Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Blind Lambs por sleeping god

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Una disculpa por la tardanza pero sabía que esto que tenía en mente debía tomar forma. Ahora aquí está y debo adminitir que gusta lo plasmado.

Espero que a ustedes también.

 

¿Cómo podría describirlo, padre? ¿Cómo? Fue un golpe terrible al ego, a mi construcción del mundo, a ti y a mamá, por lo tanto a mí mismo. No es que mi mundo se viniera abajo sino que me di cuenta de que tan falsa podía ser la realidad y que tan frágiles las creencias que se inculcan desde que uno nace para descubrir que no porque a uno se lo repitan un millón de veces es verdad.

Mi madre ama a mi padre.

Mi padre ama a mi madre.

Aun así, ¿Cómo podría describirlo, madre?

¿Tú sabes? Tenme confianza, solo te hablaré a ti. Deja a los otros atrás ven.

Escucha.

Continuare con ellos, mis padres…

Quizá, ahora lo llamaría así: Somos una familia con cimientos de amor.

 

 

Pendejadas.

 

Déjame ser más claro contigo. La relación de mi familia parecía perfecta hasta que una noche, tras una pesadilla, quise dormir con mis padres y encontré a mi madre sola en la cama y a mi padre en el sillón de la sala. Al día siguiente en la escuela recibí respuestas, tantas, tantas que no quise creer.

“¡Y te creías muy especial!”, “¡todos los papás se separan en algún momento!”, “el mío dijo que es porque el amor se acabó”, “¡en realidad es genial! ¡Son como 10 cumpleaños juntos!”, “quizá deberías empezar a pensar con quien te quedarás “y “¡Ahí lo tienes presumido!”

Ahí lo tienes, presumido.

Presumido.

¿Qué tenia de malo decirles a todos que mis padres eran increíbles? ¿Qué no era así? Ha puesto a que tus padres te pegaban, o te gritaban, o te mentían, o te ignoraban. Los míos no.

Pero era verdad. Poco a poco se distanciaron más, tanto de ellos como yo de querer saber quién era el culpable. Nadie no era. Ninguno se culpó, ni siquiera a mí mismo, ese niño que con tanto esfuerzo pedía ir al supermercado de la mano de su madre y al final ir a comprar un helado con padre, un niño que exigió con todo su egoísmo forjar una falacia.

Pronto papá se iba más tiempo a trabajar. Uno, dos, tres, cuatro… cinco meses. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete y… ocho meses.

“Lo olvidarás, tu mamá saldrá con otro y recibirás cheques en tu cumpleaños”, “en un par de meses verás a como llega un abogado y te pregunta con quien te quieres quedar”, “¿no te dije? Al final ninguno va a querer quedarse contigo”, “pobre niño solo” y “pero si eras idiota al pensar que todo estaría bien todo el tiempo”.

Palmadas en la espalda, abrazos sin sentido, miradas de lastima, voces susurrantes a mi espalda y demás actos y sombras me etiquetaron.

Todo estará bien.

Me enojaba a desbordar.

Ya no más.

A los seres humanos les gusta creer que las categorías que crean son perfectas hasta que caen un en una, ahí piensan que son más complejos.

Niño sin padre.

Niño sin madre (en ambos casos).

Madre infeliz.

Padre atrapado.

Matrimonio postizo.

Suicidio altruista.

Descuida, entenderás a que se debió que hablara de la muerte.

Eso me recuerda, incluso la muerte quiere tener significado. Y no lo tiene. No te engañes. Déjalo ser. Vete acostumbrando, es lo mejor. Empieza a dejarlo ser. Verás que se va haciendo fácil y no, no es un error, sé que se sentirá raro pero pasará y todo estará más claro que nunca.

Esto que trato de darte a entender lo describí a los seis años. Cuando esa pesadilla, la pantera blanca que vivía bajo mi cama, volvió a aparecer mis sueños. Después desapareció. Igual que mi padre.

Conforme se fue alejando yo fui creciendo con un padre que trabaja en Estados Unidos y vivía en Japón.

¡Date cuenta de lo ridículo que es eso! Vivía más con su trabajo que con su vida. Me llegué a preguntar si no me confundiría en ocasiones con un cliente.

 

No era un niño ya pero… no estaba listo.

Y comencé a culpar a mi madre con todo el egoísmo de un crio. Tan egocentrista e infantil. Tan cruel. Tan… dios.

¿Qué si quería más a mi padre que a mi madre?

Claro que no.

A los dos los amaba con todo mi corazón.

Pero era eso, los amaba a los dos. No podía amarlos por separado.

Dije algo manchando de inocencia infantil ese día, es decir, algo terriblemente cruel; me iré a estudiar a Estados Unidos para ver más a mi padre.

¿Si mi madre no podía dejar a su hijo? ¿Si mi padre no podía hacerse cargo de un adolescente? ¿Y si los ponía en un dilema?

¿Y si los hubiera odiado? Si eso hubiera pasado todo estaría bien, pero a veces no es así, las cosas no pueden salir todo el tiempo bien.

Y está bien.

Sin embargo mi madre podía dejar ir a su hijo, mi padre podría hacerse cargo de un adolescente, y no había dilema pero sobre todo no los odiaba, ni entre ellos, y todo estaría bien.

Y eso también estaba bien.

 No te confundas, no estaba decepcionado del resultado, cualquiera que fuera sería un resultado excelente porque nos amábamos.

¿No te das cuenta? ¿De verdad?

Te pondré un ejemplo, imagina lo siguiente: un hombre colgado del tubo de baño de un aeropuerto internacional vistiendo un traje, esperando a su hijo, con un gato atigrado naranja en una caja al lado de su maletín de trabajo como regalo: por otro lado a un adolescente recibiendo una beca a Estados Unidos sonriendo ante la venganza y la mentira, y a una madre teniendo sexo en la cama del hijo con un sujeto que conoció tras una cortina de lagrimas al saber la partida de su hijo sentada en la banca de un parque, al fin percatándose de la crueldad de sus entrañas.

¿Qué ves? Mira con atención. No, observa. Ahí, impreso en su muerte, en la venganza, en el sexo.

Ya hable de la muerte.

Mi familia me enseñó a amar y así es como somos.

Tienes las pistas.

Descríbenos. Intentarlo.

Egoístas, infantiles, crueles, egocéntricos, tontos, inmaduros, celos, dios, miedosos, pecadores, envidiosos, vengativos, desquiciados, posesivo,  idiotas…

Estás viendo pero no observando. Inténtalo una vez más, con mis ojos, mi crianza diferente. Hazlo sin odio, no te crees lo que te han repetido miles de veces desde que eras un niño, cambia, aprende por ti mismo. No todo sale bien. Y está bien. Por una vez, sin ser humano, podrás darte cuenta.

¡Deja ya de juzgarnos!

¡Deja ya de criticar!

¡Detente!

Ahí, haz como yo, respira y siéntelo.

Tanto amor en su suicidio, tanto amor en mis mentiras, tanto amor en el sexo.

Ya, ahora dime: ¿Cómo podemos estar mal?

No terminas de creerme. Lo intenté. No importa. Tú no eres quien me importa.

Una cosa más, al suicidio de mi padre y la nueva relación de madre yo pensé como tú.

Mira que intente marcar de por vida con su fecha en grande, un seis. También borrarlo para olvidar el dolor, quemándome. Por pensar como tú me dolía muchísimo.

Ahora nada está bien. Y eso está bien.

 

-No les creas, Kiichigo…, no les creas. Mienten todos. Ya te hemos dicho la verdad.

¿Por qué abrigas tantas dudas?

No somos malos. Ni siquiera puedo lastimar al niño que nos va a separar.

Soy bueno.

Bueno.

Bueno, eso depende...

¿De qué?

Ah, ¿de cómo me mires? No, de cómo me observes.

Ahora, obsérvame como te he enseñado.

Y no todo estará bien una vez más. 

 

Olvidalo, no necesitas describirlo.

Notas finales:

Por si quedaba la duda, el que narra es Grimmjow.

Un capítulo más y finalizó.

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).