El ruido de sus caros zapatos italianos negros y brillantes al pisar en el blanco y brillante piso marmolado molestaba ligeramente a su acompañante que estaba un tanto irritado luego de unas densas 8 horas de viaje para llegar al aeropuerto internacional American Airlines , el joven piloto Sasuke Uchiha estaba un tanto arto de su acompañante quien no dejaba de recordarle por qué había dejado su oficio, al final resulta que la banda criminal había vuelto a necesitar de sus caros servicios y el al ver la excesiva cantidad de ceros en el cheque que cobraría no pudo negarse (bueno para que negarlo el hombre que tenía al lado fue muy persistente al igual que su bonito y negro revolver calibre 22) asique como verán muchas opciones no tenía.
Sus servicios eran exageradamente caros y se cobraban por adelantado ¿Por qué se preguntaran ustedes? Pues cualquiera sabe que pilotear un avión para estrellarlo es casi una misión suicida, sobrevivirías únicamente actuando con calma profesionalismo y rapidez (pues quizás también un poco de suerte ayuda) el dinero se cobraba antes para poder disfrutarlo antes del atentado, cosa de que si mueres al menos has tenido una buena vida. Asique Sasuke con sus lentes de aviador obscuros se dirigió al avión número 77 con destino a Pensilvania, estaba casi seguro de que lo confundirían con un vampiro por su aspecto físico los pasajeros y eso le causaba mucha gracia, nada mejor que asustar a un par de niños antes de partir.
El aspecto de Sasuke era una hermosa piel nívea y un brillante cabello negro azulado, lo acompañaban unos ojos negros como el vacío profundo del espacio y unos carnosos labios, él era originario de Japón, vivía en una zona apartada del mundo que recordaba un poco a la época feudal en una enorme mansión, en este momento se encontraba vestido con un traje negro también de origen italiano y una hermosa camisa color bordo, debía cambiarse antes de volar asique se dirigió al baño de hombres con rapidez y elegancia al andar.
El tocador estaba pintado de azul marino, el piso para no variar era blanco y de mármol, los lavamanos estaban ubicados en una mesada también de mármol de color gris y eran negros, las puertas de los retretes eran también negras al igual que los inodoros, asique el muchacho entro en uno de los baños y se cambió la ropa con lentitud, al terminar con su mano derecha abrió la puerta y se encontró con un joven rubio de ojos celestes que se encontraba en una discusión por teléfono
_ ¡pero vieja Tsunade! No es mi culpa no poder llegar al equinoccio de otoño, no hay ningún vuelo disponible, sé que es un día importante en el que debo honrar a mis padres pero no puedo amenazar a la gente para q halla un vuelo, recién el 13 de octubre hay uno disponible…
El joven azabache quedo prendado al rubio de expresivos ojos, asique sin demostrarlo salió del baño con el corazón a mil, y de una buena vez se decidió a ir al avión y terminar todo el trámite, el muchacho rubio debía de ser de alguna parte de Asia, estaba seguro porque iba a festejar el equinoccio de invierno… quizá alguna vez podría volver a verlo… tendría que averiguar todo sobre él, pero no cabe duda que él se pondría en la tarea de encontrar, enamorar, y trastornar al rubio…
Llego al lado de su acompañante quien sería el copiloto en el atentado y subieron al avión, mientras su compañero coqueteaba con una de las sensuales azafatas él tomaba un delicioso café negro y bien amargo y su mente divagaba en torno a cierto escandaloso rubio, llego el momento de volar y después de los anuncios correspondientes ascendieron por el hermoso cielo azul, era una mañana de esas monótonas y aburridas, Sasuke creía que eran las 7 am y voló con el profesionalismo de 15 años de profesión, realmente amaba volar, era algo que podía calmar su endemoniado carácter, solamente se estrellaba cuando su trabajo se lo exigía, siempre hacia todo con excelencia y pocas veces se había accidentado, aunque no podía decir lo mismo de Suigetsu porque él se había accidentado una chorrada de veces y además de eso no solo había estrellado en sus misiones el avión, sino que también lo había hecho en otras ocasiones por mero placer (o es lo que el afirmaba cada vez que alguien le pregunta) por eso estaba allí Sasuke, para que todo saliera a la perfección
Continuara