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Tiempos efìmeros por KiriOasis

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Yuu abrió los ojos con el ruido de la puerta de su habitación. Habían tocado a su puerta varias veces, y hasta le gritaron para que despertara. El reloj a su lado decía que eran las cinco en punto de la mañana, y aún sentía que estaba con sueño.


- Ya voy. Ya estoy despierto - dijo perezoso antes de acercarse a la puerta y abrirla. Se encontró con Shinoa y Mitsuba completamente serias, la última llevaba un gesto de preocupación más notorio. Detrás de ellas los chicos. Mika en el medio de Yoichi y Kimizuki, igualmente serios.


- ¿Qué sucede?


- El Teniente Coronel Guren a convocado a todo el Ejército a una reunión general. Los vampiros han atacado nuestra frontera y nos han dejado una nota.


Yuu abrió los ojos con sorpresa, despertando por completo.


- ¿Y qué dice la nota? - preguntó Yuu. Shinoa negó con la cabeza un par de veces antes de responder.


- Nadie lo sabe a excepción de los altos mandos.


-Salgo en un minuto.


El muchacho de ojos verdes entró a su habitación, cerrando la puerta para vestirse. Tomó el uniforme cotidiano y el arma que estaba al pie de su cama, una vez que lo hizo pudo escuchar la voz de Asuramaru.


- Algo raro sucede. No creas en todo lo que escuches.


- ¿A qué te refieres?


No obtuvo respuesta a su pregunta.


- Aún estás a tiempo de huir con todos. Si quieres, aún puedes aceptar la propuesta de Mika y marcharse lo más lejos posible de este lugar. Deberías reconsiderar eso.


Después de eso Asuramaru no respondió a ninguna pregunta, por lo cual Yuu dejó de luchar y mejor salió para dirigirse a la reunión. Antes vio a sus amigos, estaban todos algo tensos. Después de todo nunca habían visto a Yoichi enojado y Kimizuki no pronunciaba palabra alguna. Para sumarse a esa escena, habían malas noticias con respecto a los vampiros teniendo a Mika a sus espaldas. Definitivamente no era un buen escenario para iniciar una conversación o arreglar los problemas.


Sus pensamientos volvieron a la realidad cuando se encontraron a varios soldados esperando alguna palabra. El grupo caminó entre los soldados hasta que las miradas encima de ellos comenzaron a ser demasiado notorias. Yuu volteó para observar a Mika, todos desconfiaba de él. Aun asi intentaron avanzar sin causar ningun alboroto, sin embargo, se escuchó un reclamo entre la multitud y el rubio fue tomado del cuello.


- ¿Qué hace todavía un vampiro aquí?


- ¿¡Qué estás haciendo!? - Shinoa fue la primera en reclamar -. Él está aquí bajo la protección y aceptación del Ejército.


- Él es uno de ellos. Es un traidor, quizá es un espía. Debemos deshacernos de él antes de que dé más información.


- Pero...


- Míralo. Ni siquiera se defiende, es culpable. De seguro se enteraron de las bases secretas por su culpa.


No una escuchó una palabra. Todos los que comenzaron a apoyar a aquel soldado se callaron cuando vieron una espada desenvainada en el cuello ajeno. Yuu sostuvo firmemente su espada, con la mirada feroz en el hombre que sujetaba a Mika.


- Sueltalo ahora mismo o vas a tener problemas serios.


El ambiente se tornó más tenso y el hombre liberó al rubio.


- Si alguien tiene algún problema con él. Entonces puede decirlo para que me encargue.


Yuu se dirigió al hombre, quien tomó su arma con la intención de pelear. El muchacho de cabellos oscuros no se inmutó, siguió con la espada firme en sus manos, esperando por si intentaba hacer un movimiento en falso.


Cualquier movimiento podía terminar en una pelea. Antes de que algo sucediera se escuchó una puerta abrirse nuevamente, dando paso a los altos mandos del Ejército. Al pararse frente a todos la atención se enfocó en ellos. Yuu aun así no soltó su arma hasta que el contrario liberó la de él.


- En las últimas horas hemos tenido informes alrededor de los puntos clave de vigilancia que hemos colocado. Ningún mensaje ha llegado completo, sin embargo, tenemos partes que concuerdan para darnos un aviso nuevo -. Kureto Hiiragi explicó en comienzo de su situación -. Hay guerra.


Las voces se escucharon al tiempo que los espectadores se inquietaban. No era como si no hubieran visto la guerra desde hace tiempo, sólo que jamás se había dado una afirmación tan directa para entrar a una guerra. Y las preguntas comenzaron, una tras otra con relación a los vampiros y la alianza.


- Antes de nada, debemos aclarar que este ataque no es de nuestros aliados, es de un grupo de vampiros provenientes de otro lugar. Por el momento los datos no van a ser transmitidos abiertamente, eso quiere decir que hasta nuevas órdenes todos deben estar alerta y mejorar sus propias capacidades.


Una vez más el lugar se enmudeció. Los rostros se mostraron incrédulos mientras que otros asustados. Nadie entendía que estaba sucediendo en ese instante. Si los aliados no habían sido, ¿entonces quién?


Nadie había creído en un principio las razones de ambos lados para hacer una alianza. Todos aceptaron a ciegas el trato sin preguntarse más por el sólo hecho de no romperse la cabeza y confiar en que sus superiores sabían en que terreno estaban pisando al confiar tan rápido en los vampiros.


Ambos bandos se beneficiaron, pero aún así no había ningún motivo de reunión. Entonces la misma pregunta paso por la mente de varias personas. Se preguntaban que estaba ocurriendo, porque algo que se veían tan fácil ahora era algo indescifrable y complicado. No tenían la menor idea, pero el aviso de guerra estaba dado, y no tebían más opción entrenar si no querían morir.


- Eso es todo por hoy. Las indicaciones que han sido dadas van a ser indicadas por separado.


Así, sin decir nada más, Kureto se marchó como si hubiera dicho la cosa más normal del mundo.


Todos siguieron órdenes y se retiraron hasta nuevo aviso, permaneciendo en sus respectivos grupos hasta que la hora de ser llamados llegara.


Una vez que se encontraron lejos del lugar se sentaron juntos, como cada vez que tenían que discutir alguna cosa que dudaban.


- ¿Qué está sucediendo? - dijo Yuu pensativo.


- Que sucediera esto tan repentinamente... es sólo extraño. Incluso el trato de los altos mandos, es como si hubieran sabido eso con anticipación - dijo shinoa.


- Nos ocultaron algo serio, a todos - comentó Mitsuba.


El ambiente entre ellos aún estaba callado y tenso. Ninguno estaba seguro de que debían hacer para deshacerse de la sensación extraña del lugar. A pesar de su tiempo juntos se estaban guardando demasiadas cosa, todos entendían que sucedía, pero ninguno estaba dispuesto a romper la barrera del silencio para abrirse a explicar en concreto que estaba sucediendo.


- Krul nunca me dijo ninguno de sus planes. Únicamente escuchaba las conversaciones de los altos mandos. En ocasiones pude observar papeles con distintos datos que los míos no tenian. Una vez que intenté preguntarle a Krul me dijo que no era tiempo de saber algunas cosas - Mika divagó entre sus pensamientos. Los demás mostraron sorpresa al escuchar al rubio contarles algo respecto a él.


Yuu analizó a Mika, pero su mente cambió de enfoque al instante para recordar las palabras que iba a decirle la noche anterior, y pronto, sus pensamientos se tornaron alrededor de su confusión y no en la información adquirida.


Pensó en el chico frente a él. En su cabello claro y sus ojos azules, en su vestimenta blanca, en aquella sonrisa que mostraba los colmillos por momentos. Ese era su amigo, era el niño que conoció cuando pensó que no tenía familia. Entonces, ¿por qué decirle algo como eso? Porque lo sentía y eso era todo. Carecía de sentido pensarlo más.


Un suspiro se escapó de él, llamando la atención de todos.


- ¿Sucede algo, Yuu? - preguntó Yoichi, hablando por primera vez en todo el día.


- No, sólo pensaba...


Los presentes posaron sus miradas en Yuu y cuando iban a preguntar un mensajero llegó. Dejó una carta en manos de Shinoa y se marchó.


La muchacha abrió el sobre para ver el contenido de la carta. En ella encontró varios párrafos escritos con algunas firmas y un sello que firmaba el documento como algo importante.


La primera lectura la hizo en voz alta para que todos escucharán. La carta hablaba de su asistencia en la guerra, ubicados en las escuadras frontales. Luego la posición de los aliados y el trato que se realizaría aquella noche para afirmar los lazos con los vampiros. Además, el aproximado de tiempo para que una catástrofe pudiera pasar, aquel tiempo era de dos semanas. Por lo cual, tenían ese tiempo para mejorar algunas habilidades y prepararse mentalmente para lo que llegaba.


Por ese día no podían hacer nada más que organizar todo y ayudarse entre todos para mejorar.


La primera hora pasó demasiado lento. La falta de palabras estaba afectando a todo el grupo. No se sentían tan unidos como antes, era incómodo incluso intentar hablarse mucho tiempo cuando dos no querían hablar, bueno, en realidad tres, pero era algo común que Mika no fuera muy conversador con ellos.


Más tarde se tuvieron que separar para practicar mejor. Habían cosas en las cuales no se podían ayudar. Yoichi fue a su entrenamiento con Shinya, el único que podía ayudarle con su puntería. Los demás debían practicar sus técnicas de corto alcance.


Mika practicó con Yuu con energía, procurando mantenerse al margen para no lastimarlo en ningún momento. Pero cuando el momento de pelear con Kimizuki llegó, ninguno pudo estar tranquilo. Era como pelear con el enemigo una vez más. Los metales se escuchaban chocar una y otra vez, mostrando la obvia apatía que se tenían en ese momento.


Yuu observó atentamente. No había nada que pudiera hacer en ese momento. Esa no era una práctica, todos los presentes lo sabían. Era una pelea con todas las intenciones, sólo que había un acuerdo secreto de no lastimarse a gravedad por razones sobreentiendidas.


Kimizuki se distrajo un segundo. Aquel segundo bastó para que el vampiro aprovechara el momento, y con su espada hizo que el muchacho de cabellos rosados cayera en el piso, sentado y con una espada en su cuello.


La derrota era clara y sólo pudo aceptarlo de mala gana. Había soltado su arma y eso ya era una muerte segura si se hubieran encontrado en el campo de batalla.


-En una pelea de verdad te hubiera costado la vida esa distracción- dijo Mika, más que nada para irritar a Kimizuki.


-Pero no va a sucederme en el campo de batalla.


-¿No?


Mitsuba suspiró cansada y pasó su mirada a Shinoa. La muchacha no dijo nada, pensaba que era mejor para ambos el quitar su frustración que dejarlo todo guardado para ellos mismos. Yuu entendió las intenciones de Shinoa, así que no intervino en ningún momento en la discusión que se inició. Sin embargo, no podía evitar preocuparse en parte por la situación del equipo. En ese momento necesitaban estar unidos más que nunca. Pero estaban divididos y ninguno se atrevía a romper la frágil "tranquilidad".


Una vez que la discusión terminó entre los muchachos, la noche comenzó a llegar levemente. Entraron para poder cenar, Mika en algún momento se había separado del grupo para marcharse por su camino, intrigando a Yuu por su repentino alejamiento. Él le habría avisado que se marchaba, aunque fuera por alguna razón infantil, pero no lo hizo, sólo se marchó.


Yuu notó su propia impaciencia. No era de esas personas que pensaban mucho cuando otra estaba lejos. Dejaba que las cosas tomaran su camino y confiaba en sus amigos y sus decisiones. Mika era distinto, lo confundía demasiado. La mayor parte de sus pensamientos y preocupaciones estaban relacionadas con Mika.


Dentro de su cabeza sabía el porqué. Era porque tenía miedo, tenía miedo de toda la guerra que se aproximaba. Ya había visto a Mika agonizar frente a sus ojos. Y no quería repetir eso una vez más. Ahora tenía oportunidades, tenía fuerza y poder para evitar que esa escena se repitiera con alguno de sus familiares. No queria perderlo, en ese momento lo tebia cerca de él, y queria que estuviera a su lado.


Así, Yuu también se perdió en una parte del camino para volver a salir. Vio la noche despejada y las estrellas brillar a través del inmenso firmamento oscuro que estaba encima de él. La noche era algo fría, y el viento soplaba como casi siempre.


Tomó la espada entre sus manos, respiró profundo y comenzó su entrenamiento solitario.


Asuramaru le brindaba su poder mientras advertía a Yuu del riesgo que podía tener al obtener mucho poder de un demonio. El muchacho de ojos verdes no escuchó a las palabras de Asuramaru.


-Sólo tengo que acostumbrarme y no perder el control- dijo Yuu, más para el que para Asuramaru.


* * *


Mika miró desde lo alto del edificio el cielo de esa noche. Se separó del grupo tan pronto como su necesidad de beber sangre fue demasiado insoportable como para estar cerca de los humanos.


Se alejó para poder beber la sangre que tenía guardada. Krul le daba más de lo que normalmente consumía debido a su creciente hambre. Sabía que no le bastaba con la sangre de Krul, necesitaba algo más. Pero no iba a dejar que su hambre lo cegara, no iba a convertirse por completo en un vampiro, aún si debía morir de hambre para luchar contra si mismo.


Esa noche iban a llegar los vampiros nobles para firmar un nuevo acuerdo. Él queria preguntarle varias cosas a krul, sólo que no sabía como hacerlo. Ella había dejado en claro que no iba a compartir información con él por el momento. Pensó en varias formas de conseguir lo que buscaba, por su mente pasó la idea de pedirle a Ferid que le contara lo que él sabía. Porque era obvio que ese vampiro de cabellos plateados debía conocer algo.


Bebió un sorbo más antes de notar algo que no había notado antes. En el terreno en el cual habían estado esa mañana se encontraba Yuu. Las llamas rojas de su espada se veía más grandes de lo usual. Pensó en lo extraño del asunto y creyó entender que sucedía.


Lo más rápido que pudo bajó para encontrar a Yuu. Él estaba con una rodilla apoyada en el suelo. Su respiración estaba pesada por el esfuerzo que hacía al entrenar más de lo debido.


-Deberías estar descansando- dijo Mika intentando soñar casual. Colocándose a un lado de Yuu para ayudarlo a pararse nuevamente.


-Estoy bien. No tengo sueño, aún tengo energías suficientes.


El rubio frunció su expresión. Estaba preocupado. La manera de actua de Yuu era demasiado impulsiva.


-No hagas esto, Yuu. Si te sobreesfuerzas vas a lastimarte. Debes descansar.


-No tengo tiempo para descansar - respondió cortante. Mika vio a Yuu ya parado junto a él. La preocupación en la mirada verde se hizo presente y el vampiro sólo pudo permanecer callado hasta que el muchacho de cabellos oscuros decidiese que era quería expresar sus preocupaciones.


- No tengo tiempo para descansar, Mika. Dime, ¿qué más puedo hacer? ¿Qué se supone que voy a hacer si no puedo cuidarlos?...¿Qué haré si te veo morir una vez más?


La última pregunta sorprendió a Mika. No esperaba que Yuu dijera eso. Nunca había pensado detenidamente lo que había sentido cuando pensó que él estaba muerto. El caso de Mika era distinto, él sabía que Yuu estaba vivo en algún lugar, y creía con firmeza que iba a encontrarlo de alguna u otra forma.


Un nudo se formó en su garganta, se acercó a Yuu pasando sus brazos alrededor de los ajenos para abrazarlo con fuerza. No encontraba algo que decirle en ese momento, quería abrazarlo antes de encontrar las palabras apropiadas. No existía una forma en la cual pudiera calmar a Yuu del todo. Pero quería que al menos cambiara de opinión esa noche.


-No necesitas hacer esto, Yuu. Te necesitan sano, si te lastiman nada valdrá la pena al final. Yo... necesito que estés sano.


Yuu contuvo la respiración en el tiempo que Mika habló. Relajó su cuerpo y su mente se tranquilizó por las palabras del rubio, enfocándose únicamente en el abrazo. Sentía cómo algo en su pecho se movía con rapidez al estar tan cerca. Tal y como sucedía cada vez que estaban juntos.


-Mika...


Yuu se separó un poco para mirar los zafiros del vampiro. Pensó que le gustaban más cada día que los veía atentamente. Las palabras que quería decirle sonaron y se repitieron una y una vez en su cabeza. Su estómago se revolvió al encarar a Mika por completo. Tomó el rostro del vampiro entre sus manos, mirándolo fijamente antes de juntar sus labios con los del rubio.


No se atrevió a hablarle.


Mika no se movió por la impresión y tardó un poco en corresponder el beso una vez que asimiló el hecho de que Yuu lo había besado primero. Sus brazos tomaron al muchacho de cabellos oscuros con más fuerza. Aún cuando el aire les faltó y se separaron, Mika volvió a acercarse a Yuu para besarle de manera más profunda.


Al sentir algo húmedo rozar con sus labios el muchacho de ojos verdes se inquietó. Abrió ligeramente la boca, inseguro de seguir con aquello. Sin embargo, el momento fue más fuerte que ese sentimiento extraño y se aventuró a permitirle a Mika profundizar el beso. Le tomó un par de besos acostumbrarse junto con Mika a un ritmo. Sus movimientos eran algo torpes por la inexperiencia.


Las manos del rubio bajaron de abrazar a Yuu a pasar por su espalda con lentitud. Provocándo que Yuu sintiera un agradable escalofrío recorrer su columna, al mismo tiempo se vio a si mismo enredando sus dedos en las hebras doradas mientras su otra mano resvalaba por la nuca de Mika.


Entendió que debía separarse. El calor de su cuerpo lo asfixiaba y sentía que sus piernas temblaban por el cansancio. No podía cargar con todas las sensaciones que tenía en ese momento, éstas sólo nublaban su juicio.


Se separó de Mika, respirando mientras se alejaba unos pasos. Cuando volvió a mirar los ojos azules sintió vergüenza y desvío el rostro buscando una salida de esa situación que el mismo había formado.


Mika intentó acercarse despacio a Yuu, deteniendo su andar cuando escuchó a Yuu hablar.


-Mika. Tú no me gustas- dijo Yuu tomando aire. -Yo...


El muchacho se detuvo para volver a tomar aire y se tranquilizó. Dirigió sus orbes esmeralda a Mika mientras sus expresiones borraban el miedo y se tornaba seguras.


- Estoy enamorado de ti, Mika.


No se escuchó nada sino unos segundos después. Los pasos del vampiro se eran claros uno a uno hasta que se acercó Yuu. Mika sonrió mostrando sus colmillos, como las pocas veces que sonreía únicamente para el chico que estaba frente a él.


-Te tardaste tanto...


Yuu sonrió. Pasando una mano por la mejilla ajena.


-Lo siento...

Notas finales:

¡Gracias por leer! :DD


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