En un movimiento suave, Kain termina de hundirse dentro de la estrecha cavidad, haciéndose sus embestidas más profundas y urgidas. Mientras que los gemidos de Aidou cada vez se oían más altos y sus manos se aferraban a las del anaranjado que continuaban unidas a su cintura, marcándole el ritmo con ellas, haciendo arder la piel de esa zona en especial.
Pronto los espasmos comenzaron a recorrer el cuerpo del rubio claro, sintiendo como su orgasmo le azotaba salvajemente, haciéndole gemir roncamente ante tanto placer. El Noble del fuego sintió precisamente su miembro estrechado entre esas paredes ante el inminente orgasmo de su primo. Con una última embestida termina de vaciarse dentro de la cálida cavidad, posesionándose de los labios de Aidou.
-Yo conozco esa cara.... ¿Qué sucede? –inquiere tomándole la mejilla con la mano. Suspira por rehuirle esos ojos los suyos, pese a solo minutos haberse "entregado" a él. Suspira–. Maria Kurenai fue admitida después de haber hecho todos los debidos procedimientos. Parece haber estado mal de salud desde que nació y hasta ahora nunca había hecho una aparición en la sociedad nocturna.
-Es que es extraño que fuera sido admitida. Esa pareja... –le rodea el cuello con los brazos-
-Esa pareja...?
-Sí. Los Sangre Puras a la misma altura que Kuran, quienes desaparecieron después de perder la cordura. Shizuka Hiou y Jun Kurenai.
-Después del incidente con la familia Kiryuu, ambos desaparecieron. También se dice que estan muertos, cazados por cazadores tal vez. –se encoge Kain de hombros–. Según lo que investigué, no encontré nada raro para preocuparnos.
-Pero dejaron a su hija. –desvía Aidou su mirada–. Misma quien ahora vino aquí, donde se encuentra aquella persona, víctima de sus padres.
-Crees que Kiryuu intente vengarse con Maria? ¿Quieres ayudarle a ella? –le peina con la nariz el rostro, descendiendo sus manos a las caderas de su primo-
-No, solo necesitaba a alguien con quien hablarlo. Ella no es nadie en especial... –sonríe ante la sensación placentera de esa nariz sobre la piel de su rostro–. Hay que dejar de hablar de esa mujer o de ese par. Es mala suerte. –regresa su vista para besarlo-
* * * * *
Sobre su regazo cargaba ese cuerpo, teniendo su Kimono completamente manchado de sangre.
-Aliméntate de tu odio y vuélvete un adulto rápidamente.... mi adorable Zero. –pasa sus manos por esas platinadas hebras de esa cabecilla– ¿Mi lindo Zero, quieres matarme, no es así?
Ningún movimiento consigue de ese ensangrentado cuerpo infantil en el suelo.
-Quiero verte de cerca por siempre, esos ojos tuyos que están llenos de aversión hacia mí... Son solo míos.
Se atreve a pasar una de sus manos por ese flequillo platinado, teniendo esa ida mirada violeta infantil delante suyo, alargando sus labios en una sonrisa de gusto.
-Estoy feliz porque estaremos unidos por ese lazo que no podrá ser roto. –desplaza su otra mano por ese torso, bajando lentamente hasta que las yemas de sus dedos tocan ese plano vientre-
De golpe se abren sus ojos quedando petrificado sobre esa cama.
Agitadamente subía y bajaba su pecho por ese sueño. Una pesadilla que hace años había dejado de tener. Todo a causa de esa niña que llegó a la Academia.
-Su hija.... –entre sus dedos estruja Zero con todo el odio del mundo esa sábana debajo suyo-
Noche 10a El oscuro pensamiento.
-Eh? No estoy interesada en el baile. –niega Keira con una sonrisa nerviosa acompañada de Sayori, en una de las galerías que daban al jardín-
-Deberías estar nerviosa es por el examen final. –tienta Ichiru, solo faltándole los cachos y cola de demonio– ¿No es verdad? –posa su atención en su padre, en su distraído padre– ¿Papá? –ninguna respuesta-
-Tradicionalmente en el baile de la Academia Cross, se dice que el salón con el promedio más bajo en el examen final, es forzado a ayudar en las preparaciones de la fiesta. –pone Yori al tanto, sujetando sus cuadernos-
-Qué?! –se sobresalta la pobre pelinegra-
-Estoy preocupado, señorita Keira Cross.
Nuevamente se sobresalta la pelinegra por esa presencia aparecida de la nada delante suyo.
-Usted acaba de batir el record de promedio de las peores notas.
-Presidente Kageyama, eso fue algo cruel. –defiende Yori, mientras reía el pequeño Ichiru por la mala cara de Keira-
-La fiesta del baile es un evento formal en el que la Clase Nocturna y la Diurna pueden asistir juntas. Si pierdo la oportunidad de bailar con Ruka-san.... Te odiare por siempre. –frunce su ceño el joven Presidente yéndose después-
-Ah, rayos... Será mejor que estudie muy duro... –exhala la pelinegra resignada–. Si esto sigue así sere odiada por toda la escuela. Odio a la Clase Nocturna.
-Por que no le pides a tu padre que te busque un excelente tutor. –propone la segunda chica-
Por su lado, Zero levanta su vista del suelo para posarla a un costado de esa galería.
-Qué pasa, papá? –ladea Ichiru su cabeza-
Logran ver a unos metros al rubio Vicepresidente de la Clase Nocturna, no siendo los únicos, los demás estudiantes de la Clase Diurna que aún ocupaban las instalaciones exclaman fascinados. Seguía Ichijou a otra estudiante de ese mismo uniforme que el suyo, siendo ignorado completamente por Maria que le llevaba bastante delantera.
-Qué divertido. –se detiene Maria en medio de su recorrido, posando su grisácea vista sobre esas cuatro presencias a lo lejos-
Ladea su violácea-grisácea cabellera sin dejar de ver a Zero, sonriendo infantilmente. Quedando un impactado albino admirando esa infantil Noble vampiresa, ojeándolo Keira de reojo.
-Maria, es peligroso! –la sigue el rubio, saliendo ésta a correr-
-Eso no está bien. –cae en cuenta Ichiru saliendo a ayudar–. Por qué está la Clase Nocturna... –pero su muñeca es sujetada, impidiéndole moverse. Gira a ver al causante– ¿Uh?
-No te acerques a esa nueva estudiante. Déjala, ese vicepresidente hará algo. –aclara Zero viendo esos ojos violetas idénticos a los suyos-
-Papá...? –ladea su cabeza sin entender–. De acuerdo.
-Ichiru-chan, buenas tardes! Es la segunda vez que nos vemos este día.
-Aidou-senpai está aquí! –se sobresalta el pequeño platinado por ver a ese tercer Clase Nocturna de ojos aguamarina avanzar hacia ellos-
-Otro Clase Nocturna. Nos están invadiendo. –suspira Keira-
En ese momento, ese rubio se acerca a la pelinegra abrazándola. Causando los debidos desmayos e infartos de la Clase Diurna por tal escena. TODAS en contra.
-Aidou-senpai vino también!!!! >///<
-Nooo!!!! ¡¡¡¡¡La está abrazando!!!!
-Primero a Ichiru y ahora a ella!!!!! >O<
-Suéltame. –frunce Keira su ceño tratando de disimular su sonrojo, viendo a ese vampiro de reojo-
-Ahora serás maltratada por las chicas que están furiosas de celos. Keira Cross. –alarga sus labios en malicia luego liberándola-
-Tú...
-Aidou-senpai. –llama suavemente Zero– ¿Puedo hablar contigo por un momento?
-... –por segundos lo observa en silencio–. Comprendo, también yo quería hablar contigo.
-Papá, espera. –interviene el menor preocupado-
-Ichiru, ten cuidado de Maria Kurenai. –le cede su cuaderno, alejándose tras Aidou–. Cuídalo, Keira. –dice, haciendo referencia a su hijo-
-También tú ¡Ten cuidado de no pelear! –recuerda la pelinegra mientras veía a su albino amigo alejarse con "ése" Clase Nocturna-
-Estoy preocupada. –opina Sayori colocándose al lado de Keira-
-Estará bien, probablemente. –suspira la pelinegra ladeando su cabeza-
-No. Por ti. –gira a ver a esas fieras furiosas de uniforme negro detrás compartiendo un aura asesina-
-Oh, oh... UoU –se aparta Ichiru de la pelinegra colocándose al lado de Yori. Él era un niño, no tonto-
-Yori-chan, lo siento ¡Toma mis libros! Oo –cede aquellos textos para después salir a correr para salvar su vida-
-Ey, Prefecta ¡Nos debes una explicación! >O< –exige esa aglomeración tras ella-
Velozmente corre Keira por esos pasillos hasta saltar a una de las barandas de madera del piso superior y sostenerse de ella, pasando de largo esas demás chicas-asesinas dirigiendo su furia a otro lugar.
-Phew... –_- –suspira subiendo todo su cuerpo a esa ayuda-
-Hola.
Por poco sufre un infarto por ese repentino "Hola" dicho a su costado dentro de ese balcón, posando sus ojos miel en aquella persona.
-Tú también la estás pasando mal siendo perseguida. –muestra una sonrisa ese hincado rubio-
-Ichijou-senpai! –decide meterse totalmente, quedando arrodillada– ¿Qué le paso a María-san?
-Ah... De hecho, huyó mientras yo era perseguido por las chicas de la Clase Diurna. –mueve su dedo en círculos en la madera con una risilla y una enorme gota en su cabeza-
-Así que Maria Kurenai sí es la hija de esa mujer. –opina Zero sobre ese balcón de aquella terraza-
-Qué quieres decir con "Esa mujer"? –gira Aidou a verlo por sobre su hombro con las manos en sus bolsillos-
-Shizuka Hiou.
-Qué tipo tan rudo eres. No referirte a nuestra Reina de Sangre Pura con su título honorifico. Pero supongo que no se puede evitar. Ella fue la que asesinó cruelmente a tu familia ¿cierto? –ladea su cabeza sonriendo–. No, lo hizo junto a su prometido ¿no es así?... El también Sangre Pura Jun Kurenai.
-... –frunce su platinado ceño a cambio–. Por 7 años nadie a sabido o oído algo de esa mujer o de ese hombre... ¿Es por qué han logrado cambiar sus apariencias? –serena su gesto–. Hay contables habilidades que los Sangre Pura pueden usar, una de ellas es hacer que, vampiros como ustedes les obedezcan. –por segundos se gana un fruncimiento de ese Noble-
-No sé nada al respecto. –gira posando su mirada al frente–. Los únicos que conocen todas las habilidades de un Sangre Pura, es solo un Sangre Pura. En fin. –salta hasta ese pico equilibrándose con solo uno de sus pies–. Lo que es más importante es como te estás sintiendo ¿no es así? También quiero saber eso.
-Deja de decir tonterías.
-Solo tu podrías saber... –por sobre su hombro lo ve ladeando su cabeza–. Aquel que tiene un lazo de "sangre" con ellos. Solo tú.
Su cuerpo es sacudido por ese presentimiento, que, con los días se hacían constantes, girando Zero a ver por sobre su hombro a detrás suyo.
A unos metros, ese cabello de tonalidad violácea se ondeaba por la brisa de esa terraza. Maria se hallaba recostada contra el muro de la entrada. Sus brazos cruzados descansaban detrás, observando a Zero con un gesto bastante inexpresivo. Luego de tener esos ojos violetas enfocados en los suyos se aparta de ese muro alejándose como llego.
-Si, reemplazas el valor con una X. –daba paternalmente Cross sus lecciones a su hija en pie-
-Por qué? –inquiere Ichiru sentado al lado de ellos con sus brazos descansando sobre la madera-
-Bueno, porque... Pues.. –rasca tras su nuca el Director–. Oh, Kiryuu-kun, llegaste a tiempo. Por favor ayuda a mi hija a estudiar, mañana es el examen pero ella todavía no lo consigue.
-De seguro si puedas entender con papá. –defiende el pequeño albino-
-Me tengo que ir ya que el patrullaje de noche es mi tarea en semana de exámenes.
-Qué?! No quiero que él lo haga. –hace un puchero Keira a causa de su nuevo maestro-
-... –ve Cross silencio en el albino mayor–. Está bien si no quieres... –_-
-Yo lo haré... –sereno responde Zero apartándose de la puerta para acercarse hasta ella-
-Entonces te lo dejaré a ti. –saca unos guantes que se coloca– ¿Kiryuu-kun, acaso viniste por qué tienes algún asunto pendiente conmigo?
-No realmente. –toma asiento al lado de la pelinegra-
-De acuerdo. –se va el rubio con una sonrisa-
Observaba a esa pelinegra escribir en aquel cuaderno, apoyando él su codo en la mesa y descansando su mano en su mejilla, teniendo sobre su regazo a Ichiru sentado, igualmente detallando.
-Cometiste un error en lo mismo como la última vez. –opina Ichiru inocente, estirando su mano y señalando con su dedo-
-Incluso mi hijo lo noto... Resuélvelo cuidadosamente. –suspira sin moverse de su posición-
-Ah si? –es sacada de onda por tal respuesta–. Esto... Si recuerdo correctamente... –igual a maquina borra y escribe, tratando de evocar las clases de su "maestro"–. Uso este número ¿correcto?
-Si. –responde Zero sin quitarle los ojos de encima-
-Uh? ¿Sucede algo? –repara en la mano de ese callado Zero que ahora bajaba al cuello, no moviéndola–. Tú cuello...
-El lugar donde fui mordido por ese hombre... Me duele. –confiesa bajando su mirada olvidando la compañía de su hijo–. No ha pasado ni una sola noche que no recuerde esa noche. La de hace 7 años...
-Qué te sucede hoy? –apoya su mano contra la de Zero para que no siguiera contando ese suceso tan trágico, y delante de Ichiru. Se incorpora-
-... –posa su vista en esa chica levantada a su lado que le sonreía fraternalmente-
-Estoy empezándome a preocupar por qué estás muy callado. O tal vez tienes sueño. –le peina ella el flequillo platinado cerca a la oreja–. Tomemos un descanso. Te prepararé una taza de café. –se va-
-"¿Ese hombre...? Quien mordió a papá". –piensa Ichiru en silencio-
Sobre ese libro de hojas abiertas coloca Kaname ese rey blanco que sostenía entre sus dedos. Teniendo a un costado de ese escritorio ese tablero de ajedrez.
-Esa apariencia... Ese nombre... –cruza sus piernas Kaname posando su vista en aquella chica en pie delante suyo– ¿Qué intenciones tienes? Al principio estaba perplejo...
-Oh, te intrigo. –opina Maria–. Solo quería ayudar.
-Qué gusto tan vulgar tienes. Creo que solo querías jugar. –muestra una sonrisa Kaname-
-Sólo quería jugar? –alarga ella sus labios apareciendo una celeste tonalidad en su mirada– ¿Desde cuando tienes esa manera tan escrupulosa de ver las cosas? Cuando tú eres igual a mí...
Consigue que borrara su sonrisa el castaño, tumbando Kaname con su dedo ese Rey blanco que rueda por el libro cayendo finalmente al suelo. Habiendo seguido esos ojos celestes ese trayecto. Desaparece esa tonalidad en los ojos de la chica que se aparta acercándose a la puerta, siendo del otro lado abierta por ese escolta de máscara, no viéndose totalmente su cuerpo o rostro.
-Iguales... –murmulla Kaname para después sonreír de forma frívola-
-Papi, qué pasa? –le rodea con sus brazos el cuello ocultando su rostro contra el de Zero. No le gustaba verlo triste–. No me gusta verte así.
Cabizbajo; su flequillo platinado cubría sus ojos, decidiendo cubrir igualmente ese pequeño cuerpo con sus brazos.
-Porque tú estuviste allí pude seguir viviendo. –le besa la coronilla. Decide bajarlo de su regazo quedando Ichiru de pie–. Iré al dormitorio. Quédate con Keira. –le toma la mejilla dulcemente, incorporándose después-
-Buenas noches, papá. –se despide-
-Zero? ¿A dónde vas? –inquiere Keira recién entrando con una bandeja con 3 tazas de chocolate en vez de café-
-No olvides las cosas que te enseñé. Buenas noches. –se va-
-Nos vemos mañana. –sigue ella con la mirada a ese albino mayor– "Por qué siento que harás algo Zero..."
Entre pasillos camina hasta salir de esa casa, desplazándose hasta esa edificación que hace bastante tiempo dejo de ser utilizada. Abre con su mano una de las láminas de madera de ese salón. Viendo dentro a esa nueva estudiante Clase Nocturna con sus brazos cruzados detrás de su espalda, precisamente esperándolo.
-Es cierto, puedes sentirme pese a la sangre mezclada. –opina Maria inmóvil con una rosácea mirada, mientras que ese albino se aproximaba hasta su posición–. Porque nosotros compartimos un vínculo. Ahora está llenándose el vacío en tu mente. –ve esa mano de aquel cazador tomarle tras la cabeza y apuntarle con su arma–. Finalmente... has venido a matarme... Darle castigo a mi pecado, Zero...
-Creo que ya es hora de que vayas a dormir, no Ichiru? –propone Keira incorporándose de la mesa, mientras cerraba su cuaderno luego de esa extenuante noche de estudio-
-Uju. –se incorpora el menor. Sale a correr, yéndose-
-Espera, yo iba a acompañarte!
Es ignorada por ese pequeño que cambia de rumbo saliendo de la casa en vez de ir a su cuarto. Tenia un mal presentimiento.
-... si puedes jalar el gatillo. –sin intimidarse opina Maria-
Trata él de presionar dicho gatillo, temblándole la mano y no ejerciendo para nada fuerza.
-De qué te sorprendes? ¿Es acaso porque no puedes disparar? Pobre, niño. Te diré la verdad. –estira sus pequeñas manos para alcanzar el rostro de Zero, estirándose para besarlo-
-No me toques. –aleja sus labios-
-No puedes matarme. –borra su sonrisa acercándose a esa oreja–. No puedes hacerlo gracias al Maestro que te ha dado una vida como vampiro... Has caído tan bajo a ser un "sirviente". –confiesa acariciándole con la yema de sus dedos esos labios contrarios–. Por lo tanto, tampoco puedes matarme.
Bruscamente la aleja de su lado apuntándole en firmeza.
En silencio avanza Ichiru buscando a su padre por los pasillos, deteniéndose por esa conversación cercana provenir de aquel salón.
Muestra una risilla Maria cerrando sus párpados.
-Eres el primero en no darte por vencido.. Buen chico, estoy contento de haberte elegido. –abre ella lentamente sus ojos mostrando un par de irises celestes en vez de pieles–. No importa cómo me vea. Eres tan bueno, Zero, me has reconocido. A mí quién tomo tu vida de "humano",...y algo más. –alarga sus labios en malicia-
-... –se abren exageradamente sus ojos violetas. Pero después se fruncen sus cejas grisáceas–. Es cierto. Nunca lo olvidaré. Jun Kurenai. Ese día, tu verdadero rostro estaba cubierto con nuestra sangre.
-"Imposible... María-san fue quién convirtió a papá en un vampiro... ¿Pero quién es Jun Kurenai?". –se sorprende el pequeño Ichiru pegado en el muro fuera de ese salón-
-Cómo pudiste darte cuenta este cuerpo es de mi primer hijo y es compartido por mi esposa y por mí. Así que, no quiero que seas demasiado violento. –contra su pecho apoya su mano– ¿Ah, y como está Ichiru? Lo vi bastante bien...
-...y vivo.
Detrás suyo escucha esa repentina voz masculina, levantando su vista en aquel balcón, sorprendiéndose por esa presencia de máscara cubriendo totalmente su rostro, mismo que deja caer al vacío esa katana que sostenía. Sujetándola Maria que rápidamente la desenvaina para atacarlo, protegiéndose Zero con su arma que usa como bloqueo a esa lámina acerada.
-Pa... –es callado Ichiru por esa mano cubrir su boca, alejándolo a la vez de esa puerta-
Traslada Zero sus ojos a esa puerta y por ese extraño sonido venir de fuera.
-No te atrevas ¡A MIRAR A OTRO LADO! –logra ella moverse como lanzándole un espadazo, igualmente disparando Zero a cambio-
Agitadamente respiran ambos, cubriendo Maria con su mano esa herida en un costado de su vientre.
-Cómo pensé. Es difícil usar un cuerpo prestado. –sonríe "ella" posando su celeste mirada sobre esa herida–. Le fallaste al corazón. Pero, empecemos de nuevo cuando tus heridas estén curadas. –peina con su mano su flequillo-
-Qué?
Una punzada invade su cuerpo, presionando su mano en su pecho, cayendo arrodillado mientras se intensificaba esa agonía, apareciendo esa rojiza tonalidad sobre sus ojos.
-Cuando sangras, causa una fuerte sensación de inanición. Deberías tener cuidado. La verdadera naturaleza de un vampiro es salvaje y cruel. Lo mismo podría decirse de los cazadores.
Gira en retirada acercándose a ese escolta de máscara ya a bajo, regresándole la espada, mientras que ese albino caía al suelo sofocado. Avanza "Maria" hasta la salida, se detiene, viendo por sobre su hombro a ese cazador perder la consciencia, emanando de sus heridas la roja sangre que manchaba el suelo.
-Descansaré hasta la siguiente noche. –opina reanudando su retirada-
Inmóvil con sus ojos cerrados era Ichiru rodeado por ese brazo y pegado a un cuerpo sin saber de quién se trataba, aún cubriendo esa mano su pequeña boca.
-Él no puede nunca perderte. –murmulla Kaname sosteniendo el cuerpo de Ichiru–
* * * * * *
Confundido abre Ichiru sus ojos, viéndose dentro de su cuarto, sobre la cama, pero, faltaba su padre a su lado. Simplemente se incorpora al ser de día.
Completamente solo y confundido realizó las rutinarias labores de esa mañana para salir a encontrarse con Keira en medio del pasillo.
-Ichiru, Zero estuvo contigo. No fue a clase... ¿Ichiru? –le toma Keira la mejilla-
-Ah? No... yo...
Ichiru solo puede observar atentamente a esa pelinegra usando aquel uniforme de ese oscuro color, decidiendo mejor acompañarla en silencio.
-"Por qué siento que olvide algo.... ¿Pero dónde está papá?". –piensa cabizbajo-
-Te sientes bien? –le peina el rostro, lo notaba bastante decaído. Pero, otra presencia llama su atención–. Otra vez esa chica de la Clase Nocturna.
Posa Ichiru su atención en esa chica de blanco uniforme recostada en el árbol, pero, al conectarse sus miradas ésta se retira de aquel lugar.
-"Ella es la enemiga de Papá como ese tal Jun Kurenai... Ahora lo recuerdo" –piensa. Decide salir a correr, ignorando el llamado de Keira– ¡Maria-san, espere!
-Ichiru-chan, este es el salón dónde será el baile? –inquiere deteniéndose-
-No se haga la inocente ¡¿Qué le hizo a mi p... a Zero?! –se corrige dado a ser un secreto el que Zero fuera su padre, algo que los extraños no debían saber. Ni siquiera los de la Clase Diurna lo conocían-
-Por ahora él está bien. –le toma la mejilla encorvándose a su altura–. Pero pronto, se volverá en un Nivel E, y no escuchara una palabra que le digas.... Yo sé cómo salvar a Zero. –alarga sus labios dulcemente, sorprendiéndose Ichiru–. Qué tal si hacemos un trato. –le peina con los dedos el flequillo platinado–. A cambio, quiero que hagas algo que sólo tú puedes hacer. Bien tú te me entregas, o sino, entrégame el cuerpo de Kaname Kuran.