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Bloody por lilibel vangarret

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Notas del capitulo:

Creo que después de este capítulo me querrán matar por dos razones,.. ya que Kaname vuelve a hacer "Uke", pero la situación lo requería. Ya están avisad@s UoU

Y la 2da, porque Ichiru será mordido... U_U

Preocupado se hallaba sentado al lado de esa camilla cabizbajo, tomando entre sus manos esa pequeña mano de su hijo. Luego de ese desmayo había empeorado.

-Le he dado unos días de vacaciones a la Clase Nocturna. Así no tendrás que hacer guardia en la noche. –opina Kaname colocándose tras él–. Y podrás estar al lado de Ichiru.

-Por qué...? –inquiere sin girar a verlo ni moverse de su acongojada posición-

-Acaso quieres también caer a la cama? Así que... –se encoge de hombros–. podre dormir tranquilo sabiendo que tú lo estás. –ninguna respuesta. Suspira acercándosele apoyándole la mano contra la cabeza–. Espero que podamos repetir lo de esta tarde.

-No lo entiendo... –levanta su cabeza viendo al frente, donde yacía su hijo–. O si pero no quiero aceptarlo. ¿Es Jun, no es así? Piensa regresar como meses atrás... –el invadirlo un miedo lo hace callar. Él no aceptaría perderlo–.... –muerde sus labios cubriendo su rostro con sus manos. Retenía ese llanto que quería salir-

-Todo está bien. Yo los protegeré. –se hinca para rodear ese cuerpo entre sus brazos, pegándolo contra si-

Lentamente mueve Zero sus palmas para observar ese rostro, en realidad para fijarse en esos ojos y sustentar lo escuchado. Desliza una de sus manos por ese cuello hasta rozar con esas oscuras hebras, atrayéndolo contra sí. Lo besa. Necesitaba ese distractor de su mente para no preocuparse por su hijo.

 

 

Rodaban las llantas en una moderada velocidad, atravesando ese auto ese camino empedrado en medio de la noche.

-Ya casi llegamos... –avisa el rubio Vicepresidente-

Da Ichijou una ojeada a su acompañante en la parte trasera de ese auto, reparando en ese inconsciente Shiki, pero, inconscientemente se trasladan sus ojos verdes a ese hombre de negro traje.

-Sí. –recarga su codo sobre ese ataúd, asimismo descansando su mano contra su mejilla–. Me pregunto cómo reaccionará al verdadero dueño de ese niño... ese falso prometido. –muestra Jun una sonrisa cínica-

 

 

 

 

 

 

Noche 20 Mundo Sangriento.

 

 

 

 

 

 

-Zero... –

Suspira a gusto ese nombre mientras sentía a ese albino entrar lentamente como si buscara permitirle acostumbrarse, no sabiendo el pobre de Zero que él ya se había acostumbrado hace mucho, incluso reclinando inconscientemente sus piernas, reprimiendo esos profundo y roncos jadeos que quería emitir.

Había hecho olvidar a ese cazador de ese dolor de ver desfallecer a su hijo, dejándose envolver con ese suave beso que lo llevo al desenfreno y a entregarse. Sí, la excitación no dio tiempo para correr a otra habitación, así que corrieron una cortina y se ubicaron en la camilla más lejana de la de Ichiru.

-Ah... –escucha el leve suspiro de ese platinado–

Sonríe Kaname de gusto, para rodear ese cuerpo desnudo enterrando sus uñas en su espalda, repentinamente sintiendo a cambio sus labios en su cuello, lamiéndolo con avidez sin usar sus colmillos, algo nuevo en ese vampiro-cazador.

-Mgh... –trata Kaname de reprimirse, entreabriéndose sus ojos por esa profunda penetración de ese cazador-

Traga grueso el Presidente Sangre Pura para no gritar por esa sensación escalofriante de esa lengua, aumentando ese vaivén, apretando sus piernas en esa cintura para impedirle a Zero que se alejara. Primero lento, desesperantemente lento, impulsándolos a unir sus labios para no gritar y ser descubiertos, rozando piel con piel, mientras pequeñas perlas de sudor aparecían sobre sus cuerpos, olvidándose completamente de su entorno.

 

 

Agotada se deja caer acostada Rima en ese sillón de la sala principal, usando el blanco uniforme de la Clase a la que pertenecía.

-Estoy tan cansada. Qué trabajo más extraño me forzaron a hacer. –exclama la modelo frotando su ojo-

En ese momento, escucha unas pisadas venir de las escaleras próximas, abriéndose sus ojos por presentir un aura distinta, levantando de golpe su torso.

-Rima, regrese.

-Shiki. –exclama por ver a su pelimarrón compañero recostarse en el barandal de la escalera. A su lado lo acompañaba Ichijou–. Veo que vienes con Ichijou ¿Qué has estado haciendo hasta ahora?

-Esto y aquello. –desciende para acercarse a ella–. Así que, Rima... Tengo mucha hambre... –apoya su mano a un costado de ella, contra la cabecera del sillón inclinando su cuerpo a adelante-

-Uh? –ladea ella su cabeza por la cercanía de su amigo, admirando a Ichijou, quien le desvía la mirada. Extrañada regresa sus ojos a Shiki, topándose con una leve tonalidad celeste–. Oye, Shiki, esos ojos ¿que paso?

-Esto y aquello. –aparece una sonrisa maliciosa entrecerrando sus ojos-

Completo pánico en Rima, pero, antes de poder decir algo, Shiki es tomado del brazo contrario y alejado de la chica.

-Este no es un lugar para comportarse como un niño... Shiki. –sonriendo a ojos cerrados reprende Ichijou–. Además, aun tienes muchas cosas que hacer. –abre sus ojos mostrando un triste gesto-

Libera a ese pelimarrón que le da una ojea a la chica de coletas por segundos, para después alejarse. Resignado lo sigue el rubio Vicepresidente.

 

 

Esa última prenda de su uniforme se coloca, incorporándose después. Ve por sobre su hombro esa presencia albina haberse quedado dormida luego de esa profunda entrega, sonriendo de gusto. Aunque deseara quedarse minutos más al lado de Zero, había sentido una desagradable presencia pisar la escuela.

Entre abre sus párpados posando su violácea mirada sobre esa figura de castaños cabellos abandonar la enfermería. Luego de sentirlo varios pasos bien lejos decide alzar su torso, bufando. ¿Cómo podría sentirse después de esa locura? De alguna manera, se sentía feliz.

-Me estoy enloqueciendo. –se dice Zero incorporándose-

Se incorpora acercándose a su hijo. Cargándolo entre sus brazos envuelto en esas sábanas se lo lleva de enfermería, odiaba esos lugares.

 

 

-Parece como si fuera a empezar a nevar. –opina Akatsuki viendo la noche, a cambio, Aidou frota sus brazos-

Como obedientes Nobles se hallaban frente a aquella edificación cerca a los dormitorios del Sol perteneciente a los caballeros, luego de hace pocos minutos haber seguido con "su trabajo". En silencio frota Aidou sus brazos, consiguiendo la atención de su pareja.

-Esto es realmente inesperado... Qué estés siguiéndole la corriente a ese "juego de amante" del Presidente del Dormitorio. Ni siquiera Ruka que se fue a su cuarto. –rasca tras su nuca suspirando-

-Akatsuki, no es un "juego". Sabes que Kaname-sama está muy unido a él, así me cueste aceptarlo. –opina sereno, viéndolo-

-Perdona, pero a mi me sigue pareciendo un "juego". –se encoge de hombros–. Es como si él quisiera preservar forzosamente algo que está roto. Incluso ha llegado al punto de hacernos actuar como sus guardianes. –posa su vista en el tejado. Demás de sus compañeros "hacían guardia"–

-En serio no sabes de qué debemos protegerlos, Akatsuki? –suspira Aidou metiendo las manos a los bolsillos de su pantalón– ¿Pero por qué Kaname-sama ha esperado tanto?

 

 

Sentado frente a esa cama se hallaba Zero, habiéndose quedado dormido, entrelazando sus brazos sobre el borde para descansar su cabeza en ellos.

-Papi... –adormilado abre sus ojitos levantando su torso-

-Uh? –levanta su cabeza–. Aquí estoy, hijo ¿Todavía te duele la cabeza? –se incorpora para tomar esa frente–. Ichi...

Bruscamente es Zero tomado por esos pequeños brazos arrojándolo a la cama, subiendo a su cuerpo, incluso desplazando sus pequeñas manos al cuello de su padre. ¿De dónde su hijo había sacado tanta fuerza?

-Ichiru... –murmulla sorprendido-

-Papi? –repara en ese albino debajo suyo–. Papi.

-Estás bien? –inquiere estirando su mano para tomar esa mejilla-

-Lo siento... lo siento. –pide. Había presentido a ese malo hombre cerca en vez de su padre-

Zero en silencio levanta su torso para rodear ese cuerpo que sufría temblores, estrechándolo. Lo carga sentándolo en la cama.

-Te traeré algo de comer. No has comido nada. No demorare. –le peina la cabecita dulcemente– ¿O quieres que me quede?

-... –niega con su cabeza viéndolo–. Ve, aquí te espero, papi. –le muestra una pequeña sonrisa para no preocuparlo-

Suspira el padre saliendo, dejando a ese pequeño que borra su sonrisa dejando caer su cabeza.

De golpe presiona sus dedos sobre su pecho por ese repentino dolor.

-Me duele... –no quería gritar y tener que preocupar a su padre, por eso solo resiste-

Sorpresivamente ve su cama completamente manchada de sangre, reprimiendo ese grito de espanto.

 

 

Junto a la compañía de Seiren había llegado hasta esa terraza al aire libre, ondeándose su castaño cabello y largo gabán oscuro por la fría brisa. Repentinamente escucha detrás suyo unas pisadas.

-Ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos. –se detiene "Shiki" acompañado de Ichijou–. Después de yo haber probado la sangre de mi pequeño Zero precisamente dentro de esta Academia. Ese día, por poco destrozas mi cuerpo hasta desaparecerlo. Eso sí que dolió, Kaname.

Muestra una sonrisa, ladeando su cabeza, posando sus ojos celestes sobre esa espalda erguida.

-Agradezco haber tenido aliados. ¿Parece que han pasado muchas cosas en ese tiempo, no? Pretendes reemplazarme. Ah, eso me recuerda... –pasa la mano por su flequillo marrón–. Honestamente estoy reconfortado por la muerte de mi esposa, Shizuka. Tengo el presentimiento de que tendré que esperar una larga cantidad de tiempo para hacer que "mi prometido" se vuelva el niño sumiso de antes.

-... –traga Ichijou grueso, continuando en silencio– "¿Con prometido... Se referirá a Zero?"

-Qué bueno. Me complace que sigas siendo el mismo, Jun. Entonces cuando te mate... –gira a verlo por sobre su hombro en serenidad– no tengo por qué dudar.

Violentamente se fragmenta el suelo bajo los pies de Kaname levantándose una alfombra, asimismo escuchándose el claro sonido de ese suelo desquebrajarse hasta convertirse en una hambrienta serpiente de trozos corto punzantes como fauces, dirigiéndose al chico de cabellos marrones que no mueve ningún musculo para retirarse de ese mortal ataque.

-Kaname! –se interpone el rubio con sus brazos abiertos. Deteniéndose el ataque a escasos centímetros de su cuerpo–. Lo siento pero no dejare que lastimes a Shiki. ¡Él no será sacrificado en tu guerra! Él lastimara a mi hijo. –se atreve a decir sin moverse-

-Un hijo? ¿Entonces eso significa que... no estás del lado del Consejo? –inquiere viéndolo-

-No te preocupes. Kaname no habla en serio. –sale Shiki de esa protección, interrumpiendo–. No tiene sentido destrozar este cuerpo prestado. Además, solo tengo pocos lapsus de tiempo para dominar este débil cuerpo de tu familia.

-Así que por eso logras usar a Shiki...

-De una u otra forma no importa. Una vez que tenga en mis manos a Ichriru o al mismo Zero este cuerpo será innecesario. Por cierto... ¿Mi hijo ya despertó de sus ilusiones? –provoca entrecerrando sus ojos celestes-

-"Hijo...?" –piensa Ichijou tras ellos-

-Los Sueños felices se convertirán en pesadillas. Si lo dejas así, para esta hora los brutales colmillos deben estar empezando a destrozarlo por dentro... –continua provocando-

-Jun.... No pienses que a una persona impura como tú le permitiré ponerle las manos encima de nuevo.

Esos fragmentos se derrumban perdiendo esa criatura de cemento la estabilidad, quedando en inofensivos fragmentos en el suelo, quedando solamente Ichijou y "Jun", faltando Kaname incluso la misma Seiren.

 

 

Pegado a la puerta se hallaba respirando con su boca abierta a causa de aquellas manchas rodear toda su habitación. Tiembla aterrado cubriendo su rostro con sus manos. Era una ilusión de ese hombre malo. Debía ser fuerte como su padre. Sorpresivamente, una brisa fría invade su habitación. Tímido aparta de uno de sus ojos su mano, posándolo al frente. Nevaba.

Completamente débil se desploma ese pequeño cuerpo albino cayendo al suelo, se aproxima esa presencia siendo tomado entre esos brazos.

 

De golpe se detiene Zero con esa bandeja entre sus manos, perdiéndola entre ellas para salir a correr. Tenía un mal presentimiento.

-Ichiru! –abre Zero de golpe esa puerta, quedando perplejo– ¿Qué haces con mi hijo? –se aproxima agitado a ese cuerpo de ojos cerrados petrificándose al palparlo helado– ¿Qué... Qué le pasa a mi hijo? Kuran...

-No hay tiempo. Si esperamos más será demasiado tarde. Sígueme. –ve inseguridad en el albino mayor, sin embargo luego asiente-

 

-"¿Nieve Roja?"

Entre abre sus ojos que veían el cielo. Nunca había visto una nieve tan roja ¿Y por qué debía de ser de ese color? No lo sabía, simplemente cierra sus ojos por ese dolor de cabeza, jadeando.

-Papi... –murmulla-

-Aquí estoy. –le toma la mano, pero su hijo no respondía– ¿Qué piensas hacer, Kuran? –inquiere sentado a su lado en medio de esa leve nevada, estando los 3 sobre ese tejado-

-Él solo debe despertar antes de que termine su vida. –peina esa frente rozando con ese platinado flequillo, levantando ese pequeño cuerpo-

Lo siguiente que Zero vio lo dejó helado. Sin poder responder ve a ese castaño encorvado cerca al cuello de su hijo clavando sus... ¡Sus colmillos!

-No! ¡¿Qué crees que haces?! –regresa Zero en sí sin poder interferir. Si alejaba a Kaname podría lastimar aun más a su hijo-

Siente Ichiru un escozor en su cuello que va en aumento, abriéndose sus ojos violetas que logran ubicarse, pese a estar de cabeza logra fijarse en la figura aterrada de su padre sentado delante suyo, viéndolo a punto del llanto mezclado en terror ¿Por qué su papi lo veía así? La última vez que lo vio lo dejo en su cuarto para ir por su cena y luego la visita de... ¡Kaname! Era Kaname quien... Esa punzada en su cuello aumenta desviando su mirada que logra notar esa cabellera castaña. Kaname lo... mordía.

-Kana... Senpai. –balbucea–. No... ¡No!

Busca con sus pequeñas manos alejar a ese castaño, por sentir esa calidez bajar por esa zona que era herida. Tratar de alejarlo de su cuello o por lo menos hacerlo parar. A cambio, es cubierta su boca por esa mano masculina, imposibilitándole gritar.

-"Papi no quiere esto... Siento sus colmillos...". –se cierran fuertemente sus párpados– "¿Q... Qué está pasando?" –abre sus ojos violetas de golpe atemorizado levantando su mano para alejarlo-

Presiona sus pequeños dedos sobre esas hebras castañas contrarias cerca a su cuello, cerrando fuertemente sus párpados. Completamente débil se siente dejando caer su brazo, sin abrir sus ojos violetas.

-Lo lamento. –peina Kaname esa cabecilla platinada de aquel menor-

Por su lado un petrificado Zero no podía creer lo que estaba sucediendo delante de sus ojos, reteniendo las lágrimas. ¿Qué más podía hacer? Solamente resignarse. Así que su niño estaba tan débil para seguir viviendo una noche más.

-No lo hagas... –pide cabizbajo como si esa hubiera sido la solución, presionando sus dedos en el cemento–. Es mi culpa... –siente una caricia de un pulgar en su mejilla. Tratándose de Kaname que había alargado su mano-

-Lo lamento. –dice retirando esa única lágrima de ese cerrado ojo-

Sin perder tiempo aleja su mano de ese destrozado cazador albino para acercarla a su boca, reteniendo un sorbo.

Logra Kiryuu percibir esa sangre Kuran en el aire no siéndole difícil suponer lo siguiente que haría, cerrando fuertemente sus ojos para no tener que ver como sería condenado su hijo, convertido en un vampiro como él. Hasta que, un segundo aroma se antepone sobre el de ese castaño.

-"¿Jun?" –piensa ese cazador en incredulidad abriendo sus ojos. ¿Ese Sangre Pura estaba cerca y herido?–

De golpe levanta Zero su cabeza posando sus ojos sobre ese pequeño que compartía la sangre de Kaname entre sus labios, recién abriendo sus ojos...

 

 

-Kaname, te has divertido con Takuma-kun? –inquiere Haruka al ver la presencia de ese menor entrar-

-Ehh... sí. Gracias por dejarme jugar. –responde quitándose su abrigo-

-Realmente me siento aliviado por eso. Pero es extraño. –cruza su brazos–. Mi estrategia se basaba en que Takuma-kun influenciara en ti. Francamente pensaba que al llegar a casa hubieras cambiado, al fin y al cabo sólo eran planes.

Calla Haruka para poner su ojo clínico en él.

-Él no ha cambiado, cierto Rido? –ladea su cabeza sin dejar admirar al menor-

-O.o –admira Kaname a su padre-

-Nuevamente has estado extrañamente tenso. Menos mal que te has calmado. –abraza contra sí a ese menor–. Ya sé. Podríamos traer a Shiki para que se quede esta mañana a jugar contigo o esta misma noche ¿Qué te parece, Kaname?

-Seguramente es la reunión. –toma Rido asiento posando su heterocromada mirada sobre el menor-

-... –se encuentra su mirada con la de su segundo padre para después desviarla–. La Asociación podría enterarse.

-Y qué hay con esos? Ya cuando lo hayan sabido ya habrá sido demasiado tarde. –se encoge Rido de hombros-

 

Fuera de esa modesta casa esperaba. Le habían prohibido estar más inmiscuido con el asunto de esa alianza con esa familia cazadora. Supuestamente para derrocar el actual Consejo. Precisamente escucha la puerta ser abierta, indicando que ya había pausado la reunión, por eso se separa de esa madera para recibir a sus padres, sin embargo su encuentro es con otra persona.

Inmóvil solo puede observar a ese pequeño unos centímetros más bajo que él. Un pequeño albino de grandes ojos violetas se hallaba igualmente sin moverse bajo el marco de la puerta.

-Hola... –se atreve ese tímido Kaname a saludar estirando su mano-

Poco o nada le vale a ese albino de ojos violetas que de un portazo cierra la puerta principal.

-Quítate de mi camino. –aclara pasando de largo-

Un enorme signo de interrogación por ese chiquillo que avanzaba entre el bosque. ¿Qué había sido eso? Él que quiso ser amable y ese niño respondía con 5 piedras en la mano.

 

-Eh? Y qué hay de ese ceño fruncido. –repara Haruka en su hijo castaño avanzar delante de ellos-

-Nada! –abre esa puerta de la casa que después igual azota-

-Nada? –se sobresalta Haruka–. Definitivamente se parece al abuelo.

-Es que se encontró con un mini cazador que no le rindió pleitesía. Creo que era el hijo de esa familia Kiryuu... –opina Rido en burla–. Precisamente lo vi cuando sucedió.

-No deberías burlarte, eso no le ayudara. –suspira abriendo la puerta–. Es mejor que llame a Shiki, pueda que lo calme.

 

De nuevo se hallaba frente a esa casa de aquellos cazadores luego de esa cita con sus padres, aparentemente afianzándose la confianza de ambos bandos pese a la clara obvia diferencia. Pero él no estaba para hablar o saber sobre los cazadores Kiryuu sino sobre su hijo. A esperas de ver salir a ese chiquillo engreído, y malhumorado, por cierto, de lindos ojos violetas, se ocultaba entre los arbustos.

Bufa Kaname por cansarse de esperar. Yéndose en pasos suaves. Dando una última ojeada a esa casa donde residía aquel chiquillo de mala actitud pero hermosos ojos violetas...

 

-Mucho mejor? –inquiere con una sonrisa limpiando esa línea de sangre en esos pequeños labios-

-... –asiente Ichiru aun confuso–

Pero después pierde el conocimiento. Posa Kaname su vista sobre la violeta del silencioso padre, viendo esa mirada exageradamente abierta. En silencio carga a ese menor pasando al lado de Zero.

-Kurenai... Kurenai. –repite Zero en medio de un aterrador trance, petrificado–. Su hijo.. –causa detener a ese castaño-

-Así es. Ichiru es hijo de Jun Kurenai. Como vampiro deberías sentirlo. Lo llevaré a su habitación. Así no seremos molestados... Pero aun así, estás del lado de los cazadores. ¿Qué harás? –se aleja-

Petrificado permanece Zero inmóvil.

 

 

-Este olor a sangre...

-Qué sucede? –inquiere Kain levantando su vista al ambiente-

-Esto es... Dos sangres. –se sorprende Aidou igualmente buscando su alrededor-

Cada estudiante de la Clase Nocturna buscaba con la mirada ese peculiar aroma invadir el ambiente. De dos Sangre Pura.

 

-No puede ser. Y yo que quería consolar a mi pequeño Zero. –finge un tono lastimero recostado en ese muro, cruzado de brazos–. Kaname eligió primero hacerlo un vampiro y luego permitió que se despertara sin dolor alguno.

-... –en silencio posa el rubio Vicepresidente sus ojos en "Jun"-

-Un hijo que pronto iba a morir hubiera sido la locura para mi pequeño. Y hasta hubiera caído a un Nivel E. –alarga sus labios– ¿Qué piensas sobre eso, Takuma?

Ve Ichijou como era apoyada esa mano contra el vientre de Shiki, petrificándolo que pudiera hacerle daño a ese no nato. Nota "Jun" la preocupación en los ojos verdes solo riendo burlón.

 

 

Cargando ese dormido menor entre sus manos avanzaba, deteniéndose por esas dos presencias.

-Así que Kiryuu Ichiru es un vampiro Sangre Pura? –inquiere Kain sereno-

-Él es hijo de... ¿Jun Kurenai? –inquiere un sorprendido Aidou-

-... –calla solo pasando al lado de ellos-

-Hanabusa, Jun Kurenai solo tuvo una hija y ella es Noble. –contradice Kain-

-Digamos que... –se detiene admirando ese dormido rostro infantil, recordándole a su cazador padre–. Es su hijo escondido.

-Entonces, la persona que hizo que toda la Academia fuera un entorno peligroso es Jun Kurenai? ¿Quién a su vez persigue a Kiryuu y a... su hijo?

-Ahora que saben el nombre del enemigo que harán? –inquiere sin verlos-

-Que usted sea un Sangre Pura no es la única razón por la que lo seguimos, Kaname-sama. –toma el anaranjado la palabra-

-... –alarga sus labios en una sonrisa–. Parece que he sido demasiado mimado por ustedes dos. –reanuda sus pasos-

Notas finales:

¿Qué les parece el lindo giro de las cosas? ¿Qué creen que hará Zero? ¿Aborrecerá ese hijo que siempre sobreprotegió por ser un "Kurenai"? ¿O como todo padre lo amara sin importar que sea un Sangre Pura?

No me quieran matar por lo que hice ¡Onegai! >////<


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