Tic toc, tic toc. Dos con treinta minutos, vuelvo a girar en la cama. La misma posición que hace cinco segundos. Tus estúpidos gemidos resuenan por toda mi habitación. Los odio. Miento, no los odio, solo detesto no ser yo el que los provoca.
Aahh Aahh JiHo. Coloco el almohadón sobre mi cabeza, ya no deseo seguir escuchando esto pero es inútil, aun puedo oír tu profunda voz repitiendo una y otra vez ese nombre; con el que me hierve la sangre cada que es pronunciado por esa boca tentadora tuya.
Me levanto, tal vez un vaso con leche tibia pueda hacer me dormir. Ji-ahhhh-Ho-ahhh. Al demonio la jodida leche. La botella de tequila que nos regalaron las fan extranjeras me resulta una mejor opción.
Sentado en la barra de la cocina con la botella en mano comienzo a analizar como jodidos llegué a esto. Enamorarme de un hombre jamás estuvo en mis planes, y menos que ese hombre fuera mi compañero de grupo. Me costó tanto aceptar mi jodida preferencia por ti. No es que valla por la vida poniéndome duro cada que un hombre pasa en frente de mí. Solo eres tú. Yo y mi maldita manía por ti. Por tu voz profunda, por tus idioteces, por tu alergia a los gatos, por lo empalagoso que puedes llegar a ser la mayoría de las veces y hasta por hablar mientras duermes. Soy un total pelele por ti y tu solo tienes ojos para el imbécil del líder.
Aarrgg el gruñido de ZICO me regresa a la realidad, llevo más de media botella y aun no es suficiente, necesito más. Tal vez mis sentimientos por ti se terminen a la par del alcohol en la botella. ¿Será eso posible? Ya sé la respuesta, siempre es la misma. Aunque me termine todo el alcohol que existe en el mundo, este amor seguirá llenando mi estúpido corazón.
El último grito que escucho de tu boca, seguido por el gruñido de ZICO me hace cuestionarme la capacidad auditiva de los demás miembros. ¿Cómo es posible que duerman tan tranquilos mientras ese par folla como conejos justo en nuestras narices? Tan repugnante.
— ¿Hyung, que haces despierto?
Tus deliciosos gemidos me despertaron. Quisiera poder contestar eso sin sonar como un maldito voyeur. Solo logro quedarme en silencio, imaginando cada parte de tu cuerpo desnudo, mientras lo recorro por completo con mi lengua para luego adentrarme en ti. Mi pene abrazado en tu calor y estrechez. Delicioso.
Demonios no fue buena idea imaginar eso, ahora mi amiguito tiene un serio problema y pelea por liberarse de su prisión en mis boxer's. Bebo por completo el último contenido de la botella de un solo trago ante tu atenta mirada.
—Sé que estas estresado por el debut de la unidad, pero no deberías beber así Hyung— haces un intento de puchero. El aegyo no es para ti definitivamente. Aun así no puedo evitar que mi corazón revolotee. ¿Por qué haces todo más difícil? Tu cabello revuelto y esos labios rojos e hinchados solo hacen que deseé tumbarte sobre la barra y follarte hasta que amanezca. Correrme en ti una y otra vez hasta que pueda borrar la marca de JiHo en tu cuerpo. Y que repitas mi nombre una y otra vez como un mantra. Que todos en el edificio te escuchen y sepan que te puedo hacer gozar más que el estúpido de tu novio.
La sacudida en mi pene me da la advertencia. Tanto alcohol en la sangre puede hacer que cometa una tontería. Me levanto tambaleándome un poco. Tratas de ayudarme pero te alejo inmediatamente, es demasiado difícil controlarme contigo tan cerca.
—Vamos MinHyukkie, no seas tan terco déjame ayudarte— colocas tu brazo alrededor de mi cintura y el mío en tu cuello, es algo incómodo ya que eres más bajo que yo.
El calor que emana tu cuerpo y el aroma de tu piel hace que mi pene vuelva a entusiasmarse afortunadamente mis pantalones son demasiado amplios como para que mi carpa de circo pueda ser notada. Me llevas lentamente por el pasillo hasta mi habitación. Ingresamos en completa oscuridad YuKwon duerme profundamente en la cama contigua y no quieres incomodarlo, a mí me da igual no es como si fuera a despertarse. Una estampida podría pasar y él ni siquiera se movería de su lugar.
—Ahora trata de dormir— Me ayudas a llegar hasta mi cama y me arropas —Descansa— antes de que puedas irte jalo tu mano. La fuerza es tanta que terminas sobre mi regazo.
—Quédate conmigo— es lo único que digo mientras te abrazo a mí. Eres raro Lee MinHyuk es lo último que escucho antes de sentir tus labios en mi frente y dormir con una sonrisa estampada en el rostro. Me siento feliz.
Un fuerte ruido hace que me levante rápido de la cama. Mala idea, todo me da vueltas. El haber bebido tanto me provoca un fuerte dolor de cabeza. Vuelvo a recostarme para estabilizarme. Mi cerebro comienza a responder correctamente y es ahí donde me doy cuenta de la hora. Diez con cuarenta minutos. Van a matarme. Se suponía que debía estar a las siete en punto en la sala de ensayos. Tomo los primeros pantalones limpios que encuentro en el armario y una camiseta sin mangas de mi armario. Ahora, si tan solo pudiera encontrar unos bóxer´s limpios entre todo este desorden. Bingo, la verdad no sé si son míos o de YuKwon pero en este momento no me interesa en absoluto.
Tan solo diez minutos después estoy duchado y vestido. Camino hasta la cocina siguiendo el delicioso olor. Puedo ver cómo te mueves de un lado a otro preparando el desayuno.
—Buen día hyung ¿Cómo te sientes? — me muestras tu preciosa sonrisa y mi tonto corazón se acelera.
—Buen día. Bien, gracias por preocuparte — la primera mentira del día. Mi cabeza se siente como si fuera a ser arrancada de mi cuello y el olor de tu deliciosa comida hace que mis entrañas protesten de hambre ¿desde cuándo me volví tan mentiroso? Cierto, desde que me enamore de ti. —Tango que irme, los chicos van a matarme— necesito alejarme de ti pero me detienes justo cuando estoy por marcharme.
—Les dije que tenías fiebre. Acordamos que te unieras a ellos cuando te sintieras mejor. Vamos— tomas mi mano guiándome hasta la mesa —Te preparé algo.
Contrólate MinHyuk, contrólate. Mis manos comienzan a sudar.
— ¿Dónde están los otros? — cuestiono mientras llevo un poco de arroz a mi boca. Tengo que distraerme en cualquier cosa que no sean estos pensamientos de tomarte por la cadera y subirte a la mesa para besarte hasta que quedes sin aliento.
—No lo sé— te encoges de hombros, esos sensuales hombros que quiero mordisquear hasta dejar marcas en ellos —Cuando desperté solo estaban JiHoon y YuKwon preparándose para irse— muerdes tu labio inferior y encomio mi capacidad para no tirarme encima de ti —JiHo solo dejo una nota diciéndome que estaría con Park JaeBeom— tu seño se frunce, claramente eso no te agrada mucho.
—Ya veo, gracias por el desayuno— Salgo inmediatamente de ahí.
El que hablaras de ZICO me hizo perder el apetito. No entiendo como ese idiota pudo conseguir tu amor. Es mi amigo y lo quiero pero no sabe nada sobre tener una relación, siempre termina lastimando a las personas. Espero que jamás pases por eso. Si tan solo fueras mío, jamás te dañaría. Te trataría como lo más preciado en el mundo.
— ¿Por qué rayos tuvo él que conocerte primero? — Le doy un golpe a la puerta del elevador, la sangre corre por mis nudillos. Nuevamente tengo que encontrar una excusa para mis heridas.
Vas a volverme loco