Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bloody por lilibel vangarret

[Reviews - 62]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Calmaos, pueblo... Ya llego lo que esperaban y ansiaban.... Pero primero, ¡¡¡pido absolución por mi alma pura y mortal >O<!!!

-No crees que está pidiendo mucho por esa alma que no vale ni un peso.

-Por primera vez compartimos una misma opinión, Dante U_U

 

 

 

 

 

 

-Puedo ayudar en algo? –inquiere en pie esa tímida Maria frente a esa modelo de coletas sometiendo a esa otra chica acostada en el suelo-

-Sí, ayúdame a mantenerla quieta. –sin moverse pide Rima-

Mientras que, el mayormente perjudicado, Ichiru, corría para salvar su existencia, pasando al lado de ese par de chicas.

-Espera un momento! –corre Ichiru con esas tabletas en mano-

-DEVUÉLVEME MIS TABLETAS!!!

Sale Ichiru del salón luego de quitarle a la mayoría de estudiantes esas tabletas, recargándose contra la puerta cerrada en alivio. Pero, pronto es atravesada la madera por una mano urgida de dichos cartucho, asombrando al menor albino que ve como se asoma una cabeza de colmillos. Otra mordida en su pequeño brazo. Y eso que había logrado salir del salón.

-Duele... –exclama Ichiru admirando esa cabeza aferrarse a su piel-

-Suéltalo! –ordena Aidou acercándose a ese cuerpo "sin cabeza"– ¡¿Tienes idea de quién es la sangre que estás bebiendo?! –tironea de su brazo, sacándolo-

-Eh? ¿Yo...? –parpadea el joven observando sus manos– ¿Cómo pude? –fatídicamente toma su cabeza con sus manos y rastro de sangre bajar por la comisura de su boca-

-Lo sabía! ¡Tal como sospechaba! –se deja oír Ichiru al otro lado–. ¡Aidou-senpai, deles a todos de mi sangre! –se asoma por ese orificio de la madera–

 

 

-Suéltame! ¡Devuélvanme esas tabletas! –vocifera esa chica en el suelo-

-Debo seguir sometiéndola así? –inquiere Maria al lado de esa compañera, maniatándole las muñecas tras la espalda con las suyas-

-Sí. Nuestro Presidente dijo que mantuviéramos a los vampiros furiosos bajo control. –dice Rima-

-Oye, Shiki, tú también te encuentras bajo la influencia de esas tabletas ¿no? –inquiere Ichijou tomándole la mano, reparando en ese cartucho en su otra mano-

-...No, no lo creo. –responde sin verla, posando su inexpresiva mirada en ese cartucho de tabletas en su mano-

-Dámelos, si? –acerca su mano a ese cartucho, no soltándolo el modelo–. Shiki, nuestro hijo nos necesita bien. –se ayuda de su bebé, viendo como cedía esa mano más joven-

Aliviado la retira de las manos de su joven pareja de ojos azules para arrojársela a Rima que la recibe en el aire.

-Gracias. –abraza a Shiki con una sonrisa de alivio-

Pero, Rima repara en esa mirada azulada de su amigo aún puesta en esas tabletas que ella sostenía.

 

 

 

 

 

 

Noche38 Una espada que lo corta todo.

 

 

 

 

 

 

-Cómo te fue con los vampiros a los que te toco darles mi sangre? –inquiere Ichiru sentado dentro de aquel solitario salón por su seguridad física, viendo a Aidou penetrar-

-Después de todo, lo que se les estaba ofreciendo era el tipo más delicioso de sangre a la cual ningún vampiro puede resistirse. –opina sosteniendo ese delgado frasco con aun sangre de ese menor-

-Es un alivio... Aunque cuando papá se entere le dará un infarto. ¡De acuerdo! –se incorpora de golpe decidido– ¡Ya que esas tabletas fueron distribuidas por todas partes. Necesito distribuir mi sangre de la misma manera también! –animado propone-

-Espera un segundo. Si haces eso sin saber el alcance que esas tabletas tuvieron terminaras sin una gota de sangre. –recuerda lo obvio el Noble-

-Mm... es cierto. –dice. No debía exponerse mucho– "Si me quedo sin sangre... No voy a ser capaz de reponerme de inmediato".

-Considerando que la persona detrás de esto está utilizando esas tabletas en nuestra contra, nosotros podemos hacerle lo mismo ¿no?

-Eso es! La compañía de Ichijou-senpai debe contar con un departamento farmacéutico. Podemos pedirle a él que nos ayude ¿lo hizo una vez, no?

 

 

-Rima, has visto a Shiki? Lo deje por un momento y...

-No. Precisamente lo vi salir contigo ¿No estará con Rin? –propone ella-

-No. Vengo precisamente de allá y solo vi a Rin dormir en su cuna... Quiero que tome la sangre de Ichiru-chan. Estoy seguro de que tomó una tira completa de esas tabletas antes de que me diera cuenta. –baja su cabeza Ichijou, entristecido-

-Ichijou-senpai, necesitamos de su ayuda! –llega Ichiru acompañado de Aidou-

-Ve. Yo iré a buscarlo. –se ofrece la menor de coletas, yendo a correr-

-Gracias, Rima.

 

 

Entre esos cazadores caminaba sin reparar en ellos, pasando al lado de Yagari sin siquiera saludarlo. Su mente solo estaba interesada en algo en especial.

-Zero? ¿El Presidente te pidió que vinieras? –lo nota Yagari– Buen trabajo. ¿Dónde está ese niño?

-No vino.

-Ya veo. Pobre Presidente, incluso su propio nieto adoptivo lo ignora. Hablando de él... parecía estar muy activo durante el día. Aunque ese asunto de las tabletas problemáticas no es la gran cosa.

Avanza el joven cazador al lado de Yagari sin decir palabra, sintiendo como su hombro era tomado impidiéndole continuar.

-Sólo intercambia algunas cuantas palabras con el Presidente y regresa a la Academia lo más pronto que puedas para que sigas vigilando a Ichiru Kurenai, y te asegures de que no se interponga en el camino de Kuran Kaname. Eres su padre ¿no?

 

-Hola, Kiryuu-kun. –saluda Cross en pie con una amable sonrisa–. Creo que si eres tú seguramente me dirás la verdad. Siento que últimamente no he recibido reportes como antes, ni siquiera de asuntos triviales. Espero sólo imaginarme cosas.

Toma asiento, retirándose sus gafas para limpiarlas.

-Además Kaito-kun vino a darme un reporte respecto a Ichiru. Él impidió ayer un altercado con dos alumnos de la Clase Nocturna. Qué imprudente.... aunque me hace feliz el que él sea de esa manera.

-Me gustaría que hubiese más Sangre Puras como Ichiru al servicio de nuestros intereses.

-Eh!! ¿Por qué dices algo como eso? –se levanta Cross de golpe-

-Porque, aquí, dentro de la Asociación se siente la presencia de un Sangre Pura. –ve Zero a un costado-

-Se trata del líder del Clan Touma. Él fue casi asesinado por Kaname-kun. Ya sea que se trate de un humano o de un vampiro, yo no puedo tolerar una matanza sin razón.

-Sigues aferrado a tu causa pacifista. ¿Y bien, para qué me llamaste?

-Sabes quién fue el responsable de repartir esas tabletas oscuras en la Academia? Recientemente alguien las ha distribuido, y creo que el incidente de ayer fue a causa de estas. ¿Sabes quién las repartió?

-... –claramente la imagen de ese rostro femenino invade su mente–. No.

-Ya veo. Aunque presiento que pronto descubriremos a su autor.

-Presidente... ¿Sabe algo respecto a mi Linaje cazador?

-Qué pregunta tan extraña ¿Por qué preguntas de eso ahora? Pensé que preguntarías otra cosa... –muestra una sonrisa conciliadora-

-Sobre Kuran Kaname acaso?

-Kiryuu, sé que para ti resulte confuso pero... –suspira–. Kaname alguna vez planeó dejarte a ti y a Ichiru, pero al ver lo imposible que resultaba eso, decidió volver con ustedes. Fue por eso que él destruyó el Senado que se encontraba ya corrompido. Pero está vez no tengo idea de lo que está pasando. Sólo sé que todo lo hace por ustedes.

-Planeando asesinar a todos los Sangre Pura? Mi hijo lo es. –entrecierra sus ojos violetas, conteniendo su molestia-

-Algo más? –cambia Cross de tema–. Te noto extraño.

-Nada... Eso era todo, Presidente Cross.

 

 

-Has visto a mi papá? No lo he visto en todo el día ¡Ya sé! Ayúdame a buscarlo. –y sin escuchar respuesta le toma el brazo a Maria, llevándosela–. Ven conmigo.

-Espera, Ichiru. –a su lado se deja Maria llevar–. Sé que este no es un buen momento para hablar pero, se trata de Zero. Él tiene sed. Lo sabes ¿verdad? Él se encuentra en un estado de inanición.

-Qué has dicho...? –se detiene por tal noticia-

Escuchan de repente un crujido provenir de una de las altas ventanas, arrojándose por esta una joven morena vestida de empleada, que cae al suelo, quien asombrosamente se arrodilla débilmente.

-Te encuentras bien? –corre Ichiru hacía ella–. Qué cruel... –repara en ese collar adornar el cuello femenino–. ¿Quién te hizo esto?

-Sara Shirabuki.

-... –se asombra-

-Eres tú el Sangre Pura del Clan Kurenai? Por favor, ayúdame a vengar a mi amo! –lo toma de los brazos en notable necesidad de ayuda– ¡Por favor, mata a esa despreciable mujer que irrumpió el sueño de mi amo Hanadagi-sama para devorar su corazón!

-Espera...  –asimila aquella información oída– ¿Fue Sara quién asesinó a Hanadagi-sama? –incrédulo inquiere-

-Así es. La vi hacerlo frente a mis ojos, aunque no pude permanecer junto a mi amo hasta el último momento. ¡Mi amo no hubiera sido asesinado, si esa maldita no lo hubiese atacado!

-"¿Kaname no fue... quien atacó a Hanadagi-sama?" –piensa, pero la presencia de su padre colocarse tras esa morena interrumpe sus cavilaciones–. Papá...

-Piensas matar a Sara Shirabuki? –inquiere Zero tras esa morena-

-Tú eres quien vino con Sara ayer. Pude sentirte... –recuerda la morena viendo a ese albino en pie-

- "¿Que papá qué...?". –se asombra Ichiru-

-Ichiru, no dejaré que le pongas un dedo encima a esa Sangre Pura de nombre Sara.

-Cómo...?

 

 

-Todo va según lo planeado. –sonríe Sara a ojos cerrados–. Aunque mis sirvientes de la Clase Nocturna han vuelto a la normalidad por culpa de ese niño, tendrá que lidiar con muchos más problemas debido a eso. Siempre que pueda tener en mis manos el "arma" en esta Academia.

-Por qué lo hace?

Sentada Sara en aquella silla posa su atención en esa persona de blanco uniforme que hizo aquella pregunta, ladeando ella su cabeza en una sonrisa.

-Lo que quiero son patéticos pero excelentes sirvientes que no puedan escapar de mis manos incluso si luchan... –describe ella estirando su mano a esa mejilla masculina, tomándola–. Pequeñas y encantadoras aves que se mantengan cantando a mí alrededor. –sonríe evocando a las estudiantes de esa escuela femenil–. Vampiros de todo el mundo sirviéndome, marionetas de las que nunca me aburra, y, convenientes armas que puedan matar Sangres Puras. –le delinea con el pulgar los labios evocando a aquel albino cazador de esa Academia–. Puedo decir que ese niño... es el fruto del "mayor pecado de Kaname".

-... –esos labios masculinos se abren en sorpresa-

Es tocada la puerta, decidiendo una de las "sirvientas" ir a abrir.

-Vengo a ver a Sara-san. –pone Ichijou al tanto frente a esa puerta-

-Lo buscas a él? –alza Sara su voz dando a entender que pasara-

-... –ve el Vicepresidente rubio dentro de aquella habitación, petrificándose–. Shi... Shiki...

Penetra totalmente pasando sobre esa jovencita. Sentado frente a Sara se hallaba aquel chico de cabellos marrones y ojos azules, y el padre de su hijo, siendo tomada una de sus mejillas por esa Sangre Pura.

-Creo que está es la manera más fácil para protegerte. –posa el modelo su mirada inexpresiva sobre el sorprendido rubio-

 

 

 -No puedo creer lo que acabo de oír. ¿No dejarás que le ponga un dedo encima? –Ichiru pregunta incrédulo-

-Si tu... –en contra de su dolor se incorpora la morena–, te interpones en mi camino ¡Entonces eres un enemigo de mi amo justo como Sara!

Es Zero atacado por la morena, respondiéndole él con noquearla sin herirla, viéndola caer al suelo inconsciente.

-Tú. –ve a Maria, que en todo eso se mantuvo observando en silencio–. Llévala con Kaito. –ordena Zero yéndose después-

-S-Sí! –corre la grisácea hacía ella–. Esta persona está maltratada. Yo puedo sola. –interviene al ver que Ichiru le ayudaría–. Tú ve con Zero-kun. –la toma. Yéndose-

Decide Ichiru seguir a su padre, viéndolo recargarse contra un muro, cubriendo su mano la mitad de su rostro.

-Papi, te sientes bien?

Ninguna respuesta del mayor que se aleja en pasos lentos bajo la extrañeza del menor. Decide Ichiru persistir en seguirlo, notándolo con pasos cansados, cubriendo su flequillo sus ojos.

-Papá, ha sucedido algo? Te ves decaído ¿Papá...?

Sale Zero hasta el muro del jardín dejando caer su espalda en la pared, cabizbajo, persistiendo su silencio, preocupando aún más a Ichiru.

-Ella dijo que fue Sara quien atacó a Hanadagi no Kaname...que es lo que la gente piensa. Eso demuestra que debemos creerle  –le da la espalda a su padre-

Se aleja luego de esa confesión, sintiendo como sorpresivamente era tomado su hombro. Es estampada su espalda por unos brazos contra el muro. Tratándose de Zero, quien apoyaba cada una de sus manos en cada uno de sus brazos con fuerza.

-Papá? "De seguro se trata de sangre...". –piensa inocente, no asombrándolo– ¿Quieres...

-Ese hombre... –murmulla–. Kuran Kaname, cada célula de su cuerpo... su completa existencia ¡No es nada sino inmundicia! –empieza a alzar la voz– ¡Él destruyo todo lo que me pertenecía! ¡MI FAMILIA! ¡MI LINAJE! ¡YO MISMO! –en cada frase expone un par de colmillos-

Calla el cazador por haber presentido una presencia, sintiendo todo su cuerpo a punto de desmayarse por haber estallado su molestia contra su hijo.

-Papá? –se extraña al verlo encorvado a adelante-

Deja Ichiru sus cavilaciones por recién reparar en esa presencia bastante conocida, obligándolo a girar a un costado. Tratándose de ese castaño que hace mucho dejo de ver, estando de pie a unos pocos pasos de su ubicación.

-Kaname? –no deja de ver a ese castaño–. Papi, es Kaname. –informa lo obvio posando su vista sobre la de su padre que no lo liberaba-

No podía salir de ese agarre para ir a saludarlo o hacer cualquier cosa, manteniendo su padre cabizbajo.

-"No puedo sentir el latir de su corazón... Quien se encuentra frente a mí no es Kaname en persona". –repara. Observa con más detalle, tratándose de una ilusión–. Ya no es como antes, no has venido hasta aquí para llevarnos contigo ¿o me equivoco? –inquiere, viendo como solo un brazo era liberado por su padre– ¿Qué es lo que quieres ahora? –inquiere en dolor–. "El agarre que papá tiene sobre mi brazo... duele". –piensa– "No entiendo qué ocurre"

-Mi pobre y querido Ichiru, te has convertido en un obstáculo para mí.

-Qué... –se paraliza-

-A pesar de que he hecho tantas cosas y llevado todo hasta este punto, sigues sin percatarte de que mi forma de pensar ha cambiado. No importa si Zero te cuenta la verdad, ya que, hasta cierto punto, él es quien entiende mi existencia mejor que nadie.

-Si él es quien te entiende por qué lo lastimas? –ve con dolor–. Yo... en alguna parte de mi corazón, siempre creí que tú, papá y yo estaríamos juntos para siempre... Pero... ¡DIME LA VERDA! –retiene sus lágrimas-

Silencio. Muerde Ichiru su labio en dolor bajando su cabeza bastante confusa.

-Tú sabías lo de Ichiru? ¿Qué tarde o temprano tendrías que convertirlo en Sangre Pura? Respóndeme, Kuran. –inquiere Zero viendo fijamente a Kaname-

-Uh? –levanta Ichiru su cabeza, extrañado-

-Lo hice para que esa verdad no te causara dolor. No... más bien lo hice porque me era conveniente que él estuviera a tu lado. –confiesa el castaño sin gesto-

-Tu Linaje fue quien se alió con mis padres... ¿Por qué?

-Porque de esa forma, sería asesinado Jun Kurenai. Quien era pensado para ser mi reemplazo en un futuro por el Consejo.

-Por qué decidiste cuidarme? ¿Por qué? –trata el cazador de que no se cortara su voz-

-Porque... de esa forma reivindicaría una "maldición" del pasado.

-Por qué? –se alzan sus platinadas cejas en dolor, pese a tratar de mantenerse firme-

-... –se asombra Ichiru que ojea a su padre por segundos-

-Por haber provocado la muerte de uno de los gemelos del Linaje Cazador del Clan Kiryuu muchos años atrás.

-POR QUÉ NOSOTROS?!! Al menos...  ¡¡AL MENOS PUDISTE DEJAR A ICHIRU FUERA DE ESTO!!

Sale Ichiru de su impresión a causa de esa arma ser apuntada a esa ilusión de Kaname. Pese a todo él no quería que su padre o Kaname fueran lastimados. Si usaba Bloody Rose y en ese estado... Le rodea con los brazos la cintura, reteniendo las lágrimas. Observando como bajaba aquella extremidad que había sido invadida por esas sogas con espinas. Decide Ichiru estirar su mano y tomarle la muñeca, llevando esa mano contra su mejilla. Es lo mínimo que podía hacer después de eso. Tratar de darle algo de calma a su lastimado padre.

Esa horda de murciélagos toma vuelo, mientras que finalmente desaparecían esas sogas de ese brazo.  Sorpresivamente es Ichiru abrazado, asimismo siendo levantado del suelo por esos mismos brazos. Le era claro que él era el único apoyo de su padre.

 

 

-Qué es lo que quieren? Escuché que ustedes se fueron con Kaname-sama y trabajan junto a él ahora, Akatsuki Kain, Ruka Souen.

Varías aves le impedían el paso a ese par de Nobles de entrar totalmente al Dormitorio de la Luna, estando Maria a una distancia prudente de la puerta con esa morena cargándola sobre su hombro.

-Nada, sólo estamos de paso ¿Podrías llamar a tus aves y decirles que se alejen? –en voz serena pide Kain ante ese revoloteo a su alrededor-

-No es ella la guardiana de Hanadagi-sama? –repara Ruka en esa morena-

-"No puedo creer el haberme encontrado con ellos dos. Justo en este momento". –piensa–. Zero-kun me pidió que cuidara de ella... ¡Así que no dejaré que le pongan un dedo encima!

-Ey! –llega Aidou, ahorrándose algunos escalones con saltar sobre la baranda y caer frente a Maria– ¿Qué están haciendo aquí?

Encontrándose irremediablemente su mirada aguamarina con la castaña clara de su primo. Estando en completo desacuerdo de haber sido abandonado.

-Sólo hemos seguido a Kaname-sama hasta este lugar.

-Ya veo. "De lo contrario, no habrías venido, Akatsuki". –piensa. Acongojado baja su aguamarina mirada al suelo. Luego de segundos, alza su rostro mostrando un serio gesto–. Sin el permiso del amable Presidente de este dormitorio, nadie puede hacer lo que se le dé la gana en este lugar. Aún si se trate del mismo Kaname-sama. O incluso de ti.

Mueve Aidou su mano apareciendo miles de picos de hielo alrededor de Kain y Ruka, sorprendiéndose la castaña clara, alcanzando a defenderse Akatsuki con derretir sus puntas.

-Hanabusa, lo siento pero no estoy aquí para pelear contra ti. Ven, Ruka.

Siente ella como era rodeada sobreprotectoramente, posando por inercia sus ojos sobre Aidou, notando su clara inconformidad y dolor. Reparando en la rápida regeneración de esos picos de hielo, solo desapareciendo en una llamarada de fuego.

-Akatsuki, espera!

 

 

-Hace un momento me pareció escuchar varías aves revoloteando cerca de aquí. –murmulla Yori fuera del dormitorio usando su pijama, viendo el cielo nocturno repara en esas aves volar sobre los altos pinos y árboles-

-No deberías estar dentro de tu cuarto.

-Ah! –grita por esa presencia aparecer sorpresivamente-

-Shh... –acerca su dedo índice a sus labios guiñendo amigable su claro ojo-

-Keira... –repara a esa pelinegra de ojos miel–. Hace tanto tiempo. –sonríe a gusto de verla-

-Sí que lo es. Aparentemente todo está muy "inestable" ahora. También vi las aves. –levanta Keira su vista–. Ahora está todo muy tranquilo ¿Qué estará pasando?

-Esas aves estuvieron volando en un área de los dormitorios de la Clase Nocturna.

Se sobresaltan ambas chicas por esa intervención de aquella voz masculina conocida. Cubriendo Yori su boca por haber sido descubiertas.

-Kageyama-kun. –giran a ver a su compañero de lentes-

-Eres Keira Cross ¿no? Desapareciste. –opina el chico enfocando mejor sus lentes-

-Viajaba. –zanja la pelinegra-

-He estado pensando... ¿No creen que los miembros de la Clase Nocturna son algo extraños? Cuando traté de hablar con un par de sus miembros durante el día, ellos parecían estar de malas.

-En serio sucedió eso? –inquiere Keira viendo a Sayori-

-... –asiente Yori– ¿Sabes que es lo que ocurre? Ya que se han reunido aquí. ¿Ellos son aliados? –habla solo para que la pelinegra oyera-

-Creo que acabo de oír algo y el sonido venia del dormitorio de la Luna. –interviene el chico-

-También yo. –secunda Keira-

 

 

-Tu aroma... es bastante desagradable. "Devoraste" a otro Sangre Pura en tu camino hacía aquí ¿verdad? –solo ojea Sara tras suyo a ese recién llegado– Aunque, bueno, para ti, que junto a Jun has cometido "uno de los más grandes pecados" eso no es nada.

Continuaba Sara sentada en ese sillón de madera pese a esa presencia aun detrás. No atemorizándola. Regresando sus ojos azules al frente, contemplando por la ventana esa oscuridad de la noche.

-No se puede convertir a los humanos en contra de su voluntad por regla, se trata de un crimen que el primer ancestro nos pidió no cometer. Esta regla no se creó en absoluto para nuestro beneficio, pero es gracias a esta que podemos coexistir pacíficamente con los humanos, aunque sólo sea de forma temporal... Ya que así somos capaces de evitar que una guerra como la ocurrida en el pasado se repita de nuevo ¿Acaso es eso algo bueno?

-... –inevitablemente cierra sus ojos castaños por segundos en dolor–. Aunque he tardado más de lo planeado, ha llegado tu turno, Sara. Me gustaría haberte dejado devorar más Sangre Puras.

-Tonto... ¿Por qué no dejas que Sara-san se encargue del resto, Kaname? –interviene ese rubio tomándole suavemente el brazo al castaño–. Ichiru dice que cree en ti y que debe haber una buena razón por la cual estés haciendo esto. Si es así ¿por qué no vas por ellos y ambos desaparecen en algún lugar lejano?

-Ichijou...

 

 

No le molesta ni rebate, solo se deja rodear por los brazos de su padre cazador. Empezando a sentir como ese agarre se apretaba, como si quisiera fundirlo con su cuerpo. Asimismo un jadeo del mayor, sorprendiéndose ¿Su padre... lloraba? Muy pocas veces vio ese fiero e imponente rostro derramar llanto, atreviéndose a contarlas con los dedos de una mano. Nunca quiso que su padre llorara... Por eso le es irremediable no sentir ese dolor, llorando.

Lágrimas bañan sus mejillas, comenzando esos brazos a aumentar su presión, incluso frotándose ese rostro sobre su cabeza como perdiéndose una de esas manos entre sus cabellos platinados alargados. Pero, sorpresivamente es bajado y apartado.

Ve esa cabeza levantarse encontrándose su idéntica mirada. Muerde Ichiru su labio, llorando las lágrimas que su padre se negaba aún a liberar. Por su parte, Zero lo observa fijamente no mostrando gesto.

-No llores... –levanta su mano retirando esa línea salina con su pulgar-

-"Definitivamente detendré a Kaname". –piensa Ichiru sin liberar sonido alguno de dolor-

 

 

Agitado corre ese segundo joven de largo cabello rubio atado en una coleta, pero de un par de ojos violetas, siguiendo sus ojos aquellas huellas dejadas. Angustiado respiraba con su boca abierta no importándole esa brisa repentina y aquel inhóspito clima de esa temporada. Solo tenía una idea en mente, hallar a su gemelo para impedirle que convirtiera una estupidez solo por una pasión repentina, deteniéndose sus pasos de golpe por lo que observa.

-No... No... –niega con sus cabeza, asombrado-

Petrificado ve como se apartaban ese par de labios, entre esos los de su hermano, donde queda en la comisura de estos una línea de sangre de aquel castaño impávido.

-Qué hiciste? –inquiere ese rubio ojivioleta-

-Hermano? –gira a verlo preocupado-

Queda a la vista aquella mancha de sangre alrededor de su cuello dejada por esos colmillos, misma que era observada con asombro por el hermano recién llegado. Trasladando sus ojos violetas a esa espada en el suelo, corriendo hacia ella con una firme idea. Darle fin a ese vampiro que se aprovechó de su hermano, por qué el no comprendía como podría un Chupasangre como ese sentir amor por un Cazador.

-No lo hagas! –ese joven recién convertido repara en las intenciones palpables en el rostro de su hermano, igual corriendo-

No logra llegar a tiempo ya que es rápidamente desenfundada y apuntada hacia Kaname.

-No! –se interpone con sus brazos abiertos-

-Apártate! Acabaré con la vida de ese vampiro así como él acabo este día con la tuya. ¡Apártate!

-Kaname no tiene la culpa ¡Yo lo decidí!

-Él no te ama. Sólo te ve como su inferior. Nunca te ha puesto atención en estos años, para que ahora tú quieras convertirte en su sirviente. ¡Somos cazadores y nuestro objetivo es odiarlos! ¡ÉL PAGARA!

Corre para atacar a ese castaño no retirándose el hermano que logra tomarle las muñecas. Empezando los hermanos a forcejear en medio de ese solitario pasaje de nieve. Hasta que, esa espada haya una carne donde herir. Jadea uno de los rubios liberando esa empuñadura, posando sus ojos verdes sobre esa punta que atravesaba su torso donde se ubicaba su corazón.

-No... No quise... –balbucea admirando petrificado esa espada en el cuerpo de su gemelo y no del vampiro que odiaba-

Por él mismo toma el mango de esa espada pese a sufrir las obvias defensas de esa arma, no importándole, sacando de un tirón esa hoja de su cuerpo. Jadea de dolor dejando caer su arma que se clava en la nieve por la gravedad, perdiendo las fuerzas y la estabilidad, siendo recibido por los brazos de Kaname.

-No quería llevarte a tu muerte. –le acaricia los labios con el pulgar retirando esa mancha rojiza dejada por su propia sangre-

-No me arrepiento de haberte conocido. De haber conseguido una sonrisa y un beso de esos fríos labios.

Carga entre sus brazos a ese rubio ofreciéndoselo a su hermano, recibiéndolo éste para estrecharlo contra su cuerpo, mientras caía y lloraba arrodillado en la blanca nieve que empezaba a mancharse con algunas gotas rojas de ese cuerpo herido.

-No! ¡¿POR QUÉ?!

Admira Kaname esa escena provocada a su causa. Se encorva para alcanzar esa espada que toma en su mano, pese a la fuerte descarga.

-Esperare con gusto la muerte por tu mano. –dice desapareciendo poco a poco su cuerpo-

-Mi Linaje se encargara en cazarte. No lo olvides nunca. –estruja ese cuerpo mientras éste se desquebrajaba– ¡EL LINAJE KIRYUU! –vocifera ante esos quirópteros tomar vuelo quedando solitario-

Notas finales:

Todos se estarán haciendo la misma pregunta ¿What the fuck...? etc. Y tiene una razón muy justificable. Recuerden que Kaname puso a dormir sus recuerdos, por lo tanto, tiempo después recordó lo que le hizo al Linaje Kiryuu tiempo atrás... ¿Todos claros?

Estuvo bien el tema del Linaje y eso o me pase un poquito esta vez ¿Ustedes que piensan? ^_^.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).