Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bloody por lilibel vangarret

[Reviews - 62]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Cargando ese ramo de flores se acerca a ese cuerpo sentado sobre la cama cubierto de libros, papeles y documentos bastante viejos. En silencio se acerca Kain, sentándose en el borde de la cama, a cambio, ofrece ese arreglo floral.

-Para mí? –inquiere Aidou sacado de onda y de su investigación. Muestra una sonrisa–. Gracias –le da un beso de agradecimiento-

-Fue idea de Ruka y Rima. ¿Y que son esos libros raros en tu cama?

-Estos son registros de los banquetes nocturnos que organizamos, y nuestros árboles genealógicos. –deja esas rojas rosas a un costado de su cama para tomar uno de los libros y mostrárselo a su primo/pareja–. Estoy buscando a posibles enemigos de la Familia Kuran. Y finalmente, seguro que descubriré los secretos de Kaname-sama.

-Bueno... Es peligroso. –opina Kain-

-Sí, pero... Tengo un mal presentimiento sobre todo eso. –desvía su mirada-

 

 

Seguía Shiki en silencio a su tío luego de dejar la casa de su madre. Habiendo acatado esa cita indicada en esa carta.

-Todo está bien?

-Sí, bastante bien, pero para ser honestos, todos los empleados han sido despedidos. –pone Shiki al tanto sin detener sus pasos-

-Eso he oído. Ya no te preocupes por eso. Hoy quiero mostrarte algo, Senri. –se aproxima a esas escaleras-

-Realmente no me gusta ese lugar. –se detiene el joven modelo con las manos en los bolsillos de su pantalón, continuando su inexpresión– Tengo un mal presentimiento de esto ¿No es sobre tomar mi lugar?

-Ya no eres un niño. Es por eso que hay algo que debes saber cómo un miembro del Clan Shiki. –avanza por esas escaleras de piedra subterráneas–. Mi más grande secreto que he estado escondiendo hasta ahora.

Penetra Shiki en aquella habitación, llegándole el impregnado olor de la sangre concentrada en esas paredes, mismo que lo obliga a cubrir con su mano su boca. Unas repentinas nauseas lo golpean, atreviéndose a acercarse unos pasos a aquel rectangular orificio, reconociendo un cuerpo dentro.

-Por ciertas razones, he protegido a ésta persona. A Jun Kurenai.

-... –se sorprende–. Entonces, él no está muerto. Qué desagradable. –se acerca al borde de ese orificio– ¿Por qué debes proteger a un ser demente igual que su esposa? –suavemente inquiere– ¿El hecho de que seas miembro del Consejo es la causa?

-Perdón por hacerlo esperar, Mi Señor. –se hinca el tío de Shiki realizando una venia, ignorando las preguntas anteriores-

Por sobre su hombro repara el joven modelo en esa obediencia por demás exagerada.

Sorpresivamente, de ese estanque de sangre ese ocupante saca su mano que apoya en el borde, salpicando ese líquido rojo con el rostro de Shiki. Asimismo, saliendo un torso masculino bañado en ellas, provocándole por instinto al pelimarrón ojiceleste retroceder, encontrándose sus ojos con ese par de celestes de aquella silueta recién salida.

-Por qué fui citado aquí? –inquiere Shiki sin dejar de ver esos claros ojos celestes puestos en él, bajando de esos blancos cabellos esa sangre. Traga saliva por esas inusuales nauseas regresar-

-Es una pequeña venganza hacia ese Kuran. Nada más. Así que... –alarga Jun sus labios exponiendo su par de colmillos-

Ve el joven modelo como se arrastra fuera parte de ese líquido de ese rectangular lugar donde era contenido, serpenteando a su posición. Trata el modelo de retroceder, pero no haciéndolo a tiempo, consiguiendo ser sometido por esos lazos que se cristalizan al instante igual al hielo por partes de su cuerpo, incluso, rodeando uno de estos su cuello, asfixiándolo, obligándolo a perder el conocimiento.

-Si me quitaste lo que es mío, Kuran, yo haré lo mismo con este tonto descendiente. –sale Jun de esa sangre-

Manchas rojas dejan sus pisadas al acercarse a ese inconsciente chico sostenido en el aire por sus ataduras "heladas", deslizándose de su desnudo cuerpo esa sangre que mojaba el suelo, pasando por aquellas múltiples heridas que aun no cicatrizaban. Acerca sus largas uñas sobre esa piel del cuello, a centímetros de diferencia, entrecerrándose sus ojos celestes por presentir algo inusual.

-Oh... –alarga sus labios en malicia–. Necesitaba desahogar mi libido luego de mucho tiempo, pero, lo he pensado mejor... le sacaré provecho a este descubrimiento. –baja su mano a aquel vientre que toca superficialmente-

 

 

En silencio ve Ruka a aquella escolta peliazul entrar sin saludar o decir palabra. Ignorándola para seguir decorando ese jarrón con rosas rojas. En cuanto al castaño, con sus ojos cerrados pensaba.

Aquel rastro de sangre lo habían llevado hasta aquel sujeto, habiendo dejado atrás, a bastantes kilómetros la magnánima edificación de la Academia Cross. No intimidándose ese albino que gira a ver a su sabueso en la figura de ese Kuran.

-Tiempo sin vernos, Kuran. Veo que no logre despistarte –alarga Jun sus labios en malicia admirando a ese inmóvil castaño–. También puedo ver en tus ojos que te encargaste de mi esposa. Esa parte debo agradecértelo. Pero,... el hecho que bebieras su sangre... –libera una risilla irónica–. Yo hubiera hecho lo mismo... Pero decidí hacerlo con Zero-kun.

Muestra Jun una clara sonrisa de provocación, no intimidándolo ese Sangre Pura inexpresivo delante..

Esos ojos castaños toman una tonalidad rojiza, a la vez que sobresalía del suelo afiladas montañas de arena que se dirigían a aquel mal herido Jun Kurenai por los balazos de Bloody Rose dentro de aquella Academia....

-Kaname-sama, he regresado. –se acerca Seiren al lado de ese castaño sentado en una silla alejado de los demás-

-Bienvenida a casa, Seiren. ¿Cómo estuvo? –inquiere abriendo sus ojos, no posándolos en ella-

-Parece que han comenzado a moverse. –hincada pone ella al tanto-

-Ya veo. Hubiera sido mejor si se hubiera quedado dormido para siempre. –opina sin reprimirse a aparecer esa rojiza mirada-

Se sobresalta Ruka por ver esas rosas consumirse hasta no dejar rastro alguno de que fueron unas hermosas flores, posando después su mirada en ese castaño, que aparentemente estaba molesto, muy molesto.

 

 

 

 

 

Noche 18 Silencio.

 

 

 

 

 

 

Pensativa veía por la ventana la solitaria noche estrellada, rodeando con sus brazos sus piernas flexionadas, escuchando la puerta ser tocada.

-Quién es? –inquiere Keira suspirando-

-Soy yo. ¿Puedo pasar? –inquiere Zero-

-Claro. –suspira ella posando sus ojos miel en ese albino que entraba-

-Qué haces aquí sola? –se acerca-

-Quería pensar un poco en un lugar silencioso sin tu acoso. Por cierto, solo por que no hay nadie significa que puedas entrar a los dormitorios de las chicas. Me has asustado, tonto. –gira a verlo haciendo un puchero-

-No eres quien para decir eso.

-No te quedes ahí, siéntate. –concede sonriente, sin sentirse ofendida-

-Qué sucede? –toma siento quedando delante de ella–. Me di cuenta que tú como Cross dejaron en la tarde la escuela. Precisamente después de regresar te encerraste aquí.

-Está bien. –suspira–. Quise investigar sobre la tragedia de tus padres. Cuando tenía ese libro en mis manos, la página sobre lo que sucedió hace 7 años se quemó. –ve al frente bufando–. Siento que es extraño. Es como si algo estuviera interfiriendo con lo que te involucra.

-Cuando trataba de recordar sufría de alucinaciones.

-Por eso ahora lo evades? –le interrumpe– ¿Acaso todo tu pasado lo has recordado? ¿No crees que tus recuerdos han sido borrados intencionalmente por alguien.... Tal vez Kuran Kaname? –gira a verlo por sobre su hombro, notando un cabizbajo Zero con un gesto triste. Sorprendiéndola–. Bueno... ya quita esa mirada preocupada.

Muestra Keira una sonrisa para acercársele y tomarle la mejilla, rozando con algunas hebras platinadas.

-Ichiru dónde está? –ladea su cabeza cambiando de tema-

Ve como ese albino se frotaba en su palma, para después encorvarse y apoyar su frente en su regazo, sorprendiéndola, ya que nunca pensó ver esa personalidad vulnerable en el albino.

-No quiero que tú gastes tu tiempo preocupándote por mi. Estoy bien.

-Cómo puedes decir eso? ¡Somos amigos! Quiero lo mejor para ti y para Ichiru. Por eso mereces saber la verdad. –acaricia esa cabecilla que descansaba en su regazo–. Tengo miedo de perderte.

En silencio ella se encorva a delante estrechando ese cuerpo albino.

 

*                      *                      *                      *                      *                      *

 

-Bienvenidos! –saluda alegre Ichiru en la entrada de la Academia Cross-

A su lado, su padre y Keira también lo acompañaban.

-Kaname-senpai! –corre hacia ese castaño quien precisamente avanzaba a su dirección–. No pude despedirme de usted. Bienvenido.

-Pensé que no me hablabas.

-Uh? –ladea su cabecita sin comprender– "¡¡Es cierto!!" –piensa cayéndole ese balde de agua fría–. Eso... Kaname-senpai, si ha dejado de dudar de papá, entonces... Está bien.

-Si dude demasiado de él me siento mal por ello, finalmente terminamos por encontrar al vampiro que lo hizo. En cualquier caso, Ichiru. El que tú me dijeras eso... ¿No pensaste que estaría molesto contigo?

-P-Pero... tú eres el que tiene la culpa. –hace un pucherito ruborizado-

-Quién crees que me hizo actuar así? –posa sus ojos castaños sobre ese silencioso cazador que no le había ni siquiera saludado. A cambio, Zero solo puede disimular ese bochorno. Aquel detalle lo había olvidado, más o menos–. Aquí tienes. Un regalo para ti. –mejor ofrece a Ichiru lo traído-

-Eh? ¿Hontoni? –se alegra recibiendo sobre sus pequeñas manos–. "Qué bonita" –admira en silencio esa pequeña rosa bellamente adornada-

-Es una rosa que florece una vez cada 10 años. La escogí porque es rara y única. –posa por inercia nuevamente sus ojos en ese alejado albino-

-Te está diciendo raro. U_U –gira Keira a ver al Kiryuu mayor, trasmitiéndole a Zero lo escuchado en un murmullo-

-¬¬

-Eso dijo, Zero. –_- –se defiende ella por esa mirada violeta del cazador-

-O hubiera sido mejor haberte traído algo para comer? –inquiere Kaname regresando sus ojos al pequeño albino-

-Uh? ¡No! No es eso. Solo que me pareció muy bonita. –sonríe ladeando su cabeza, posando sus ojos en ese bulto que Kaname cargaba bajo su brazo-

-No es comida. –sonríe Kaname-

-Sí, lo sé con solo verlo... ¬¬.

-Keira-kun, toma. Es tu regalo. –ofrece el castaño amable-

-No la quiero.

-Es una muñeca a tamaño real que se dice que está maldita desde eras pasadas. La compré solo para ti. –muestra una sonrisa amable en medio de sus verdaderas intenciones-

-... –solo puede bajar una gota por la cabeza de Zero-

Keira solo observa en silencio esa muñeca unos centímetros más baja que ella. Ladea su cabeza para después tomarla, arrojarla al suelo y "molerla a pata". Bajo la sorpresa de Ichiru.

-Muchas gracias, Kaname-senpai. Ha servido a su propósito. He tenido suficiente. –ofrece con una sonrisa "de niña buena" aquel amasijo de tela en que había quedado-

-Kuran. –interviene Zero antes de que se mataran–. Hay algo que quiero hablar contigo.

Sorpresa en Ruka y Aidou, solo viéndose entre ellos a los ojos.

-Los dos solos? –inquiere acercándosele–. Más tarde... en la escuela.

-Debo chequear sus nombres en la lista! Vamos, Keira-san. –se acerca Ichiru a los demás arrastrando a la pelinegra aunque no quisiera, dejando al par de mayores solos–. Vamos, vamos.

-Pero, Ichiru... ¡Deja de ser manipulador! >O< –se queja Keira-

-Ichiru corre tan alegremente, pero, mientras no estaba... Hm... –muestra Kaname una sonrisa–. Esto no es algo de lo que deberíamos hablar aquí. –posa sus ojos castaños sobre los violetas-

 

-Veamos... Ichijou-senpai y Shiki-senpai van a llegar un poco tarde por asuntos familiares. –escribía Ichiru-

-Prefecta, Shiki contacto contigo? –inquiere Rima acercándose al par-

-Sí. Ambos. –responde Keira-

-Toya, parece que Shiki fue a "trabajar". –opina Aidou tras ella, notando su preocupación–. O seguramente se encontró con Takuma.

-Pero yo no he podido contactarlo. –suspira preocupada–. De seguro tienes razón y estén juntos. –sigue a los demás-

 

 

-Amo, Takuma-sama ha regresado. –pone al tanto esa empleada la presencia de ese joven rubio bajo el marco de la puerta-

-Viniste obedientemente. Pero no pensé que regresarías sin decírmelo. –opina Asato, sentado sobre ese sillón frente a ese escritorio-

-Sería problemático que vinieras a la Academia como lo hiciste antes, abuelo.

-Pagar una visita a ver cómo está Kaname-sama es sólo algo natural para un guardián. –gira Asato a verlo-

-Abuelo, Kaname dijo que tener un guardián era algo inútil. ¿Olvidaste que él también declaró al Consejo que la interferencia con la escuela era innecesaria?

Sólo estoy preocupado por Kaname-sama. Últimamente, él ha estado profundizando su amistad con los Aidou.

-Es probable porque le es más fácil estar con alguien distinto de ti. UoU –opina el joven rubio sonriendo a ojos cerrados-

-La familia Aidou es una facción de poderes majestuosos que están contra el Consejo. Me atrevo a decir que las únicas familias que de verdad están con el Consejo son la familia Ichijou y la familia Shiki.

-... –borra su sonrisa por escuchar el nombre de su pareja, bajando su cabeza–. Kaname no tiene interés alguno en poderes Reales. Digo esto como su amigo y no tiene nada que ver con el Consejo.

-Tienes que deshacerte de esas nociones ingenuas rápido. –se incorpora Asato frunciendo sus rubias cejas– ¿Entiendes tus deberes, no? Te eduqué con esa esperanza en mente. Y veo que la has acatado "relacionándote" con un Kuran. –opina–. Aunque éste no sea un Kuran Sangre Pura sino un Noble.

-Abuelo, yo... Yo amo a Shiki. No me importa que él sea medio hermano de Kaname... –se defiende-

-Hay alguien que quiero que conozcas. –le interrumpe–. Por esa razón te he convocado. Ven conmigo. –encamina sus pasos-

-"¿Alguien que él quiere que conozca?". –piensa Ichijou siguiéndolo resignado– ¿Es un Sangre Pura.. De la Familia Shirabuki? –inquiere algo nervioso por evocar ese apellido-

-Lo sabrás cuando lo veas. –lo ojea de reojo sin detenerse-

Son abiertas esas puertas delante suyo por dos empleadas, permitiéndoles el paso.

-Siento haberlo hecho esperar ¿Le gusto? –inquiere Asato delante del marco de esa puerta-

El débil cuerpo de una joven cae al suelo, hallándose completamente inmóvil por la excesiva pérdida de sangre.

-No está mal. –responde esa voz masculina limpiando con el dorso de su mano ese rastro de sangre bajar por su boca, después descansando su mano sobre esa cabecilla marrón acostada a su lado-

-Es bueno oír eso, Amo. –se hinca Asato-

Posa Ichijou sus ojos verdes sobre ese hombre sentado en esa silla. Siguiendo esa mano albina... Paralizándolo.

 

*                      *                      *                      *                      *

 

Intrigado veía la luna menguante decorar el cielo en medio de ese pasillo. Pero, en ese momento lo invade un repentino mareo, provocándole sostenerse del alféizar de madera.

-"Me siento débil". –piensa Ichiru abriendo sus ojos-

Por inercia posa sus ojos en aquella humedad que percibía bajo sus manos, asombrándose por ver ese marco donde se sostuvo dejar una mancha de su palma. Incrédulo separa sus manos para observarlas, estando bañadas de ese líquido carmesí. Otra ilusión... Traga grueso cerrando sus párpados como sus manos. Respirando agitado

-"No me puedo asustar. Es una ilusión... Una ilusión" –se convence-

Abre nervioso sus ojos viendo sus palmas completamente limpias. Sin embargo, a un costado de ese cristal ve una silueta. Asustado pierde las fuerzas de su cuerpo, siendo sostenido por aquellos brazos de esa presencia.

 

 

Se estrella esa taza que contenía aquel caliente líquido, esparciéndose en consecuencia en el suelo.

-Oh, no! ¡Mi té de rosas! –se queja Cross– ¿Quieres beber un poco, Kiryuu-kun? –ofrece hincándose para recoger esos trozos–. Aun sabiendo que fue un regalo de Kaname-kun...

-No, gracias. ¬¬# –se niega con esa vena saltándole–. Sólo vine a reportar que todos en la Clase Nocturna están en sus dormitorios, excepto dos que más tarde llegaran. Nos vemos. –da media vuelta en retirada-

-Ouch! ¡Me corte el dedo! >O< –se queja el Director–. Ya que sería un desperdicio ¿no quieres lamerlo, Kiryuu-kun? ^O^

-Ichiru y tú no me harán lo mismo. –suspira Zero en derrota por tal ofrecimiento, cubriendo su mano su rostro-

-Qué?! ¿Qué quieres decir? ¡¡¡¿Eso significa que has mordido a Ichiru-chan?!!! –se incorpora de golpe-

-... –calla–. Yo sé que tú sabias. Que incluso ahora, yo bebo la sangre de Ichiru. –opina sin verlo-

-Eso es porque los dos tienen un vínculo. –recobra su seria personalidad prefiriendo colocarse una curita en el dedo–. Aún pienso protegerlos, incluso si es considerado por un tabú por los "humanos". ¿Soy un irresponsable, no? –muestra una sonrisa ladeando su cabeza–. Pienso que todo está bien mientras todavía tengas "juicio".

-Juicio... –repite-

Posa por inercia sus ojos en ese dedo antes cortado y ahora curado, aun quedando en el aire el aroma de la sangre. Siéndole imposible no tragar grueso por esa sensación en su garganta, prefiriendo acercarse a la puerta.

-Ten cuidado de no cortarte las manos más de lo que están. –aconseja saliendo-

 

-Kuran? –repara Zero en ese castaño avanzar en medio del pasillo. Por inercia se fija en ese bulto que cargaba entre sus manos– ¿Ichiru? ¡Ichiru! –sale a correr luego de notar esos cabellos del color de los suyos-

Angustiado corre Zero sacando a Bloody Rose, a cambio, es su muñeca tomada siendo alejado ese cañón.

-Qué le hiciste a mi hijo? –inquiere en imponencia y completa sobreprotección-

Pero se siente jalado por esa misma mano de Kaname para después ser abrazado por éste. Parpadea Zero confuso por ser rodeado por un brazo de ese castaño, hallándose la cabeza de Ichiru descansando sobre uno de sus hombros siendo sostenido por un brazo.

-De qué estás asustado? Yo no sería capaz de lastimarlo. Cálmate.

Bastan esas palabras para bajar su brazo que sostenía su arma, permitiéndole ese gesto.

-Ichiru es mi vida. –lo único que dice colgando sus brazos a cada lado de su cuerpo-

-Qué es lo que querías decirme que no podías decir enfrente de todos? –inquiere sin liberarlo-

-... –recuerda pensativo–. Quiero hacerte una pregunta. –se aparta suavemente de él– "Si la desconfianza de Keira es infundada ¿Por qué estabas en esa montaña cubierta de nieve hace casi 8 años?". –piensa observando esos ojos castaños olvidando la compañía de su hijo– "Por qué...". –no salían preguntas de su mente. Todo estaba muy confuso–

-Está bien, puedes preguntarme lo que quieras. –toma esa albina mejilla entre su palma–. Mis sentimientos por ti no cambiaran. Nunca te lo había dicho en palabras. Pero ya debes saberlo, ¿no Kiryuu? Te amo más que nada en el mundo. –lo estrecha nuevamente contra sí-

-... –parpadea confuso ¿Eran ciertas las palabras que le decía?–

-Si hubiera algo que pudiera hacer por ti, me llevaría todas tus preocupaciones.

 

 

Avanzaba Keira en silencio por uno de los pasillos al estar realizando su ronda nocturna, deteniéndose sus pasos por esa figura sentada en medio del pasillo.

-Zero! –corre preocupada– ¿Estás bien? ¿Por qué tienes a Ichiru? ¿Le paso algo? –rápidamente inquiere hincada a su lado-

-No pude sacar las palabras de mi boca. –trasmite cabizbajo sin dejar de estrechar contra si el cuerpo inconsciente de su hijo-

-Uh? ¿No pudiste preguntarle? –inquiere ella–. No te preocupes, la oportunidad llegara.

-Yo... –levanta su rostro para verla, arrepentido por lo que no hizo-

-Ah.. Zero... Tus ojos están del color de la sangre. –repara en esos ojos rojos en vez de violetas-

-... –se sorprende desviando su mirada–. Estoy bien. Esto no significa nada. Iré a dejar a Ichiru en su cuarto. –se incorpora alejándose-

Frunce la chica sus negras cejas mientras lo veía alejarse, saliendo a correr por la dirección contraria.

 

-Creí haber sentido algo desagradable. Eres tú. –opina Kaname desde lo alto de las escaleras del dormitorio de la Luna-

-Tú sabías lo que Zero quería preguntarte. –frunce Keira su ceño acercándose a las escaleras– ¿Por qué no le respondiste?

-... –en silencio la observa. Ve por sobre su hombro a esas compañías–. Kain, Seiren, pueden regresar a sus dormitorios.

En silencio se retiran los Nobles.

-Me pregunto por qué vendrías aquí con la intención de hacer enemigos. Este no es un lugar para hablar. Ven a mi habitación. –avanza lentamente. Se detiene para verla sobre su hombro–. Si no te importa ir a la habitación del líder vampiro que más odias.

Continua sus pasos Kaname acercándose a su cuarto.

-Siéntate donde gustes. –permite, cerrando detrás suyo la puerta para no ser interrumpidos-

-Fuiste tú... –lo piensa mejor–. ¿Fue tu el linaje que se unió con los padres de Zero? ¿Tú y Zero están conectados en el pasado, verdad? –se aproxima unos pasos– ¿No querías deshacerte de todas su preocupaciones, no? –entre cierra su mirada clara-

-Entonces... –cubre con su mano su rostro dándole la espalda– debería simplemente destruirte, ya que eres una de esas preocupaciones. –gira, posando uno de sus ojos castaños sobre ella-

Se siente Keira tomada de una de sus muñecas siendo arrojada contra la pared próxima, asimismo por segundos logro desenfundar esa arma oculta que llevo y apuntarle en el cuello al castaño.

-Hazlo, y en este momento te dispararé. –en firmeza dice ella. A cambio Kaname presiona sus dedos sobre esa muñeca-

-Tú... –acerca su rostro a esa chica en serenidad–. Solo una persona me ha desafiado y ni a él se lo permitó. Pero tú, me muestras unos colmillos sin vacilar. –aleja su rostro apareciendo una roja mirada-

 

De golpe abre Zero esa puerta de aquel Dormitorio de la Clase Nocturna penetrando sin dificultad alguna o algún ocupante de dicha edificación que se lo impidiera, sirviendo esto de gran ayuda.

-Realmente te odio.

Apresurado corre el albino por esas escaleras abriendo igualmente esas nuevas dos puertas, asombrándose por ver a ese castaño mover su otra mano para atacar a esa pelinegra.

-Keira! –corre-

Un estruendo seguido de un balazo.

Agitada abre ella sus ojos, viéndose rodeada por un cuerpo. Preocupada se ve en el suelo pero sin ningún rasguño, solo con rastros de escombros de esa pared demolida con sus propios cuerpos, dejando un enorme hoyo.

-Zero! –se preocupa ella. Hincándose a su lado– ¿Por qué te interpusiste? –preocupada busca alguna herida. Había presionado el gatillo, pero no estando segura si le atinó a ese chupasangre de nombre Kuran-

-Ve... te. Vete. –pide respirando agitado alzando su torso del suelo recostándose contra esa bañera-

-Pero y tú?

-Estoy bien. Solo fue un susto. –le muestra una sonrisa para no preocuparla-

Se va Keira en silencio, sin haber sido lastimada por ese inmóvil castaño. Incrédulo admiraba Kaname ese albino tomar su hombro en dolor.

-Por qué? –inquiere Kaname sin dejar de verlo– ¿Por qué? –prefiere penetra por ese orificio e hincarse frente a él-

-No estarías satisfecho si no le arrancabas el corazón con tus propias manos, no? –inquiere viéndolo sin dejar de cubrir su hombro. Pero por inercia sus ojos dan con esa mancha de sangre en aquel cuello, inconscientemente apareciendo esa roja tonalidad–. Así que Keira logro herirte.

-Eres un imprudente. –opina tomándole la mejilla, notando esa mancha de sangre que se extendía bajo esa palma albina que buscaba cubrirla–. Es imposible para ti refrenar tu sed de sangre después de haber sangrado tanto. No serás capaz de resistir el hambre por más tiempo.

-Ah... –jadea inconscientemente tomando su cuello-

-Sabes lo que eso significa, no? –pierde sus dedos cerca a esos cabellos platinados-

-No bromees. –cierra fuertemente sus ojos por esa punzada-

-Sería un problema que murieras ahora ¿Dejarías que Ichiru sufriera tu perdida? Porque mis sentimientos por Ichiru y tus sentimientos por él probablemente son los mismos.

-No metas... a mi hijo... en esto. –se le hace difícil respirar–. Yo solo deseo ver a... mi hijo sonreír siempre. ¡Ah! –jadea abrazándose a si mismo-

Débilmente estira sus manos al cuerpo de ese castaño que se ofrecía delante, estaba en su limite, precisamente iluminándose aquel sello en su cuello y extendiendo su tortura. Sin pensarlo mucho se impulsa a ese cuello clavando sus colmillos en esa piel.

-Si no lo hubieras hecho te hubiera obligado. –opina Kaname sereno rodeando entre sus brazos ese albino-

 

Por tercera vez el aroma de Kaname en el aire es percibiendo por la Clase Nocturna, y preocupándolos aún más. No pudiendo hacer nada para conocer el por qué, pero dos Nobles lo suponía pero no se atrevían a creerlo.

Aidou, dentro de la protección de esa biblioteca solo puede entrecerrar sus ojos e ignorar ese detalle.

Notas finales:

Qué puedo decir a mi defensa. Nada. ^_^ jajajajajaj


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).