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Tiempos efìmeros por KiriOasis

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Notas del capitulo:

Disfruten la lectura :33

Yuu se levantó con las intenciones de tener un día tranquilo, pero la imagen que tenía frente a él lo dejó frío. Parpadeo varias veces para salir de su trance momentáneo, tenía que intervenir antes de que sus amigos se mataran entre ellos. Kimizuki estaba dispuesto a terminar con Mika en cualquier segundo, y eso era algo que no podía permitir.


— ¡Quítate de encima! — gritó el pelinegro, agarrando al chico de cabellos rosados, intentando separarlo por completo. Mika estaba sonriendo, con un hilo de sangre bajando por la comisura de sus labios. Él se divertía con la situación, pensó Yuu con molestia absoluta, estaba enojado, sin poder evitar el irritante sentimiento en su pecho.


— ¡No me jodas! Voy a acabar con él — gritó el muchacho.


Después de todos los gritos llegaron al lugar Shinoa y Mitsuba, ambas se sorprendieron al mirar extrañadas lo que estaban viendo.


—Es tu culpa — sonrió Mika —. Si tú terminaras con lo que comienzas, probablemente no estuvieras como estás, dime, ¿qué tan mal te sientes?


Yuu rodeo los brazos alrededor de los brazos de Kimizuki, intentando calmarlo. Mika no hacía fácil el trabajo de mantenerlo calmado, después de tantos días de paz aparente, estaban en un mal momento.


—Cálmense, chicos — dijo Shinoa acercándose — ¿Qué sucedió aquí?


— ¡Dile a ese idiota que no se vuelva a acercar! — explicó Kimizuki.


— ¿¡No pueden calmarse y explicarnos en verdad que está sucediendo!? — gritó Mitsuba, estaba enojada por toda la confusión del lugar. Si seguían así era probable que llegara cualquier superior para encargarse del grupo.


—Tú comenzaste — dijo Mika.


— ¡Tú no sabes nada! Maldito vampiro — dijo Kimizuki —. Quisiera que intentaras hacer las cosas de nuevo, conmigo de frente a ver si de atreves.


Las chicas vieron que no tenía sentido intentar sacar respuestas. Así que se acercaron a Yoichi buscando alguna respuesta de él. Lo vieron temblar, con sus ojos verdes mirando todo impresionado, parecía estar en otro lugar en ese mismo momento.


— ¿Nos puedes decir qué acaba de ocurrir con éstos dos? — preguntó Mitsuba. Yoichi las miró, sin embargo, ninguna palabra salió de su boca. Estaba nervioso, pero se notaba que en realidad no sabía que estaba ocurriendo de verdad en ese instante. Las cosas pasaron muy rápido para que él pudiera detenerse a pensar.


Kimizuki se logró zafar del agarre de Yuu e intentó golpear a Mika. El rubio esquivo varios golpes, sin regresar ninguno al chico, parecía divertido molestándolo por lo enojado que estaba en ese momento. Kimizuki, harto de la forma socarrona con la cual Mika lo trataba, sacó su arma demoniaca, atacando de verdad. El vampiro apenas y logró esquivar el golpe, su mejilla tuvo una pequeña cortadura que hizo resbalar un hilo de sangre.


Mika sacó su espada y se dispuso a detener cada golpe que podía.


— ¡Fuiste tú quien comenzó! — gritó Mika. Dejó su arma de lado y golpeó a Kimizuki en la mejilla, tirándolo en el piso.


— ¡No entiendes que sucedió! — Kimizuki se levantó y volvió a golpear a Mika. En esa pelea ambos tenían sus razones para estar enojados. Yuu quería separarlos sin necesidad de golpear a ninguno, pero cada vez era más difícil mantenerlos quietos. Las cosas habían pasado muy rápido también para Yuu, porque no dio cuenta cuando el primer golpe los llevó a todo eso.


— ¡Basta! — gritó Yuu. No podía permitirse seguir viendo eso. Se puso en medio para alejarlos, sin embargo, sintió que algo lo lastimo de por medio. Su mirada se tornó oscura antes de tomar por el hombro a ambos y empujarlos, cuando Mika y Kimizuki voltearon a verlo, obteniendo la misma respuesta por parte de Yuu. Un golpe conectó con la mejilla de ambos y cayeron al piso con la mirada sorprendida.


— Se los voy a repetir una última vez, idiotas — dijo Yuu —. O se calman, o voy a tener que calmarlos yo mismo.


Los chicos no respondieron nada. Mika seguía observando a Yuu con su mirada completamente perdida, el pelinegro acababa de golpearlo y sin dudas, estaba muy enojado con él. Tenía un gran dolor en la mejilla, Yuu no se había contenido al golpearlo.


—Yoichi — llamó Yuu acercándose al castaño —. Vámonos.


Dicho eso tomó a Yoichi de la muñeca mientras se lo llevaba a rastras del lugar. Mika quería ir tras él, pero creyó que no era un buen momento acercarse. Se levantó y observó a Kimizuki aun en el piso, observando el lugar por el cual desaparecieron Yuu y Yoichi.


Dio la vuelta para marcharse del lugar, había sido una mala manera de comenzar el día. Al salir pasó por varios lugares, deteniéndose a la sombra de unas gradas. En todo el camino había escuchado unos pasos detrás de él.


— ¿Qué quieres? — preguntó sin voltear a ver. Ya sabía que se trataba de la chica de cabellos morados.


—No te molestes — expresó amable —. Solo quiero hablar contigo.


Shinoa se sentó a su lado y como no escuchó ninguna queja del rubio, tomó eso como una apertura a conversar.


—¿Qué sucedió?


—Es su culpa. Yo no iba en serio — dijo Mika rápidamente, confundiendo a la chica que puso los ojos en blanco. El rubio se dio cuenta de sus propias palabras y la expresión ajena, respiró profundo y se sereno.


—Esto comenzó ayer.


Así, la explicación de Mika desde su perspectiva, había comenzado.


«El día siguiente a la noche que regresaron, Mika tuvo que ir a hablar con Krul acerca de su última misión. No perdió ningún detalle en contarle todo lo que había visto a su alrededor, ni tampoco lo poco que alcanzó a ver del niño vampiro que se marchó. La joven no dijo nada, parecía pensativa con respecto al tema.


— ¿No viste nada de su rostro?


—Un poco de cabello negro, eso es todo.


Krul hizo una expresión molesta, frunciendo los labios. Posó su cabeza sobre su propia mano, su codo estaba encima del brazo del amplio mueble. Mika no entendió a que se debía el mal humor adquirido de Krul, pero decidió callar hasta que ella fuera la que decidiera hablar.


—Está bien, puedes irte — dijo Krul. Le pareció extraño que sin pasar tanto tiempo ella simplemente decidiera dejarlo ir del lugar. Sin molestarlo, sin decirle algo que lo exasperara o burlarse de él. Tenía que estar sucediendo algo serio para que se encontrara tan calmada y al mismo tiempo furiosa.


Salió del lugar para volver. No quería hablar con nadie en el camino, y ciertamente, tenía algo de miedo a acercarse para charlar con Yuu.»


— ¿Qué sucedió con Yuu para que no quisieras hablarle? — preguntó Shinoa, interrumpiendo. Mika desvió la mirada sin querer responder. Shinoa puso una mirada pícara antes de hablar.


—Está bien, continúa.


«Después de volver, se quedó en su habitación casi todo el día. Su cabeza estaba dando muchas vueltas en pensar en lo mismo. Finalmente se cansó y decidió salir para dar una vuelta y calmarse, después de todo, no podía evitarlo para siempre.


Entonces, cuando se acercó a la baranda para observar, se encontró con Yuu charlando con el chico de cabellos rosados. No se sintió muy contento con eso, pero lo dejó pasar por el momento. Sus ojos los siguieron durante algún tiempo más, para después haberse arrepentido de observar.


Vio como Kimizuki tomaba a Yuu de los hombros antes de decir algo que no pudo escuchar. Sus labios se acercaron y besó a Yuu. No vio que el pelinegro le correspondiera, solo se mantuvo quieto hasta el momento en el cual ambos se separaron.»


— ¿Qué? — dijo Shinoa con el rostro en una gran interrogante.


—Sí, ese chico besó a Yuu — bufó molesto. Se sintió al mismo tiempo triste y dolido porque Yuu no hizo ningún ademan por alejarlo. Y aunque bien no le correspondió, nadie puede estar feliz cuando besan a la persona de quieren tanto. Intentó alejar ese sentimiento para poder enfocarse en la narración, evitando decir cualquier sentimiento que tuviera por Yuu.


— ¿Y hablaste con Yuu?


—No exactamente...


«Kimizuki dijo algo más después de aquel beso, dejando a Yuu parado unos segundos. Dio la vuelta, siguiendo el paso de Kimizuki con el ceño ligeramente fruncido. Lo obligó a voltearse antes de decir algo y la expresión de Yuu volvió a cambiar por una sorprendida cuando Kimizuki le volvió a hablar.


Luego de eso Yuu se fue por su camino, pero parecía más bien confundido.


Mika se marchó después de eso, intentó pensar en algo que lo distrajera, y ciertamente pudo encontrarlo cuando se dio cuenta de algo o mejor dicho de alguien. Una cabellera castaña que se fue del lugar como si fuera una sombra. No se demoró en saber de quien se trataba. Se acercó hasta el lugar por el cual lo vio marcharse hasta atravesar una pared y encontrarlo.


— ¿Yoichi? — preguntó al verlo con la cabeza agachada. El castaño levantó la mirada, saltando ligeramente por la sorpresa de encontrarlo. Mika vio sus ojos verdes, cristalinos mientras algunas lágrimas amenazaban con salir.


—Mika... — susurró antes de pasar sus dedos por los ojos y sonreír —. Hola.»


—Pienso que esto no debería decírtelo.


—No, no está bien — sonrió Shinoa —. Solo me sorprende un poco, con esto último acabó de atar los hilos sueltos que tenía. Así que no te preocupes, nada saldrá de mí.


Mika la miró desconfiado.


— ¿Sigues sin confiar en mí? — preguntó —. No he hecho nada malo, y creo que sabes bien que hasta espacio te he dado.


El rubio relajó su expresión, la chica de cabellos morados tenía razón. Ella no había hecho nada malo y hasta intentó darle su espacio con Yuu a pesar de sus propios sentimientos.


—Si le dices a Yoichi que te conté algo, voy a matarte — dijo Mika con mirada amenazante, sin embargo Shinoa le sonrió como respuesta para que pudiera continuar.


—Yoichi no sabrá que me enteré por tu boca algo — sonrió.


Mika suspiró sin estar confiado del todo, y una vez más, los recuerdos llegaron a su cabeza.


«—Lo viste, ¿no es así? — preguntó con seriedad. Entonces la sonrisa se esfumó para expresar algo de sorpresa y verlo entrecerrar los ojos ligeramente.


—Sí... — habló —. ¿Estás molesto?


—No deberías preocuparte por mí — respondió rápidamente —. Deberías enfocarte en ti mismo. Solo mírate.


—Está bien, no es nada que no supiera — dijo —. Supongo que para ti tampoco es algo nuevo, sin embargo, te ha tomado por sorpresa.


—Sí... —. Mika se acercó para estar a un lado de Yoichi. El castaño suspiró algo desganado, parecía querer evitar que se notara su tristeza.


—No pensé que a ti...— habló Mika cortando sus palabras, no sabía cómo tocar el tema.


—Te diste cuenta antes de otras personas...


El vampiro se calló durante un largo tiempo, pensando en la información que había obtenido en poco tiempo. Tenía algunos vacíos en su cabeza, pero quería saber que estaba sucediendo. Ahora todo parecía estar igual de raro que cuando entró.


— ¿Y qué tal si lo molestamos un poco? — preguntó Mika llamando la atención del castaño —. Solo debes hacer lo apropiado en el mejor momento.


— ¿A qué te refieres?


—Ven — dijo Mika —, vamos a hablar. »


— ¿Entonces?


—Las cosas salieron casi como las planee...


«Esa misma mañana, en la cual hubo la pelea, había pensado en una manera de ayudarse y ayudar a Yoichi de alguna manera. Salió para ver si podía cambiar un poco la situación.


Fue entonces cuando divisó a Yuu corriendo por el pasillo, dirigiéndose hasta Yoichi a toda velocidad, casi de inmediato, cuando Yoichi dirigió su atención al pelinegro se escuchó un fuerte grito.


— ¡Lo siento! —. Yoichi lo miró confundido mientras Yuu agachaba la cabeza con el ceño ligeramente fruncido.


— ¿Yuu?


—Lo siento, no yo pensé, es decir... — las palabras se trabaron antes de poder decirlas correctamente. Yuu levantó la mirada para encarar a su amigo —. Yo no sabía de todo esto, soy un idiota.


—Está bien, cálmate Yuu...


—No está bien, Yoichi — contestó Yuu desanimado.


El chico de cabellos oscuros sintió los brazos de Yoichi alrededor de él en un intento de calmarlo y hacerle saber que no estaba enojado.


—Tranquilo, está bien.


Mika siguió caminando, había entendido la conversación sin necesidad de que alguno dijera algo directamente. Cuando Yuu vio a Mika acercarse su rostro se desvió de la mirada azulada que estaba atenta a él.


—Buenos días... — saludó Yuu nervioso. Yoichi se separó de pelinegro y sonrió a Mika para saludarlo de igual manera. El vampiro saludó intentando que la situación no se sintiera tan incómoda como realmente lo era.


Caminaron unos cuantos pasos hasta que Mika vio a lo lejos a Kimizuki, sus ojos se abrieron encontrando una oportunidad para hablar antes de que se acercara.


—Tiene una oportunidad, ahí mismo — dijo Mika. Yoichi tembló y titubeó antes de intentar hacer algo. Un suspiró salió de los labios de Mika antes de tomar a Yoichi del brazo y hacerlo avanzar un par de pasos. Yuu los miró algo confundido, no entendía que estaba sucediendo.


Entonces, Mika empujó a Yoichi contra la pared y se acercó a él, tal vez más de lo que había planeado. Pero necesitaba hacer las cosas rápido. Antes de darse cuenta un golpe llegó a su mejilla y se encontraba mirando el techo del edificio mientras escuchaba un grito insultándolo.


— ¿Qué demonios estás haciendo? — escuchó —. Vuelve a hacer algo así y vas a lamentarlo.


Luego de unos minutos llegaron las chicas y por último, Yuu los golpeó a ambos para dejarlos tumbados en el suelo y llevarse al castaño casi echando humo por enojado que se encontraba por lo sucedido. »


—Creo que me confundí un poco — habló Shinoa —. ¿Qué sucedió con Yoichi?


—Nada, solo me acerque.


— ¿No lo ibas a...?


Mika volteó para mirarla con una ceja arqueada.


—Yo no haría algo así. Solo estaba probando que sucedía si 'intentaba' besarlo.


Shinoa miró a Mika seria, pensando detenidamente en lo que acababa de escuchar. Si estaba en lo correcto, ahora estaban peor que en un principio.


—No le dijiste a Yuu lo que querías probar — habló Shinoa —. ¿Crees que se sienta bien? Él vio lo mismo que Kimizuki, y tú no le explicaste nada. Probablemente imaginó lo mismo que yo.


Mika abrió los ojos con sorpresa, Shinoa tenía razón. El vampiro entendió porque Yuu se había quedado como piedra algunos segundos antes de intentar separarlos. Después de todo, él era quien sabía que pasaba por su cabeza, ni siquiera le había dicho a Yoichi que era para probar que era lo que podía suceder.


Una mano pasó a su hombro y vio a Shinoa sonreírle.


—Está bien, solo tienes que hablar con Yuu.


Shinoa se levantó para darse la vuelta y marcharse del lugar. Mika observó su espalda alejarse antes de desaparecer, Shinoa no era una chica mala, solo que no se había dado el tiempo para hablar con ella.


Dejó a un lado sus pensamientos para hacer lo que debía. Primero, disculparse con Yuu y Yoichi por no decirles lo que iba a hacer, luego hablar con el chico de cabellos rosados a pedir algunas explicaciones y hablar.

Notas finales:

Gracias por leer ~ <3


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