palabra.
-¿Qué quieres?
-¿Vas a cenar?
-No, para nada. No tengo hambre- le murmuré mientras que tomaba mi bolífrafo y tachaba una cosa de la lista que tenía en una hoja. La que taché fue una que decía "Hacerlo ver como follo a mi novia".
Arrugué la hoja en mi mano y suspiré. Lo miré con una ceja levantada cuando él entró.
-Míra, perra...
-¡Cuída tus palabras!
-Desde que me mordiste, que solo lo hacen las perras, eres mí perra. ¿O gustas que te llame zorra?
-¡Cállate la boca!
-A las perras les gusta que la follen- dijo mirándo hacia la cama y, de tan solo pensar que ese hombre que estaba frente a mí, podía sodomizarme en esa misma cama hizo que mi pene se pusiera duro y que una excitación me recorriera.
Me acomodé en la silla para que mi erección no se notara desde la vista de mi padre pero al parecer ni siquiera funcionó ya que él me dio una de sus típicas sonrisas de "¿Ves que puedo ponerte?"... y ahí fue cuando descubrí de quién habíamos heredado esa sonrisa mi gemelo y yo.
-¿Qué pasa? ¿Tu palo te incomoda?
-¡Cállate! ¡Por Dios! Eres mi padre y eres un completo pedófilo.
-Para nada... tienes veinte años, de ahí saca la cuenta.
-Sí... y no pareces un viejo- le respondí levantando una ceja.
-¿Lo dices por experiencia?
-Lo digo porque es lo único que se nota... eso y tu estúpido caracter de "Papi rico"- levanté mis dedos para hacer comillas en el aire.
De pronto, sin siquiera saber en que momento, Dong Hyun me tomó del brazo y me estampó contra la cama. Se colocó a horcajas encima mío y, antes de que pudiera decir una cosa, tomó mi cabello y me lo jaló hacia atrás, haciendo que levante mi cabeza.
Sentí su lengua pasar por mi cuello hasta llegar a mi oído.
-Eres tan rico perra- me susurró en el oído y lo único que hice fue excitarme y sonrojarme... ¡Yo! ¡Jo Kwang min sonrojado! Ni siquiera cabía en la idea.
-¡Salte de encima!- le grité pero, mucho antes de que pudiera empujarlo, una de sus manos se colocaron sobre mi pene erecto, más precisamente su palma, y comenzó a frotarla... ¡Y puta madre que se sentía de las mil maravillas!
CONTINUARÁ...