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Desde siempre por sunshinebunny

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Notas del capitulo:

Amor para mi gatito gordo <3

Hacia bastante tiempo que Ace no tenía esa clase de sueños. Cuando despertó la habitación aún estaba en penumbras y hacía falta más de media hora para que sonara la alarma de su despertador; Luffy no había acudido a dormir a su habitación aquella noche y de manera un poco vaga Ace se preguntaba si aquello tendría algo que ver con su sueño de aquella noche.

No había sido la típica pesadilla informe de alguien llevándose al más joven de los D muy lejos de ahí, ni siquiera aquellos sueños con su padre recriminándole de la muerte de Rouge, no, había sido algo mucho más vivido y peculiar, llevaba casi dos años desde la última vez que tuviera aquel sueño que siempre le dejaba un sabor agridulce en la boca.

Estaba él llorando en una habitación de la funeraria donde habían hecho los servicios de su abuelo, recordaba haberse aislado en aquel lugar pues no quería que nadie de la familia le viera llorar, prefería que siguieran pensando en él como un malagradecido que no podía mostrar simpatía ni siquiera por el único hombre que había decidido no tirarle a la basura como el resto de sus familiares.

Quería haber estado solo y por ello creyó haber cerrado bien la puerta.

Claro que una puerta cerrada no iba a detener a Luffy, esa había sido la primera vez que el menor no sonriera para él.

“Te vez terrible Ace, estas mojado y tienes mocos por todas partes, no me gusta cómo te vez” con un rostro demasiado serio para un chico de 10 años esas palabras que ahora le hacían sonreír un poco en aquel momento le habían causado unas terribles ganas de golpear al mocoso. “¡Definitivamente una sonrisa te va mucho mejor!” cualquier intensión que hubiera tenido de hacerle daño a aquel chiquillo se había desvanecido en aquel momento, entre las lágrimas que extrañamente continuaban fluyendo aunque ya sin tanto sentimiento se había abierto paso una leve sonrisa que creciera al momento de sentir a Luffy tomar su mano y sentarse a su lado, quizá el viejo se hubiera marchado pero no tenía por qué sentirse solo más; Aun si Luffy y el ya no estarían juntos eso no impediría que se mantuvieran en contacto.

Limpiándose la cara con la manga de aquel traje formal eh incomodo que lo habían forzado a usar para el funeral había abierto la boca para decírselo antes de que Sengoku, aquel viejo amigo de su abuelo, entrase para avisarles que estarían iniciando con los servicios, bien ya le diría a Luffy de eso después.

Al menos eso había pensado antes de aquel incidente con el cuchillo, de verdad que su hermanito era un idiota, aunque un idiota adorable, de eso no había duda.

Ace volteo a ver la puerta de su dormitorio, aun era demasiado temprano para que Luffy estuviera en pie, rodando en la cama hasta que su espalda estuviera sobre el colchón fijo su completa atención en el techo de la habitación, no era completamente blanco si no de un tono algo más obscuro, un beige claro que a él le hacía pensar que la casa fuera mucho más vieja de lo que verdaderamente era, no le agradaba, cuando tuvieran una casa pare ellos se aseguraría de no usar ese horrible color.

Soltando un suspiro volvió a girarse en un intento de dormirse de nuevo ¿Por qué su narcolepsia no funcionaba como una especie de superpoder que le dejara dormir y despertar a voluntad?

Cuando tuvieran una casa para ellos ¿Cuándo sería eso exactamente? Tendría que pedir un par de horas extra en la empacadora de dulces si es que quería aspirar a rentar un lugar decente, pero ¿Que haría con Luffy durante ese tiempo? Un campamento de verano siempre era una buena opción pero los buenos no eran exactamente baratos y no pensaba mandarle a uno de esos en los que no se podía confiar como a los que solía enviarles Garp, aun no estaba seguro de que el campamento de “Los bandidos de Dadan” fuera exactamente certificado o… legal.

Aunque conociendo al viejo suponía que mínimamente debían agradecer que no les mandara al campamento militar.

De cualquier manera no estaba seguro de querer que Luffy pasara todo el verano lejos de él, quizá pudiera mandarlo a con Zoro u otro de sus amigos un rato, dejarle solo en casa no era precisamente una opción y mandarlo a la oficina de Crocodile un par de horas después de la escuela ya era suficientemente malo como para pensar en dejarle ahí por más tiempo.

La última vez que había ido a recogerle tras de acabar su turno en el trabajo había alcanzado a escuchar que hablaban de adoptar varios cocodrilo y convertir el sótano en un habitad para ellos, parecía que su tío no tenía idea de lo peligroso que podía resultar eso, o si la tenia parecía no importarle.

Las clases extracurriculares no parecían mantenerlo lo suficientemente entretenido a pesar de que corriera de un club escolar al otro, aun así de alguna manera el pequeño remolino que era su hermano menor hallaba la forma de meterse en líos en sus ratos libres, incluso la semana anterior después de por fin armarse de valor a hablar con Marco del asunto de sus sentimientos había sido sorprendido por una llamada de Luffy a media conversación.

Se había topado con el escarabajo más grande que Ace hubiera visto, o al menos eso le habían dicho los gritos emocionados al otro lado del auricular, costaba creer que el chico ya tuviera 12 años y fuera a cumplir los 13 en un par de meses, en menos de lo que le gustaría al pecoso seria todo un adolecente.

Al final había acordado con Marco ir a comer un día de la siguiente semana, el rubio había dicho que simplemente olvidara el incidente pero Ace no se sentía capaz de olvidar así como así los sentimientos de una persona a la que tanto apreciaba, Marco, después de todo, era casi como un hermano para él. Uno bastante fastidioso y pesado, pero bueno, suponía que así eran los hermanos, o al menos la gran mayoría de ellos.

No todos eran así ¿O si? Los pocos que podía considerar como tales se lo parecían salvo uno así que debía suponer que era una regla casi absoluta corroborada por el mismo Luffy.

—Ace…—y hablando de aquel chiquillo endemoniado.

—¿Mmm? — no quería que el menor supiera que llevaba ya buen rato despierto pero apenas había tenido que girar el rostro para verle medio tímido asomando la narices por la puerta, aquello era raro de ver.

—Eh tenido un mal sueño. — el pecoso soltó un suspiro y se hizo a un lado en la cama, Luffy no había necesitado de palabras para entender que esa era su señal de permiso a entrar a la habitación y acostarse al lado de su hermano, lo había hecho de un salto de inmediato acurrucándose entre los brazos de Ace.

—¿Y de que iba tu sueño? ¿La carne intentaba comerte?—

—No, soñé con el abuelo Garp. —

Ace apretó su abrazo ligeramente, seguro que aquello no era más que una pequeña coincidencia. —¿Algo malo? — sintió al menor negar de manera casi imperceptible.

—… —

—lo que sea puedes decírmelo Lu, no me reiré de ti. —

—¿Amabas al abuelo? —primera y ya había roto su palabra, una breve risa escapo de los labios de Ace aunque a Luffy no pareció importarle—¿Lo amabas más que a mí? —

—Le quería de manera distinta Lu. — ¿Era ero lo que le preocupaba? No entendía por qué venía a preguntarle esas cosas ahora pero suponía que de cierta manera ellos dos siempre habían estado bastante conectados. — Nunca podría querer a alguien como te quiero a ti. —

—Ace, ¿Tu no vas a ir a ninguna parte verdad? —

—Por supuesto que no Luffy, te lo prometo. —

Esa era una promesa que cumpliría así le costara el alma misma y poco sabia el que casi había de costársela.

.

.

.

.

Las cosas a las que más nos acostumbramos son aquellas que más duelen al momento de ser arrancadas de nosotros. Los besos se habían convertido para Luffy en dulces del diario, mucho más sabrosos que aquellos que hermano le traía los viernes, cuando Ace le dijo que de nuevo no se los daría más se el pequeño se había puesto colérico. ¿Cómo podía Ace ser tan injusto? Solo había sido un pequeño beso en una de las callejuelas camino a casa donde nadie los vería.

Y aun si alguien los hubiera visto Luffy no le veía lo malo. Ace era suyo, cualquiera debería saberlo, se lo diría a Ace en cuanto este dejara de estar tan molesto.

—No vuelvas a hacer eso Luffy. — le había dicho serio y frio, mirándole como cuando susurraba que le mataría si se le acercaba, hacia mil años atrás ya, la primera vez que se conocieron.

— ¿Por qué no? — La preocupación y el enojo eran evidentes en el rostro de su hermano pero aun si arriesgaba el postre de esa noche no se quedaría callado.

—Por qué no Luffy, porque los hermanos no se besan y mucho menos en público. — Luffy no entendía que tenía que ver una cosa con la otra, ¿Qué tenía que ver lo que fueran o donde estuvieran, se querían y eso era lo que contaba, que los demás vieran, que les importaba, él tenía que soportar a las parejas por la calle también y desde que besaba a Ace estas le daban menos asco. — y mucho menos si son hombres. — y después estaba eso, no entendía que tenía que ver eso tampoco pero no era la primera vez que su hermano lo mencionaba, era como si Ace estuviera, a propósito, buscando motivos para no quererlo y eso le dolía terriblemente.

Ace llevaba tiempo ensayando aquella platica, enlistándose y recordándose a si mismo todos los motivos por los que no le era posible amar a su hermanito a pesar de lo mucho que lo amaba, la edad, el sexo, su parentesco, todo estaba en contra, una aberración tras otra, se había acostumbrado a ellas a tal punto que comenzaba a pensarlo natural, que incluso comenzaba a desear por mas, por mucho más, ¡Oh como deseaba todo eso que no podía tener!  Se reprendía a si mismo en el espejo como haría con el menor ahora, por que por mucho que gustara de los besos de su hermano menor el pequeño se lo había dado en la calle, si ya en la morada que compartían con su tío los nervios le asaltaban cada que hacían algo indebido, ahí a los ojos de todos (aunque no hubiera un solo par de ojos viéndolos) era lo peor. — ¿Qué crees que pasaría si nos ven Luffy? ¿Por qué piensas que te eh dicho que no le puedes decir a nadie? — esa oportunidad que surgió Ace no iba a desaprovecharla, aunque Luffy ni se inmutara y pusiera aquella mueca que solía hacer cuando las cosas no le importaban.

—Ya eh dicho que todo estará bien mientras te tenga a ti, Ace, no seas tan peocupon. — ¿Por qué no le importaba a Luffy lo que pudiera pasar? Eso solo lo hacía ponerse aún más furico. — Diremos que somos europeos si alguien pregunta. — Ace ya no sabía si golpear al chiquillo o echarse a reír, apretó los puños con fuerza, todo parecía una horrible y desagradable broma de mal gusto, y si eso fuera poco las siguientes palabras del menor habían desatado tal sentimiento de irremediable angustia a en el pecho del pecoso que se había quedado de piedra por unos instantes— Sanji dice que no tiene por qué haber problema mientras no hagamos otras cosas en público. —

Sanji dice.

¿Que sabía Sanji y por qué jodidos lo sabía?

La respuesta, obvia y clara pero que Ace se negaba a creer aún era que Luffy había estado contándoles cosas de más a sus amigos, la sangre en su cuerpo parecía pasar en cuestión de segundos de una hirviente caldera a un congelado rio con cada vuelco de sus emociones. —Aunque Zoro dice que no está bien enamorarte de tu hermano. — cada palpitar del corazón del pecoso era un nuevo cambio de emociones, un maldito torbellino de incertidumbre. — Pero Nami dice que solo lo decía porque estaba celoso, aunque yo no sé de qué podía estar celoso. —

Hasta entonces Ace no había pensado que los amigos de Luffy pudieran ser malos, aun pensaba que no lo eran del todo, así como tampoco Luffy lo era, pero las cosas no podían quedar así, realmente no debía haber pospuesto esa platica por tanto tiempo como para que Luffy pensara que podía hablar del tema como si nada con sus amigos.

Tomando al menor del brazo le hizo caminar un poco más aprisa, la casa estaba a un par de cuadras aun y realmente necesitaba saber que tanto había dicho el mocoso, no debo posponer esa platica por tanto tiempo pero tampoco lo haría en plena calle.

Luffy caminaba tan a prisa como sus cortas piernas lo dejaban, iba corriendo, casi volando por la manera como Ace le sostenía del brazo, sabía que había hecho enfadar a su hermano y estaba listo para una discusión pero no para aquel silencio y definitivamente no para lo que Ace haría después.

Su hermano estaba molesto, no sabía bien el motivo pero su corazón latía a máxima velocidad ¿Había hecho algo realmente tan malo como para enfadarle de verdad verdad? En cuanto Ace abriera la puerta se había sentido acorralado contra esta, con la mirada del más alto clavada pro completo en él, su expresión realmente daba miedo, aun peor que la primera vez que lo había visto en casa del abuelo Garp, y aun ahora su único estúpido pensamiento es que esa expresión en el rostro del mayor le hacía Lucir tan imponente y guay que no le importaba recibir cualquier castigo por parte de este.

Aunque no le gustaran los castigos y en definitiva no estaba dispuesto a ceder lo que había ganado con tanto esfuerzo, los besos de su hermano eran suyos y suyos nadamas. —Ace…— La gélida mirada del mayor se había intensificado mientras aquellos labios que tan bien se veían con las sonrisas sinceras ahora formaban una curva inversa bastante desagradable, todo eso le hacía sentir al más pequeño una extraña mezcla de excitación y temor que le dificultaba un poco la respiración y subía a sus mejillas en forma de un extraño sonrojo.

—Dime exactamente lo que has estado contando por ahí Luffy. — Escucho al mayor decir mientras sus ojos le inspeccionaban en busca de cualquier rastro de mentira, Ace sabía bien que no se le daba mentir, pero siempre parecía guardar recelo de que quizá hubiera mejorado con los años, mucha gente le había mentido antes después de todo.

—No eh estado contando nada—había dicho de manera fiera, casi un grito antes de volver su voz casi un susurro, su hermano estaba molesto de que le hubiera cosas que no debía a sus amigos y no era precisamente que lo hubiera querido decir el mismo. — las cosas solo sucedieron. —

El silencio había perdurado por unos instantes, los suficientes para que Luffy supiera que su hermano no estaba satisfecho con su respuesta, soltó un suspiro, llevando su manita al cuello del uniforme jalándolo un poco para que su hermano viera algunas de las marcas de un suave color rosado por sus clavículas y el inicio de su cuello, Ace se las había hecho hacía ya algunos días pero aún eran visibles. —Sanji las vio y dijo que le diría a todo el mundo que tenía una novia si no se lo decía, yo no quería que pensaran que nadie más que Ace puede tocarme así que tuve que decirlo. Dije que amaba a Ace más que a ninguna otra cosa y eso él ya lo sabía desde antes, todos mis amigos lo saben. Dijo que eso no era una respuesta.— A pesar de la resolución en esas palabras el menor podía sentir un nudo comenzar a formarse en su garganta. — Cuando Zoro y los demás llegarán Sanji dijo a todos que tenía una novia y había estado jugando a ella cosas de adultos ¡Yo jamás haría eso con nadie que no fuera Ace y se los dije! Entonces…— la voz del menor se quebró por algún motivo, como si recordar aquella porción de su ya de por si horrible relato lograra causarle verdadero remordimiento a diferencia del resto. — Entonces Zoro dijo que si hacia esa clase de cosas con Ace alguien me llevaría lejos, pero eso no va a pasar ¿No es así Ace? Eso no va a pasar por que tú lo prometiste. ¿Verdad Ace? Sanji dijo que si decíamos que éramos extranjeros todo estaría bien, los extranjeros siempre se besan en lugares raros.—

—Luffy— La voz de Ace sonaba cálida pero autoritaria, algo que no le gustaba al menor, quería decir que estaba a punto de escuchar algo que no iba a gustarle. — Zoro tiene razón, si alguien sabe que nos queremos más allá de lo que se quieren los hermanos normales…—

—¡Pero tú lo prometiste y ellos no le dirán a nadie! — La decepción y el dolor se dibujaban en esos grandes ojos color avellana, resplandeciendo con el brillo de las primeras lágrimas.

—¡yo prometí que no te dejaría, no voy a romper esa promesa, pero nadie puede saber lo nuestro Luffy! Si alguien sabe, si alguien más se entera podrían llevarte lejos de mí y nunca más te volvería a ver y como no eres capaz de guardar un secreto entonces ya no habrá “lo nuestro” —

Los ojos de Luffy se abrieron cual platos, sus labios se separaron, secos de pronto pero ningún sonido salía de ellos, Ace seguramente no podía estar hablando enserio.

No había forma, en verdad que no la había, de que eso no fuera otra cosa que una fea pesadilla, a penas esa mañana había Ace prometido que no iría ninguna parte, pero quizá era porque no era Ace quien se iba, ¿Por qué no había pensado que alguien podía llevárselo a él? Pues porque eso no pasaría, tenía que hacérselo ver a Ace.

.

.

.

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Continuara

Notas finales:

¡Hola! Aun no respondo los comentarios, lo siento >.< entre las ocupaciones y que empecé a leer un libro, (cuando leo algo que me gusta me obsesiono con terminar lo antes posible así que pido una disculpa) pero se los recomiendo si les gustan las cosas angustiantes se llama “flores en el atico” y es bastante bueno <3

Técnicamente aun es esta semana y prometí a una personita actualizar esta historia esta semana así que aquí esta, gracias por leer y saben que adoro los comentarios, los responderé en breve <3

 

Gatito gordo ya nunca te pasas por aquí, espero que cuando lo hagas recuerdes lo mucho que te amo.


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