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Tiempos efìmeros por KiriOasis

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Notas del capitulo:

Todos los derechos están reservados a Takaya Kagami, el creador del argumento de esta maravillosa obra. 

 

Yuu se apoyaba en la mesa con uno de sus codos, mientras su cabeza estaba sostenida entre sus manos y dedos. Todos los presentes lo miraban esperando que el muchacho diera señales de prestar atención, o al menos, no quedar estampado contra la mesa.


— ¿Dormiste algo, Yuu? — preguntó Yoichi preocupado por el muchacho de cabellos oscuros.


— Parece que vas a dormirte en la mesa — habló esta vez Kimizuki.


— No, estoy bien, solo que no pude dormir bien — respondió Yuu bostezando mientras frotaba uno de sus ojos. En realidad, no había podido dormir nada.


— ¿Acaso Asuramaru no te dejó dormir? — preguntó Shinoa. Yuu pensó en la conversación que tuvieron, pero no dijo nada en particular que lo dejara sin dormir. Tampoco había hecho pesadillas para él desde hacer mucho. Su único insomnio estaba mirándolo en ese mismo instante.


— No, no fue eso.


— ¿Entonces tenías insomnio o si paso algo?


La pregunta de Mitsuba hizo que pusiera los ojos en blanco para después buscar algo a lo lejos que pudiera observar, lejos de las preguntas que no quería contestar en ese momento.


— Olviden eso, simplemente no pude dormir.


— Deberías dormir bien, Yuu — dijo Mika. El chico de ojos verdes no pudo evitar sonrojarse levemente mientras musitaba muy bajo para si mismo una serie de palabras que no entendió nadie más que él mismo. — Adivina de quién fue la culpa — pensó Yuu. — ¿En qué estoy pensando? - Fue lo siguiente.


La tarde la pasó en compañía de todos. Yuu notaba aun como Mika no tenía intenciones de relacionarse con sus compañeros. Aún así, apreciaba que el rubio dejara su mirada de odio hacía ellos y ahora solo mantuviera su mirada fría.


Sintió una mano en su hombro y miró a Yoichi, con la cabeza baja, estaba nervioso.


— ¿Qué sucede, Yoichi? — preguntó Yuu.


— ¿Puedo hacerte una pregunta? Pero... — El castaño volteó a ver a los demás para dar a entender que no quería que lo escucharan.


— Entiendo, claro.


Ambos se separaron un poco del grupo. Se quedaron callados unos segundos. Yuu esperaba que su amigo preguntara, pero en vista de su nerviosismo, esperó, porque parecía ser algo importante.


— ¿Te gusta alguien, Yuu?


La pregunta descolocó al muchacho, quien observó inquieto a su interlocutor.


— ¿Si me gusta alguien? No, claro que no...


— ¿De verdad? — preguntó Yoichi con autentica mirada de curiosidad. — Pero estás tan distraído y ausente que parece que así fuera.


— Me están diciendo a menudo que estoy distraído... — musitó Yuu. — ¿A qué viene la pregunta?


El castaño bajó su vista al suelo, pudo ver como sus mejillas se teñían de carmín.


— He estado pensando y...


— ¿Y?


— He hablado con alguien. Siempre pienso en una persona y no puedo hablarle bien... siento como si las palabras se cortaran o no encontrara una manera apropiada para decir las cosas... bueno, algunas.


— Entonces querías saber si me gustaba alguien para poder asegurarte si te gustaba esa persona...


— Sí, eso y otra cosa...


Yuu se quedó en silencio, pensando detenidamente en que decir. No quería decir algo incorrecto que pudiera darle una mala idea a Yoichi de lo que fuera que él estuviese sintiendo. Aunque eso sonara bastante a estar enamorado.


— No sé que decirte, Yoichi — se sinceró Yuu — en todo caso, parece que te gusta esa persona.


— Entiendo. — La sonrisa de Yoichi se volvió algo triste.


— ¿Qué sucede?


— Puedo considerar esto como un... amor no correspondido...


— ¡Pero no le has dicho nada! — exclamó Yuu. — ¿Cómo puede estar seguro?


— Porque es obvio que le gusta alguien más.


A pesar de saber que su amigo no estaba feliz por lo recién descubierto, la sonrisa que siempre tenía en su rostro estaba casi intocable. Tal vez lo que se notaba más diferente en él era el triste destello de sus ojos cuando estaba hablando.


Él levantó la cabeza, tranquilo.


— Gracias, solo quería saber si alguien estaba de acuerdo en lo que me dijeron.


El resto de lo que fue el día con los demás seguía pensando en lo que le dijo Yoichi. Estaba preocupado por él. Se preguntaba quien podía ser la persona en la cual se había fijado para poder cambiar su expresión alegre por una no tan alegre. Sin embargo, seguía actuando normal con todos.


No podía encontrar diferencia en el trato que tenía con las personas con las cuales convivía, eso era porque el castaño era alguien amable y educado todo el tiempo. Así, no había forma en la cual se percatara cualquiera de que él estaba enamorado. Quiza solo que estaba un poco distraído, al igual que él.


— ¿Al igual qué yo? — se replanteó mentalmente. — Pero si yo estoy normal, además, hay muchas razones para estar distraído. Es imposible que sean por las mismas razones.


Sin embargo, no pudo evitar que se cuestionara otra vez.


— ¿Si yo estuviera enamorado podría disimularlo como Yoichi? ¿O quizá fuera tan obvio para que todos se dieran cuenta?


Intentaba dar las respuestas a sus preguntas.


— ¿Qué estás haciendo? — preguntó Mitsuba al ver a Yuu poner una serie de expresiones mientras estaba hablando mentalmente consigo mismo.


— Pensaba... - respondió apenado.


— Actúas tan extraño — La rubia lo miró inspeccionándolo, — ¿Tu y Yoichi están guardando algún secreto?


— ¿Qué? Claro que no. — Yuu se alejó un par de pasos de la chica que se acercaba.


— No parece, — habló — porque ambos se van a charlar a solas y luego estás pensando en otras cosas...


— Claro que les diría si algo malo sucediera.


Yuu se sintió mal, no podía decir nada sin que fuese con el consentimiento del otro. Así que no le quedaba nada más que dar un par de mentiras blancas para poder zafarse.


— Es verdad. — Mika se acercó a Yuu, mirándolo fijamente — si sucediera algo, él me lo diría antes, ¿no es así, Yuu?


Las palabras sonaron competitivas contra la chica, lo cual solo estaba empeorando un tanto la situación en la cual se encontraba en ese instante. Trato de poner la sonrisa más confiable que pudo y tomó a Mika de los hombros.


— Pero nada está sucediendo, por lo tanto, no tengo nada que decirles. Nos vemos luego...


Dicho eso Yuichiro se llevó al vampiro por los hombros para alejarlo de un posible problema. Una vez que se alejaron, lo soltó, suspirando aliviado por haber salido de su problema. No esperó la mirada seria de Mika sobre él.


— ¿Qué? — preguntó.


— ¿Estás escondiendo algo?


— ¿Hablas por lo de hace un momento? No, era solo algo que conversamos, no es nada malo...


— No me refiero a eso, Yuu — interrumpió Mika. — Desde hace unos días no quieres decir las cosas que suceden contigo. Estás ausente gran parte del tiempo...


— Mika...


— No, lo siento - negó con la cabeza. — No debo obligarte a que me digas las cosas.


— Yo confió en ti. Pero es algo que Yoichi me dijo con respecto a él, y no me parece justo que lo diga si es algo que quedo entre nosotros.


— ¿Y qué hay con tu comportamiento?


Yuu se quedó callado. Mika se acercó a él hasta que sintió el calor ajeno envolverlo en un abrazo, luego una mano que pasó por su cabello. Sintió su cuerpo juntarse con el ajeno, y la lenta respiración de Mika mientras su pecho se movía por la inhalación y exhalación.


— Está bien, Yuu — susurró Mika cerca de su oreja, haciendo que se estremeciera. — Sé que tu me dirás lo que tengas de decirme, cuando creas que es conveniente...


Aunque quisiera decir algo, las palabras no podían salir de su boca. Los cabellos dorados rozaban su mejilla y el calor lo reconfortaba mucho. Con movimientos vacilantes correspondió el abrazo, pasando sus brazos por la espalda ajena.


— Gracias...


Se quedaron abrazados hasta que Yuu decidió preguntar.


— ¿Te gusta alguien, Mika?


Yuu temió saber la respuesta de esa pregunta, quería saberlo, pero al mismo tiempo no quería enterarse de alguna posibilidad de Mika enamorado de alguna persona, fuese quien fuese. El vampiro se separó de él, su expresión era de confusión por la pregunta repentina.


— ¿Si me gusta alguien? — una leve sonrisa se formó en sus labios — ¿quién sabe?


Yuu sintió como si agua fría fuera lanzada encima de él.


— Si me gustara alguien, tu serías el primero al cual se lo diría...


— ¿No deberías decírselo a esa persona en todo caso? — preguntó Yuu haciendo una mueca. Mika casi y se rió cuando lo escuchó.


— Lo sabrá primero...


Yuu lo miró contrariado.


— Piensa en ello.


Mika se separó completamente de Yuu, caminando un par de pasos a un lado del muchacho, él lo siguió.


Más tarde, en su habitación, esperaba que la almohada le diera la respuesta a alguna de sus interrogantes. Todo estaba comenzando a volverse extraño, y todos actuaban extraño de alguna manera.


Eso lo incluía.


— ¿Otra vez te has quedado sin palabras, Yuu? — habló Asuramaru.


— ¿Te ha dado por interesarte en las conversaciones que tengo?


— Es que no creí que fueras tan ingenuo.


— ¿Ingenuo? — Yuu frunció ligeramente el ceño.


— Varias de las acciones de tus amigos están sobreentendidas.


— ¿Entonces qué está sucediendo?


Asuramaru sonrió para Yuu, en un gestó de burla.


— Descubre tu, Yuu. Tal vez la almohada te de las respuestas que necesitas para todas esas incógnitas que tienes.


Yuu se frustró un poco, pero no dijo nada más. Fue hasta la ventana de su habitación, mirando a través de ella el gran cielo estrellado que había esa noche. Pensó en las cosas que habló ese día y esa noche. Y en Mika, y la agria sensación que tenía al imaginar que él estuviera enamorado de alguien.


— Es imposible que una humana le llegue a gustar — se planteó. — ¿Y una vampiro?


Negó con la cabeza varias veces, intentado borrar la idea de verlo con una mujer vampiro. Eso lo dejaba mal, pensar que él estuviera con una de las criaturas que tanto odiaba. Porque él odiaba a los vampiros, pero Mika era completamente distinto a todos los demás. Él era especial, era su familia.


— Él también odia a los vampiros, no estaría con una de ellos. Es imposible. Si le gustara alguien me lo diría, eso me dijo...


Sin embargo, aun tenía la sensación amarga.


— No te enamores Mika... — pensó para él. Aunque casi de inmediato sintió que su petición había sido la más egoísta.


No le importó que hora fuese, o cuanto tiempo había estado observando la oscuridad. Tomó su chaqueta y salió para dar una larga vuelta. Tal vez esa noche no iba a dormir tampoco.

Notas finales:

Gracias por leer :3


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