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Bloody por lilibel vangarret

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Notas del capitulo:

Sin contar este... Faltan 2 CAPS. para el GRAN FINAL. Sí, este si será el final final del fanfic. U_U

 

 

 

 

 

 

-Kaname! –alegre corre Ichiru hacia ese castaño-

El anfitrión deja de recostarse en el marco de la puerta abierta, con sus brazos cruzados para recibir a ese menor entre sus brazos, cargándolo.

-Hace mucho que no lo veía. Ya sé lo del padre de Aidou, y estoy molesto. –finge un pucherito de enfado-

Kaito solo puede posar en silencio sus ojos en Kaname reprimiendo cualquier sentimiento de desagrado hacía "ése". El Sangre Pura simplemente cede la entrada.

-Kuran Kaname.

-Lamento que la mansión tenga que oler a sangre. –se disculpa, viendo a ese castaño cazador pasar a su lado-

-Takamiya-san está aquí por una misión. Debe cuidar y vigilar está mansión. –confiesa el menor sobre los brazos mayores– ¿Y papá?

-Aun duerme. Porque no vas a la sala y yo voy y lo despierto. –lo baja para acercarse a las escaleras–. Cuento contigo. –ve por sobre su hombro a ese cazador-

 

Sobre la cama se hallaba con las puertas cerradas de esa habitación, sentado en el borde de esta. Suspira bajando su cabeza.

-Zero. –penetra Kaname sin tocar–. Deberías mostrarte ante Ichiru al menos.

-Un Sangre Pura... –opina sin verlo, casi en tono fatídico. Luego de haber escuchado de boca de ese castaño ese otro "descubrimiento" sobre su hijo se encerró en el cuarto–

-Zero... –suspira–. Ya pasamos por esto y fue algo que le dolió mucho a ese niño que quiere a su padre.

-Cómo puedes estar tan tranquilo luego de haberme dicho que tú lo convertiste en "eso"? –lo ve por sobre su hombro sin expresión-

-Eso crees. –se le acerca sentándose en el borde–. Vamos. –le toma la mejilla-

Simplemente observa el albino de reojo esa mano contra su mejilla. Suspirando.

 

 

 

 

 

 

Noche 44 Estar Contigo.

 

 

 

 

 

 

Avanza hacia ese salón, deteniéndose sus pasos en medio del pasillo por ver esa figura albina en pie por un mismo camino contrario, provocándole que se vieran frente a frente. Su hijo... Y también un Sangre Pura. Deja de sentir el agarre de Kaname en su mano, indicándole que podía ir.

-Papi! –corre Ichiru hacia él-

Solo puede recibir ese cuerpo infantil que con necesidad estrecha entre sus brazos. Era un sangre pura pero también su hijo ¡SU hijo!

-Estaba preocupado por ti, papi.

-También yo.

-Entonces, vamos. –recuerda Kaname moviendo su mano, indicando que lo siguieran-

 

¡Iba a matar a ese Chupasangre que empezaba a tentar su suerte! Ahora se hallaba sentado en esa pequeña salita, acompañándolos por un lado Ichijou, quien se encargaba en servir el té. Sobre su regazo estaba obviamente su pequeño albino a gusto. Kaname, recostando en él, rodeándolo con un brazo contra sí posesivamente. Y frente a ellos estaba Kaito. ¡¿Cómo terminaron las cosas así?! Ah, ya recordaba. ¡Por manipulación de esos dos Sangre Puras en su vida! ¡¡¡¿Acaso Kaname lo estaba exhibiendo con Kaito, o qué?!!!

-Por qué no lo sueltas? Desde hace rato se ve incómodo. –recostando su mano contra su mejilla opina Kaito, con su codo en el brazo de la silla-

-Por qué es eso? ¿Acaso me odias o lo odias a él? –inquiere Kaname con una sonrisa cerrando sus ojos-

-Papi, odias a Takamiya-san? –inquiere inocente el menor, viéndolo-

-Lo que odio es esta situación ¬¬ –observa a ese cínico chupasangre (Kaname) que no lo soltaba-

-Iré a vigilar. Continúen ustedes. –se incorpora Kaito, yéndose-

-También yo deseo ir al cuarto. –baja a su pequeño de su regazo–. No me siento bien. –se logra liberar de ese castaño sentado a su lado-

-Papi, estás bien? ¿Voy contigo?

En silencio camina dándoles la espalda, deteniéndose sus pasos en el marco de la puerta, apoyando su mano contra esta. Solo ven Ichiru y Kaname como se desplomaba ese albino cazador.

-Papi!

 

 

Sentado sobre la cama estaba, pasando su mano por ese rostro albino profundamente dormido luego de ese sorpresivo desmayo. A su causa. Pero nunca se imaginó que la mente de Zero fuera más fuerte que ese hechizo. ¿Tanto lo amaba? Pasa sus dedos sobre ese platinado flequillo de ese albino. Sorpresivamente es su muñeca tomada por esa mano, reparando en una roja mirada en vez de la violeta.

-Agh... mi cabeza. –parpadea lentamente, regresando su violeta tonalidad en sus ojos– ¿Kaname?

-Esperabas a alguien más. –muestra una sonrisa-

-... –simplemente lo observa para después cerrar sus ojos–. Tu esencia me confundió. Solo eso.

 

 

-Takamiya-san, usted quiere a papá? –inquiere Ichiru luego de dar con ese castaño en un lugar alejado de la mansión-

-Ese Sangre Pura está jugando con ambos ¿No es suficiente con haber robado sus recuerdos?

-Kaname solo lo hizo para proteger a papá, y, que de esa forma sería menos doloroso el convertirme en humano.

-Qué? ¿Cómo...?

-Lo escuche por ahí. –se encoge de hombros–. Ya que la Fundición está bien y no tiene necesidad de lanzar su corazón en ella, planeaba convertirme en humano. Aunque eso signifique dejar al ser que ama para enmendar un error.

Kaito solo le sostiene su incrédula mirada a ese menor por tal comentario, pero en medio de los árboles, a un costado de ellos, presiente este mismo castaño una amenaza dirigirse al albino, protegiéndolo con su cuerpo ante esa hoja acerada.

Cae al suelo aquel atacante a algunos metros de distancia, incorporándose, tratándose de esa morena con aquel sable, demostrando en su rostro molestia.

-Tengo que convertirlos a ustedes dos en las armas de mis amos.

-Se encuentra bien, Takamiya-san? –inquiere Ichiru preocupado, viéndolo alzar su torso del suelo-

-Es más que seguro que esos Sangre Pura vienen para acá... –opina con una sonrisa cubriendo su hombro-

-Takamiya-san? –ve como la cabeza del castaño se recuesta contra su pecho– ¡KAITO!

 

 

En la protección de esos brazos se hallaba, abriéndose de golpe sus ojos y posándolos sobre un costado de esa estancia. Levanta Zero su cabeza ante esas presencias invadir los alrededores de la mansión, igualmente lo presiente Kaname.

-Siento varios vampiros acercándose. –repara ella–. Ichiru...

-Quédate aquí, Zero. –se incorpora Kaname–. Si son solo sirvientes quienes se están acercando, puedo encargarme de ellos.

-Deja que yo haga eso. Tú eres su blanco. Además, mi hijo...

-Zero, permíteme protegerlos. –le toma la mejilla-

-... –niega. No quería perderlo–. Iré contigo.

 

 

-Kaito! ¡Kaito! –preocupado sacude ese castaño entre sus brazos, no recibiendo respuesta-

Se tensa Ichiru al presentir una presencia tras suyo, no asemejándose a ninguno de esos vampiros intrusos que los rodeaban, girando rápido su cuello. Aliviándose.

-Kaname... Papá...

-Kaito. –se hinca Zero, tomando y revisando a su compañero-

-Se encuentra bien. Como era de esperarse, logró evitar que le hirieran algún órgano vital a último momento.

-En serio? –inquiere Ichiru con lágrimas en sus ojos-

-Claro. –le limpia Zero con el pulgar los ojos–. Solo quédate a su lado y no trates de intervenir. Yo me encargare de ellos. –coloca a Kaito contra la pared–. Me encargaré de ellos yo mismo. –se incorpora con Bloody Rose en su mano-

-Entiendo. –persiste la sonrisa en Kaname–. Aunque sus jefes no están ¿estás seguro de poder contra todos ellos tú solo?

-... –lo ve de reojo. Ese "apoyo" no ayuda de mucho–. Sí puedo, retrocede.

-Considerando que Ichiru está aquí... Creo que es posible que te distraigas. –sin verlo opina Kaname-

En silencio observa el cazador albino a Kaname de reojo, no exhibiendo expresión.

-Cállate. –exhibe una mirada rojiza por segundos–. No tengo tiempo para oír tu sarcasmo.

Esos sirvientes finalmente se abalanzan sobre ellos.

 

*                      *                      *                      *                      *                      *

 

Avanza la única sobreviviente hacía esas escaleras de aquella mansión donde ese grupo de miembros de la Sociedad vampírica esperaban, solo pudiendo la morena hincarse con pésimas noticias.

-Lo lamento muchísimo, pero Kaname-sama se interpuso. –pone al tanto esa morena-

-... –suspira esa Sangre pura, entrecerrando sus ojos–. En ese caso, no hay más opción que atacar con todo lo que tenemos.

-No dejaremos que siga asesinado Sangre Puras. De ninguna manera podemos permitirlo. –concuerda otro Noble en seguridad-

 

 

Frente a la Academia Cross se detiene ese auto, descendiendo Zero con un herido Kaito, recostándolo contra su cuerpo mientras avanzaban, siguiéndolo muy de cerca su hijo, mientras que, apresuradamente se acercaban demás cazadores acompañados de Cross, deteniéndose el rubio Presidente de la Asociación.

-Qué sucedió? –inquiere Cross preocupado frente a ellos, reparando en una mancha de sangre en la mejilla de Zero–

-Bueno, si nos quedábamos allá volveríamos a ser rodeados, así que hemos venido aquí. –pone Zero al tanto-

Ojea Zero tras suyo por sobre su hombro ese auto. Por otro lado, Ichijou descendía de un segundo auto, bajándose la ventana del copiloto que muestra a un preocupado Shiki cargando a su hijo entre sus brazos, teniendo dentro, a su lado la compañía de Rima.

-Ven, Ichiru. –le toma la mano a su hijo luego de ser recibido Kaito por los demás cazadores, siguiéndolos-

 

Luego de ser dejado Kaito y tratada su herida decidió salir, incluso su hijo se había quedado dentro de ese cuarto a cuidar a quien salvo su vida, agradeciendo que hiciera eso ya que él podia retirarse sin preocupaciones. En silencio desciende esas escaleras que eran bastante conocidas para él, colocándose frente a aquella celda. Tomándose de los barrotes deja caer su cabeza en agotamiento. Suspira decidiendo abrirla y penetrar.

-Te ves algo cansado. –opina Kaname reparando en ese ido gesto. Sentado dentro de esa celda, entrelazaba sus piernas como los dedos de sus manos-

-Solo pienso. En todo y a la vez en nada. En... como tus actos te han llevado a ser odiado por los de tu propia especie. Solo eso. –confiesa sus pensamientos, manteniéndose en pie-

Otras pisadas oye, obligando a Zero a girar a ver esa puerta, pero, una mano toma su muñeca jalándolo. Cae sentado en el suelo al lado de esa silla, observando extrañado a quién lo jalo, reparando en ese gesto en el rostro de Kaname, vislumbrando una idea. Por eso, en silencio se oculta tras esa ancha silla del castaño. En completo silencio espera el albino cazador no ser visto por esa sorpresiva visita.

-Ocurre algo? –inquiere Kaname reparando en ese recién llegado, continuando en su posición, entrelazando sus piernas como los dedos de sus manos, no perdiendo la calma-

-Tú... ¿En verdad pensabas convertir a Ichiru en humano? –inquiere Kaito recostándose contra el muro frente a esa celda, con la mano sobre su hombro-

-"¿Qué...?" –se sorprende Zero, manteniéndose sin embargo en silencio-

-Jamás creí que me preguntarías eso. –exhibe una sonrisa sin dejar de verlo– ¿Quieres que te explique todo detalladamente desde el inicio?

-No, no hay necesidad de eso. Comprendo que desde hace mucho tiempo has dejado de vivir. –frunciendo su ceño opina Kaito, yéndose lentamente a causa de su herida-

Borra Kaname su sonrisa para apoyar su codo en el brazo del mueble y descansar su mejilla en él.

-Zero...

-En serio harías eso? –le interrumpe con voz serena sin dejar de ver al frente, aquel muro, siéndole difícil no evocar a Jun Kurenai–. Eso... Eso es algo que yo debería decidir. Es mi hijo.

-Lo sé. Sería más apropiado para ustedes.

Por qué empezaba a cabrearlo el que ese Sangre Pura Kuran decidiera por él. ¿Empezaba a recordar? Decide mejor incorporarse, impidiéndoselo esa mano asir su muñeca.

-Eres un tonto. –dice suavemente ese cazador quedando inmóvil-

 

*                      *                      *                      *                      *

 

Unos pasos interrumpen la falta de ruido dentro de ese calabozo, posando Kaname su mirada en la entrada, deteniéndose la "visita" frente a la reja, mientras que fuera decoraba la noche sin luna.

-Sabía que papi estaría aquí contigo ¿Puedo? –inquiere Ichiru en timidez-

-Ten cuidado, él duerme. –invita Kaname mostrándole una sonrisa-

Levanta Ichiru la reja para poder penetrar, admirando por segundos esa escena. Su padre recostaba contra ese pecho su cabeza estando refugiado en los brazos de Kaname que le rodeaban la cintura en sobreprotección y seguridad como si él fuera un objeto y le perteneciera. Ambos estando en la esquina cubiertos por la gabardina del castaño. Sin poderlo evitar evoca su feliz pasado, sonriendo.

Ve como Kaname abría esa gabardina ofreciéndole su mano, hallando un espacio que le permite estar contra  el cuerpo del castaño y descansar su cabeza sobre su padre, cubriéndose los tres.

 

En silencio avanzaba por entre sendero de piedra, decorado cada lado con arbustos, mismos que en esa noche se veían tenebrosos. Como largas manos que querían alcanzarlo y hacerle daño, por eso apresura sus pasos para alcanzar la mano de ese castaño que caminaba delante, aferrándola, por poco pegándose al cuerpo mayor.

-Pasa algo, Zero? –inquiere ese pequeño Kaname deteniéndose en medio de ese solitario camino-

Regresa Zero su mirada para observar esos mismos árboles, desapareciendo las formas aterrorizantes y de desconocidas criaturas, pasando a sus formas reales, a las de árboles. Regresa su mirada a ver a ese chico, notando que, cuando estaba a su lado no sentía miedo. Por eso niega con su cabeza, mostrando una alegre sonrisa.

-Bien. –se contagia Kaname de esa sonrisa–. Volvamos donde Cross o se preocupara.

Reanuda sus pasos Kaname, sin soltar esa unión de sus manos, admirándola Zero con una sonrisa...

Desaparece ese sueño, abriendo de golpe sus ojos por presentir una amenaza.

-Están aquí. –murmulla Zero. Repara en esa cabecilla albina recostada a su lado– ¿Ichiru...? –se extraña, viendo a su hijo como a Kaname con sus párpados cerrados–. Protegeré esta Academia como a ustedes. –besa la frente de Ichiru, y después besa los labios de Kaname-

Logrando salir de ese abrazo "familiar" se incorpora, saliendo rápidamente de esa celda. A tan solo Zero dejar ese lugar, esos ojos castaños se abren con un gesto de dolor.

 

 

Frente a la puerta principal de la escuela Cross custodiaban esos cazadores, no sorprendiéndose del gran número de vampiros de todos los niveles de la pirámide invadir los alrededores, no exteriorizando gesto alguno por tal clara afrenta, estando entre ellos Yagari.

-Vampiros Sangre Pura y Sirvientes, largo de aquí, este lugar es la sede de la Asociación. –ordena Yagari–. ¡¿Acaso están intentando iniciar una guerra entre vampiros y humanos?!

-Así es. Lucharemos hasta que ustedes nos entreguen al líder de la Familia Kuran. –toma un Sangre Pura la vocería, delante de esos cazadores–. Y si no tenemos suficientes soldados, solo tenemos que ir a "reclutar" algunos humanos. ¡Vamos, ataquen!

-Abre esa puerta anti-vampiros si es que no quieres morir!

Necesaria y suficiente orden para esos sirvientes que se abalanzan como fieras sedientas sobre los cazadores, pero, a tan solo de alcanzar pocos pasos de diferencia, son quemados al instante quedando solo sus cenizas en el suelo frente a los cazadores.

-El convertir a humanos en sirvientes en contra de su voluntad es un pecado para los Sangre Pura. –recuerda una Ruka ya recuperada, al lado de Kain, estando incluso Ichijou sobre una de las columnas de la entrada-

-Ustedes... –reparan los Cazadores en esos ex Clase Nocturna-

-Les ayudaremos. Odio a esos tipos. –llega Shiki acompañado de Rima–

-Va a ser difícil para la Asociación encargarse de todos ellos solos. –opina la modelo de coletas-

-Así que viniste... vinieron. Pese a que se los pedí –repara Ichijou en ellos– ¿Y dónde dejaste a nuestro hijo?

-En un lugar seguro. –lo observa el modelo con la mano en el bolsillo de su pantalón, bastante sereno-

-Vampiros de Sangre Pura aquí reunidos ¿Están dispuestos a cometer un pecado más grave que el de Kaname? –se dirige Takuma desde arriba–. He sido cómplice en varios crímenes, pero eso no significa que pueda dejar pasar esto por alto.

-Que insolencia frente a los Sangre Pura. El vivir tan cerca de humanos y cazadores te ha envenenado ¿verdad? –despectivamente habla uno de los Sangre Pura-

-Sí, así es. –sin dejarse amedrentar confiesa el rubio desenvainado su katana– ¡Tienes razón!

-Atáquenlos!

Simple inicio de una batalla campal y sin tregua, no entre dos razas, sino entre los vampiros en contra y a favor del Sangre Pura Kaname Kuran. Defendiéndose los cazadores, incluso teniendo que dividirse en grupos con un Noble-aliado.

Como en el caso de Yagari que pese a sostener su escopeta había desprotegido la entrada, dejándole su espalda a Ichijou.

-Te está resultando complicado? –inquiere el rubio viéndolo por sobre su hombro-

-¡No sé cuánto más aguantaremos esto si ellos nos superan en número! –confiesa sosteniéndola con firmeza-

 

 

A tiempo esquive Ruka una mano de afiladas uñas para ordenarle a otro Noble bajo su manipulación mental defenderla y atacarlo. No siendo suficiente para Akatsuki que se coloca de escudo delante de ella.

-Retrocede un momento, son demasiados. –dice Kain-

-Debido a la cercanía de los Sangre Pura me es difícil utilizar mis ilusiones. –pone al tanto–. También tú ten cuidado. –recuerda-

Múltiples Nobles y cazadores combatían tratando de proteger la entrada de esa edificación que aún se lograba mantener en pie pese a las circunstancias.

Pero, se dejaba ver en claro que eran superados en número, demostrándolo en ser abierta la reja de un golpe, y cruzando varios sirvientes la entrada.

-Han abierto la puerta! –repara Yagari bastante alejado de la entrada-

-Dónde está el líder de la Familia Kuran?!!!

-Encuéntrenlo!!! –ordena a esos soldados-

Agitadamente corrían, casi a desbocados caballos en un camino empedrado, deteniéndose de golpe a causa de ese obstáculo en medio de la entrada. Sosteniendo en firmeza el mango de esa arma del mismo color de su cabello apunta ese cañón. Sobre su cadáver alcanzaban a ese Kuran que debía proteger.

 

 

-Debo ir por Artemis!

Apresurado corre Ichiru hacia su cuarto luego de no ver a su padre, vistiendo aquel uniforme de la Clase Diurna. En un tiempo record que igualmente usaba en sus tiempos de "prefecto" se cambia.

-Seguir luchando hasta el último instante. –firme alarga esa hoz-

Con la misma rapidez sale el menor de la edificación.

-Oye, qué estás haciendo a esta hora? –se interpone Aidou delante de ese menor-

No dándole tiempo al mayor a asimilarlo, ya que es secuestrado por ese pequeño albino que lo toma de la muñeca.

-Vamos, Aidou-senpai, hay que proteger a papá, a la Academia y a Kaname!

 

 

Un certero disparo como una nueva baja de esos lacayos. No quitando sus ojos violetas de esos objetivos que se aproximaban como moscas, con tal de lograr su objetivo. Baja su mano ante ese par de vampiros haberse dividido, reparando en esa nueva maniobra usada. Prefiriendo Zero maquinar una solución certera. Presiona el gatillo solo alcanzando a dispararle a uno de ellos.

-Maldición!

Asimismo apareciendo un tercero de la nada y con la misma ansiedad de sangre aprovechando la clara ventaja. Siendo el vampiro de su costado contrario consumido por las llamas.

-Kaname... ¿Qué haces aquí? –inquiere por aquella serena presencia recién llegada-

-Todavía lo preguntas.

-Papá, detrás! –avisa Ichiru recién llegando, tomando de la mano de Aidou-

Sorprendiéndose rubio y albino por ver como demás vampiros trataban de pasar la reja impidiéndoselo su padre y el mismo Kaname. Era un completo caos en donde solo prevalecía la guerra y someter al enemigo. Estando Ichiru a pocos metros, pero los necesarios para tragar grueso temeroso por haber sido llevada tan lejos esa disputa.

-BASTA! –levanta Ichiru su voz-

-Oh, vaya. ¿A dónde te habías ido? El bastardo hijo Kurenai. –despectivamente dice una de las vampiras-

Posa su atención en el pequeño albino dueño de Artemis, retrocediendo éste un paso, al mismo tiempo que se le abalanzaba un Nivel E, posiblemente esclavo de esa misma vampiresa.

Mueve Ichiru sus manos junto a esa hoz que sostenía, logrando darle muerte instantáneamente a ese Nivel E, desapareciendo aquel sirviente. Pero, debajo de esa vampiresa Sangre Pura se levantan pequeñas montañas de tierra que iban en línea recta hacia dos objetivos. Reparando Kaname en ese silencioso ataque, corriendo hacia Zero tomándole la mano y tirándolo a un costado, pasando ese ataque subterráneo de largo hacia ese segundo albino distraído, en el preciso momento que esas delgadas varillas de sangre salían de la tierra.

Levanta Zero su torso del suelo, viendo por sobre su hombro hacía aquellas delgadas barras de sangre igual de solidas que el acero que por poco lo alcanzan, no sucediendo gracias a la intervención de ese castaño. Desapareciendo estas, solo quedando los profundos hoyos por donde salieron. Trasladando sus ojos violetas hacia su hijo.

Se incorpora asombrado, admirando ese cuerpo masculino protegiendo ese cuerpo infantil, solo pudiéndose ver su pequeña mano manchada con gotas de sangre. Igualmente saliendo esas afiladas puntas de aquella gabardina desgarrada como de la carne que encontraron como objetivo. Provocando la esperada liberación de ese líquido vital.

Notas finales:

Será que les paso algo feo a Ichiru y a Kaname? -o-

No traten de matarme ¿vale? ^_*

¡FALTAN 2 CAPÍTULOS. Estamos a 2 caps. del final!


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